Vegeta justo después de levantarse y toparse con la molesta Kairin, se metió en el baño, se dio su habitual ducha mañanera y se fue a desayunar, aprovechando que aun era bastante temprano para no toparse con nadie. Recordando, que el señor Ronsem mencionó que la mayoría dormían hasta muy tarde. Después de terminar con un nutritivo y solitario desayuno, se dirigió sin más demora, en dirección a la sala Lonume para seguir entrenando. Pero al entrar, recordó que la cámara de gravedad había explotado y que no podría usarla (muy a su pesar). Por lo que, con molestia y mucha resignación, no tuvo más remedio que volver a su cuarto, para despertar al perezoso dormilón de su amigo y soldado. Al entrar por la puerta, ya que Vegeta al levantarse había dejado la ventana abierta, comprobó que el viento había movido notablemente las sabanas que cubrían el cuerpo y pelo alborotado de Kakaroto, provocándole un leve y muy incomodo sonrojo que rápidamente se molesto en borrar con todas sus ganas, al no querer recordar aquel dichoso sueño en el que la sabandija insolente de Adam casi lo viola y Kakaroto lo impidió, para hacer prácticamente lo mismo, para colmo, haciéndolo disfrutar
Sin pensarlo dos veces se acercó a su soldado y empezó a agitarlo de una forma poco brusca pero firme, sin mucho éxito. Aumentó un poco la fuerza en sus manos y el volumen de su voz, pero solo consiguió leves gruñidos. Y finalmente, Vegeta se hartó de tanta idiotez, suspiró amargamente, cerró los ojos, cogió aire y se preparó para despertar al muy perezoso de su amigo, de un modo que NUNCA fallaba…
Vegeta: ¡KAKAROTOOOOO…! – Gritó
Goku: ¡AAAAAH…! – Se calló de la cama del susto y se sobó la cien luego – Ay, Vegeta… ¿Por qué siempre me despiertas igual? A este paso me vas a dejar sordo… – Hizo un leve puchero
Vegeta: Déjate de estupideces Kakaroto y levántate de una buena vez. No puedes pasarte todo el día durmiendo. Espabila inmediatamente y vámonos a entrenar – Ordenó cruzando sus brazos
Goku: De- de acuerdo Vegeta… Ya voy.
¡Uaaaaah…! – Bostezó y se restregó los ojos aun adormilados con su antebrazo.
En cuanto Goku terminó con eso, miró con algo de pasotismo a la mesita que estaba en medio de la cama de ambos y se sorprendió levemente, al ver que sobre ella no había nada y luego miró a Vegeta esperando obtener respuestas…
Goku: Oye Vegeta… ¿Encima de la mesa no había una pequeña nota? – Preguntó algo confundido e inocente
Vegeta: ¿De qué demonios me hablas? Yo no he visto nada - Dijo indiferente
Goku: Es que anoche mientras dormía, me pareció sentir una pequeña presencia poderosa y luego oí una especie de… “ZIPP” – Dijo intentando imitar el sonido – Y cuando abrí un poco los ojos con sueño, juraría que encima de la mesa había una nota. Pero ahora no está… - Dijo bastante confundido…
Vegeta: ¿Y la leíste? – Dijo Vegeta con un tono algo burlón sin creerle del todo
Goku: No. Tenía tanto sueño que pensé en dejarla ahí para leerla por la mañana. Pero ahora no está… - Dijo pensativo sobándose la cien con su típica pose…
Vegeta: ¡Bah…! Chorradas. Te preocupas por estupideces Kakaroto. Vístete ya y vámonos de una vez – Dijo bastante molesto y algo impaciente ya.
