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Desatando Deseos por Leana

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Notas del capitulo:

Frente a una vista hermosa del mar *-* y escuchando a mi madre, mi tia y mi madrina hablar sobre orgías xD Vengo a publicar el segundo capítulo del fic…

Dracu, espero que te guste ♥

 

 

Lo quiero todo de ti

(Parte 2)

 

 

 

 

“Te amo con un cuerpo que no piensa,

Solo siente”

Acción Poética.-

 

 

Aomine’s POV

 

La voz de la mujer parada frente al pizarrón rechina contra mis oídos. Tan mandona y alta, diciendo cosas que en mi mente son solo: bla bla bla. Simplemente… todo es muy aburrido.

No tengo ni idea de por qué asisto a la escuela, yo soy un prodigio del básquetbol. Un jugador insuperable, que algún día dominará las canchas de todo el mundo. No necesito de esos estúpidos conocimientos de aburrida historia o fórmulas apenas comprensibles. De verdad, solo quiero largarme a casa para dormir toda la tarde y… Ah, ya lo recuerdo. Mi mirada azul viaja hacia el frente, pero no para ver a la profesora que se dispone a anotar algo en el pizarrón, sino para ver la delgada espalda del castaño, sentado en el banco frente a mí.

Deslizo la lengua por mis labios, casi en acto reflejo. Recordar el sabor de esa piel, lo sensual de sus gemidos y esa calidez que me envolvía. Mierda. Estoy teniendo una maldita erección. Pero con este recuerdo también viene lo ocurrido ayer.

Me pareció muy tierno cuando dijo aquello, “no van a crecer”. Su tono de voz fue dulce. Una sonrisa se dibuja en mis labios, en serio, ¿Cómo fue que pensó algo sí? Si no me gustara, no estaría con él y punto.

Entonces también recuerdo que me mintió, dijo que se iría a casa y me lo topé jugando con Wakamatsu cuando fui a reunirme con Momoi. Mi mandíbula se tensa, no me gusta la idea de mi novio esté a solas con ese baboso, que por lo demás me desagrada. No desconfío de Ryo, sé que me ama, eso es obvio, pero no me gusta que me mientan. Para nada.

Pronto el timbre resuena por la escuela, anunciando la tan anhelada salida de clases. Poco a poco los alumnos van vaciando el salón, me detengo junto a la puerta y me giro viendo como Sakurai guarda sus cosas con calma.

— Ryo —lo llamo, topándome con esos tímidos ojos cafés—, vamos a casa.

Noto como mis palabras provocan un estremecimiento en el chico. Porque él sabe claramente lo que significa. Me giro cuando Ryo llega a mi lado con rapidez.

— Lo siento —dice ante su demora.

Me limito a avanzar, siendo seguido por el otro. Al salir, el atardecer tiñe el cielo de naranja mientras caminamos por la vereda rumbo a mi casa. El castaño tiene la mirada gacha, solo camina a mi lado mientras que, a paso perezoso pero continuo, avanzo en silencio. No es la primera vez que vamos a mi casa, pero son tan pocas, que sé que Ryo está nervioso.

Saco la llave del bolsillo y abro la puerta dejando pasar al de cabellos castaños. El chico pide permiso, una vez dentro pongo el seguro, adelantándome hacia las escaleras. Entonces oigo un suspiro cuando me alcanza en la mitad de los escalones y siento su mano sostenerme desde la manga de mi chaleco. Me giro extrañado por aquella acción, pero la cabeza gacha del castaño no me permite ver su expresión, por ello guío la mano para levantar su mentón. Los ojos café claro del chico siempre me provocan un leve escalofrío. Tan transparentes, tan dulces, que me siento inevitablemente atraído a provocar miles de sensaciones que se puedan traslucir a través de ellos.

Con aquel gesto, Ryo se muerde el labio, parece aliviado. Entonces continúo mi camino. Al llegar al cuarto, dejo el bolso sobre mi cama, lo veo cerrar la puerta, llego hasta él y con mi brazo lo envuelvo desde el estómago, para luego comenzar a besar su nuca.

— Mn —suelta Ryo cuando mi lengua se desliza sobre su piel, para luego morder justo debajo de sus cabellos.

Alzo mis ojos ante aquella reacción, sonriendo complacido y como siempre dejo que mi cuerpo se deje llevar. Tomando las muñecas del castaño, las alzo apoyándolas a ambos lados de la muralla, presionando mi duro cuerpo contra él y guiando mi boca hacia su oreja, para morder suavemente. Mis caderas presionan con insistencia el trasero de Sakurai, que aprieta las manos firmemente sujetadas contra la puerta.

