Seung Hyun volvió lentamente a su hogar, aún boquiabierto por la sorpresa.
Según el cronograma semanal, G-Dragon volvería a presentarse en 3 días y Choi ya había comprado la entrada, el mismo asiento a la misma hora. Lo cierto es que no imaginaba que aquel pedante muchacho pudiera tocar tal maravillosas piezas.
Sería bueno si puedo volver a tener un tiempo a solas con él –pensó Seung Hyun cuando abría la puerta de su casa- sería interesante conocerlo más.
Entonces sintió un empujón y cayó sobre sus rodillas, mientras un muchacho rubio cerraba la puerta tras él. Al darse vuelta se encontró con Ji Yong.
-- ¿Puedo preguntar qué demonios estás haciendo?- Seung Hyun se pasaba las manos por sus piernas- un poco más y no te tiras encima mío, ¿verdad?
-- Shh cállate, podrían escucharnos.
-- ¿Quién va a es-?
Ji tapo la boca del más alto con su mano y se pegó más a él, alejándose de la puerta pero sin dejar de mirar el cristal. Seung Hyun sentía que su corazón latía desbocado por la cercanía del pequeño hombre.
Entonces un grupo de aproximadamente seis hombres pasaron cerca, y se alejaron. Solo cuando Ji Yong sintió que estaban ya demasiado lejos como para oírlos quito la mano de la boca de su acompañante.
-- ¿Por qué siempre te persiguen? ¿Le hiciste algo a la mafia?
-- No, idiota –Ji Yong se levantó y se quitó la tierra de su traje azul oscuro, muy similar al que usaba en el concierto- no sé porque me persiguen, yo simplemente estaba descansando luego de la presentación y cuando salí del lugar estaban esos tipos esperando. Te vi, gracias por el apoyo.
-- Seguro te siguen por lo educado y amable que eres-dijo Choi con marcado sarcasmo- pero a pesar de ser un princesito arrogante eres buen violinista. No puedes seguir viniendo aquí cada vez que te persiguen, debes encontrar una forma de pasar desapercibido.
-- Solo fueron dos veces, y ni siquiera creo que hayan sido las mismas personas –dijo Ji Yong haciendo un puchero-
-- ¿Creo? ¿Y debe tranquilizarme eso?
-- Ya, no exageres, no van a encontrarme. Gracias por el escondite, me voy.
Y sin darle tiempo a responder a Choi, Ji Yong se alejó por la calle, volteando a ver cada tanto para asegurarse de que no lo seguían. Seung Hyun sintió un vacío en su pecho cuando volvió a quedar solo.
Al día siguiente Ji Yong volvió, esta vez como cliente. Tenía un viejo reloj, que acompañaba una caja musical. La melodía estaba controlada por el mecanismo del péndulo por lo que hacía un tiempo había dejado de sonar. Ji Yong nunca lo había llevado a reparar porque nunca se quedaba más de dos o tres días en las ciudades y no era capaz de encontrar quien lo arreglara.
Seung Hyun le dijo que demoraría una semana en repararlo ya que el mecanismo era antiguo y necesitaba especial cuidado. Ji Yong dijo que se quedaría un mes en Londres.
Al día siguiente Ji Yong volvió a esconderse en el local, enojando a Seung Hyun por usarlo de guarida.
-- No es mi culpa ¿sabes? Ah como voy a volver al hotel, temo que aun estén rondándolo.
-- Ten, usa esto –le tendió un gorro viejo y un par de lentes oscuros- tapa tu rostro y tu cabello. Cualquiera puede verte desde kilómetros con ese color.
Empujo a Ji Yong fuera de la tienda mientras le indicaba un camino seguro para regresar a su hotel.
Al día siguiente sería la segunda presentación de G-Dragon a la que asistiría y se sentía ansioso. El chico podía ser una persona completamente distinta en el escenario. El violín lo transformaba completamente.
Seung Hyun salió a correr cuando vio un grupo de cinco personas alrededor de un pequeño hombre. Choi fue hacia ellos cuando vio el cabello rubio.
Nunca había peleado en su vida, pero tenía la ventaja de ser mucho más alto que sus atacantes. No era alguien muy musculoso pero tenía la fuerza y destreza suficiente para defenderse, después de todo las clases de esgrima de su juventud servirían para esquivar los golpes al menos.
Sin embargo no pudo evitar recibir dos puñetazos en la mejilla y una patada en el muslo. Tres de los cinco habían salido huyendo debido a las heridas pero aquellos dos tenían más resistencia y dos puñales a su favor. Choi logro evitar se cortado y les arrebato las armas para luego amenazarlos con ellas. Los dos bandidos se alejaron, alegando que no sabía con quien se había metido mientras desaparecían por la oscura calle. Seung Hyun se acercó al cuerpo que estaba hecho un ovillo en un vano intento de protegerse de los golpes.
-- Ji… Ji Yong… soy Seung Hyun… ¿te lastimaron mucho? ¿Puedes caminar?
Ji Yong se movió lentamente, retirando los brazos de su cara para ver a Choi. Su rostro estaba intacto.
-- No lo sé, al menos no lastimaron mi cara. No podría presentarme si tengo golpes en el ¿sabes?
-- Ven, te ayudare. ¿No tienes un representante o algo? Siempre estás solo, tienes demasiada libertad, y eso es muy malo.
-- Mi representante renuncio hace un mes harto de mi comportamiento –dijo Ji mientras se apoyaba en Seung Hyun- dijo que era un niñato mimado que debía aprender modales. El muy idiota se creía la gran cosa, alardeaba demasiado y eso no es bueno para mi imagen.
Ji Yong se apoyó en el hombro de Choi y con su ayuda logro llegar hasta la relojería. En su interior, Seung Hyun busco un botiquín de primeros auxilios y se dispuso a curar las heridas del más bajo. Tenía demasiados moretones, varias raspaduras y cortes, pero afortunadamente no tenía ninguna fractura.
-- Si pones sus brazos frente a tu rostro además de protegerlo, proteges tus manos. Sin mis manos no soy nada Seung.
-- Ah, ¿ya nos dimos la confianza suficiente como para que me llames así? Además lo que dices es de idiota, si te hubieran fracturado los brazos estarías sin poder tocar el violín, gran imbécil.
-- Si algún día pasa eso, definitivamente saltare de un puente.
-- Es una forma limpia de suicidarse, al menos no ensuciaras.
Ji Yong iba a replicar pero Seung Hyun lo toco con el algodón humedecido con agua y alcohol haciendo que chillara y se alejara.
-- Quédate quieto, hasta el vecino que tiene 10 años es más atendible que tú.
Choi le vendo las heridas y luego lo dejo descansar en el sillón cerca del fuego. Mientras preparaba te, lo contemplo dormir. Se veía tan frágil, como si se fuera a romper cuando lo tocara y sin embargo, era capaz de soportar semejante paliza sin resultar gravemente herido.
Seung Hyun hipnotizado por aquella imagen se acercó lentamente y paso su dorso por el rostro ajeno. Ji Yong se revolvió pero no se despertó.
-- Te protegeré Ji –dijo en un susurro mientras tomaba su té y miraba por la ventana, donde la llovizna volvía a caer en la fría noche de invierno- no sé cómo, pero te protegeré.