37 Porque tiene que haber más próximos encuentros.
Era lunes, Patrick sólo pudo dormir la noche del sábado puesto que en la pasada sus pesadillas regresaron, lo que le hizo regresar a los medicamentos mientras observó a la nada durante toda la noche.
Al salir de su habitación se encontró con Edward, quien lo saludó con una sonrisa que en vano buscaba ocultar su extrema preocupación por el ojigris, Pat le hizo un gesto con la mano en tono de saludo.
-Estas muy delgado-lo reprendió el rubio sin poder evitarlo, Pat se alzó de hombros restándole importancia mientras abría un empaque de gomas azucaradas y se llenaba la boca con ellas.
-No tenía hambre, no vi necesario comer mucho-respondió luego de tragar lo que antes llenaba su boca, Ed rio al percatarse del extraño pero reconfortante mejor estado de su amigo- Ed, quiero helado y galletas…
-Yo me encargo-Sonrió el rubio tomando a Pat del brazo y arrastrándolo a la cafetería. Sin que el ojigris lo notara, Ed se la pasó con sus sentidos alerta con el fin de no encontrarse con Theo.
***
Una vez en clases Pat se encontraba en su asiento de siempre mirando con nostalgia el asiento vacío junto al propio puesto que, si bien Theo no podía cambiarse de clase para seguir evitándolo, si podía conseguir otro asiento cambiando de lugar con algún compañero, lo cual consiguió persuadiendo a una de sus compañeras quien aparentemente idolatraba a Patrick.
El maestro de inglés ingresó al aula con su típica faceta de frialdad frente a los estudiantes, la clase dio inicio y Pat se concentró del todo a lo que su maestro decía tomando en cuenta el hecho de que de esta clase no podía huir en un momento de crisis como hacía normalmente en las otras.
-So, if all you do this…
La voz del maestro se vio interrumpida en cuanto la puerta del aula se abrió de par en par, Patrick supuso erróneamente sería su compañera de puesto quien recién llegaba, pero valla sorpresa la que se llevó al ver como el rostro de su maestro se iluminaba con una sonrisa alegre, en seguida fijó su atención en quien aquellas reacciones podía causar en el docente, sus ojos se abrieron bastante repentinamente a la vez que su rostro se tornaba rojo ante la persona allí postrada. Nadie en el aula –a excepción de un incrédulo Theodore- notó la exagerada reacción de Patrick, esto debido a que toda la atención estaba en Adrian, el más joven maestro de música en la escuela. El maestro sonrió con suficiencia tras escanear rápidamente el aula y toparse con el sorprendido rostro de Patrick.
-¿Puedo robarte a uno de tus estudiantes?-le sonrió al maestro de inglés.
-Claro que puedes-rio el otro sin notar el terror que causó su risa ante sus alumnos, quienes le veían como una roca sin sentimientos tomando en cuenta su aparente odio a todo y todos.
-Pat! Trae tus cosas y vamos-sonrió eufórico al chico, este asintió en silencio y con parsimonia se dirigió a la puerta del aula mientras sentía todas las miradas en su espalda, en especial la de Theo, quien a diferencia de lo que pensaba Patrick, le observaba celoso de lo que ese maestro y el pudiesen tener. Con un suspiro de cansancio Pat le sonrió al maestro, quien le devolvió la sonrisa-Enviaré la notificación al director a la hora del almuerzo.
Luego de aquello Patrick y él salieron del aula caminando en silencio por el pasillo.
-¿Te sorprendió que sea un maestro? A que si- sonrió Adrian con emoción mal contenida, Patrick sonrió con una débil sonrisa de nerviosismo y Adrian desordenó su cabello.
-¿Para qué me necesita?-preguntó el ojigris serio mientras sacaba una barra de chocolate de su mochila parta tiempo seguido abrirla, más cuando estaba a punto de comer el primer trozo, el mayor agarró confianzudo su mano y dio el primer mordisco él. Pat lo miró en estado de shock, absolutamente nadie había tenido la osadía de robarle de sus golosinas, en especial de su chocolate ¡NADIE!
