No tenía constancia de cuánto tiempo había pasado. Ni si quiera de cuando se dejó caer en un profundo sueño. Seguramente provocado por aquella estúpida canción que ahora no se le quitaba de la cabeza, recordando vagamente habérsela escuchado tararear a Kakaroto para él en la enfermería. No llegó a escucharla de principió a fin, pues suponía que el cansancio y los dolores lo dejaron demasiado aturdido obligándolo a dejarse vencer por el sueño. Pues no recordaba nada más… Entonces despertó de la cama como si nada. No había nadie a su alrededor. Estaba totalmente solo. Se sentía como sumergido en un vacío. ¿Por qué no había nadie? ¿Ni enfermeras o doctores? ¿Ni profesores? ¿Ni el señor Ronsem? ¿Ni sus compañeros? ¿Ni… Kakaroto? ¿Ni siquiera él? Eso lo dejó de lo más confundido. Jamás en la vida, después de tantos entrenamientos, alguna que otra enfermedad y/o alguna que otra herida corporal medianamente dolorosa,… En ninguna de todas esas ocasiones conseguía librarse de la presencia protectora de su soldado y amigo Kakaroto a su lado cuidándolo, curándolo, o simplemente ofreciéndole su grata compañía. Entonces… ¿Por qué no estaba ahí? ¿Dónde estaba?...
Pero de pronto sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta abriéndose lentamente. Enseguida pensó que se trataba de Kakaroto. Pero eso estaba muy lejos de la realidad… Pues en cuanto la puerta estuvo abierta totalmente de par en par, la cara de Vegeta se puso rígida por no decir algo pálida, al tener en frente a ese dichoso muchacho, que no había hecho más que molestarlo descaradamente, con esa mirada tan penetrante y pervertida que le hacía sudar en frío…
Vegeta: ¿Qué demonios haces aquí insecto? – Le preguntó con severa molestia y el ceño muy fruncido pero tembloroso
Adam: Encima que vengo a ver cómo estás, ¿me recibes así? – Le respondió amablemente pero con cierto tono de burla y picardía
Vegeta: No necesito que te preocupes. Nadie te dijo que vinieras a verme. Ahora vete – Se dio la vuelta en la cama y le dio la espalda aun echado sobre ella ignorándolo en todo por completo.
Adam: No. Ya me imagino… Seguramente estás decepcionado porque preferías estar con tu querido “amigo”, en el que no dejas de pensar ni siquiera cuando estas peleando, ¿eh?
- Dijo sarcásticamente entre comillas con toda la intención de molestarlo
Vegeta: ¿Qué demonios insinúas sabandija? – Se volvió hacia su él encarándolo. Le hartaba su descaro.
Adam: ¿Yo? Nada. Pero no olvides que uno de mis poderes es leer la mente. Y en las pocas veces que he podido leer la tuya… En la mayoría de tus pensamientos estaba tu chico – Le seguía mirando de forma provocativa, poniéndolo nervioso y disfrutándolo…
Vegeta: ¡Cierra el pico gusano! Tú no sabes nada de mí. No te atrevas a pasarte de listo conmigo y deja de sacar absurdas conclusiones tontas, sabandija – Sus labios y ojos temblaban como en un tic. Sentía que su paciencia poco a poco, más y más lo abandonaba
Adam: Está bien. Como tú digas… - Le decía algo burlón, mientras se le iba acercando poco a poco cada vez más…
- ¿Sabes? Me encantan los chicos malos como tú… Se hacen los difíciles, pero siempre acaban cayendo todos…
- Le sonreía de una manera casi tan pervertida como atrevida a los ojos.
Vegeta: ¿Q-Que has dicho? – Abrió los ojos de par en par como platos…
Adam: Lo que oyes… Desde que conocí esa manera tan gruñona y orgullosa de ser que tienes, me tienes loquito…
- Decía insinuándose sensualmente, acercándose más al cuerpo de Vegeta
Vegeta estaba pálido, pero se sentía prácticamente incapaz de moverse a pesar de que no quería tenerlo tan cerca
Al pervertido de Adam se le hacía interminable la distancia entre ambos a medida que iba llegando más hasta él.
