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Amando a un orgulloso por maraclavijo

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Notas del capitulo:

AMMM VOLVÍ

estoy algo apurada 

disfruten

35. De como… bueno, todos sabíamos que esto pasaría.

Salieron del hotel en silencio, Patrick se mordía el labio nervioso, no tenía idea de que pasaba por la mente del más alto y eso le causaba una desagradable sensación en el estómago. Por su lado Theodore se hacía a la idea de que tenía un deseo posesivo respecto al menor, si bien se negaba a aceptarlo del todo. Con un suspiro buscó despabilarse y sonrió al ver los brillosos ojos del menor observando el firmamento mientras aun su labio era preso de sus dientes dándole un aire de pulcra inocencia añorando ser manchada.

Con despreocupación, Theo se acercó al menor embriagando al ojigris con la mezcla que la colonia que para tal día se había aplicado junto al leve y un tanto amargo olor a alcohol que el tequila bebido con anterioridad le había dejado impregnado en el aliento y la ropa.

-¿Qué tanto piensas?-preguntó curioso al ojigris, Pat le sonrió y dio un suspiro de resignación.

-Nada en particular-dijo cerrando un poco sus ojos mientras la helada brisa nocturna le acariciaba con tal delicadeza que se sentía abrazado y protegido por la misma. Una tenue sonrisa se formó en los labios del mayor, quien con el corazón acelerándose se acercó un poco a Patrick hasta sentir el dulce aliento del mismo chocar contra sus fosas nasales para aspirarlo con deleite, al percatarse de ello, el menor abrió los ojos observando con su semblante serio al mayor, quien no dudó en aprisionar sus labios en un leve rose tan casto como el primer beso de dos niños, llevándolos a ambos a perder el aliento siquiera con haber movido realmente sus labios-¿Qué pretendes?

-ni yo lo sé- rio Theo mientras Pat recibía su alcoholizado aliento con un deje nostálgico al darse cuenta de que las acciones del mayor estaban siendo controladas por la seguridad que cuerdo no tendría.

-Deberíamos volver a la escuela-murmuró distraídamente tiempo antes de sentir las manos del mayor aprisionar su cintura- creo que necesitas bajar el alcohol que no se en que momento bebiste Theodore.

-Me gustaría regresar para otras cosas-rio grave el mayor subiendo una de sus manos hasta el rostro de Patrick y acariciando su mejilla con parsimoniosa ternura, el menor sintió un nudo en el estómago, más incapaz de razonar al 100% asintió rogando por no crearse falsas expectativas con palabras que juraba el otro no le diría en todos sus sentidos.

***

Una vez cerrada la puerta de la habitación ambos chicos se observaron en silencio, Theodore se acercó primero y capturó la cintura de Patrick con una de sus manos mientras con la otra le tomaba por la nuca para entonces unir sus labios en un electrificante y ansiado beso que a ambos hizo suspirar con una sonrisa. Los dientes de Theodore aprisionaron con crueldad el labio inferior de Patrick estirándolo hasta oír gemir al de aliento dulce, quien al no saber realmente qué hacer con sus manos, las llevó al cabello del más alto, enredando entonces sus dedos en el castaño pelo mientras dejaba que el otro invadiese su boca con su cálida lengua que con ferocidad recorrió cada milímetro de la entregada cavidad. En algún momento del todo irrelevante para ambos, cayeron en la cama aun devorándose los labios con frenesí mientras como curiosas por hallar un mundo nuevo, sus manos se acariciaban con lentitud sobre la ropa, como conociendo el cuerpo del otro por primera vez, como sabiendo que esto era una pequeña fantasía encerrada en una delicada burbuja de jabón que en cualquier momento podría estallar rompiendo lo fantasioso del momento.

Los labios de Theodore se encaminaron en busca de nuevo territorio, marcando entonces el níveo cuello del menor, quien jadeaba y suspiraba ante las sensaciones. Con lentitud Theo bajó hasta las marcadas clavículas del menor, lamiéndolas como un caramelo, como el caramelo que la totalidad de Patrick le apetecía. Con total inconciencia de lo que hacían, ambos empezaron a crear un suave vaivén con sus caderas que les hacía gruñir y gemir quedo al sentir como sus deseosas entrepiernas se encontraban a pesar de tantas telas impidiendo un íntimo contacto.

