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One Shot- One KEY por xxDeiChAnXDD

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Notas del capitulo:

hola bonit@s lectores 

No han sabido de mi por mucho tiempo,  he estado ausente y dejé en stand by algunos FF :( lo siento. he tratado de continuarlos pero cada vez que ocurre se me pasa otra historia por la cabeza y termino escribiendo cortos como este.

hoy les traigo este one shot, un poco diferente al primero. en este lugar ire publicando One Shot de Key, este es Jongkey espero les guste y los disfruten.

Me sentía tan solo que ni la compañía del cigarro me satisfacía . Era  ese tipo de soledad maldita en donde solo quieres perderte en la nada,  pero la nada se niega a tragarte vivo, no había nadie a mi lado... No necesitaba a nadie a mi lado.

 

Me había convertido en el ermitaño que aprendió de sus errores como la gente normal lo hacia. La persona que debió  sentir para comprender que no había razón para seguir sintiendo y después de estar completamente lleno no quiso seguir lamentándose,  se había alimentado lo suficiente como para vivir lo que le restaba de  vida. Comprendió que después de tanto festín ya no necesitaba amar igual. Comprendió también, que en solitario se pierde menos y se gana mas, que las luciérnagas mueren y su luz aunque bella muere cuando ellas lo hacen, que  las rosas solo florecen una sola vez… que no se vuelve un capullo  por mas que lo desees,  que lo mejor era  seguir a la muerte con su destino.

 

 

 

¿Cómo podía ocultar estos terribles pensamientos que habitaban en mi  desequilibrado ser? Y ahí estaba, respondiéndome. La prepotente indiferencia que fiel a la causa cumple su propósito hasta el final.  

 

 

“Esto quema, esto arde.”  

 

 

Esto podría acabar mal pero no puedo parar.

 

 

Era un estado catastrófico el que vivía, peor que el dolor de garganta  después de vaciar todo el contenido gástrico y a la vez el dolor era placentero. Me hacia sentir vivo aunque todo a mi alrededor parezca muerto, aunque todo a mi alrededor me haya abandonado…así  vivía.

 

 

Una mañana con una sonrisa forzada al mundo e  inversa  ante mi reflejo en el espejo,  tan doble cara;   una noche con un licor a solas y al día siguiente una migraña inmune a pastillas pero que cede con placebos, que cede ante un mensaje de texto, uno de esa persona tan voluble que lo cambia todo… preguntándome si iré o no.  Y dentro de mi mente se acierta  una mentira  de irresponsable respuesta.

 

No comprendo como él obtiene todo a su libre albedrio.  

 

 

Bajo los estragos de la música al máximo volumen, unos cuerpos danzando en alegría, unos besos furtivos  que pretenden perderse al amanecer y unas caricias que ilusas  aprovechan el tiempo en el que el cuerpo humano se alquila por placer y orgasmos, porque sabe que cuando  todo se ilumine, aquella ardiente compañía se irá como quien no quiere la cosa y al final terminarás más solo de lo que llegaste.

 

 

Mirando a todas esas personas fundidas en su mundo. Me pregunto a mi mismo “¿para qué coño vine? ¿Qué hago aquí pretendiendo ser una persona normal?”   De esas que fuman y se emborrachan, de esas que tienen sexo por satisfacción y se drogan con opioides o con las mismas feromonas de una bella dama....  

 

¡Yo no era así!  a mi no me iban esas cosas.  Me quedé Pensando mientras bebía el cuarto vaso de licor servido en la barra, y después de beberlo, le sonreí a una chica que esta a mi lado. Ella me sonrío primero. Todo hubiese sido perfecto, si al frente de ella no hubiese un sujeto  arrinconándola contra la pared. Es hermosa, pero su belleza es barata y eso le quita el encanto de imaginarla sobre mis labios.

 

Me paré de aquella barra con unos ocho tragos encima, licores  de mezclas desconocidas. Caminé sobre  la pista musical, Persiguiendo una figura que  se me hacia familiar, entre los recién llegados.

 

-¿Has tomado?- me pregunta. Regañándome. Ahora es un habito mío el beber aunque  la verdad no me guste  ni un poco lo que hago.

 

-Te has demorado-  le respondo enojado.