Finalmente consigue alcanzar aquel cuerpo tan sexy de aspecto tan suculento, y sin pensarlo dos veces se coloca encima de Vegeta, antes de darle siquiera tiempo a reaccionar o incluso decir algo, pues le tapó la boca con uno de sus dedos de forma seductora
Vegeta estaba algo aterrado, pero a pesar de eso, lo que más sentía era una enorme confusión al no entender porque su cuerpo no reaccionaba. Sabía que ahora que lo tenía encima, la explicación posiblemente más razonable para estar así de inmóvil, era que seguramente aquel descarado y pervertido de Adam, estaba aprisionándolo contra la camilla, utilizando su súper fuerza sobre él, evitando así cualquier posible fuga. Pero lo que Vegeta quería saber, era por qué su cuerpo no había respondido hasta ahora. Si se hubiera sentido capaz de reaccionar hace un momento, antes de que ese idiota empezara a acercarse, quizás hubiera podido evitar la situación tan incómoda que estaba sufriendo ahora mismo al tenerlo encima de él, con claras intenciones de hacerlo suyo ahí y ahora sin contenerse
Vegeta estaba cada vez más asustado, y sudando frío. Se sentía tan humillado y sucio, que sin darse cuenta, le empezaron a brotar pequeñas lágrimas, provocadas por la similitud de esta situación, con los recuerdos que ahora invadían su cabeza, de la época en la que el miserable bastardo de Frezzer le arrebató la poca inocencia que tenía siendo niño, teniendo en cuenta su orgullo, y poco a poco cada vez más abusaba más y más de él injustamente, convirtiéndolo en su juguete sexual.
Se sentía realmente impotente. Estaba tan sumergido en sus delirios depresivos del pasado, que no se dio cuenta de lo cerca que estaban los labios de Adam con los suyos después de haberlo despojado de su camisa, hasta que abrió los ojos al escuchar un fuerte golpe muy cerca suya. Llevándose la más grata de las sorpresas, al ver frente a él a su querido y fiel amigo y soldado Kakaroto haber tumbado de un golpe a Adam en el suelo. Pero sabía que solo estaba inconsciente. Kakaroto no era tan bruto.
Vegeta: Ka-Kakaroto… - Estaba demasiado nervioso por todas las emociones que estaba sintiendo a la vez
Miró otra vez a Adam, y de repente, un pensamiento invadió su cabeza y volvió a mirar a los ojos a su soldado, quién lo miraba fija y seriamente muy molesto
Vegeta: E-espera. ¿Adam no podía leer la mente…? ¿Cómo es que no leyó tus pensamientos sobre intentar golpearlo para intentar al menos defenderse? – estaba confundido pero tranquilo. Pues aunque no lo entendía, supuso que se desconcentró. Y prefería eso a tenerlo aun encima aprovechándose de él.
