Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Love Hangover por xlhsmlkt

[Reviews - 166]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

¡Muy buenas noches a todos! Bueno, vengo a actualizar más rápido de lo común, pero es que este capítulo es relativamente corto, aún más que él anterior, pero es que creí que sería suficiente para explicar la continuación de Jongdae y Minseok, so, lean♥, espero les guste aunque sea un poquito♥.

Capítulo 7

 

Let me know

 

 

 

 

—       Minseok, ¿no has ido al médico? — Limpié el sudor de mi frente al mismo tiempo que negué. — ¿Quieres que te lleve?

 

 

—       No te preocupes Chanyeol, realmente no quiero entretenerte mucho. — Intenté sonreír sin embargo mis labios no podían reflejar algo que no sentía. Ánimos.

 

 

—       ¿Pero cómo fue que te enfermaste? — Caminé hasta el pequeño sillón de mi sala de estar y me senté en el cubriéndome con una cobija ya que el frío se hacía presente en mí debido a la fiebre.

 

 

—       Me moje anoche cuando regresé a casa del antro. — Un nudo en mi garganta se formaba de recordar lo ocurrido. — Y añadiendo el hecho de que también hacía frío, pues resulto en esto. — Mis ojos se cerraron un poco debido a la somnolencia y el cansancio.

 

 

—       Deberías ir al médico. — Chanyeol volvió a insistir, pero yo volví a negar.

 

 

—       Sólo es cuestión de dormir. — Miré hacía mi jefe por unos momentos, hasta que volví a hablar. — Pero no te llamé para que me dijeras que hacer, sino para que vinieras por la chaqueta que Baekhyun dejo en mi auto anoche, ayer se fueron sin decir nada que ya no pude entregársela. — Tome la prenda del descansabrazos del sillón y estiré mi mano hacía Chanyeol.

 

 

—       ¿Eh? ¿Por qué me llamaste a mí en ese caso…? — Reí un poco ante la reacción un tanto graciosa que hizo, al tiempo que tomó la chaqueta entre sus manos.

 

 

—       No podía comunicarme con Baekhyun, el móvil está en la chaqueta y no tengo otra forma de dar con él.  — Me reacomodé en el sillón y me envolví más en la cobija.

 

 

—       Jongdae pudo haber venido por ella. — Una ceja en su rostro se arqueo, en cambio, mi rostro sólo perdió más su color.

 

 

 

Esa era la opción más coherente y sencilla.

 

 

Solamente que yo no quería verlo… Aún.

 

 

 

—       Pero te llamé a ti para decirte que no podría ir… — Susurré y oculte medio rostro tras la cobija esperando que Chanyeol no insistiera más en el tema.

 

 

—       Ya, de acuerdo, entendí. — Mostró una tenue sonrisa y se sentó en el sofá que estaba frente a mí y se quedó mirando la chaqueta de Baekhyun durante unos segundos.

 

 

—       Chanyeol. — Lo llamé y recargué mi cabeza en uno de los descansabrazos intentando estar más cómodo. — ¿Cómo te sientes? Después de lo de Min… — Mordí mi labio inferior deseando no ser indiscreto.

 

 

 

No obstante, después de mi pregunta vi una sonrisa en los labios de Chanyeol, tranquilizándome al instante.

 

 

 

—       Cuando rompió conmigo creí que sería el fin del mundo, sin embargo las cosas no fueron así… — Me miró mostrándome la sinceridad de sus palabras.

 

 

—       Me da gusto que estés superándola. — Sonreí un poco, aunque él no pudiera verlo porque mis labios seguían ocultos tras la cobija.

 

 

—       Aun no la supero por completo, pero en eso estoy, todo gracias a… — En ese instante Chanyeol acallo sus palabras, dejándome intrigado.

 

 

—       ¿Gracias a…? — Descubrí mi rostro tratando de enfocarlo, ya que mi vista estaba un poco nublosa por la fiebre.

 

 

—       No, nada. — Río nerviosamente. — Bueno, yo… Minseok, ¿crees que es malo que gracias a alguien, no esté pensando ahora en Min…?  

 

 

Me sorprendí al escuchar sus palabras, porque siempre creí que Chanyeol sólo tenía la capacidad de ver a Min, pero ahora parecía no ser así.

