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Love Hangover por xlhsmlkt

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Notas del capitulo:

¡Buenas noches! Es un poco tarde lol, casi las tres de la mañana en mi país, pero acabo de terminar el capítulo por lo que decidí actualizar de una vez.

 

Sinceramente este episodio fue difícil de hacer, en verdad, no sabía como plasmar bien las ideas en cuanto a los sentimientos de Chanyeol ;;, incluso llegué a tener seis copias en mi laptop de este episodio, pero al final quedo este y espero que si sea de su agrado.

 

Además de que quedo muuuuuuy extenso a comparación de los otros.

 

Y bueno, quiero dar gracias a todas las personas que leen la historia, y también a las personas que dejan reviews, la verdad me emocionan mucho

 

¿Conocen la canción Inconvenient Truth de INFINITE?

https://www.youtube.com/watch?v=DeDpzakP00Q

 

Me inspiré en ella para hacer unas partes, si ven la letra y escuchan la canción, a lo mejor comprenderán lo que quise hacer(?).

 

¡En fin! A leer, nos vemos en notas finales♥.

 

P.D. Gracias a Janeth por ayudarme a corregir y a hacer que la historia sea más coherente♥.

P.D. 2: Disculpen si hay errores ortográficos

Capítulo 3     Discovering


  


—     ¿Quieres dejar de rondar alrededor de nosotros? ¡Es demasiado molesto Chanyeol! — Giré el rostro, encontrándome con el entrecejo fruncido de Minseok, quien no dejaba de saltear cebollines en una sartén. 


—     ¿Ahora resulta que no puedo rondar mi propia cocina? Esto es el colmo. Además, el único motivo que me tiene aquí, es él. — Alcé mi mano derecha, y señalé a Baekhyun que estaba cocinado tan concentrado, que parecía no darse cuenta de mi presencia. 


—     Por favor Chanyeol, has estado así toda la semana desde que Baekhyunnie llegó a nosotros. El periodo de prueba termino ayer, ¿así qué porque tienes que seguir inspeccionándolo? — Jongdae mencionó al tiempo que me amenazaba con una espátula, y yo sólo resople. — Sólo no me vayas a salir con que no lo contratarás. 


—      Aún no he decidido si lo haré. — Me crucé de brazos sentándome en un banquillo, desviando mi vista de nueva cuenta a Baekhyun, quien me daba la espalda al estar cocinando carne en la parrilla. 


—     ¡No jodas Chanyeol! Lo prometiste, además, ¿no te has dado cuenta? Incluso la clientela ha estado aumentando desde que Baekhyun está aquí, así que no tienes ninguna razón por la cual no debas contratarlo… 


—     No confió en él. — Dije antes que Jongdae terminará de hablar, y mencionará algo que yo no deseaba escuchar. No obstante, lo que él decía era cierto, las ventas que de por sí eran elevadas en nuestro restaurante, ahora, con él, lo eran aún más. — Por ello tengo que seguir supervisándolo hasta que pueda tomar una decisión final. 


Terminé nuestra conversación, indicando a Minseok y a Jongdae para que se concentraran en lo que hacían. 


Pese a lo que yo pudiera decir, ellos tenían razón, esta semana yo me había puesto en un modo paranoico e insoportable, pero tenía un motivo poderoso, el cual tenía nombre y apellido: Byun Baekhyun.


Cuando él salió de mi apartamento el domingo por la noche, después de dejarme la cartera que yo había olvidado, había creído que esa sería la última vez que lo vería en mi vida. Hecho que me tranquilizo, pues al haberme enterado de lo que había pasado entre los dos, me derrumbé, y no tanto por saber que había tenido sexo con un hombre, sino porque mi cuerpo reaccionó al segundo de haber reconocido su fragancia a cítricos. 


Los días que siguieron a ese, traté por todos los medios posibles olvidar aquel encuentro desafortunado con ese hombre, incluso con esta situación había dejado de pensar en Min de forma considerable, lo que por un lado era positivo ya que no me daba tiempo de sentir tristeza y melancolía, en contra parte, la preocupación y ansiedad era aún mayor.


Pero la vida no me daba tregua, y la puerta que me conducía de nuevo a Baekhyun se abrió de par en par, chocando contra mi cara, literalmente


Desde ese momento, toda tranquilidad y estabilidad que había podido encontrar, se había esfumando en un santiamén de segundo. Baekhyun era un completo especialista en ponerme nervioso y ponerme… Sí, ponerme. Y eso era lo que más me asustaba. 


Ese sentimiento no era normal, menos después de que yo había jurado y perjurado amar a Min, llegando incluso a emborracharme luego de nuestra ruptura, y era eso lo que justamente me había llevado hasta donde estaba ahora, en un mar de confusiones. 


Cerré mis ojos y suspiré. Incluso yo lo había besado y acariciado desesperadamente el jueves que nos reencontramos aquí en el restaurante, todo, debido a que un sentimiento de necesidad incontrolable por probarlo de nuevo, había sido accionado en mí sin oportunidad alguna de frenarme. Solamente fue posible detenernos cuando Jongin llegó a interrumpir, y si él no hubiera entrado, no sé hasta dónde habríamos llegado.  


Desde ese día mantuve mi distancia de él. La única forma en la que yo me le acercaba, era cuando Minseok o Jongdae estaban ahí, como en estos momentos, porque ciertamente no me animaba a estar a solas con él, al menos, hasta saber que era exactamente lo que Baekhyun me provocaba. 


Más esa no era mi única preocupación, había otra razón por la que yo no podía conciliar el sueño a gusto: tenía miedo de que Baekhyun fuera hablar de lo que habíamos pasado aquella noche de antro. Sentía pavor porque Minseok y Jongdae creían que yo había tenido sexo con una hermosa chica, sí, ellos no sabían la desastrosa realidad y no planeaba que la supieran. Era por ello que supervisar la cocina se había convertido en mi segundo oficio, no confiaba en aquel hombre, por lo que la idea de no contratarlo era cada vez más atractiva en mi mente. 


No obstante, existían razones que me hacían dudar, y una de ellas era Jongdae. Estaba seguro que si yo decidía no contratar a Baekhyun, él haría todo por llegar hasta la raíz de mi decisión, y eso era precisamente a lo que yo le huía.


Por otra parte estaba la cuestión económica. Sabía que Baekhyun cocinaba bien por aquella vez que probé la sopa en su casa, pero sin haberlo esperado, había resultado ser un mucho mejor de lo que yo creía, era un excelente chef que atraía masas de gente que estaba encantada con el nuevo sazón que nuestra casa restaurantera estaba tomando. No es que Minseok y Jongdae no fueran buenos, al contrario, eran excelentes, pero Baekhyun tenía unas técnicas y conocimientos que los otros dos no poseían. 


Y esas eran los argumentos razonables que estaban en mi mente, pero aparte de estás dos, existía una más, la que sin querer aceptarlo, era la más fuerte: no quería tenerlo lejos. ¿Alguna vez han escuchado la frase: “Al enemigo hay que tenerlo cerca”? Pues eso era lo que se aplicaba en este caso. 


Mierda. Con certeza ya no estaba seguro de lo que yo deseaba. 


—     ¡Yah, Chanyeol! — Abrí mis ojos de repente, y me encontré con el rostro de Baekhyun siendo adornado por unos anteojos de pasta negra. Demonios, estaba muy cerca de mí. — ¿Acaso estás soñando? ¿Sueñas conmigo? — Sus labios se curvearon de forma traviesa y me tensé. 


—     ¿Estás loco? — Murmuré en voz baja para que Jongdae y Minseok que estaban ocupados, no escucharan la conversación. — Estas invadiendo mi espacio personal, retrocede. — Intenté sonar severo, pero desgraciadamente mi voz me traicionó, y salió en un tono ronco nada intimidante. 


—     Que delicado eres. — Una risotada salió de sus labios y retrocedió hacía la parrilla. — Mantén tus ojos en mí, recuerda que estás aquí para supervisarme, no para hacer otras cosas. 


Mi corazón palpito localmente al haber comprendido el doble sentido de sus palabras, por lo que desvié mi vista hacía Minseok quien cortaba rábanos, pero curiosamente la tarea que realizaba se me hizo demasiado aburrida, que sin tardar más de dos segundos, mi vista se había posado de nueva cuenta sobre Baekhyun, que me daba la espalda ya que cocinaba algo que no tenía idea de que era. 


Después de nuestro reencuentro, algunos recuerdos de esa noche estaban presentes en mi mente. 


Por más que me había obligado a no recordar, fue imposible que unas memorias esporádicas no se reprodujeran en mí como si se tratase de una película, y la causa de que pudiera recordar, era porque toda esta semana había tenido a Baekhyun revoloteando a mí alrededor. Y justamente el primer recuerdo había llegado cuando nuestros labios se habían tocado en aquel beso tan… Dios, ni siquiera podría describirlo. 


Ahora estaba consciente de que estando ebrio, yo me había enterado que Baekhyun no era una chica, sino un chico al momento que habíamos entrado al elevador del edificio donde él residía, pues mis manos traviesas habían viajado hasta su pecho esperando encontrar senos, pero lo único que había podido sentir era un par de botones que se dibujaban bajo su playera oscura, que al tocar, un sinfín de sonidos adictivos provenientes de aquellos labios habían provocado que me hundiera en un modo, en el cual, haber descubierto mi error me había importado poco, al contrario, parecía que eso había encendido más la llama del placer en mí. 


El explorar y descubrir nuevas sensaciones.


Pero… ¡Maldición! ¿Cómo es que había pasado eso? ¿Cómo es que no había huido al instante de saber que había cometido un error? ¿Por qué me quede con él? ¿Por qué tuve intimidad con él…? Y… ¿Por qué me había gustado? 


El culpable de todo había sido aquel hombre que había despertado en mí a raíz del alcohol, pero él ya no estaba y no planeaba traerlo nunca más. Ahora tan sólo estaba yo, el mismo Chanyeol de siempre que tenía que pagar por los deslices de una noche loca. 


—     ¡Chanyeol! Quítate que bloqueas la puerta de la alacena. — Abrí mis ojos y seguidamente me levanté del banquillo quedando de pie en medio de la cocina tratando de ubicarme en el tiempo y espacio. Últimamente mi mente viajaba mucho hacía el planeta de Baekhyun. — ¿Y así dices supervisar? Já, supervisar mis…


—    Si tanto quieres supervisar, prueba esto. — Baekhyun interrumpió las palabras de Jongdae acercándose a mí, provocando que me sintiera nervioso. Él continuamente provocaba eso en mí. — Abre la boca.


Fruncí el entrecejo sin entender, lo que menos quería era tener que volver a rebuscar el significado de las palabras de Baekhyun, y al parecer, él se dio cuenta de que no entendía lo que me había dicho, pues al segundo siguiente su mano izquierda se posó sobre mi mentón, dando un suave apretón provocando que abriera mi boca, y al instante entendí todo al ver como en su mano derecha, tenía unos palillos con un trozo de carne de res el cual metió en mi boca.  


—    Espero su opinión acerca del sabor, jefe. — Soltó mi rostro no sin antes dar una caricia casi imperceptible, pero que mi cerebro había captado mandando una señal eléctrica por todo mi cuerpo, dando como resultado un ligero temblor. 


Baekhyun estaba jugando, lo sabía. Su forma de mirarme, de hablarme, del significado de sus palabras y los roces involuntarios que él me entregaba a veces eran difíciles de no notar. Y lo peor es que sin darme cuenta, yo participaba en ese juego. 


Pero no debía pensar en él, ahora sólo debía concentrarme en la carne que estaba probando; al sentir el sabor invadir mis papilas gustativas, fue inevitable que de mis labios no saliera el típico “mhh” que la gente solía emitir cuando algo les resultaba delicioso. 


Porque esa era la palabra: delicioso. La carne se sentía derretir en el paladar debido la extrema suavidad,  ciertamente no podía recordar haber comido una carne así. 


—    No está mal. — Dije fingiendo indiferencia, metiendo las manos en los bolsillos de mi pantalón teniendo la mirada incrédula de Jongdae ante mis palabras, en cambio, la mirada que Baekhyun me dedicaba, era una que no podía identificar bien. 


—    Me conformó con eso. — Respondió Baekhyun girándose de nuevo a la parrilla, al igual que Jongdae regresaba a su lugar para continuar con lo que hacía. En resumidas cuentas todos estaban ocupados. 


Has supervisado lo suficiente, Chanyeol. Pensé para mis adentros y di media vuelta para salir de la cocina y dejar que ellos descansarán de mí.


 


Cuando llegué a mi oficina di un gran suspiro, estar ahí tampoco era muy bueno para mí debido a los recuerdos que se habían creado en ese lugar. 


Con un sentimiento de desasosiego, caminé hasta la silla que solía ocupar siempre que estaba ahí, y antes de tomar asiento, saqué la cartera del bolsillo trasero de mi pantalón. Cuando finalmente la tuve entre mis manos, me senté. 


—    Por tú culpa muchas cosas me están pasando.


Era cierto, por culpa de mi cartera me encontraba también en esta situación. Primero, si no se hubiera caído de mis pantalones aquel día, Baekhyun jamás hubiera ido a mi apartamento, y segundo, a raíz de esto mismo él había tenido la oportunidad de dejarme su nombre y número de móvil en una tarjeta en mi cartera, la cual él intento recuperar una semana atrás, creando un forcejeo que había finalizado en aquel beso


—    ¿Por qué las cosas tienen que ser complicadas? — Me pregunté en voz baja, abriendo mi cartera para sacar aquella tarjeta. — Byun Baekhyun… 


Murmuré manteniendo la tarjeta entre mis dedos. 


Baekhyun me había preguntado porque no le había llamado, y yo no había tenido más remedio que decirle que no sabía su número. Pero la verdad es que no tenía razón alguna para marcarle, ¿qué le iba a decir? ¿Qué deseaba salir con él y repetir? Por supuesto que no, eso nunca pasaría. Sin embargo, la expresión en su rostro al momento que me hizo esa pregunta, se había clavado en mi mente. 


El brillo de sus ojos había aumentado al haberle dicho eso, era como si él tuviera esperanzas de que yo en realidad hubiera querido marcarle, pero que por ese motivo no me había comunicado con él.  


Observé la tarjeta, y noté como las esquinas estaban arrugadas, así también como el papel estaba manchado de café el cual yo había derramado sobre él, días atrás. Bien, tal vez sí había considerado llamar a Baekhyun sólo por curiosidad, pero al final, siempre me decidía a no hacerlo para tratar de mantener mi estabilidad mental. 


Me recargué sobre la silla echando mi cabeza hacia atrás, al tiempo que mis manos frotaron mi rostro permitiendo que un suspiro saliera de mis labios. Todo se volvía complicado y difícil. 


—    ¡Chanyeol! — Di un brinco en la silla al escuchar como Jongin me había llamado en voz alta, justo cuando entró en mi oficina sin avisar. Por favor, ¿por qué hoy todos me asustaban al nombrarme? Tal vez así tengas la conciencia Chanyeol, repitió una vocecita en mi cabeza la cual ignoré olímpicamente. 


—    Jongin, ¿no te enseñaron modales? Siempre tienes que tocar la puerta antes de entrar. — Dije con molestia, reacomodándome en la silla y guardando la tarjeta con el número de Baekhyun de nuevo en mi cartera. 


—    No me regañes. — Contestó rodando los ojos, al tiempo que se sentó en una de las dos sillas que estaban frente a mi mesa de trabajo. — Vengo para que me digas si ya debo comenzar con el proyecto del bar que tenemos en mente. 


—    ¡Ah cierto! Esta mañana volví a analizar los papeles que me trajiste hace días y me parecen excelentes tus ideas, tan sólo es cuestión de comunicarnos con los proveedores y contratar un diseñador para que haga las modificaciones necesarias.  


—    Perfecto. — Jongin mostró una gran sonrisa, tomando entre sus manos una de las plumas que descansaban en mi escritorio empezando a jugar con ella. — Solamente falta traer a otro bartender, pero ya tengo a alguien en la mira. — Me observó entrecerrando sus ojos. — ¿Mañana quieres acompañarme al club dónde te pusiste a bailar con ese chico? En ese lugar labora el bartender que quiero trabaje conmigo. 


