Amanecía calurosamente, a pesar de ser otoño en el internado, dando los buenos días a todos, entrando el sol brillante por las ventanas, invadiendo sus sueños obligándolos a despertar… Como de costumbre, un orgulloso príncipe fue el primero en despertarse, aunque muy en el fondo no tenía fuerzas ni ganas de levantarse. Pero tampoco pensaba dejarse vencer por algo tan inútil como la vagancia o la pereza. De ningún modo se quedaría un día entero sin hacer nada perdiendo el tiempo, a menos que no le quedara mas remedio. Se levanto ni muy lento ni mucho menos rápido, estirando todas las extremidades de su cuerpo, y una vez se notó un poco más espabilado, se puso de pie para abrir la ventana, dejando que corriera un poco de brisa matutina de las mañanas inundando la habitación
Tras lo cual, no pudo darse cuenta de cómo cierta notita debido a la brisa mañanera, salía volando de la mesita en la que se encontraba, acabando debajo del armario pegado a la puerta de la habitación. Una vez, las ventanas estuvieron abiertas, echó un vistazo rápido a la cama vecina a la suya, en la cual dormía Kakaroto y lo vio allí dormido plácidamente de una forma bastante cómica, y con algo de babas en la boca. Postura que provocó una leve sonrisa en la cara de Vegeta que ya estaba más que acostumbrado a verlo dormir así, y dar gracias de que no roncara… Y volviendo a fruncir el ceño serenamente como su cara al natural, cogió una toalla, salió del cuarto y se dirigió al baño compartido que se encontraba en el pasillo donde estaba la habitación en la que “vivía” con su amigo y soldado Kakaroto. El cual aun no conseguía quitarse de la cabeza al preguntarse una y otra vez por ese dichoso sueño que cuanto más lo recordaba, mas lo inquietaba y asustaba
Una vez salió de allí, mientras cerraba la puerta, escuchó otra abrirse a pocos metros de la suya y notó la presencia de Kairin, ya que ambos cuartos, estaban en el mismo pasillo. Al ver a Vegeta allí, se puso firme de golpe, casi sin darse cuenta, como en un acto reflejo, dando a entender que ocultaba algo. Y con disimulo, pero simpatía y mucha naturalidad, le sonrió a Vegeta y le saludó con la mano muy alegremente.
Vegeta: ¡Hmp!... - Se dio la vuelta de perfil, dándole la espalda a su puerta ya cerrada, y sin mirarla, se dirigió a la puerta del baño.
Kairin: ¿Ni siquiera por las mañanas puedes estar de buen humor Vegeta? – Le pregunto amablemente sonriendo
Vegeta: Eso no te importa mocosa… - Seguía sin mirarla con los ojos cerrados, abriendo la puerta del baño
Kairin:Suspiró- ¿Goku sigue durmiendo?¿Qué tal anoche…?- Pregunto inocente, sin intención de sonar mal, sino por ser educada y cortés
Vegeta: Ni lo sé ni me interesa. Adiós – Le dio un pequeño portazo a esa puerta.
Una vez que Vegeta desapareció tras puerta del baño, Kairin aprovechó para entrar en el cuarto de los saiyajines llamando suavemente a la puerta, sin recibir respuesta. Por lo que repitió los golpecitos un poco más fuertes, pero nada. Así que decidió abrir la puerta y se encontró allí a Goku, aun metido en la cama. Parecía estar tan pegado a ella y tan metido profundamente en sus sueños, que le hacía pensar a Kairin que le resultaría muy difícil despertarlo. Y justo cuando estaba al lado suyo a pocos centímetros, a punto de llamarlo colocando una mano suya sobre el hombre de su amigo, el viento provocó que algo muy finito se moviera con un sonido muy bajo y simple, llamando su atención. Así que Kairin levantó la vista y vio lo que el viento estaba movía, provocando que se golpeara con la parte baja del armario. Se acercó y se agachó en el suelo movida por la amplia curiosidad, y buscó con la mano lo que allí debía haber. Y cuando lo cogió, comprobó que era un trozo pequeño de papel. Kairin no era tonta. Y al fijarse bien en el papel, al no verlo ni tan sucio, y que el papel aun tenía un leve olor a nuevo y la tinta a fresco, supuso que debía ser reciente. Demasiado…
Y sin pensarlo dos veces, aunque se sentía algo mal por ser tan confianzuda, invadiendo de esa forma la intimidad de sus amigos, la intriga la venció, y decidió leer la nota.
