Klaus estaba buscando sus dagas para mantenerlas a salvo de su hermana y evitar que ella las oculte. Se inclino a buscarlas debajo del ataúd en el cual las había ocultado, pero ya no estaban. Al parecer ya las habían encontrado. Enfadado se levanto de golpe, pero cuando lo hizo sufrió un dolor muscular muy fuerte que le costo levantarse, justo en la zona lumbar posterior y recordó que hace varias semanas atrás en una batalla contra las brujas estas le lanzaron un hechizo para que no pudiera sanar sus heridas, el cual no hizo mucho efecto pero aun así, siente molestias al lastimarse. No pudo levantarse completamente y camino hasta la cocina como pudo, al llegar se recostó en la mesada e intento enderezarse, pero fue en vano.
Justo en ese momento se oyó la puerta de ingreso, unas pisadas acercándose a donde el estaba y una voz llamando a Rebekah, al parecer Marcel entraba en su casa como si fuera la propia.
-Rebekah...- decía Marcel repetidas veces, aunque pareciera que no estaba en casa, por lo que decidió irse dándose la media vuelta.
-Marcel!- llamo Klaus desde la cocina. El aludido acudió al instante regresándose, sin embargo jamas imagino verlo de esa forma. Klaus estaba de espalda a la mesada sujetándose la cadera con una mano y respirando entrecortadamente por el dolor.
-Klaus, pero que diablos te paso?- dijo Marcel con una sonrisa socarrona en su rostro al ver a su arrogante amigo tan... vulnerable? Si eso era.
-En vez de quedarte mirándome... ayúdame- dijo Klaus enojado al ver que su amigo se burlaba sutilmente de él.
-Si, lo siento- dijo Marcel y camino hacia el, tomando su brazo derecho pasándolo por su cuello y posando su otra mano en su cintura para llevarlo a su cuarto- Como fue que quedaste así?- le pregunto subiendo las escaleras lentamente.
-…l hechizo que me lanzaron las brujas para debilitar mi sanacion rápida tuvo un efecto mas suave...- dijo Klaus con poco animo- Puedo curarme, pero aun siento el dolor cuando me lastimo...
-Y que hiciste recién para dañarte?- le pregunto Marcel interesado en las acciones suicidas de su amigo.
-Me incline a buscar algo... y al levantarme, sentí una punzada en la cadera- le respondió Klaus al llegar a su cuarto. Se tiro en la cama agotado por el esfuerzo de subir la escalera herido.
-....- Marcel no pudo decir nada, lo que sucedió después lo dejo sin palabras. Klaus estaba en la cama boca abajo, agitado y liberando suaves quejidos de dolor al tocarse la cadera en la parte de la columna. Una vaga y perversa idea surco su mente, aunque al percatarse de lo que pensaba sacudió su cabeza e iba a retirarse para aliviar su mente. Pero no pudo.
-Marcel...- lo llamo Klaus y el nombrado se dio la vuelta. Klaus estaba de espaldas a él pero lo miraba girando su cabeza- Gracias... por ayudarme- Marcel estaba como idiota, Klaus le había agradecido y encima estaba tan indefenso en ese estado... o no, su retorcida mente otra vez.
-No fue nada, Klaus...- le respondió Marcel pensativo- Podría darte un masaje para que se te alivie el dolor, quieres?- dijo recalcando sus palabras en su mente y maldiciéndose a si mismo, por semejante estupidez. Sin embargo, por alguna razón estaba ansioso caminando hacia el.
-Hum... eso seria raro...- dijo Klaus sacándolo de sus cavilaciones- Pero si me calma... si, hazlo- dijo finalmente sin remordimientos a lo que Marcel se acerco, se poso de rodillas en la cama sobre Klaus sin tocarlo, levanto su camiseta y comenzó suavemente.
-Tus manos, están heladas- le dijo Klaus al sentirlo tocar su piel- ...Se siente bien...- dijo cerrando sus ojos, provocando un cosquilleo en Marcel con esa frase.
-Si...- dijo Marcel sin aliento, se sentía maravilloso el tocar a Klaus. Su piel era suave y caliente, su cuerpo era tan fácil de dominar desde ese ángulo.
-Ha... sigue así... ha...- decía Klaus extasiado con esas caricias que calmaban su dolor. Mientras que Marcel estaba cada vez mas alterado, al parecer Klaus no lo notaba pero... gemía cuando le gustaban los masajes- Haaa..... mas, Marcel.... haaaa...
-“Ay, por dios. Deja de gemir, me calientas”- pensaba Marcel, tocándolo con mas fuerza. Ya no controlaba su propio cuerpo tampoco, se dejo caer sentado sobre las nalgas de Klaus, tal parece que no le molestaba. Las caricias se volvían mas fuertes, mas rápidas, mas arriba?- “No nota, que subí las manos... Ha, que hermosa piel, es mas tentadora que la de Rebekah...”
-Haaa... ahí, ahí... no pares.... haaa- dijo Klaus al sentir que Marcel toco ese punto que mas le molestaba, pero que calmaba. En tanto, Marcel estaba mas ardiente que nunca. Su cuerpo temblaba, quería mas... por lo que empezó a simular embestidas suaves apoyando su miembro vestido sobre Klaus. Este sin darse cuenta, comenzó a gemir mas fuerte, arrugando entre sus dedos las sabanas con cada movimiento que daba Marcel. Y este no soporto mas.
