Protect me ~
Él estaba roto y vacío, nadie lo comprendía, corrección, no tenía nadie que pudiera entender lo que él sentía, simplemente no podían. Mirando por la ventana de su habitación a la nada. Ser el "nerd" del instituto, casi no salía de su casa por eso, las razones eran dos; porque no podía dejar que el monstruo al cual llama padre se quede a solas con su mamá o su hermana y él no esté ahí para protegerlas, la segunda razón era que no tenía con quien salir ya que sus compañeros de clase cada oportunidad que se les presentaba la aprovechaban para humillarlo y golpearlo.
Todos los días lo único que podía hacer al llegar a su infierno, más conocido como su casa, hiba corriendo a su habitación hacer sus deberes y esperar que el que el cielo se hiciera negro, cuando eso pasaba él comenzaba a escuchar una pelea verbal entre su padre y su mamá, cerraba los ojos sintiendo como se desmoronaba poco a poco ante la cruel realidad del destino esperando que al abrirlos todo haya desaparecido y que se encuentre en un lugar mejor, al abrirlos siempre se llevaba la misma decepción, cuando los gritos se convertían en suplicas por parte de su madre y su hermana él salía a defenderlas, por ende él era quien llevaba la peor parte. Su papá se iba después de darle una paliza, entonces hasta la próxima noche podía estar seguros, cada noche después de haberse asegurado de que su madre y su hermana estaban bien se iba a su cuarto, se encerraba y poco a poco comenzaba a desahogarse, cortaba la piel de sus brazos con un delgado y pequeño gillette, se lavaba la sangre y se iba a dormir, "dormir es la única forma de no sentir dolor" pensaba siempre antes de dormir "Tal vez debería dormir para siempre". Siempre era lo mismo, nunca podía evitarlo, se sentía tan indefenso e impotente ante estas situaciones que lo único que quería, que deseaba más que nada, cerrar los ojos y que al abrirlos se encontrara en un mejor lugar y tal vez, solo tal vez, experimentar la felicidad. Esa era la vida de John Hamish Watson.
Pero quien pensaría que aquel día en el cual se quedo un tiempo más en el instituto para dirigirse al salón de música y mientras tocaba una triste y profunda melodía en el piano, una persona de ojos azules o tal vez grises de un espíritu libre lo estuviera observando y escuchando atentamente, que desde ese día Sherlock Holmes se convertiría en su protector, en aún guardián, en su salvador. Ese chico de misteriosa mirada, adicto a la adrenalina y considerado uno de los chicos más populares por su notable atractivo y su forma de ser metiéndose de vez en cuando en un problema, sin embargo uno de los más inteligentes, la persona cual parecía tener la vida perfecta...parecía.
Muchos destinos están unidos, pero muchas veces son separados a la fuerza, el que luchen por él está en sus manos.