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Amando a un orgulloso por maraclavijo

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Notas del capitulo:

yo se que me odian...

no tengo perdon

pero aghhhh

me esforcé con el cap muchisimo porque lo tenia escrito pero lo odiaba porque no lo escribí con amor(?) asi que tuve que hacerlo de nuevo y pues yo en vez de escribir y reescribir dejo tiempo para pensar y BUM se me fueros todas estas semanas :/

bueno pues.. disfrutenlo

34. ¿y si todo hubiese sido planeado?

Las frías paredes metálicas lo tenían del todo nervioso ¿por qué no habían salido del hotel? ¿Qué había en la bolsa? ¿Qué era esa tarjeta? ¿Por qué Ed sonreía de esa forma? Estas y más dudas embargaban el total de los pensamientos del chiquillo, ansioso agachó la cabeza y agarró con fuerza los pliegues de su pomposo vestido.

El sonidito agudo que avisaba la llegada a un piso se hizo presente y Gwen se vio arrastrado por Edward quien luego de observar algo en la tarjeta se dirigió hacia una puerta pasando el plástico por una hendidura que dio un pitido y encendió una luz verde a la vez que la puerta se entreabría con un click.

La habitación era bastante amplia, las paredes de un color crema casi blanco, los muebles verde muerto a unos metros de una enorme cama con sábanas blancas y almohadas probablemente con relleno de plumas.

-¿Q… Qué hacemos aquí Ed?-preguntó Gwen armándose con un poco de valor, su mente ya formulaba bastantes cálculos en que el final era lo mismo, SEXO, se sentía demasiado nervioso y el temor de arruinarlo por ser su primera vez y por ese estúpido asco al sudor de los cuerpos y las respiraciones ahogadas que por algún motivo tuvo desde siempre.

-¿tú qué crees?-rio Ed acercándose a él con lentitud y levantando su rostro con una de sus manos, el sonrojo en el rostro de Gwen era tan malditamente adorable que bien sabia, no controlaría sus acciones cuando la ropa ya no estuviese.

A diferencia de la seguridad que el cuerpo de Ed obtenía a cada segundo, el de Gwen la perdía mientras leves temblores circulaban por su espalda, con una sonrisa ladina Ed se acercó a sus labios y le besó con hambre y deseo, la mente de Gwen se quedó en blanco mientras sentía como aquellos labios que tanto amaba solo lo deseaban a él, a él y a él. Entonces, como haciendo click en su mente, el pensamiento de que este acto tan solo sería liderado por la lujuria le aturdió más que los besos del mayor y con demasiada brusquedad se alejó de este a trompicones.

-¿Qué ocurre?-preguntó Ed con una sonrisa amable, tenía entendido que el menor era tan promiscuo como su mejor amigo ¿o no?

-¿S… Solo haces esto por deseo? S… Sabes que mis sentimientos son importantes para mi… y yo-la voz del menor se apagó de golpe, Edward le miró enternecido mientras el chico respiraba dificultosamente buscando las palabras adecuadas.

-Continua Gwen, ¿tú qué? –le insistió Ed levantando la cabeza del menor por la barbilla y elevando su mano libre para acariciarle una mejilla.

-S… Soy virgen-murmuró el menor avergonzado, Ed abrió los ojos con sorpresa- jamás he llegado a tener sexo con nadie, sea chica o… chico… dime que al menos sientes algo por mí, aunque me mientas! En verdad deseo que esto ocurra p… pero… tengo miedo… nunca he llegado a eso porque no amaba a la otra persona pero ahora esto es en viceversa, por favor di que yo… que yo

Los labios de Ed se curvaron un poco y con delicadeza besó los labios del inseguro menor.

-No puedo decir que te ame con todo mi corazón, eso sería mentirte y aunque me lo pides, no puedo hacerlo. Recién te conocí, todo tú me atrajiste,  en este momento también, además de desearte, tengo ese apego a ti que solo se le puede tener a alguien a quien se quiere más que un amigo así que no te atormentes, te quiero, quiero que seas mío así que permítemelo, déjame ser el primero, déjame saber si realmente eres lo que quiero porque estoy un 99% seguro de que es así-concluyó el mayor abrazándose al menor mientras le susurraba todo aquello, unas cuantas lagrimas habían escapado de los ojos del chiquillo, tras secarlas con ímpetu, levantó su rostro y con agilidad se enganchó al cuello de Ed para besarle con toda la carga emocional que se arremolinaba en su pecho en aquel momento.

Las manos del rubio se ciñeron a su cintura mientras los labios de ambos se acompasaban a una danza de glorioso deseo mezclado con la dulce sensación de sentirse queridos por el contrario, deseos reprimidos hacia cualquier persona en el pasado, salieron a flote haciéndoles explorar rápidamente un mundo de emociones melancólicas que los hacía sentir que por un momento ambos necesitaban del otro para vivir. Los brazos de Gwen rodeaban el cuello de Edward, mientras una de las manos del mayor se hacía espacio entre cremalleras botones y cierres buscando casi con desespero el contacto con la tersa y blanca piel del menor, al tener abiertos la mayoría de estos, casi rasgó la tela haciendo volar los botones y romperse los hilos de cremalleras y velcros, bajó sus labios al cuello del menor besando y mordiendo sin pudor ni aparente delicadeza, llevó una de sus manos al pezón izquierdo del ojiazul, quien entre gemidos casi sonreía balbuceando el nombre de su amante. Con poca delicadeza pellizcó el rosado pezón, alimentándose con lujuria de los gimoteos y jadeos de Gwen, quien sentía como cada fibra de su ser pedía a gritos lo que ocurría, sin importar su asco al sudor y todas las estupideces que sin amor roían su mente y cuerpo, a trompicones y sin saber en qué momento ocurrió, ambos chicos cayeron sobre la cama con el menor bajo el otro mientras con impaciencia quitaba las prendas superiores al rubio.

