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Love Hangover por xlhsmlkt

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Notas del capitulo:

¡Hola de nuevo!


Entonces... ¿Si les gusto la primera parte del episodio 4? ¿O debería retirarme ahora? (?) orz.

 

Hahaha bueno, aquí esta la segunda parte, aquí, me puse a escuchar mucho la canción de Mirrors - Justin Timberlake, es que esa canción me transmitía un sentimiento que me inspiraba, aunque el contenido del episodio no tenga mucho que ver(?), pero bueno, lean y nos vemos en notas finales. 

 

 

Capítulo 5 (Parte 2)   Delight

 

 

 

Lo primero que hice al entrar, fue quitarme el par de tenis de Jongdae, yendo después a encender las luces de mi apartamento, notando como Chanyeol también se quitaba su calzado.

 

—     Te daré algo con que secarte.

 

Murmuré caminando con toda prisa hasta mi baño. Cuando entré, encendí la luz y cerré un poco la puerta, cogiendo una toalla entre mis manos… Mis temblorosas manos. Debía tranquilizar mi corazón, debía calmar mis ansias y no hacerme ideas que después podrían ser erróneas.

 

 —     Aquí tienes Chanyeol. — Salí del baño apagando la luz, y tendí la toalla hacía él. 

 

—     Gracias. — Tomó esta e instantáneamente comenzó a secar su cabello que aún estaba un poco húmedo. 

 

Mientras él se secaba, quité la mochila de mis hombros y la dejé sobre mi escritorio. Después, caminé directo a mi guardarropa para buscar algo que Chanyeol pudiera usar, aunque de antemano, sabía que sería complicado encontrar algo apropiado para él, debido a que él era más alto que yo. 

 

—     No sé cómo vayas a lucir con esto. — Saqué un pantalón de chándal grande y la playera más holgada que encontré. — Pero no tengo algo más. Dejaré las prendas en el sofá. 

 

Caminé directo a mi sofá y dejé las prendas sobre este, sintiendo un poco de frío sobre mi torso debido a que Chanyeol me había logrado mojar momentos antes. Sin esperar que el frío llegará a calar más, me quité la gorra, llevando mis manos hasta la orilla de la playera, quitándomela sin pensar en nada más, sin darme cuenta que Chanyeol tenía la vista fija en mí. 

 

—     Baekhyun… — La voz de Chanyeol retumbó contra mis oídos, haciendo que mi piel se erizara al notar un matiz extraño en ella. 

 

Giré de inmediato para poder verlo —ya que estaba espaldas a él—, pero cuando logré hacerlo, me quedé sin aliento. 

 

Sólo vestía ropa interior. 

 

Sin descaro, bajé mi vista por todo su cuerpo, deteniendo mi mirada sobre sus caderas, y de nuevo, me quedé sin aliento al ver como bajo su bóxer, se dibujaba su masculinidad con toda perfección.

 

—      Dime. — Respondí y mordí mi labio inferior elevando mi vista de vuelta a su rostro, sintiendo como mi corazón se aceleró al instante de descubrir el brillo que se asomaba en sus ojos. 

 

Sí era deseo. 

 

Lo sabía perfectamente porque esa era la misma mirada que él me había dedicado una infinidad de veces la primera vez que tuvimos sexo… Joder, estaba acabado. Estaba completamente acabado, pues mi vista no pudo evitar bajar de nuevo para analizar el cuerpo de Chanyeol, descubriendo una vez más que sus brazos eran fuertes y musculosos. 

 

—     Mi respuesta es sí. — Mis pensamientos fueron interrumpidos por sus palabras que no pude comprender. 

 

Mi entrecejo se frunció al instante por no entender, obligándome ver de nuevo su rostro, robándome el aliento al verlo y disfrutar de su atractivo. Si las cosas seguían así, terminaría deseando caer entre sus brazos una vez más.

 

—     ¿A qué te refieres? — Pregunté, y a los segundos, sentí como mis mejillas se tornaban cálidas ante esa sonrisa ladeada que se formó en sus labios, ocasionando que sólo luciera más sexy ante mis ojos.

 

—     Por favor, no me hagas repetirlo, que tú lo sabes perfectamente. — Mi mente comenzó a trabajar para intentar descifrar esta situación. 

 

¿Chanyeol me estaba coqueteando? No, eso no tenía sentido, pero si eso no era, no encontraba alguna otra explicación.   

 

Dios, su actitud provocaba que mi sangre hirviera. 

 

—     Chanyeol, tú… — Comencé a hablar, más al ver como se acercó a mí, me quedé inmóvil en mi sitió, perdiendo mi capacidad de hablar. 

 

Aún sin haber terminado mi frase, Chanyeol asintió con su rostro y después ladeó este, alzando su mano hasta tomar una de mis mejillas dando una suave caricia sobre mi piel. De inmediato, mi corazón latió desbocadamente contra las paredes de mi pecho al percibir su fragancia masculina que tanto me encantaba, y había estado presente en mi mente por semanas. 

 

Ante el contacto, cerré los ojos e incliné mi rostro hacía su mano intentando sentir más el tacto de su cálida mano sobre mi mejilla. Sin embargo, lo que sentí en ese momento fue como él apegó sus caderas a las mías, haciéndome jadear de sorpresa y gocé. 

 

—     ¡Chanyeol! — Abrí mis ojos mordiendo mi labio para contenerme, encontrándome con su mirada lasciva. — No te arrepentirás de esto… ¿Cierto? — Sin quererlo, empecé a sentir inseguridad de tan sólo pensar que podría volver a pasar eso, que volvería a arrepentirse de estar conmigo. 

 

—     Nunca más Baekhyun. — Pronunció con firmeza, inclinando su cuerpo hasta que nuestros rostros quedaron a la misma altura. — Jamás volveré a arrepentirme. 

 

Ladeé un poco mi rostro, sintiendo como la tranquilidad volvió a mi alma, cuando esas palabras fueron susurradas de sus labios.

 

—     Eso era lo único que necesitaba escuchar. — Una flamante sonrisa ocupo mis labios, y sin dar tiempo a nada más, llevé mis manos a las de él para poder enlazar nuestros dedos. — Hoy no dejaré que te escapes de mí… — Ladee mi sonrisa y mordí mi labio inferior con expectación al sentir de nueva cuenta como él apegó sus caderas contra las mías. 

 

Ya no había marcha atrás.

 

Giré mi cuerpo sobre mis talones, dejando de vera Chanyeol para tener una nueva escena frente a mí: mi habitación.

 

Mi piel comenzó a arder en deseo y expectación. Sin querer retrasar más el momento, caminé rumbo a mi cama, ahogando un suspiro en mis labios cuando los brazos de Chanyeol rodearon mi cintura, apegando su pecho desnudo a mi espalda, haciendo que nuestras pieles rozaran, y que su hombría que estaba despertando, rozara sin vergüenza con mi trasero.

 

No sería muy difícil para mí el morir de placer en esos momentos.  

 

—     Aunque no recuerde mucho, sé que esto te vuelve loco… — Escuché aquellas palabras chocar contra mi oído, y al instante, sentí los tersos labios de Chanyeol besar mi cuello con determinación y deseo, provocando que empezará a caer en un estado de delirio.

 

Ante esas sensaciones no pude decir más nada, tan sólo me dejé hacer y cerré mis ojos en el instante que llegamos a un costado de mi cama.

 

La anticipación me estaba matando. 

