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Amando a un orgulloso por maraclavijo

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Notas del capitulo:

aquí la segunda actualización del dia, si no leyeron la anterior pues lean el anterior(?) :)

disfruten!

41. Manchas de tinta.

Los últimos días habían sido especialmente tranquilos, la ansiedad y las fobias de Patrick habían  sido apaciguadas por la terapia musical de la cual había sido participe desde que aceptó la propuesta de Adrian, la incertidumbre de sus compañeros respecto a su relación con el maestro ya iba en segundo plano al conocerse ahora como historia vieja.

El 18 de noviembre en la mañana,  Amanda estaba radiante colada en la mesa que el maestro compartía con Patrick, Edward y los otros. La razón era el hecho de que era su cumpleaños y una de sus amigas estaba enferma y las otras asistiéndola, en pocas palabras se hallaba sola aunque conociera al 90% de los presentes en la cafetería.

-Pat, no dejes a un lado la verdura-regañó el maestro a su estudiante mientras este ponía mala cara y comía las pequeñas zanahorias frunciendo el ceño.

Edward por su lado les observaba con un semblante neutral, aun se sentía inconforme con el hecho de que Pat se hubiese hecho tan cercano a un maestro, más que todo éste en especial, de quien había oído bastantes historias de su antiguo lugar de trabajo.

Gwen por su parte observaba al rubio con temor, debía contarle lo de su prometida pero no tenía el valor, menos sabiendo que él no era lo suficiente importante para Edward.

En otro mundo, Luka y Anthony seguían en su burbuja hablando de lo que harían en la noche, el fin de semana o lo que ya habían hecho.

Patrick se sentía tranquilo, no había tenido pesadillas ni un día más después de tomar la costumbre de pasar buena parte del día con Adrian. De algún modo, ver a Theo no le estaba afectando tanto ahora, si bien se sentía dolido y en las ocasiones en que sus miradas se cruzaban, su pecho se contraía y sudaba frío.

-Pat-dijo Amanda llamando la atención del mayor, quien de nuevo había apartado las sobras de zanahoria con el fin de no comerlas, con un asentimiento centró  su atención en la rubia-¿Qué harás para tu cumpleaños?

Silencio.

El cumpleaños del ojigris era un tabú para los que realmente lo conocían, y bueno, el único allí que lo conocía era Ed.

-¿Qué es lo que le dio a tu amiga Amy? -preguntó el rubio luego de carraspear, la rubia lo observó desconcertada al igual que el resto de personas en la mesa, exceptuando a Pat, quien parecía tener problemas en la piel de su antebrazo izquierdo porque lo rasguñaba sin descanso aunque la sangre ya amenazaba con salir de su delicada piel.

-Cosas de chicas-sonrió la menor mientras Ed golpeaba la mano de Pat para que dejara de auto flagelarse, la primera persona en captar el mensaje fue Adrian, quien al notar lo que ocurría entre Pat y Ed,  intervino.

-Pat, vamos al salón de música, hay algunas cosas que me interesa discutir-le sonrió al menor, éste en seguida le observó algo pálido y con rostro de pánico, el maestro lo ayudó a ponerse en pie y le abrazó por el hombro con un solo brazo buscando reconfortarlo aun sin tener clara la razón del problema.

Una vez fuera de la cafetería, el semblante de Ed se ensombreció mientras apretando los puños sobre la mesa y mordiendo su mejilla interna buscaba tranquilizarse.

-Amanda-dijo observando con la misma expresión a la rubia, ésta no dijo nada pero asintió en signo de atención -el cumpleaños de Patrick no se celebrará, no debe ser nombrado y mucho menos cerca de él, eso también va para todos.

-Pero ¿Por q... -Amanda fue interrumpida.

-No es de tu incumbencia, sólo ténganlo claro-habló dominante el rubio-pronto vendrá Noah... espero solucione algo, por mi parte espero que no hablen de esto ni hagan preguntas.

Luego de decir aquello, Edward abandonó la mesa aunque su comida no estaba terminada, quienes aún estaban allí, se miraron entre sí sin tener una respuesta clara.

-Tiene que ver con el secuestro-habló temeroso Gwen, él escuchó sobre el tema recién llegó al internado pero aun lo recordaba bien. El resto de personas en la mesa lo observaron con los ojos muy abiertos mientras sacaban sus propias conclusiones.

.

.

.

Theo fue un espectador en primera fila de lo que ocurría, con una excusa vaga y sin pensarlo mucho siguió al maestro y a su ex compañero de cuarto, la curiosidad y preocupación por lo que le ocurría al más bajo lo tenían en alerta máxima, ya en más de una ocasión se había pillado a sí mismo siguiendo al chico con la mirada o espiando disimuladamente sus conversaciones con cualquier persona.

No es como si tuviera ganas de retractarse de lo que le dijo al chico, siendo honesto, aunque le dolió decirlo y realmente tuvo bastante coraje para hacerlo, también tenía sus propias razones, mas familiares que personales pero a fin de cuentas eran totalmente válidas.