Goku: Ni lo sé ni me importa. Pero no iba a tolerar que te pusiera una mano encima. Ni él ni nadie. Eres mío Vegeta – Soltó de golpe dejando totalmente boquiabierto a un sexy y feliz príncipe
Vegeta: Kakaroto… - No pudo terminar la frase, debido a que Goku se abalanzó sobre él, callándolo con un tierno y algo brusco beso, que dejó a Vegeta con los ojos abiertos de par en par a punto de salirse de sus orbitas sin poder creerlo
Goku: ¡Te amo Vegeta! Siempre lo he hecho. Por eso estaba tan pendiente de ti. No dejaré que te ocurra nada malo. Yo te protegeré – Vegeta estaba algo decepcionado aun por el tema de la dependencia. Pero estaba tan feliz y sorprendido que sin darse cuenta se dejó llevar por las caricias de su soldado que no tardaron ni un minutos en volverse totalmente apasionadas y lujuriosas rodeando cada centímetro de su ser. Se sentía tan bien… Era una experiencia increíble… Parecía que Kakaroto lo conocía a la perfección. Más incluso de lo que él creía. Pues estaba siendo besado y tocado por él de una manera perfecta y caliente que lo excitaba a sobremanera. Kakaroto sabía donde acariciarlo y saborearlo. Eso lo estaba volviendo inconscientemente más sumiso hasta incluso llegar a desesperarlo, suplicando por más y soltando algún que otro gemido instantáneo sin poder evitarlo…
Vegeta: Aah… Ka-Kakaroto… Hazlo ya. Maldita sea… - Arqueó su espalda incitando al otro a seguir. Pero Goku hizo caso omiso a las “ordenes” del príncipe. No estaba dispuesto a dejar que esto terminara tan rápido. Tenía toda la intención del mundo en prolongar el acto a más no poder. Si pudiera, hasta incluso volverlo eterno si fuera posible. Tener por fin a su amado príncipe a su merced con esa carita sonrojada tan sexy demostrando placer y sentir que Vegeta no tenía objeción alguna en dejarse poseer de cualquier manera por él, lo hacía el momento más feliz de toda su vida. Y ni loco dejaría de disfrutar cada segundo que tanto había anhelado de aquel maravilloso ser…
Kakaroto empezó de nuevo dando suaves pero muy apasionados besos en los labios de su príncipe, bajando lentamente hasta el cuello, saboreando cada milímetro de aquella piel tan fina y tersa. En un par de minutos subió un poco hasta mordisquear sensual y pervertidamente el lóbulo de la oreja, provocando que Vegeta gimiera más
Pasaron unos pocos segundos, y siguió bajando muy lentamente con la lengua por todo el torso de su príncipe, saboreando y disfrutándolo como el mejor manjar y aumentando poco a poco toda la impaciencia de su amado.
Vegeta: ¡Kakaroto! Mmm… Espabila de una puñetera vez o sabrás lo que es bueno. Aaah… - Vegeta no pudo quejarse más ni reprimir con su orgullo un fuerte gemido de lo más placentero al notar la ardiente y húmeda lengua de su soldado chupando poco a poco su miembro ya erecto, empezando por la punta rosa y bastante hinchada cabeza
Vegeta: Aaaaah… mmm… Aaaaah… Ka-Kakaroto… sigue asi… Aaaaah… - Vegeta arqueaba su más su espalda de forma algo brusca, provocando que su miembro entrara de golpe en la boca de Goku. Pero muy lejos de haberlo sorprendido o incluso molestado creyendo que se atragantaría, Kakaroto no cesó en su labor ni por un segundo y siguió lamiendo de arriba abajo todo el miembro de su príncipe mientras éste colaboraba, meneando seductoramente más sus caderas cada vez mas rápido.
Vegeta se sentía en la gloria, su cuerpo ardía de incontrolable placer. Poco a poco, aumentaba su desesperación hasta que no pudo más y le sujetó la cabeza a Goku con ambas manos y le penetraba la boca con fuerza dominado por sus instintos, hasta que llegó a su clímax, y soltó toda su semilla en gran cantidad dentro de su boca. Y Vegeta se sorprendió al ver que Kakaroto sin pensarlo dos veces se lo había tragado todo gustosamente sin contenciones…
Al príncipe le impresionaba como cambió de actitud su soldado. No parecía el mismo. Éste era tan diferente… Pero igualmente le encantaba esa aptitud tan dominante
Goku: Date la vuelta… - Le susurró seductoramente a su príncipe al oído
Vegeta: ¿Eh? Ah… Si. Dijo con algo de miedo. – Y se dio la vuelta colocándose a 4 patas, dejando en bandeja aquel firme y jugoso trasero tan irresistible…
Goku se quedó un momento contemplando las hermosas vistas que tenía en frente, y sonrió muy ansioso
Seguía queriendo aprovechar el momento tan maravilloso del que ahora era poseedor, y disfrutar cada segundo por si fuera a ser su primera y última vez. Quería gozar durante mucho rato…
Pero por otra parte, sus ganas descontroladas y el inmenso amor que sentía por aquel chico que lo enloquecía a rabiar, no lo dejaban razonar bien las cosas para poder tomarse la situación con calma. Y para colmo, el príncipe tampoco era de mucha ayuda, con esa carita tan sonrojada y llena de lujuria desenfrenada que imploraba placer.