—    ¿Qué? — Fue lo único que pude articular. Al parecer mi mente me estaba jugando bromas, porque claramente creí escuchar que Jongin dijo “… dónde te pusiste a bailar con ese chico”. Sí, debía ser una alucinación mía, ¿él como podría saber eso si…? Oh, mierda. 


—    Lo que escuchaste. — Abrí mis ojos con pánico. Había recordado que el domingo que amanecí con Baekhyun, al llegar al restaurante Minseok me había dicho: “Estaba preocupado porque Jongin me dijo que anoche te vio salir con una persona”. Mierda no, él había visto todo, sabía todo. — Ah Chanyeol, ¿por qué estás nervioso? 


—    Tú… ¿Me viste bailar con un hombre? — Mi voz tembló de tan sólo pensar que la respuesta era afirmativa. 


—    ¿Bailar? Dios, parecía que ustedes hacían algo más que eso. Chanyeol, tú lo estabas casi devorando sin importarte que la gente estuviera viéndolos. Realmente me dejaste sorprendido, jamás creí que te atrajeran también los hombres. — La mirada divertida que Jongin me dedicó, terminó por alterar mis sistemas de auto control.   


—    ¡No me atraen los hombres! ¡Creí que Baekhyun era una mujer! — Exclamé en voz alta, pero al darme cuenta que había dicho aquel nombre, de inmediato me callé y cubrí mis labios. El rostro de asombro de Jongin me intimido. 


—    ¿Baekhyun? ¿Byun Baekhyun? ¿El nuevo chef? ¿Con quién te encontré el…? Oh, claro, ¿cómo es que no me di cuenta antes? — El asombro se esfumó de su cara, dejando mostrar una sonrisa divertida. — Por eso aquel día los encontré echando pasión, ¿verdad? — De inmediato negué. — Pero… ¿Cómo que creíste que era mujer…?  


—    Estaba muy borracho… — Froté mi rostro con desesperación. Jongin sabía ya la verdad, ¿qué caso tenía seguir callando todo lo acontecido? Tal vez si lo hablaba con él me sentiría mejor y encontraría una solución a este desastre. — En el club yo creí que Baekhyun era una mujer. Por eso me animé a… — Guardé silencio unos minutos tratando de encontrar valor para continuar. — Hacer lo que viste. Pero Jongin,  soy heterosexual a mí no me atraen los hombres, ese día yo no estaba bien y… 


—    Chanyeol… Jongdae me dijo el otro día que tú habías pasado la noche con una mujer aquella vez. — Maldito lengua suelta de Jongdae. — Pero no era una chica, era Baekhyun, ¿cierto? 


—    Sí. — Afirmé y dejé caer mi cabeza sobre el escritorio, hundiéndome en la vergüenza. — Por eso cuando el jueves pasado vino aquí, me sorprendió por completo volver a verlo ya que yo no planeaba hacerlo más. Pero cuando lo vi, algo dentro de mí se removió confundiéndome, haciendo que…  


—    ¿Haciendo que volvieras a intentar devorarlo?  — Interrumpió mis palabras, pareciendo realmente entretenido con mi historia.  


—    ¿Tienes que decir las cosas así? ¿Qué no ves que estoy sufriendo por todo eso? Esta situación incluso ha hecho que deje de pensar en Min, ¿te das cuenta? Aquel tipo ocupa la mayor parte de mis pensamientos y eso me jode, ¡me jode mucho!


—    Primero tienes que calmarte, ¿de acuerdo? Si estás desesperado no resolverás nada. — Me dijo y yo asentí tratando calmarme. — ¿Has hablado con Baekhyun acerca de lo que pasó entre ustedes? ¿Algo más ha ocurrido? 


—    No hemos hablado de eso y no, nada más ha pasado, pero cada que me dice algo siento que me estuviera insinuando otras cosas, no sé si es real o sólo es mi imaginación que juega conmigo. — Elevé mi rostro y observé a Jongin quien me miraba atento. — No creo que hablar con él pudiera solucionar algo. 


—    ¿Tú sientes algo por él? Tengo entendido que ayer termino el periodo de prueba que le impusiste, ¿lo contratarás? — Preguntó dejándome pensativo. 


—    No lo sé, ¿debería? Por una parte, gracias a él las ventas han aumentado, pero tenerlo cerca me atormenta porque no sé qué siento. A veces creo que es rechazó, pero otras siento que… Que no fuera tan malo tenerlo cerca. — Reí suspirando. — ¿Ves? Estoy hecho un caos por su culpa.


—    Estás hecho un caos porque tú así lo deseas. Yo creo que deberías hablar con él para aclarar las cosas. — Asintió ante sus propias palabras. — Y también creo que debes contratarlo, es un muy buen chef. Piénsalo, pero no demasiado, ¿quieres? 


—    Trataré. — Respondí un poco más tranquilo. — Ah, y por favor, no comentes esto con nadie, si los demás supieran yo no sé qué haría. 


—    ¿Desconfías de mí? Sabes que cuentas conmigo. — Jongin sonrió de forma cálida para mí. — Pero tienes que venir mañana al club conmigo para buscar a ese bartender, ¿de acuerdo? 


Me lo pensé unos momentos. No tenía ganas de volver a pisar un club en mi vida, pero Jongin, dentro de lo que se podía decir, se había portado bien conmigo, había tratado de comprenderme, y lo más importante: no me había juzgado. Por lo cual, debería acceder a su petición, era lo menos que podía hacer.


—    Iré  sólo porque eso también me concierne a mí, ¿de acuerdo? 


—    ¡Tú lo has dicho, ya no puedes retractarte! — Asentí con cansancio y  él se puso de pie sin borrar la sonrisa de sus labios. — Bien, entonces iré al segundo piso para ir a examinar los cambios que se necesitaran hacer. 


—    Si requieres algo, dime. — Asintió yendo hacía la puerta para salir de mi oficina, dejándome solo. 


¿Debería seguir el consejo que Jongin me había dado? ¿Debería intentar hablar civilizadamente con Baekhyun? Y si lo hacía… ¿Qué le diría? Si en estos momentos ni siquiera podía pensar con claridad acerca de esta situación y de lo que me hacía sentir. 


—    Estoy acabado. — Volví a apoyar mi frente sobre mi mesa de trabajo, cerrando los ojos intentando despejar mi mente.


 


(«») 


 


 


—    Chanyeol, Chanyeol. — Logré escuchar una voz a lo lejos pronunciar mi nombre, ¿acaso era un sueño? — Channie, despierta que ya me quiero ir a casa. Casi es media noche, ya es hora de cerrar. — Sentí como una mano movía mi hombro, despertándome. 


—    Ah Jongdae… No molestes. — Dije levantando mi rostro del escritorio, sintiendo mi espalda adolorida por la incómoda posición. 


—    Tú tienes la culpa por dormir en horas laborales, ¡ah pero si yo lo hiciera, está mal! — Abrí mis ojos con algo de dificultad, logrando ver a Jongdae cruzado de brazos mirándome de forma acusadora. 


—    Ya, ya. — Murmuré poniéndome de pie, tomando la cartera y celular que había dejado sobre mi escritorio, guardándolos en los bolsillos de mi pantalón. — ¿Ya cerraron la puerta principal? 


—    Sí. — Asintió caminando hacia la puerta de salida. — Todos se fueron, tan sólo quedamos Minseok, Baekhyun, tú y yo. 


—    Oh… — Musité caminando hacia Jongdae. El escuchar el nombre de Baekhyun había provocado un temblor en mí, ¿debería aprovechar y conversar con él esta noche? Aunque sería sospechoso pedírselo frente a Jongdae y Minseok, estaba seguro que el primero me cuestionaría. 


—    Oye, ¿puedo decirte algo? — Estuve a punto de girar el pomo de la puerta, pero al escuchar el tono serio en sus palabras, me detuve y asentí. — Es sobre Baekhyun. — Cerré un momento mis ojos y volví a asentir. 


—    Si, está bien, no importa, ¿qué es lo que quieres decirme? — Abrí los ojos de nueva cuenta, recargando mi hombro derecho sobre la puerta cerrada. 


—    Sé que Baekhyun no te cae bien y la verdad no sé la razón, porque no me vayas a decir que fue por el portazo, no te creeré, no soy tonto. — Dijo entre risas ligeras. — El punto al que quiero llegar no es ese, sino más que nada quiero saber si contratarás a Baekhyun.


Sabía que Jongdae iba a llegar a ese punto. 


—    Aun no lo sé. — Respondí con sinceridad, pues no sabía si debía mantenerlo cerca de mí o no. 


—    Sólo te diré que Baekhyunnie es una persona muy especial para mí, es casi como mi hermano y el tenerlo trabajando aquí a mi lado es maravilloso. — De repente una amplia sonrisa adorno sus labios al hablar de Baekhyun, y sin saber porque, llegó a darme un ligero malestar. — Desde que éramos adolescentes dijimos que trabajaríamos  juntos, pero por una cosa u otra eso no sucedió, hasta este momento. Yo… — Se detuvo unos segundos a respirar con profundidad. — Jamás te he pedido un favor, pero ahora estoy pidiendo que lo contrates. Por favor. 


La sorpresa me invadió, ¿era cierto que Jongdae me estaba pidiendo un favor? En los dos años que lo conocía, jamás me había pedido uno, o al menos no uno grande. Pero ahora lo estaba haciendo, ¿acaso Baekhyun es una persona tan genial para que incluso Jongdae me pidiera un favor?                                                                         


—    Jongdae, no te aseguro nada. Esta noche lo consultaré con la almohada, ¿sí? Deja de preocuparte tanto por él. — Fruncí mi entrecejo al tiempo que dije esas palabras. — Mañana tendré una respuesta. — Giré el pomo de la puerta para poder salir de mi oficina. 


—    Tu problema es que no te das el tiempo suficiente para conocerlo. Esta semana te la pasaste aquí y allá supervisándolo en la cocina, pero en ningún momento intentaste hablar con él. ¿Por qué? ¿Por qué no planeas contratarlo? Chanyeol, estoy realmente curioso ante tu actitud de esta semana, ¿estas así por lo que paso con Min? 


Una vez, más detuve mi movimiento debido a las palabras que Jongdae pronunció.  


¿Qué si yo estaba así por Min? ¡Dios no! A ella incluso no pude recordarla estos días por mantener mi mente ocupada en Baekhyun, por recordar aquella noche en que lo hice mío, por imaginar el beso que nos habíamos dado aquel día en que nos reencontramos en esta oficina. No, Min no tenía cabida en este entierro. 


—    Sí. — Mentí, él no podía saber la verdad. — No quiero que nadie ocupe su lugar… — Mordí mi labio inferior volviendo a mentir porque no podía decirle: “¡Que equivocado estas! Estoy así por Baekhyun, tu amigo al cual conozco de una forma que ni te imaginas”. Eso claramente sería un suicidio, conociendo a Jongdae.  


—    La única forma en la que podrás superarla, es iniciando algo nuevo, ¡y qué mejor contratando a Baekhyun! Habla con él, date la oportunidad de conocerlo bien, es divertido, ocurrente, cálido y muy buen amigo, te garantizo que terminarán siendo grandes amigos. — Dijo con una flamante sonrisa, mientras mi rostro sólo reflejaba seriedad.  


—    Lo pensaré, por ahora ya vámonos que se hace más tarde y debemos descansar. 


Jongdae asintió y ambos salimos de mi oficina, yendo directamente a la puerta de servicio por donde acostumbrábamos a salir cuando se acababa la jornada laboral. 


¿Baekhyun era gracioso y ocurrente? Sí, lo era. Cuando lo supervisaba en la cocina había escuchado en varias ocasiones como este bromeaba, contaba chistes y anécdotas que él y Jongdae había vivido, logrando sacarme varias risas que intenté retener para que no se dieran cuenta que me divertía con ellas. 


¿Qué Baekhyun era cálido? Dios sí, lo era


Cerré mis ojos unos segundos, sintiendo un estremecimiento en mi cuerpo al recordar la calidez de su cuerpo contra el mío el día que terminamos besándonos en la oficina.  Sus labios suaves, su aliento fresco y su fragancia a cítricos se habían quedado muy grabados en mi mente, y eso, era lo que más me molestaba. Mi mente comenzaba a grabarse todo lo que tuviera referencia a Baekhyun, ¿con qué motivo? ¿Acaso yo me sentía atraído por él? ¿Era posible que un hombre me gustase? 


—    ¡Tardaron mucho chicos! — Mis pensamientos fueron interrumpidos por la voz de Minseok, que esperaba por nosotros en el marco de la puerta de servicio que daba directo al estacionamiento. 


—    Ya, ya, sé que me extrañaste pero ya estoy aquí. — Las manos de Jongdae se posaron sobre los hombros de Minseok, mostrando una espléndida sonrisa. En cambio Minseok, sólo sonrió avergonzado. 


—    ¿Y Baekhyun? — Pregunté tratando de disipar un poco la atmosfera empalagosa que ellos dos estaban creando a mí alrededor. 


—    Salió momentos antes de que ustedes llegaran, imagino que ya se fue a su casa. — Me contesto Minseok mientras peleaba con Jongdae. — ¡Ya déjame caminar en paz! — Reí al ver como Jongdae abrazaba a Minseok por los hombros, sin darle la oportunidad a caminar de forma correcta. Esos dos estaban locos el uno por él otro, pero ninguno se atrevía a decir algo por miedo a fracturar su amistad. 


¿Y si un día yo terminaba igual que esos dos? ¿Y si un día sentía algo lindo hacía un hombre…? ¿Y si un día algún sentimiento de esa clase nacía en mi interior hacía Baekhyun?


¡No! 


Sacudí mi cabeza espantado por mis pensamientos, y de inmediato salí por la puerta de servicio ya que Jongdae y Minseok se me habían adelantado. Al salir al estacionamiento, cerré la puerta de servicio con llave, guardando está en el bolsillo de mi pantalón.


Sin embargo, cuando iba a girar rumbo a mi auto, un grito me sobresalto, y aún más al reconocer esa voz.


—    ¡Estúpido auto! ¿Cómo se te ocurre fallar ahora? — Me giré sobre mis talones, viendo como Baekhyun daba una patada a la llanta de su auto, para seguidamente tirarse al suelo y patalear un poco. Evitar una carcajada fue imposible para mí y al parecer para Jongdae también, pues segundos después escuché su risa.  ¡Jamás creí que él fuera tan infantil! 


—    ¿Baekhyun? ¿Pasa algo? — El único que no se había reído de nosotros tres era Minseok, que ahora estaba ayudando a Baekhyun a levantarse del suelo. 


—    Mi auto no quiere encender. — Respondió Baekhyun sacudiendo su pantalón de la parte trasera. 


Y me quede observándolo… Demonios, no estaba mal. Al contrario, era un chico muy atractivo y yo lo reconocía. 


Lo observé un poco más, y noté que vestía una playera gris de manga larga, la cual resaltaba la blancura de su piel. Los vaqueros en color claro que vestía se ceñían de forma perfecta a sus esbeltas piernas, y los zapatos deportivos en tono rojo daban un toque de color a su vestuario. 


Sí, Baekhyun era muy atractivo y mi cuerpo, mente y corazón lo sabían, porque de inmediato y sin desearlo, mi corazón empezó a latir con fuerza.


¿Cómo rayos podía hacer para dejar de sentirme así con tan sólo verlo? ¿Por qué era que él me causaba eso? 


—    Creo que la pila se descargó y no traigo cables para pasar corriente, ¿algunos de ustedes trae?  — Noté el movimiento de los labios de Baekhyun al hablar, pero sinceramente no pude escuchar nada. 


—    Justo los preste esta mañana, Chanyeol, ¿tú no traes? — De inmediato desperté del trance en el que había caído al estar observando a Baekhyun. 


—    ¿Eh? ¿Traer qué? — Miré confundido a Minseok después de que me estuviera hablando de algo que no comprendí. 