“Queridos Goku y Vegeta”:
“No me conocen pero yo a ustedes sí. Créanme. No tengo alternativa. Necesito hablar con ustedes pronto. Es algo muy importante. Para todos… Ya sé que tú Vegeta, no estarás muy convencido de ir a hablar con una completa desconocida como lo soy yo ahora. Pero estoy segura de que Goku vendrá. Así que espero, aunque solo sea por la curiosidad y por no dejar a tu Kakaroto solo, que al menos te tomes la molestia de venir. Solo quiero hablar. Si después de hablar, alguno de los dos (y seguramente ambos) desean pelear conmigo y ponerme a prueba, de acuerdo.
Pero es necesario que vengan.
Los espero a las 10:30 en la cabaña del bosque que ustedes saben… Ya nos vemos. Hasta pronto. Saludos saiyajin”
En cuanto Kairin terminó de leer la nota, se la escondió en la camisa que usaba de pijama, y con mucha, intriga, dudas, y el mayor de los sigilos posibles, decidió dejar a Goku aun durmiendo y salió de aquel cuarto, camino del suyo, dispuesta a cambiarse y buscar aquella cabaña para conocer a la misteriosa muchacha movida por la curiosidad…
Dedujo por la carta, que la había escrito una chica, pues en algunas palabras, el remitente se dirigía a sí mismo como una mujer. Por lo tanto… Debía de serlo. Pero no sabía ni su edad, ni apariencia, ni como sabía de sus amigos saiyajines. Pero eso, pronto lo averiguaría. Salió de su habitación volando por la ventana. Tenía el presentimiento de que la mujer que había escrito la nota, debía ser poderosa. O al menos, más que los humanos. Le habría extrañado que la carta la hubiera escrito una humana. Así que sin dudarlo, mientras volaba por los cielos, comenzó a buscar un ki poderoso, y encontró uno a varios kilómetros de allí, en un bosque bastante lejano al internado, justo en la montaña Paoz. Pero antes de adentrarse en el bosque, decidió transformarse en un pájaro para no llamar la atención. Y así, mientras volaba, comenzó a buscar por todas partes la ubicación de la cabaña, para encontrarse con la misteriosa escritora. Empezaba a preocuparse por lo tarde que era. Pues la carta le decía de quedar allí a las 10:30, pero desde que la leyó a las 9:00, se cambió, y todo lo que tardó en el trayecto desde el internado hasta la montaña Paoz, ya se le acababa el tiempo. Y aun no conseguía encontrar a nadie ni ninguna cabaña, por lo denso que era aquel bosque, tan lleno de arboles y vegetación. Y para colmo, por algún motivo extraño, el alto ki que estaba buscando, había disminuido y ahora no conseguía percibirlo. Pero aun así no se rindió. Pero Kairin, ya empezaba a cansarse de tener que estar volando todo el rato como un pájaro. Tanto aleteo la dejaba algo cansada. Así que volvió a ser ella, y prefirió convertirse en un mono (raza capuchino). En el fondo, daba gracias de que el bosque estuviera casi a oscuras, debido a que todos los arboles tapaban la luz del sol. Y por lo tanto, el pelaje negro que poseían todas y cada una de sus transformaciones animales, estaba más disimulado, casi imperceptible… Siguió buscando arduamente entre árbol y árbol. Saltando de uno a otro, gracias a que era un mono pequeño y ágil y los árboles estaban muy pegados entre ellos. Y tras varios minutos, localizó un pequeño claro y una vieja pero acogedora cabaña al fondo, rodeada de un bello, aunque algo sombrío paisaje. Junto a un pequeño lago, en la orilla, apoyada sobre una roca, se veía la silueta de espaldas de una joven muchacha morena de unos 15 años. Kairin entonces se volvió a transformar en pájaro, y se acercó lentamente a ella, volando aun pegada a los árboles.
