Hace mucho,mucho tiempo,en una pequeña ciudad de Japon existió un apuesto y dulce chico llamado Misaki,que tenía un mal muy peculiar: era venenoso.
Pasaba sus días siendo rechazado por la cruel sociedad,todos lo ignoraban y se alejaban temiendo por sus egoistas vidas.
- ¿Quién podría quererme?- se decía todos los días el pobre chico- Ni si quiera mi hermano,que es mi única familia,me quiere...
¿Como era posible que su hermano pudiese querer a ese "mounstro"? Cuando el pobre chico era venenoso desde la punta de sus dedos,hasta sus hermosos labios y ¿por qué no decirlo? Hasta el último de sus cabellos marrones.
Un día mientras caminaba en un parque donde los niños jugaban y reían,un apuesto hombre se le acercó.
- ¿Por qué usas guantes si estamos en verano?- ese hombre era mucho más alto que Misaki,tenia el cabello plateado y unos estravagantes ojos violetas.
- Porque me gusta usarlos- respondió fríamente el chico enfermo;era la primera vez que alguien le hablaba en mucho tiempo,y estaba casi seguro de que era nuevo en la ciudad pues al parecer no conocía su mal.
- ¿Y por qué usas esa cosa que cubre tu boca?- volvió a preguntar el desconocido.
- Estoy enfermo- respondió.
Esta confesión impresionó al peliplata,y no solo eso: ese chico tenía los ojos verdes más maravillosos que había visto en toda su vida. Eran simplemente atrapantes.
- Me llamo Usami Akihiko- dijo él.
- Y yo soy Misaki Takahashi- se presentó más cordialmente el pequeño enfermo.
Muy pronto se hicieron unos excelentes amigos que disfrutaban siempre la compania del otro,a la gente le parecía extraño y siempre estaban preparados para cuando llegara el momento en el que el cuerpo tóxico del menor matara al pobre hombre.
Cierta vez estaban los dos amigos en una colina bajo la sombra de un frondoso árbol,la vista era hermosa y se podía sentir un inmenso sentimiento de amor y paz.
- Misaki...- dijo Usagi-san,como solía llamarlo Misaki.
- ¿Qué pasa?- preguntó el castaño.
- Me gustas mucho- la repentina declarasión sorprendio al pequeño chico que solo atinó a ruborizarse y a intentar hablar atropelladamente.
- P..pero Usagi-san,¡Es...esto no puede ser! Yo...yo podría matarte ¡y no quiero hacerte daño!
El escritor solo sonrío y tomó como pudo el menton de Misaki sobre toda esa ropa que el menor usaba para protejer a los demás.
- Misaki... No puedes impedir que yo te ame más de lo que amo vivir,por ti sería capaz de morir si fuera necesario...con tal de poder besar tus labios...
Una lágrima bajo por el rostro del uke ante tal hermosa declaración,y no detuvo a su amado cuando este comenzó a bajar el estropajo que cubría sus labios venenosos.
Cuando al fin Akihiko besó sus labios,el castaño sintió una paz que hace mucho no había sentido,pues por primera vez se sentía amado.
Dejaron de besarse para luego seguir contemplando el atardecer como lo habían hecho al principio,Misaki tenía una gran sonrisa en su rostro ¿hace cuanto no sonreía así? Preso del cansancio comenzó a cerrar los ojos,y en un momento ya estaba dormido.
El peliplata lo miró y por un momento se sintió la persona más afortunada del mundo.
Cuando Misaki despertó se dió cuenta de que su amado también estaba dormido,sonriendo con ternura comenzó a mover un poco su hombro para despertarlo. Pero éste no se movía.
El rostro del castaño se transformó en uno de profunda desesoeración y dolor.
- ¡Usagi-san despierta!- decía el pobre muchacho;pero a pesar de sus esfuerzos tuvo que admitir que estaba muerto,y ya no había vuelta atras.
Furioso con lo que había pasado,se levantó de aquel lugar y se quitó los guantes junto con la sudadera. Dejó que el viento tocase esos lugares por donde jamás había pasado.
Pero su objetivo era otro: rápidamente empezó a lamer sus brazos y manos,deseando que su propio veneno lo matara. Fue una sensación gloriosa para el chico enfermo el poder sentir como su propio veneno bajaba por su garganta.
Se sentó tomandole la mano a su amado y besó sus labios por última vez para al fin cerrar sus ojos y jamás abrirlos.
Cuando la gente de la ciudad los encontro muy pocos días después,pudieron ver como la hermosa pareja de amantes descanzaba bajo la sombra del frondoso árbol.
Donde dulcemente Misaki,el chico venonoso odiado por todos excepto por una persona,sonreía.
Fin.