 

—       No es malo si te ayuda. — Ladee mi rostro un poco. — ¿Conociste a una chica? — Pregunté curioso.

 

 

—       ¿Eh? Ah, no, no es una chica… No, digo, es una nueva amistad y me ha ayudado y… — Rascó su nuca y yo sólo lo miré más confundido. — Es una persona que ha ocupado mi mente… Esos es todo.

 

 

—       Eso no tiene por qué estar mal Chanyeol, tranquilo. — Negué un poco divertido gracias a él. — Al contrario, si es algo que te está ayudando, deberías disfrutar.

 

 

—       Sí, tienes razón, gracias. — Se tranquilizó y me mostró una sonrisa más relajada. — Tengo que irme al restaurante, y por favor, ve al médico, si necesitas algo, llámame a mí o a Jongdae, sabes que ambos vendremos a ayudarte sin rechistar, ¿de acuerdo?

 

 

—       De acuerdo. — Asentí e intente ponerme de pie, pero Chanyeol se puso de pie antes que yo y se colocó frente a mí.

 

 

—       No hagas esfuerzos, mejor dedícate a descansar este día. — Colocó su mano sobre mi frente y vi como negó con su cabeza. — En serio tienes mucha fiebre, pero eres un terco que sé que no aceptarás que te llevé al doctor.

 

 

—       Me conoces. — Dije sin fuerzas y suspiré profundamente al sentir como un alivio la mano de Chanyeol ya que esta estaba fría. — Dormiré todo el día, y si para cuando despierte aún tengo la fiebre, iré al médico, ¿está bien? 

 

 

—       Está bien, sé que no habrá forma de hacerte cambiar de opinión, pero al menos, deja que te haga un té para que puedas dormirte más rápido, ¿sí? — Sonreí con discreción y asentí cerrando mis ojos. — De acuerdo, entonces no tardo, dejaré la chaqueta de Baekhyun aquí.

 

 

Abrí uno de mis ojos y noté como dejo la prenda sobre mí, a lo cual sonreí de forma ladeada al recordar algo.

 

 

Mis celos.

 

 

Aquellos celos que llegaron a mí al momento de saber que él y Jongdae eran mejores amigos desde hace años, aunque eso no era lo que me ponía así, sino que se notaba el gran cariño que ellos se tenían, cariño por el cual yo moría.

 

 

Quería un poco de ese cariño, de ese amor por parte de Jongdae.

 

 

—       No, yo no soy así. — Me dije sacudiendo mi cabeza para alejar esos pensamientos de mí. No tenía razones para ponerme así, al fin  y al cabo Jongdae y yo sólo éramos amigos.

 

…Y cuan patético sonaba eso en mi mente.

 

Amigos.

 

Era obvio que siguiéramos siendo amigos, jamás me había atrevido a ser algo más, ni siquiera había hecho el intento, en cambio anoche Jongdae me demostró una parte que no conocía de él.

 

Pero me sentía asustado.

 

Todo porque no sabía si era real o sólo eran deseos originados por la bebida.

 

Tal vez debí de haberme quedado como él me lo pidió y averiguar la verdad, pero era demasiado cobarde como para hacerlo.

 

—       Listo, aquí está tu té. — Giré en dirección a la cocina y miré como Chanyeol traía una taza y una sonrisa en sus labios. — Lo hice como a mí me gusta, espero que también te guste, y si no, te aguantas porque es lo que hay.

 

—       ¿Así tratas a uno de tus chefs estrellas? — Reí un poco y me recompuse en el sofá, descubriendo parte de mi cuerpo para tener la libertad de tomar el té entre mis manos. — Gracias Chanyeol.

 

—       No tienes que agradecer, eres mi chef estrella, tienes que recuperarte pronto. — Sonrió divertido y cogió de nuevo la chaqueta entre sus manos. — Ahora si me voy, que tengo que ir al restaurante. Duerme, más tarde te marcaré o mandaré mensaje para saber cómo sigues.

 

—       Manda mensaje, porque posiblemente estaré dormido y no responderé o puede que me despiertes, ¿sí? — Dije sintiendo algo de pena, no quería ser muy exigente.