Goku: Si. Si. Vale. Ya voy – Le sonrió… -
“Estoy casi seguro de que había una nota aquí. ¿Lo habré soñado…? No. No creo… ¡Oh, espera! – Pensó mirando la ventana – “Todas las noches cerramos la ventana para no coger frío por estar en otoño… Y por las mañanas a Vegeta le gusta abrirla cuando se levanta temprano y sentir la brisa mañanera que tanto le gusta…” - Sonrió y se sonrojó un poco… - “Eso explica que la ventana está abierta ahora. Entonces… Si es verdad que aquí anoche yo vi una nota, a lo mejor el viento la arrastró a algún lado y Vegeta no la vio…” – Pensó buscándola por todas partes…
Vegeta: ¿Qué demonios haces ahora insecto? Deja de perder el tiempo… - Le exigía Vegeta muy cansado de esperarlo
Goku: Lo siento Vegeta. Ya voy – Dijo poniéndose de pie rápidamente para vestirse por fin, para satisfacción del impaciente príncipe, sabiendo Goku de sobra que hacer molestar a Vegeta muy seguido, vendría acompañado de dolor. Así que se vistió lo más rápido que pudo, evitando así un golpe de Vegeta y salieron de allí rumbo de nuevo a la cafetería para que Goku desayunara y así pudieran entrenar como es debido…
Goku: “Bueno… Después de entrenar a lo mejor me pongo a buscar de nuevo la nota. Aunque no creo que fuera tan importante después de todo…” – Pensó mientras comía
Y así, ambos saiyajines se fueron a entrenar arduamente disparando, volando, corriendo y golpeando por todos lados durante varias horas, hasta que ambos escucharon el timbre que anunciaba la hora del almuerzo. Goku y Vegeta fueron a ducharse a los baños que había en el pasillo de su habitación, y tras una reconfortante y fresca, por no decir merecida ducha, los dos saiyajines se disponían a vestirse para ir a comer. Vegeta como era más rápido que Goku en casi todo, se había bañado y vestido más rápido que su soldado. Por lo que Vegeta salió antes de la habitación, mientras Goku aun terminaba de vestirse para luego pensar en ir a buscar a Kairin a su cuarto y bajar juntos al almuerzo. Pero Goku no recibió respuesta al llamar a la puerta de la habitación de su amiga. Así que abrió la puerta y al no verla allí, se decepcionó un poco preguntándose donde estaría y se dirigió a la cafetería, donde un indiferente, solitario y muy orgulloso príncipe ya había llegado desde hacía bastante rato, bajo la atenta mirada de una insolente Kairin y una molesta chiquilla a la que no había visto
Pero Vegeta simplemente las ignoró, a pesar de notar que sus miradas insistentes, no paraban de acosarlo en un patético intento de querer disimular.
Kairin: No sé para que estas intentando disimular. Estoy segura que ya nos ha visto y sabe que lo estamos mirando… - Comentó con total indiferencia y comía – Y siendo tú su hija, deberías saber mejor que nadie que no le gusta que lo miren de una forma tan pesada como tú.
Gojeta: ¿Eh? Eh… Si… Claro… - Dijo volviendo a mirar su plato algo apenada – Creo que se me ha quitado el hambre – Y tras un suspiró, miró de nuevo a Vegeta intentado otra vez disimularlo…
Kairin: ¿Qué? ¿Ya? Pero si sólo has comido 3 platos… (Eso es como una simple sopa para un saiyajin…) – Le dijo
Gojeta: Lo… Lo siento Kairin. Tú sigue comiendo. Yo prefiero irme ya a hablar con el señor Ronsem… - Se levantó algo cabizbaja y muy pensativa mientras se acercaba a la puerta que se abrió justo antes de que lo hiciera ella, y se tropezó con alguien que entró como un loco sin ver por dónde iba, empujando sin querer a la pobre Gojeta al suelo, quien se sobo el culo y la sien.
???: Oh lo siento mucho… ¿Estás bien? – Le extendió su mano para ayudarla…
Gojeta: Ah gracias… - Miró la mano colocando la suya mientras miraba a quien pertenecía aquella mano amable – ¡Go-goku…! – Y lo miró con sorpresa…
Goku: Ah… ¿Me conoces? – Se sorprendió de que lo conociera y él no.