Con movimientos danzarines a los ojos de Patrick, Theodore se desnudó de la cintura para arriba mientras  se observaban en silencio, sabiendo sin haberlo premeditado que cualquier palabra arruinaría la situación que pendía de un hilo. Sus labios se encontraron de nuevo y  sin apuros, Theodore fue desvistiendo al menor, admirando cada milímetro de su perlada piel, la cual se erizaba con cada pequeño roce que sus manos le propinase. Sin siquiera mirar, abrió el cajón de su mesa de noche mientras con picardía sonreía acariciando el despierto miembro de Patrick por encima de la ropa interior del mismo, del cajón sacó un pequeño pote de aceite corporal, que supuso serviría de lubricante.

Patrick sintió como fue despojado de su última prenda y tembló a la expectativa de lo que siguiese, por su parte, Theodore abrió el pequeño tarro luego de acomodar la espalda baja de Patrick sobre una almohada para tener mejor vista de su entrada, aquella seductora cavidad rosada que con ansias deseaba penetrar. Luego de observar la zona por un momento, derramó cierta cantidad del frio liquido en sus dedos y otro poco en la entrada del menor para tiempo seguido acercar su mano e internar uno de sus dedos en el estrecho lugar, haciendo entonces que el más bajo soltase un exclamación de sorpresa antes de empezar a respirar pesadamente mientras el mayor hacia movimientos circulares en su entrada buscando dilatarla para internar un segundo y paulatinamente tercer dedo.

Una vez sus tres dígitos estuvieron dentro, se quedó observando a Patrick mientras los movía, lo observó fascinado, las mejillas del ojigris estaban enrojecidas, sus ojos cerrados y su labio inferior apresado por sus dientes ocultando de a poco los agudos gemidos que su garganta emitía, también se fijó en su perlada piel, bañada por una delgadísima capa de sudor que hacia brillar al chico mientras se removía y erizaba de placer ante las simuladas penetraciones que Theodore le daba con sus dedos.

Tomando una bocanada de aire mientras sonreía, Theodore retiró sus dedos del preparado interior y acarició su falo un poco luego de regar sobre él otro poco del frio líquido que por lubricante usaba. Viendo a Patrick a los ojos acarició su rostro con una mano mientras de rodillas se internaba lenta y tortuosamente para ambos en el interior del chico, quien respirando con dificultad se aferró a la espalda del mayor rasguñando toda la extensión mientras buscaba por todos los medios relajarse un poco y no dejar escapar aquellas lágrimas que se avecinaron a sus ojos tras el extremo dolor de sentir el miembro del otro en su interior.

Una sensación placentera se apoderó de su cuerpo cuando Theodore inició el lento vaivén con sus caderas, podía ver estrellas tras sus parpados mientras el mayor le penetraba a la vez que besaba y marcaba su piel como propia encima de las marcas hechas con anterioridad, las llamas que avivaban el momento en el trayecto de sus pieles siendo acariciadas y marcadas por el otro, los gemidos sin frenesí de Patrick se ahogaban en mordiscos y besos a la piel de Theodore, el amor de uno y la lujuria del otro eran una mezcla excitante al momento de cada penetración, los segundos se hicieron cortos y los momentos de placer se alargaron cuando ambos totalmente acompasados llegaron a su clímax gimiendo el nombre del otro con voz ronca y un deseo anhelante de los labios del otro que los llevó a repetir la experiencia hasta después del alba, cuando sus músculos ya pedían a gritos descanso, cuando todo el cuento erótico de aquella noche se acabó con un confuso desenlace.

                              

***

Cuando el ojigris despertó, descubrió que el sol ya se ocultaba según la imagen que tenía de él a través de la ventana, alarmado buscó con la mirada el reloj que había en la mesa de noche junto a la cama de Theo, este marcaba las 06:30pm.