 

-Me atrase arreglándome, lo siento, ya me conoces – me regala un guiño travieso mientras toma  mi mano  -¿Cómo me veo?- me pregunta.

 

-Igual que siempre, solo que esta vez cargas un poco de maquillaje de payaso sobre tu cara- digo la verdad y él se ofende. Como siempre lo hace cuando le digo la verdad.  

 

-Eres un cruel Jonghyun-  Estoy en un lugar de mierda por él ¿y me dice cruel a mi? .

 

 Pero yo se que  este payaso te gusta- Miras, sonríes, y botas toda mi mierda de comentario a la basura. Esto esta mal.

 

Vivía en un amor indigno, de esos que juegan a matar y matan sin jugar. ¡Debía reaccionar!

 

-No soy cruel. Solo digo lo que pienso- él no suelta mi mano, pretende no escucharme y me guía hasta su mesa reservada.

 

-¿Por qué no fuiste a la mesa? ahí están los demás invitados- cambió el tema.

 

-No conozco a nadie ¿Quieres más razones?- él hace una mueca con su boca y  me sonríe de nuevo.

 

“Estoy acabado.”

 

-No tienes remedio- se ríe y yo rio junto a él, porque sé que tiene razón, estoy completamente jodido. En la mierda. Y él sigue aquí, sujetándome, intentando salvarme.

 

Ya llego el cumpleañero!- las ovaciones no tardaron en venir. todos se acercaron a Kibum, él era todo lo contrario a mi...

 

El tan alegre, yo tan aburrido.

El tan sociable, yo tan antipático

El tan colorido, yo tan sombrío

El tan popular, yo una mierda mal pisada en el camino

El tan hermoso,  yo... bueno yo solo  era un pobre diablo.

 

 

Y aquí estaba yo, en una discoteca cuya entrada es una  parte importante de mi sueldo.  ¡Todo porque hoy es su cumpleaños!  El día especial de la persona que  efusivamente abraza a todos sus invitados y les regala más de una sonrisa.  En todo este tiempo, él es el único  que ha actuado como el candelabro de mi vida, mi amigo de más confianza. La única familia que no me ha dado la espalda.

 

- ¿y tú  eres…Jonghyun, verdad? ¿Eres el primo de mi Omma, verdad? - se me acercó un muchacho de cabellos castaño. “Es hermoso”. Fue mi primera impresión.

 

-Eso depende de quien sea tu Omma- le respondí con normalidad.

 

-Mi Omma es el chico más lindo, alegre, rubio y el cumpleañero de esta noche- decía con un brillo peculiar en su mirada, uno de admiración, como quien tiene al frente a la máxima expresión de modelo a seguir.

 

-¿Kibum?- dije mirando en dirección donde el desconocido parlanchín miraba, miraba a Key.

 

-Si. Kibum es mi Omma, mucho gusto. Soy Lee Taemin-  extendió su mano y yo la quede mirando.

 

-¡Oh vaya, si que eres raro! - dijo de la nada y retiró su mano después de que no la correspondiera. No tenia porque hacerlo. Para mi no era un gusto conocerlo  y no había necesidad de presentarme. Él  ya sabia mi nombre.

 

-¿Qué hacen ustedes dos?- y el que mirábamos nos regreso la vista. Kibum se acerco a donde estábamos. Iba a responder  "nada" pero el mocoso se me adelanto.

 

-Omma tienes razón  ¡Tu primo es tan raro! No me correspondió el saludo, es mal educado también- le hacia miles de caras infantiles a Key y estuve a escasos segundos de llamar al guardia de seguridad, para que saque a ese desperfecto de crio, se suponía que aquel antro era para mayores de edad. ¿De verdad ese Taemin era mayor de edad? Porque su actitud daba a notar que tenia la mentalidad de un niño de 5 años y con retraso mental. Eso ya daba mucho que decir.

 

-¡Taemin! Te dije que no moleste a Jonghyun- reprendió Key al infante involucionado y eso me pareció tan aburrido. Una vez más en la noche me pregunté “¿Qué demonios hago yo aquí?”

 

Caminé hacia la salida cuando encontré conveniente irme. Pues en aquel lugar yo no encajaba, mucha felicidad, mucha alegría, era tan hostigante para una persona amargada como yo.

