46. Feliz Cumpleaños und Ich liebe dich
El primero en despertar fue Theodore, se sentía agotado de todas formas y por ello, al asegurarse de que Patrick seguía entre sus brazos, se acomodó mejor y volvió a dormirse mientras con deleite aspiraba el tan extrañado y delicioso olor dulce que Patrick tenía adherido a todo su ser.
fue a las diez de la mañana cuando el par de chicos decidieron que era hora de levantarse. Tenían hambre.
Theodore no deseaba ser imprudente con la situasión que presenció en la noche, por ello no hizo comentarios al respecto. Patrick se sintió más relajado ante la falta de curiosidad del mayor.
-¿Qué quieres desayunar?-preguntó Theo una vez ambos se pararon de la cama. Tenían hambre.
-No lo sé-respondió Patrick mientras abría su maleta y sacaba un chocolate de ella, Theo se mantuvo observandolo en silencio, Patrick le sostuvo la mirada un momento y tras abrir su chocolate se mordió el labio. Partió dos hileras de 4 cuadros de la barra y se las tendió al más alto-para tí.
Un sonrojo de vergüenza cubría las mejillas del chico, Theo abrió los ojos con sorpresa y sonrió con calidez. Aceptó el trozo y lo comió en silencio mientras observaba con indudable interés las delicadas y casi imperceptibles caras de gusto que ponía Patrick degustando cada trozo. No se había percatado de ello antes.
Ambos salieron de la habitación con los abrigos que habían comprado el día anterior, les fue fácil encontrar un local del gusto de ambos, llegaron a un pintoresco café, allí Theo decidió pedir un café con crema junto a una tarta de manzana. Patrick un agua aromática de frutas junto a un pastel de chocolate.
Ambos chicos degustaron su desayuno con gusto, intercambiaron una que otra palabra, rieron un poco y al terminar de comer y paulatinamente pagar, salieron a dar un paseo a pesar de la leve llovizna que hacía oscuras las botas de sus pantalones.
Ambos eran ajenos a lo que pudiese ocurrir en el internado.
***
-¡ME TIENEN QUE ESTAR JODIENDO!-gritaba el rubio enfurecido.
En ese momento se hallaban siete personas en la habitación de Patrick, entre ellos estaban Fred, Derek y el pequeño niño que compartía cuarto con Theodore, un tal Franz.
-Respira un momento Theodore-suspiró con voz demandante y agotada Noah, el menor le observó con rabia impregnada en sus facciones. ¿cómo esperaba el otro que se calmara si tanto su amigo como Moore habían desaparecido el día anterior sin dejar huella?
-Yo no sé nada dejenme ir-chilló asustado el pequeño de once años a punto de llorar, Adrian se acercó al menor y le abrazó por el hombro buscando reconfortale. Los amigos de Theo se miraron entre sí.
-nosotros tampoco-puntualizó Derek.
-Theo ya no nos quiere.
-Es un traicionero.
-Total.
-mejor lloremos.
Gwen observaba la escena divertido, para él el par de amigos de Theo eran teatro en vivo, ambos con toda su "heterosexualidad" podían protagonizar una comedia empalagosa en donde era extraño ver a uno sin el otro, todo un espectáculo. Edward se sentía exasperado e impotente, su enojo iba en aumento a causa de ese par de idiotas que Theodore-estúpido-secuestrador-Moore tenía por amigos.
-Necesito que sean francos y me digan si hubo algún conportamiento raro en Moore, cualquier cosa-intervino Noah suspirando mientras buscaba mantener la calma. El par de amigos se miraron entre sí cómo buscando respuestas en el otro, Fred se recostó en las piernas de Derek y observó el techo mientras subía desvergonzadamente sus pies a la cama.
-Ha estado bastante pegado a su teléfono durante todos los ratos que pasamos juntos-murmuró el chico rascando la barbilla de su mejor amigo, Derek suspiró asintiendo.
-Desde que Rockbell se hizo tan amigo del de música Theo se mantuvo de mal humor y bastante cerrado a nosotros-agregó Derek, el resto de personas en la habitación los observaban con incomodidad. Si bien la información era valiosa, era imposible ignorar la relajada posición de ambos chicos.