Todo el tema de tiempo perdido pasó a segundo plano cuando se topó con uno de esos carritos de rodachines que había en la cafetería, este cargando con seis bandejas repletas de cupcakes, chocolates, gelatinas y otras comidas dulces aún más empalagosas. Con la ilusión  brillando en sus ojos, hizo el ademan de sentarse para poder acercar el carrito un poco más a la cama, lo que no tuvo previsto fue el fortísimo dolor que punzó con crueldad en su espalda baja en cuanto quiso moverse un poco, momentos después, un agudo chillido de dolor se escapó de sus labios mientras con la mayor delicadeza posible se ubicaba bocabajo  para tiempo seguido –y tras más de seis intentos- acercar el carrito hacia la cama para poder engullir con emoción la gran variedad de dulces.

 

 

***

Theodore no apareció por la habitación hasta bien entrada la noche, cuando ya se sentía del todo alerta y preparado para decir lo que estuvo pensando desde que despertó y encontró el delicado cuerpo de Patrick yaciendo junto a él, con la respiración lenta y la piel del todo marcada con pequeños circulitos rojizos o morados, había tenido sexo con el menor predijo en ese momento aterrado, esto lo confirmó al descubrir los cuerpos de ambos y encontrarse con que estaban desnudos además de marcados el uno por el otro. A su mente no llegaba ninguna información posterior a cuando se besaron frente al hotel, esto ignorando las sensaciones aun persistentes en sus sentidos que le hacían saber que la noche pasada tuvo el mejor sexo de su vida.

Conteniendo la respiración, dirigió lentamente su mirada hacia su cama, en ella Pat le observaba con el ceño fruncido y rodeado de envoltorios de los dulces que él mismo le había llevado  horas antes cuando aún dormía.

-¿P… Por qué aun no te has levanto?- preguntó aun haciendo contacto visual con el menor, quien estiró un poco su labio inferior antes de suspirar y poner cara de póker.

-Porque no puedo-respondió sonrojándose un poco, Theodore frunció el ceño y miró al suelo respirando profundo.

-Lamento lo ocurr…

-No hables! Por favor!-interrumpió Pat con suplica, no deseaba que su pequeño recuerdo atrapado en una burbuja se viera estropeado por lo que presentía Theodore le diría, más este estaba decidido y nada le haría dar marcha atrás en su resolución.

-Lamento lo ocurrido Patrick- dijo con voz firme pero sin mirar al ojigris- no sé de qué forma cruzamos una línea tan importante pero…

-DEJA DE HABLAR!- dijo Patrick cubriendo sus oídos, una sensación de opresión en el pecho hizo a Theodore perder la calma por un momento, más ignorándolo bajo cualquier medio, se acercó a Patrick tomando sus manos con una propia y subiendo su barbilla con la otra para observarlo.

-No puedo verme en un futuro de “amistad” contigo habiendo cruzado una línea tan grande Pat, en verdad no tengo maneras de dejar pasar o de aceptar lo que ocurrió anoche, lo siento Patrick.

Dicho aquello Theodore se alejó del chico y salió de la habitación para finalmente alejarse de las instalaciones de la escuela y gritar buscando liberarse un poco de la persistente sensación de dolor que se adueñaba de su pecho como resultado de cada pequeño avance en una farsa de amistad que había creado con el chico, tomando aire se dirigió a las instalaciones del consejo directivo de la escuela, necesitaba urgentemente un cambio de habitación lo más antes posible.

Por su lado Patrick observaba la puerta aun procesando lo que Theodore le dijo, aun comprendiendo lo que por tanto tiempo estuvo evitando, sintiendo como todo su interior se destruía con rapidez a la vez que sus emociones salían a flote y las lágrimas se escapaban de sus ojos aumentando el sufrimiento que sentía, haciendo que dolorosas emociones nuevas y viejas lo atormentaran en su incesante dolor.

Notas finales:

no me maten

esto me costó escribirlo mucho :/

hasta la proxima .-.

dejenme opiniones y amenazas de muerte(?)


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