32. Diviértete, cállate y… hey! él es mío.
El viernes llegó rápidamente y con ello, el nerviosismo para los chicos que como chicas debían vestir. Por un lado, Patrick comía montones de dulces, vomitaba por el exceso de azúcar y repetía el proceso. Luego estaba Gwen, quien después de recibir la peluca el día anterior, decidió hacerse bolita en un rincón con un aura negro y pesimista rodeándole. Finalmente estaba Luka, quien se mecía en su asiento aun perturbado por la ternura y cariño que Anthony depositó en el beso que le dio el día anterior.
En un mundo del todo contrario a los de ellos, la mente de Theodore le tenía activo gracias al recuerdo de las niveas, suaves, delicadas y tonificadas piernas de Patrick; se relamía los labios continuamente mientras hacia el intento de engañarse a sí mismo con que solo le atraían porque parecían las de una chica y no por el deseo sexual que tan solo su inconsciente aceptaba.
En un mundo relativamente cercano al de Theo, la mente de Edward analizaba las posibilidades de salir de la fiesta a solas con Gwen no exactamente para dormir.
Lejano a todos ellos, se encontraba Anthony en su pequeña burbuja de pensamientos contradictorios respecto a lo que talvez, SOLO TAL-VEZ sentía por Luka y la frase amarga que desde hace tiempo era su forma de vida.
***
Cuando llegaron a la recepción del hotel –porque los seis no querían separarse por nada del mundo- todas las personas que allí había, los miraban atónitos, tomando en cuenta que el pertenecer a familias con influencia les daba el aura de orgullo divino que todos portaban, prácticamente les rodeaba un brillo sobrenatural que ni lo abochornados que se sentían opacaba.
-PAT!-chillaron dos chicas con el mismo color de cabello del ojigris y exactamente iguales entre sí, exceptuando el que los ojos de una eran grises y los de la otra verdes-Te vez genial!
-Ajá si claro…-masculló el menor mientras las gemelas vestidas de bomberos lo abrazaban hasta casi ahogarlo.
-Ed-dijo la una.
-Theo-dijo la otra.
-Anthony-sonrieron al tiempo-… Luka!
Lo último casi lo gritaron antes de abalanzarse sobre el enano para abrazarlo, olisquearlo y hacerle cosquillas. Anthony por su parte sintió en seguida el trabajo de los celos haciendo que quisiese ponerle collar de perro al ojimiel y escribirle grande en la frente “¡NO TOCAR!”. Ed se mordía la lengua para no reír, Theo se limitaba a sonreír, Gwen los miraba a todos y curioso y Pat… bueno, él se ocultaba tras una matera por motivos aparentemente desconocidos por los presentes. Cuando los padres del ojigris aparecieron, toda la sala se silenció por completo, ambos vestían de marionetas del sexo contrario cada uno, el aire de grandeza que solo el linaje de la familia Rockbell hizo babear a todo ser humano normal que se encontrase en el lugar.
-Patrick-dijo la mujer con su angelical voz, el aludido tembló un poco y palideció en cuanto su madre posó su mano sobre el hombro del chico-¿Con quién viniste? ¿Es chica o chico? ¿Es alto no? Responde!!!
-E… es él-murmuró el chico sonrojado mientras miraba al suelo y señalaba a Theo, quien junto con Luka, Gwen, Ed y Anthony se acercaba a donde se hallaba el padre de Patrick.
-Buena elección amor-rio la mujer antes de acercarse al grupo de Pat mientras este se sonrojaba hasta las orejas y su padre le observaba con diversión.
-Ese es tu compañero de cuarto ¿verdad?-el bajito asintió-te gusta ¿Verdad?-el ojigris asintió con lentitud, su padre tenía el sexto sentido del que su madre carecía o tal vez olvidaba en su armario-ya veo… tu traje lo eligió una Lake ¿verdad?
-¿Es tan notorio?-preguntó Pat mirando a su padre, quien le extendió una barra de chocolate enorme.
