44. Plan de huída.
En efecto, Noah decidió dormir en la habitación de Patrick durante esos días de estadía, junto con ello llegaron demasiados cambios en la escuela que nadie pasó por alto. Primero, el apego instantaneo que tomó Pat a su teléfono, se pudo excusar con su 'situación' y fiebre por cierto juego. Segundo, Edward se mantenía demasiado serio, pasaba mucho tiempo perdido en sus pensamientos y ya había dejado totalmente de lado a Gwen al estar tan metido en su preocupación por Patrick. Tercero, el pequeño peli negro se encerró en una barrera de hierro, no hablaba con nadie (ni con Luka) y empezó a pasar el tiempo libre fuera de la escuela o mensajeandose con Charlie. Cuarto, Amanda habia dejado de pasar el tiempo con los chicos, su cabello iba mas corto y a causa de la ruptura del noviazgo de su hermana se la pasaban juntas. Para finalizar, el quinto cambio fue el drastico e inesperado mal humor con el que se veía a Adrian de un día para otro, algunos estudiantes incluso podían afirmar haberlo oido discutir casi a gritos histéricos con Noah sobre aquel maestro de inglés que tan famoso se hizo en poco tiempo. Todo esto sin contar que de un momento a otro, el consejo estudiantil hubo comenzado a reunir a los jefes de dormitorios por primera vez el martes 25 para discutir algunos terminos respecto a sus papeles y obligaciones, ignorados desde que fueron anunciados sus títulos.
Ese mismo día, al ser tan larga la reunión, la gente allí congregada se dispersó a eso de las once menos veinte de la noche. Patrick y Theo aprovecharon para salir y discutir ya cara a cara la situación del escape. Se dirigieron a unas bancas alejadas de cualquier edificio y suspiraron sentandose en ellas, el frío de la temporada les calaba los huesos sin piedad y ambos suspiraron con resignación.
-Bien, tomando en cuenta que tu primo le tiene ganas al de inglés -habló Theo con desinterés, Pat se estremeció -tenemos por seguro que el lunes estará con él en nuestro primer bloque de clases. Propongo que te enfermes ese día Patrick.
-¿Qué? -exclamó el menor en confusión, las enfermedades no se controlaban. Theo soltó una risita y suspiró.
-Finge que te duele el estómago o que te sientes mal, pidele permiso al profesor para ir a la enfermería, ve a tu habitación, toma la billetera y la maleta, o lo que sea que quieras llevar-explicó el castaño.
-oh! -exclamó el ojigris con emoción -¿y tú?
-No entraré a clases, me inventaré algo mañana para que me dejen permanecer en mi habitación el jueves.
-hmmm... ¿cómo haremos para salir? Necesitamos una excusa firmada por el director y nuestros padres.
Theo sonrió.
-¿Sabes trepar? -Patrick se escandalizó y Theo no pudo evitar echarse a reir-es broma es broma, hay otra "salida".
No muy convencido con la última parte, Pat decidió aceptar el plan de Theo, porque sinceramente, tampoco había otro.
Una vez en su habitación, suspiró tranquilo al encontrar a su primo ya dormido, sacó una pequeña caja de su armario y de esta extrajo una gruesa cartuchera rectangular de tela negra, sin hacer mucho ruido liberó el contenido de ésta y se dedicó a hacer cuentas.
Allí tenía más de cinco mil francos sin contar el dinero en su tarjeta débito, con una sonrisa volvió a guardar sus ahorros y junto con algunos caramelos, su pasaporte, una muda de ropa y un celular que también estaba en la caja, se dispuso a embutirlo todo en una maleta que paulatinamente escondió bajo la cama.
Al día siguiente, Theo salió a mitad del segundo bloque de clases a causa de un severo dolor de cabeza que supuestamente tenía y que además lo tenía con un zumbido terrible. Nadie se fijó en que fuera cierto o no, recibió una nota en enfermería para fallar hasta el viernes.
Patrick disimuló una sonrisa traviesa cuando recibió el mensaje de Theo, al terminar la clase salió del aula con la mirada fija de Ed en él, un tanto extrañado se acercó a él y parandose de puntitas acercó su dedo índice al entrecejo de su amigo buscando que dejara de fruncir el ceño.
-¿Qué ocurre? -preguntó viéndolo a los ojos, el rubio se alejó de él y se cruzó de brazos.
-Te vez bastante tranquilo Pat-habló mientras emprendían su marcha a la cafetería.
-Por qué lo... -Patrick se cortó en su respuesta al recordar, se mordió el labio inferior y se adelantó un poco de su amigo-no es nada, sólo me he distraído bien...
-No te creo-hablo Edward en tono autoritario cuando salieron del edificio de aulas-jurame que no harás ninguna estupidez Patrick.
-¿De qué hablas? -preguntó el menor con el ceño fruncido aun sin ver a su amigo a la cara.
-Escapar, por ejemplo-se mofó su amigo sin ganas, ambos sabían perfectamente lo problemático que podía ser el que Pat estuviera fuera de su habitación durante este tiempo, esto tomando en cuenta la crisis nerviosa que tuvo el menor hace aproximadamente siete años cuando intentaron celebrar su cumpleaños en un restaurante.
-¿Y cómo podría hacerlo Edward?-espetó ojigris con una sonrisa de fastidio, el rubio suspiró e igualó su paso.
-Por favor Patrick, no vallas a empezar-razonó el más alto mientras se adentraban en la cafetería -sabes por qué lo hacen...
-No Edward no lo sé -argumentó Patrick deteniendose, nadie les prestaba atención y Edward rogó por que siguiera así. El mas bajo tenía una expresión de dolor que dejó helado al rubio-¿sabes lo que se siente estar preso en una habitación, con drogas que te hacen recordar a la perfección lo que ocurrió esa vez? NO EDWARD, NO LO SABES! no tienes ni la más mínima idea porque no te pasa a tí. Ni siquiera la vez en que me llevaron al restaurante iba en todos mis sentidos, esa es la razón de lo que ocurrió allí. Deja de inmiscuirte en esto, no estoy haciendo absolutamente nada en lo que debas meterte ¿entiendes? Mejor preocupate por tu ex prometido a quien le jodiste el corazón igual o más que Theo a mí.
Edward se puso pálido, el peli negro no había pasado por su mente en ningún momento y la culpa empezó a tragarselo. Patrick se rio de lo patético que podia lucir el rubio.
-eres un imbécil -murmuró mirando a otro sitio.
Sin ganas de estar allí, el menor salió directo al edificio de dormitorios y se encerró en su cuarto, a los diez minutos de estar mirando al techo mientras comía galletas su teléfono móvil vibró sacandolo de sus cavilaciones.
De: Theo.
¿Estás bien? Mis amigos me contaron que te vieron peleando con Edward en la cafetería.
Una sonrisa de emoción curvó los labios del menor mientras sus mejillas se coloreaban.
De: Patrick
Si, no es nada. Sólo discutíamos por una trivialidad =.=
Desde su habitación, Theo sonrió a la pantalla y suspiró.
De Theo:
¿Ya tienes todo listo?
De Patrick:
Sí.
***
Esa noche Pat no pudo dormir, no por pesadillas o cosas malas, simplemente la emoción lo tuvo con los ojos de par en par mientras una sonrisa de picardía lo insitaba a pensar en que ocurriría al otro día.