 

—       Está bien, ahora si me marcho, mejórate Minseok. — Poso su mano sobre mi cabeza y me despeinó con suavidad, para posteriormente salir de mi apartamento dejándome solo.

 

Cuando cerró la puerta tras de sí, soplé el té y con cuidado di un sorbo, generando de inmediato un gesto.

 

Estaba extremadamente dulce.

 

Sin tener otra opción, deje la taza sobre la mesa central de la sala y volví a reacomodarme en el sillón pequeño intentando encontrar una posición cómoda; siempre supe que a Chanyeol le gustaban las cosas dulces, pero jamás creí que tanto.

 

—       Ahora debería dormir un poco. — Suspiré y mi mirada viajo hacía mi móvil el cual estaba junto a la taza.

 

Al verlo, estiré la mano cogiendo este dándome cuenta que faltaba poco para que fuera medio día.

 

Inconscientemente, viaje hasta la opción de llamadas perdidas, y ante mis ojos, se mostraba una larga lista de llamadas perdidas que eran de Jongdae a distintas horas, a las tres de la mañana, seguramente después de que había salido huyendo, después, a las cinco y seis de la mañana, después de esas horas no había tenido otra llamada perdida.

 

¿Se habrá cansado de buscarme? ¿O habrá comprendido que necesitaba espacio para pensar sobre todo? Conociéndolo, era la segunda opción, ya que Jongdae tenía la increíble habilidad de saber lo que yo necesitaba, siempre.

 

Y esa había sido una de las razones por las cuales había terminado enamorándome de él.

 

Junto con su voz, su sonrisa, sus labios curveados en las comisuras, su mirada, su piel, su carisma, su forma de ser… Su forma de mirarme.

 

 

Cerré mis ojos y mi piel se erizó al recordar sus besos.

 

Por qué ahora que había probado de sus labios, quería volver a tenerlos, y obtener más y más de él.

 

Esos deseos egoístas jamás se apartaban de mí.

 

 

Bloquee el móvil y lo coloqué de regreso en la mesa y me cubrí por completo con la cobija, pues el frío causado por la fiebre no me daba tregua.

 

—       Ya Minseok, duérmete. — Me dije mientras pasé una mano por mi frente sintiendo las gotas de sudor recorrer mi piel así como el calor que desprendía, lo cual contrastaba con el frío que yo estaba pasando.

 

 

Debido a eso decidí no pensar más, y dejé de pensar unos momentos en él, los cuales fueron suficientes para terminar dormido, deseando que después, mi mente quedará con las ideas claras.

 

 

 

»»»»»»»»»»»»»»

 

 

 

 

 

 Todos los días me siento tan afortunado

Quiero confesar mi escondido corazón, te quiero…

 

 

 

 

 

Con dificultad abrí mis parpados y estiré mi cuerpo al sentirlo adolorido a causa de la posición incómoda en la que había dormido.

 

Cuando por fin pude recobrar los sentidos, me di cuenta que había despertado a causa de la melodía que mi móvil reproducía anunciándome que tenía una llamada, por lo cual, aún con la vista borrosa debido  a que recién despertaba y con algo de torpeza, cogí el aparato contestando la llamada sin ver el remitente, pues creí que era Chanyeol quien me estaba hablando.

 

Pero no, me había equivocado.

 

—       ¿Minseok? ¡Por fin me contestas! He estado muy preocupado por ti… — Mis ojos se abrieron en sorpresa y mi piel se estremeció al reconocer la voz de Jongdae. — ¿Minseok, estás ahí? Por favor, no me vayas a colgar, necesito hablar contigo… Realmente lo necesito.

 

Mi corazón empezó a palpitar sin coherencia alguna al escuchar sus palabras, las cuales de cierta forma me emocionaban.

 

—       Por favor, necesito verte, necesito saber que estás bien, he estado muy preocupado por ti desde anoche y aún más cuando Chanyeol me dijo que estás enfermo, yo… Necesito verte Minseok… En estos momentos estoy frente a la puerta de tu apartamento. — Por inercia giré hacía la puerta, tragando en seco sintiendo una molesta en mi garganta ante el dolor que estaba empezando a presentarse en ella.

 

¿Debía abrirle?