—    ¿Traes cables para pasar corriente, Chanyeol? — Giré de nuevo a Baekhyun quien me miraba con diversión y curiosidad a través de sus gafas. Maldición, solamente estaba haciendo el ridículo. 


—    Ah, sí, sí traigo, ¿por qué?  


—    ¡Bien! Como Chanyeol trae los cables, él te ayudara Baekhyun. Minseok y yo nos vamos porque ambos estamos muy cansados. — Jongdae recitó esas palabras y de inmediato lo vi. Él no pretendía dejarme a solas con Baekhyun,  ¿o sí? — ¡Buenas noches! — Sí, si lo pretendía. 


—    Buenas noches. — Baekhyun se despidió de ellos, y de un momento a otro, vi como estos dos se marchaban de ahí en el auto de Minseok. 


Malditos, sí se atrevieron a dejarme solo. 


Con suavidad giré mi rostro hacía Baekhyun, y me sorprendí al ver que este me miraba fijamente como si estuviera esperando algo. 


—    ¿Por qué me miras así? — Pregunte sintiéndome incómodo. 


—    Porque quiero ver cuándo vas a prestarme los cables, también tengo sueño y quiero ir a mi casa. — Bostezó un poco al momento que estiró su cuerpo alzando sus brazos, dándome la oportunidad de ver un poco de la piel de su abdomen. 


Mis ojos se abrieron más en sorpresa, porque sobre aquella zona de su piel, podía verse una marca oscura de lo que había sido seguramente un moretón, pero algo me decía que yo había tenido que ver en eso. 


—    ¿Chanyeol, que miras? — De inmediato Baekhyun bajó su mirada intentando descifrar lo que yo veía, y al hacerlo, rápidamente cubrió su abdomen y alzó su rostro para verme, dibujando una sonrisa un tanto avergonzada en sus labios. — ¿Lo descubriste? 


—    ¿Yo…? — Intente formular una pregunta, pero mi lengua se trabó sin darme oportunidad de terminar. 


—    Sí, fuiste tú. — En su rostro noté algo de vergüenza, siendo esa la primera vez que notaba eso en Baekhyun, ¿él se sentiría como yo?  — Bueno, vamos ya, saca los cables para que pases corriente a mi auto. — Por unos segundos me quedé mirando el rostro de Baekhyun, quien miraba el motor de su auto. 


¿Debería aprovechar que estábamos solos para hablar con él sobre todo lo que nos había estado rodeado estos días? Tal vez debería, pero no tenía idea de cómo comenzar.


Aun con ese pensamiento, fui directo a mi auto abriendo la cajuela con las llaves para sacar de inmediato los cables de corriente.


—    Aquí tienes. — Entregué los cables a Baekhyun, quien en seguida los tomó. 


—    Gracias. — Agradeció tomando estos, rozando mis manos en el transcurso.


Sentí un ligero cosquilleo recorrer mis manos ante aquel roce, por lo que de inmediato alejé mis manos de él, provocando una sonrisa en su rostro. Él estaba jugando, estaba seguro. 


—    ¿Puedes abrir tu cofre para poner los cables? — Me preguntó al tiempo que conectaba la pinza con el cable rojo en la clavija positiva de la pila, mientras el cable negro lo gancho a una parte interna del chasis para hacer tierra.    


—    Ah, sí. — Afirmé abriendo la puerta de mi auto, para entrar en este y jalar una palanca para que el cofre se abriera. Cuando esto sucedió, salí del auto, tomé el otro extremo de los cables, y conecté el cable rojo de la misma forma en la que Baekhyun lo había hecho en su auto. En cambio, el cable negro lo conecte en la clavija negativa de la batería.  — Listo. 


Baekhyun asintió cruzando su mirada con la mía, la cual duró tan sólo unos segundos porque enseguida una estruendosa carcajada salió de sus labios. 


—    ¿De qué te estás riendo? — Fruncí el entrecejo molesto.


¿Cuál era el chiste que yo no me había enterado? 


—    Luchaste tanto para no quedarte a solas conmigo toda esta semana, y mírate, es pasada de media noche, únicamente tú y yo nos encontramos en este lugar mientras me ayudas con mi auto descompuesto como todo un caballero Chanyeol, ¿acaso no crees que es gracioso? — Respondió acercándose a mí, provocando que mis sistemas de alarma se activaran. 


—    ¿Por qué crees que estuve luchando para no quedarme a solas contigo? — Retrocedí un par de pasos, tratando de mantener la misma distancia que nos había estado separando. 


—    Para mí fue demasiado obvio. — Dijo deteniendo sus pasos a un costado de su auto. — Cada que ibas a “supervisarme” a la cocina lo hacías cuando estaban Minseok o Jongdae, ¿de casualidad tenías miedo de que fuera a contar algo de lo que paso entre tú y yo? 


Dio en el clavo. 


—    ¿Qué dirías si te dijera que así fue? — Pregunté caminando hacía la puerta del conductor de mi auto. No obstante, para poder llegar hasta ahí, tendría que pasar a un costado de Baekhyun ya que él se encontraba recargado en la puerta del copiloto de su auto, que estaba estacionado a un costado del mío, existiendo tan sólo un metro de distancia entre ellos. 


—    Te diría que eres un tonto paranoico. — Rápido como escuché sus palabras, alcé mis cejas quedando sorprendido por sus palabras, ¿cómo se atrevía a llamarme tonto? — Sí Jongdae lo supiera, uff. — Ladeó una sonrisa recargando su cabeza en su auto, provocando que su cuello estuviera completamente expuesto ante mí. En él, pude ver nuevamente una marca oscura sobre la piel de la unión de su cuello y su hombro. 


¿Cuántas marcas más le habré dejado ese día? ¿Tantas como las que él había dejado en mí? 


—    No es que sea paranoico.  Sólo que no me enorgullece lo que sucedió aquel día. — Terminé diciendo para entrar a mi auto, dejando la puerta abierta. En pocos segundos el motor de mi auto ya había sido encendido por mí. — Ve a encender tú auto. — Mencioné mirando de reojo como él asintió y fue a su auto. 


Al no tener ya su presencia cerca de mí, me fue posible respirar con tranquilidad. Cerré mis ojos y recargué mi cabeza sobre el asiento de mi auto, soltando un suspiro. Me sentía extraño. 


Esta era la primera vez que Baekhyun y yo conversábamos por más de 5 minutos seguidos, lo que había provocado algo raro en mí. Mis oídos poco a poco estaban acostumbrándose a oír su voz, mis ojos estaban acostumbrándose a verlo por más tiempo y mi corazón cada vez se aceleraba más al tenerlo cerca de mí, ¿por qué él era capaz de crear eso en mí? 


Tener sentimientos hacía él por el simple hecho de haber tenido sexo, era algo tan irreal como decir que la luna era de queso. Pero si no era eso, ¿qué era lo que me estaba pasando entonces? Intentar descifrarlo era cada vez más complicado y confuso para mí. 


Baekhyun se estaba clavando tanto en mi mente, que ahora mismo era capaz de recrear su fragancia a cítricos… Como si él estuviera a mi costado.


No, mi mente no podía engañarme tan bien. Sin pensarlo más, abrí mis ojos y giré mi rostro a mi izquierda, llevándome un susto al ver el rostro de Baekhyun a mi costado, quien miraba el interior de mi auto con fascinación. 


—    ¡Avisa! Me asustaste. — Llevé una mano a mi pecho, sintiendo los fuertes latidos de mi corazón debido al sobresalto. 


—    Me gusta tu auto. — Dijo metiendo un poco más su cabeza, al grado de dejar casi medio cuerpo dentro de mi coche, lo cual se traducía en que él estaba casi sobre mí, y sin poder evitarlo empecé a sentirme nervioso. — Ah, Chanyeol. — Dejó de ver el interior de mi auto y giró su rostro hacía mí, quedando a pocos centímetros de mi cara. Tragué en seco. — Mi… Auto no encendió. — Su voz se dejó escuchar pausada… ¿Qué estaría pasando por su mente en estos momentos? 


—    ¿No? — Movió su cabeza un poco a los costados en signo de negatividad. — Lo intentaré yo, pero para eso, necesito que salgas… — Observé sus ojos por unos segundos, y noté como él mordía ligeramente su labio, ¿estaba provocándome? — Baekhyun, por favor. — Elevé mi vista hacía sus ojos que se mantenían sobre mí. 


—    De acuerdo. — Al instante que se quitó, tuve la oportunidad de salir de mi auto para ir al de Baekhyun, pero cuando vi este bien, sentí que pasaría una odisea. 


Di un gran suspiro.


Lo único que logré obtener al intentar entrar a su carro fueron golpes. Sí, el auto que él manejaba era un toyota iq, lo que significaba que para mí el poder entrar a uno de esos era casi imposible, por ello me había llevado un golpe en la cabeza por parte del techo y otros más en mis piernas cortesía del volante: la única forma en la que pude medianamente acomodarme, fue recorriendo el asiento lo más atrás que se pudo, y aun así me quedaba ajustado el tamaño. 


—    Chanyeol… — Escuché mi nombre por parte de Baekhyun, por lo que giré mi rostro hacía él. Pero lo que vi en ese instante, fue una luz cegadora siendo seguido por el sonido de una cámara. Mierda… ¡Él idiota acababa de tomarme una foto! 


—    ¿Qué fue eso? ¿Me acabas de tomar una foto? — Dije con frustración en mis palabras pretendiendo salir del auto, pero al intentarlo casi término en el suelo, y en ese instante otro flashazo me cegó. — ¡Para ya! Borra todo eso. — Volví a acomodarme en el asiento, mirando con algo de molestia a Baekhyun. 


—    ¿Borrarlas? ¡Olvídalo! Están increíbles, además tengo que volver a llenar el espacio vacío que quedó en mi pared cuando te llevaste mi foto. — La sonrisa en su rostro se ensanchó al ver la pantalla de su móvil, seguramente viendo las fotos tomadas. — ¡Dios Chanyeol! Pareces un payasito manejando un pequeño auto de circo. — Estalló en carcajadas, mientras la molestia aumentó en mí. — ¡Definitivamente esta irá a mi pared!  


No pude resistir más y volví a intentar salir de auto, y lo logré pero con torpeza y tropezones viendo como el flash se accionaba en su cámara tomándome fotos aleatorias, ¡siempre salía mal en esas fotos! Por eso ahora estaba molesto. 


—    Dame esa cámara. — Dije extendiendo mi mano hacía él, pero se negó. — Te lo estoy pidiendo por las buenas Byun Baekhyun, dame esa cámara antes de que me hagas enojar más. — Me acerqué más a él con mi mano aún extendida, pero en lugar de tenderme la cámara, comenzó a tomarme fotos… ¡Maldición! — ¡Te lo advertí! 


De inmediato me acerque a él, y cuando notó eso, rápidamente guardó la cámara en uno de los bolsillos de sus vaqueros y se alejó de mí con una sonrisa en sus labios. ¿Cómo era que la situación a él lo divertida y a mí me molestaba?


—    Baekhyun, por favor entrégame eso.  — Al decir esas palabras, una risa salió de sus labios y negó con rapidez. Bien, no me dejaba otra alternativa. 


Volví a acercarme a él con mayor velocidad, extendiendo mi mano hacia el bolsillo de sus vaqueros, pero Baekhyun fue más rápido y alcanzó a esquivar mi movimiento… ¿Con que esas teníamos? Sí quería pelea, la tendría.


—    ¡Tranquilo grandulón! Son simples e inofensivas fotos. — Me miró altamente entretenido, al tiempo que su labio inferior era atrapado entre sus dientes, posiblemente para evitar reír. Sin embargo para mí esa acción era todo menos inocente. 


Suspiré profundo y de un momento a otro corrí hacía él sin darle oportunidad a reaccionar, lo único que alcanzo a hacer fue girarse sobre sus talones e intentar echarse a correr, pero de nuevo fui más rápido y lo abracé por su espalda tomando enseguida sus muñecas con mis manos, inmovilizarlo. 


Sin embargo, haber hecho eso había sido un completo error, pues mi corazón de nueva cuenta aceleró su ritmo al haber llegado hasta mí su deliciosa fragancia a cítricos, añadiendo a eso la cercanía de nuestros cuerpos. 


Cerré un momento mis ojos, mientras Baekhyun comenzó a forcejear para romper el agarré de mis manos sobre sus muñecas, pero la tarea se le dificultaba porque yo era mucho más fuerte que él.


—    Borra las fotos enfrente de mí y te soltaré. — Musité lo más tranquilo que pude, no quería que se diera cuenta del estado en el que estaba cayendo por su culpa. 


—    No lo voy a hacer Chanyeol. — Giró un poco su rostro para verme de reojo, pero incluso eso se le dificultaba. — ¡Yah! Suéltame. — Noté su entrecejo fruncido. 


Pero poco me importaba si él se molestaba, yo solamente deseaba que esas fotos desaparecieran. 


Como pude, sostuve sus dos muñeras con una de mis manos para poder liberar la otra y llevarla al bolsillo de sus pantalones donde se encontraba la cámara. No obstante, al ver lo que yo intentaba hacer, Baekhyun movió su cadera hacía la izquierda intentando esquivar mi mano. Me desesperé


Volví a llevar mi mano hacía el bolsillo de su pantalón, pero en ese momento volvió a mover sus caderas, pero esta vez hacía atrás logrando sacar un sonido vergonzoso de mis labios, pues su trasero había dado directamente sobre mi entrepierna.  


Sin pensarlo dos veces, solté el agarre que mantenía sobre sus manos y lo alejé de mí repentinamente. No podía dejar que eso volviera a pasarme, no podía dejar que Baekhyun volviera a causar ese efecto en mí. 


No podía permitirme desear su cuerpo.  


—    Chanyeol, ¿qué fue eso? — Maldición, él había escuchado. — ¡Chanyeol! Hazme caso. 


Vi como caminó hacia mí, pero yo me alejé de él yendo directamente a la parte frontal de mi auto y sin importarme nada, quité los cables que estaban conectados a la batería de mi carro para cerrar seguidamente el cofre de este. 


—    ¿Chanyeol, qué estás haciendo?  — Sentí la mano de Baekhyun tomar mi brazo derecho, pero tan rápido como él me había sostenido, yo ya la había alejado de mí con un manotazo. — ¿Por qué te comportas así? ¡No fue nada grave…! Solamente fueron unas fotos y lo otro… Pues… — Lo miré y fruncí mi entrecejo, ¿ahora qué diría? — Es normal que comiences a excitarte si…


—    ¡Ya para! — Alcé la voz frustrado. — ¿Es que no te das cuenta de nada? ¿No es nada grave? ¿Acaso tú has pasado por lo que yo estoy pasando ahora? ¡Lo dudo! Termine con mi novia hace dos semanas, y después me enteré que tuve sexo con un hombre… ¡Un hombre! Y lo peor de todo es que… Es que… — Cerré mis ojos, cogí aire con fuerza y froté mi rostro con desespero. — Sólo… Aléjate de mí. — Terminé de hablar y sin esperar alguna reacción de Baekhyun, me acerqué a la puerta de mi auto. Lo único que tenía en mente era, desaparecer de ahí. 


Una vez dentro de mi vehículo, alcé mi rostro logrando ver a Baekhyun a través del parabrisas, quien me miraba fijamente, como si quisiera decirme algo y no se atreviera… Pero una vez más, al ver sus ojos, recordé lo que hace unos momentos había pasado, por lo que sin pensarlo más puse el auto en reversa para salir de ahí y alejarme de él. 


En pocos segundos, me encontré saliendo del estacionamiento viendo por última vez a Baekhyun por el espejo retrovisor quien no apartaba su vista de mi coche. Aquello hizo que sintiera una punzada en el pecho que decidí ignorar, por lo que no detuve la marcha de mi auto y seguí avanzando. 


¿Cuánto tiempo había pasado desde que había salido del estacionamiento? Dos minutos, tan sólo dos malditos minutos los cuales sentí como horas. Si me ponía a pensar en lo que acababa de suceder, caía en una gran contradicción: yo me había enojado con Baekhyun por su actitud infantil al tomarme fotos, pero, ¿qué era lo que yo estaba haciendo en estos momentos? Siendo infantil al grado de huir al instante que mi cuerpo reaccionó a la cercanía de Baekhyun. 


