22 De como la lógica lo llevó a él.
-Patrick-dijo Theo iluminando el lugar con la pantalla de su celular- sé que estas aquí, ya muéstrate.
En cuanto Theo, Ed y Noah se dividieron para buscar al ojigris, Theodore corrió hacia la cafetería. Después de todo era el primer lugar que creyó lógico para buscar al más bajo.
Con cuidado de no tropezar, recorrió el lugar de lado a lado, encontrando al ojigris sentado en una esquina junto a un ventanal rodeado de una cantidad alarmante de envoltorios de golosinas vacíos. El más bajo se encontraba dormido, su cabeza se apoyaba en la pared y temblaba un poco, algo normal teniendo en cuenta la baja temperatura de la cafetería y la cercanía misma a la ventana. Con cuidado de no despertarlo, Theo apartó un poco los empaques y luego de sentarse junto al más bajo, recostó la cabeza del mismo en sus piernas y lo acobijó con la chaqueta extra que traía para él.
-eres más débil de lo que creía pequeña roca- rió el castaño con la mirada perdida en las figuras nocturnas que el ventanal le enseñaba, estaba actuando por impulso, eso lo sabía pero ¿qué importaba? Le daba una extraña tranquilidad haber encontrado al otro y disfrutaría un poco. En un mundo totalmente distinto, el más bajo le escuchaba en silencio y buscando no hacer ningún ruido ni movimiento que le delatara, había fingido porque le aterraba que el otro dijera, más ahora pensaba que era la mejor opción de escuchar las verdaderas opiniones de Theodore y no sus alocadas respuestas estando bajo presión. Debía admitir que se sorprendió en demasía frente a las primeras acciones del otro-… supongo que Noah en serio debe ser alguien muy importante, ver a Patrick Rockbell con tanta emoción fue algo… la verdad ya ni entiendo lo que sentí realmente.
El menor abrió sus ojos de par en par, ¿Theodore estaba celoso de su cercanía con Noah?... si eso era cierto entonces…. ¿ya no le odiaba? En tanto Pat tenia se enfrentaba ante tal huracán de dudas y esperanzas en su cabeza, Theo se preguntaba el por qué de que se estuviese excusando, ¿desde hace cuánto le había importado tanto aclarar algo que no fuera de alarde o pleito al ojigris?, con un suspiro de… ¿resignación? Dirigió su vista al rostro del más bajo, encontrándose con la convincente actuación de dormido que Patrick le ofrecía. Observó con detenimiento aquel aparentemente pacífico rostro, la pestañas largas y abundantes curvadas en la punta, el color de ellas y de las cejas del mismo extraño color del cabello, los labios no muy gruesos de un rosado pálido contrastando a la perfección con la nívea piel que bien podría compararse con la de una muñeca de porcelana; en cuanto dirigió su mirada al cuello del ojigris, se encontró con una muy pequeña pero igualmente visible marca rojiza que lo hizo sonrojarse hasta las orejas recordando que fue él quien hizo aquella marca, con delicadeza y lentitud, acercó su rostro al del más bajo y aspiró el olor que este emanaba, una deliciosa mezcla de caramelo, vainilla y chocolate fue lo que reconoció como esencia del muchacho, había cerrado los ojos en la acción anterior y en cuanto los abrió se encontró con una pequeña curvatura en los labios del ojigris, quien rápidamente se acomodó sobre el ojiverde acorralando sus piernas con las propias a sus lados y su rostro con sus manos pegadas a la pared.
-S… Solo un poco-susurró con súplica para tiempo seguido (y sin dejar reaccionar al otro) aprisionar los labios del otro contra los suyos en un beso cargado de miedo que se vio reflejado en la torpeza con que Pat movía sus labios antes de que el castaño reaccionara tomando la iniciativa. Con rapidez, las manos del ojigris fueron a parar al cabello del ojiverde, donde sus dedos se enredaron para no dejar que el otro se alejase de sí, por otro lado Theodore ubicó una de sus manos en la nuca de Pat mientras la otra se ajustaba dominante en la cintura del mismo. El hambre por parte de ambos en aquel beso se vio más que reflejada en cuanto sus cuerpos se juntaron inconscientemente causando por ende que separarse para respirar les fuera casi imposible, esto antes de regresar a los labios del otro. Así se mantuvieron por un buen rato en el que nada importaba, esto hasta que el teléfono de Theo empezó a sonar y recordó la razón por la que se encontraba allí, sin ganas de hacerlo- porque la irracionalidad aun le controlaba- se alejó de Patrick y contestó la llamada.
-Y… Ya lo encontré-dijo rogando porque su voz no sonara extraña.
-¿Está bien? ¿Cómo es su aspecto? ¿Está triste? ¿Está enfadado? ¿COMIÓ? ¿TIENE HAMBRE? ¿NECESITA HELADO?!!!....
- YA CALMATE EDWARD- casi gritó Theo-está bien, en unos minutos iremos a la habitación.
Dicho aquello el castaño dio fin a la llamada y suspiró con fastidio ¿Qué demonios se creía Edward? ¿La madre de Patrick o qué? En cuanto regresó a la realidad, se percató de que el ojigris seguía arrodillado frente a él y un leve color carmesí iluminó sus mejillas al toparse con la cercanía del rostro del más bajo.
-¿P… Podrías quitarte?-preguntó nervioso, el otro alzó los hombros con desinterés y se sentó junto a él apoyando el mentón entre las rodillas mientras las abrazaba.
-¿Ya no me odias?-preguntó de repente el ojigris girando el rostro para observar al más alto, quien suspiró y se acomodó en la misma posición en que el otro estaba.
-S… Supongo que no- dijo entre dientes, Patrick sonrió y dirigió su vista al frente-p… pero no es como si me gustaras ni nada-agregó negando enérgicamente. Patrick soltó una carcajada dejando totalmente sorprendido al otro.
-Eso no tienes que decirlo, los sentimientos no cambian de la noche a la mañana-dijo aun sonriendo-bueno… no en un caso normal.
-¿Caso normal?-preguntó el castaño confundido y a la vez interesado, Pat se sonrojó un poco y miró al suelo.
-L… La verdad (aunque sonará como una historia cursi de niñita enamorada) la razón por la que empezaste a gustarme fue prácticamente espontanea-dijo el chico desviando su mirada y sonriendo con melancolía- un día en que estaba… deprimido… te vi por casualidad, en ese momento estabas con unas cuantas chicas, una te susurró algo al oído y empezaste a reír con tanta naturalidad, parecía como si de momento todo a tu alrededor brillara… de ahí para acá empecé a sentir esas estúpidas mariposas en el estómago…
El castaño puso los ojos en blanco más se recuperó al instante, suspirando se levantó del suelo con una débil sonrisa.
-No corresponderé a tus sentimientos- dijo mirando a otro sitio mientras intentaba aclarar sus pensamientos y Pat abría los ojos aterrado-pero… supongo que si te sirve de algo podemos ser… amigos.
Dicho aquello el ojigris le abrazó con fuerza tomándolo por completo desprevenido.
-Gracias-murmuró enterrando su rostro en el pecho del castaño-¿p…. pero puedo seguir durmiendo en tu cama?
-S…supongo que no importa-masculló el ojiverde-pero con una condición.
-¿cuál?-preguntó el ojigris en seguida.
-no vuelvas a sonreír con sinceridad en público-dijo Theo sonrojándose.
-¿Por qué?- preguntó con curiosidad el ojigris
-solo…. No lo hagas-masculló el otro dando por concluida la conversación.