 

Apenas anoche yo había llorado frente a él, me había sentido lastimado por algo que ahora parecía no tener sentido para mí, ¿sería buena idea hablar con él?

 

En este momento, lo qué me impedía tomar decisiones era el miedo a escuchar de sus labios que sólo había deseado estar conmigo por cuestión de una noche, si eso pasará, no lo podría resistir.

 

 

—       Minseok, por favor… No me iré de aquí hasta que abras la puerta, por favor… — Mi corazón se estrujo al notar el tono de desesperación en la voz de Jongdae.

 

Al parecer los dos estábamos igual.

 

Por ello, era hora de tomar una decisión.

 

Sin decir palabra alguna, corte la llamada y coloqué mi móvil de vuelta en la mesa y descubrí mi cuerpo para tomar camino hacia la puerta.

 

Pero mientras más me acercaba a esta, mi pulso se disparaba y sentía que mi cuerpo aumentaba en temperatura, como si la fiebre fuera aún más intensa.

 

—       Minseok, ¿estás bien? — Pude escuchar su voz del otro lado de la puerta y seguido de este unos toques que sonaban un tanto desesperados. — Minseok, Minseok…

 

Escuchar mi nombre tantas veces por parte de sus labios, creo un efecto colateral en mí.

 

—       ¡Min… seok…! — Abrí la puerta justamente cuando volvía a repetir mi nombre y mis ojos se abrieron en demasía al notar el gran moretón bajo su ojo, cuando estuve a punto de preguntar, él se lanzó hacía mí y me abrazó como nunca lo había hecho.

 

—       ¿Jongdae…? — Articule con dificultad ante la sorpresa.

 

—       Me siento aliviado de que estés bien, no sabes cuan preocupado estuve por ti todo el día, no contestabas mis llamadas y cuando vine en la mañana no quisiste abrir la puerta… — Los brazos de Jongdae me estaban estrujando con demasiada fuerza que sentí como el aire salía de mis pulmones, pero aun así no me atreví a terminar el abrazo, pues por primera vez desde que nos conocíamos, él se había atrevido a abrazarme así, con esta inmensa calidez.

 

—       Lo siento… — No supe que más decir pues me sentía en un estado de asombro. — Yo necesitaba…

 

—       Tiempo y pensar, lo sé… — Terminó la frase por mí y poco a poco fue soltándome para tomarme de los brazos y verme fijamente, dándome la oportunidad de ver con mayor claridad su rostro. — Chanyeol me dijo que estás enfermo… — Asentí con letargo y sentí que mi rostro tomó todos los tonos rojos existentes al ver como Jongdae se aproximaba a mí sin más.

 

—       ¿Qué haces…? — Intenté retroceder pero sus manos no me soltaron, y al segundo siguiente descubrí sus intenciones: él sólo quería tomar mi temperatura con sus labios pegados a mi frente, que aunque fuera una acción inocente y sin dobles intenciones, yo lo había captado de otra forma.

 

—       Aún tienes fiebre y estoy seguro que no has ido al médico, ¿cierto? — Su mirada se clavó en la mía y sentí como si mis piernas perdieran la fuerza, por lo cual me destantee un poco, siendo aferrado de inmediato por Jongdae. — Tienes que ir al médico… — Susurró las palabras a mi oído, cosa que no pude soportar.

 

—       Iré mañana, gracias por preocuparte… Ya puedes irte a tu casa. — Apoyé mis manos sobre su pecho y gentilmente lo aleje de mí. Pensar en la noche anterior aún me causaba estragos.

 

—       No, no me iré… Minseok, lo siento, discúlpame por lo que pude haberte hecho ayer, realmente nunca fue mi intención dañarte… Yo… — Su entrecejo se frunció y su mirada se perdió un poco, logrando capturar toda mi atención, pues cada que él se ponía así, quería decir que se sentía muy mal.

 

—       Estabas borracho, supongo que no sabías lo que hacías… — Susurré con una sonrisa ladeada y tomé asiento de nueva cuenta en el sillón.

 

Algo que odiaba de mí mismo era la autocompasión y la poca confianza que tenía en mí.

 

Pues no creía que Jongdae pudiera sentir algo por alguien como yo. 