¿Por qué con un simple roce de nuestros cuerpos, el mío reaccionaba? ¿Por qué a mi cuerpo le gustaba la calidez que el de Baekhyun despedía? 


Encontrar la respuesta era difícil para mí, era por eso que evitaba acercarme demasiado a él. Sin embargo, olvidé eso por unos instantes lo cual me había llevado a aferrar a Baekhyun por la espalda tratando de quitarle la cámara, para borrar las fotos que había tomado de mí, pero las cosas fueron muy diferentes a lo que yo hubiera deseado. 


—    Baekhyun, Baekhyun, ¿qué me hiciste? — Dije exasperado orillándome en plena avenida, colocando las luces intermitentes de mi auto quedando estacionado, recargando mi frente sobre el volante.


Me sentía nervioso al grado de que mis manos temblaban ligeramente. Dejé que mis parpados se cerraran, y en ese justo instante, la última imagen que vi de Baekhyun se recreó en mi mente, dejándome un sabor amargo en mi boca. 


Lo había dejado sólo, en pleno estacionamiento, a mitad de la noche con el auto descompuesto. Maldición, eso me estaba poniendo ansioso.


 ¿Y si le pasaba algo? ¿Qué tal si lo asaltaban? O… Algo mucho peor. 


—    ¡Demonios, demonios! — Alcé mi rostro de nueva cuenta, quité las luces intermitentes de mi auto, y me eché a andar de regreso al restaurante. 


No podía estar tranquilo, la ansiedad y el arrepentimiento de mi arranque me estaban carcomiendo. De sólo pensar que algo pudiera pasarle, me torturaba, y no sólo eso, si Jongdae se enteraba que había dejado a Baekhyun solo a estas horas sin forma de volver a casa, no sé qué sería de mí. 


Pasaron un par de minutos cuando volví finalmente al restaurante, estacionándome frente de ahí, y sin perder más tiempo, bajé de mi auto corriendo directo al estacionamiento. Ahí se encontraba el carro de Baekhyun con el cofre cerrado, sin embargo, él no estaba. 


—    Maldición. — Mascullé comenzando a impacientarme más. 


Me acerqué al auto para asomarme por la ventanilla, podía existir la posibilidad de que Baekhyun estuviera dentro, pero cuando vi el interior, descarte esa idea, pues solamente pude ver mis cables que había dejado cuando había huido de este lugar hace no más de cinco minutos. 


¿Dónde rayos se encontraba Baekhyun? 


Suspiré hondo y recargué mi frente en el techo del auto pensando y pensando, fue en ese instante cuando una idea vino a mí: hablarle por teléfono.


Sin tardar más, me separé del auto y saqué la cartera de mi bolsillo trasero tomando la tarjetita con el número telefónico de Baekhyun, regresando de nueva cuenta mi cartera dentro de mi pantalón. ¿Debería llamarle? ¿Qué tal si él ya estaba en su apartamento, descansando plácidamente mientras yo está aquí preocupado por él, cansado y con frío? 


¿Y qué tal si no? ¿Qué tal si le paso algo? 


Aquellas preguntas resonaron en mi cabeza, lo cual me dieron el coraje y valor necesarios para sacar mí móvil con la intención de llamarle… Pero cuando él contestará, ¿qué le iba a decir? 


—    Chanyeol, estás pensando demasiado. — Me dije en voz alta, recargando mi espalda en el auto de Baekhyun al tiempo que desbloque mi móvil, tocando el icono en forma de teléfono para teclear los números que estaban escritos en esa tarjeta, presionando finalmente el botón verde para enlazar la llamada. 


Acerqué el teléfono a mi oído con mi mano temblorosa, lo tenía que aceptar, el simple hecho de estarle llamando me daban nervios, el escuchar su voz a través de aquel dispositivo sería algo nuevo para mí. ¿Su voz sonaría igual que siempre? ¿O sería mucho más agradable? 


Y sin saber porque, ante esas preguntas que se formularon en mi mente, una sonrisa tenue se formó en mis labios. 


Sin embargo esa sonrisa se borró en un dos por tres al darme cuenta que Baekhyun no contestaba el teléfono, ¿acaso no contestaba porque era yo quien le marcaba? No, eso no podía ser así, él no tenía mi número, así que esa suposición no tenía sentido, pero entonces, ¿qué era? ¿De casualidad ya estaba dormido en su casa? ¿O no estaba escuchando sonar su móvil? ¿O acaso Baekhyun era de los que no contestaban números desconocidos?


Empecé a caminar alrededor del auto con nervios cuando la llamada finalizó mandándome al buzón de voz. Odiaba esto, odiaba sentir que algo no estaba bien. Pero no me rendí y volví a marcar una, dos, tres veces más, pero todas tuvieron el mismo desenlace: el buzón de voz. 


—    No puedo permanecer aquí sin hacer nada. — Guarde mí móvil en mis pantalones, y sin querer pensar en lo que iba a hacer, comencé a correr hacía fuera del estacionamiento, pero en lugar de ir hacía mi auto, lo hice hacía la acera con  un único objetivo: ir al apartamento de Baekhyun para comprobar que estaba bien. 


Mientras recorría la acera, mi mente se llenaba de cuestiones que no tenían respuesta. 


¿Por qué lo buscas cuando no lo quieres cerca de ti? 


¿Por qué estás tan preocupado de lo que pueda pasarle cuando no te importa? 


¿En realidad él no te importa…? 


Meneé mi cabeza intentando alejar esas estúpidas preguntas que sólo me confundían más, debía concentrarme en lo que hacía ahora.  


Miré a mis alrededores y esquivé a la gente que aún paseaba a altas horas de la noche por aquellas grandes avenidas, llevándome a pensar que Baekhyun estaría a salvo, pues era imposible que algo malo le pasará habiendo aún personas en la calle, ¿cierto?


Sí, eso quería creer. 


Continúe caminando por la acera reconociendo el paisaje a mí alrededor, pues es el mismo que había visto aquel domingo por la tarde, después de despertar en casa de Baekhyun. Aunque de noche, lucía muy diferente con aquellos escaparates y anuncios con luces encendidas. 


Por más que veía a mis alrededores no veía rastro de Baekhyun, seguramente ya se encontraba en su casa, pero aunque quisiera pensar eso, no me sentí tranquilo y volví a sacar mi móvil para llamarlo de nuevo.


Justo cuando estaba buscando su número en las listas de llamadas realizadas, giré en una esquina y cuando miré al frente, me detuve en seco. 


Aquel hombre que se veía unos metros adelante, ¿era Baekhyun? 


Enfoqué mi vista tratando de confirmar lo que veía,  y sí, era él, la ropa era exactamente la misma a la que llevaba puesta, pero lo que llamó mi atención no fue eso, si no la persona que estaba a un costado de él, como si estuviera diciéndole algo que provocó que él se detuviera. De inmediato guardé mi móvil en el pantalón y caminé hacía ellos. Ese hombre, no me daba buena espina.


En el instante que di el primer paso vi como ese hombre tomó la muñeca de Baekhyun con brusquedad, tanto, que incluso creí escuchar un quejido de sus labios. En un par de segundos, ese extraño alzó su otra mano hacía Baekhyun, como si… Como si le estuviera asaltando. 


Perdí el aliento por unos segundos, estaban intentando asaltar a Baekhyun frente a mí, simplemente yo no podía permitir que eso ocurriera, no podía permitir que lo fueran a lastimar, no. Sin perder más el tiempo, comencé a correr hacía ellos, pero al estar a un par de metros, algo que jamás creí que pasaría, ocurrió. 


Como si fuera en cámara lenta, claramente había visto como Baekhyun había pateado la mano de aquel desconocido con la cual lo estaba amenazando, para posteriormente volver a lanzar una patada, pero esta vez al cuello del ladrón dejándolo completamente noqueado en el suelo.


¿Ese era el mismo Baekhyun indefenso que momentos antes no se había podido defender de mi agarre? La verdad no parecía serlo, ¿me había equivocado de persona?


Para comprobarlo, reanudé los pasos que había detenido de la impresión, y cuando estuve a unos cuantos centímetros, nuestras miradas se cruzaron en un santiamén de segundo, robándome el aliento. Era él, era Baekhyun.


—    ¿Chanyeol, qué haces aquí? — Frunció su entrecejo al verme. — ¿No deberías estar en tu casa? — Bajé un poco mi vista y vi cómo se masajeaba la muñeca con algo de dolor, todo por el estúpido agarre de aquel maldito hombre. 


No respondí la pregunta que Baekhyun me había hecho, me encontraba muy ocupado pensando en lo que hubiera pasado si él no se hubiera podido defender y yo no hubiera podido llegar a tiempo: al darme cuenta del posible resultado, un miedo repentino comenzó a invadirme.


—    Baekhyun… — Susurré su nombre. 


Sin decir nada más, cogí su mano y de un momento a otro, comencé a caminar de prisa de vuelta al restaurante llevando a Baekhyun conmigo, no permitiría que algo más le sucediera en esta noche. 


Simplemente no podía permitírmelo. 


—    ¿Chanyeol, Chanyeol? ¿Qué estás haciendo, a donde me llevas? — Escuché la voz atrás de mí pues Baekhyun era incapaz de llevarme el mismo paso por la diferencia del tamaño de nuestras piernas. Pero aunque sabía eso, no pretendía detenerme. 


—    A mi auto. — Respondí girando mi rostro un momento hacía atrás para verlo, dándome la oportunidad de captar el gesto de sorpresa en su rostro. 


—    ¿Lo dices enserio? ¿Acaso crees que me quiero ir contigo después de que me dejaste solo en la noche? ¡Estás mal! — Intentó soltarse de mi agarre, pero no lo permití y al contrario, aferré más su mano.


Y como había sucedido todas las veces que había tenido contacto con él, mi cuerpo comenzó a reaccionar ante el roce de nuestras pieles, aunque fuera un roce inocente, causaba efecto en mí. 


Momentos después, me detuve finalmente a un costado de mi auto que había estacionado frente al restaurante, y ahora sí, solté la mano de Baekhyun y me viré a verlo, descubriendo que él no estaba contento. 


—    ¿Estás bien, te lastimó aquel imbécil? — Decidí ignorar su rostro molesto, decidí ignorar lo que yo mismo me había dicho en cuanto alejarme de él y me permití preocuparme un poco, como lo haría si alguno de mis amigos hubiera estado en el lugar de Baekhyun. 


—    ¿Eh? — Su rostro mostraba algo de incredibilidad  a mi cambio de actitud, pero vamos, realmente me había asustado. — Sí, sólo fue el susto. — Sentí como su mirada se posó en mí, pero decidí no hacer contacto visual. — ¿Por qué regresaste? 


Justo preguntaba lo que yo no sabía a ciencia cierta. 


—    Por Jongdae, si se entera que te abandoné y algo llegaba a pasarte, él podría matarme. — Traté de formular una razón coherente en mi cabeza, y al parecer había funcionado, porque Baekhyun no volvió a preguntar. — Vamos, te llevaré a tu apartamento. 


Aún me miraba extrañado. Sin embargo, pude notar el sueño y cansancio en su rostro lo que disminuía considerablemente la energía que él siempre solía tener, añadiendo el hecho de que casi lo asaltaron. 


—    ¿Seguro que estás bien? — Pregunté una vez más estando ambos dentro de mi auto. — Si quieres puedo… 


—    Estoy bien, no hay necesidad que seas tan amable conmigo… Mejor, llévame a mi casa lo más rápido que puedas, estoy cansado. 


Me miró con profundidad a los ojos, y el sentimiento que me transmitió me hizo temblar. Al parecer, yo no era el único que sufría con esta situación. 


—    De acuerdo. — Respondí encendiendo el motor de auto para ir a dejar a Baekhyun a su casa. 


Mientras manejaba, en ocasiones miraba a mi costado derecho para ver que hacía Baekhyun, pero lo único con lo que me encontré fue con sus parpados cerrados y una suave respiración, seguramente ya estaba dormido. 


Como un flashazo vinieron a mi mente aquellas fotos polaroid que Baekhyun tenía colgadas en su cocina, pues entre estás, había una foto de él durmiendo, la cual, erróneamente había creído que era una foto del hermano de aquella chica que jamás existió. 


La atmosfera que reinaba en el auto era una de completo silencio, mas  eso no  quería decir que yo estuviera igual, pues mi mente era un completo caos a causa del hombre que descansaba a mi costado, dándome cuenta que esta noche había descubierto un par de cosas.


La primera, Baekhyun sin lugar a dudas lograba provocar y crear reacciones en mi cuerpo. La segunda, es que él me importaba, aunque fuera un poco. Pero sabiendo eso, volvía a llegar a la misma pregunta de siempre: ¿Por qué? 


Minutos después, llegué al edificio de Baekhyun estacionándome frente a este. Cuando giré mi rostro para verlo, noté que este continuaba con los ojos cerrados, ¿debería llamarlo para despertarlo? Aunque debía hacerlo, no me atreví.  


Apagué el motor del auto, y me giré hacía él sobre mi asiento, observándolo. 


Baekhyun es un hombre, un hombre


Repetí a mis adentros al sentir mi corazón latir con apuro con el simple hecho de verle. ¿Cuántas veces me había pasado eso en el día? Realmente ya no recordaba. 


—    Umh... — Me sobresalté al escuchar aquel sonido de los labios de Baekhyun, pero con ello comprendí que estaba despertando. — ¿Llegamos? — Preguntó mientras frotaba su rostro con sus manos. 


—    Sí, acabamos de llegar. — Respondí sin muchas ganas, pues yo también me sentía cansado. 


—    Bien. — Se quitó el cinturón de seguridad y abrió la puerta del auto: sin embargo, antes de salir, se giró para verme. — Gracias, supongo. — Una sonrisa pequeña se dibujó en sus labios, desestabilizándome, pues desde que lo había reencontrado, no lo había hecho. — Por ahora no diré nada más, pero creo que tú y yo deberíamos hablar… Ya sabes de qué. — Suspiró y salió de mi auto. —   Chanyeol… Nos vemos. 


Terminó diciendo antes de cerrar la puerta de mi auto, entrando lo más rápido que pudo al edificio donde vivía. 


Ahora estaba solo con mis pensamientos. Sabía que teníamos que hablar, había demasiadas cosas que preguntarnos, que poner en claro pero, ¿si lo hacíamos ahora, cuál sería el sentimiento y el resultado? Pensar en algo desconocido era aterrador para mí, pero esta situación ya no podía ser ignorada, por lo que tarde o temprano debíamos resolver esto. 


Y con aquellos pensamientos, encendí el motor de mi auto, dirigiéndome a mi casa para intentar dormir, porque sabía que el día siguiente sería mucho más activo que este.


 


(«»)


 


—    ¿Entonces qué Chanyeol, sí contratarás a Baekhyun? — Giré mi vista a mi costado derecho al escuchar esa pregunta por parte de Jongdae, mientras abría la puerta de mi oficina. 


Era sábado a mediodía, y yo literalmente me acababa de despertar media hora antes, todo a causa de que en la noche anterior no había podido dormir casi nada al tener muy presente en mí todo lo que había acontecido junto a Baekhyun. 


—    ¿Estabas esperando a que yo llegará para saber eso antes que todos? — Entrecerré mis ojos abriendo finalmente la puerta, por la cual Jongdae y yo ingresábamos. 


—    Chanyeol, yo siempre estoy al pendiente cuando llegas, pero hoy hay realmente un motivo para haber esperado, ¡tienes que decirme! ¿Lo contratarás? ¿Hablaste con él anoche? 


Respiré profundo caminando con prisa hacía la silla detrás de mi escritorio, siendo seguido por el otro quien estaba muy impaciente por la respuesta, la cual, ya tenía. 


—    ¡Deja de seguirme! Si te tranquilizas te diré. — Me detuve a un costado de la silla mirando hacía Jongdae. En ocasiones odiaba que tuviera tanta energía, y más cuando yo no tenía ninguna, como en estos momentos. 