 

Sentí sus manos bajar desde mi cintura hasta mis caderas, dejando sus cálidas palmas sobre ellas, para girar mi cuerpo y hacer que quedara frente a él. Aun sabiendo que él me miraba, no fui capaz de abrir mis ojos, pues quería que las sensaciones de sus besos en mi cuello, permanecieran en mí.

 

—     Tengo que aceptar que provocas algo en mí, algo que me gusta y no quiero dejar pasar… — Sentí su aliento chocar contra mi rostro, y como si se tratara de algo natural, mis labios se dedicaron a buscar los suyos, encontrándolos de inmediato.

 

Lo que se creó después, fue simplemente maravilloso

 

Nuestros labios encajaron con una espléndida perfección, como si ambos hubieran sido moldeados para calzar y ser uno sólo como si… Como si estuvieran destinados a besarse por la eternidad. Poco después, sentí como se recargó un poco sobre mi cuerpo, captando inmediatamente lo que él quería que yo hiciera.

 

Sonreí entre sus labios y, sin más, dejé caer mi cuerpo sobre el suave colchón, ocasionando que el beso se rompiera. En ese momento me atreví a abrir mis ojos, volviendo la sonrisa en mí al ver las estrellas de mi techo brillar, enviándome a los viejos recuerdos de una noche mágica y de placer.

 

—     Verte de esta manera… — Apoyé mis codos sobre la cama para alzar mi torso, con él único motivo de ver a Chanyeol. 

 

—     ¿Sí…? — Pregunté, queriendo saber la frase completa. 

 

—     Me provoca. — Continuó sus palabras, subiéndose a la cama, sin dejar de ver mis ojos con esa profundidad de la que me estaba haciendo adicto. — Y me provoca mucho Baekhyun… Quiero tocarte.

 

Abrí mis labios al escuchar sus últimas palabras, para después volverlos a cerrar, intentando reprimir el gemido que quiso salir, justo cuando Chanyeol dejó caer un beso sobre la piel de mi torso desnudo.

 

—     Por favor… — Comencé a hablar, y llevé una de mis manos hasta el centro de su espalda, comenzando a acariciar su piel mientras mi cuerpo empezaba a arder. — Hazme sentir más… — Inevitablemente mi respiración se agitó, llegando al punto en que mi pecho empezó a subir y bajar con mayor velocidad, que creí ser capaz de ver a Chanyeol moverse a ese mismo ritmo.

 

Alzó su rostro, cruzando nuestras miradas al mismo tiempo que sus labios me mostraron una sonrisa: y una vez más, caí.

 

Mis parpados se cerraron, sumándome en una oscuridad que fue iluminada cuando nuestros labios se encontraron una vez más, besándose y creando sensaciones que eran exquisitas, maravillosas para mí y para él.

 

Al estar en esa posición un tanto incomoda, volví a recostar mi espalda sobre el colchón, trayendo a Chanyeol conmigo para no romper el beso.  Cuando la suavidad de la sabana acarició mi piel, sentí como ese hombre que me robaba el aliento había puesto su mano sobre mi torso, concibiendo caricias suaves que hacían temblar mi cuerpo, encontrándome ansioso y con los sentimientos al límite cuando Chanyeol rozó una zona que era especialmente sensible en mí.

 

Las caricias fueron deslizándose poco a poco sobre mi cuerpo, hasta que finalmente llegó a mis caderas, topándose con algo que no le agradó mucho: los pantalones. En cuestión de un segundo, escuché un gruñido ahogarse entre nuestros labios, siendo una actitud muy infantil a mi parecer, pero que sin duda alguna, me había fascinado. 

 

—     Ah... — Gemí al sentir como succionó mi labio inferior, justo cuando nuestros labios dejaron de moverse en aquel baile tan pasional e intenso. Aun así, el contacto entre ellos no se rompió, puesto que los roces persistían en ellos, negándose a dejar de sentirse y seguirse conociendo.

 

—     Los quitaré… — Asentí y abrí mis ojos al sentir como se separó de mi cuerpo, para quedar sentado entre mis piernas.

 

Lamí mis labios percibiendo como sus palmas se posaron en mis piernas, deslizándose hacía mis muslos en suaves apretones. Cuando llegó a ellos, mi respiración se agitó mil veces más al percibir como una que otra caricia, caía sobre mi ingle.

 

—     Puedo recordar su suavidad… — Nuestras miradas se cruzaron, y siguió el movimiento de sus manos hasta llegar al borde del pantalón. — Lo blanca que es tu piel… — Continuó aquellas palabras, que causaban estragos en mí. 

 

El botón del pantalón cedió ante la poca fuerza que Chanyeol empleó para desabotonarlo, y la bragueta descendió en cuestión de un segundo, sintiendo un alivio inmediato llegar a mi cuerpo, pues ya no sentía la presión sobre mi entrepierna. 

 

Alcé un poco mi rostro para ver lo que hacía Chanyeol, sintiendo como mi corazón estuvo a punto de detenerse cuando un hormigueo se hizo presente sobre mi vientre, pues la respiración caliente de ese hombre estaba dando contra la piel de esa zona, que aún era más sensible a causa de mi excitación.

 

Sin pensarlo más, enredé mis dedos entre su cabello que seguía un poco húmedo, mientras él se dedicó a deslizar mis pantalones por mis piernas. 

 

Se siente tan jodidamente bien, pensé en mis adentros conforme Chanyeol bajaba el pantalón, gozando el roce que la punta de sus dejos dejaba sobre la piel que iba quedando desnuda. Y era maravilloso, eran tan perfecto, y era lo que había soñado volver a hacer desde el primer día que lo conocí: volver a estar entre sus brazos, sentir sus besos, sus caricias y su respiración agitada que era capaz de llevarme un mundo que jamás había conocido, pero que ahora, estaba dispuesto a viajar las veces que fueran necesarias hasta ahí.

 

—     Chanyeol… — Tiré un poco de sus cabellos, en el momento que la punta de su lengua se deslizó por la piel que se mostraba sobre el borde de mi ropa interior. 

 

Sus labios fueron deslizándose hasta el filo de mis caderas, dejando un par de besos para finalmente descender por el costado de mi pierna dejando un camino de besos húmedos que erizaba mi piel al contacto y me hacían perder la noción del tiempo, ya que sin haberme dado cuenta, los pantalones ya estaban a la altura de mis rodillas. 

 

—     Eleva tus piernas. — Escuche sus palabras, que de inmediato mi cerebro interpreto como una orden, por lo que sin rechistar, las elevé para que por fin pudiera deshacerse de aquella tela tan molesta y restrictiva. 

 

Cuando por fin se deshizo de la prenda, escuché como un jadeo salió de sus labios al momento que acaricio la piel desnuda de mis muslos, pues al parecer, a él le gustaba su suavidad. 

 

Y a mí me fascinaban sus caricias. 

 

La punta de sus dedos recorría cada milímetro de mi piel, como si quisiera grabarse su textura. Sin embargo, al parecer su plan cambio, pues sus manos siguieron ascendiendo sobre mi cuerpo hasta posarse firmemente sobre mi cintura, atrayéndome de inmediato hacía él, quedando sentado sobre sus piernas mirándonos a los ojos. 

 

Sonreí infinitamente y rodeé su cuello con mis brazos, rozando sus labios con los míos sin dejar de sentir sus grandes manos sobre mi cintura. 

 

—     Chanyeol… Me gustas y no puedo negarlo. — Confesé cerrando mis ojos dejándome llevar por la emoción, atrapando sus labios entre los míos en un beso que no era intenso como los que habíamos compartido, sino uno suave, en el cual, la exploración de nuestros labios llegó a mayor profundidad al sentir como su lengua pedía permiso de entrada a mis labios, la cual, no dude en aceptar. 