Kairin: ¡No!... no… Goku… – Llegó corriendo al lado de Gojeta para ayudarla de no ser descubierta – Ella no te conoce. Es que… Yo le he hablado de ti. Es que… Es nueva aquí y… - Sonrió
Goku: ¡Ah genial! Pues bienvenida y encantado de conocerte, esto… - Le mostró su mano esperando estrecharla
Gojeta la estrechó lentamente mientras pensaba que nombre decirle a Goku…
Gojeta: “¿Cuáles eran los nombres que había pensado…? Esto… Natsuki… y… Yuki… Natsuki y Yuki…” ¡Suki! – Le dijo…
Kairin: “¿Suki…? ¿En serio…?” - Pensó
Goku: Ah… jeje encantado de conocerte Suki… - Le apretó un poco más la mano.
Gojeta: El-el placer es mío Goku… - Lo miraba con un brillo bastante especial…
Vegeta: Kakaroto, ¿vienes de una vez o qué? Almuerza rápido para que podamos seguir entrenando… - Ordenó acercándose a Goku y las chicas…
Goku: Ah sí Vegeta. Voy enseguida… Te presento a... Suki… - Comentó con duda
Vegeta: No me importa… Vamos Kakaroto. Termina una vez de perder el tiempo, come y vayamos a entrenar… - Se dio la vuelta y se fue de allí, salió de la cafetería y se dirigió a la sala Lonume
Gojeta miraba algo apenada con decepción a Vegeta. Pero igualmente con ese gran respeto típico a un padre.
Goku se fijo en como miraba triste aquella chica a Vegeta y se quedó preocupado. Se preguntaba por qué…
Goku: No te preocupes por Vegeta. El siempre es así. En verdad hoy está normal y tranquilo… Así que descuida… - Le sonrió y miró como le correspondió
Gojeta: Muchas gracias… Goku… Pero no te preocupes. Estoy bien. No tiene que ver con Vegeta – Mintió algo triste…
Goku: Ah bueno… Pues… Yo me voy a comer antes de que me mate por hacerlo esperar… - Sonrió con su pose – Adiós Kairin. Adiós Suki. Un placer…
Gojeta: Adiós Goku… - Le sonrió tierna
Kairin: Adiós bobalicón… - Le bromeó…
Goku: Jajaja. Nos vemos luego chicas…
Goku se dirigió rápidamente a la zona de los meseros para hacer callar cuanto antes a su impaciente estómago. Y mientras, las chicas habían salido ya de la cafetería hacía rato, para Kairin acompañar a Gojeta al despacho del señor Ronsem. Una vez allí, Kairin esperó fuera del despacho y Gojeta entró sola para hablar con aquel señor.
Ronsem: Buenas tardes señorita… La estaba esperando… - Le sonrió galante – Por favor, tome asiento y relájese…
Gojeta en verdad no estaba nerviosa. Por lo general, era bastante valiente. Pero le estaban surgiendo demasiadas cosas a la vez y estaba algo agobiada…
Llegó a la silla y se sentó para escuchar
La charla no duró mucho. El señor Ronsem sólo le hizo un par de preguntas rudimentarias y ella responde
Ronsem: Bueno. Pues de momento todo está bien. Aquí no necesitamos saber absolutamente todo de nuestros residentes. Así que descuide. Entiendo su sorpresa. Nos basta con lo justo y necesario. Nombre, edad, y poderes… Así que bueno… Entonces te llamas Suki, tienes 17 años, y tus poderes son súper fuerza y velocidad, controlar y leer el ki, aunque eso es más una técnica a dominar que un poder querida – la corrigió amablemente y sonriendo – Y disparar bolas de energía. ¿Algo más? – Preguntó mirando fijo a la chica.