—    ¡Yah! Dime rápido. — Dijo tratando de calmarse, pero en su mirada podía ver su impaciencia. 


Me mantuve callado unos minutos y respiré con tranquilidad. 


—    Puedes decirle a Baekhyun que a partir de hoy está contratado. — Tomé asiento enseguida en mi silla y miré el escritorio tomando unos papeles, fingiendo que ponía atención a ellos. 


—    ¡Wooho! — En cuestión de un segundo, tenía a Jongdae sobre mí dándome un fuerte abrazo, mientras desbordaba alegría hasta por los poros. Sabía que él iba a tener esa reacción, la que sin querer, se me contagió un poco, pues un abrazo era lo que necesitaba en esos momentos, aunque él no lo supiera. — ¡Me alegra que por fin te decidieras a hacer lo correcto Chanyeol! Ahora mismo le daré la noticia a Baekhyun.


—    Anda, ve ya, que tengo mucho trabajo. — Lo aparté de mí mostrando una suave sonrisa, pues aún tenía ciertas cuestiones internas que me hacían dudar de la decisión que acababa de tomar.


—    ¡Por  supuesto que iré ya mismo! Espero que esta noticia anime a Baekhyun, porque hoy está un poco extraño. — Mencionó y enseguida agudizó su mirada en mí. — ¿Anoche paso algo cuando Minseok y yo nos fuimos como para que Baekhyun este así?


Sin querer, arrugué los papeles que sostuve en mis manos. 


¿Qué sí algo había pasado? ¡Por supuesto que sí! Pero al parecer Baekhyun no había dicho nada, por lo cual, yo tampoco hablaría. Ahora es cuando comenzaba a darme cuenta de su verdadera personalidad.


 


—    Nada, sólo que su auto no quiso funcionar, pero por lo que vi cuando llegué, ya lo ha mandado al taller, ¿cierto? — Un asentimiento por parte de cabeza de Jongdae confirmó mis sospechas. — Bueno, pues… ¿Por qué no vas ahora a darle la noticia? Yo estoy un poco ocupado, sabes… 


—    De acuerdo. — Dijo mirándome con profundidad, como si alguna clase de hipótesis estuviera formándose en su cabeza, lo cual no me gustaba para nada. — Ya iré a decirle y me encanta la idea de hacerlo, aunque creo que sería más correcto que lo hicieras tú, por ser el jefe.   


—    Pero tú eres su amigo, por eso te dejaré a ti la tarea. — Solté los papeles mirando a Jongdae. — Puedes ir de una vez. — Dije tratando de hacer que de nueva cuenta se fuera, y al final esta vez lo logré, porque después de mis últimas palabras mostró una sonrisa y asintió con la cabeza para salir de la oficina. 


Justo cuando escuché la puerta cerrarse, suspiré profundamente dejando que todo el aire que había contenido en mis pulmones, saliera en un solo instante ya que gracias a las preguntas que Jongdae había comenzado a hacerme, me había puesto nervioso.


Siempre que el nombre Baekhyun se incluía en la conversación, yo no encontraba las palabras correctas para decir debido a las sensaciones que se remolineaban en mí. Y ahora que tendría a Baekhyun todos los días, todo el día a mi alrededor, no tenía ni la más mínima idea de cómo debería actuar o que debería hacer, porque sinceramente tranquilidad no es una palabra que definiría mis días de ahora en adelante. No obstante, era yo mismo quien estaba provocando que eso sucediera al haber decidido contratarlo. 


—    Espero que sea la decisión correcta. — Intenté darme ánimos con aquella oración y suspiré con suavidad, tenía demasiado trabajo acumulado por no dejar de pensar en Baekhyun, por lo que ahora era tiempo de trabajar y concentrarme en el restaurante.


 


(«»)


 


Las horas pasaron volando, y cuando menos me di cuenta, ya eran las ocho de la noche. Era increíble que el tiempo pasara tan rápido cuando estabas ocupado, pero aun así la factura de haberme mantenido sentado tanto tiempo en la misma posición, estaba llegando a mí en forma de un dolor de espalda que me estaba molestando. 


Para intentar aliviar un poco el dolor, estiré mi espalda y en ese justo instante escuché como tocaron la puerta, lo qué me extraño porque aquí nadie solía tocar la puerta antes de entrar. 


—    Adelante. — Mencioné para que pasara quien fuera que estuviese tocando, y cuando vi a Jongin entrar por la puerta, no pude evitar sonreír, al parecer él había aprendido que me gustaba que avisaran antes de entrar. 


—    Chanyeol, no se te olvido que hoy iríamos al club, ¿cierto? — Abrí mis ojos un poco sorprendido, pues lo había olvidado por completo. — ¿Lo olvidaste? — Preguntó Jongin entrando en mi oficina, pero en ese instante me di cuenta que no estaba solo, Jongdae había entrado detrás de él. ¿Ahora que se tramaban estos dos? 


—    Lo siento, tuve demasiado trabajo que hacer por lo que se me había olvidado por completo. — Me excusé mientras mis manos se dirigieron de nueva cuenta al escritorio para guardar los últimos papeles que había revisado, sin embargo, mi vista se posó en aquellos dos que estaban sentados frente a mí. 


—    Sé que no te gustan mucho los clubs Chanyeol, pero… — Comenzó a hablar Jongin, siendo interrumpido por Jongdae. 


—    ¡Yah! Al grano Jongin. — Jongdae posó su mirada en mí y en menos de un segundo, una gran sonrisa en sus labios se formó. — Se nos ocurrió una gran idea Chanyeol, y tú tienes que participar y darnos chance de realizarla. 


—    ¿Una gran idea? — Enarqué una ceja, recargando por completo mi espalda en el respaldo de mi silla. En verdad, verlos juntos no me daba muy buena espina.


—    ¿Se lo dices tú o yo? — Pregunto Jongdae a Jongin  y este último negó con suavidad. — Entonces yo. — La sonrisa no se borró ni un momento de su rostro mientras estaba hablando. — Se nos ocurrió la idea de ir al club a festejar que oficialmente Baekhyun ya es uno de nosotros, iremos al mismo lugar al que fuimos la última vez, ¿qué dices?


 Por unos segundos no pude decir realmente nada.


¿Baekhyun y yo estaríamos en el mismo lugar donde nos conocimos? De tan sólo pensarlo, me daban escalofríos. Aun así no podía negarme, porque había prometido a Jongin ir con él esa misma noche, pero eso no quería decir que tuviera que estar siempre cerca de Baekhyun, ¿cierto? Yo me iría atender los asuntos que me concernían ahí junto con Jongin, y solamente a eso. Nada de Baekhyun por esta noche. 


O al menos eso intentaría. 


—    ¿Quiénes más irían? — Pregunté sintiendo con poco confianza con respecto a esa salida. 


—    Los mismos de siempre. — Quien habló esta vez fue Jongin, mirándome con un deje de preocupación en su mirada, pues él sabía absolutamente todo, o al menos, todo lo que había ocurrido antes de la noche pasada. — Minseok, Jongdae, Baekhyun, tú y yo. 


—    ¿Tengo otra opción? — Sonreí con algo de cansancio, tenía sueño y ningunas ganas de ir al club. De inmediato Jongdae negó, sabía que esa sería su respuesta. 


—      Por supuesto que no, la única opción que tienes es ir. — Se cruzó de brazos sin dejar de verme. — Verás que vas a divertirte, como aquella vez con esa chica desconocida, ¿recuerdas? — Una sonrisa traviesa se dibujó en los labios de Jongdae, yo en cambió sentí como si me hubieran echado un balde de agua fría.


—    Bueno, bueno. Chanyeol, yo pasaré por ti a tu apartamento para irnos juntos, ¿sí? — Al escuchar la voz de Jongin, volví a mis sentidos y asentí con frenesí pues con su comentario, él había tratado de aligerar la situación para mí. — Pasaré antes de las once, para que estés listo cuando yo llegue. — Volví a asentir y sonreí un poco. 


—    Pensaba dejar que tú y Minseok cerraran el restaurante solos este día, pero bueno, sólo por esta vez permitiré que cerremos temprano para que cada quien vaya a alistarse para así ir… Al club. — Había comenzado a hablar con un buen tono de voz, que al final, terminó por temblar un poco. 


—    ¡Ese es mi jefe! — Jongdae se levantó muy satisfecho por los resultados de nuestra conversación, al segundo siguiente Jongin también se puso de pie. — Avisaré a todos de que saldremos temprano, ¿sí? — Asentí. 


—    Bien, entonces Jongdae, nos vemos en el antro y Chanyeol, yo pasaré por ti para irnos en el mismo auto. 


—    De acuerdo. — Respondí con algo de lentitud. 


Después de ello, ambos se fueron dejándome con los sentimientos a flor de piel y con una sensación de anticipación y de rara emoción invadirme.


 


(«») 


 


—    ¡Mira! Allá esta Minseok. — Muy apenas escuché la voz de Jongin debido al fuertísimo volumen de la música que reproducían en el club. 


Apenas teníamos diez segundos en ese lugar, y yo ya quería huir de ahí. 


—    Ven, no te quedes parado, vamos. — Volvió a hablar con un fuerte tonó de voz, y al segundo siguiente, se echó a andar hacía una mesa situada en el segundo piso, donde la vez pasada también nos habíamos sentado.


Volver a estar en ese lugar, pero sobrio se sentía completamente diferente a estando ebrio. Un claro ejemplo era que la música ya no producía aquel efecto alucinante en mí. Es más, viendo todo el lugar sólo me daban ganas de irme, porque sabía que si no tomaba alcohol esta noche, divertirme sería imposible.


—    ¡Minseok! — Escuché a Jongin gritar a nuestro amigo al tiempo que llegamos a la mesa, tomando asiento enseguida. Sin embargo, algo captó mi atención: ni Jongdae ni Baekhyun estaban en esa mesa. 


—    ¿Dónde están Baekhyun y Jongdae? — Adelanté mis palabras sin dejar que Minseok respondiera al saludo de Jongin, pero al escuchar mi pregunta, este frunció el entrecejo y torció un poco la boca, siendo un gesto muy extraño en él, pues sólo hacía aquello cuando se sentía frustrado o molesto. 


—    Están allá. — Minseok alzó la voz varios decibeles para dejarse escuchar sobre aquella música estruendosa, y cuando seguí mi vista hacía donde apuntaba su dedo, noté que hablaba sobre la pista de baile… Difícil de olvidarla. — Apenas llegaron se fueron a bailar. — Terminó de responder apoyando sus codos sobre la mesa, y su mentón sobre las palmas de sus manos. 


—    ¿Por qué no fuiste con ellos? — Preguntó Jongin alzando una ceja. 


—    No soy mucho de bailar… — Respondió mirándonos a ambos.


—    ¿Y por eso ellos dos se fueron dejándote solo? Se suponía que era una celebración donde todos debíamos estar. — Me crucé de brazos, entrecerrando los ojos tratando de ubicar a Baekhyun y a Jongdae en la pista de baile, sintiendo un poco de molestia. 


—    ¿Y no quieres ir a bailar ahora, con nosotros? — Una gran sonrisa se distinguía en los labios de Jongin, lo cual siempre ocurría al tratar dos temas: bebidas  y baile


—    No, así está bien. Si ustedes quieren ir vayan, aquí estaré yo observándolos. — Minseok se reacomodó en la silla, con una suave sonrisa. 


—    ¡De eso nada! — Respondió Jongin tomando a Minseok del brazo, y sin esperar a nada más, lo comenzó a llevar hacía la pista de baile. 


La escena que hicieron me provocó risa, ya que Minseok literalmente se había aferrado al barandal de las escaleras que llevaban a la pista de baile, intentando que Jongin no lo llevara hasta allá. Pero no comprendía, ¿por qué le daba vergüenza? Sí su baile es uno de los mejores después del moreno de nuestro amigo. 


—    ¡No Jongin! No quiero ir, déjame en la mesa. — Minseok se quejaba mientras aplicaba fuerza en la mano que se sostenía del barandal. — Por favor, no quiero ir. 


—    ¿Por qué no? — Esta vez quien habló fui yo, y sin que Minseok lo esperará, llevé mis manos a sus costados comenzando a hacerle cosquillas. Con eso, logré que él se soltara, por lo que Jongin enseguida ensanchó su sonrisa y haló de nuestro amigo para ahora sí llevarlo a la pista de baile, mientras yo los seguía con una gran sonrisa. 


Ese par había logrado hacerme reír y divertirme un poco, olvidando aunque fuera por unos minutos que en ese lugar volvería a ver a Baekhyun, seguramente luciendo igual que la noche en que nos conocimos. Eso me dejó intranquilo ya que no sabía la reacción que tendría al verlo vestido de esa manera. 


—    ¡Chanyeol! ¿Vienes? — Escuché el casi grito de Jongin llamarle estando él y Minseok a un sólo paso de entrar a la pista. 


—    No. — Dije en voz alta y negué. — Iré a la barra de bebidas. 


Jongin solamente sonrió y entró a la pista de baile junto a un Minseok que aún se negaba, pero vamos, él también necesitaba divertirse. 


Mientras, me dirigí a la barra e intente por todos los medios no mirar la pista de baile, ¿la razón? Aún no quería toparme con Baekhyun, y menos al saber que estaría ahí, posiblemente como lo había hecho conmigo, aunque según las palabras de Minseok, él estaba con Jongdae, pero estar al tanto de eso no me ponía más tranquilo, al contrario, un ligero deje de molestia me atacaba, ¿pero por qué? 


Más en esos momentos decidí no pensar en ello por lo cual tan rápido me di cuenta que estaba frente a la barra de bebidas, tome asiento en uno de los banquillos que se encontraban ahí. Sin saber bien que hacer, centré toda mi atención en los hombres que preparaban las bebidas, captando uno mi atención.   


—    ¿Desea pedir algo de beber? — Ese mismo hombre al cual estaba viendo, fue el que me hizo la pregunta, pero al momento de que él enfocó su vista en mí, sus cejas se alzaron de forma curiosa. Al parecer se acordaba de mí. — Oh. 


—    Por ahora no deseo beber nada. — Respondí negando un poco con mis manos, no obstante él no quito la vista de mí. 


—    ¿Aprendiste la lección de la última vez? — Me sorprendí al escuchar esas palabras, ¿acaso lo decía por lo que había pasado yo con Baekhyun? ¿Él lo sabía? — Por si te estás preguntando, me llamo Do Kyungsoo, y soy amigo de Byun Baekhyun. 


En ese instante sentí como si ladrillos cayeran sobre mi cabeza, al parecer, Baekhyun si había contado nuestra situación a alguien. Bueno, yo también le había contado sobre esto a Jongin.


—    Tú… ¿Sabes algo? — Asintió sin cambiar el gesto de su rostro. 


—    Sé todo. — Respondió con rapidez, pero al segundo siguiente noté como el gesto de su rostro cambió a uno un tanto… ¿Sorprendido? 


—    ¡Aquí estás! — Giré de inmediato a mi costado derecho al notar como Jongin había llegado con nosotros, y de repente una idea vino a mi mente. ¿Él era el bartender que quería que trabajara con nosotros? No, mierda, no. — Ya veo que te encontraste con Kyungsoo, él es la persona de la que te hable el otro día. 


Pase mi vista de Jongin a Kyungsoo quien comenzó verse un poco extraño y nervioso… Aquí pasaba algo que yo no sabía. 


—    ¿Qué opinas? — Volvió a hablar Jongin. — ¿Ya has probado alguna de sus bebidas? 


—    Sí, hace dos semanas. — Respondí recordando como Baekhyun y él habían hablado cómodamente, como si se conocieran, y sí, era cierto, ellos eran amigos. 


—    ¡Pero eso ya tiene tiempo! Kyungsoo, ¿puedes prepararnos dos Cosmopolitan por favor?  Él mío sin alcohol, hoy soy conductor designado. — Jongin ladeó el rostro teniendo una mirada profunda sobre Kyungsoo, el cual asintió en forma mecánica, comenzando a alistar todo para ambas bebidas. 