Y finalmente se posó en uno de los arboles que la rodeaban, apoyándose con sus patitas negras de pájaro, en una de la rama más cercana a la chica. Afortunadamente, la muchacha seguía de espaldas a Kairin, y parecía que no había notado aun su presencia.
Que equivocada estaba…
???: Te estabas retrasando... – Dijo de pronto en alto la chica aun de espaldas.
Kairin por un momento de sobresaltó, pensando que la había descubierto, pero lo dudaba bastante. Intuyendo que a lo mejor, aquella chica debía estar hablando con alguien por teléfono móvil
En eso estaba pensando, cuando observó a la joven voltearse a mirarla fijamente donde ella estaba posada en la misma rama aun como pájaro, y habló
???: ¿Vas a bajar ya de esa rama o subo a buscarte, Kairin? – Le preguntó de una forma serena, pero con el ceño levemente fruncido y de forma natural…
Kairin: ¿Eh...? – Ésta vez Kairin, sí que se sorprendió demasiado. ¿Cómo sabía esa chica su nombre si no la conocía…?
Aun así, Kairin se acercó a ella con bastante desconfianza, aun como pájaro y se poso en una roca al lado de la suya
???: Ya veo que siempre has sido igual… A pesar de todo, te sigues transformando en animales casi todo el tiempo. Y me imagino que sigues siendo tan curiosa y alocada como de costumbre. Porque sino… No entiendo que haces aquí, cuando la carta era para Goku y Vegeta… - Le sonrió y la miró a sus pequeños ojos de pajarito de forma graciosa e irónica pero sincera y siguió.
- ¿Piensas estar todo el tiempo como un pájaro? Prefiero que hablemos en persona. No sé si me explico… Además, por muy buenas que sean tus transformaciones, resulta algo difícil de creer que exista un pájaro negro, con un mechón azul en la cabeza como lo tienen todas tus apariencias de animal.
- Le seguía sonriendo y arqueó la ceja.
En eso Kairin, aun con varias dudas pero en el fondo realmente sorprendida sin dar crédito a sus oídos, volvió a ser ella misma, mas dispuesta que nunca a averiguar más cosas sobre esa extraña chica, que parecía conocer muy bien no sólo a sus amigos saiyajines, sino también a ella. Lo cual la asustaba algo.
Una vez recuperó su aspecto humano, se sentó sobre la misma roca en la que estaba siendo pájaro, y miro a la chica de una forma muy seria pero intrigante.
Kairin: A ver, dime… ¿Cómo sabes tanto de mí? Yo no recuerdo haberte visto nunca. ¿Y de que conoces a Goku y Vegeta…? Porque según tu carta, tú los conocías a ellos, pero ellos a ti no…
???: No puedo decirte mucho Kairin. Lo siento. Sería demasiado arriesgado. Así que te pido que no me hagas muchas preguntas sobre mí. A ti te conozco lo justo y necesario. Dejémoslo ahí. Te garantizo que soy de fiar y tampoco puedo decirte de que conozco a mis oto… digo a Goku y Vegeta. Es personal
Kairin: Y si no puedes decirme absolutamente nada de ti, ni nombre, ni apellido, ni poderes, ni origen, ni edad, ni… - No pudo acabar la frase porque aquella muchacha la había interrumpido
???: No sí. Mi edad si puedo decírtela. Tengo 17 años – Le seguía sonriendo…
Kairin: Vaya… Pensaba que tendrías 15 – Agito su cabeza volviendo al tema…
- Pero aunque me hayas dicho tu edad, eso no me sirve de mucho para saber quién eres ni de dónde vienes, ni por qué sabes tanto de nosotros… - Le dijo
???: Lo sé Kairin. Pero de verdad. Créeme. Me gustaría poder decírtelo. Pero no puedo. Es muy peligroso… - Agacho la cabeza levemente apenada pero también algo seria y disgustada…
- Sólo te pido que confíes en mí. Créeme. No soy mala ni mucho menos. Sólo… Tal vez algo testaruda y orgullosa. Pero soy alegre y optimista también – La miró a los ojos sonriendo.