 

El agarré en mi cintura se intensificó, al grado de poder sentir nuestros pechos rozar de manera indiscriminada, dándome la oportunidad de disfrutar y gozar el calor que ambos creábamos. 

 

Todo parecía un sueño. 

 

Lo único que se escuchaba en mi apartamento, eran nuestras respiraciones agitadas y el sonido de nuestros corazones retumbar contra la pared de nuestros pechos.

 

Mi piel ardió justo cuando Chanyeol deslizó sus manos hasta llegar a la altura de mi espalda baja, atrayendo mis caderas hacía las de él creando un choque inminente, placentero y lleno de éxtasis que sólo hizo temblar a nuestros cuerpos.

 

Ambos estábamos en las mismas condiciones.

 

—     Baekhyun… — Sentí sus labios bajar hacía mi cuello, dando besos suaves, mientras sus manos volvían a deslizarse por mis caderas.

 

 Me dejé hacer. Aunque había un pequeño detalle.

 

Yo le había dicho que me gustaba y él no había respondido nada a eso. Sin embargo, ahora sus caricias eran más intensas, eso quería decir que, ¿yo también le gustaba?

 

Y como si él fuera capaz de escuchar mis pensamientos, mordió mi cuello con fuerza al mismo tiempo que una de sus manos se posó sobre mi entrepierna, robándome el aliento por completo, dejando que los gemidos emergieran de mi boca sin restricción alguna.

 

Quise volver a recostarme en el colchón, pero me lo impidió al intensificar el agarre que mantenía en mi cintura con una de sus manos, mientras la otra, la que estaba sobre mi entrepierna, comenzaba a ejercer más presión al igual que un suave ritmo empezaba a imponerse con su ayuda. 

 

—     Dios… — Me aferré con fuerza a sus hombros, y dejé caer mi cabeza a un costado de la suya. — Chanyeol, esto… — Articulé ese par de palabras, pero me fue imposible continuar al sentir su otra mano deslizarse hasta mis caderas, perdiendo el soporte que tenía en mi cintura, por lo que de inmediato me recosté sobre la cama.

 

Traté de regular mi respiración, pero me fue imposible cuando las manos de Chanyeol se posaron sobre mis tobillos, con el fin de abrir mis piernas la justa medida como para poder sentarse él entre ellas. 

 

—     Me gustan tus reacciones. — Abrí mis parpados, y con mi mano, alcancé una almohada la cual puse bajo mi cabeza, tratando de ver a Chanyeol quien me miraba de una forma en la que nunca lo había hecho. — Quiero ver más.

 

Ladeé la sonrisa en mis labios, y pasé mi mano por mi frente sintiendo las primeras gotas de sudor de esa noche.

 

Sin quitar mi vista de él, rodeé sus caderas con mis piernas, provocando que estás volvieran a chocar contra las mías, arrancándome un jadeo que estaba seguro mis vecinos habrían escuchado. 

 

—     Vamos Chanyeol… No… No des tantas largas. — Dije comenzado a desesperarme de que las caricias se limitaran a suaves roces, estaba llegando casi al límite y yo necesitaba algo más. 

 

—     No seas tan impaciente. — Llevó sus manos al hueso de mis caderas, y con sus pulgares, comenzó andar suaves caricias que me volvieron loco. — ¿Cuándo lo hicimos la primera vez, de casualidad dije que tus caderas me fascinaban? 

 

 Escuchar su pregunta erizo mi piel  y asentí finalmente con la cabeza. 

 

 —     Lo repetiste durante toda la noche... — Suspiré, y me concentré en las caricias. 

 

 —     Entonces lo vuelvo a repetir. Me encantan. — Clavé mi mirada en él tratando de saber si lo que decía era cierto, ya que la situación aún no dejaba de parecer un sueño para mí.

 

Realidad o no, debía disfrutarlo a cada momento. 

 

Sentí como cada vello de mi cuerpo se erizó cuando una de las manos de Chanyeol se posó sobre mi entrepierna, encargándose de aumentar la llama de placer en mi interior. 

 

Dios, no recordaba que esto se sintiera tan bien. 

 

Mi espalda se arqueó, y mi respiración no encontró tranquilidad conforme las ansias de sentirlo, incrementaban.

 

Y teniendo ese deseo, alcé mis manos directo a su rostro para tener la oportunidad de atraerlo a mí, haciendo que quedara recostado casi por completo sobre mi cuerpo, sintiendo la presión que este ejercía sobre mí. 

 

Ver su rostro me dejó en completa hipnosis. En él, podía verse deseo, expectación, fascinación, algo que pocas veces me había dejado ver en su estado de sobriedad, y era espectacular porque sabía que yo era el causante de eso. 

 

—     Chanyeol, esta noche  hazme sentir de vuelta lo que jamás nadie ha logrado... — Entrelacé mis dedos en sus cabellos, y apegué nuestras frentes con suma delicadeza intentado no perder el contacto que nuestros ojos mantenían. 

 

Él no respondió con palabras, lo hizo con un beso sobre la punta de mi nariz que casi me hace derretir. 

 

Pero aquello, había sido sólo un preludio de lo que se avecindaba.  

 

Sin dejar de ver mis ojos, deslizó su mano desde mi entrepierna hasta llegar a mi vientre, extendiendo toda su palma sobre mi piel dando suaves apretones. Jadeé con fuerza al sentir como un calambre se extendido desde esa zona hasta mi entrepierna, ocasionando que el bóxer se ajustara más a mi cuerpo. 

 

—     Oh… Chanyeol… — Sin querer, y con la sensación de ardor en esa zona, tiré de los cabellos oscuros, tratando de contenerme un poco.

 

Con tranquilidad  tortuosa, Chanyeol introdujo la punta de sus dedos debajo de mi bóxer, dando suaves caricias y roces al inicio de mi pierna, deslizando poco a poco,  haciendo que fuera perdiendo la cordura.

 

Inconscientemente, elevé mis caderas contra su mano deseoso por sentir más aquel contacto. Sin embargo, lo que recibí a cambio, fueron una serie de besos suaves sobre mi mejilla derecha que por un momento lograron distraerme de las caricias que él me entregaba centímetros más abajo.

 

Después de haber hecho eso, su aliento chocó contra mi oído junto a unas palabras que me dejaron sorprendido.

 

—     Creerás que es ridículo… — Mantuve mis parpados cerrados, escuchando atentamente sus palabras. — Pero no sé exactamente como continuar.

 

Automáticamente abrí mis ojos, y lo miré con incredulidad.

 

 —     ¿Qué acabas de decir? — Al escuchar mi pregunta, se alejó un poco de mí y la mano que acariciaba más debajo de mi vientre subió de aprisa hasta mi abdomen, dejando un vacío en mí.

 

—     Lo que escuchaste. — En un dos por tres, se sentó a un costado de mí, dejándome completamente confundido.

 

Me tomé unos segundos para poder entender la situación, y cuando lo hice, me moví en la cama para poder quedar sentado frente Chanyeol. 

 

—     ¿Cómo que no sabes cómo continuar? — Pregunté intentando sonar tranquilo, pues mi respiración agitada se negaba a calmarse.

 

—     Cuando lo hicimos la primera vez yo estaba borracho y no he podido recordar todo, así que la parte donde… — Noté como frunció el entrecejo mostrando claramente lo abrumado que estaba.

 

—     ¿Dónde? — Pregunté impaciente, pues mi cuerpo estaba entrando en un estado donde la atención en él, era urgente. 