Mis manos se deslizan por sus brazos, descendiendo por la espalda, hasta detenerse en sus estrechas caderas. Acomodo mi erección entre sus glúteos y comienzo a moverme sobre la ropa. El desliz se siente delicioso, comienzo a endurecerme con rapidez mientras sus caderas suben y bajan.

Sakurai se apoya en la madera, sintiendo mi erección contra su trasero. Se está poniendo ansioso, lo sé, y su uniforme comienza a humedecerse. La excitación y el calor mojan su ropa, pero no tengo intenciones de detenerme.

— Alza más tus caderas, Ryo —ordeno, notando al castaño agacharse un poco para alzar más su trasero hacia mí.

Sakurai es muy sensible, su cuerpo responde a mis caricias con facilidad y eso es algo que me fascina. Porque cada reacción es distinta, cada encuentro se siente diferente. Desde que comenzáramos a salir hace ya un par de meses, he disfrutado de las facetas descubiertas en cada ocasión. El castaño se muestra tímido, se disculpa por todo de una manera malditamente estúpida, pero cuando estamos solos, es distinto. Hay veces en que me evita, otras en las que se sube a mi regazo con la lujuria tatuada en el rostro. Y me siento atraído por descubrir y adueñarme de todo eso, de todo lo que tenga que ver con Ryo. Quiero adueñarme de él.

Un jadeo ronco sale de mis labios cuando la excitación se apodera de mí. Su espalda arqueada, acompañada de los gemidos del castaño, me están poniendo muy ansioso. Le quito la chaqueta del uniforme, para seguir con la camisa, la que rasgo de un certero tirón. Los botones resuenan al chocar contra la puerta y  relamo mis labios antes de deslizar la mano hacia el cierre de Ryo, el cuál abro sin problemas, dejando caer el pantalón.

— Ven.

Llevo del brazo a Sakurai hasta la cama, donde lo arrojo sin mucha delicadeza. Lo observo con intensidad, mis ojos azules oscurecidos, me siento hambriento.

Desnudando mi torso, bajo el cierre con lentitud y el castaño traga con fuerza al ver cómo me desnudo. Sin perder tiempo, Ryo hace lo mismo, quedando solo con un bóxer de color azul, lo cual provoca que ría por lo bajo. Me siento a los pies de la cama, quedando frente al chico, que me observaba curioso cuando le arrojo el pote de lubricante, el cual rebota entre sus manos. Para cuando está seguro entre ellas, sus ojos cafés me observan con duda.

— Prepárate, Ryo —digo con voz enronquecida, la cual reverbera por el cuarto—. Quiero ver cómo te preparas para recibirme —dicho aquello, alzo mi dedo corazón y lamo de manera vertical, en un gesto explícito que hace al castaño soltar un jadeo.

Para Sakurai, tengo el completo control dentro de la cancha, y fuera de ella también. Por eso está enamorado, porque sabe que puedo dominarlo de una manera exquisita, como si su cuerpo estuviera programado para responder a cada una de mis caricias. Porque no es tan solo admiración, no. Sakurai quiere dejarse llevar por esto, por mí, el hombre que lo incita a realizar las cosas más vergonzosas e increíblemente placenteras que jamás pensó que fueran posibles.

Con el sonrojo instalado en sus pómulos, el castaño toma el pote y lo abre para untar los dedos, llevándose dos a su entrada y los introduce con lentitud, hasta el tope. Hace dos días tuvimos sexo en los camarines, así que se siente más que dispuesto. Lo observo moverlos, dentro, fuera, dentro, fuera. Dilatándose, abriendo un poco los dígitos para volver a meterlos, simulando la penetración que pronto yo mismo iniciaré. Sus ojos cafés se topan con los míos, cargados de deseo. Lo miro atento, para luego bajar la vista hasta donde sus dedos se mueven.

El aire comienza a electrizarse, es casi palpable el deseo que siento por ese pequeño pervertido. Veo como sus dedos salen y entran con facilidad debido a la humedad. Los jadeos por parte de éste no demoran en hacerse notar y sin soportarlo mucho tiempo, me llevo la mano al endurecido bulto bajo mi ropa interior, el cuál tomo con firmeza para comenzar a masturbarme.

Sakurai lleva su mano hasta su pezón, para acariciarlo y tirar de vez en cuando. Sé que está muy excitado, que lo mire mientras se toca, es una mezcla entre vergüenza y ansiedad, que aumenta con la sonrisa que le brindo mientras me masajeo.