 

-¡Espera, Jonghyun! No te vayas- su brazo sostenía mi muñeca y lo miré. “Gran error.”

 

Siempre que miras a los ojos de  Kibum, terminas haciendo lo que él desee. Él es el rey del mundo cuando te hipnotiza con su mirada y  nadie  tiene  una vacuna o repelente para su hechizo y sus caprichos, ni siquiera un sujeto como yo, que se creía inmune a todo.

 

-Vamos a bailar-  demanda el Rey, y  en un abrir y cerrar de ojos,  ya estaba parado en la pista con  Kibum hecho culebra, por todos esos movimientos rusientes.

 

-No es normal... K-Kibum… Somos dos hombres- le dije en la oreja.

 

- Nadie te mira Jonghyun... Todos están metidos en su mundo, además bailamos juntos en casa ¿Cuál es la diferencia? así que, Muévete Puppy-  él y ese sobrenombre que odiaba.

 

La vertiente sonrisa en mi cara al notarlo junto a mi, hace un bonito disfraz a todo… si a eso si le sumamos esa  abrazadora sonrisa de par en par que solo él pose... sus labios que pronuncia un nombre, Mi nombre. Es entonces  que una mierda se siente como un milagro  recién horneado.

 

 

“Pero, ¿cuando he de comprender que los milagros no son para siempre?.”

 

 

Tenia una cita con la neblina y el helado invierno, con mi abrigo y un par de cigarros mal pagados. No esperaba decepcionarme... estaba seguro que lo haría.

 

 

camine unas cuantas cuadras llenas de pubs y bares, en sus veredas  colosales personas murmuraban entre si, mientras con insinuaciones descardas intentaban colarse en la pieza de alguien. Me coloque mis audífonos  hasta llegar al garaje, la tarifa por todo este tiempo me salió altísima. Juré nunca mas visitar estos lugares repletos de personas de alta alcurnia.

 

 

 

Eran las tres de la madrugada, yo era el único jodido humano rodando por las calles de mi barrio. Llegue a mi casa en tinieblas y sin prender las luces me acosté en la cama. Todo era mejor cuando  uno era ciego de sus actos y simplemente se dejaba llevar por la oscuridad.

 

 

Por alguna razón me había ido de aquel lugar, aparte de sentir que no encajaba, la llegue a pasar bien… a pesar de ser un sitio  dónde  pensé que no duraría ni cinco minutos.

 

 

 

Tal vez  decidí que fue el momento  de irme cuando unas manos envolvieron a mi  pareja de bailé... Enviándola lejos de mi, entre risas y saludos recientes  pase de ser un acompañante a ser un nada.  Risas escandalosas entre ellos y unos meneos de cadera, indicando un baile en dúo. ¡Qué tontería!

Ni si quiera recuerdo que paso después. Simplemente deje que esa escena pasara de mi, porque verla era algo que no quería hacer, y nadie podía obligarme.

 

 

Así es como entierro mi cabeza sobre la dura almohada ortopédica. Ni siquiera puedo  dormir como quiero, por el fastidioso dolor de cuello me obligado a regresar  a la típica posición decúbito  de la cual he sido preso desde los últimos siete años.  Cierro mis ojos sin tener sueño. Muchas personas lo han hecho. El típico invento de dormir cuando padeces de insomnio, es muy cruel, mas si vives solo y lo único de fondo es absolutamente nada. Esto podría volver loco a cualquiera.

 

 

Entre brumas y silencio de repente me encuentro soñando  con un día soleado, caminando en la  playa. Comprando dos helados a un amable caballero que vende  mis favoritos, el de ron-pasas es mío. El de fresa es para aquella persona que esta haciendo dúo a mi sombra. Se lo entrego aunque no puedo ver su cara por completo,  sin embargo su sonrisa es la más perfecta de todas.

 

 

Supuse que estaba aturdido en un sueño profundo. Primero, el sol y yo tenemos un lazo de enemistad desde décadas inmemorables. Segundo, la playa  seria el último lugar al que acudiría… mucha bulla, mucha gente, mucha alegría y mucho mar... Definitivamente mi lugar ideal era una cueva fría en Alaska.  Y tercero, realmente odio los dulces.