 

—     Donde tú y yo, eso... — Alzó su rostro para verme directamente a los ojos, dándome la oportunidad de ver que no estaba arrepentido, al contrario, el fuego de la pasión aún se deslumbraba en sus ojos. — Tengo miedo llegar a lastimarte, a hacer algo mal.

 

Si antes estaba incrédulo, ahora estaba anonadado, pero no porque creyera que sus palabras fueran malas o molestas, todo lo contrario: una calidez comenzó a brotar en mi pecho, pero esta no era por el deseo o por la excitación, no, era algo distinto y mucho más profundo.

 

—     ¿Con que es eso? — Sonreí bobamente, y apoyé mis manos en la cama, gateando hasta dejar mi rostro a unos cuantos centímetros de distancia del de él. — No tienes razón para preocuparte, lo harás perfectamente bien, estoy seguro. — Miré sus ojos intentando darle confianza, funcionando poco a poco al verse cada vez un poco más relajado.

 

Aun así, en ellos era visible que dudaba. No podía permitir que eso ocurriera, porque si seguía así, podría llegar a arrepentirse y yo no quería eso.

 

—     Te diré como hacerlo… — Murmuré sobre sus labios, intentando incitarle.

 

Sin perder más tiempo, me puse de rodillas sobre la cama y con mis manos, tomé las de Chanyeol, haciendo que también quedará de rodillas, teniendo nuestros cuerpos a escasos centímetros de distancia.

 

Uní mi frente con la de él y miré sus ojos fijamente, con la misma intensidad que él me dedicaba, y en un santiamén de segundo pose sus manos sobre mis caderas, específicamente sobre la orilla de mi bóxer.

 

—     Primero tenemos que deshacernos de la tela molesta… — Dejé caer mis palabras en forma de aliento sobre sus labios, al tiempo que mis manos se dirigieron hasta sus caderas, tomando enseguida el elástico de la orilla de su ropa interior entre mis dedos.

 

Con parsimonia comencé a bajarlos, sintiendo mí corazón latir estrepitosamente ante la expectación de lo que vería al terminar aquella tarea.

 

—     Vamos, es fácil, no es la primera vez que lo haces… — Reí sobre sus labios al darme cuenta que le era difícil realizar esa tarea, y recordé como la noche anterior él me había quitado mi bóxer en la regadera de su baño y lo mucho que había batallado para hacerlo debido al nerviosismo que tenía, justo como el que ahora lo estaba invadiendo.

 

Decidido, aferré un poco más de tela entre mis manos y comencé a bajar el bóxer de Chanyeol, dirigiendo mi mirada inmediatamente hacía sus caderas que poco a poco, iban mostrando la piel blanca de esa zona.

 

—     Mira mis ojos. — Lo escuché decir en el momento que notó a donde se dirigía mi mirada, pero no le hice caso, al contrario, una sonrisa un tanto traviesa se asomó en mis labios.

 

—     Olvídalo, no lo haré. — Respondí e incliné un poco mi cuerpo hacía abajo, para poder deslizar aquella prenda hacía sus muslos.

 

Cuando su entrepierna quedó al descubierto, sentí mi garganta secarse y mi cuerpo arder por completo. La vista era increíblemente espectacular.

 

—     No mires así. — Sentí la mano de Chanyeol tomar mi mentón, elevando de inmediato mi rostro para que yo mirará sus ojos.

 

—     ¿Te está dando vergüenza? — Reí discretamente, y de inmediato deslicé mis manos desde su bóxer hasta su vientre bajo, en el cual, comencé a dar suaves roces con la punta de mis dedos.  — Mejor ayúdame con mi ropa, siento que no podré resistir más si no me la quitas… — Dije con un toqué de desesperación en mi voz, pues verlo completamente desnudo, hizo que la excitación en mi cuerpo creciera un doscientos por ciento.

 

Después de mi petición, escuché un gruñido de Chanyeol chocar contra mis labios debido a lo que mis caricias provocaban en él, deslizando finalmente mi ropa interior para que ambos quedáramos en las mismas condiciones.

 

Mantuve mi vista fija sobre su rostro tal cual me lo había pedido, pero no con la intención de obedecerlo, sino, de descubrir como los gestos de su rostro iban transformándose conforme mis dedos se desplazaban más y más abajo, siendo capaz de acariciar el inicio de su entrepierna.

 

Simplemente me quedé fascinado.

 

Su entrecejo se fruncía más y sus respiraciones se agitaban acorde me acercaba más. 

 

—     ¿Te gustan mis caricias…? — Pregunté entre jadeos al sentir como mi entrepierna se liberó después de que Chanyeol bajara mi ropa interior.

 

—     Me gustan. — Respondió mirando mis ojos, percibiendo como su voz se escuchaba cada vez más ahogada en deseo gracias a mis caricias. 

 

Ante su respuesta, sonreí un poco y dejé un par de suaves besos sobre sus labios, provocando que una sonrisa también se dibuje en sus labios.

 

—     ¿Aun necesitas ayuda…? — Pregunté quedamente atreviéndome a deslizar finalmente uno de mis dedos sobre la extensión de su miembro, recibiendo como respuesta un gemido que erizo toda mi piel.

 

—     ¿Porque preguntas si ya sabes la repuesta? — Sus manos estrecharon con fuerza mis caderas, y su voz demostraba desesperación. 

 

—     Tranquilo. — Musité sobre sus labios. 

 

Una pequeña risa se escapó de sus labios ante mi comentario, y asintió cerrando sus ojos dejándose llevar por mis caricias por primera vez en la noche. 

 

Lo haría gozar. 

 

Aprovechando que ya no me miraba, bajé mi vista hacia sus caderas, mirando como mi mano se encargaba de rozar aquella piel tan cálida que pedía a gritos un poco más de atención que no me negué a dar. 

 

Lentamente, fui abrazando su extensión con mi mano mientras la otra se dedicaba a acariciar alrededor de su ombligo disfrutando como su piel estremecía. 

 

Traté por todos los medios no dejar de mirar su entrepierna, pero en ese momento mis labios se pusieron ansiosos al no estar disfrutando de aquella piel tan suave, por ello, sin dudar más, pegué mis labios a su cuello, comenzando a dar suaves y húmedos besos alrededor de su manzana de Adán, gozando de como Chanyeol temblaba de placer, haciéndome saber que lo que estaba haciendo, lo estaba haciendo bien. 

 

—     Baekhyun. — Jadeó mi nombre mientras sus manos descendían de mis caderas hasta posarlas sobre mi trasero, dando un suave apretón que me sacó de la jugada. 

 

Sin responder nada, empecé a mover mi mano de arriba hacia abajo, llevando un ritmo más acelerado sobre su miembro, provocando que los temblores y las respiraciones rápidas aumentarán cada vez más en él. 

 

Sin embargo, no sólo él estaba disfrutando, pues yo estaba en las mismas condiciones debido a sus manos, las cuales, con discreción iban deslizándose hasta llegar a mis muslos internos en donde se encargó de acariciar una y otra vez la piel que ardía  con su tacto.

 

—     Chanyeol... — Gemí su nombre sobre su cuello, que aún era besado por mis labios.  

 

Como respuesta a mi gemido, Chanyeol volvió a ascender sus manos, pero esta vez no las llevo hacia mi trasero, sino que rozo esa  zona sensible, por la cual él me había hecho suyo aquella noche, mi entrada

 

Gemí con fuerza sobre su piel, y el movimiento de mi mano en su entrepierna aumentó debido al placer que me había dado ese casi imperceptible roce. 

