33. aunque no esperaba menos, ya lo sabía de antemano
La aparición de Gabrielle había hecho que el interior de Luka se revolviese angustiado, tal como tener el don de obtener comúnmente lo que quería, también tenía el de reconocer los lazos de intima familiaridad entre las personas a su alrededor, por ello había descubierto los engaños de su tío cuando estaba casado y por eso mismo notó que entre la pelinegra desconocida y Anthony había un estrecho y tal vez casi olvidado pero sumamente fuerte lazo. En cuanto se internó en los baños un aura oscura le rodeó, no tenía esa horrible necesidad de llorar que algo como esto tendía a causar comúnmente, tan solo se sentía desolado y dolido. Apoyó su cabeza en la pared mientras suspiraba pesadamente haciendo que el moño de la peluca que llevaba se desanudara de alguna forma y los mechones castaño claro de la misma le hicieren cosquillas en el cuello y el rostro. Cerró los ojos cansado y algunos minutos de silencio más tarde unos brazos firmes le aprisionaron por la espalda dejándole en estado de pánico por unos minutos.
-Ganaste la partida- escuchó el susurro de la inconfundible voz de Anthony en su oído, con los ojos como platos se giró con velocidad encontrándose con un semblante serio y una mirada profunda que lo hizo contener la respiración unos segundos.
-Q… ¿Qué dijiste?- preguntó al recuperar el control de su cuerpo.
-No lo repetiré-masculló el ojiverde malhumorado, Luka dejó escapar una risita tonta- ya vámonos!
***
Ambos chicos entraron en silencio al edificio de los dormitorios, el nerviosismo se había apoderado de ambos al no saber en verdad que querían decir o hacer, Anthony se decidió a acompañar al enano a su habitación pero en cuanto llegaron a la misma el peliteñido sintió la necesidad de no abandonar al menor, ese extraño y puro deseo de tan solo darle una probada a los dulces labios del cuatro ojos.
-B… Buenas noches-masculló el chiquillo en cuanto abrió con torpeza la puerta de su habitación mientras se quedaba observando al peliteñido que a la nada miraba con el ceño fruncido “¿de qué habrán hablado?” se preguntó Luka algo nervioso. Al notar que no recibía respuestas por parte del mayor miró al suelo casi con nostalgia y dio un larguísimo suspiro.
-¿Puedo hacer algo tonto?-preguntó entonces el ojiverde, confundido el menor asintió, sin esperarse que al instante una enternecida sonrisa curvara los labios del mayor haciendo que se sonrojase por el extraño brillo de emoción en los ojos del chico. Con sumo cuidado, Anthony le retiró los lentes al chico antes de tomar su rostro y repartir cuidadosas, tiernas y electrificante caricias por sus mejillas, su frente, sus parpados y finalmente sus labios, los que tras unos segundos de cálidas y llenas de cariño caricias besó con tal delicadeza que todos los vellos en la piel del chico se erizaron mientras con la torpeza de un primerizo cerraba sus ojos y sentía como las mariposas afloraban en su interior mientras los delicadísimos movimientos del mayor le hacían querer llorar de la emoción. Jamás en su corta pero activa vida había sentido que un beso tan inocente y delicado pudiese llevarlo al cielo y saberle al postre más delicioso que jamás hubiese como del que era participe en este instante. La lengua de Anthony hizo aparición delineando el labio inferior de Luka con la torpeza que solo un ambiente romántico podía crear entre dos orgullosos amantes del sexo sin compromiso enamorados el uno del otro, la boca de Luka se abrió lo suficiente para que la lengua del mayor invadiera su cavidad bucal y memorizara cada pequeña parte de aquella adictiva boca donde una lengua más tímida hacia aparición enroscándose con la del mayor mezclando la saliva del otro con la propia y creando un pequeño universo de explosiones alrededor de ambos chicos que ni cuando se separaron para llenar sus pulmones desapareció.
-¿Quieres pasar?-sonrió el menor con picardía y dándole un único sentido final a sus palabras, Anthony lo captó en seguida y con una sonrisa de idiota entró a la habitación enviándole a Edward un corto mensaje de… advertencia.
Una vez cerrada la puerta, Luka se quitó la peluca y despeinó un poco su lacio cabello, en eso, Anthony le observaba en silencio mientras las dudas y miedos empezaban a doblegar su mente respecto a lo que haría ahora.
-… Anthony…-murmuró Luka llamando la atención del mayor, quien rápidamente hizo a un lado sus pensamientos y observó al chico que sin lentes y con el brillo encendido en sus ojos parecía una pequeña y muy delicada muñeca de porcelana pura y corruptible-… ¿a qué te referías exactamente con que yo “gané”?
El ojiverde tragó en seco y miró al suelo nervioso, esto era estúpido, MUY estúpido, su orgullo le hacia las cosas difíciles y eso no le agradaba para nada, más que todo porque en verdad deseaba hacerle saber al menor lo que causaba en él. Después de respirar profundo más de cuatro veces se acercó al otro y abrazándole, acercó sus labios hasta el oído del chico.