Kairin aun no estaba del todo convencida. Pero en cierto modo, sus palabras y sus ojos sonaban totalmente ciertos. Y bueno, tampoco parecía mala.
Así que, soltó un suspiro, la miró, le dio una pequeña sonrisa y luego le habló…
Kairin: De acuerdo. No sé por qué… Pero creo que puedo confiar en ti. De momento, ¿eh? – Le advirtió mirándola
- ¿Puedo saber al menos tus poderes… o como te diste cuenta de que yo era ese pájaro y de que te estaba vigilando?
- La miró fija y tranquilamente a los ojos
???: Mmm… Bueno… No creo que haya problema en eso… - Dijo mirando al suelo mientras pensaba y luego la miró.
- Mis poderes son… Simplemente volar y sentir el ki. Es por eso que sentí tu ki. Y te reconocí. Además, en un momento, mientras tú me estabas buscando por el bosque a través de mi ki, ¿no sentiste como si hubiera desaparecido…? – Dijo.
Kairin: Ah… Es cierto… Es verdad. Mientras volaba por el bosque… - Dijo mientras lo pensaba, recordándolo todo
- Entonces, ¿notaste mi ki acercándose y ocultaste tu ki? ¿Por qué? ¿No pensaste que te acabaría encontrando igualmente? Y si eres buena y no tengo que preocuparme, ¿por qué te ocultabas de mí? ¿Puedo saberlo…? – Se puso las manos a la cintura y la miró
???: Jajaja tan desconfiada como siempre… Sólo era una broma Kairin… Sabía que podías leer el ki. Y en cuanto te sentí cada vez más cerca, supe que habrías leído la carta, y me estarías buscando. Pero tenía curiosidad por saber que tan persistente eras y cuanto tiempo tardarías en encontrarme sin el ki. Así que… lo oculté. Jeje – Le sonrió.
Kairin: Ja ja… Qué lista… - La miró algo sería, pero con una sonrisa sarcástica…
???: Jajaja lo sé – Se reía alegremente – Y dime… ¿Cómo se encuentran Kiyomi y Mica? – Le preguntó inocente.
Kairin: ¿Eh? – De repente borró su sonrisa de la cara y miró fijamente a la chica con cara de sorpresa y gran susto
- ¿También las conoces a ellas? ¿Es que conoces a todo el internado o qué? – Le decía enfrentándola, mientras la miraba seria y fija a los ojos, como exigiendo y suplicando una respuesta…
???: ¿Eh? Ups… - Se tapó la boca unos 2 o 3 segundos – “Mierda… Creo que hablé más de la cuenta… Me precipité…”
– Pensó, luego la miró y le respondió…
- Esto… No. En realidad no. Yo sólo he oído hablar de ellas… A penas sé nada - No era mentira del todo… Lo cierto, es que no sabía casi nada sobre ellas dos – Pero había oído que… Tuvieron un… Pequeño incidente, cuando fui a dejar la carta para Goku y Vegeta en la mesa… - Mintió ocultando el detalle de que ella fue quien salvó a Kiyomi de la explosión
Kairin: Aaah… Bueno… – No sabía si creerla del todo. Pero prefirió callarse… - Pues descuida. Están bien. Mica… Yo creo que sigue inconsciente. Y con razón… Y Kiyomi está perfectamente. Pero parece que se está comiendo el coco demasiado con el asunto. Dándole vueltas y vueltas sin saber que pasó… - Dijo pensativa mirando fijamente al lago
???: ¿Y que fue exactamente lo que pasó…? – Ella ya lo sabía de primera mano, pero quería escuchar su versión.