Sin acercarse mucho, siguió la ruta del maestro y el estudiante en silencio, estos salieron de la cafetería y se ubicaron en unas bancas apartadas, cercanas a una pequeña agrupación de árboles, en donde Theo encontró un escondite perfecto para verles y oírles sin que ellos se percatasen de su presencia.

-¿Estas bien? -preguntó el maestro sin entrar en detalles de cualquier cosa que le hiciese daño a Pat, el menor negó, no se sentía para nada bien, su piel pálida se veía manchada por recuerdos que fueron impresos en ella y lo único que deseaba era arrancar esas manchas, esas pesadillas adheridas como un tatuaje a su piel-¿Quieres contármelo?  O...

Las lágrimas del menor bajaron silenciosas por sus mejillas y como si fuese un niño, extendió sus brazos hacia Adrian, quien entre sorprendido y enternecido le abrazó protectoramente, pensando lo peor respecto a lo que el menor pudiese haber vivido.

-Tengo miedo-balbuceo Pat entre sollozos, los temblores de su cuerpo se apaciguaban rápidamente entre los brazos de su maestro, se sentía protegido, se sentía más querido que en casa.

-¿De qué? -Preguntó Adrian en seguida, Pat se mordió el labio y Theo le observó expectante.

-La mujer-murmuró el menor dejando a los otros dos fuera de base ¿qué mujer?, una risa leve salió de los labios del ojigris-lo siento, 'la mujer' es alguien que nunca se borrará de mi memoria, ella... me alejó de casa cuando era pequeño-comenzó Pat sin entrar en detalles-es su culpa que no pueda dormir en las noches, que repudie el color blanco, que el olor a flores me paralice y que la sangre me haga vomitar o sentirme ahogado...

El maestro suspiró y abrazó de nuevo a Pat.

-debo hacer una llamada ¿puedes esperar por mí un momento? -Preguntó el mayor mientras consentía a su estudiante detrás de las orejas, Theo frunció el ceño y apretó los puños por tal familiaridad entre ellos, esto tenía que ser demandable o algo por el estilo ¿no?

-Vale-asintió Pat, el maestro sonrió y se alejó de él con su teléfono móvil en mano, semblante serio y un número de teléfono ya memorizado.

Por su parte, Patrick subió sus piernas a la banca y las abrazó pensativo, aunque desde años pasados el pensar o hablar de su cumpleaños le causase terror, quería que este año fuera diferente, aunque nadie lo supiera, ya hace un tiempo soñaba con ser despertado con un gran pastel, dulces de su preferencia y muchos regalos coloridos; no verse obligado a pasar todo el día con Noah, encerrado en su habitación, con un relajante muscular en cada cosa que comía.

Bien, esos si eran recuerdos deprimentes que lo hacían querer llorar de impotencia por los malos tiempos durante su cumpleaños.

Paseó su mirada por los árboles que le cubrían de miradas curiosas, primero observó las copas, por allí la luz se filtraba de tal forma que al bajar la mirada se encontró con puntos verdes en su campo de visión.

Por su parte, Theodore dejó de respirar en el momento en que Pat dirigió su mirar al lugar exacto en que él se hallaba. No lo había visto ¿o sí?

Una maldita rama quebrándose lo delató, ¿cómo no se percató de que estaba bajo sus pies? En lo que Theodore maldecía aquel trozo de madera seco, Patrick se acercó a él con sigilo, inicialmente no tenía idea alguna de quien era pero al encontrarse con aquellos ojos verdes su cuerpo se paralizo, ambos palidecieron y como en una escena cliché, el viento revolcó los cabellos de ambos.

El primero en hablar fue Theo.

-Lo siento, no debería estar aquí -dijo tras carraspear, sin mucho ánimo se puso en pie y tras sacudir un poco su pantalón, observó una vez más al estático menor y empezó a caminar perezosamente dispuesto a alejarse.

-Theodore... -murmuró Patrick tomando al mayor de un brazo, el mayor cerró los ojos suspirando y volvió a mirar a Patrick, quien se mordía el labio debatiéndose entre lo que tenía pensado o no hacer-a...  ayúdame a salir de aquí el 28.

El mayor frunció el ceño en confusión, Patrick suspiró.

-No será necesario que me acompañes, solo… ayúdame a huir ese día por favor-rogó el menor con la angustia marcada en sus ojos.

-¿No deberías pedírselo a otra persona Patrick?-preguntó el castaño serio, Patrick negó.

-Ellos no lo harían, ¡por favor!-pidió de nuevo.

-Bien-aceptó Theo- pero no te dejaré sólo, no me das la suficiente confianza.

El menor asintió sonriendo con emoción mal contenida.

-Gracias Theo-agradeció de corazón.

¿Qué era lo importante de ese día?

Notas finales:

no se cuando será mi proximo dia de actualizar pero me comprometo a que no pasen mas de dos semanas por actu ;)

espero sus opiniones, ideas o lo que sea que les de por decirme

hasta la proxima


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