-Y... yo vi a Theo alistar una maleta en el transcurso de la semana-murmuró el más chico de la habitación, Adrian le sonrió comprensivo invitandolo a continuar-lo extraño sería que la maleta sigue en la habitación.
-Bien, podemos asumir que están juntos, el problema es saber a donde fueron-suspiró Noah-las tarjetas de Pat estan aquí junto al efectivo que el tio Horace le envía cada mes.
-Patrick tiene dinero propio-gruñó Edward. Noah y Adrian le observaron en alerta- desde que tengoo memoria, él roba información por pedido, no se cual es su cuenta ni en que banco está pero sé que tiene dinero, mucho.
Un teléfono resonó en la habitación y Gwen supo era el suyo. Era una llamada de Charlie, sonrió a la pantalla y le colgó a la chica para responderle con mensajes de texto.
-Estamos en algo importante aquí-le riñó Edward, Gwen alzó una ceja observando con irritación al mayor a sabiendas de que era el centro de atención.
-Algo en lo que yo no tengo nada que ver Folks ¿me equivoco?-dijo el pelinegro con el mismo gesto en su rostro junto a una sonrisa retadora.
Nadie dijo nada y el menor negó con la cabeza mientras salía de la habitación marcando el número de Charlie.
-A que no adivinas quien está en Italia-contestó la chica tras el primer tono, Gwen rio ante la excitación en la voz de la chica.
-Nop no lo adivino Charlie-se burló el chico alejandose por el pasillo. la mirada impresionada de Edward lo persiguió hasta que desapareció escaleras abajo.
Tiene a otro-pensó el mayor palideciendo, sacudiendo un poco su cabeza decidió más prudente preocuparse por Patrick y dejar lo de Gwen para después. Primero estaban las prioridades.
***
-Hemos hablado de esto toda la semana Theo! -puntualizó la chica al teléfono, el menor se mordía el labio. Aun no se sentía realmente preparado para lo que quería hacer.
-¿Y si espero más Samantha?-preguntó acobardado. -Por dios! Se hombre por una vez carajo! -le hablo irritada la chica-ya he arreglado muchisimas cosas deade aquí! Ni papá ni mamá tienen la mente cerrada! Está bien que tú más que todo te acostumbres a dejar los prejuicios también, principalmente basadonos en el tipo de persona que te gusta.
-Pero no es normal! Es antinatural demonios! -se quejó el chico ya echandose para atrás.
-¿Desde cuando amar es antinatural? -lo cuestionó la chica-deja esta estúpida discusión de lo que ds natural y lo que no zanjada y arregla todo lo que arruinaste en su relación hasta ahora! Compra un pastel y hazle mimos porque según internet hoy es su cumpleaños número 16.
z99;Y no me jodas más! Tengo mucho trabajo en este momento como para seguir haciendote de psicóloga.
-Bien... -en cuanto Theo respondió, la chica colgó. Era hora de hacer bien las cosas. Su indecisión lo había retrasado mucho en aceptar lo que realmente le importaba.
***
-¿Tendrás una sesión de fotos aquí en Italia?-preguntó la chica emocionada, Patrick rio incómodo ante la situación. En lo que Theo había desaparecido porque tenía una llamada que atender, él había sido emboscado por un trío de chicas que lo atacaron con grititos fastidiosos y preguntas incómodas sobre su carrera de modelo, lo peor de todo era que las estúpidas procuraban hablarle en un alemán tan terrible que era poco o nada lo que podía entenderles, es que ¿se hacían llamar sus fans sin saber que él hablaba italiano?. de pronto, una chica de menor edad a las que lo acosaban se acercó a él y sin dejarlo reaccionar lo tomó de la mano echando a correr para rapidamente perder de vista a las chicas que poco a poco habían ido llegando a sofocar al ojigris.
-No hay recompensa por mi ni traigo dinero-fue lo primero que atinó a decir el chico. La menor lo observó confundida para luego echarse a reir.
-Me pidieron que te alejarra de ahí y lo hice Rockbell-respondió la chica en italiano, el chico frunció el ceño y la castaña suspiró mientras marcaba un número en su teléfono-habla con Gwen, veré que no nos hallan seguido.