Kairin: Pues nada. Resulta que ya era de noche. Goku y yo fuimos a cenar, y al entrar en la cafetería, vemos a Vegeta exigiéndole como un loco a Mica la revancha por haberlo derrotado en los combates que habíamos hecho como ceremonia para darles la bienvenida a Goku y Vegeta al internado…
Mica directamente se negó. Ella ganó y no quería tener que repetirlo. Cosa que a Vegeta realmente le toco las narices, porque la victoria de Mica a mí tampoco me pareció justa… Pues eso. Vegeta no iba a tolerar un “NO” de Mica. Así que sin pensarlo dos veces, ignorándonos a mí y a Goku que intentamos calmarlo, se eleva en el aire, y le dispara a Mica una bola de energía. Mica se cabreó, y acepto el desafío. Fuimos a la sala de entrenamiento, o Lonume como todos la llamamos, y allí, mientras ellos peleaban en el tejado volando, Kiyomi entró a la sala, y sin detenerse para nada, entró al fondo de la sala, y empezó a entrenar dentro de la cámara de gravedad ignorándonos a todos y así pasaron varios minutos. Hasta que de pronto oímos como una especie de pitido y una luz parpadeando dentro de la cámara, así que fuimos a ver. Y encontramos a Kiyomi tirada en el suelo, pero aun estaba respirando. Por lo que muchos pensábamos que solo reposaba agotada por los entrenamientos. Y de todas formas, aunque quisiéramos entrar a ayudarla, que queríamos, no pudimos abrir la puerta. Ella la había cerrado por dentro. Por lo que decidimos dejarla tranquila. Nos alejamos todos a excepción de Mica que parecía estar observando fijamente el interior de la cámara, pero de pronto empezó a correr despavorida, y hubo una gran explosión. Desgraciadamente, a Mica no le dio tiempo a esquivarla del todo. Salió disparada y se estrelló contra la pared y acabo completamente inconsciente y muy malherida. Y con razón… Luego corrimos todos a buscar a Kiyomi entre los escombros de la cámara, pero al no encontrar absolutamente nada de ella, empezábamos a temernos lo peor. Pero de pronto la misma Kiyomi, ilesa, pero algo exhausta y confundida, entró desde el otro lado de la sala, por la puerta principal de Lonume. Y cuando vio como estaba la cámara, y vernos a nosotros muy sorprendidos, nos preguntó que qué había pasado. El señor Ronsem se lo explicó, pero aun asÍ, todos, y creo que Kiyomi también, nos preguntábamos como pudo salir ilesa de la cámara si la puerta estaba cerrada y nadie la vio salir de ella… - Tras la larga explicación, se volteó a mirarla…
???: Curioso… - Fingió no saber nada…
Kairin: Así que bueno… Mica debe estar igual de inconsciente, creo, y Kiyomi debe estar por ahí pensando más y más – Apoyó sus manos sobre la roca y miro al cielo pensativa…
???: ¿Y qué tal Vegeta? ¿Le fastidió mucho no poder terminar el combate con Mica? – Pregunta y sonríe graciosa.
