No era una ciudad muy grande y, como cualquier pueblo sureño, todo el mundo estaba enterado de la vida de los demás. Su pasado era dominio público. El pasado de sus padres tampoco era ningún secreto. No se tenían secretos en grove , Alabama . Era imposible, excepto quizás en las fiestas que en las fiestas que tenían lugar en el prado.
Estoy seguro de que entré las sombras del campo de nogales que rodeaban el gran prado donde los hermanos Park celebraban sus famosas fiestas se escondían muchos secretos. Era el único lugar donde las señoras mayores no podían observarte desde el columpio del porche de sus casas y en el que los ojos que te rodeaban estaban demasiados absortos en sus propias locuras coma para fijarse en las tuyas.
Alargue mi brazo para coger la foto enmarcada que sehun me había regalado. Aparecíamos los dos juntos, en una fiesta en el prado del mes anterior. Su sonrisa bondadosa y sus alegres ojos cafés me hicieron sentir culpable. Tampoco había hecho algo malo.
Solo había ahorrado el hecho de que había ayudado a Kris a llegar a salvo a casa. Pero debería habérselo contado. Deje la foto otra vez en el escritorio para buscar algo que ponerme. Necesitaba salir de casa. Si no encontraría algo que hacer, el verano transcurriría a paso de tortuga.
Mi abuela acaba de volver a casa después de visitar a su hermana Sara. Podía ir a trabajar de voluntario en la residencia de ancianos y luego visitar mi abuela. Así, cuando mañana escribiese a sehun, podría explicarle que había ido a visitar a su bisabuela a la residencia. Eso le gustaría. Cuando termine con mi buena obra del día y tuve que visitar a su bisabuela vincent, me dirigía a la casa de la abuela, estaba ansioso por verla, siempre la añoraba mucho cuando se marchaba.
Sin sehun y sin mi abuela me había sentido muy solo. Al menos la abuela ya había regresado. En cuanto baje del coche, la puerta de la entrada se abrió y apareció con una sonrisa y con un vaso de té helado. Sus cabellos rubio platino apenas le llegaban a los hombros, tuve que morderme el labio para que no se me escapara una risita. Antes de que se me fuera, habíamos comentado que debería de cortase el pelo.
Lo llevaba demasiado largo. Así que se lo dije, pero ella desecho la idea como si yo no supiese de lo que estaba hablando. Supongo que había cambiado de opinión. El pequeño destello en su mirada me indico de mi abuela sabía perfectamente en que estaba pensando.
-vaya, vaya, mira a quien ha decidido visitar a su abuela. Empezaba a preguntarme si necesitabas una invitación por escrito- bromeo.
Reí y subí los escalones para abrazarla.
-no llegaste a casa hasta ayer-le recordé. Me olisqueo la camiseta y se inclino hacia atrás para echarme un buen vistazo.
-huele a que alguien ha pasado por el asilo de ancianos para visitar a la bisabuela de su novio antes que a su abuela.
-déjalo ya, abuela. Te estaba dejando dormir hasta tarde. Sé que viajar te agota. Me tomo de la mano y me guio hasta el columpio del porche para que me sentara con ella. Bajo la luz del sol, los diamantes que llevaba en los dedos refulgían. Me paso en las manos el frio vaso que sostenía.
-toma, bebe un poco. Te lo he servido en cuanto te he visto aparcar en la entrada. Aquí podía relajarme. Estaba con la abuela y ella no esperaba que fuese siempre perfecta.
-bueno ¿has hablado con ese novio tuyo desde que se marcho o estas pasando un buen rato con otro joven mientras no está? Escupí el té que tenía en la boca y negué con la cabeza mientras tosía. ¿Cómo era posible que siempre supiese lo que estaba pasando antes que nadie?
-¿y quién es? Ha hecho que tires el té por encima, así que tendrás que darme un nombre y algunos detalles. Sacudí la cabeza y volví a mirarla los ojos.
-no hay nadie. Me he atragantado con él te por lo descabellado de tu pregunta ¿Por qué iba a engañar a sehun? Es perfecto abuela. Hizo un gesto de incredulidad y me dio unas palmaditas en la pierna
-no existe ningún hombre perfecto. Ninguno ni siquiera tu padre. Aunque a él le guste pensar que lo es. Mi abuela siempre se burlaba de mi padre, de que hubiera acabado siendo un pastor, por que según ella de pequeño había sido un trasto. Cuando me contaba las historias de mi padre cuando era pequeño se le iluminaban los ojos. A veces juraría que añoraba a la persona que había sido.
-sehun es la mas parecido a la perfección.
-no sabría que decirte. He pasado por delante de la casa de los lee esta mañana y su primo Kris les estaba cortando el césped-replico, haciendo una pausa para sacudir la cabeza con expresión incrédula y sonriendo de oreja a oreja-. No hay ningún hombre en esta ciudad que pueda compararse con Kris sin camisa, niño.
-¡abuela! Le di una palmada en la mano, horrorizado ante la idea de que mi abuela se hubiese dedicado a admirar el torso desnudo de Kris. La abuela simplemente se echo a reír.
-¿Qué? Soy vieja, tao, pero no ciega.
No me costó nada imaginarme el aspecto que tendría Kris sudoroso y sin camisa. Casi me dio un ataque la semana anterior cuando pase por la casa de los yang y le vi cortando el césped descamisado. Me dije a mi mismo que estaba examinando el tatuaje en sus costillas y el del brazo era un escorpión, pero no era verdad. Esos abdominales tan bien definidos eran difíciles pasar por alto. Era básicamente imposible. Y los tatuajes tenían un no sé qué que los hacía aun mas sexys.
-y no soy la única anciana que se ha fijado. Pero si soy la única lo bastante honesta como para admitirlo. Las demás le contratan para poder contemplarlo desde la ventana mientras se les cae la baba. Por eso quería tanto a la abuela: siempre me hacía reír. Y aceptaba las cosas tal como eran. No fingía, ni se daba aires. Simplemente era la abuela.
-no sé qué aspecto tenga Kris sin camiseta-dije yo, lo que eran mentira-. Pero lo que sí sé que no atrae más que problemas. La abuela chasqueo la lengua y dio un buen empujón al columpio con los pies.
-de vez en cuando los problemas pueden ser divertidos. Ir siempre por el buen puede hacer que la vida se haga tediosa y aburrida. Aun eres joven, tao. No te estoy diciendo que salgas por ahí y te arruines la vida. Solo digo que a veces un poco de excitación es bueno para el alma.
Me vino a la mente una imagen de Kris encorvado a mi lado en la camioneta y mirándome a través de sus largas pestañas y se me acelero el pulso, definitivamente, Kris era más que un poco de excitación. Era letal.