 

 

—       Tomado, no borracho. — Se sentó en la orilla de la mesa de centro, quedando justo frente a mí. — Hay tantas cosas que quiero decirte. — Su mano se alargó hasta mí y tomó una de mis mejillas, dando una suave caricia con su dedo pulgar sobre mi piel ardiente en fiebre.

 

Por un momento dude, pero finalmente mis sentimientos pudieron más, por lo que cerré mis ojos con lentitud dejando que continuara sus caricias.

 

—       No hay mucha diferencia. — Respondí a sus palabras y de inmediato deje de sentir su suave roce, por lo que abrí mis ojos.

 

—       Hay, y mucha, pero primero te llevaré al doctor, no puede ser que sigas sufriendo por esta fiebre Minseok, espérame aquí que iré a traerte un abrigo para salir. — Las palabras salieron tan rápido de sus labios, que cuando me di cuenta, él ya había salido de la sala rumbo a mi habitación.

 

No era posible.

 

De inmediato me puse de pie y fui tras él intentando detenerlo, pero fue inútil, no lo había alcanzado.

 

Cuando llegué al marco de la puerta de mi habitación, lo encontré mirando directo al escritorio que tenía en mi espacio, el cual, estaba lleno de fotografías, las cuales, en su mayoría eran de él.

 

—       No mires. — Entre a toda prisa al interior de mi cuarto y tome todos los cuadros que tenían las fotos de él.

 

Siempre había procurado ser discreto y siempre guardaba estas fotos cuando él venía a mi casa, pues siempre me avisaba, pero esta vez no había sido así, por lo cual me había sido imposible ocultar mi pequeño secreto.

 

—       Minseok. — Escuché su voz cerca de mí, pero no quise girar a verlo. — ¿Por qué tienes esas fotos mías? Nunca las había visto… — Su voz mostraba duda y desconcierto, además que sentía su mirada clavarse en mí, pero aun así no quise voltear a verlo.

 

Lo siguiente que pude sentir, fueron sus manos sobre mis hombros que con gentileza me giraron para quedar frente a él, mostrándome de nuevo aquel gran moretón alrededor de su ojo izquierdo, dándome ganas de saber la razón por la que estaba.

 

—       Tú ojo, ¿qué le paso? — Murmuré y la respuesta que obtuve de él fue una tenue sonrisa.

 

—       No necesitas saber cómo ocurrió, si no te diste cuenta, mucho mejor, así que no te preocupes. — Ladeo su rostro y clavo su mirada en la mía. — Minseok… Responde mi pregunta, ¿por qué tenías esas fotos?

 

—       ¿Tuve algo que ver? — Desvié mi mirada y realicé aquella pregunta intentando desviar el tema, pues no deseaba darle respuesta alguna.  

 

—       Tan sólo olvida eso, no tiene importancia. — Con suavidad deslizó una de sus manos hasta la mía, aferrándola con gentileza. — Esta bien si no me quieres responder, pero ahora vayamos al doctor y después hablaremos de todo lo que tenga que ver con nosotros, ¿sí?

 

Escuché atentamente sus palabras, pero sinceramente no lo quería, no deseaba hacer lo que me decía, por ello baje mi rostro y no respondí.

 

—       Minseok… Por favor. — Sentí frío en mi mano que soltó, en cambio volví a sentirla en mi mentón que alzó para que nuestras miradas se conectarán.

 

—       Tan sólo quiero descansar, es todo lo que necesito. — Dije con un tonó de desesperación en mi voz que él captó al instante.

 

—       Entonces me quedaré aquí para ayudar a que la fiebre baje. — Ladee mi rostro e intente repasar de nuevo sus palabras, pues creí que había escuchado mal.

 

—       No, no puedes hacer eso. — Fruncí mi entrecejo pero rápidamente sentí como Jongdae colocó su pulgar sobre mi frente arrugada para intentar alisarla.

 

—       Lo siento, pero lo haré, no es la primera vez, así que no creo que exista algún problema. — Suspiré profundo y retrocedí un par de pasos.

 

—       No lo necesito. — Cerré los ojos. — Eso no es lo que necesito de ti Jongdae. — Las palabras salieron sin pensar de mí y aferré entre mis brazos una de las fotografías de él que había visto sobre el escritorio.