Esta situación se estaba tornando extraña, cada vez me daba cuenta que Baekhyun estaba más involucrado a mi alrededor de lo que yo creía, lo cual me llevó a formular la siguiente pregunta. 


¿Nosotros nos hubiéramos conocido de todas formas pero en otras circunstancias? Lo más probable es que sí. 


—    ¿Sabes? Minseok terminó bailando con Jongdae y Baekhyun. — De la nada Jongin mencionó aquellas palabras, dejándome un sabor agridulce en la boca, pues las emociones que sentí al bailar aquella vez con Baekhyun aún estaban presentes en mi memoria. — Deberías ir a bailar un poco.


—    No. — Respondí en una fracción de segundo, y sin poder frenar la curiosidad me giré sobre el banquillo para ver la pista de baile. 


Y en ese instante lo vi, y lo único que se me vino a la mente es que lucía resplandeciente. No estaba ebrio, no había tomado una sola gota de alcohol, ¿pero porque lo único que aparecía ante mis ojos era él bailando de aquella forma tan provocativa? ¿Por qué no podía despegar mi vista de su rostro perlado por el sudor y de su esbelto cuerpo? 


—    ¿Chanyeol? ¡Reacciona! — En ese momento volví a la realidad y vi como Jongin me tendía una copa con el Cosmopolitan que había ordenado momentos antes. Sin dudar, lo tomé con mi mano pues quería distraerme un poco.


—    Gracias. — Me volví a girar sobre el banquillo y apoyé mis codos en la barra disponiéndome a beber el cóctel. 


—    Cada vez que vengo aquí, pruebo una bebida distinta hecha por Kyungsoo y realmente creo que son deliciosas, es por eso que puse mi vista en él. — Fijé mi vista en Kyungsoo, quien reía de forma nerviosa ante las palabras que Jongin le dedicaba, seguramente por los cumplidos.


—    ¿En serio? Entonces déjame pruebo. — Llevé la copa a mis labios, y en cuestión de segundos, aquella bebida ya recorría mi garganta dándome una sensación maravillosa por el sabor. 


—    Esta bebida es una de las más populares en el club y es más solicitado por las mujeres. — Kyungsoo recargó sus codos en la barra, y me miró con algo de diversión la cual no podía comprender de donde venía. — Esta es la bebida preparada favorita de Baekhyun. 


Al escuchar eso, sentí como si la bebida que aún recorría mi garganta se atorara provocándome una gran tos, que trató de ser detenida con las manos que palmeaban mi espalda, al tiempo que unas risas resonaban en mis tímpanos.


—    No sabes beber, ¿o qué hombre? — Giré a mi izquierda, viendo a Jongdae y a Minseok con grandes sonrisas en sus rostros. 


—    Claro que sé. — Respondí tomando la servilleta que Jongin me estaba teniendo, y limpié las comisuras de mis labios. No obstante, en ese momento me di cuenta que Baekhyun no estaba con ellos. — ¿Y Baekhyun? — Me aventuré a preguntar. 


—    Se quedó bailando en la pista. — Esta vez Minseok fue quien habló, quien al ver a Kyungsoo, le llamó para hacer una orden. 


En cuestión de segundos, giré mi cuerpo sobre el banquillo hacía la pista de baile, topándome con la mirada lasciva que Baekhyun me estaba dedicando. Ante eso, un cosquilleo agradable comenzó a recorrer mi estómago al haberme dado cuenta que él tenía tiempo mirándome.


Baekhyun estaba bailando de una forma tan provocadora, que  mi cerebro comenzó a realizar cálculos para ir hacía él, pero no, no podía volver a caer como aquella vez, por eso intente encontrar todo el auto control que aún existía en mí, pero era complicado intentar alejar los pensamientos indecentes que comenzaban a maquinarse en mi interior… ¿Acaso aquella simple bebida me había dado la soltura para pensar de esa forma? 


Mi corazón latió rápidamente al ver como Baekhyun había extendido su mano hacía mí desde la pista de baile llamándome con su dedo índice. Baekhyun deseaba que yo bailará con él. Él deseaba repetir lo de aquella noche.


… ¿Pero yo lo deseaba?


Como pude, negué con la cabeza ante su petición, logrando que hiciera un gesto con su cara, y al minuto siguiente extendió su otra mano reforzando la invitación que me hacía, sin embargo desistí, no podía permitirme volver a caer en él. No era sano.


Ante mi negativa el bajó sus manos y alzó sus hombros con algo de molestia, pero lo que vi después me dejo sin habla. Un hombre desconocido se había acercado a él para susurrarle no sé qué cosas a su oído, pero al parecer eran divertidas pues Baekhyun había comenzado a reír de una forma escandalosa, no obstante eso no era lo que más me había impactado, si no, que ambos se habían puesto a bailar con sus cuerpos demasiado juntos


Sentí como la sangre hirvió en mí, ¿acaso él era de esas personas que les parecía bien estar con cualquiera? 


—    Baekhyun solamente quiere decir: “Mira de lo que te estás perdiendo por idiota”. — Rápido viré mi rostro hacía la barra, y me di cuenta que Kyungsoo era quien había dicho esas palabras. 


—    ¿Cómo lo sabes? — Fruncí mi entrecejo, y de reojo volví a ver la pista de baile donde Baekhyun estaba con aquel desconocido. Regresé mi vista hacía Kyungsoo intentando calmarme.


—    Lo conozco mejor que nadie. — Respondió el bartender mirando hacía su amigo, y un gesto de desaprobación apareció en su rostro. — Preferiría que estuviera bailando contigo a con ese tipo. Baekhyun es alguien que confía en cualquier persona incluso sin conocerlo, incluso si la persona esta ebria, como tu habrás comprobado.


Ante sus últimas palabras, sentí algo de incomodidad, porque era cierto, Baekhyun sin conocerme me había brindado la confianza de estar con él, de hacerlo mío sin interesarle nada más.


—    Deberías ir a bailar con él, ese hombre no me da confianza. — Después de esas palabras me volví a girar a la pista de baile, viendo como Baekhyun se divertía de lo lindo. 


Eso tan sólo me dio más coraje.


 


« Los hombres son todos unos lobos.»


 


Escuché claramente la frase de aquella nueva canción que el DJ estaba reproduciendo y una risa salió de mis labios. Vaya que eso era muy cierto, solamente bastaba ver la mirada de todos aquellos que observaban a Baekhyun con descaro.


 


«Ni siquiera estás preocupada, estás burlándote de mí, convirtiéndome en un hombre de mente cerrada.» 


 


Mi mirada se concentró en Baekhyun y en su cuerpo. Apenas me estaba percatando de su vestuario y era tremendamente más provocador y tentador de lo había estado usando dos semanas atrás, o al menos de lo que yo podía recordar. Los pantalones que estaba usando eran de mezclilla negra y eran tan ajustados, que yo era capaz de notar la forma de sus muslos sin ningún problema. Pero el trofeo se lo llevaba la playera que estaba usando, nada más y nada menos que una en cuello ojal, lo que dejaba por completo al descubierto su hombro izquierdo dejándolo a la vista de cualquier desconocido en ese lugar, ¿cómo es que se había atrevido a salir así a un lugar como este? 


«Es demasiado escotada, ¿qué pasa mostrando toda esa piel?…


¿Para quién estás haciendo esto?» 


 


Su mirada adornada por aquel increíble delineador negro se posó en mí, mientras bailaba con aquel tipo que estaba a espaldas de él. Baekhyun estaba jugando conmigo, y lo peor es que una parte de mí también quería jugar con él. 


 


«Puedo ver claramente que estás incómoda, puedo ver que te sientes torpe.»


 


Sin embargo, conforme mi vista se concentraba en los gestos de Baekhyun, pude ver que la cercanía con aquel tipo no le era del todo agradable, pues cada que aquel hombre quería posar sus manos sobre su cintura, él hacía un movimiento discreto para evitarlo.


 


« ¿Estás poniéndote en líos a propósito?


Ni siquiera estás preocupada, estás burlándote de mí, convirtiéndome en un hombre de mente cerrada


¿De verdad no lo sabes? »


 


¿Cómo es que Baekhyun era capaz de hacer esto? ¿Acaso bebió antes de que Jongin y yo llegáramos? Si eso era así, su comportamiento tenía sentido. De un momento a otro vi como sus manos se deslizando desde su cuello hasta llegar a sus muslos, en un movimiento que me dejo sin aliento… Era demasiado… Tentador


Pero una vez más, ¿por qué tenía que hacerlo frente a toda esta gente?


 


«Me gusta si es sólo en frente a mí, haz esto sólo enfrente de mí


Mis entrañas están ardiendo debido a ti»


 


—    ¿Por qué es así? — No soporté más, y me volví hacía la barra frotando mi rostro con desesperación, pues Baekhyun estaba jugando muy bien sus cartas. — ¿De casualidad esta ebrio? — Pregunté descubriendo mi rostro para ver a Kyungsoo que servía las bebidas a Minseok y a Jongdae.  


—    Lo está al igual que él. — Al ver que Kyungsoo señaló a Jongdae, me giré y pude notar que era cierto, pues este estaba abrazando a Minseok por la espalda de una forma muy cariñosa en la cual, estando sobrio nunca se atrevía a hacer. — Por eso quiero pedirte algo. 


—    ¿Qué cosa? — Fruncí mi entrecejo. Al ver el estado de Jongdae y la desconcentración de Minseok a causa de lo que él primero le hacía, había comprendido porque Kyungsoo hablaba de Baekhyun con completa libertad. 


—    Cuídalo, por favor. En verdad, ese tipo no me da buena espina. 


¿Pero quién era yo para cuidarlo? ¿Su niñero? Él era lo suficientemente grande para cuidarse y defenderse, justo como lo había hecho la noche anterior con aquel ladrón. Sin embargo recordé como aquel tipo le había lastimado la mano izquierda, y si tomaba en cuenta que Baekhyun estaba ebrio, el defenderse en ese estado, sería casi imposible.


Con esos pensamientos en mente, me viré hacía la pista de baile, y al no ver a Baekhyun y a ese tipo, sentí que el alma se separó de mi cuerpo. En silencio me levanté de mi asiento y caminé directamente a la pista intentando encontrarlos, pero nada, Baekhyun y ese tipo no estaban ahí: inmediatamente la ansiedad se apoderó de mí. 


¿Y si Kyungsoo tenía razón y ese tipo no era de fiar? No podía permitir que le hiciera algo a Baekhyun. 


Con una sensación desagradable en mi pecho, dirigí mis pasos hacía un pasillo donde estaba el baño. No obstante, cuando estuve a punto de entrar a este, algo llamó mi atención: claramente vi como un hombre salía del club por la puerta de emergencia que estaba al final de ese pasillo, pero lo que me había puesto en alerta, era que ese tipo se parecía mucho a la persona con la que Baekhyun había estado bailando. 


Sin esperar a que los segundos siguieran pasando, corrí hacía la salida de emergencia esperando encontrarme con Baekhyun sano y salvo, deseando que ellos estuvieran manteniendo una conversación inocente. 


Cuando llegué a la puerta, la empujé con todas las fuerzas que mis manos tuvieron, y al estar afuera, me paralicé por completo ante la escena que mis ojos presenciaban: Baekhyun estaba forcejando con aquel tipo que lo tenía inmovilizado contra la pared. La ira brotó en mí tan rápido como la espuma.


Desde ese momento ningún pensamiento razonable quedo en mí, y sin perder más el tiempo, me lancé hacía ese tipo tomándolo por los hombros para separarlo de Baekhyun al que pude notar completamente asustado por la situación. Eso, sólo aumento la furia en mí. 


—    ¡¿Quién eres tú?! — Alcancé a escuchar lo que ese tipo desconocido me preguntó, pero no le respondí y  solamente me acerque a él preparando el puño de mi mano derecha para darle un golpe que llegó certero a su mandíbula dejándolo tirando en el suelo. 


Aprovechando esos momentos, dirigí mi vista hacía Baekhyun que se encontraba sentado en el suelo con los ojos cerrados y temblando ligeramente, pero no supe si era por el susto o por el frio que estaba haciendo esa noche. 


—    ¿Baekhyun, estás bien? — Pregunté al tiempo que estaba agachándome para ayudarlo a levantarse, pero en ese momento, sentí como de una patada en la espalda me tiraron al suelo. Aquel maldito se había logrado recuperar del golpe que le había dado. 


Por ello, no escatimé más y volví a levantarme incrustando otro puñetazo en el rostro, lanzándolo de nuevo contra el suelo. Pero esta vez no me dirigí a Baekhyun para preguntarle como estaba, esta vez, lo tomé de la mano, y con un jalón que intenté hacer suave, lo levanté del suelo y comencé a correr con él hacía la calle para intentar huir de aquel lugar, ¿el destino? Aún no lo sabía, sólo tenía presente que tenía que ser lejos. 


Mientras corríamos, mi vista se enfocaba en Baekhyun de vez en cuando quien estaba batallando para lograr seguir mi ritmo, al igual que la noche anterior. Además, pude notar como su rostro lucía algo pálido lo cual me preocupo, así que me detuve paulatinamente, pero no quería arriesgarme de que aquel tipo estuviera siguiéndonos, por lo que aproveche que a un costado de nosotros había un callejón, y sin decir palabra alguna, llevé a Baekhyun a ese lugar. 


—    ¿Estás bien? — Pregunté algo agitado por el maratón que ambos habíamos corrido. — ¿Te alcanzó a hacer algo malo aquel imbécil? — Ayudé a Baekhyun a tomar asiento en el suelo y yo lo hice a un costado de él, ambos necesitábamos recuperar el aliento. 


—    No… — Cerró sus ojos y recargó su cabeza sobre la pared en la cual estábamos apoyados. — No me siento bien… Estoy mareado. — Masculló apoyando al segundo siguiente su cabeza en mi hombro, al tiempo que sus manos se aferraron a mi brazo izquierdo; mi corazón latió como loco en cuestión de segundos ante el contacto. 


—    ¿Cuánto bebiste? — Alcé mi mano derecha, y la llevé al rostro de Baekhyun notando que estaba sudando como un loco, lo que comenzó a preocuparme.


—    Vodka… Una margarita de frambuesa… Un par de Cosmopolitan y… — Hizo una pausa mientras yo escuchaba atentamente. — Algo que ese tipo me ofreció. 


Al escuchar lo último respiré profundamente. ¿Cómo se le ocurría aceptar algo de un desconocido? 


—    ¡No hagas eso! ¿Cómo aceptas algo de alguien que no conoces? Él pudo haber puesto algo en la bebida y por eso estás así Baekhyun. 


—     Yah, no me grites. — Abrió sus ojos con el entrecejo fruncido pretendiendo levantarse, pero en el intento, cubrió su boca con rapidez. — Tengo… — Quiso hablar, más le fue imposible por lo cual volvió a sentarse en el suelo. 


—    ¿Quieres vomitar? — Asintió y yo de inmediato ayudé a levantarlo para buscar un lugar donde pudiera hacerlo. — Resiste, buscare donde puedas y…


En el instante callé. 


¿Acababa de pasar lo que creía que estaba pasando? 


Al instante que yo había comenzado a hablar, Baekhyun había descubierto su boca para vomitar. , vomitar. No obstante, no lo había hecho en un lugar libre, no, lo había hecho sobre sus propios zapatos. Pero él no fue el único perjudicado, pues mis zapatos y parte de mi pantalón también habían sido afectados. 


En ese momento cerré los ojos  y aumenté el agarre que mantenía sobre él, para evitar que se cayera ante el mareo que tenía. 


Dios, ¿ahora que debía hacer? Ni me atrevía a mirarme porque sabía que también podría terminar vomitando.


—    Lo siento. — Escuché que salieron aquellas palabras de sus labios, por lo que atreví a abrir mis ojos y lo vi con la vergüenza reflejada en sus facciones, tratando no molestarme. Tampoco podía ser tan malo con él después de que estuvo a punto ser atacado por ese hombre. 


—    Ya… No importa. — Dije y suspiré profundamente. — Mejor vamos, pidamos un taxi para llevarte a tu casa. 