-Ha... Klaus.... perdóname por esto...- dijo Marcel realmente excitado, dándolo vuelta, viendo a un Klaus con ojos brillantes, quizás por el placer que recibía. Y sin pensarlo dos veces, se lanzo a devorar sus labios en un beso hambriento del que no pudo escapar, pasando su lengua explorando toda la cavidad. Pasaron unos minutos infinitos, hasta que Klaus reacciono golpeándolo. El golpe lo lanzo lejos pero tardo tanto en levantarse de la cama, que eso fue aprovechado por un excitando Marcel que lo aprisiono contra la pared volviendo a devorar sus labios y tocando todo el cuerpo de su víctima con desesperación. La mente de Klaus le indicaba que todo esto estaba mal, que debía detenerse... pero por dios!!! Jamas se había sentido así, no quería parar. Cediendo ante el placer, paso sus brazos alrededor de su cuello intentado quitarle la ropa. Marcel sonriendo de manera sutil ante su inminente victoria, dejo caer su chaqueta y se quito la camiseta quedando semidesnudo retomando al instante el beso, no quería perder esa oportunidad, las sensaciones eran demasiado intensas como para detenerse ahora. Sintió las manos de Klaus en su espalda, en sus brazos, en su pecho y estomago tocándolo con deseo, haciendo hervir mas si es posible. Volvió a tumbarlo sobre la cama posicionandose sobre el, apretando sus cuerpos, quitándose la ropa poco a poco hasta quedar completamente desnudos. No había pudor, no había miedo, no había remordimientos... solo era deseo, placer, carne y sudor.
Debajo de las sabanas, las mano subían y bajaban, los besos uno mas asfixiantes que el anterior, subiendo la temperatura del ambiente a cada minuto. Marcel metió un dedo en el interior de Klaus mientras besaba, mordía, lamía su cuello llevándolo a otro universo. Metió el segundo sintiendo su espalda rasgarse con las uñas de su amante. Metió el tercero ansioso por el gran final, al percibir que las piernas de Klaus se enredaban en sus caderas, y al sacarlo se acomodo entre ellas.
Había dolor, había placer pero mas que nada había pasión... Lentamente comenzó a moverse sujetándose de la cabecera de la cama. No quería ser suave, quería partirlo a la mitad, que lo recuerde por el resto de su vida por ello se agarro de allí, para moverse con mas ímpetu. Pasaron tan solo unos minutos para que se acomodara y Marcel se sentía en el cielo. Eso gemidos, esos gritos, esas caricias y esa manera de moverse al sentir un orgasmo, lo volvieron loco en solo un segundo. Klaus era fatal en la cama. Pudo dominarlo por primera vez en su vida y realmente se sentía maravillado. Finalmente lo tomo de las caderas, se irguió para verlo mejor y aumento la velocidad y la fuerza a una sobrenatural. La cama crujía a cada movimiento, Klaus gritaba por mas, le decía su nombre con una voz tan sensual que lo hacia temblar, si embargo podía adivinarlo. Su final estaba cerca, no lo deseaba. Quería tenerlo un poco mas, saborear ese éxtasis un rato mas... pero su cuerpo no se lo permitió. Tomo el miembro de Klaus entre sus manos y empezó a estimularlo mientras el acelero el ritmo, hasta que sintió su semilla al contraerse las paredes de su amante cuando este soltó su esencia.
El cansancio se hizo presente, Marcel abandono el lugar que tan cálido se sentía y cayo rendido a un lado de Klaus, el cual lo miraba de reojo, normalizando su respiración.
-No le diré a nadie lo que paso aquí...- dijo Marcel serio mirándolo, quedando de frente a el- Lo juro...
-....- Klaus no dijo nada, no podía decirlo. Estaba avergonzado, su protegido, aquel que el mismo crío... lo había tomado en su propia casa y le fascino...
-…stas bien?- le cuestiono Marcel, al verlo pensativo y dudoso- Acaso fui... tan malo?- le interrogo inseguro.
-Estoy bien... no es nada- dijo Klaus finalmente. Dejando a su compañero aun con la intriga de la segunda pregunta- Fue... increíble...- aclaro en un hilo de voz.
-En serio?- volvió a preguntar Marcel, con una enorme sonrisa en su rostro.
-No te tienes confianza, acaso?- soltó Klaus agresivo, viendo extenderse la sonrisa de su amigo.
-Desde ahora si...- afirmo Marcel, notando la incomodidad de Klaus- Nunca me olvidare de lo que paso hoy...- comenzó a hablar bajo la atenta mirada de él- Las sensaciones que viví, lo sonidos mas excitantes que escuche, las imágenes mas estimulantes que pude ver... ha, son cosas que nadie borrara de mi mente y de las cuales tu eres el culpable- declaro Marcel a cm de los labios del otro.
-Eres un idiota...- afirmo Klaus besándolo nuevamente con deseo, pero esta vez con ternura incluida- Quiero mas...- dijo volviéndolo a besar, acto que Marcel no pensaba rechazar y liberando una risita triunfadora lo volvió mas salvaje.
Entre los pensamientos de Marcel, no sabe si es amor, si es locura, pasión o deseos prohibidos lo que lo impulsaron a seguir, pero en algo es completamente honesto, la noche de sexo... aun no termina e incluso quizás se repita varias veces. Aunque con mucho gusto... aceptaría.
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