Así que finalmente Goku, severamente desesperado, y dejándose vencer completamente por sus instintos dominantes, agarró a Vegeta por las caderas y lo penetró de forma salvaje y muy apasionada
Vegeta: Aaaaah… - Se quejó Vegeta un poco al principio. Pero por fortuna su entrada de por sí sola ya estaba algo lubricada al igual que el miembro de Kakaroto debido a la excitación momentánea. Por lo que aquella intromisión anal algo brusca, no resultó del todo dolorosa. Y al poco rato, ambos estaban en el séptimo cielo, gimiendo juntos con potencia y descontrol. Goku aumentaba cada vez más la fuerza y velocidad de las embestidas sujetando las irresistibles caderas reales y a su vez el príncipe se dejaba domar, colaborando en mover hacia delante y hacia atrás las caderas de forma exquisita, para sentirlo profundizar más hasta el fondo de é…
Y su soldado no se iba a quedar atrás después de todo lo que estaba haciendo su amado príncipe por el gusto de ambos, y quería hacerlo disfrutar al máximo de todas las maneras posibles. Así que se agacho un poco sin dejar de penetrarlo de aquella forma tan ruda, pegando su abdomen en la espalda de Vegeta, y con una mano comenzó a masturbarlo con firmeza, mientras la otra mano seguía sujetando sus nalgas.
El príncipe no daba más de sí. Sentía que en cualquier momento reventaría de gozo. Y Kakaroto tanto de lo mismo. Vegeta giró la cabeza un poco, lo suficiente para darse un corto beso
Vegeta: Mmmh… ¡Aaah!... Kakaroto… No puedo más…Me voy a venir… - Confesaba entre gemidos y jadeos, mientras se movía ansioso.
Goku: ¡Aaah…! Si sigues así yo tampoco… Mmmh… ¡Aaah…! – Lo seguía masturbando entre fuertes embestidas sin cesar en su labor…
- Te amo Vegeta… ¡AAAAAH…! – Gritó de éxtasis llegando al clímax total, llenando por completo todo su interior
Vegeta: Mmmh… Yo también… – Sus gemidos lo interrumpieron… ¡aaaaah…! ¡aaaaah…! – Se sentía llegando por fín al ansiado final con un fuerte orgasmo.
- ¡aaaaah…! ¡aaaaah…!