-Amo esa marca-murmuró el maestro luego de haber tragado el pedazo.
-P… Pero era mío!-dijo Pat mirándolo aun impactado con el semblante de un niño pequeño a punto de echarse a llorar.
-No seas una nena Patrick-rio el maestro-ahora a lo que venimos, si mal no recuerdo, no estas en ningún club ¿verdad?-Pat negó mientras se comía su chocolate enfurruñado- Entonces está decidido, entraras al de música y seré tu tutor.
-Me niego- dijo ipso facto el menor.
-Esto es más por ti que por mí, o tal vez un poco de ambos pero eso no entra al caso-sonrió el mayor con aires de sabiduría-sé con solo verte que te cuesta mucho enfrentar las cosas del pasado y también las del presente Pat, sé también que se te dificulta expresar lo que sientes por más fuerte, hermoso o doloroso que sea, la música es una cura para personas que no pueden ser libres, si me lo permites te enseñaré a librarte de las horribles ataduras que te mantienen tras una muralla de vidrio irrompible, no te pediré que hagas presentaciones o que compongas para un público si eso es lo que te molesta, eso se dará en el futuro, cuando puedas valerte por ti mismo sin depender de nadie, ¿qué dices Pat?
El menor lo meditó un buen rato, Adrian irradiaba un aura cálida y pacífica con la que se sentía a gusto, respecto a la ayuda, en verdad estaría agradecido más que todo al tomar en cuenta que muy pocas personas pensaban en extenderle una mano desde que su personalidad se tornó en lo que era ahora. El único punto que le aterraba, era en efecto estar frente a más miradas que la de personas como Adrian, Edward, Noah o incluso Theodore, puesto que con ellos se sentía confiado –aunque el primero fuera tan nuevo en su vida-. Con un suspiro quedo, miró al mayor a los ojos con total seriedad.
-¿S… Seguro de que sólo seremos tú y yo?-preguntó titubeando un poco.
-Lo prometo Pat-dijo el mayor solemne.
-D… De acuerdo…
En cuanto esas palabras escaparon de sus labios, Patrick se vio a sí mismo arrastrado por Adrian recorriendo toda la escuela en lo que el maestro hacia oficial su ingreso al club de música. Cuando todo aquello terminó se dirigieron a una de las aulas de música y se internaron en ella.
-¿Qué instrumentos tocas además del piano Pat?-preguntó Adrian alegre.
-El violín y… sé algo de técnica vocal-respondió el chico sonrojándose un poco.
-¿Te sabes la letra de Amazing Grace*?-preguntó el maestro mientras se acercaba al piano que allí había, Patrick negó-¿Ave María*?-el menor asintió y el maestro sonrió ubicándose frente al piano listo para tocar- C-A-N-T-A-L-A A-H-O-R-A!.
Dicho aquello empezó a tocar la melodía y a lo único a lo que Pat le atinó fue a empezar a cantar. Mientras aquello ocurría, Derek y Fred, los amigos de Theodore, se dirigían al aula en que Pat y Adrian se hallaban en busca de algunas cosas por las que el maestro de hora les había mandado, más en cuanto oyeron la melodiosa voz de Patrick se quedaron petrificados por un momento antes de asomar sus cabezas por la entre abierta puerta del aula de la cual provenía la música y por tanto observar en primera fila el arranque de emoción de Adrian, quien atrajo a Patrick hacia su regazo y le abrazo con cariño en cuanto finalizó la melodía.
-¡Eres el mejor!-exclamó sonriendo, Pat sintió la emoción de un niño al ser premiado recorrer su cuerpo y también se abrazó al maestro con una sonrisa de orgullo.
Los dos chicos de la puerta se miraron pálidos y boquiabiertos antes de salir a correr en busca de Theodore con una película completa de una supuesta relación entre Adrian y Patrick llenando sus mentes.