 

—     Eres muy sensible Baekhyun... — Abrió sus ojos, y de inmediato bajó su rostro haciendo que no pudiera besar más su cuello porque ahora él quería que mantuviéramos contacto visual. —  Creo... Creo... Ah, Baekhyun.  

 

Mordí mi labio inferior extasiándome al escuchar como sonaba mi nombre entre gemidos. 

 

—     Si vas así de rápido... — Intentó terminar sus palabras, pero lo impedí al momento de acariciar su punta con mi dedo índice; y aunque él no terminara su frase, creí saber a lo que se refería, pues su cuerpo me estaba dando todas las señales de que no resistiría más a aquel ritmo que yo había impuesto con mi mano. 

 

Cerré mis ojos, y poco a poco fui disminuyendo el ritmo al sentir como Chanyeol se había puesto a lamer mi clavícula derecha con tal parsimonia, que fue capaz de absorber mi concentración hasta dejarme completamente en blanco ante aquella fascinante sensación. 

 

—     Hazme sentí… Hazme tuyo... — Murmuré y eché mi cabeza hacia atrás, soltando su entrepierna para subir mi mano por su vientre hasta llegar a su pecho en el cual quise apoyarme, pues entre su lengua que lamía mi clavícula y sus manos que seguían acariciando aquella zona tan sensible entre mis muslos, fueron capaces de quitarme un poco de fuerza en mis piernas, por lo que comencé a recostarme de nueva cuenta, más Chanyeol por segunda vez en la noche me impidió hacerlo. 

 

—     No te recuestes.  — Dijo sobre mi clavícula, y tan sólo fui capaz de morder mi labio inferior cuando él pasó una de sus manos hasta mi entrepierna, haciendo los mismos movimientos que yo había hecho en él. 

 

Por Dios, me sentía a morir con esas caricias. 

 

—     Chanyeol, ya sabes cómo continuar, ¿cierto?... — Elevé mis manos hasta sus hombros, y los aferré con fuerza para mantenerme en esa posición, abriendo discretamente un poco más mis piernas para poder permitir que la mano que seguía entre mis muslos, continuara acariciándome. 

 

—     Continúa guiándome. — Sus labios subieron hacia mi cuello, dejando besos en el transcurso hasta mis labios de los cuales se adueñó sin pena alguna.

 

Las sensaciones que Chanyeol me estaba otorgando, sólo las había conocido a su lado. Él era el primer hombre que lograba sacarme del límite tan rápido, sólo él hacia mi piel arder y mi corazón latir descontroladamente al mismo tiempo: sólo con él me sentía completo. 

 

Sabía que la atracción que yo tenía hacia él era inmensa, y también me había dado cuenta que me gustaba, que me encantaba, aunque había una cuestión.

 

¿Era un simple gusto carnal o algo más profundo? Sin duda era algo más allá de lo carnal. 

 

—     Chanyeol, ya hazme tuyo, no resisto más.  — Jadeé entre sus labios, obligándonos a terminar el beso. — Por favor... 

 

Me miró a los ojos, y también yo miré hacia ellos. 

 

Él también lo desea. 

 

—     Si te hago daño, hazme lo saber...  — Su voz sonó dudosa pero sus acciones no lo fueron. 

 

Asentí un par de veces sin poder evitar la sonrisa en mis labios. 

 

Al instante, las manos de Chanyeol ascendieron hasta mi cintura rodeándola  ara re-acomodarnos en la cama, quedando él sentado sobre el colchón con su espalda recargada sobre la cabecera del mueble, y yo quede sentado sobre sus piernas. Sin embargo, duré poco en esa nueva posición, ya que con sus manos hizo que me alzara un poco hasta quedar de rodillas teniendo cada una de mis piernas al costado de sus caderas. 

 

—     Me gustas... — Repetí aquellas palabras por segunda vez en la noche. Después, apoyé mis manos sobre sus mejillas y respiré profundamente al ver como su mano se dirigió hasta mis muslos, los cuales acaricio con toda la calma del mundo, ascendiendo hasta llegar la parte interna de ellos.  

 

El primer roce que sentí sobre mi entrada, me hizo temblar y jadear profundamente haciendo que mis piernas se sintieran como de gelatina.

 

Cerré mis ojos, y sin poder más, apoyé mi frente sobre su hombro mientras mis manos se abrazaron a sus hombros, recibiendo besos en mi cuello mientras él iba explorando la zona que pronto iba a invadir. 

 

—     Se siente bien... — Murmuré con voz ahogada cerca de su cuello. 

 

No obstante, aquella sensación de placer cambio un poco al sentir  como quiso introducir un dedo, lo cual, me provocó un dolor al no haberlos preparado adecuadamente.  

 

—     Ah, Chanyeol espera. — Sin querer, un quejido salió de mis labios y alejé mi rostro de su hombro mordiendo mi labio con algo de fuerza.  

 

—     ¿Te lastimé? — Preguntó temeroso, y de inmediato alejó su mano de mi cuerpo. 

 

—     Tranquilo, por un momento olvide tratar el tema de la preparación. — Sonreí algo avergonzado y agitado. — Te diré como. — Tomé la mano que él antes había ocupado en la tarea y lo miré a los ojos, sintiendo más vergüenza haciendo que mi rostro se sintiera más cálido. Estaba seguro que mis mejillas mostraban sonrojo.   

 

—     Lo siento. — Escuché salir de sus labios, y negué un poco para hacerle saber que estaba bien. — Es que no puedo recordar ese día... Como fue que yo termine dentro, sólo recuerdo cuando ya estábamos haciéndolo. — Dijo con tanta sinceridad, que no dudé de sus palabras.  

 

—     No es difícil. — Acerqué su mano a mis labios, y di un par de besos sobre el dorso de esta. —  Aunque es algo trabajoso, pero vale completamente la pena... Tú vales la pena.

 

Lentamente fui besando la punta de cada uno de sus dedos con delicadeza para no hacerlo sentir extraño con esto, pero en contra de todo pronóstico, esto pareció gustarle ya que comenzó a acariciar mis labios con sus dedos. 

 

—     ¿Cuándo lo hicimos te lastimé? — Preguntó de la nada y yo negué.  — ¿En serio no?

 

—     En serio. — Reí estando maravillado por su preocupación, pero eso no hacía que la excitación se fuera de mí, por ello quise aprovechar el tiempo.

 

Rodeé su muñeca con una de mis manos, y de inmediato lamí su dedo índice que estaba rozado mis labios; cuando Chanyeol sintió la humedad de mi lengua, gimió. 

 

Repetí el mismo gesto con todos sus dedos, para finalmente introducir tres de ellos en mi boca con el único fin de lubricarlos. 

 

—     Se siente extraño.

 

Escuche salir de sus labios y asentí queriendo reír, pues fue lo mismo que él dijo nuestra primer noche. 

 

—     Baekhyun. — Volví a escuchar su voz, y mi respiración volvió a agitarse mientras mi lengua se encargaba de humedecer sus dedos lo suficiente. — ¿Te puedo decir algo?

 

Me sentí extraño de que él estuviera conversando conmigo mientras yo realizaba esa tarea, pero aquello pareció tranquilizar más a Chanyeol y olvidar un poco el miedo, por lo cual asentí.  

 

—     Tu… Tu aroma a cítricos me vuelve loco. - Acercó su rostro a mí, y hundió este en la unión de mi cuello y hombro, aspirando un poco de la fragancia de mi piel. 

 

Por razones obvias yo no pude responder, pero eso no impidió que mi mente trabajara las palabras que me había dicho. 

 

De inmediato saqué sus dedos de mi boca, mordiendo la punta de ellos al final prosiguiendo a responder con otra pregunta. 