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-¡AAAAAH…! – Se levantó de golpe de la cama totalmente bañado en sudor y con una cara impactada. Parpadeó un par de veces mientras miraba en todas partes y vio al lado suyo cerca de su camilla, a Kakaroto durmiendo sobre la mesa, apoyando su cabeza sobre sus brazos bajo ella usándolas de almohada
Vegeta: “¿Era un sueño?”… - Suspiró y se volvió a recostar sobre la camilla bastante agitado y casi sin nada de aire
Se miro por un segundo su cuerpo, y la verdad, es que a pesar de tener algún que otro pequeño vendaje absurdo esparcido por algunas pocas partes de su cuerpo, se sentía bastante bien. No le dolía nada. Pero aquel sueño de lo más erótico que había tenido lo dejó bastante confundido, por no decir preocupado. ¿A qué vino eso? ¿Y por qué tenía que pasar precisamente eso entre él y su soldado? Y lo más importante. ¿Por qué demonios tenía él que ser Vegeta el maldito uke? Obviamente el príncipe de los saiyajin debería ser el seme. Eso seguro…
Vegeta agitó velozmente con desesperación su cabeza a los lados
- “¿En qué demonios estoy pensando?” – Volvió a suspirar un poco y frunció el ceño con total firmeza y algo molesto
Vegeta: “Debo estar cansado. Si. Será eso…” - Y en eso estaba sumergido en sus pensamientos con los ojos cerrados, que no notó al otro despierto
Goku: ¡Vegeta! Por fin despiertas… - Le sonrió ampliamente y se acercó para abrazarlo, dejándolo bastante incómodo
Vegeta: ¡Ah! Kakaroto, quítate de encima ¿Quieres? – Le aparto sus brazos de los hombros algo brusco
Goku: Claro Vegeta. Perdona – Seguía sonriendo alegre como solo suele ser él
Vegeta: Dime Kakaroto… ¿Se puede saber cuánto tiempo llevo aquí metido?
Goku: ¿Mmm?... – Goku miró el gran reloj que colgaba de la pared, que ya marcaba cerca las 22:00 de la noche
- Pues… - Se quedó un rato mirando a las musarañas intentando recordar y calcular cuánto tiempo había pasado
- Yo diría que casi unas dos horas. Los combates empezaron a las 6. Y tú perdiste la conciencia sobre las… 8. Pero no me extraña que te hayas recuperado tan pronto. Después de todo eres fuerte y somos resistentes…^^
- Dijo sonriéndole de manera tierna
Vegeta ante tal comentario se quedó muy callado pero algo ruborizado
Se seguía sintiendo raro por aquel sueño tan extraño y no sabía porqué
Pero entonces unos pequeños recuerdos en cortos flash backs aparecieron en su cabeza seguidamente
Vegeta: “Recuerdo que esa insolente y molesta chiquilla me derrotó de aquella forma tan rastrera, y que debí haber caído al suelo del golpe que me debí dar contra el suelo o la pared. Pero sin embargo, no recuerdo haberme golpeado con nada. ¿Por qué será…? Lo siguiente que recuerdo es haber abierto los ojos durante unos segundos, y juraría que estaba en…”
- De repente miró a su soldado algo asustado pero también con sorpresa antes de volver a sus pensamientos
- “En brazos de Kakaroto… Claro… Debió ser él quien me trajo aquí. Pero… Si no me equivoco, debí desmayarme mientras me cargaba. Porque no recuerdo nada hasta haber oído un sonido profundo y suave y… ¡Oh no! Esa canción otra vez… Recuerdo que me desperté algo somnoliento ya en esta camilla al escuchar de nuevo el tarareo de esa dichosa canción por su parte. Pero ya no recuerdo nada más. Así que debió ser ahí cuando me volví a desmayar o dormir o… ¡Bah! Lo que fuera… Hasta que empezó ese sueño”
- Frunció el ceño muy molesto aun con los ojos cerrados y se cruzó de brazos bastante incomodo y con un leve rubor
Goku: ¿Te encuentras bien Vegeta? ¿En qué piensas? – Le preguntó inocentemente sin dejarlo de mirarlo
Vegeta: En nada Kakaroto. No te importa… - Dijo indiferente sin mirarlo ni cambiar en nada su pose
???: Vaya… Veo que alguien se despertó con el pie izquierdo, ¿eh? – Se oyó cerca una peculiar voz en la puerta
Ambos saiyajines se voltearon para ver de pie en el umbral de la entrada de la enfermería a su compañera Kairin sonriendo irónica arqueando una ceja
Vegeta: ¡Hmp!... – Giró su cabeza hacia un lado con bastante molestia
Kairin: No cambiarás nunca Vegeta… Estoy segura de que ni siquiera le has dado las gracias a Goku por haberse preocupado por ti y traerte a la enfermería. No se ha separado de ti ni un segundo. Que lo sepas… Eso si es un amigo – Le dijo señalando a Goku con toda la intención de reprenderlo
Vegeta se sonrojó levemente pero seguía sin mirar a nadie y sin cambiar su pose ni dejar de fruncir el ceño aun con los brazos cruzados aun mas fuerte
Kairin: ¿Bueno…? ¿Te has quedado mudo o qué Vegeta? ¿Es que no piensas decirle nada a Goku? Se merece un gracias por lo menos… - Cruzó sus brazos mirando a Vegeta.