Kairin: Sabiendo cómo es… Seguro que le dio rabia no poder acabar con ella… Jaja. Pero de todas formas, el también acabó bastante hecho polvo. Así que… No creo que tampoco tuviera cuerpo para pensar en su orgullo, tal y como estaba todo magullado… - Sonrió en suspiro
???: Pues si… Jeje seguro que sí. Y oye… Si la carta yo la puse sobre la mesita del cuarto de Goku y Vegeta, ¿cómo es que la encontraste tu antes que ellos? Porque me imagino que si alguno de los dos la hubiera visto antes que tú, habría venido y ahora mismo estaría aquí… Dime… - La miró serena
Kairin: Ah pues… Jeje… La verdad es que me la encontré por casualidad… Me levanté por la mañana para ir a despertar a los chicos y bajar a desayunar, y en cuanto salgo de mi cuarto, veo a Vegeta tan malhumorado como siempre de camino al baño. Luego entré a despertar a Goku, y cuando estoy a punto de agitarlo un poco para que despierte, el viento que entraba por la ventana, movió algo que estaba debajo del armario. Me acerqué a ver que era, y… lo leí… - Confesó algo tímida pero directamente sin mirarla…
???: La tienes ahí, ¿verdad? – Soltó de repente…
Kairin: ¿Eh…? Oh… - Agachó la cabeza y se sacó la nota del chaleco negro y se la enseñó…
???: Lo suponía. Por eso no ha venido ninguno de los dos… - Se puso algo seria y cogió la nota.
Kairin: Oye, ¿tampoco puedes decirme que era esa cosa tan preocupante que tenían que saber los chicos? – Le preguntó con interés, señalando la nota.
???: Eh… La verdad es que no sé si debería… - Agachó la cabeza muy pensativa y algo cabizbaja…
Kairin: ¿Sabes? Resulta un verdadero fastidio que no puedas decirme absolutamente nada sobre ti. Al igual que tú dices que eres de fiar, yo también lo soy ¿Por qué no puedes decirme nada? – La regaño de pie con los brazos cruzados mirándola a la cara
???: Lo sé Kairin. Pero es que… Si te cuento el problema, seguro querrás soltarme un montón de preguntas luego sobre mí etc, y no me conviene. Es que es todo muy complicado. Por no decir arriesgado y peligroso para mí… - Miró al suelo cabizbaja y pensativa
Kairin: Nunca lo sabrás si no lo intentas. Y si es tan arriesgado y peligroso… ¿Por qué se lo pensabas contar a Goku y Vegeta? – La miró arqueando una ceja con interés en oírlo
???: ¿Mmm…? - Levantó la cabeza pensativa y mirándola unos segundos
– Pues… La verdad es que… Mmm… No había pensado en eso… - Se colocó la mano en la nuca de una manera muy similar a la pose de Goku – Pero aunque tengas razón Kairin, y sea muy arriesgado tanto contigo como con ellos, tenía que avisarles de alguna manera. Es algo personal… Entiéndelo por favor… - La miró casi suplicándole.
Kairin suspiró cansada de insistir, y prefirió dejarlo pasar (de momento), y decidió cambiar el tema para relajar el ambiente. Notaba que la chica lo estaba pasando mal por algo, y tampoco quería eso. Después de todo, aquella muchacha empezaba a caerle bien…
Kairin: Bueno tranquila. Lo dejaré pasar por ahora. Tal vez algún día confíes en mí y me lo cuentes… J - Le coloco una mano en el hombro recibiendo una sonrisa tierna y alegre de parte de ella… - Pensándolo bien… Como ya hemos hablado suficiente… ¿Qué te parece si te pongo a prueba un poco como dice la carta? ¿Te parece? – Se cruzó de brazos sonriéndole desafiante
???: ¿Eh…? Ah… Si. Es cierto – Le sonrió con malicia – Acepto el reto – Y se levantó de un salto y empezó a volar hacia arriba, seguida de Kairin - ¿Lista? – Le pregunto ya en posición de pelea…
Kairin: Siempre… - Sonrió con algo de emoción, ante lo que parecía ser un prometedor combate…
La batalla comenzó y ambas chicas atacaron a la vez con golpes y patadas perfectamente sincronizadas entre las dos. Una atacaba y la otra se defendía. Y así seguía repetidas veces y viceversa. Todo apuntaba a un empate.