Patrick recibió el teléfono confuso y acabó preso de una charla y regaño por parte del pelinegro, quien a final de cuentas prometió no decir él en donde estaba.
Cuando la llamada finalizó el chico le devolvió el teléfono a la menor, quien aun miraba a lado y lado en el café en que lo ocultó.
-Gracias…-habló el chico, la menor sonrió alzando los hombros con desinterés-su prometida ¿eh?
El chico aún tenía su máscara emocional puesta pero de todas formas no pensaba dejarla de lado, era mas sencillo hablar con externos de esa forma.
La menor se sonrojó furiosamente, el tema de su compromiso le era incómodo en todos los sentidos y para Patrick no fue difícil deducirlo. El bolsillo de Patrick vibró rompiendo el incómodo silencio, el ojigris se percató de que se había olvidado de Theo.
-Tengo que irme, muchas gracias por la ayuda Charlotte-sonrió amable Patrick, la chica quedó embelesada en aquella bella sonrisa y asintió por inercia.
Patrick le envió un mensaje a Theo con el fin de poner un punto de encuentro para ambos.
***
Eran las seis de la tarde cuando los chicos se internaron de nuevo en la habitación del hostal, llevaban comida chatarra por montones y unas cuantas películas. También, Theo llevaba una caja que Patrick había querido abrir desde que se encontraron pero el mayor se negó a ello en todo momento.
-Ve a bañarte Patrick, yo me encargaré de ordenar todo esto-habló Theo respetuoso, el más bajo asintió y tras sacar unas viejas prendas de su maleta, se adentró en el baño para darse una ducha. Duró diez minutos bajo el agua y siete vistiendose y secando su cabello. Cuando salió de la habitación, las luces estaban apagadas y las cortinas cerradas, poco o nada era lo que veía frente a él.
-¿Theo? -preguntó dudoso, un sonido parecido a un crack lo dejó helado antes de ver como dieciseis velas se prendian frente a él sobre un hermoso pastel.
-Sorpresa! -susurró Theo siendo iluminado a medias por la luz de las velas-feliz cumpleaños Patrick.
Los ojos de Patrick se abrieron como platos y sus labios se movían en busca de pronunciar algo, cualquier cosa. Las lágrimas recorrieron sus mejillas y Theo se alertó, dejó el pastel sobre la mesa y antes de poder cumplir otra acción, fue apresado por los brazos del más bajo. Patrick lloraba de felicidad, su pecho se sentía cálido y las imagenes que lo hubieron distraido durante el día, se esfumaron.
-Gracias-susurró el menor aún abrazado a Theo-gracias.
Una y mil veces repitió la misma palabra hasta que sus lágrimas de felicidad se secaron, Theo no entendía la causa de tanta emoción en el menor pero igual correspondía el abrazo mientras susurraba palabras consoladoras a la par que acariciaba el cabello de Patrick.
-Pide un deseo y apaga las velas Pat-dijo cuando sintió que el otro se hallaba más tranquilo, el chico lo miró y asintió sonriente. Se giró hacia la mesa donde se hallaba su pastel y sintió como Theo rodeaba su cintura protectoramente por la espalda. Luego de pensar en su deseo, aún con la sonrisa en sus labios, apagó las velas y se sumió en una profunda oscuridad junto al chico que lo abrazaba por detras.
-¿Qué pediste? -susurró Theo en su oido, Patrick tembló al sentir aquella voz grave y los labios de quien la profería pegados a su oreja.
-Si lo digo no se cumplirá -balbuceó Patrick disfrutando el leve tacto de los labios en su oreja.
-Tal vez soy yo el que deba cumplirlo-contestó Theo mordiendo el lóbulo de la oreja de Pat-si no me lo dices no se cumplirá...
-Regalame más sorpresas de cumpleaños como éste por favor-dejó escapar el mas bajo en un suspiro mientras se encendían sus mejillas y la sonrisa de felicidad se instalaba de nuevo en su rostro.
-Asi será -fue la respuesta-por ahora... sigamos disfrutando de este día...