Vegeta frunció aun más el ceño, gruñó por lo bajo y miró desafiante a Kairin algo alterado y muy molesto y se hartó.
Vegeta: Grr… ¡Cállate de una maldita vez idiota! Yo no tengo porque dar las gracias a nadie. Fue su elección. Yo no le pedí que me ayudara. Y él lo sabe muy bien. Se lo dije. Estoy harto de estar siempre dependiendo – Suspiró
Goku: Y yo te lo dije también Vegeta – Dijo algo cabizbajo, con tono serio pero sorprendentemente sereno sin mirarlo
- Te dije que lamentaba mucho si te sentías así. Pero sabes también que te dije que si necesitabas algo, o te pasaba algo, yo tendría que ayudarte si o si…
- Lo miró a los ojos unos segundos para volver a agachar su cabeza con nervios
Vegeta: … ¡Bah! Déjalo… Aquí hablando solo pierdo el tiempo. Me voy a comer
– Se levantó y se fue dejándolos solos
Goku suspiró casi en profundidad y Kairin al sospechar como se sentía, se acercó a él para consolarlo, colocando una mano en su hombro, aprovechando que él estaba sentado y ella aun de pie.
Kairin: Tranquilo Goku. Seguro que se le pasa. Ya sabes cómo es… - Pero un molesto Goku la interrumpió seriamente
Goku: ¿Saber cómo es? ¿Yo? ¡Claro que lo sé Kairin, maldita sea! La que parece que no lo sabe bien eres tú. Cada vez que abres la boca lo único que consigues es enfadarlo más. O peor… Provocas que me odie mas a mi – De repente al ver la cara sorprendida pero muy triste de la chica se calmó y la miro
Goku: Ka-Kairin, lo siento… No quería decirte eso, de verdad… Sé que sólo lo hiciste con toda tu buena intención. Pero… Es que no sé qué hacer… Acabaré volviéndome loco… - Puso su mano sobre su frente y le dio la espalda
- Se volvió a sentar tras haberse levantado mientras le gritaba antes y se sujetó con angustia la cabeza alterado…
Kairin: No Goku. Tranquilo. No tienes que pedirme perdón. A veces no me doy cuenta de lo entrometida que puedo ser… Vuestros asuntos no me incumben para nada. Y no tenía ningún derecho a meterme así.
Yo lo siento… - Le dijo tranquilamente colocando su mano nuevamente en el hombro de Goku que seguía sin mirarla
Goku: En fín. De todas formas, gracias por querer ayudarme – Levanto la vista y le sonrió a su manera pacíficamente
- Vayamos a comer algo. Es la hora de la cena^^ - Volvió a sonreír aun más como siempre hacía durante unos segundos antes de borrar la alegría de su rostro y abrir los ojos con intriga como si estuviera buscando algo serio
Kairin: ¿Sientes eso? – Comentó de repente sin darse cuenta dejando a Goku algo confuso pero sorprendido
Goku: Si pero… ¿Cómo puedes sentirlo tú? ¿Puedes leer el ki? – La miró a los ojos arqueando una ceja algo extrañado
Kairin: ¿Eh? – De pronto se dio cuenta de lo que le había dicho y de la pregunta que le hizo su amigo, y se tapó la boca.