-¿Te enojas si te digo que no lo sé?-rio nervioso, Luka le golpeo el estómago como por arte de magia, porque ni podía respirar bien con aquella cercanía- eso creí… la verdad es que… soy un idiota- apoyó su barbilla en la cabeza del menor (porque con el hombro debía inclinarse demasiado), el ojimiel rio un poco- no se realmente lo que es amar… o bueno tal vez solo olvidé lo que ese sentimiento es y lo que causa pero bueno… lo único que tengo realmente claro en este momento es que no quiero que por nada del mundo te alejes de mi… por eso estoy seguro de que perdí…
Los ojos y boca de Luka se abrieron todo lo posible en los mismos, esa era un confesión!, llena de indirectas e ida por las ramas, PERO ERA UNA CONFESION! El bajito, totalmente emocionado se alejó un poco del peliteñido y tomándolo por la camisa atrajo su rostro hacia sí y lo besó con todas las emociones haciendo mella en su interior.
-Gustoso acepto tus sentimientos-sonrió de lado mientras Anthony miraba a otro sitio sonrojado-yo también te amo…
-Pero yo no…
-Cállate-dijo el menor sellando los labios del ojiverde con su índice- ahora dame placer del bueno, me he contenido mucho…
El menor hizo pucheros mientras el otro le miraba desconcertado, al no obtener reacción aparente, Luka enredó sus brazos alrededor del cuello del alto y le besó con exigencia, el peliteñido en seguida reacciono correspondiendo con uno de esos bruscos movimientos que hacían a Luka perderse en su mundo de fantasías dolorosas y excitantes. Con una habilidad y rapidez del todo sorpresiva para Luka, el ojiverde desanudó todas las cintas y arabescos del vestido, siguiendo con bajar la cremallera y arrancar los pequeños, delicados y poco importantes botones que el vestido tenía. Una vez el chico estuvo en paños menores frente a él, sonrió con lujuria y lo lanzo a la cama besando sus labios mientras las emociones los embriagaban a ambos a la vez que el deseo de uno por el otro en un juego lujurioso por la dominación en la boca del otro, cuando las lenguas se rozaron una con la otra el juego empezó a calentarlos en más de un sentido mientras sus pulmones rogaban piedad por la falta de oxígeno que poco les importó hasta el punto en que jadearon para recibir algo de aire, durante ese relampagueante momento, Anthony se encaminó a los pezones del chico en un camino de besos y lamidas por el cuello y pecho del enano quien se removía presa del deseo y los espasmos que creaba el contacto con Anthony en su cuerpecillo. Los dientes de Anthony aprisionaron el pezón derecho de Luka quien empezaba a suspirar y jadear con una sonrisita boba curvando las comisuras de sus labios, con su mano derecha, el peliteñido empezó a pellizcar el pezón restante mientras repartía besos mordiscos y lamidas sobre el otro. Los puros y corrompidos gemidos de Luka llevaron calor a cada extremidad de Anthony con un placer que nada que ver tenía con la excitación y la locura del momento, era algo más cálido, era ese sentimiento que lo hizo sonreír antes de regresar a su labor cambiando de pezón su boca mientras el que dejaba atrás se veía erguido y con un color rosa bordeando gran parte fuera de él.
El ojimiel por su parte, disfrutaba sin pudor alguno de las atenciones que el mayor le daba, cuando sus dos pezones fueron estimulados por la boca de Anthony, este empezó la bajada camino a la erección del castaño claro siendo detenido por las manos del menor, en quien se fijó en seguida, topándose con un ceño fruncido, mejillas coloradas y labios hinchados.
-Desvístete tú también-balbuceó como si de un niño se tratase-nunca te he visto desnudo y de esa forma no me sentiré tan vulnerable.
El mayor se burló divertido para luego de unos segundos suspirar y deshacerse con velocidad de las prendas que llevaba.
-¿Feliz?-sonrió socarrón mientras el chiquillo permanecía estático guardando en su memoria el escultural cuerpo de Anthony el cual clasificó como la purísima perfección, el mayor desnudó por completo al chico bajo el y empezó a masajear con ímpetu la erección del chiquillo quien con una sonrisita impresa en sus labios empezó a gemir mientras enterraba sus manos en las mantas de su cama frente a la sensación de la mano de del mayor rodeando su falo.
-Lubricante-dijo el alto deleitándose con esa sonrisita atrapada entre gemido y gemido del menor.
-cajón…-masculló Luka.
-todo en ti es tan pequeño…-se burló el mayor antes de soltar el miembro del menor para sacar el lubricante del cajón señalado por el chico.
-No te asustes-sonrió con malicia el menor mientras Anthony se llenaba los dedos con lubricante-parte de mi sangre es rusa y en mi familia la altura aumenta drásticamente después de los 16, antes de que lo notes… serás tú quien esté abajo.
El enano sonrió al ver como desaparecían los colores en el rostro del otro quien en seguida fingió recomponerse enterrando uno de sus dedos en la entrada del menor.