 

 —     ¿Mi aroma? — Cerré mis parpados, y abracé de nuevo a Chanyeol por sus hombros acercándolo más a mí, aferrando mi cintura con su brazo izquierdo mientras su mano derecha se dedicó a trazar el camino de mi columna vertebral con sus dedos húmedos hasta llegar a mis caderas. 

 

—     Es lo primero que noté en ti en el club, y me fascinó. — Sentí besos sobre mi cuello que me hicieron suspirar, pero eso fue una distracción de su parte para no sentir lo que estaba a punto de hacer. 

 

Sin haberme dado cuenta, sus dedos ya se encontraban ente mis muslos internos, dando roces sobre mi entrada, provocándome escalofríos ante la humedad de sus dedos. 

 

—     ¿Estás listo Baekhyun? — Preguntó con voz aterciopelada, aun a pesar del deseo. 

 

—     sí, lo estoy. — Respondí sin dudar un segundo, y di una gran bocanada de aire. Lo necesitaría. 

 

Después de escuchar mis palabras, incrementó el agarre en mi cintura y los besos en mi cuello, al tiempo que uno de sus dedos comenzó a moverse sobre esa zona con demasiadas terminaciones nerviosas, que lo único que lograron, fue estremecerme.  

 

Para Chanyeol esto era incluso más difícil que para mí, ya que sus movimientos eran algo torpes y dubitativos. Sin embargo, me sentía maravillado y agradecido de lo que me hacía sentir, estaba agradecido de que por fin estuviéramos repitiendo esto. 

 

En tan sólo unos segundos, los gemidos comenzaron a salir de mis labios como si se tratarán de un canto incesante el cual era incitado por sus movimientos. 

 

—     ¿Te está causando molestias? — Escuché su pregunta y negué. En ese mismo instante, Chanyeol separó su rostro de mi hombro dejando de dar besos en mi cuello para poder mirarme. — Baekhyun… Mírame… — Jadeó sobre mis labios, delineando mi mandíbula con la punta de sus dedos. — Baek… Luces hermoso…

 

Abrí mis ojos con sorpresa, y sin poder evitarlo, me ruborice intentando esconder mi rostro en su cuello, impidiéndomelo cuando su frente dio a parar contra la mía.  

 

—     ¿Por qué de la nada dices esas cosas? — Intenté que mi voz saliera lo más normal, pero fracasé inminentemente al sentir como su dedo empezó a introducirse en mi interior, provocando que mi cuerpo se sacudiera y que mis gemidos fueran en aumento. 

 

—     ¿Entonces no debería decirlo? — Preguntó con cierto deje de diversión en sus palabras.  

 

—     Es vergonzoso  que actúes de esta manera después de cómo me has tratado los días pasados… Simplemente es extraño. — Entrecerré mis ojos, y mordí mi labio inferior intentando apaciguar los sonidos que salían de mí, ya que los cambios de estado de Chanyeol me destanteaban un poco, porque él fue el primero en avergonzarse, pero ahora estaba siendo todo lo contrario, y el que estaba avergonzado en estos momentos, era yo.

 

—     Compréndeme… — Lo vi por una milésima de segundo antes de que mis ojos se cerraran, y mi labio fuera mordido con más fuerza con mis dientes al sentir como otro dedo se unía a la tarea de prepararme para lo que se avecinaba. — No lo muerdas.

 

Abrí uno de mis ojos, y sentí como Chanyeol apoyó sus labios sobre los míos, comenzando a besar con suavidad mi labio inferior. 

 

—     Los lastimarás… — Continuó con sus palabras, haciendo que el roce entre nuestros labios, fuese más duradero y profundo. 

 

Y por más que lo deseé, fui incapaz de volver a articular palabra alguna después de eso, porque los sonidos de placer que eran provocados por él era lo que mantenía mi voz ocupada.

 

Permanecí con los ojos cerrados, y mis caderas empezaron a balancearse conforme el ritmo que Chanyeol llevaba, uno que era suave pero profundo, logrando regalarme sensaciones tan maravillosas que jamás creí podría sentir, hasta que lo conocí.

 

Al final termine apoyando mi frente sobre su hombro, aferrando mis manos sobre su cintura sosteniéndome de él, intentando por todos los medios posibles no tirarme a la cama, aunque ciertamente no faltaba mucho para eso, pues mi cuerpo iba cediendo poco a poco a sus caricias, la excitación y el deseo. 

 

—     ¿Estás bien, cierto? — Preguntó contra mi oído, dejándome escuchar su respiración agitada. 

 

 

 

Como respuesta, asentí junto al sudor que recorrió mi rostro que caía en formad de gotas sobre la piel de Chanyeol. 

 

—     Estoy... Listo. — Dije lo más claro que pude, y deslicé mis manos hasta su pecho para poder apoyarme y darme las fuerzas de alzar mi rostro tratando a ver sus ojos nuevamente. — Hazlo… Entra en mí, te necesito tanto...  

 

Nuestros rostros se tornaron rojos, y sonrisas tontas ocuparon nuestros labios ya que ambos sabíamos que había llegado el momento. 

 

Con claridad, sentí como Chanyeol deslizó la mano que tenía entre mis muslos hasta mi cintura, para servirme como soporte junto a la mano que había mantenido en esa zona desde el inicio. 

 

—     Baekhyun... — Pronunció mi nombre, y miré sus ojos terminando de apoyar mis manos sobre sus hombros, mientras me alzaba un poco más sobre él para dejarle el espacio. — No tienes idea de cuánto te deseo. 

 

Sin poder evitarlo, una gran sonrisa se mostró en mis labios, y en tan sólo un instante, mis manos aferraron el rostro de Chanyeol entre mis ellas, uniendo nuestros labios en un beso en el que iba a demostrar todo lo que me hacía sentir. 

 

Al primer roce de nuestros labios, sus manos descendieron hasta mis caderas, y en ese instante fui capaz de sentir como Chanyeol interrumpió en mi interior, haciéndose uno conmigo.

 

Ante la nueva sensación, arqueé mi espalda y me alejé de sus labios haciendo mi cabeza hacia atrás dando un fuerte gemido, cerrando mis ojos con fuerza. 

 

—     Ah Baek... — Escuché su voz a lo lejos, y de inmediato sentí el colchón bajo mi espalda. Así, abrí mis ojos encontrándome con las estrellas fluorescentes de mi techo, provocando que una leve sonrisa se mostrará en mis labios. 

 

—     Chanyeol... — Gemí su nombre de una sola vez, bajando mi vista hasta su rostro, alcanzando a ver como mantenía su vista en mí. — ¿Cómo se siente? — Cerré de nuevo mis ojos, y volví a arquear mi espalda al sentir un suave movimiento por su parte. 

 

—     De maravilla. — Jadeó sobre mis labios, y sus manos recorrieron mi cuerpo hasta llegar a las mías, enlazándolas al instante.  — Si te duele dime... 

 

Entreabrí mis ojos y asentí como pude, volviendo a cerrar estos enseguida.

 

Sólo una palabra venía a mi mente para describir lo que estaba sintiendo en estos momentos: extraordinario.

 

Chanyeol estaba siendo cuidadoso con sus movimientos, también estaba dedicándose a explorar mi cuerpo con sus labios, estaba ensimismado en hacerme disfrutar, en hacerme sentir algo inolvidable, hecho que estaba logrando sin ningún problema, porque ciertamente desde que lo conocí, ningún momento a su lado ha sido inolvidable.

 

Ansiando volver a verlo, abrí mis parpados y lo observe, analizando cuan hermoso era ese hombre.