Baekhyun asintió, y tomé su cintura con mis manos para ayudarlo a caminar ya que aún se sentía mareado, y yo estaba muy seguro que la bebida que ese extraño le había ofrecido, tenía  algo que provocó que estuviera en ese estado.


Sin embargo, haber creído que tomar un taxi iba a ser sencillo, fue un completo error y había una única razón para eso: ambos estábamos en condiciones no muy… ¿Cómo decirlo? A ningún taxista le gustaba llevar a dos personas con restos de vomito en sus ropas, por lo cual, taxista que se detenía para llevarnos, taxista era el que se iba al ver las condiciones en las que nos encontrábamos. 


La frustración comenzó a hacer acto de presencia en mí, pues tenía la necesidad de llevar a Baekhyun a su casa para regresar a la mía y poder tomar un baño. Aunque si pensaba con honestidad, lo que más me frustraba, era tener a Baekhyun tan cerca y que mi corazón no pudiera encontrar un segundo de tranquilidad por estar ocupado haciéndome saber lo que ese chico provocaba en mí. 


Mi mirada una vez más se posó en él, viéndolo con los ojos cerrados, y con un poco más de color en su rostro. Al parecer el haber vomitado le había hecho sentir mejor. 


—    ¿Por qué no le llamamos a los chicos? — Preguntó Baekhyun abriendo sus ojos para verme, y en ese instante reí, ¡pues claro! ¿Cómo no se me había ocurrido? 


Rápido saqué mi móvil para hablarle a Jongin, pues él sería el indicado para llamarle. Sin embargo, en el instante que tuve el móvil en mis manos, el pánico se apodero de mí al darme cuenta que este no estaba funcionando, además de que la pantalla había sido estrellada. 


Cierto, debió haberse roto cuando el tipo me arrojó al suelo con la patada. Respiré hondo y me tranquilicé. Ponerme histérico no me ayudaría en nada. 


—    Baekhyun, ¿me prestas tu móvil? — Cuando pregunté, él llevó su mano hacía su pecho, abriendo los ojos algo sorprendido, dándose finalmente un golpe en la frente. Eso no podían ser buenas noticias. — El móvil está en la chaqueta que traía y que dejé en el auto de Minseok junto con la cartera.


Cerré mis ojos y masajee el puente de mi nariz al escuchar eso. ¿Qué había hecho yo para tener que pasar por esta situación? Jamás, jamás en mi vida había pasado por tantas situaciones de este tipo.


No, nunca, hasta que Baekhyun se cruzó en mi camino.


Abrí de vuelta mis ojos para observar a Baekhyun. Al verlo, me di cuenta que la ropa que traía puesta era muy delgada, y dejaba demasiada piel expuesta en su cuerpo, por lo que lo solté unos pocos segundos, en los que me di el tiempo para quitarme mi chaqueta, colocándosela sobre sus hombros, sin dejar de mirar su rostro un poco desconcertado.


Cuando nuestras miradas se conectaron, me di cuenta de algo: Baekhyun sí me importaba. 


—    Creo que deberemos buscar otra manera. — Dije para ambos, mientras ayudaba a Baekhyun a meter sus brazos dentro de mi prenda.  


Cuando terminé de ayudarle, me viré a un costado y logré ver el  anunció de la estación del metro. En ese momento, el alivio llegó a mí. Con una pequeña sonrisa, comencé a caminar sosteniendo la cintura de Baekhyun, guiándolo a la estación.


Afortunadamente para nosotros, faltaban veinte minutos para que fuera media noche, por lo cual, aun seríamos capaces de tomar el último tren que nos dejaría a tan sólo un par de cuadras de mi apartamento.


Lo sentía por Baekhyun, pero esta noche iríamos directo a mi casa. 


Un par de minutos después, ambos nos encontrábamos en el vagón del tren, que gracias a Dios estaba casi desierto, haciéndome sentir más cómodo debido a las condiciones en que ambos nos encontrábamos. 


—    Baekhyun, iremos a mi casa, ¿está bien? — Un asentimiento por parte de él me hizo saber su opinión, aunque no estaba seguro si él había entendido mis palabras, porque después de que habíamos llegado a la estación, él había comenzado a dormitar debido al alcohol. 


Rodeándonos la tranquilidad del tren, comencé a repasar los hechos de esta noche, y aún no podía creer por lo que ambos habíamos pasado. 


Desde que Baekhyun se había cruzado en mi vida, nada, absolutamente nada de lo que me rodeaba cuando estaba a mi lado, era normal. Eso, en cierta manera, llegaba a agradarme porque me sacaba de la rutina. Aunque el sentimiento de resistencia y rechazó, eran persistentes en mí. 


Mientras estaba sumergido en mis pensamientos, sentí como la cabeza de Baekhyun se recargó sobre mi hombro derecho, provocando que un respingo saliera de mis labios ante lo sorpresivo de ese toque. Pero se sentía tan cálido. Y por ello, sin poder evitar mis impulsos, apoyé mi cabeza sobre la de él, enterrando mi nariz en sus suaves cabellos, dejando por primera vez que el calor que Baekhyun desprendía, me reconfortara. 


Me sentía confundido, aun no era capaz de descubrir con certeza que era lo que Baekhyun me hacía sentir. Pero al menos, por esta noche, estar a su lado estaba siendo sorprendentemente sencillo y agradable para mí.


«Nos encontramos a pocos segundos de llegar a la estación de Myeong-dong.»


Abrí mis ojos al escuchar las palabras que sonaban en el altavoz, y enseguida giré hacía Baekhyun quien permanecía dormido sobre mi hombro. Al segundo, escuché como unos extraños sonidos salían de sus labios. Cuando me acerqué a escucharlo mejor, tuve que contener una risa al darme cuenta que ese sonido era muy semejante al que hacía un cachorrito cuando caía en un profundo sueño.


Con cuidado, tomé su cabeza entre mis manos y lo alejé de mi hombro, poniéndome de pie cuando el tren se detuvo. Al no haber más ese movimiento por parte del vagón, me puse de pie y rodeé la cintura de Baekhyun entre mis brazos, ayudándolo a salir de esa manera del tren.  


—    Baekhyun, despierta, ya estamos en la estación. — Lo llamé, observando sus parpados que permanecían cerrados, notando el delineador y ligera sombra oscura que los cubría y hacía resaltar aún más su belleza, aun a pesar de que este manchaba la piel alrededor de sus ojos, seguramente por el sudor que había expedido su cuerpo al haber corrido en nuestra huida.


—    Uhm… — Emitió aquel sonido para darme a entender que había captado mis palabras, pero yo dudaba que lo hubiera hecho así.


Sin tener más opción, cargué a Baekhyun entre mis brazos, y lo senté sobre una banca que estaba a pocos metros de nosotros. Cuando pude acomodarlo mejor sobre ese lugar, me puse en cuclillas sobre el suelo, dándole la espalda, halando su cuerpo hacia el mío, cargándolo ahora sobre mi espalda para hacer mucho más llevadero el camino a mi apartamento.


—    No pesas nada. — Fue lo primero que dije al momento que su cuerpo descansó sobre el mío, y en esa nueva posición, me encaminé directo a mi apartamento, el cual, quedaba cerca de ahí para nuestra fortuna.


Al salir de la estación, sentí el frío chocar contra mi rostro, pues estábamos a finales de octubre y las temperaturas nocturnas eran más frías cada vez, pero aún con frío, apuré mis pasos hasta que por fin llegamos al edificio donde yo vivía. 


Respiré con alivio al momento que el portero del edificio me abrió la puerta y me saludo. Sin embargo, al momento que él hizo la inclinación, claramente vi como su rostro se deformó al encontrar la sorpresa sobre mis zapatos y en la parte de debajo de mis pantalones.


En vez de molestarme, me reí y caminé directo al elevador que se encontraba con las puertas abiertas. Cuando entré junto a Baekhyun, presioné el botón que me llevaría a mi piso, y al momento que las puertas se cerraron, sentí que las cosas saldrían bien a partir de ahora, pues ya faltaba poco para llegar a la tranquilidad de mi hogar. 


Pero no todo era comodidad en estos momentos. Podía sentir la respiración calmada de Baekhyun chocar contra mi cuello provocando que la piel se erizara. Por eso, intente reacomodarlo en mi espalda con un suave movimiento, más todo fracaso, así que no volví a intentarlo. 


—    Ya casi, ya casi. — Murmuré al ver los el número de los pisos que ya llevábamos recorridos, y al ver el quince, una gran sonrisa vino a mí. 


Las puertas se abrieron al segundo siguiente, y sin esperar más salí del elevador junto con Baekhyun que iba sobre mi espalda. Pero aunque las cosas parecieran ser sencillas ahora, supe que no sería así cuando me detuve frente a la puerta de mi apartamento, pensando como rayos abriría la puerta.


Teniendo algo en mente, di la espalda a la puerta de mi apartamento, y con cuidado y tratando de ser lo más suave que pude, tomé el brazo derecho de Baekhyun con mi mano izquierda, y tiré de su cuerpo con el único fin de poder rodearlo con mis brazos. Pero al parecer, en ese preciso momento despertó, pues con el ligero movimiento que hice en su cuerpo, hizo que él se aferrara con fuerza a mi camisa, como si temiera caer.


—    ¿Dónde estamos…? — Las palabras salieron atropelladas de sus labios. Al estar ya despierto, lo bajé de mi espalda, asegurándome que no fuera a caer por algún mareo.  


—    Frente a mi apartamento… — Cuando murmuré, él abrió sus ojos y me miró fijamente, como si tratara de transmitirme o decirme algo.


Justo ahí es cuando me di cuenta que haberlo traído conmigo, no había sido una tan brillante idea, pues mi cuerpo, estaba comenzando a reaccionar ante la presencia de Baekhyun. 


—    Oh… — Volvió a cerrar sus ojos, respondiendo con simpleza.


Bien, estaba bien así. El rostro de Baekhyun mostraba el gran sueño que este sentía, lo que me brindó un poco de alivio, pues las cosas serían más fáciles si él se dormía pronto.


Sin dejar que el tiempo siguiera desperdiciándose con mis pensamientos, saqué la llave de la puerta del bolsillo de mi pantalón, e introduje está en la perilla, girándola un par de veces hasta que esta cedió y se abrió. Cuando por fin pude ver el interior de mi hogar, tomé a Baekhyun de la cintura para ayudarlo a entrar. 


Una vez adentro, cerré la puerta atrás de mí y lancé las llaves al primer mueble que vi. Teniendo cuidado, fui separando a Baekhyun de mí para ayudarlo a sentarse a un costado de la puerta del baño, que estaba a unos cuantos pasos de la entrada.   


—    Siéntate aquí Baekhyun. — Cuando lo senté, me agaché para quitarle los zapatos sucios, para después, quitarme los propios dejándolos a un lado de la puerta de entrada.


Luego me haría cargo de ellos.


No obstante, nuestro calzado no era lo único que estaba sucio, también nuestros pantalones lo estaban. Al darme cuenta que no podíamos permanecer más tiempo de esa manera, cerré los ojos y tragué en seco, pues tendría que ayudar a Baekhyun a quitarse los suyos.


Tardé unos segundos en hacerme a la idea, por lo que primero comencé por mí. 


Llevé mis manos hasta el botón de mis pantalones para desabrocharlo. Después, bajé el cierre para deslizarlos por mis piernas, quedando únicamente en bóxer, aventando la prenda sobre mis zapatos sucios.


Ahora, vendría la parte complicada… Quitarle sus pantalones a Baekhyun.


Sin embargo, al verlo dormido sobre el suelo de mi apartamento, comprendí que sería una crueldad dejarlo dormir en esas condiciones, sucio por el vómito y por el sudor de momentos antes.


—    Baekhyun, Baekhyun… — Se senté en cuclillas a un costado de él, y lo sacudí un poco hasta que abrió sus ojos. — ¿Quieres tomar un baño antes de  dormir? — Noté su vista adormilada posarse en mí. 


—    Por favor… — Contestó mirándome a los ojos. Pero al parecer, se dio de que yo no vestía mis pantalones, porque al instante su vista viajó hacía abajo, mostrando una sombra de sonrisa en sus labios.


Ver esos labios alzarse un poco por la comisura, me hizo sentirme nervioso, teniendo una idea de lo que estaba cruzando por su mente.


Pero traté de no pensar, y teniendo su respuesta positiva a mi pregunta, me puse de pie, y corrí lo más a prisa hacía las escaleras de mi habitación, subiendo los escalones de dos en dos. Cuando llegué al piso, respiré lo más hondo que pude, y coloqué mi mano sobre el pecho ante lo acelerado de mi corazón, al darme cuenta de que esa sonrisa, y esa mirada que me había dedicado, habían sido muy similares a las que me había encontrado en él, en ese antro.


—    Cálmate Chanyeol, no pienses en eso. — Exhalé profundo, atreviéndome a echar un vistazo a mi bóxer. Cuando vi lo que ahí estaba despertando, me di un golpe en la frente, e ignoré ese hecho, yendo a mi armario.


Al estar frente a él, abrí las puertas y tomé pantalón corto el cual inmediatamente vestí. Después, volví a mirar dentro de para buscar la ropa más pequeña para que Baekhyun pudiera usar.


Con la ropa lista, bajé las escaleras de regresó al baño, apreciando como Baekhyun trató ponerse de pie, pero aquella simple tarea se le dificultaba mucho, por lo que apuré mis pasos y lo sostuve de su antebrazo en forma de ayuda, agradeciéndome él con una sonrisa en sus labios. 


Al tener la seguridad de que Baekhyun no se caería, estiré mi mano para abrir la puerta del baño que estaba frente a nosotros, y lo guié al interior.


—    Toma asiento aquí en lo que preparo el agua de la regadera para que te bañes. — Con cuidado, ayudé a que se sentará sobre la tapa del inodoro, al mismo tiempo que dejé la ropa que había buscado para él sobre la tapa del tanque de aquel retrete. 


—    Me quiero enjuagar la boca. — Dijo con gracioso gesto en sus labios. Por ello, fui hasta el tocador sacando un cepillo de dientes nuevo que tenía detrás del espejo. 


—    Toma Baekhyun, sobre el lavabo encontrarás pasta dental. 


El asintió y se levantó del inodoro apoyándose del lavabo. Al ver que se había levantado con éxito, caminé hasta la regadera y abrí ambas llaves buscando la temperatura perfecta del agua. 


Tener a Baekhyun en mi baño, comenzó a hacer estragos en mí. Esta era la primera vez que habíamos pasado tanto tiempo juntos después de habernos acostado aquella noche, también era la primera vez que el contacto físico duraba tanto entre nosotros sin haber terminado en un beso. Sin embargo, si las cosas seguían por ese camino, no sería capaz de saber en que acabaría todo esto.


Pues con sólo pensar que Baekhyun dormiría aquí, en mi apartamento, provocaba que mi pulso y autocontrol empezaran a fallar.


Al pasar unos pocos minutos, llevé mi mano al agua que salía de la regadera, verificando que el agua tenía la temperatura perfecta. Así, me giré en dirección a Baekhyun, pero lo que vi, me dejó paralizado, hipnotizado y con mi corazón latiendo salvajemente con la expectación.


Sin que yo me diera cuenta, Baekhyun ya se había quitado toda la ropa que cubría su cuerpo, excepto su bóxer. Pero estos no durarían por mucho, ya que en ese mismo, sus manos se posaron sobre la orilla de estos con toda la intención de bajarlos.  


—    ¡Espera a que me salga! — Dije a toda prisa colocando mis manos sobre las suyas para impedirlo. En seguida, mordí mi labio inferior al haber rozado parte de la piel del filo de sus caderas. 


—    No seas infantil... — Una risa torpe salió de sus labios, dando paso a que Baekhyun girara su cuerpo hasta quedar frente a mí, mostrándome la desnudez de su pecho, de sus hombros, de sus brazos y de sus piernas.


Verlo así, hizo que mi corazón se acelerará, y que en mi cuerpo, empezará a despertar al deseo.  