-C… cuidado- jadeó el enano habiendo sentido algo de ardor por la repentina y nada premeditada intromisión en su ano- recuerda que esto duele idiota.
-Por eso lo disfruto-se rio el ojiverde haciendo movimientos circulares que dejaron a Luka fuera de combate mientras soltaba maldiciones entre gemidos quedos. Tras unos cuantos gemidos, Anthony internó el siguiente de sus dedos con el que masajeo el interior del chiquillo primero en círculos para luego abrir ambos dedos como tijeras en el apretado, caliente y tan malditamente deseable interior de Luka. Cuando los tres dedos estuvieron dentro y Luka empezó a gemir descontrolado, Anthony llenó con impaciencia su palpitante miembro de lubricante y lo internó de una sola estocada en la dilatada del chico, quien con tan rápida intromisión sintió como si se partiese a la mitad soltando un sonoro quejido precedido por unas lágrimas que el mayor secó con cálidos besos que dejaron del todo avergonzado al menor, quien por u momento casi olvidó el punzante dolor del intruso en su entrada.
-O… Ojos… B… Beso tú… lágrimas… yo- la confusión del menor fue silenciada por los labios demandantes del mayor quien le sonrió con calidez al separarse.
-esto es muy raro- se burló al separarse un poco de los labios del chico mientras haciendo contacto visual empezaba un pausado y lento movimiento de caderas que hicieron jadear al menor abriendo bastante sus ojos mientras se aferraba a la espada del otro sintiendo como las estocadas tomaban fuerza aun sin ser suficientes para ambos. En un movimiento rápido, Anthony giró a Luka poniéndole en cuatro iniciando un nuevo vaivén que con precisión hacia que la punta de su pene, chocase con la próstata del menor quien gemía enloquecido por los mil colores que ante sus ojos se veían respecto a la explosión de placer que solo los bruscos y rápidos movimientos de Anthony causaba en él. En cuanto Anthony sintió su clímax cerca, empezó a estimular el miembro del menor mientras a la vez mordía su pálido cuello del todo seguro de que con ello dejaría visibles marcas de las que estaría orgulloso más tarde, el cuerpo más pequeño se revolvió en fuertes espasmos de placer mientras culminaba manchando las mantas en que se apoyaba y contraía su entrada alrededor de la de Anthony sintiendo unas estocadas después como el cálido liquido del clímax de Anthony llenaba su interior a la vez que un delicioso e inolvidable gemido hacia que todo su cuerpo se estremeciese tan débil y poco lucido como se encontraba. Al salir de su interior, Anthony se abrazó al menor y permaneciendo en silencio por el tiempo en que sus respiraciones se calmaron y sincronizaron.
-te quiero-sonrió el chiquillo con los ojos cerrados dándole poca interés al hecho de que debía limpiar su entrada de los restos de esperma que en esta había- no importa cuánto tiempo pase… esperaré a que puedas decírmelo…
Dicho aquello el menor sonrió con inocencia y tras unos minutos se quedó profundamente dormido mientras Anthony observaba su nuca totalmente sonrojado y sin tener idea de que hacer, luego de razonar un poco se levantó de la cama y rebuscó en el mismo cajón del lubricante hasta encontrar una caja con pañuelos de papel, de la cual sacó algunos para limpiar al menos el exterior de la entrada del pequeño y tiempo seguido meterlo bajo las sabanas y recostarse junto a él abrazándole mientras cerraba sus ojos para dormir lo que restaba de la noche.
***
-Anthony…-masculló el menor-… Anthony…
-Un rato más…- balbuceó el peliteñido abrazando al chiquillo con más fuerza sin abrir sus ojos.
-Anthony por favor-dijo el ojimiel casi ahogado, al recibir silencio como respuesta intentó forcejear un poco buscando liberarse de aquellos brazos, al darse cuenta de que era en vano se removió hasta lograr que su rostro antes en el pecho de Anthony quedara en el hueco entre el cuello y el hombro de Anthony causándole cosquillas con su respiración, con una sonrisa pícara lamió la piel a su alcance para tiempo seguido morderla y succionarla con la intención de dejar una visible marca. Los ojos de Anthony se abrieron como platos y alterado se alejó del menor llevando una mano al lugar dolorido.
-¡¿por qué hiciste eso?!-dijo relajándose un poco y alzando una de sus cejas, Luka soltó una risilla antes de quedar anonadado por la exposición del bello abdomen marcado de Anthony.
-F… Fue tu culpa- sonrió en cuanto el orgullo y la altanería recuperaron el poder en sus acciones. Anthony lo miró confuso mientras Luka alzaba sus hombros restándole importancia al tema y seguía sonriendo. Tiempo seguido el enano le dio un casto beso en los labios a Anthony para tiempo seguido sácale la lengua y caminar hacia el baño con un exagerado movimiento de trasero-¿Quieres jugar un rato?-rio antes de cerrar sin llave la puerta del baño, Anthony sonrió claramente divertido y con rapidez se levantó de la cama dirigiéndose al baño.
-con gusto-rio antes abrir la puerta y cerrarla tras de sí.