Es tan ardiente cuando se lo propone, que  ya no puedo soportar más. Gateo sobre la cama, tomando su corbata del uniforme en el proceso, y mis labios se topan con los de Ryo, que me recibe gustoso, sintiendo mi caliente lengua deslizarse entre sus labios. Los besos, esos sí que lo hacen derretirse, porque muevo mis labios con maestría, acariciando los suyos, succionando su lengua para luego morderla con algo de brusquedad. Noto que está por correrse, pero yo tengo otros planes.

Tomo la mano de Ryo y lamo los dedos mojados, para luego morderlos. Ato ambas manos con la corbata, dejando un trozo bastante largo, el cuál jalo para bajar sus manos. El castaño compone una mueca de dolor y su aliento roza mi hambrienta boca.

— ¿Dolió? —Pregunto, lamiendo el labio inferior del castaño—. Pero ya te gustará…

Tomo el extremo de la corbata, que cae entremedio de ambas muñecas atadas y amarro bajo la cabeza del pene, para así impedir que se venga antes de tiempo. Alzando las piernas del chico y me abro paso en su interior, hasta que mis caderas chocan contra Sakurai.

— ¡Ah! —Gime el chico al sentirme dentro de él.

Sonrío de lado, soltando un jadeo ronco. Sostengo las rodillas del castaño flexionadas contra su pecho, manteniéndolo firme desde las piernas mientras comienzo a arremeter con fuerza. El sonido de nuestras pieles al chocar resuena por el cuarto, tan húmedo y continuo, que arrodillado frente a Sakurai, comienzo a ceder ante el placer, dejando que los jadeos escapen roncos, desde lo más profundo de mi garganta.

El roce de mi duro pene lo está haciéndolo vibrar de placer. El empuje se hace más rápido, el castaño mueve sus manos para aferrarse a algo, pero al estar atadas, el tirón en su miembro lo hace jadear más fuerte, ganándose una sonrisa de medio lado de mi parte. Ahora comienzo a desesperarlo, embisto con verdadera fuerza, arrodillándome frente al chico para alzar sus caderas y moverme con mayor facilidad.

— ¡Ah! ¡Aomine! —Grita Ryo, que sólo puede enterrar los pies en el colchón para mantener el equilibrio mientas su cabeza se hunde en la almohada.

Todo se vuelve más rápido, más intenso y siento que de a poco pierdo el control. Me detengo de pronto y salgo del castaño, que jadea con los ojos cerrados. Quiere acabar, su cuerpo tiembla, pero la opresión del nudo en su miembro no se lo permite, sé que es una sensación placenteramente dolorosa. Acaricio el interior de sus muslos, para luego dirigir mi mano hasta el pene del chico para desatarlo, haciendo que Sakurai se arquee brusco, soltando un jadeo.

Esos ojos llorosos me miran expectantes, jadeando de una manera que me seduce. No me destaco por ser delicado, tampoco lo intento con Sakurai, a menos que me nazca desde lo más profundo. Pero admito que me encanta que el castaño me deje hacer y deshacer con él. Lo giro bruscamente y el chico intenta mantener el equilibrio estando sus manos amarradas. Tomo el extremo de la corbata y lo ato a los barrotes de la cama. Sakurai se aferra a ellos y se acomoda mejor, alzando las caderas.

— Dime, Ryo —susurro en el oído del chico, rozando mi mentón por su hombro—, ¿hasta dónde me dejarás llegar?

Pero esa pregunta es más para mí mismo. En cada encuentro hago las cosas que se me vienen a la mente. Al principio le preguntaba al castaño, bueno, lo preguntaba mientras lo estaba haciendo... Y aunque de todos modos lo haría, me di cuenta de que de alguna manera me gustaría escuchar un no por respuesta. O quizás no, no estoy acostumbrado a ello, pero se me hace demasiado interesante que mi inexperto amante sea tan sumiso y pervertido al mismo tiempo.

De pronto un pensamiento se cruza por mi mente, con algo de rabia me abro paso dentro de Sakurai y el gemido ahogado pronto se hace oír.

— ¿Y si otro intentara hacer esto contigo, lo dejarías? —Mi ceño está fruncido y mi mandíbula se tensa de manera casi dolorosa. Aquella idea no me gusta en nada y de alguna manera Wakamatsu se me viene a la mente.

Vuelvo a embestir, al no recibir respuesta alguna. ¿Acaso lo está pensando? Mierda. El placer nublaba mi juicio, mezclándose tan caliente junto a la ira. Aferro esas estrechas caderas y mis embestidas se vuelven tan bruscas que Sakurai comienza a quejarse apretando el barrote de la cama.

