27 porque la opinión siempre dependerá de a quien le preguntas.
La tan esperada semana final de octubre* llegó sin percances, muchas de las personas del internado salieron del mismo para visitar por aquel corto lapso de tiempo a sus familiares, por tanto el alboroto que había siempre fue reemplazado por gran silencio. Los tres chicos que eran forzados a asistir con un acompañante que previamente eligieron, recibieron una carta con lo mismo escrito exceptuando el nombre de a quién era dirigida y un posdata escrito a mano en cada una.
“Saludos.
Nos es grato invitarle a la fiesta de disfraces que sin demora ni percances se celebrará el día 31 de octubre a las 07:00pm.
En la posdata de cada carta, se especificaban los disfraces con que cada pareja debía asistir…
Patrick: Mayordomo y Maid.
Edward: trajes de boda (marido y mujer)
Anthony: Príncipe y princesa.
Las reacciones de los tres chicos al leer aquello fueron una mezcla de terror confusión e incredulidad.
Debajo de la especificación de los disfraces también había algo escrito que los tres leyeron buscando salvación.
“la idea respecto a este vestuario fue un acuerdo hecho entre las siete familias para resaltar en la fiesta junto a sus acompañantes, estas mismas decidieron que usted, por elegir a un acompañante de su mismo sexo vestirá el traje masculino si es el más alto entre ambos más usará el femenino si es la persona más baja.
Las parejas de ambos sexos (como son el resto de los integrantes de las 7 familias) visten con el traje del sexo contrario.
Gracias por leer”
Los tres chicos se miraron entre sí y Anthony y Edward soltaron el aire que retenían en sus pulmones totalmente aliviados, para tiempo seguido burlarse del semblante pálido y petrificado de Patrick. Luego de un buen rato, todos fueron a buscar a su respectivo acompañante para hablarle sobre los detalles del festejo.
***
Patrick caminaba como un robot hacia su habitación mientras devoraba los pastelillos que llevaba en una gran bandeja repleta de los mismos, los pocos estudiantes que había en el edificio, y que cerca de él transitaban, le miraban con una mezcla de curiosidad e incredulidad. Él por su lado solo pensaba en cuanto necesitaba desahogarse con Noah, quien de nuevo a petición de su madre se fue tras una semana de ser el niñero de su primo.
-Estas bastante pálido, ¿te encuentras bien Patrick?-preguntó Theo en cuanto Pat abrió la puerta de la habitación y se internó en ella. El ojigris lo observó distraídamente y pasó de verse como un muerto a parecer un tomate por el sonrojo que le llegaba hasta el cuello-P… ¿Patrick?
En una reacción automática, el ojiverde se acercó al ojigris –aun sin saber que la razón de que este estuviera tan sonrojado eran su camisa abierta y el pantalón desabrochado-, levantó su barbilla y posó su mano en la frente del más bajo buscando signos de fiebre en vano. Patrick se alejó con brusquedad y bajando la vista a sus pies le entregó la invitación a Theo para tiempo seguido sentarse en su cama y engullirse el par de docenas de pastelillos que le quedaban. Cuando Theo terminó de leer la carta se aclaró la garganta nervioso y observó a Pat detalladamente de arriba para abajo…
-Aún está en pie ¿verdad?-preguntó el nervioso chico, el otro asintió-¿y bien?
-Te verás perfecto con ligueros-pensó en voz alta Theo en voz alta.
***
Como era de esperarse, Ed y Anthony encontraron al par de enanos juntos, lo que los sorprendió fue que los dos chicos estaban practicando algunas canciones al unísono en el violín y por ello no se percataron de la presencia de los mayores hasta que la canción que practicaban en aquel momento terminó, se miraron y abrazaron emotivamente con una sonrisa de orgullo curvando sus labios. Claro eso último solo dejó imágenes… perversas… en las mentes de los mayores.
-Gwen… ¿puedes venir un momento conmigo?-dijo Ed en cuanto el pelinegro le miró avergonzado por haber sido encontrado mientras practicaba junto a su amigo. Ambos chicos se dirigieron hacia unas escaleras cercanas y sin pensarlo dos veces se sentaron en ellas, Gwen leyó entonces la tarjeta para mirar a Ed aterrado y pálido al terminar de leer.
-U… ¿una novia?-chilló el chico empezando a sonrojarse mientras se hacía a la idea.
-será… interesante- se burló Ed sin notar en que momento más de una imagen en distintas poses de Gwen con el vestido invadía su mente.
***
-¿Para qué vinieron?- dijo Luka dándole la espalda al peliteñido mientras guardaba los violines en sus estuches y las partituras en sus carpetas.
-Llegó la invitación de la fiesta-respondió Anthony extendiéndole la tarjeta al enano en cuanto las manos de veste se vieron libres para tomarla, el menor leyó con precaución abriendo bastante los ojos al final mientras un sonrojo coloreaba sus mejillas y en seguida sus ojos adquirían un brillo de emoción que el mayor no supo descifrar.
-¡SERÁ GENIAL!-casi gritó el menor con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Eso crees?-rio Anthony alzando una ceja y cruzándose de brazos.
-¡Claro!- exclamó Luka como si esto fuera algo obvio- han pasado meses desde la última vez que me vestí de chica!