"Encuentros"
La primera vez que se encontraron fue en los vestidores públicos del balneario, mientras Kibum decidía si ponerse el bañador gris o el blanco, dejando que el chico que abrió la puerta inesperadamente admirara su desnudez de pies a cabeza.
Lo único que pudo hacer para no verse como una doncella a punto de ser violada, fue exhibirse más, como si tuviera esa experiencia de no pudor frente a segundos ojos, lo cual le ganó algunos puntos de agrado en la mente de su agresor.
El moreno de ojos redondos esbozó una sonrisa pícara, haciendo como si nada cuando sintió el bulto en su bermuda. Kibum lo miró juntó todas sus fuerzas para no huir o chillar como una niña que apenas conocía el mundo.
-Las he visto más grandes –atacó directo en el ego del moreno, cuando en realidad, era virgen hasta la punta de su rubio cabello, y luchaba con todas sus fuerzas para no ruborizarse.
-Y yo he visto cuerpos más formados –contraatacó coqueto y socarrón – pero hay algo en tu silueta que me pone y mucho, precioso. –bandido y sutil. Así era Kim “sin rodeos” Jonghyun.
El querer acercarse fue como si sus cuerpos pidieran desesperadamente esa unión, que pareciera estuvieron esperando por bastante tiempo.
-Kim Jonghyun. –le mostró la sonrisa verdadera, esa que usaba cuando de verdad se sentía atraído por algún chico. –porque sí, Jonghyun era gay desde el momento en que su mejor amigo le besó por error y él quiso probar solo un poco más -.
-Kim Kibum; mi sobrenombre te lo diré en el momento en que decida que tus besos son los mejores que he probado – juraba que internamente se encontraba totalmente ruborizado. ¿Y si al chico se le ocurría besarle de lengua? ¿Cómo diablos correspondería un beso así cuando, en su vida había besado de esa manera?
Jonghyun no perdió el tiempo en intentar persuadirlo; simplemente le tomó de la cintura descubierta y juntó sus labios en un simple –y perfecto – beso de apenas 2 segundos, con todo y el típico chasquido.
-Me dicen Key. –porque no iba a mentir. Su primer beso había sido el mejor de todos.
-Para mí serás Bum. Todos te dicen así, yo quiero llamarte de una manera especial.
-¿Y qué tal “amor de mi vida”? -susurró Kibum queriendo más del contacto con sus labios.
-Cuando me des un sí, te diré de todas las buenas maneras posibles.
El encuentro fue tonto, quizá infantil, pero lo cierto era que ninguno pudo negar que había sido lo que tanto habían esperado. Salieron tomados de la mano, instantes después de que Kibum terminara de vestirse y rogarle que por favor olvidara su cuerpo desnudo, porque no había sido correcto.
“¿Cómo puedes pedirle a una persona que se olvide de lo más perfecto que sus ojos han visto?”
Respondió directo, besando su pequeña nariz.
Sonrieron ambos en el borde de la piscina, sin darse cuenta de que sus cuerpos habían eliminado la distancia, y que, ese calorcito no era culpa del sol ni de las miles de personas que iban tratando de aniquilar el estrés, se trataba de ellos, tratando de matar las ansias de conocerse más a fondo, y no de manera personal sino, en la cama.