-En efecto, se nota en los trajes de los seis a simple vista-dicho aquello el hombre sonrió y se fue al lado de su esposa, luego de unos minutos más de charla acompañaron a los jóvenes al bar del salón que había a su derecha para después dirigirse a un lugar de más “negocios” al lado izquierdo de la recepción.
***
En cuanto ocuparon una mesa, más de diez botellas de licores distintos fueron llevadas a la mesa y los tres chicos más altos no dudaron en abrir la primera botella de la noche. Pasados al menos veinte minutos de risas tontas y juegos infantiles, una chica en traje de ejecutiva se acercó a la mesa sonriente.
-Lily!-dijo Pat con semblante serio pero con la emoción brillando en sus ojos y resonando en su voz, Theo completamente tenso observo nervioso a la pareja- ha pasado mucho tiempo!
-Lo sé- rio la chica abrazando al más alto (por 5 cm) con fuerza, Theo empezó a beber su tequila directamente de la botella mientras los chicos restantes en la mesa se mordían la lengua para no reír.
-Te vez hermosa-dijo Pat con un suspiro de satisfacción, la chica sonrió coqueta y le hizo un guiño.
-Y tu candente-se burló haciendo a Pat hacer pucheros para luego despeinarla un poco-quieto! Jajaja… te dejo, mis amigos me molestaran si no me encuentran.
Dicho aquello la chica abrazó al ojigris de nuevo para luego besar su mejilla e irse sonriendo.
-¿Con quién sale ahora?-preguntó Ed haciendo que los ojos de Gwen se abriesen como platos.
-No recuerdo... el ultimo era tu primo Arnold ¿no?-dudó Pat para sentarse sin darle importancia ni mucho menos ver la mirada perdida del castaño junto a él.
-Hmmm-pensó Ed para luego sonreír y golpear con fuerza la cabeza de Theo-¿qué te picó?
-N… Nada-rio el castaño saliendo de su trance.
-¿Te sientes mal? Si quieres no vamos-dijo Pat preocupado y poniendo una de sus manos en el rostro de Theo, los cuatro chicos junto a ellos se miraron entre sí y con vagas excusas, huyeron rumbo a la pista de baile dejando atrás a la pareja.
-No es nada- rio Theo por milésima vez-saldré a tomar aire…
-Te acompaño-dijo decidido el menor, poco entendió la indirecta de que Theo deseaba estar solo.
-B… bien… vamos entonces-suspiró el ojigris resignado.
***
A una distancia prudencial de la pareja de sirvientes se encontraban Luka y Anthony pidiendo bebidas directamente en la barra, la mirada del enano pasaba de un lado al otro del gran salón distraído con los colores de los trajes de la gente, un evento gracioso fue cuando un grupo considerable de chicos se le acercaron a hablar y la sola presencia de Anthony tras de él, les hizo huir despavoridos.
-Eres un amargado- se quejó Luka haciendo pucheros, Anthony rio enternecido con el rostro del chico. Las réplicas cargadas de doble sentido estaban por salir de los labios del chico hasta que una muchacha vestida de chef empujó al menor haciéndole perder el equilibrio, la azabache avergonzada le ayudó a ponerse en pie y en cuanto ambos se miraron a punto de reír, la chica se percató de la presencia del peliteñido y en un acto que tomó fuera de base a ambos chicos acercó su mano al rostro de Anthony y lo acarició anonadada. El chico se quedó sin habla.
-¿E… Eres Anthony Crawford?-Preguntó mirando al chico directamente a los ojos, el ojiverde asintió y mientras el cerebro de la chica procesaba la silenciosa respuesta Luka empezó a sentir la llama de los celos avivándose en su pecho, más se abstuvo de pronunciar palabra alguna.
La chica sostuvo la cara del peliteñido con ambas manos y un mar de lágrimas se amontonaron en sus ojos dejando aún más desconcertados al par de adolescentes.
-O… Oye ¿Qué te ocurre?-dijo Anthony mientras la chica de un momento a otro le abrazaba con fuerza y lloraba desconsolada, Luka lo miró y en cuanto la atención de cada uno estuvo en el otro, el enano gesticuló un “¿Quién?” mientras señalaba a la chica y hacía gestos exagerados con los brazos.