—    No lo soy. — Respondí desviando mi mirada hacía la regadera, pues si seguía observándolo, algo irremediable iba a ocurrir en mí, y lo sabía perfectamente.


Aun sosteniendo sus manos, lo guié hasta la regadera. Durante el transcurso sentí su mirada sobre mí. 


—   Chanyeol…


—    Ten cuidado, está un poco resbaloso. — Comenté al momento que Baekhyun entró en la regadera, aferrándose aún más a mi agarre para evitar caerse cuando sus pies pisaron el agua.  — Bien, entonces dejaré que te bañes. Sobre la tapa del tanque del inodoro dejé un cambio de ropa para que uses. — Intenté mostrar una sonrisa relajada, en cambio, lo único que pude hacer, fue una sonrisa nerviosa.


Quise soltar sus manos, mas él no me lo permitió, al contrario, el contacto se intensificó cuando apretó sus dedos con mayor fuerza alrededor de mí, halando de mi brazo para acercarme a él, haciendo que el agua mojara un poco.


No, maldición, esto no estaba bien. 


—    No te vayas. — Escuché de sus labios y me estremecí. — Me siento aún mareado, ayúdame a sostenerme un poco más. 


Me sentí avergonzado cuando lo oí decir esas palabras. Tal vez yo era un paranoico que sólo estaba encontrando un doble sentido a las acciones de Baekhyun, y tal vez… Sólo tal vez él no estaba pensando de mí en la manera que yo creía.


—    Está bien.   


Respondí manteniendo mi vista hacía el techo, mientras Baekhyun seguía aferrado a mí. Lo único que me tranquilizaba era saber que él mantenía aún estaba usando su bóxer. Sin embargo, eso no evitó que mi mirada se desviara de vez en cuando hacía su pecho, siguiendo el vago recorrido de unas marcas que llegaban hasta su vientre bajo, donde inevitablemente mi vista se posó sobre el centro de sus caderas. 


Eso lo había hecho yo, podía recordarlo. 


Manteniendo mi vista aun sobre su piel, fui capaz de sentir como un calido aliento chocó contra mi mejilla izquierda, robándome la respiración.


Baekhyun, ¿qué planeabas hacer?


—    Chanyeol. — Escuché su voz llamarme, e instintivamente giré mi  rostro hacía él, quien me miraba a través de su flequillo mojado por el agua. Verlo de así, hizo que el calor empezará a agolpar mi cuerpo. — Ayúdame a quitármelos. 


Bajé mi rostro hacia donde él señaló con su vista, y al saber de que hablaba, me quedé prácticamente en blanco. Él me estaba pidiendo que le ayudara a quitar su bóxer.


Sin pensarlo mucho, negué con la cabeza y cerré mis ojos deseando no ver más aquella zona de su cuerpo. 


Mentiroso, deseas verlo sin el bóxer, se escuchó la frase como eco en mi mente por cortesía de mi subconsciente, pero de inmediato suprimí aquel deseo. No podía dejar que algo sucediera entre nosotros. 


—    ¿No puedes quitártelos tú? — Elevé mi rostro unos centímetros, y abrí mis ojos mirando a Baekhyun quien negó de inmediato. 


—    Si me muevo mucho me mareo. — Dijo teniendo la mirada un poco adormilada, pero aun así, yo no deseaba hacerlo, porque si lo hacía, y veía a Baekhyun al desnudo, no sé cómo reaccionaría mi cuerpo. — Por favor, y ya no te molesto más… — Susurró apoyando sus labios sobre mi mejilla, rozando estos con suavidad, dejando una agradable humedad sobre mi piel, logrando hacer flaquear mi voluntad, por lo que terminé asintiendo.


—    Está bien. — Respondí llevando las manos de Baekhyun hasta mis hombros. — Sostente fuerte. — Dije mirando sus ojos en todo momento después de que se alejará de mí, y él asintió. 


Mantuve mi mirada sobre él, y me di unos segundos para tomar el valor de hacer lo que él me había pedido. 


Respiré hondo, y mis manos que estaban libres se dirigieron hacía las caderas de Baekhyun. Cuando mis dedos rozaron su piel, sentí que el agarre de sus manos sobre mis hombros se intensificó un poco, quitándome el aliento por unos momentos.


Tratando de recobrarlo, deslicé mis dedos unos cuantos centímetros sobre su piel hasta llegar al elástico de su bóxer de licra, el cual, me dejaba ver la grandiosa anatomía que se escondía debajo de este y… No, ¡no! Chanyeol, enfócate en la tarea, no te desvíes. 


Me reprendí en mi interior, y desvíe mi mirada al techo durante unos minutos, evitando a toda cosa cruzar miradas con Baekhyun. En ese mismo instante, mis dedos sostuvieron el elástico de su ropa interior, empezando a bajarlos con lentitud.


Milímetro de piel que iba dejando al descubierto, equivalía a la cantidad de latidos que se añadían a mi corazón, dando como resultado que mi pulso se elevará hasta los cielos. Esa sensación provocaba que un par de suspiros salieran de mis labios. 


No obstante, cuando llegó el momento en que debía bajarlos por su entrepierna y trasero, me puse nervioso al grado de que mis manos temblaron mientras bajaba aquella prenda. Me daba vergüenza el sólo pensar que pudiera ver algo que no debía, algo que me hiciera desear tomarlo. Por ello, siendo lo más rápido que pude, cerré mis ojos, me puse en cuclillas con las manos de Baekhyun aun sobre mis hombros, agachando mi rostro. Cuando volví a abrir mis parpados, lo único que tenía frente a mi vista, eran los pies de Baekhyun que se distorsionaban un poco a causa del agua que caía sobre ellos, y mi cabeza.


—    Ya lo has visto… No sé porque te comportas así. — Una leve risa por  parte de él, acompañado de ese  comentario, provocaron que me avergonzaba más. Aunque él tuviera razón, curiosamente en mi mente no llegaba algún recuerdo en el cual yo hubiera visto su entrepierna. Sin embargo, las memorias en las que yo me mantenía en su interior, sí que estaban presentes, y eran esas mismas las que iniciaron una nueva tortura en mí. 


Preferí no responder a sus palabras, y seguí concentrándome en la tarea de quitarle el bóxer. Conforme la tela fue bajando, y esta deslizó por sus muslos, sentí como el calor en mi interior aumentaba, cuando la punta de mis dedos rozó su suave piel húmeda. Ante esa sensación, moví un poco más mi cuerpo, haciendo que el agua de la regadera diera por completo sobre mí, sin importarme el estar empapándome.


Todo, con tal de que esa sensación asfixiante de calor se fuera de mí.  


—    ¿Chanyeol? — Baekhyun llamó mi nombre, afectando mi estabilidad hormonal, pues aunque la situación fuera extraña para mí, no dejaba de ser menos  estimulante.


Cuando sentí que su bóxer cayó finalmente hacia sus tobillos, sentí como un alivió llegó a mi pecho.


—    Levanta tu pierna Baekhyun. — Dije sin querer abrir los ojos aún. — Vamos, hazlo. — Volví a decir al notar que no hacía nada, por lo que di un toque en su tobillo izquierdo y de inmediato alzo su pierna, dándome la oportunidad de quitarle el bóxer de ese lado, ahora sólo faltaba quitarlo de su pierna derecha. — Ahora… La que sigue. 


Di un toque también sobre su tobillo derecho. En ese instante abrí mis ojos mirando sus rodillas, no me atrevía a hacer algo más, y de esa forma pude apreciar como Baekhyun levantó su pierna. No obstante, él comenzó a perder el equilibrio, por lo que sin tener manera de evitarlo, su rodilla se dirigió inminentemente contra mi rostro, dando un golpe sobre mi frente, haciendo que llevará mis manos en acto reflejo para cubrirme ante el dolor que sentía, sin pensar ni en lo que podría pasar después. 


En ese momento, sentí como otro golpe cayó sobre mi cuerpo, logrando tirarme al suelo, dejándome completamente aturdido.


Cuando abrí mis ojos, me sorprendí al ver lo que sucedía. Sin saber cómo, Baekhyun había caído sobre mi cuerpo,  y él ahora se encontraba sobre mí, mirándome fijamente, justo como lo había hecho en el club.


Ante esto, mi cuerpo no pudo evitar no reaccionar, por lo que con vergüenza y todo, sentí que mi bóxer me quedaba más ajustado que antes, en una excitación que estaba despertando a causa de ese cuerpo. 


—    Lo siento. — Escuché por segunda vez esas palabras por parte de él en esta noche. 


—    Fue un… Accidente, no te preocupes. — Intenté sentarme sobre el piso mojado del baño, pues la regadera aún estaba abierta y el chorro de agua daba de lleno a nosotros. — ¿Baekhyun? — Lo llamé al darme cuenta que sus manos estaban posadas sobre mi pecho, quitándome la oportunidad de levantarme. 


—    No por eso, si no por esto. — Después de esas palabras, mi mundo se detuvo por completo. 


Baekhyun había unido sus labios a los míos, y ahora, estaba besándome con una suavidad extrema que no hizo otra cosa más que relajarme. 


Si me ponía a pensar, esta situación era muy similar a lo que habíamos experimentado días atrás en mi oficina, pero ahora, los lugares estaban invertidos, él quedando sobre mi cuerpo.


Una parte cuerda de mí, me decía que tenía que huir, alejarme de ese hombre que estaba hundiéndome en un placer desconocido. Sin embargo, la parte que quería probar nuevas experiencias, me decía, me gritaba que tenía que continuar con lo que Baekhyun había iniciado, en ansias de gozar y vivir.


No sabía que respuesta debía escoger, pero al instante que sentí una mordida sobre mi labio inferior, mi cuerpo tomo la decisión: continuar.


Sin poder controlar mis manos, estas se colocaron sobre la espalda desnuda y húmeda de Baekhyun, dando caricias un tanto desesperadas ante el deseo que agolpaba en mi cuerpo.


Aun así, por más desesperadas que eran las caricias que mis manos dejaban sobre ese esbelto cuerpo, mis labios aún eran capaz de controlarse y mantener el lento y suave ritmo que Baekhyun había iniciado en ese beso, el cual, era tranquilo, con ritmo, un poco tierno, pero muy, muy delicioso.


¿Esto es correcto? Soy hombre y él también lo es, ¿deberíamos parar aquí o continuar? Cosas como esas eran difíciles de sacar de mi mente. Yo estaba faltando a mis propios principios, y estaba olvidando que me había prometido no volver a pasar por esta situación.


Pero con Baekhyun desnudo, con la piel húmeda y dándome estos besos, era  imposible no dejarme llevar. 


Por más que quisimos mantener el beso, fue imposible porque el agua comenzaba a colarse entre nuestros labios, creando una sensación de ahogo que era más fuerte en mí. Así que reuní las fuerzas que tenía, y alcé mi torso teniendo a Baekhyun sobre él, para quedar finalmente sentados en el suelo de mi baño. 


Cuando abrí mis ojos, sentí el chorro de agua dar directo contra mi rostro, por lo que Baekhyun me tomó del cuello y jaló de mí hacía él, logrando que así el agua no me molestará. Sin embargo, ahora tenía su rostro de nueva cuenta a unos milímetros del mío.


Fue inevitable que mi vista no se detuviera a ver su rostro, viajando y analizando cada milímetro de su piel. Cuando me topé con el lunar que se tintaba sobre su sien derecha, sentí un déjàvu.


Ansioso ante los recuerdos difusos de esa noche, llevé mis labios hasta esa zona, comenzando a besar aquel pequeño círculo de piel oscura que había descubierto semanas atrás.  


—    Chanyeol… — Cerré mis ojos, y mis brazos rodearon su cintura con fuerza atrayéndolo más al mí, al momento que un jadeo salió de sus labios después de haber llamado mi nombre. — Me… Gusta. 


Una leve sonrisa apareció en mis labios.


¿En realidad Baekhyun había estado tan mareado? ¿O había estado fingiendo para que llegáramos a esto? No sabía la respuesta, pero cierto o no, yo había entrado en un camino sin retorno.


Los besos que mantuve sobre su lunar varios minutos, fueron esparciéndose como pólvora por el costado derecho de su rostro hasta terminar finalmente sobre su cuello, sobre esa piel tan suave y tersa al contacto de mis labios. 


Al instante que dejé el primer beso sobre su piel, un gemido salió de sus labios, retumbando en mis oídos durante varios segundos. Esos sonidos eran los que habían provocado que yo olvidará que él era un hombre la primera vez que nos acostamos, y con certeza, parecía que eso volvería a pasar porque mis labios no se detuvieron en ningún momento, y continúe besando su cuello hasta llegar a su hombro. 


—    Déjame verte… — Pronunciaron sus labios, y algo renuente me aleje de él para permitir que se deshiciera de mi camisa completamente empapada, y justo al momento que mi piel quedo al descubierto, Baekhyun quedó fascinado al ver que algunas marcas que él había hecho en mí, aún eran poco visibles sobre mi abdomen.


Miré su rostro por  largos segundos, cuando sus manos se deslizaban por mi pecho y abdomen, llegando al grado de dejarme sentir un suave roce de sus uñas que lo único que ocasionaron, fueron tenues jadeos. 


—    Baekhyun. — Suspiré su nombre, y sin querer retrasar más mis deseos, volví a atrapar sus labios entre los míos, iniciando un nuevo beso, en el cual, dejamos entrever el deseo que dominaba nuestros cuerpos.


Recorrí con mis manos su espalda, y de inmediato sentí como mis dedos se sentían arrugados sobre su piel, por lo que vino a mí la mente de cambiarnos de lugar. 


Por ello, aferré su cuerpo entre mis brazos, y con todas las fuerzas que mis piernas tenían, me puse de pie cerrando las llaves del agua, dejando que no se desperdiciara más de esta. 


Cuando Baekhyun se percató a dónde íbamos, escuché una suave risa en sus labios que se me contagio enseguida, y sin querer esperar más, avance a prisa llevando a Baekhyun directamente a una pequeña cama que estaba situada frente al gran ventanal de mi apartamento, la cual, siempre era usada como sofá. 


Pero esta vez, tenía planes de usarla como lo que era: una cama


—    Chanyeol… Chanyeol… — Escuchar mi nombre de sus labios con aquel tono de voz, empezó a enloquecerme. 


Antes de iniciar cualquier cosa, me quedé observando su rostro con fascinación, gozando de los gestos y expresiones que Baekhyun me mostraba.


¿Esto era correcto? Mañana al despertar no me arrepentiría de lo que fuera a salir de esta noche, ¿cierto? 


Con esas preguntas en mente, me acerqué a sus labios una vez más, decidiendo perderme en el planeta de Baekhyun por primera vez con toda mi voluntad. 

Notas finales:

 

 

 

¿Bien, qué les pareció? ¿Valió la pena leer todo?

 

 

Con sinceridad este capítulo me tiene nerviosa, pero deseo que haya sido de su agrado, en verdad…

 

Y bien, ando más dormida que despierta por lo que no se si estoy escribiendo coherentemente o qué (¿?).

 

 

Creo que por ahora es todo, nos vemos en el siguiente episodio♥.


P.D. No soy buena en el “lemon”, por eso no he puesto mucho, lol, pero intento mejorar…

P.D.2: Este es el auto de que maneja Baekhyun:

http://img.motorpasion.com/2007/09/toyota-iq-1.jpg

P.D.3: En cuanto a la casa de Chanyeol, por si quieren imaginarla mejor, me base un poco en el diseño de este apartamento: 

https://38.media.tumblr.com/05461f58faed29c6d876831ae2114e92/tumblr_n9rw9htNh21tgam4oo1_500.jpg

http://33.media.tumblr.com/38b0c736329ad9aa969711362e2b4cb9/tumblr_n9smpnNCKq1tgam4oo1_1280.jpg

 

 

PREGUNTA: ¿A ustedes les gusta el lemon?

 

PREGUNTA2¿Sería bueno que continuará haciendo capítulos tan largos o debería bajarle un poco?

 

P.D.4: ¡Me gustaría que dijeran lo que piensan en un review♥! Plz(?)

 

Ahora sí, buenas noches♥.


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