Gojeta: Bueno… Sé que puede parecer una tontería pero… Me preguntaba si habría una habitación libre para mí cerca de la 247… - Pregunto con timidez
Ronsem: ¿La 247? Mmm… Veamos… Revisó los archivos en el ordenador… - Pues has tenido suerte… Tenemos la 250. ¿Te vale? – Le preguntó mirándola.
Gojeta: Esto… Si. Claro. Gracias…^^ Y se levantó y se fue del despacho rápido.
Kairin: ¿Y bien…? ¿Qué tal ha ido…? – Le pregunto a su nueva/vieja amiga …
Gojeta: Nada, nada. Echa el freno… (Se burló un poco pero bastante simpática).
Kairin: JA… JA… - Le siguió la broma
Y mientras ambas chicas compartían unas momentáneas risas, el altavoz las interrumpió con un aviso importante…
AV(alta-voz): Jóvenes internos. Les pido encarecidamente que terminen pronto lo que están haciendo y que los que aun no se hayan levantado y/o almorzado, vayan inmediatamente a la cafetería y coman. Tenemos una pequeña reunión estudiantil que tratar y varias noticias que dar. La primera, es que van a tener ustedes a 3 nuevos compañeros…
Kairin y Gojeta: ¿3 nuevos compañeros? – Se preguntaron a la par.
AV: Prosigo… Los nuevos son 2 chicos y 1 chica. Y el segundo puesto del día es que, como muchos ya lo saben, cada vez que hay alumnos nuevos, hay ritual. De modo que los espero a todos en la sala Pizayu, allí a las 5:00. Que además tengo otras cosas de las que informar. A las 5:00. No se retrasen. Eso es todo.
Kairin: Vaya… Pues aun tenemos un par de 2 horitas hasta las 5. Además, después de la última vez, no tengo muchas ganas de otro ritual de iniciación… - Dijo con tono de amargura
Gojeta: ¿La última vez? ¿Por qué? ¿Qué paso? – Pregunto intrigada e inocente…
Kairin: Bueno verás… Es que aquí… Cuando llegan alumnos nuevos montamos una especie de ritual de iniciación o torneo de artes marciales para dar la bienvenida a los nuevos… Y casi siempre solemos contar con la presencia de un viejo que… - goleta sonrió y la interrumpió con la mano.
Gojeta: ¡Ah!... No me digas más… El maestro Roshin, ¿verdad? – Le sonrió
Kairin: ¿Eh? ¿Lo conoces? ¿En tu tiempo ese viejo decrepito sigue vivo? Ay, que depresión… - Suspiro amargada
Gojeta: Pues sí. Sigue vivito y coleando. O más bien, vivito y acosando… - Contestó cerrando los ojos resignada…
Kairin: Jajaja ¿Entonces a ti también te ha intentado tocar? – Eso la alivio algo.
Gojeta: ¿La pregunta correcta con ese viejo maestro pervertido sería, con que chica no lo ha intentado… No crees? – Pregunto sonriendo arqueando una ceja
Kairin: Cierto… jajaja… Bueno… ¿Entonces qué hacemos hasta las 5? – Bueno, podríamos ir a la cafetería a ver si Goku sigue allí. ¿Te apetece? – Dijo…
Gojeta: ¿Eh?... Ah… Bu-bueno. Vale^^
Y ambas chicas salieron en dirección a la cafetería. Mientras a unos cuantos metros de ellas, aun reposada sobre su cama, una solitaria y siniestra chica, como todos la consideraban, empezaba a abrir los ojos con pesadez y con un pequeño y sonoro bostezo. Comenzó a estirarse mientras se levantaba de la cama con una amplia sonrisa y se dirigió a la ventana a ver el paisaje…
???: Aaaaah… (Suspiro) ¡Que día tan bonito hace…!^^ - Estaba muy alegre…
Hacia un día bastante soleado y bello para su gusto. De modo que fue enseguida a la puerta de su cuarto para toparse con un joven bastante mono para su gusto que la miraba adulador…
???: ¿Mi-mica…? ¿Eres tú? – Preguntó el pobre chico al ver a Mica tan alegre…
Mica: ¿Mica…? ¿Ese es mi nombre…? ¡Qué bonito! ¡Me gusta!^^ ¿Y tú quien eres…? – Le pregunto de lo más feliz…
???: Mi-mica, soy yo… Jhon – Contestó
Mica: ¿Jhon? Pues no me suena tu nombre. ¿Te conozco? – Decía inocente
Jhon: ¿Cómo que no? Si te conozco desde hace años… Mica… ¿Estás bien…? – Le preguntó algo preocupado.