-Gracias, Gracias!-dijo la chica sonriendo luego de limpiarse los ojos y sorber mocos algo avergonzada por sus recientes acciones.
-P… ¿Por qué?-dijo Anthony buscando en sus memorias el haber ayudado a alguna persona en su vida.
-…Voy al baño…-masculló Luka sintiéndose incómodo y sensible ante la idea.
-(Creo que espanté a tu novia…) es cierto!.... fue hace mucho, es comprensible que no me recuerdes-dijo la chica frunciendo el ceño-fue a pocos días de que cumplieras ocho años, nos conocimos en una capilla ¿recuerdas algo?- las palabras hicieron eco en la mente del chico mientras poco a poco los recuerdos se amontonaban en su mente.
-¿Cómo te llamas?-preguntó en menor sudando frio.
-Soy Gabrielle-sonrió ella, los recuerdos entrecortados de aquella tarde se volvieron precisos, completos y nítidos, el agradecimiento de la azabache y la frase, esa frase… ESA PUÑETERA FRASE! Ella era una prostituta, ahí el desalentador consuelo de aquella frase. Los sueños frustrados y malos pasos que había dado lo bombardearon en su interior, de repente el sonriente rostro de Luka lo iluminó en su patética oscuridad y el bombillo de la única meta en la vida que le quedaba aun sin demasiados quiebres se encendió en su cabeza.
-¿En que trabajas ahora?-preguntó con cautela, la chica sonrió comprensiva.
-Estoy terminando mi maestría-sonrió-salí del bajo mundo (por completo) dos años después de conocerte, empecé como sirvienta en la casa de una familia adinerada bastante solidaria-la chica suspiró-el hijo mayor de la familia apareció un día en la casa y simplemente “nació el amor” reciproco… fue duro al inicio pero me casaré en enero-rio de nuevo-¿Y tú? ¿Cómo vas?
-Bastante perdido-rio el chico mientras sentía como un peso que cargó desde hace mucho en sus hombros se esfumaba, sacó una tarjeta con su información de contacto y se lo entregó a la azabache-debo irme, hablemos luego…
Dicho aquello desapareció en el mar de gente.
***
La última de las tres parejas se la pasó en la pista de baile hasta que notaron la ausencia de los otros chicos.
-¿Y ahora qué?- preguntó Gwen mientras se ubicaban en una mesa a la espera de las bebidas que segundos después llegaron.
-Ni idea-dijo el rubio mientras revisaba su teléfono móvil-a mí no me enviaron nada ¿y a ti?
-nada de nada-sacudió la cabeza el menor con inocencia mostrándole la pantalla de su teléfono al mayor. Luego de esas palabras, ambos chicos permanecieron en silencio sin saber que hacer o decir.
-¿Qué con esas caras largas?-dijo una vocecilla bastante reconocible.
-Hola Amanda-saludaron los dos al unísono, la rubia sonrió y dos chicos unos centímetros más altos que ella aparecieron tras la rubia con ropa de calle y con la chispa de la curiosidad encendida acercándose a Gwen.
-¿Tú eres su prometida?-dijo uno
-Es obvio que sí, mira cómo se sonroja-dijo el otro señalando al avergonzado Gwen.
-De igual forma pasa por chica fácilmente-agregó el primero.
-No seas descortés que tal vez se enoje-dijo el segundo, la rubia rio un poco y luego dirigió su atención al rubio extendiéndole una bolsa de papel junto a una tarjeta.
-Podías hacerlo tú mismo pero bueno, me debes un favor-sonrió con picardía, Gwen vio la escena confundido.
-Te la pagaré otro día-sonrió Ed con galantería, tiempo seguido tomó de la mano a su acompañante y lo sacó del gran salón directo a los ascensores del hotel. Una vez dentro del elevador su teléfono móvil vibró, al abrir el mensaje, leyó:
“no dejes que Gwen llegue hoy a su habitación”
-no pensaba hacerlo-murmuró divertido enviándole un ok a Anthony, luego sonrió al sonrojado y confundido rostro de Gwen junto a él.