Pero en un momento la misteriosa chica sintió a su estomago rugir debido a que llevaba bastante tiempo sin comer. Y con el despiste, y algo débil que se empezó a sentir, no pudo reaccionar a tiempo, recibiendo un fuerte golpe de Kairin, que la mandó volando primero contra un árbol, cayendo finalmente sobre una dura y gran roca. Kairin realmente asustada y sin comprender del todo como pudo acabar así la chica, teniendo en cuenta su poder y resistencia, voló rápidamente a socorrerla. Y al comprobar que estaba relativamente bien, ya que estaba seriamente herida, e inconsciente y parecía estar también bastante débil por alguna razón, la cogió en brazos y lo único que se le ocurrió hacer por ella fue llevarla inmediatamente a la enfermería del internado. Una vez allí, el señor Ronsem, que se encontraba cerca de la entrada, al ver a Kairin entrar, le preguntó que donde se había metido y que por qué no había avisado de que saldría. Pero al ver el estado de la chica en brazos de Kairin, y lo cansada que estaba esta última, decidió dejar el tema. Y Kairin en el fondo lo agradecía. Pues tampoco tenía ganas de pararse a dar explicaciones. Y sin perder más tiempo, fue enseguida corriendo con las pocas fuerzas que le quedaban, a la enfermería. Al entrar, se encontró a la enfermera Tirina Sirey, una señora de unos 40 y pocos años, bastante bien conservada, quien era también conocida como la esposa del señor Ronsem. Cuyo poder eran las premoniciones. Al ver a Kairin entrar por la puerta, solo la dejó pasar de inmediato y le dijo que depositara a la misteriosa muchacha sobre una camilla ya preparada que estaba cerca de la puerta. Kairin enseguida dedujo que la enfermera con su poder ya sabía que ella llegaría con una chica en mal estado y por eso le tenía la camilla lista.
Pero prefirió no prestarle atención al detalle, sino ir al grano y preguntarle directamente a Tirina que cuanto tardaría la chica en recuperarse y qué tenía. Y la enfermera sólo le sonrió amablemente y le dijo que no se preocupara, que todo saldría bien. Que solo estaba algo magullada y exhausta. Y que el desmayo se debía al hambre mezclado con los golpes que recibió su cuerpo. Había sido demasiado esfuerzo para ella - “No debió haber peleado” - Pensó Kairin - “Ojalá me lo hubiera dicho”
Pero dejando las preocupaciones a un lado, Kairin sabía que podía confiar en la palabra de la señora Tirina. Pues era raro que sus predicciones fallaran… Y aunque el presentimiento de la enfermera, de que la chica estaría pronto bien, la señora Tirina lo hubiera sabido o no por una de sus premoniciones, igualmente se podía confiar en su palabra. Pues era una enfermera excelente. La chica y cualquier herido o enfermo estaba en buenas manos con ella. Así que Kairin lo que hizo fue sentarse para esperar a que despertara. Pudo ver como la señora Tirina le tomó el pulso, colocó su mano sobre la frente de la chica para comprobar si tenía fiebre, y mientras esperaba a que el termómetro en la boca de la muchacha pitara para confirmar la fiebre, la enfermera a provechó para sacarle un poco de sangre para analizarla y de paso conservar lo que sobrara para futuras ocasiones. Pues en el internado se acercaba el día general del examen médico obligatorio para todos. Y ya que la muchacha estaba allí, aunque no fuera realmente del internado, Tirina aprovechó para sacarle un poco de todas formas. Y tras hacerle un par de análisis, comprobó que era una chica muy sana y fuerte. A pesar de lo que comía. Y tras haberle quitado el termómetro, un poco de sangre, y haberla refrescado un poco con un pequeño trapo húmedo y fresco sobre su cara, la señora Tirina le pidió a Kairin que la ayudara a quitarle la ropa a la chica para que estuviera más cómoda y pudiera reposar mejor con la típica bata de hospital que le iban a poner después. Pero Kairin sin embargo, lo que no se esperaba, es lo que encontró en el cuerpo de esa chica cuando le quitaron la ropa. Cosa que afortunadamente, sólo vio Kairin y lo tapó rápidamente para que la señora Tirina no lo viera…
Kairin: “Imposible… ¿Una cola? Esta chica tiene cola… ¡Es una saiyajin!
Continuará.............................