— A-ao-aomine —intenta pronunciar, la saliva se le escurre por el mentón y sus palabras se cortan con cada golpe—. Esp-espera ¡AH! ¡AOMINE!

De pronto mi mente queda en blanco. Esa voz que siempre es suave y se disculpa, ahora suena enojada, dolorida. Trago en seco, sin dejar de fruncir el ceño, me inclino desatando al castaño que se desploma sobre el colchón jadeando. Ni siquiera me mira, eso me pone tenso, me siento a un costado y alzo la vista.

— Yo… yo jamás haría esto… con nadie —dice Ryo con voz suave, haciendo que  lo mire por fin. El castaño se endereza, apoyando su rostro en mi pecho—. Porque… te amo.

Una corriente recorre mi cuerpo, siento como si el tiempo se hubiese detenido… maldito cliché.

Tomo a Sakurai de la cintura y lo siento sobre mí, volviendo a unir nuestros labios. El beso esta vez es delicado, tan perfecto que Sakurai se derrite entre mis brazos. No digo nada, y él sabe que no es necesario.

Ryo se alza para ser penetrado nuevamente, tan profundo, que un gemido sale de su garganta. Todo se vuelve húmedo y la necesidad de saciarse vuelve a instalarse en nuestros cuerpos. El castaño se mueve a su ritmo, buscando el ángulo perfecto antes de dejarse caer y me deleito con el movimiento, sintiendo el placer gracias a ese cuerpo que brinca sobre mí. Siento el frío cuando se alza y ese calor abrumante y apretado cuando lo engulle por completo.

Pero algo es diferente, nuestros sentimientos han salido por completo a la luz, intensificando las sensaciones, mis ansias de él. Me siento extrañamente feliz y ahora mi mente se relaja.

— N-no… no puedo… no puedo… más —jadea el castaño aferrando sus manos a los cabellos azules en mi nuca.

— Debes decirlo apropiadamente —digo con voz ronca, seduciendo a mi joven amante antes de lamer su oreja con vehemencia.

— Humn —pero Sakurai apenas puede hablar, más ahora que soy yo el que lo impulsa con las manos—. Me… ¡Me corro!

El espeso líquido humedece mi abdomen cuando acaba, sus entrañas se contraen haciendo que su cuerpo se retuerza con el orgasmo y el calor de aquel dulce apretón, provoca que acabe dentro del castaño. Se remueve para salir, pero se lo impido, apretándolo en un fuerte abrazo. Aspirando su aroma, escondiendo el rostro en su pecho. Ryo acaricia mi cabello azul, con ternura y yo regulo mi respiración con los labios pegados a su piel.

Disfruto de su contacto, del calor del chico. De sus sentimientos correspondidos. Jamás me importó ser amado, ni siquiera pensaba en esas cosas. Cuando invité a Sakurai a salir, fue porque me sentía atraído, casi curioso. No creí que mis sentimientos cambiarían tanto.

Lo amo.

Y ahora él es todo mío. Mío.

 

 

Notas finales:

En serio, amo a estos dos personajes! “El Hongo disculpón” y sus facetas realmente se me hacen muy tiernas y Aomine, aw, ese morenazo revoluciona mis hormonas xD

Dracu! Espero haber cumplido tus expectativas, si bien se suponía sería hard, Sakurai termino derritiendo a Aomine y de hard no quedo nada. Pero lo dulzón no viene mal de vez en cuando C:

Importante:

Primero: este fic queda suspendido, como bien saben, amo a Kasamatsu Yukio y su cumpleaños es el martes 29 de la próxima semana. Haré un especial de drabbles por su cumpleaños de Todos x Yukio, uno todos los días durante esa semana. Así que retomare este fic la primera semana de Agosto.

Segundo: no quiero sonar pesada, pero este fic no es netamente KagaKuro, amo la pareja, pero este fic tiene cuatro y cada una tiene sus capítulos de protagonismo. Si fuera solamente de Kagami y Kuroko, hubiese puesto: Kagami x Kuroko / AoSaku (leve) MidoTaka (leve) KasaKise (leve)

Por eso les pido no insistan, el momento de KagaKuro ya viene, pero también hay otras parejas que quiero hacer.

Espero que les haya gustado algo sobre esta pareja de la que hay muy poco :3 Nos leemos en el proximo capitulo! C:

Reviews, no reviews, puteadas por que aún no hay KagaKuro, cualquier cosa las aceptare con amorsh!

Saludos y besos pegosos ♥


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