- Emm… Esto. Si. Jeje. Yo… Me enseño un viejo amigo a leerlo hace años. Jeje
- Colocó su mano en la nuca, prácticamente de la misma forma que solía hacer siempre el alegre de Goku…
Goku: Ah vale… jeje – Pero borró su sonrisa al intentar volver a sentir aquel curioso ki, ahora sin poder localizarlo
Goku: Ha desaparecido… ¿De quién será ese ki? Es muy alto… Y creo que tampoco es la primera vez que lo siento.
Kairin: ¿Eh? ¿Hablas en serio Goku? ¿En donde lo has sentido? ¿Cuántas veces? – Casi le ordenaba algo alterada que se lo contará todo con cada detalle.
Goku: Pues… Yo diría que ahora con ésta, ya es la tercera vez que siento este ki… La primera creo que fue cuando estuve discutiendo con Vegeta antes de su fatal combate contra Mica… -Goku agachó su cabeza un poco pensativo
– La segunda creo que fue cuando… - Volvió a agachar algo sonrojado la cabeza – Cuando llegué a la enfermería y dejé a Vegeta sobre la camilla y… Sin querer ni darme cuenta de por qué lo hice, me puse a tararearle a Vegeta mientras seguía inconsciente (o eso creía él), la misma canción que Vegeta cantó en su combate contra ese Adam…
- Dijo levantando un poco la vista
Kairin: ¡Ah, es cierto! Oye Goku, ¿de dónde salió esa canción? ¿Cómo la conoció Vegeta? Cuando se la escuché cantar en el combate, me pareció una canción bastante tierna. Casi parecía una especie de nana… - ¿Era eso? ¿Acaso era de su madre? – Le preguntó de lo más interesada a su amigo, pero con tono muy preocupado por si acaso había dicho algo malo que no debía…
Goku: … No. No era de su madre… Ella murió poco antes que la mía. Lo cierto es que ninguno de los dos recuerda en casi nada a nuestras madres… Ambos nos criamos prácticamente a la sombra de nuestros padres. Pero… aun así tuvimos buenos padres. Eran estrictos, pero a su manera los admirábamos y respetábamos mucho. Pero a pesar de haber conocido poco a nuestras madres, yo tuve la suerte de haber podido conocer a la mía un poco más que Vegeta a la suya. Por lo que… Puedo recordar la nana que ella me cantaba por las noches… - Agachó la cabeza pensativo y sereno sin tristeza
Kairin: ¿Tu madre? ¿Entonces esa nana te la cantaba tu madre de pequeño? Pero… ¿Cómo la conoce Vegeta? Se la cantaste tu alguna vez, ¿verdad? – Goku asintió y la miró tranquilamente y luego sonrió acostumbrado ya de Kairin
Goku: Es lo único que recuerdo de ella. Y cuando me costaba coger el sueño recordaba esa canción para intentar dormir. Y casi siempre funcionaba. El hecho de que Vegeta la conozca… Es que cuando éramos niños… Bueno… Después de quedar huérfanos, nos fuimos a vivir juntos a una pequeña cabaña de un bosque. Y allí hemos estado viviendo desde entonces hasta recibir la carta… La canción la conoce porque… A pesar de sentirnos mal por haber perdido a nuestros padres, nos sentíamos incapaces de dejarnos vencer por la depresión. Sabíamos que con eso no conseguiríamos nada y más aún. Nuestros padres se hubieran sentido decepcionados. Desde entonces como te imaginarás, por respeto a nuestros padres, y porque nos gusta como ya sabes, nos poníamos a entrenar y pelear a diario como solían hacerlo ellos en vida. Pero un día, Vegeta y yo… Se podría decir que nos pasamos de la raya entrenando. Especialmente yo. Porque al cabo de un par de horas entrenando y ya algo cansados y adoloridos por los golpes, creo recordar que a pesar de eso, yo seguía inmerso en la pelea al igual que él. Pero, Vegeta siempre ha sido presumido y orgulloso. Por lo que intentaba provocarme