 

Sólo necesitaba una cosa de él, su cariño.

 

—       Entonces dime que es lo que necesitas y te lo daré. Durante este año he intentado darte todo, pero sé que no lo he logrado. — Mis parpados se abrieron y noté que él había avanzado los pasos que yo había retrocedido. — Sé honesto conmigo Minseok, pero sobretodo contigo.

 

Me quede en silencio por unos momentos intentando saber a qué se refería con eso, ¿podría ser acerca de mis sentimientos? ¿Él los conocía?

 

—       Siempre he sido honesto contigo… — Me giré y volví a colocar el cuadro sobre el escritorio y después caminé directo a la cama para tomar asiento ya que un mareo me estaba molestando.

 

—       Ahora no lo estás siendo. — Cerré mis ojos e intente no escuchar sus palabras, pero simplemente fue imposible.

 

—       ¿Tú como sabes eso? — Sin desearlo me puse un poco a la defensiva, pero rápido perdí ese estado al sentir las manos de Jongdae sobre mis piernas, haciendo que abriera mis ojos.

 

—       Te conozco demasiado, incluso creo que te conozco más de lo que tú te conoces. — La comisura de sus labios se alzaron mostrando una de esas sonrisas que tanto me gustaban, y en un segundo sentí como Jongdae apoyo su frente sobre mi abdomen y sus manos subieron hasta mi cintura  dándome un abrazo, mientras él quedó arrodillado entre mis piernas.

 

Mi pulso cardiaco aumento y mi rostro adquirió un tonó más rojizo ante esa acción,  y sin poder evitarlo, mis brazos rodearon su espalda queriendo disfrutar de su calor.

 

—       Me conoces mejor de lo que yo me conozco, y eso me da miedo. — Musité y mis ojos se perdieron en un punto fijo de mi habitación. — No sabes el terror que tengo de que… — Tomé aire y lo abracé más a mí. — De qué sólo tú sepas como provocar la felicidad en mí, porque eso implicaría que yo tuviera que depender de ti y que tú pudieras también ser el causante de que yo perdiera esta, de que yo ya no fuera feliz si tú no estuvieras aquí, si tú me dejarás, me lastimarás…

 

Después de recitar esas palabras, Jongdae se alejó de mí la distancia suficiente para que nuestros rostros pudieran observarse.

 

—       Minseok. — Su voz se escuchó tan profunda que llegué a desconocerla por un momento. — Lo que tú no sabes es que… — Con lentitud, poso sus manos sobre las mías que estaban apoyadas en el colchón, dándome una sensación realmente agradable. — Yo ya dependo completamente de ti.

 

Antes de que pudiera hacer alguna reacción a sus palabras… Jongdae ya se había adueñado de mis labios.

 

Sin tener fuerza alguna de oponerme a mis sentimientos, cerré mis ojos y me volví a dejar llevar, estaba cansado de luchar contra esto que crecía a cada día.

 

Esto debe significar algo, pensé en el momento que una de sus manos se deslizó hasta mi rostro acariciándolo con la punta de sus dedos, mientras sus labios aumentaban la profundidad en el beso que él estaba guiando.

 

Porque yo era algo torpe para esas cosas.

 

Con dificultar podía llevar el ritmo del beso, el aire se escapaba de mis pulmones rápidamente y mi boca se resecaba a cada segundo, dejándome una sensación de insatisfacción, pero no por mí, sino porque sentía que Jongdae no podría disfrutar como era debido.

 

—       Jongdae… — Articule con dificultad entre sus labios y apoye mi mano sobre su pecho intentando alejarlo de mí. — Por favor Jongdae… — Volví a hablar escuchando mi voz entrecortada, pero sinceramente no sabía la causa.

 

Tal vez el miedo… O la emoción.

 

—       No me hagas detenerme, no sabes lo que difícil que es para mí dar este paso, arriesgando todo. — Sus palabras cayeron sobre mis labios entre besos y aliento que me reconfortaban a cada segundo. — No me digas que aún no te das cuenta…

 

Abrí mis ojos y me encontré con que Jongdae me miraba fijamente, llegando a intimidarme un poco, sin embargo, cuando noté las emociones en sus ojos, una sensación de alivio fue invadiendo mi ser.