 

 

 

-¡Jonghyun!- un manotazo en mi cabeza, intenta levantarme pero me retuerzo en la cama -¡Jonghyun ¿Cómo pudiste irte?!- me volvió a pegar

 

 

- ¿Cómo pudiste irte sin decirme absolutamente nada?- había logrado su objetivo. Me había despertado.

 

Sentado en la cama al frente de  esa criatura ruidosa, mirándolo con cara de "ojala te partiera un rayo en este momento"

 

- ¡No me mires así! ¡estaba tan preocupado!….- sus ojos lucían cristalinos y tenían esas venitas rojas impregnadas en la esclera, como quien quiere llorar y se aguanta de puro macho.

 

-¡No tienes ni una puta idea  por lo que me hiciste pasar!  ¡¿Por qué carajo no tienes el celular prendido?!... ¡Al menos me podías haber avisado que te ibas y me ahorrabas el drama y el taxi! ¡Eres un imbécil!- me decía cuando las palabras le fueron escasas y el aire hizo  intento de asfixiarlo . Y ahí estaban… las lagrimas al rescate.

 

 

-¿Y qué? ¿recién te das cuenta que no estaba?...- ironicé. me paré a su lado  y lo miré.   -Si ya viniste a levantarme, haz algo de desayunar antes de que te vayas-  me dirigí al baño. Era el peor hijo de puta que existía sobre la faz de la tierra.

 

 

 

-¿Eres tarado o qué? ¡Jonghyun, Estuve buscándote por todo el club!  Temí lo peor, y cuando no te encontré quise venir  acá... Pero encontrar un taxi a esta hora es tan inseguro. Tuve que esperar mas de una hora a que el taxista que llamé venga a recogerme…- su voz se hacia mas chillona de lo usual y eso estaba mal. 

 

-Y de paso te veo ahí dormido, tan campante ¡Tú!... Me dan ganas de matarte... ¡Me perdí mi fiesta! - estaba triste.

 

-Yo no te pedí que vinieras, si viniste es asunto tuyo.-

 

-¡Vine porque no sabia donde coño estabas! No tienes como comunicarte con las personas. Ni teléfono, ni celular, ni una pinche computadora y si la tuvieras no tendrías  redes sociales. Eres tan...- sus palabras se quedaron a medias…

 

-¿Antisocial?  ¿Directo?  ¿Un jodido hijo de perra? Si, lo soy. - salí del baño. Miré el reloj de mi velador eran las cinco de la mañana. Aun era temprano y él lucia demacrado.

 

-Es temprano aun- me acosté de nuevo en mi cama y él solo se quedo ahí, parado, mirándome.

 

-¿Cuándo fue que te volviste esto? No eres el Jonghyun que yo conocí- supuse que lloraba porque su voz temblaba.

 

-¿Qué hiciste con él? ¡Devuélvemelo!-  Se sentó en mi cama, a un lado mío. Su petición mas que  una orden, fue como una suplica .

 

 

Abrí los ojos y me senté. Estaba tan cerca de su rostro lloroso que se me apeteció tomarlo entre mis manos. Sequé una lagrima  ladina  que se regaba por su mejilla.

 

 - Esto es lo que hay, no pido que alguien me entienda, de hecho me importa un carajo si alguien lo hace...- dije suavecito.

 

 

 

-Estaba preocupado...- dijo mirándome y me perdí en su avellana mirada. Él era tan contrario a mi, él era expresivo, emotivo, lindo y tenia alma... Sus ojos tenían brillo. Yo era todo lo opaco de su figura. Me sentí en tanta desventaja.

 

 

-¿Quieres cambiarte de ropa? Supongo que dormirás aquí- le dije de la nada y el asintió.

 

-Tomaré una polera y un pantalón del cajón de siempre- avisó e hizo bulla al abrir los cajones, se cambió y al cabo de unos minutos ya estaba a mi lado robándome la sabana.

 

-¡hace frio! ¿Me compartes tu sabana?- Me dijo y yo lo miré incrédulo para luego sonreír con sarcasmo.  “No iba a hacerlo, no iba a compartirla”  me  Acurruque mas entre las sabanas, enrollándome en ellas, pareciendo un abanó mal envuelto entre tantas sabanas.