Theo sonrió enternecido y delicadamente comenzó a besar el cuello de Patrick, hoy no había alcohol en su sistema y tampoco un deseo lujurioso dominandolo. Hoy, tras haber hablado con unas cuantas personas, había aclarado muchas cosas que tenían que ver profundamente con sus sentimientos. Quería ser delicado con Patrick, quería demostrarle cuanto había hecho en él desde que se dieron la oportunidad de conocerse y así transmitirle todas esas emociones que ya le eran imposibles de negar.
Sin desespero se desprendieron poco a poco de sus vestuarios, primero fue la camisa de Patrick, luego la de Theo, ambos habían conectado sus labios en un lento y temeroso beso, los dos sentían que cualquier movimiento brusco acabaría con la fantasía y por ello no afanaron el momento.
Cuando ambos cuerpos se hallaron desnudos, Theodore se encontró a si mismo sobre Patrick, en una de las camas. Estirando su mano derecha, alcanzó la mesita de noche y encendió la lampara de lectura que allí se ubicaba. Con esa tenue luz fue capaz de admirar la imágen mas perfecta que sus ojos podían regalarle. La pálida piel de Patrick parecía brillar como si el chico fuese algún ser superior a él, sus mejillas sonrojadas y aquellos ojos grises que le observaban con tanto amor y agradecimiento lo dejaron sin aire, ¿Patrick siempre expresaba aquello al mirarlo? Con una mano, acarició delicadamente la mejilla del ojigris. Tiernamente acercó sus labios a los del otro y le besó con parsimonia. A pesar de que casi un mes atrás habían tenido sexo, esto se sentía completamente diferente, era como si ambos fueran primerizos, como si en su burbuja temporal ambos hubieran renacido para con inocentes movimiento tener su primera vez.
Theo desplazó sus besos hacia la barbilla de Patrick, bajó lentamente y besó cada diminuto lunar o peca que halló en su recorrido hacia los pezones del chico.
Primero besó el izquierdo, lamió con ímpetu y se deleitó con los gritos ahogados que emitía Patrick cuando sus dientes aprisionaban el botón rosa. Luego de atender ambos pezones, continuó con su recorrido de besos por el estómago del más bajo. Los vellos que cubrian la piel del chico se hallaban erizados y su piel aún más sensible de lo normal. Cuando Theo llegó al semi erecto miembro del otro, dudó un poco antes de internarlo en su boca. Más cuando lo apresó con su cavidad bucal y oyó el sorprendido y avergonzado gemido de Patrick, dejó atrás cualquier duda respecto a lo que hacía. Recorrió el glande con parsimonia, los enloquecidos gemidos de Pat lo impulsaban a seguir lamiendo la longitud y succionar la punta, fue eterno y a la vez efímero el tiempo que duró aquella felación, Patrick se corrió fuera de la boca de Theodore y fue aquella sustancia que liberó, la que Theo usó inicialmente para preparar su entrada. Sin ganas de querer lastimar al otro, Theodore se alejó de él un poco y consiguió encontrar un pote de aceite corporal en los cajones de la mesa de noche. Se llenó los dedos del elemento y preparó al ojigris con parsimonia, lo observó en todo momento, no quería perderse ninguna expresión o movimiento del chico que se derretia en gemidos bajo su tacto. Quería memorizar todo de aquel cuerpo tan puro.
Cuando sus tres dedos en el interior de Pat parecieron no satisfacer del todo al cumpleañero, sonrió y besó sus labios, se ubicó entre las piernas de chico y lentamente empujó su falo en la entrada de Patrick. Ambos conectaron su mirada y se sonrieron con complicidad.
-¿Puedo... asumir que esto no es un sueño? -preguntó Patrick entre suspiros, Theo aún no se movía en su interior y lo agradecía-¿que mañana... o incluso cuando volvamos al internado seguirá sin serlo?
Theodore se mordió el labio y besó la nariz de Patrick.
-puedes hacerlo-habló cauteloso, esta era su verdadera desición de no retorno-no te pediré que lo olvides o que lo niegues, afrontaré lo que he hecho de nosotros.