 

—       No sé a qué te refieres. — Dije con torpeza y evadí su mirada queriendo levantarme de la cama, pero Jongdae me lo impidió al haber cambiado de posición, pues ahora había subido sus rodillas a la cama a cada uno de mis costados provocando que yo quedará casi recostado en ella.

 

—       ¿Por qué crees que te bese? — Su voz tembló haciéndome dudar de si había sido cierto o había sido mi imaginación.

 

 

Pero en ese momento algo más importante ocupó mi mente.

 

¿Por qué me había besado?

 

—       No lo sé, jamás lo habías hecho hasta anoche, tal vez… — Intenté seguir, pero su mirada me intimidó tanto, que me fue difícil, por ello mejor cerré mis ojos dejando que mi cuerpo quedará completamente recostado.

 

Me sentía tan vulnerable, mitad de culpa era la situación y la otra mitad era la fiebre  que me tenía muy sensible.

 

—       Creo que tendré que decirlo con manzanitas. — Una suave risa retumbo contra mi oído provocando un temblor en mi cuerpo. — He llegado hasta aquí, así que lo diré Minseok, pero escúchame bien … ¿De acuerdo?

 

Asentí, pero aun así no lo vi, pues deje que continuará diciendo sus palabras a mi oído ya que se sentía sumamente cálido y ocasionaba que mi cuerpo temblará agradablemente.

 

—       Hace poco más de un año conocí a una persona que dejo una gran impresión en mí, a decir verdad al inicio no supe que era, pero cuando le vi, de inmediato supe lo que era, ¿tienes idea de lo que pudo haber sido? — Negué con duda. — Debo decir que lo que me atrapo en primera instancia fue su mirada, en verdad, juro que jamás había visto unos ojos tan hermosos, tan expresivos,  y hasta la fecha no he encontrado una mirada más cautivadora como la de esa persona.

 

Mis manos se aferraron a la playera de Jongdae y sin tener oportunidad a detenerlo, mi corazón empezó a agitarse contra mi pecho.

 

—       Después de eso, descubrí que no sólo su mirada era hermosa, sino que los encantos son lo que le sobran a esa persona, su amabilidad, gentileza, su carácter fuerte cuando es necesario, aunque también descubrí que es una persona llena de inseguridades, miedos, complejos y que se descuida así misma por velar el bienestar de los demás, ¿y sabes qué? Eso lo hace tan perfecto ante mis ojos que fue imposible no caer en un estado… ¿Sabes a lo que me refiero?

 

Volvió a preguntar todo sobre mi oído y yo negué, pero esta vez no pude evitar abrir mis ojos y girar mi rostro hacía él, quedando nuestros labios a tan sólo milímetros de rozarse.

 

—       Me enamore de esa persona… — Mi corazón dio un vuelco ante la expectación que comencé a sentir.

 

Mis ojos se abrieron en sorpresa y en ese momento todo pareció cuadrar para mí. Él estaba enamorado, y al parecer todo concordaba… Conmigo.

 

—       Ya… ¿Ya le has dicho…? — Pregunté jugando un poco con mi suerte y con el corazón a mil por hora.

 

—       Lo acabo de decir justo ahora. — Su mirada se clavó en la mía y pegó nuestras frentes. — Minseok, estoy irremediablemente enamorado de ti, ya no puedo seguir callándolo.

 

De inmediato caí en un estado de ensoñación que jamás creí conocer.

 

—       ¿En serio, de mí?  — Él asintió y rozó sus labios con los míos provocando que un suspiro saliera de mis labios.

 

—       En serio, y ha sido por un largo tiempo que ya no puedo resistirlo, en verdad… Minseok, tú… ¿También sientes algo por mí? — Su mirada me mostró que él también tenía miedo.

 

Miedo a que no fuera correspondido.

 

Pero en cambio, mi rostro mostró una sonrisa que a cada segundo se ensanchaba más, pues yo también tenía los mismos sentimientos.

 

Amor hacía él.