 

Podría acostumbrarme a él toda una vida.

 

Esa frase retumbo en mi cabeza, pero de inmediato sacudí está tratando de aclarar mi mente, pues no debía pensar tan a futuro, ni tan profundo porque no sabía que podría pasar después de esto.

 

—     Me fascina… — Exclamó soltando una de mis manos para deslizarla hasta mi cintura. — Nunca me había sentido así. — Se encontró con mis ojos, y me recitó aquellas palabras cargadas de un profundo deseo que me hizo temblar de emoción.

 

—     A mí también me fascina… Me encanta. — Era difícil mantener la cordura ya que ante cada sensación de placer en mi cuerpo, provocaban que cayera en un estado profundo de gocé.

 

En seguida de nuestro intercambio de palabras, sus caderas por fin iniciaron un suave balanceó contra las mías arrancándome suspiros de delicia cada que nuestras caderas chocaban y se alejaban.

 

Simplemente era exquisito.

 

—     Mh… — Cerré mis ojos y fruncí el entrecejo, comenzando a arquear mi espalda aferrando mi mano libre a la sabana de mi cama, intentando descargar el éxtasis que comenzaba a surgir en mí gracias a ese vaivén.

 

Hice el esfuerzo, y volví a abrir mis ojos viendo como Chanyeol mantenía los suyos cerrados, mientras el sudor recorría su rostro hasta caer pequeñas gotas sobre mi pecho, teniendo su entrecejo fruncido y su labio inferior atrapado entre sus dientes.

 

Esa visión provocó que mi corazón diera un vuelco extraño. 

 

Alcé la mano con la que aferraba la sabana hasta su rostro acariciándolo al ritmo de nuestros movimientos, e intente limpiar un poco el sudor de su frente acomodando también su cabello hacía atrás, pero en ese instante, pude ver como una pequeña mancha grisácea se dibujaba sobre su frente, haciéndome recordar en ese instante.

 

El rodillazo que le había dado en la noche anterior.

 

Rápido deslicé mi mano hasta su cuello, sosteniéndolo y provoqué que su rostro volviera a estar a tan sólo milímetros del mío.

 

—     Disculpa… Por el golpe… — Dije intentando completar la frase sin tener interrupciones, ya que en estos momentos era difícil para mí no demostrar cuanto me estaba encantando lo que estábamos compartiendo en forma de suspiros y jadeos. — Lo siento… — Volví a murmurar, y dejé un beso en su frente húmeda por el sudor para hacerle entender de lo que hablaba.

 

—     No te preocupes, que me vengué después… — Una risilla escapó de sus labios justo sobre mi manzana de Adán, percibiendo como sus dedos acariciaban la zona donde tenía el moretón en mi cadera: ahora entendía.

 

Solamente reí y negué con un poco de diversión, manteniendo nuestras miradas, transmitiéndonos todo lo que sentíamos.

 

Él estaba excitado, fascinado, extasiado, maravillado, emocionado, nervioso y dudoso.

 

Yo estaba excitado, fascinado, extasiado, maravillado, emocionado, nervioso y seguro.

 

Era visible que aún nos faltaría camino para recorrer hasta poder saber que queríamos realmente. Sin embargo, mientras encontrábamos nuestro destino, disfrutaríamos el trayecto para llegar hasta él.

 

—     Me gusta tu sonrisa. — Dije de la nada, haciendo que su sonrisa se ampliara más.

 

Como respuesta, Chanyeol sujeto con fuerza mi cintura y me atrajo hacía él hasta quedar ambos sentados en la cama, aumentando considerablemente la profundidad de nuestro vaivén.

 

Esto provocó que mi nuestros cuerpos entraran en un estado de delirio y de placer inmenso, dándome cuenta de que yo no iba a resistir mucho más ni él tampoco.

 

—     Por Dios… — Dejó caer sus palabras sobre mis labios, mientras sus manos acariciaban la piel desnuda de mi espalda. — Esto es lo mejor... No aguanto. — Escuché sus palabras ahogadas entre los gemidos, y lo que siguió a ello, fue delirante.

 

Su cuerpo se agitó de una manera increíble, haciendo que el mío también se sacudiera al sentir como su mano abrazó mi entrepierna, creando un ritmo frenético que iba al son del vaivén de sus penetraciones. Todo eso me hizo perderme en el placer, llegando a un punto en el que comencé a temblar y jadear sin importarme nada, sin importar que mis vecinos pudieran escuchar, pues lo único que me interesaba en estos momentos era lo grandioso que estaba sintiendo.

 

Sin querer reprimirme a nada, uní mis labios a los de Chanyeol y nos besamos con tanta pasión, que en segundos el aire de mis pulmones se agotó, más no me separé de ellos.

 

Y en ese mismo instante, lo sentí.

 

Su orgasmo llegó en forma de calidez que recorrió mi cuerpo, haciendo que una corriente eléctrica se extendiera desde la punta de mis cabellos hasta la de mis pies, avisándome que mi cuerpo estaba cayendo también en éxtasis, en un orgasmo que jamás había sentido en mi vida, y se manifestaba en forma de calidez que cubrió la mano de Chanyeol, sintiéndome como si estuviera en el cielo cuando terminó.

 

Era como una sensación de satisfacción, emoción, complacencia y felicidad.

 

Me sentía en el paraíso. 

 

Los espasmos deliciosos abordaban mi cuerpo creando sensaciones asombrosas, celestiales, que incluso creí que podría tocar el cielo con la punta de mis dedos.

 

—     Baekhyun— Su respiración cayó contra mi oído, y solamente pude murmurar un uhm. — También me gustas…

 

Mi respiración se cortó, y alejé un poco mi rostro de su cuerpo, cruzando la mirada con él, sin estar seguro de haber escuchado bien.

 

 —    ¿Qué dijiste…? — Cuestioné ladeando mi rostro, sintiendo como alzó su mano, y recorrió la piel de mi mejilla con la punta de sus dedos.

 

—    Dije que me gustas…. Baekhyun... — Su mirada se posó sobre mis ojos, bajando hasta que estuvo sobre mis labios.

 

—     Chanyeol, tú me gustas… — Repetí cuando mi respiración se reanudó un poco más tranquila, y nuestros cuerpos entraron en calma profunda posterior al orgasmo. —  Y mucho…  

 

Con cuidado, Chanyeol tomó mis caderas y me elevó unos  centímetros sobre su cuerpo, saliendo de mí, ocasionando que un discreto jadeo  saliera de mis labios, extrañando de repente esa sensación de unión entre los dos.  

 

Al instante, me tumbé boca abajo sobre la cama y respiré profundamente. En ese instante fue cuando sentí que el cansancio empezó a apoderarse de mí.

 

—     ¿Estás bien? — La mano de Chanyeol se posó en mi espalda baja, empezando a acariciar con la punta de sus dedos. 

 

—     Lo estoy. — Sonreí bobamente, dirigiendo mi mirada a él. — Nunca me había sentido tan bien en mi vida.

 

Una sonrisa avergonzada salió de sus labios, y se acercó hasta mi rostro dejando un suave y corto beso sobre mis labios.

 

—     Ni yo. No recuerdo haber sentido esto nunca. — Nuestras miradas se conectaron y un revoloteo en mi estómago se hizo presente.

 

Quise responder a sus palabras, sin embargo, comencé a dormitar por lo cual me fue imposible hablar con coherencia.

 

—     Vamos a dormir Baekhyun, que estás muy cansado y yo estoy igual. — Murmuró sobre mi mejilla y con su mano, rodeó mi cintura para atraerme un poco más a él.