 

En las noches solía sufrir de insomnio y a causa de esto padecía de estragos emocionales verdaderamente complicados, inclusos tan jodidos que me producían jaqueca. Sin embargo ahora,  aquí, junto a él y su abrazo inocente que me provocaban  mas de mil colapsos emocionales, alcanzé la calma que me hacía fácil la tarea de conciliar el sueño. Era algo incomprensible

 

 

y nos quedamos en nuestro propio mundo, bien abrigados y sin sentir frio.

 

 

 

 

-.-.-.-.-. FLASHBACK .-.-.-.-.-.-

 

-¡Sabes Jonggie, mañana vendrá woonie!-  dijo contento. Aquello activo algo dentro de  mi que no había sentido hace aproximadamente 1 año, 4 meses y 20 días, en los cuales el nombrado había estado ausente.

 

“Y el mañana llego.”

 

-¡Woonie, te eché de menos!-

 

Cuando se encontraron, Kibum lo abrazó con tanto entusiasmo.             En todo ese lapso de tiempo, sentí que salía sobrando. Era un espectador mas que había sido   arrastrado a una obra mundana de la cual no quería ser participé sin embargo, ahí estaba. En el plan de acomedido y buen amigo…  Ser parte del publico tenia sus ventajas, podías ver a tu estrella favorita en plena luz de su magnificencia, aunque probablemente ella no te vea a ti… porque estas lejos de lo que sus reflectores pueden iluminar… y entre acto y acto, su sonrisa relucía más  hermosa que antes mientras  miles de preguntas venían y se iban acompañadas de una respuesta igual de entusiasta por parte de su acompañante.

 

 

Verle sonreír de esa manera, tan plena,  me sacaba una sonrisa.           Una que se borraba al instante de recordar que aquella sonrisa no era mía, verle sonreír sin mi ha sido el mejor desperfectos de todos, incluso  peor que el inventario de fin de mes un lunes por la mañana…Ok, no era el más perfecto para describir mis emociones, solo digamos que era ese tipo de situaciones en donde te sientes mal y ni siquiera sabes porque, solo sabes que te da terror  preguntar ante cualquier incentivo de curiosidad  porque sabes que la verdad podría doler.

 

“La inseguridad destruye”

 

 

Al principio veía la química de ambos como admiración, ese sujeto se había vuelto cercano a mi Key en tan poco tiempo, había alcanzado su total confianza, lo que a mi me había costado años, ahora solo puedo envidiarlo cada vez mas…-“bien Jonghyun, no puedes competir contra eso”…- dije para mi mismo, mientras daba la vuelta de retorno a mi auto, y al jodido primer día de la semana… que era fin de mes.

 

 

-¡Jonggie, espera! Regresa ¿Te vas y no te despedirás? ¡No podrías ser peor!- me había seguido. Al menos había logrado que se separe de él. Por un momento.

 

-Tienes razón, podría ser peor-  dije lo ultimo sin despedirme, el turno de medio día se había acabado y debía regresar a mis labores diarias. Él no dijo nada después de irme pero sentir sus ojos siguiendo mi espalda,  analizando  todo el trayecto antes de desaparecer entre la multitud.  Aun cuando tuve la tentación de voltearme para cerciorarme si él me seguía con la mirada, no lo hice. Una parte de mi dudaba, pues sabia que Kibum  estaba  tan dichoso con la llegada de “su amigo” Woohyun que cualquier cosa que no llevase su nombre escrito pasaba a  ser tercer plano. Eso me incluía a mi.

 

 

Mi regla principal de supervivencia ante la gente siempre fue: “No le des  el poder de hacerte mierda”…. Y ahí estaba yo incumpliendo lo antes dicho con la persona mas inoportuna de todas, él de sonrisa bonita y de manos perfectas.