Mica: Si. Claro. ¿Por qué no iba a estarlo…?^^ - Su sonrisa era imborrable
Jhon: Pu-pues… Porque… Esto… ¿Cómo decírtelo…? Es que tú no eres así… - Decía con bastante inseguridad.
Mica: ¿Cómo que no? Yo siempre he sido así… - Decía algo más molesta casi refunfuñando como una niña pequeña…
Jhon: Que no Mica… Te digo yo que no… Que ahora estas diferente… - Dijo
Mica: Pues vale… ¿Entonces como soy yo según tu…? – Se cruzó de brazos y miró algo molesta y orgullosa a Jhon, bastante seria como una niña refunfuña.
Jhon: Pues… Esto… Eres una chica fuerte y poderosa… Tienes un orgullo inmenso y mucho carácter… Siempre quieres estar sola… Te enfadas con mucha facilidad… Y no tienes miedo a nada. Serias capaz de destruirlo todo si tuvieras ganas… - Le dijo muy dudoso.
Mica: ¡AAAh…! ¡NO! Yo no soy así. ¡MIENTES! – Negó tapándose los oídos y se fue corriendo enfadada lejos de él.
Jhon: “Madre mia… ¿Qué le pasa hoy a Mica? ¿Por que estará tan alegre y tonta como una cría…? ¿Será por el accidente de la cámara de gravedad…?” – Se puso a pensar preocupado detenidamente…
Mientras, Mica estaba pensando con una notora rabieta infantil, lo mal que le habían sentado las palabras de Jhon, sin darse cuenta, ni tan siquiera notarlo, su cuerpo por el pequeño y tonto enfado, empezó a expulsar un fuerte calor con altos grados, desintegrando todo lo que tocaba. Pero como ese era uno de sus poderes, sin que ella lo supiera, lo pasó totalmente por alto y llego al pasillo de la cafetería. Y al instante la rabieta infantil y tonta se le olvidó, al oler desde donde ella estaba en el pasillo, lo que parecía el rico y delicioso olor a dulce de chocolate recién hecho al que no pudo resistirse…
Y pegando saltitos alegre y despreocupada como una bobalicona con una amplia sonrisa de lo más tierna, llegó a la puerta de la cafetería y la abrió con bastante indiferencia, pero mirando a todos lados en cuanto entró, al ver a tanta gente reunida hablando o comiendo, ya fuera de pie o sentado…
Nadie solía estar dispuesto a perder el tiempo mirando a ver quien había entrado allí, pensando que no tendrían nada interesante que ver, así que ignoraron por completo a Mica. Lo cual, la muy inocentona de Mica se tomo bien, pues simplemente pensaba que no la miraron porque no la habian visto…
Mica: “¡Hola a tod@s!”^^ - Los saludó y sonrió mostrando una amplia sonrisa…
Todos miraron con bastante desinterés pensando que así se callaría y los dejaría en paz… Cuando todos se quedaron lo que se dice… de piedra, al ver a la siniestra y solitaria Mica completamente desnuda y sonriendo…
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Nadie decía nada. Todos estaban sonrojados. Muchos por la vergüenza y muy pocos otros por atracción física…
Lo más sorprendente, es que Mica tampoco decía nada. Seguía ahí de pie tranquilamente con total normalidad, mostrando sus encantos naturales como si nada y sin pegar unos gritos…
De todos los presentes, los únicos que la miraban con segundas intenciones eran Arturo y Kiyomi quien hacía rato también se levantó bastante recuperada para bajar a desayunar y almorzar y ahora se arrepentía un poco de haberse levantado, pues ver ahí delante a Mica en semejantes… condiciones, le provocó una pequeña hemorragia nasal que tuvo la suerte de poder disimular…
Kiyomi: “Aún debo estar durmiendo. Necesito un café y espabilarme” - Pensó
