18. De cómo, en efecto: esa roca siente.
El más alto se posicionó en cuatro sobre el durmiente ojigris dejándolo acorralado, con delicadeza acarició la mejilla del chico y despejó el rostro de los “dulces” cabellos que se arremolinaban allí, con su dedo índice recorrió de nuevo la mejilla del chico, para luego delinear los labios y sonreír inconscientemente. Con delicadeza tomó la barbilla del ojigris y unió sus labios con los del otro en un casto pero bastante cálido y placentero beso.
-¿Q… Qué haces? Preguntó un soñoliento Patrick en cuanto el otro se alejó, Theo rió.
-No tengo idea-susurró al oído de Pat, para luego lamer el lóbulo de su oreja y sacarle un casi inaudible gemino. Lo miró de nuevo y besó los dulces labios del más bajo cerrando los ojos en el proceso y aferrándose al acaramelado cabello de Pat, quien a su vez envolvió los brazos torpemente alrededor del cuello del castaño. Con impaciencia, en los segundos en que se separaron Theo mordió el labio inferior de Pat, haciendo que el más bajo jadeara para que tiempo seguido la lengua de Theo se internara en la cavidad bucal de Pat con rapidez y sus manos empezaran a recorrer el cuerpo del más bajo hasta dar con el final de su camisa e internarlas por debajo de ella para recorrer con las yemas de sus dedos el camino hasta los pezones del ojigris. En cuanto Theo comenzó a estimularlos, un placentero corrientazo recorrió el cuerpo entero de Patrick, haciéndolo gemir mientras sus mejillas se tornaban carmesís. El rostro de Theo se iluminó con una sonrisa lujuriosa, los gestos de Pat lo hicieron relamerse los labios antes de empezar a lamer el cuello del más bajo dejando pequeñas marcas rosas en el camino mientras oía los embriagantes suspiros, jadeos y gemidos de Patrick, con agilidad abrió los botones de la camisa que llevaba el otro y observó con deseo aquella nivea piel sumada a esos apetecibles y rosados pezones duros desde que había iniciado el estímulo con sus manos. Se relamió los labios sintiéndolos secos y se agachó a saborear uno de aquellos “caramelos”, entretanto el ojigris gemía ante el húmedo contacto sumado a los pequeños jalones que Theo le daba de vez en cuanto al pezón. Una de las manos de Theodore viajó con agilidad hasta la entrepierna del ojigris, en donde se topó con una erección que pedía a gritos ser tratada, dudó unos segundos pero la irracionalidad del momento controló sus acciones y empezó a masajearlo recibiendo como paga los dulces gemidos del ojigris, quien se aferraba a las sabanas con una sola palabra en la mente: magnifico.
Con un dolor punzante en su entrepierna, Theo se retiró pantalón y ropa interior con agilidad mientras Pat entreabría los ojos sonrojado. La ropa interior del más bajo ya se encontraba húmeda por el líquido preseminal que informaba a Theo que el ojigris estaba cerca de correrse, retiró la molesta prenda con brusquedad y en seguida aprisionó los labios de Patrick adentrando casi al instante su lengua en la cavidad bucal del chico mientras frotaba ambas erecciones con una de sus manos y ahogaba los gemidos propios y del ojigris entre aquel necesitado beso. El primero en llegar a su clímax fue Patrick, quien gimió y se abrazó con fuerza a la espalda del otro. El dulce sonido hizo a Theo soltar un gemido ronco y que se corriera un poco después de la eyaculación del más bajo.
Luego de esto se quedaron uno al lado del otro mirando al techo en silencio y observando por el rabillo del ojo al contrario, como preguntándose ¿qué demonios acababa de ocurrir?
Finalmente ambos cayeron en brazos de Morfeo adoptando la posición que tenían desde días previos, abrazados.
***
El primero en despertar fue Theo, en cuanto sintió el acaramelado olor de Patrick sus ojos se abrieron como platos mientras era golpeado por los recuerdos de lo que había ocurrido en la noche, mas no pudo seguir pensando exactamente en ello cuando el ojigris empezó a moverse aun dormido, el castaño lo observó atentamente.
-T… Theo…- balbuceó el más bajo ¿acaso soñaba con él? Se preguntó Theo mirándolo con cautela- Theodore… me gustas…
Dicho aquello el ojigris sonrió como una niñita enamorada y se aferró con fuerza al torso desnudo de un petrificado Theodore, quien sentía que su cerebro explotaría en cualquier momento. ¿Qué demonios se suponía que debía hacer ahora? Esto era joderse la existencia en un alto grado…
***
-¿qué demonios le hiciste a Patrick?- preguntó un exasperado Edward a un nervioso Theodore, era la hora del almuerzo del lunes y el rubio había citado al castaño en la biblioteca para hablar de lo que le preocupaba: Pat se la había pasado con la mirada en el vacío y una sonrisa de idiota todo el fin de semana.
-¿A… qué te refieres?-preguntó Theo riendo nervioso.
-A que cuando lo besaste estuvo con ese mismo aire por un largo rato-la cara de Theo se puso pálida para tiempo seguido enrojecer por la vergüenza, Ed soltó una pequeña carcajada- ningún secreto se queda como tal si Amanda Lake lo sabe.
Theo se resignó-de mala gana- a hablarle a Ed de lo que ocurrió, sin entrar en muchos detalles pero sin pasar por alto la “confesión” que recibió.
-Interesante…- masculló Ed con toda la serenidad que podía- te diré algo: si Pat llega a entristecerse y llorar, no dudaré en matarte- Theo se estremeció y asintió enérgicamente, más una pregunta estúpida pasó por su mente y no pudo evitar decirla en voz alta.
-¿esa roca siente?-.