 

 

 

Sentía que estaba enamorado de él , seria algo absurdo  negarlo a estas alturas… pensaba mientras pasaba mi tarjeta de trabajo por el sensor… sabia sobre estos sentimientos que crecían cada vez  en mi interior, ¡Por qué concha, eran míos!    ¿Comó ser inmune o pretender ser ignorante ante lo propio? ¡Es imposible! Y aunque parezca posible, sabia que todos estos sentimientos hacia mi primo, me traería pesares y aun así me gustaba  esas tonterías de las que hablábamos por horas… o mejor dicho de las que él me hablaba, no sabia bien  que hacíamos los dos juntos pero las horas se espumaban o bien se congelaban en cuanto el pisaba mi aburrida casa. Me gustaba su sonrisa. Me gustaban sus quejas sobre su escases monetaria a la hora de comprarse el bolso Prada de ultima colección.  Me gustaba oírle cantar en la cocina mientras me preparaba algún platillo para cenar… aunque la verdad, es que Kibum es el Rey de los interesados, pues su nevera siempre se encontraba vacía y  como vivía  a tan solo  unas cuantas calles de mi casa, prefería comer conmigo.  Mi nevera siempre estuvo llena. No  solía consumir mucho porque no solía pasar mucho en casa.  Me gustaba espantarle mientras daba los últimos toques a nuestros platos antes de servir, agarrarlo por la cintura  y sentir que el mundo podía rodar fácilmente por mis pies mientras se reducía el contacto de su piel con la mía. Me gustaba Cerrar los  ojos para grabar su aroma en mis fosas nasales.

 

 

 Cerré mis ojos un momento, imitando la acción que imaginaba, para cuando me di cuenta, tenia a varios empleados preguntándome si estaba bien. Supongo que el cansancio esta haciendo acto de presencia.

 

 

 

 

 

En conclusión, él me gustaba para todo, aunque “todo” suene muy radical y estereotipado. Pero así era y así me sentía.  Desde el insignificante acto de mirar el fondo de sus ojos, o despeinar su cabello con mis manos para luego besar su frente,  incluso el escuchar su estrepitosa risa  por horas mientras veía una de sus series americanas en mi televisor porque  su apartamento se habían quedado sin cable por falta de pago. Me gustaba que se meta en mi vida como intruso y que encaje perfecto en cada sitio inconcluso, que complemente los fragmentos  de vida que me faltaban, aunque muy al fondo sabia que Kibum era un  bandido de primera. Él era el único que aun continuaba a mi lado.

 

 

-¿Jonggie, estas? – entró como quien entra a su casa, le había dado una copia  de mis llaves por seguridad, después de perder las mías en una ocasión.

 

-Si, Estoy en mi habitación..- él entró mientras  yo estaba buscando unos papeles.

 

-¡Dios! ¿Qué paso aquí?  ¡Parece que un tifón arraso con todo!- dijo exagerando  como siempre.

 

-Kibum es mi desorden, ordenadamente ordenado.- sonreí por el juego de palabras implementados, él me quedó mirando descontento, para luego comenzar a alzar unas hojas que rodaron por sus pies. No podía discutir con el amo y señor de la limpieza.

 

-¡No puedo creerlo! Jonghyun sigues siendo el mismo  que en secundaria… todo desordenado ¡por eso no encuentras nada! ¡Hasta tu ropa interior esta por los suelos!- dijo alzando dicha prenda, tapándose la nariz.

 

 

-Déjala por ahí… y dime ¿Qué quieres? Si tienes hambre hay pizza en el congelador.-

 

-¡No tienes cura!- dijo depositando la ropa sucia en el cesto.

 

- Y no. Yo ya vine comiendo. ¿Qué quiero? Pues que mis billetes tengan sexo y se reproduzcan como ratones ¡eso quiero!- dijo suspirando, dejándose caer sobre la silla. Desparramado y sin ganas de nada. Se le notaba exhausto .

 

-¿Problemas en el trabajo?-

 

-Problemas con el puto gobierno y los putos bancos que cierran los viernes a las cuatro de la tarde cuando saben perfectamente que la gente con  normal como yo trabaja después de esa hora…- se desahogó y yo dejé de buscar mis papeles,  desde que él llegó no tenia  idea porque había hecho ese desorden, había olvidado el informe que buscaba.

 

-¿Cuánto necesitas?- pregunté directo. Él solo me miró con sus ojitos brillantes.

 

 

-¿Me prestarás? Pero ya me has prestado mucho, aun ni te devuelvo lo anterior.-

 

 

- mm tienes razón, siempre le quedas mal a los que te prestan dinero..- me le burlé, yo siempre le prestaría aunque no tuviera ni un centavo. Sacaría del culo del diablo con tal de tener para ayudarle.