Todos los demás, la miraban con bastante vergüenza y sonrojo, sin atreverse ninguno a hablar, viendo como la nueva Mica con una sonrisa y muy alegre, se dirigía indiferente y feliz a la zona de los meseros para probar esos dulces que tenían aquel rico olor…
Y mientras Mica lo cogía, un decidido y muy orgulloso príncipe se cansó de tener que soportar semejantes escenitas, así que cogió aire y se acercó a la insolente y desvergonzada chiquilla que tantos problemas le había dado ya y antes de poder soltarle la primera palabra en cuanto la volteó, Vegeta se sintió completamente y por sorpresa, aprisionado entre los brazos de la desnuda Mica, que lo estaba abrazando.
Vegeta: ¡Ah…! ¡Quítate de encima insecto! – Se la quitó algo bruscamente.
Mica: jiji ¡Qué divertido eres…!^^ - Dijo
Vegeta: Esto… Si… Lo que tú digas… Esto… ¿Se puede saber que te pasa sabandija? No piensas vestirte en todo el día o que pasa contigo, ¿eh? - Serio
Mica: ¿Eh? – Se miró el cuerpo… - ¡Oh vaya…! Jiji^^ Parece que mi ropa desapareció… Jeje Con razón hacia tanto fresquito jiji… - Se reía tontamente
Vegeta: “Hmp… Esta mocosa debe estar más loca de lo que pensaba…” – Pensó.
Mica se había comido rápidamente el dulce y sin pensarlo dos veces, a pesar de cómo la trató, Vegeta se sorprendió al comprobar que esa estúpida chica, por alguna razón no parecía querer separarse de su lado ni se comportaba ya con la acostumbrada frialdad que todos conocían y que Vegeta prefería. Y tenerla tan cerca lo incomodaba mucho.
Vegeta: “Esta no es la idiota con la que estoy peleando cada dos por tres… Ni siquiera parece tener el mismo odio que me tenía… ¿Por qué ahora actúa de una forma tan estúpida? ¿Qué le ha dado…? ¡Arg… Además es una pesada… No me la quito de encima ni a tiros. La prefería antes cuando ignoraba a todo el mundo como yo” – Vegeta estaba perdiendo los nervios.
Se acercaba el momento de conocer a los alumnos nuevos en la sala Pizayu, a lo que Vegeta dio gracias por tener esa suerte y quitarse de encima aunque sólo fuera un rato, al incordio de Mica…
Cada cual iba a su pachorra y su ritmo.
Todos tenían ganas de conocer a los nuevos. Algunos más que otros. Por lo que las velocidades en la marcha, variaban bastante. Pero finalmente a las 5:00, estaban ya todos los residentes metidos dentro del salón allí sentados…
La mayoría estaban realmente cansados y aburridos, por no decir hartos, de tener que soportar siempre esos estúpidos discursos, cada vez que vienen vecinos nuevos… Así que todos, o casi, se limitaban, o a ignorarlo, o directamente dormían un rato al sillón…
Kairin era la que más fijamente miraba hacia la puerta esperando que se abriera para ver a su amiga y conocer a los otros dos nuevos por su intriga…
Mientras, Vegeta estaba siendo acosado físicamente por una loca y entusiasta Mica de lo más infantil con un abrazo y también acosado por los incansables ojos espeluznantes de Adam, al que cada vez que miraba, le erizaba la piel, y todo eso le estaba sucediendo ante unos disimulados ojazos muy celosos…
Goku se sentía acorralado entre la espada y la pared. Si volvía a intervenir… No solo haría sentirse a Vegeta humillado nuevamente por la dependencia, sino que sería todo demasiado evidente si actuaba celoso…
La situación era bastante penosa, pero era mejor eso que los acostumbrados e insufribles discursos del señor Ronsem.