Las lágrimas se escaparon por los ojos de Patrick justo antes de ser besado por Theodore. Las caderas del más alto empezaron a crear un leve vaivén que poco a poco fue marcando un ritmo más exigente, ambos chicos se dejaban llevar por el placer y una emoción profunda que los seducía con una calidez inmensa que se instaló en el pecho de ambos. Los sonidos humedos de sus cuerpos al chocar mezclados con los gemidos de ambos los mantuvieron en el éxtasis por un buen rato, para cuando llegó el clímax ambos se sintieron satisfechos, sabían bien que sus cuerpos podían aguantar muchas más rondas pero sentían una paz tan profunda invadiendolos que decidieron mas prudente bañarse juntos, haciendose leves insinuaciones y riendo por todo, una vez vestidos encendieron las luces y degustaron el pastel de cumpleaños de Patrick junto a un par de hamburguesas. Cuando terminaron se durmieron juntos en la cama contraria a la de su previo encuentro sexual.
Esa noche Patrick soñó con un viejo recuerdo de su infancia. En él era su cumpleaños número cuatro, no era muy social en esa época pero le bastaba y sobraba con sus cuatro hermanos. Los cinco pequeños se hallaban en una sala de estar enorme, había una mujer y un hombre que los analizaban detalladamente, las y los gemelos se veían cohibidos pero Patrick no, él sentía una extrema curiosidad por la pareja frente a él y por ello mismo, se alejó del mueble en donde estaban sus hermanos y se acercó a la pareja con los ojos radiantes de curiosidad.
-¿Deseas algo? -preguntó el hombre con su semblante frío, por esa época a Patrick le daba flojera hablar y por ello estiró sus brazos al hombre, este acentuó su ceño fruncido y le dio un vistazo rápido a su mujer, ésta le picó el brazo y el hombre se dignó a cargar al niño. Pat acercó sus manos al rostro del hombre, frunció el ceño y pegó su frente a la del hombre. Oyó una risita que probablemente provenía de la mujer.
-Tu cabello es raro-murmuró el niño serio, una sonrisa curvó sus labios y el hombre quedó totalmente desconcertado-tienes que ser el abuelo, el papá de papá. ¿lo eres? Aunque haces una cara laaaarga como si estuvieras enojado pero en serio eres igualitico a papi!
El hombre abrió sus ojos con sorpresa y una sonora carcajada resenó en la estancia, su mujer recibió al niño aun entre risas y el hombre suspiró pasando una mano por todo su rostro en signo de exasperación.
-Eres igual a tu padre pequeño Pat-sonrió la mujer con cariño, el menor sonrió con entusiasmo y la mujer le acarició la mejilla-lamentamos no haber acortado la distancia con tus padres hasta hoy, habría sido hermoso estar presentes en el nacimiento y cumpleaños de todos ustedes...
-Pero hoy están aquí! Y hasta ahora cumplo cuatro años-habló eufórico el niño-mis hermanas y hermanos tienen cinco y dos! Aun podemos celebrar muchos cumpleaños con los abuelos. Y eso sera un placer para todos o por lo menos para mí!
El hombre se acercó a su mujer y le sonrió al niño con un deje de incomodidad. Patrick tenía los ojos brillantes y una sonrisa que desbordaba emoción.
Ese día, fue el mejor cumpleaños de su vida, a pesar de la desconfianza de sus hermanos hacia los abuelos, él a su corta edad podía asegurar que eran buenas personas. Era uno de sus más bellos recuerdos, uno de muchos otros en que esa pareja se hallaba, comprendiendolo y apoyandolo. Fue así como el menor descubrió, de forma casi instantánea que su alma y su forma de pensar se asemejaban más al linaje Birdwhistle.
Gracias a ese cumpleaños conoció a muchas personas, su primo Noah era la más importante de ellas.
Despertar con una sonrisa el 29 de noviembre era algo que no ocurría desde aquella remota época en que era un alegre niño. Disfrutó de observar a Theo hasta que éste despertó y le sonrió incómodo y avergonzado.
-Hay algunas personas que quieren conocerte hoy-murmuró Theodore antes de bostezar y levantarse de la cama para desperezarse.
-Bien-sonrió Pat-entonces dejemos a las que yo te quiero presentar para mañana.
Theo asintió y acercandose al ojigris, quien estaba sentado en la cama, susurro:-te quiero... perdón por tardar tanto.
Luego de eso corrió al baño. Ambos tenian sus corazones latiendo como locos y la cara como un tomate. Ninguno se esperaba esas palabras. Ninguno.