 

 

-¡Oye, Tampoco es así!  además Woohyun ya ha quedado en ayudarme esta vez… pero esos putos bancos me han dejado afuera  y no he podido retirar el efectivo de este cheque… aunque igual me alegra saber que puedo contar contigo Puppy..-  “Woohyun” ese nombre retumbo en mis oídos, viajó hacia mis intestinos y los removió como una indigestión franca.

 

 

Ah!... ¡ya veo!-  Woohyun era el “nuevo mejor amigo de Kibum” y formaba  parte del área administrativa de la casa de moda donde Kibum trabajaba.

 

 

-Además todos esos idiotas, con los que trabajo  han hecho rumores en mi contra, si esto sigue así, dudo mucho que me escojan como el diseñador del próximo desfile…- dijo desanimado. -¡Esto realmente apesta! ni siquiera he terminado de pagar la ultima colección que adquirí…-

 

 

 

-Estas tan ocupado siendo tu mismo, que no te das cuenta de lo original y maravillosos que eres, eso es algo que me gusta de ti- dije serio y absorto en mis pensamientos.

 

-Jong…- creó que jamás esperó un cumplido tan directo de mi parte…- ¿crees que soy genial?...- yo afirmé con la cabeza.

 

-¡Si lo eres! y no dejes que nadie se quede con lo que te ha costado tanto trabajo.- Estaba tratando de animarlo, nunca lo había hecho y realmente no creía que diera resultado.

 

 

-¡Te quiero, Jonggie!- se le marcó brevemente el hoyuelo de su mejilla derecha mientras sonreía, luego me abrazó y mis brazos automáticamente rodearon su estrecha cintura, era un habito constante que teníamos, esto de abrazarnos sin motivos.

 

…la piel de su cuello olía diferente.

 

-¿Has cambiado de perfume? – pregunté en medio del abrazo, sin soltarme, me respondió - “si, ¿te gusta?”-

 

 

 - Extrañaré el olor a fresa… pero este no esta mal- hundí mi nariz en su cuello, era fácil porque era más bajo que él,  y ahora un delicioso aroma floral inundaba mis fosas nasales… mientras mentalmente  me mortifica con un “!Maldita sea, te amo!” que jamás se lo dije.

 

 

“Entre Los recuerdos compartidos,  si los buenos prevalece, se aumenta las ansiedad de una ilusión,  las quejas  dentro de mi cabeza  luchan  por ganarle a la amnesia creciente y esa  evolutiva demencia que sola llega y sola se va…”

 

 

. -.-.-.-.-. FIN DEL FLASHBACK .-.-.-.-.-

 

 

Quizás simplemente necesitaba de alguien que me haga ver y sentir que los domingo no eran para quedarse solo en casa y que los lunes pueden  no ser tan malos como los pintan.”

 

 

 

El compartir la colcha con él no me beneficiaria en nada, tendría menos abrigo y  la noche anunciaba ser cada vez más fría en ausencia de calefacción.

 

-Debe haber un cambio justo…-  le decía al niño que me miraba, el de perfecta dentadura - … Si deseas un pedazo de mi sabana.- sonreír sarcástico y él despareció su sonrisa para hacer  un puchero.

 

 

-Yeobo, si no quieres compartir, Conozco otra forma de estar calientitos- se apegó a mi cuerpo como sanguijuela. Su plan era no soltarme en toda la noche y así lo hizo.  Por su cercanía, estaba obligado a compartir mis sábanas con él.

 

-¿En que piensas?- no respondí. 

 

-Si piensas mucho, te complicas demasiado- habló a mi oído. Apegándose mas. No quise verlo.

 

 

 

“Quería ocultarlo todo. Que incluso no se diera cuenta que mi mundo se detenía por completo cuando lo miraba.”

 

 

Mi vista termino nublándose.

 

-Creo que mas tarde lloverá.-  suspiré y me di media vuelta para encarar a mi tormento. Rodeé su cintura y pretendí perderme en el tiempo.

 

Tenia tantas ganas de complicarme la vida con él. No era la persona perfecta, Pero como amaba cada uno de sus defectos. Fue entonces que comprendí que estaba frito. Que haga lo que haga, no podía ir en  contra  de lo que estaba apunto de arruinar hermosamente mi vida. Eso lo había comprendido hace tiempo. Pero aún los perjuicios y los pensamientos no daban tregua a que la inmadurez gane.