Y así pasaron unos minutos, hasta que se abrieron las puertas de la sala Pizayu y todos miraron con interés y curiosidad por conocer a los nuevos.
No obstante, se precipitaron al hacerse ilusiones, pues la persona que entró por la puerta no era ninguno de los nuevos residentes. Sino el viejo decrépito y muy pervertido maestro, que conocían.
Ronsem: Bienvenido Maestro Roshin - Saludó educadamente siendo ignorado.
Roshin nada más entrar se acercó rápidamente al centro y al lado de Kiyomi, Mica y Kairin y literalmente empezó a tener sus típicas y depravadas alucinaciones en compañía, por supuesto, de unos cuantos miles de chorros de sangre por la nariz sin parar.
Pero una cosa que Kairin tenía bien clara, es que no iba a cometer dos veces el mismo error de despistarse con el viejo vicioso. Esta vez y todas las que vinieran, no lo perdería de vista por nada. Y gracias a eso, evitó que la volviera a manosear descaradamente, regalándole una fuerte patada en la retaguardia. Y claro está, Kiyomi no iba a ser menos. Y como en ese momento estaban las dos, una al lado de la otra, sin darse cuenta fueron a golpearlo al mismo tiempo ya que el maestro Roshin, iba a tocarlas a ambas a la vez. Y por lo tanto, tras un doble golpe bien merecido, salió volando contra el suelo.
Una vez el espectáculo terminó, las puertas volvieron a abrirse de par en par, dejando ver a dos jóvenes apuestos acompañados de una chica igualmente hermosa con cierta ternura encantadora
El primer chico se llamaba Eric. De 16 años, pelo rubio y largo hasta la cintura y ojos marrones claros. Media estatura, piel blanca, usaba jeans rojos, zapatillas negras con cordones blancos, remera negra y camisa blanca desabotonada…
La chica se llamaba Gojeta de 17 años. Era de estatura mediana casi alta. Tenía la piel algo bronceada. Era morena con el pelo negro y un poco más abajo de los hombros recogido con una coleta y flequillo que le tapaba prácticamente toda la frente y las orejas. Sus ojos eran castaño oscuro casi negro, y era delgada con unos brazos algo fuertes…
Kiyomi: “¡ES ELLA…! La chica que me salvó… Esa chica tan extraña…” – Pensó.
Y finalmente el último chico, era uno llamado Kai de 16 años. Tenía el pelo castaño corto y liso. Sus ojos eran marrones, piel blanca, era alto, delgado y vestía una camisa negra, pantalón rojo, saco marrón y unos zapatos cafés.
Tras haber conocido finalmente a los 3, una alegre y soñadora Mica, ahora mismo al ver la cara de uno de los nuevos, ya no parecía la tierna chiquilla infantil amante de los dulces y sonrisas.
Por alguna razón desconocida, al haber visto la cara de uno de ellos, Mica dio unos pocos pasos hacia atrás verdaderamente impactada y se sujetó la cabeza con fuerza y descontrol pegando gritos de dolor mental, y se calló al suelo desmayado por todo por unos segundos. Pues al cabo de un par de minutos, recobraba la conciencia y al verse rodeada de todos sus compañeros preocupados con intriga, Mica se sintió muy incómoda y molesta.
Mica: ¿Qué demonios me miran tanto insecto? ¿Tengo monos en la cara o…? – Miró a los nuevos sin poder recordar nada de lo sucedido desde ayer…
Todos: “Vaya… Ha vuelto…” – Pensaron.
Continuará…………………..