 

—     Un ratito más… — Mascullé sobre la piel de su pecho y comencé a dejar besos inocentes sobre su piel que aún estaba perlada en sudor.

 

—     No, olvídalo,  a dormir ya. — Se alejó un poco de mí para tomar el extremo de la sabana que había terminado casi en el suelo, y de inmediato me cubrió con ella. — Buenas noches Baekhyun.

 

Fruncí mi entrecejo y negué con mi cabeza. No quería dormir, no quería que este día terminara.

 

—     No seas berrinchudo, a dormir. — Se acercó a besar mis labios, y al instante siguiente cerró sus ojos acomodándome entre sus brazos para dormir.

 

—     Iré a dormir sólo con una condición. — Dije más dormido que despierto, pero es que aún había algo que deseaba hacer.

 

—     ¿Condición? — Arqueó su ceja y abrió uno de sus ojos para verme. — ¿Qué condición? 

 

—     Ve por la cámara que está en mi escritorio y tráela, quiero que nos tomemos una foto. — Respondí dormitando, hecho que provocó una risa de parte de Chanyeol, y en mí provocó que mi entrecejo se frunciera nuevamente. 

 

—     ¿Sólo quieres eso? — Asentí. — De acuerdo, aprovecha que hoy estoy de buen humor. 

 

Sonreí y asentí soltándome de su agarre para dejar que se levantará de la cama.

 

Si me encontrará en el mismo modo en el que había estado momentos antes, me hubiera dedicado a ver el cuerpo desnudo de Chanyeol caminar a mi escritorio, pero el cansancio me había atacado tan profundo, que sinceramente no pude mantener mis ojos abiertos para disfrutar esa escena.

 

A los pocos segundos, sentí como el colchón se hundió  a mi costado, haciendo que abriera mis ojos un poco, viendo como Chanyeol se cubría el cuerpo con la sabana, al tiempo que dejó la cámara instantánea  sobre el colchón, entre nosotros dos.

 

—     Listo. — Al verlo, sinceramente lo envidie pues él se veía tan fresco, como si no hubiéramos tenido sexo. O tal vez esa era la razón por la que estaba así y de buen humor.

 

—     Bien. — Respondí y encendí la cámara tomando esta entre mis manos con fuerza para alzar mis brazos y poder enfocarnos. Sin embargo, mis brazos aún temblaban un poco por lo que era algo difícil de hacer.

 

—     Deja te ayudo. —Chanyeol alzó uno de sus brazos para sostener una de mis manos entre las suyas, creando por fin la estabilidad que yo no podía concebir.

 

En ese instante alcé mi rostro para verlo, y noté como me miraba, haciendo que mi corazón latiera con emoción. 

 

—     Mira a la cámara. — Me dijo y asentí.

 

Sonreí y viré hacía la cámara, sintiendo al instante como Chanyeol besaba mi rostro, por lo cual presioné el botón de la cámara con rapidez, tomando finalmente la foto.

 

No tuvimos que esperar mucho para obtener esta, pues en segundos la cámara ya había expulsado la foto por la parte de abajo.

 

—     Ya está. — Dije y coloqué la cámara entre nosotros mirando la foto, ganándome la risa.

 

En la foto, se veía a Chanyeol besar mi sien derecha con sus ojos cerrados. En verdad lucía guapo, pero en cambio, yo salía con los parpados y una sonrisa sumamente adormilada que daba risa, sin embargo, en mis ojos se apreciaba un brillo especial: felicidad.

 

—     Esto ocupará el lugar de la foto que te llevaste. — Dije y miré hacía Chanyeol quien ahora sí lucía adormilado.

 

—     Mañana la colgamos. — Tomó la cámara para colocar esta sobre el buró.

 

Negué sutilmente, y levanté mi cuerpo con esfuerzo, haciendo un pequeño gesto con mis labios al sentir un ligero dolor en mi entrada a causa de lo que habíamos hecho momentos antes.

 

—    Lo haré ahora, o luego puedo olvidarlo. — Gateé sobre la cama, tratando de saltar el cuerpo de Chanyeol para ahorrarme lo más posible el camino.

 

Sin embargo, en ese momento sentí como esos largos brazos rodearon mi cintura, y me levantaron hasta darme cuenta que él me había abrazo, y ahora me estaba cargando entre sus brazos, mientras me llevaba hacía donde tenía la tira con las fotos colgando.

 

—    Eres muy terco Baekhyun, ¡demasiado! — Vi su cejo fruncirse, pero noté la sonrisa que quiso contener en sus labios, por lo que acerqué mi rostro a él, y deposité un beso sobre su mandíbula.

 

—     De acuerdo, lo acepto, pero en mi defensa digo que eres igual a mí… — Respondí bostezando un poco, viendo la pared frente a mí, y esa pequeña pinza en color roja estar sin foto que colgar. — Acércate un poco más… — Pedí, y Chanyeol sólo me miró, acercándose a la pared.

 

Cuando estuvimos muy cerca, estiré mis manos y presioné la pinza, colocando esa foto, sintiendo un cosquilleo extenderse por todo mi estómago.

 

Esa era la primera foto que nos tomábamos juntos, y esperaba que no fuera la última… Rezaba porque no fuera así.  

 

—    Ahora sí a dormir, Baek… — Cerré mis ojos y contuve un jadeo, asintiendo con suavidad.

 

En el momento que sentí el colchón de nueva cuenta bajo mi cuerpo, suspiré y traté de moverme hasta mi lugar, pero los brazos de Chanyeol me tomaron, y acomodaron a su costado, haciéndome sonreír.

 

Teniéndolo así de cerca, pase mi brazo izquierdo sobre su torso para quedar en una posición más cómoda, apoyando mi cabeza sobre su pecho, siendo capaz de escuchar el retumbe de su corazón acelerado contra su pecho, y por consecuencia, contra mi oído.

 

—    Buenas noches, Baekhyun… — Murmuró quedamente contra mi cabello, creándose un cosquilleo en mi cuerpo.

 

—    Buenas noches Chanyeol… — Besé su pecho, y alcé mi rostro para ver el suyo, encontrándome con sus parpados cerrados, y una tenue sonrisa en sus labios. — Gracias por esto… Por hacerme sentir de esta manera, y aunque aún te resulte incomodo… en verdad me gustas.       

 

 

Ahora estaba seguro que sí se había iniciado algo entre él y yo, ¿qué era? No estaba seguro, pero lo que fuera lo disfrutaría al máximo.

 

 

Notas finales:

 

 Como verán... ¡ME ATREVÍ A ESCRIBIR LEMON! Y no sé que carajos hice(?), por eso me gustaría que me dijeran que les pareció, si debería ser mi debut y despedida o qué(?).

 

 

Esta fue una de las razones por las que tarde mucho en subir el capítulo, porque no terminaba de gustarme lo que escribía, al final, terminé con 8 versiones distintas lol, pero al resto les di vuelo y me quede con esta(?).

 

Como podrán ver también, Chanyeol dio un giro completo a su actitud, y por fin acepto la atracción que siente por Baekhyun, aunque pueda parecer un poco rápido, pero esto es sólo el inicio de una travesía pueh'.

 

 

Y bueno, creo que es todo... Para el siguiente capítulo tenía pensado hacer un episodio "especial" sobre una de las otras "parejas"(?), si sale la inspiración lo haré, si no, continuaré esto.


Eso eso todooooo ♥, espero sus reviews para que me digan que les parecio esto; y de antemano les doy las gracias♥.

 

 

Seeya next chapter♥.

 


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