 

 

- Entonces me quedaré en casa hasta que escampe-

 

 

No sé por cuanto tiempo durará esto, no sé si quiera aferrarme mas a lo que sabemos será momentáneo. No sé si las mentiras se visten de rosas y se regalan en verdades, si  las promesas demande por el incumplimiento al contrato.  Pero que dure, lo que tenga que durar . Que vivamos, lo que tengamos que vivir, si Kibum sigue junto a mi. Aunque me olvide de él. Aunque siempre se trate de un amor unilateral  aferrado a cada partícula de mi corteza cerebral.

 

 

- Puppy, Te amo- decía con sus ojitos cerrados.

 

Hoy era un día  de esos, donde suspirar se me hacia menos cansado. Perdí la cuenta y  quede exhausto.

 

 

 

 

"Era sorpréndete como el amor no parecía una jaula a su lado y como él me enseñaba tiernamente una forma divertida de libertad... Esa que estaba atada a su cuerpo, esa pequeña felicidad que me despertaba y me hacia vivir abrazado a su cintura mientras me preparaba algunos de sus platillos favoritos como desayuno, unida a esa melodía que tarareaba mientras estaba en plena faena doméstica."

 

 

Me preguntaba si merecía tanta consideración de su parte.

 

 

Él dormía sobreprotectoramente a mi lado, aun dormido hacia muecas tan feas que me resultan de lo más cálida... Me pregunté desde cuanto tiempo lo he querido de esta manera, de  esta forma en la que me desconozco a mi mismo. Siempre había sido considerado como una persona sin  afecto. Sin embargo, hoy y otras noches pasadas  él  es  mi único sentimiento. Impulsivamente   lo acerco mas a mi regazo para sentirlo más mío... Cierro mis ojos adorando ese calorcito que emana su cuerpo al rendirse ante el sueño, y de cierta forma al estrujarlo en mi pecho pretendo retenerlo patéticamente a mi lado y evitar que se  escape al amanecer.  He llegado a la conclusión de que lo quiero de  una forma poco sana, de una forma un poco... obsesiva, como jamás he querido a alguien, como la única forma en la que él me ha  enseñado a querer...igual o más celoso de lo que él me quiere a mi .

 

 

Estaba perdido, re-perdido cuando me di cuenta que dependía  mucho de él, aunque Kibum no tenga ni la mas mínima idea... Pero desde hace tiempo que yo   lo había entendido,  sabía que este querer no era “normal”, y él también lo sabía,  que lo que hacíamos no era “normal”, que él no me quería "de esa forma en la que se quieren los primos "... Estaba tan lejos de lo que nosotros hacíamos.

 

 

Y con cada una de   sus caricias me lo recordaba. Me recordaba que éramos “diferentes”.  Mientras Kibum este en medio de algo, nada seria normal... Y sus caricias se le sumaban a mis delirios y como no contar  sus besos, si ellos altaneros se regalaban por mis mejillas hasta volverse alquileres de mi boca, me  confirmaban que Kibum siempre seria así de intrépido, y con los huevos bien puestos como para plantar el más delicioso beso mojado con chispas de lujuria…. Justo como lo hacía ahora, que entre sabanas me besaba como si no hubiese mañana, adueñándose de mis labios y lengua. Me recordaban que era prisionero de los labios de mi primo... cuan adictivos se me hacían, estaba rendido ante ese labial de frambuesa.

 

 

-Puppy tengo frío...-  hablo en medio del beso mientras jalaba mas sabanas para si, y a mi en vez de frío me encendió  la llama más abrasadora de todas.

 

 

 -Deberías calentarme- Su voz ronca. Sus labios hinchados. levantaban lo más oculto de mi.  

 

 

Aquí y ahora.  Entre sabanas. Una aventura surgía en medio de la noche y el alba. A mitad de todo y  con todo encima. Sobre esta cama,  envueltos entre sabanas sudadas...obtuve la máxima creencia para revivir de entre la oscuridad.

 

 

Fin~

Notas finales:

espero les haya gustado este One shot. tengo otro one shot en camino.  asi que esperenlo porfavor :') no se olviden de comentar si les gusto o no. 

mis galletitas (*^*)/


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