Los jadeos y gimoteos de Gwen iban en aumento, no eran necesarias las palabras para expresarse lo que sentían en ese momento, antes de notarlo ambos ya estaban desnudos y observando al contrario mientras con ensoñación memorizaban el cuerpo ajeno, Edward sonrió enternecido con el sonrojo del menor más el brillo lujurioso en sus ojos, eran tan malditamente perfecto, con delicadeza se aventuró a recorrer cada milímetro de piel ajena con su lengua, dejaba marcas rojizas succionando la piel a la vez que masturbaba al chico con una de sus manos. Ido por la lujuria bajó hasta que sus labios quedaron frente al miembro del menor y con la emoción vibrando en su estómago lamió el erguido falo sintiendo como el cuerpo de Gwen se tensaba mientras casi gritaba encorvando su espalda, el remolino de excitación que recorrió el cuerpo del menor era indescriptible, disfrutó cada momento hasta correrse en la boca de su amante, quien gustoso se tragó hasta la última gota de aquel viscoso y salino liquido expulsado por el menor.

Acomodándose entre las piernas del pelinegro, Edward tomó la bolsa que tanto había intrigado al chiquillo antes y de ella sacó un botecito de lubricante más un –desconcertante para Gwen- paquetito brillante con lo que Gwen definió como mentas.

-¿Mentas?-preguntó extrañado, Edward rio antes de comer uno de los caramelos y acariciar el rostro de Gwen.

-Hay cosas que en realidad no saben tan bien como las pintan en “los cuentos”-dijo con un tono de voz ronco que dejó a Gwen balbuceando incoherencias antes de ser besado y sentir el dulce y mentolado sabor en sus labios. En eso, Ed abrió con rapidez el lubricante y bañó sus dedos en él a la vez que lo hacía con el exterior de la entrada de Gwen, el menor se estremeció ante el frio líquido y abrió sus ojos como platos al sentir un intromisor haciéndose campo si éxito en su entrada por la tensión que tenía- relájate un poco Gwen, dolerá (…más…) si no te calmas.

El menor asintió intentando respirar profundo al no saber muy bien lo que seguiría. Edward le preparó con tal parsimonia que su miembro dolía mientras simulaba embestidas ya con tres dedos en el interior de Gwen y este gemía con tal cantidad de placer que se aferraba a las sabanas con fuerza. En cuanto el mayor retiró sus dedos, Gwen frunció el ceño y le observó extrañado, esto hasta que Ed tomó su pierna derecha y la ubicó sobre el hombro propio mientras bañaba su miembro en lubricante antes de alinearlo a la entrada del menor y penetrarlo de una sola estocada.

Los ojos de Gwen se bañaron en lágrimas tras el punzante y casi insoportable dolor que le causó la intromisión, respirando entrecortado buscó relajar lo más posible su cuerpo mientras Ed cubría de besos y caricias su pecho. Los minutos pasaron y en un movimiento descuidado del menor, se auto penetró gimiendo ante el extrañamente placentero –si bien aún había cierto escozor- movimiento. Con una sonrisa cargada de lujuria, Ed inició un suave vaivén que si bien le desesperaba, porque no acostumbraba el ir lento, le hacía excitarse más de lo que estaba al oír los dulces sonidos provenientes de los labios de Gwen.

El sudor bañaba los cuerpos de ambos mientras el sonido de las pieles chocando y los gemidos agudos o roncos llenaban la habitación, la irracionalidad estaba por encima de todo, los cuerpos se adaptaban el uno al otro tan bien, que parecían hechos para que esto ocurriese, el frenético compas al que las embestidas iban, más el reciente movimiento de la mano de Ed sobre el miembro del menor fue la causa de la llegada al clímax del ojiazul, quien entre espasmos y gemidos de placer apretaba sus paredes anales en torno al glande de Ed, quien con un gemido ronco se corrió en el interior del chico en una última y profunda  estocada que a ambos hizo gemir de placer.

Las palabras no fueron necesarias cuando ambos chicos enlazaron sus miradas y sonrieron con complicidad, como si hubiese música de fondo terminaron su velada con un buen baño cargado de risas y bromas sin sentido como dos personas del todo ajenas a lo que ocurriese a su alrededor. Durmieron abrazados y rodeados por una burbuja de paz y quietud que les rodeo hasta su regreso a la escuela al siguiente día. 

Notas finales:

bien.... les gustó?

en serio intenté dar una perspectiva mas rosa del lemon pero npi de si pueda satisfacerles ammmm lo bueno del ultimo lemon es que ese si me gusta sí que solo será pasarlo XDDDDD

bueno pues comenten que con eso me dan animos y pues hasta el proximo cap

se vienen muuuuuchas situasiones que podrian hacerles odiarme o amarme 

que se yo

mis amigas ya no me quieren


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