30. y técnicamente ya es amor… ¿Verdad?
El pelinegro se fue a su habitación aterrado, el rostro inconforme de Pat le dejó un pensamiento amargo y un tremendo terror por lo que pasaría al otro día, después de todo sería miércoles y el orden para la búsqueda de los disfraces fue:
Martes: Pat y Theo (hecho)
Miércoles: Ed y Gwen
Jueves: Anthony y Luka
Observó a su compañero de habitación, quien dormía plácidamente con un rostro tan angelical que Gwen solo le atinó a sonreír enternecido.
-Tú amas vestir como chica en las fiestas- afirmó al durmiente chico con una sonrisa pacifica seguida de un suspiro- supongo que como en ese manga… (¿Love stage?)… vestiré de novia e intentaré imaginar que es cosplay… dame ánimos…
Dicho esto, el pelinegro apagó las luces y procuró dormir.
***
-E… Edward…
-…
-Amanda…
-…
-¡Los dos ya dejen de mirarme así! Esto es demasiado vergonzoso chicos-dijo Gwen sonrojado hasta las orejas por la pena que le daba estar vestido con ese “pomposo” y hecho a medida traje blanco en aquella boutique, siendo observado por las clientas que se casarían pronto y compraban allí sus soñados vestidos, pero con su perfecta y angelical imagen las mujeres habían entrado en una crisis respecto a su belleza propia.
El vestido que Gwen lucía dejaba descubierta gran parte de su espalda cerrándose con un gran moño de tono azul pastel, al frente le cubría de tal forma que solo su cuello fino y alargado era lo único visible, las mangas eran largas y se anchaban un poco a la mitad del antebrazo lo que causaba que cada sutil movimiento de Gwen hiciese relucir el brillante de la traslucida tela, justo bajo el moño, el vestido se hacía ancho al estilo de una campana cayendo limpiamente a pocos milímetros del suelo.
Amanda fue la primera que pronunció palabra alguna.
-… (Mi orgullo de mujer está herido…) Gira rápido-dijo con una sonrisa, Gwen extrañado obedeció y con algo de dificultad (puesto que aún no se sentía cómodo con toda esa tela haciendo peso) dio unas seis o siete vueltas haciendo elevar un poco la tela y casi cayendo en el giro final si no es porque Edward pensó rápido atrapando su cintura con firmeza.
-G… Gracias-balbuceó el ojiazul perdido en el brillo de los esmeralda ojos del otro.
-No hay de qué- sonrió con amabilidad Ed moviéndose lo más lenta y parsimoniosamente posible para que ambos quedaran en pie por su cuenta.
-Bien, ese me encanta-sonrió Amanda con un leve brillo en sus ojos-ahora tú Edward, ve a ponerte el traje.
Dicho esto, la chica le entregó al rubio el traje que él previamente se había probado y que las empleadas de la tienda habían perfeccionado un poco en lo que Gwen se había probado su vestido. Mientras el rubio estuvo en el vestidor, Amanda se encargó de acomodarle el velo al ojiazul para tiempo seguido pararlo de frente al gran espejo que adornaba parte de un muro del establecimiento, con unas cuantas palabras de aliento respecto la relación del chico con Ed, la rubia consiguió hacer sonreír al chico con un aura de novia inocente y pura que todas las chicas, ya en crisis de la tienda, recibieron como un balde de agua fría y amarga mientras algunos de los novios que acompañaban a sus prometidas empezaban a dudar respecto a su orientación sexual.
El traje le quedaba a la perfección, habían entubado un poco más el pantalón y también ajustado un poco la levita* para que se ciñera a su cuerpo a la perfección. Salió del vestidor con una brillante sonrisa que se desvaneció al ver la tierna e inocente figura de Gwen siendo rodeado por un montón de hienas –los novios- que le hacían cumplidos y sugerencias de doble sentido a SU Gwen mientras eran celados por sus respectivas prometidas en algunos casos o eran imitados por las mismas. Con un acto-reflejo bastante infantil por parte del rubio, Ed se acercó al ojiazul por la espalda y le abrazó con una sonrisa pícara, el pequeño sonrió triunfante al saber que el otro estaba “marcando su territorio” a causa de lo que tenían que ser celos y decidió arriesgarse a “jugar al inocente” como hacia Luka en su diario vivir mezclado con un poco de coqueteo para ver la reacción del mayor. Tras los pocos segundos en que ideó el plan, se alejó un poco del rubio con un muy bien ensayado sonrojo.
-J… Johnny y sammy me dijeron querían darme un regalo- dijo mirando a Ed con aparente inocencia y luego a la pareja con una sonrisa con un toque infantil y pícaro que hizo sonrojar a la pareja que casi babeaba por el chico. Edward tensó su mandíbula e intensificó la presión en el agarre que tenía en la cintura del menor, en su interior, Gwen reía como desquiciado puesto que su fuego daba unos frutos bastante satisfactorios- E… Edward me lastimas.
Dicho aquello tras un jadeo del menor, el rubio se alejó de él preocupado de lastimarlo.
-Lo siento-masculló mirando a otro sitio con los puños apretados y su mandíbula aun tensa, la pareja con la que Gwen había hablado se acercó al pequeño y ambos le sonrieron.
-Eres bastante tierno Gwen- dijo la novia.
-Espero nos veamos pronto- agregó el novio.
-Aquí están nuestras tarjetas-dijeron al unísono entregándole al chico sus tarjetas de presentación.
-(No creo que importe) tú lo aprovecharás más-dijo la chica caminando hacia unos sofás y dedicándole una sonrisa a Gwen.
-Es cierto, acéptalo- dicho aquello por el hombre, la mujer le entregó al chico un gran oso panda de felpa retirándole previamente una tarjeta que decía “recupérate pronto pequeña Lizzi”
-P… G… Gracias- sonrió con genuina timidez el menor recibiendo el oso para luego de despedirse educadamente hablarle a Amanda fingiendo que no notaba la penetrante y cabreada mirada de Edward en su espalda.
Al salir del local, dos autos esperaban por ellos, Amanda se subió en uno de ellos con una rápida y poco detallada excusa haciendo que ambos chicos se internaran en el otro junto al panda y el enorme empaque del vestido y el traje.
***
-Ed! No me ignores- dijo Gwen haciendo pucheros luego de su milésimo intento por establecer conversación alguna con el rubio, con exasperación se subió al regazo del rubio con rapidez y agilidad para tiempo seguido y sin darle tiempo de pensar, robarle un fugaz beso seguido por una sonrisa pícara- deja de ser tan infantil, soy totalmente devoto a ti.