 

—       Estoy en el mismo estado que tú Jongdae… También esto enamorado de ti. — Mi corazón no descansaba y latía aún más a prisa al ver la mirada resplandeciente que sus ojos me mostraron al escuchar mis palabras. — Desde hace mucho lo hago…   

 

—       Lo hubieras dicho antes. — Sus labios dieron contra mi frente, comenzando a besar mi piel con suavidad que me derretía.

 

—       Te preguntó lo mismo… — Cerré mis ojos y disfrute los besos que descendían por mi rostro dejando rastro sobre mi nariz hasta llegar a mis labios, en los cuales iniciamos un nuevo beso.

 

Pero a diferencia de los demás, ahora sí estaba seguro que Jongdae era sincero, que sus sentimientos eran como los míos, dando pie a que los sentimientos de inseguridad fueran desapareciendo de mí.

 

Ahora sabía que las cosas marcharían bien.

 

Al menos eso era lo que yo más deseaba.

 

—       Mucho tiempo soñé con probar tus labios. — Río con suavidad entre mis labios. — Creo que me haré adicto a ellos, en verdad.

 

—       No lo hagas tanto ahora, estoy enfermo, puedo contagiarte… — Con toda la situación había olvidado por un momento mi enfermedad por lo que alejé mis labios de los suyos.

 

—       Enfermarme no me importa Minseok. — Sus labios formaron una mueca graciosa que me hizo sonreír sin más. — Pero tienes razón, sigues enfermo, por eso me quedaré a cuidarte esta noche. — Sentí un beso más sobre mi frente y en un dos por tres, Jongdae intento levantarse de la cama, sin embargo aferré su playera y se lo impedí.

 

—       La mejor medicina que puedo tener, eres tú Jongdae.

 

 

Su rostro se iluminó enseguida y de vuelta unió sus labios con los míos, mostrándome la calidez de sus besos, la suavidad de sus caricias y lo grande que eran sus sentimientos de él hacía mí.

 

Por eso de ahora en adelante no habría más dudas y me enfocaría a disfrutar las cosas de la vida sin temer.

 

Disfrutaría a Jongdae al máximo sin dudar ni un segundo de lo que los dos seríamos capaces de construir.  

 

 

Notas finales:

¡Bien!

 

¿Qué les ha parecido? Como dije al inicio, es demasiado corto, pero creí que era lo justo para dar una buena idea de lo que siguio después del capítulo anterior, además no quise poner más rollo porque si no, nunca iba a terminar lol.

 

Sinceramente este capítulo fue muy fácil de escribir, no sé si fue porque estaba inspirada, o porqué supe identificar los sentimientos que Minseok tendría, la verdad, no sé(?), pero espero que les guste y bueno... Es dulce también(?), pero cuando pienso en esta pareja sólo una palabra viene a mi mente: ternura

 

orz

 


En fin xD.

 

Cuando Minseok recibe la llamada, suena una canción, la cual, es un fragmento de Best Luck de Chen♥, se me hizo lindo ponerla.... ASDASDSA


Bueno, en otras cosas, quiero agradecer a todas aquellas personas que han leído mi fanfic, en verdad, estoy muy contenta con la repuesta que ha tenido, más que nada porque son mis inicios y eso me anima aún más a seguir escribiendo♥.

 

Aparte, también quiero agradecer a todos los que me dejan un review porque de esta forma sé con certeza si estoy haciendo algo que les guste y de esta manera también puedo dar un mejor rumbo a la historia, haciendo que les guste a todos ustedes. 

 

Y bueno, con confianza sigan diciendome lo que opinan del fic, así me será mucho más fácil escribir♥.

 

Creo que ya es todo lol, ando cansada y mañana inició mi dieta lool orz


Nos vemos en el siguiente episodio♥, gracias por apoyarme.

 

 


PD: ¡Chen me manta con estos besos que da a Xiumin ;;)/!

http://33.media.tumblr.com/25499a34e957ec986d06c01964b67e7c/tumblr_nbwed0pnBM1sqxmy5o1_500.gif

 

PD2: Aunque no tiene tanto que ver con el sentimiento del episodio, me inspiré mucho para escribir esto con la canción Let me know de BTS, ¿la conocen? A mi realmente me gusta mucho♥.

Para quienes no conozcan la canción: 

https://www.youtube.com/watch?v=UlF-HGPzaw0


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).