constantemente para que yo le siguiera atacando con todas mis fuerzas. Y con tal de hacerle el gusto y que dejara de atosigarme, le golpeé bastante fuerte, dejándolo casi inconsciente del golpe, pero afortunadamente solo se quedó algo aturdido por todo. Así que lo llevé a la habitación, y tras vendarle las heridas, refrescarlo un poco, y vendarme yo las mías, fui a ver como se encontraba y noté que Vegeta quería descansar pero de algún modo parecía costarle demasiado conciliar el sueño o más bien parecía estar sufriendo una pesadilla. Así que me acerqué a él a una distancia algo prudente después de todo… Y de repente me acordé de mi madre y su canción… No sabía que funcionaría. La verdad. Incluso pensé que me interrumpiría a media canción con insultos o quejas. Pero en cuanto empecé a cantarla bajito y lo más suave que pude, vi que él no decía nada ni tan siquiera abrió los ojos. Pero creo que aun así me escuchó sorprendido y se quedó callado. La canción tardo un par de minutos y cuando por fin la terminé, miré a Vegeta, y me di cuenta de que se durmió. Pero por respeto a él, y sabiendo que seguramente a la próxima no me libraría de su bronca, aquella canción jamás la volví a mencionar ni para él ni para mí, hasta el punto casi de olvidarla. Aunque yo a veces la seguía recordando sin darme cuenta. Y así pasaron los años. Así que entenderás mi sorpresa al haber visto a Vegeta cantar aquella canción en el combate. ¿Cómo podía recordarla tan bien, si solo la escuchó una vez? – Miró al techo muy pensativo y algo confundido.
Kairin: No lo sé – Mintió. Ella ya sospechaba la razón, pero prefirió callar. – Vámonos tú y yo también a comer. ¿No tienes hambre? - Le sonrió ampliamente con la mano en su hombro
Goku: ¿Eh? – Bajo la cabeza y la miró poco antes de que sus tripas sonaran…
Kairin: jajaja Lo sabía. Anda Goku. Vamos a comer. Ya es tarde. Cenemos algo y vámonos a dormir – Y salió por fin de la dichosa enfermería seguido de el hambriento y alegre Goku de siempre, olvidando ambos, el hecho de que el/la dueñ@ de aquel poderoso ki debía andar cerca. Y de hecho, se encontraba justo en ese momento espiándolos desde el techo ocultando perfectamente su ki de cualquiera que pudiera sentirlo
???: Buf… - Suspiró con alivio y algo de miedo – Un poco más y me descubren.
Y bajó volando en silencio y con mucha cautela y despacio al suelo en cuanto Goku y Kairin desaparecieron de su vista, quedándose de pie mirando en la dirección en la que ambos se fueron.
???: Debo tener más cuidado. No puedo arriesgarme a que me vean. Podría ser peligroso. Y más para mí – Dijo en alto
De pronto como salida de la nada por el mismo pasillo y tras sus espaldas, apareció una chica de unos 23 años con el pelo negro hasta los hombros. Ojos azules y oscuros y era alta y delgada. Vestía un traje de guerrero que tenía ramera gris de manga larga, pantalón negro y una armadura negra y amarilla.
¿¿¿: ¿Quién eres tú? Le preguntó la morena a aquella extraña persona…
Al oír que tenía a alguien detrás, se volteó rápidamente, pero no del todo, para ver a esa chica y sin pensarlo dos veces, con miedo y un poco alterada y con prisas, colocó dos dedos en su frente y simplemente desapareció de allí
La chica morena se quedó algo boquiabierta pero muy poco, y tras unos breves segundos de meditación, decidió volver a sus quehaceres ignorando el asunto, yendo de camino a la cafetería a cenar después de horas.
Y de camino se preguntaba…
¿¿¿: ¿Quién será esa chica…?
Continuará……………………………….