-escucha Sasuke, creo que sabes lo que ha sucedido verdad?-
-s..si...-
-Escucha, él ha pasado por un momento muy difícil, así que espero que lo apoyes en lo que el necesite, entendido?-
-por supuesto! Daré lo mejor de mi oyakata sama!-
Eso ocurrió cuando apenas teníamos siete años de edad.
Conocía a sanada yukimura desde que éramos pequeños, prácticamente desde que nacimos, más nunca habíamos convivido demasiado tiempo como para decir que éramos amigos.
Su familia al igual que la mía eran subordinados del clan takeda, era algo lógico que nos conociéramos, sin embargo sus padres tenían una relación más cercana a oyakata sama que los míos, podría decirse que eran sus mejores amigos, por lo que oyakata sama veía a yukimura como el hijo que nunca tuvo.
Llegaba de visita de vez en cuando, a diferencia de mi el no vivía en la mansión, sino con su madre en una casa propia a las afueras de la ciudad, su padre se la pasaba casi todo el día trabajando pero siempre que podía pasaba el tiempo con su familia. Me daba un poco de envidia, debido a que mis dos padres pertenecían al clan siempre estaban ocupados, por lo que raras veces los veía, por ello vivía en la mansión, consideraban que llevar de un lado al otro a un niño de mi edad provocaría que me resultase adaptarme a la sociedad por el constante cambio de casas, más sin embargo trataban de visitarme de vez en cuando para que no me sintiera solo.
Sanada yukimura era un niño en extremo alegre, las veces que llegaba de visita siempre estaba sonriendo. Una pareja de padres amorosos daba como resultado un niño feliz, verlo a el y a su familia lograba poner celoso a cualquiera. No es que le tuviese mala voluntad por ello, es solo que verlo tan despreocupado y feliz me hacia sentir incómodo, como si perteneciera a un mundo totalmente diferente al mío, por ello me costaba trabajo acercarme a él. Me limitaba a observarlo a la distancia.
Pero todo lo bueno no siempre termina bien, a la edad de 7 años los padres de yukimura murieron en un accidente automovilístico, y el quedo completamente solo.
Fue un golpe duro para oyakata sama, el veía a los sanada como si fuesen parte de su familia, a partir de ese día su estado de salud comenzó a empeorar, sin embargo se mantuvo firme porque aún había alguien que dependía de él.
Después del funeral, oyakata sama trajo a yukimura a vivir a la mansión, al parecer no tenía nadie más que se hiciera cargo de él. Sus abuelos paternos habían fallecido hace ya varios años y su padre era hijo único, y la familia de su madre se habían opuesto desde un principio a su boda, así que no aceptarían al niño. Solo hasta que me entere de ello me di cuenta de que su vida no era tan fácil como yo creía.
-Sasuke, él es yukimura, ya lo conocías verdad? -sujetaba al niño por el hombro, el cual aún vestía su traje de luto - Desde ahora el vivirá aquí, en la mansión, espero que puedan llevarse bien -
La expresión en él me desubico, la sonrisa que siempre lo caracterizaba había desaparecido sin dejar huella, pero no había señales de llanto, su rostro permanecía serio y sus ojos habían perdido su luz, lucían... vacíos.
-bienvenido a la mansión takeda! Espero podamos llevarnos bien - extendió mi mano y le sonreí, trataba de aliviar un poco la tensión que había en el aire.
Me miro directo a los ojos, parecía que quería dice algo pero no encontraba las palabras o simplemente no le salían de la boca.
Extendió su mano en respuesta a mi gesto y me saludo. No entono palabra alguna.
Llevaron su equipaje a mi habitación, por alguna razón dormiríamos juntos.
-hay algún motivo para eso, oyakata sama?- no me molestaba compartir habitación, es solo que me causaba curiosidad, la casa tenía habitaciones de sobra como para que necesitáramos dormir juntos.
-yukimura estaba acostumbrado a dormir con su madre, así que preferiría que durmiese acompañado, para que no se sienta solo-
-entiendo...-
-escucha Sasuke, estoy realmente preocupado por yukimura, desde que sus padres - dudo en continuar, tomo un poco de aire y prosiguió - bueno, pasaron a mejor vida, yukimura ha permanecido en ese estado. No ha llorado para nada, me preocupa que si sigue reprimiendo pueda dañar su salud-
-entonces... Que debería hacer?-
-me gustaría que tratases de acercarte a el, creo que se entendería mejor con alguien de su edad, además tu sabes bien lo que se siente no ver a tus padres todos los días, quizás puedas darle algún consejo que lo ayude- río levemente - me siento un poco patético, pidiéndole ayuda a un niño - oyakata sama tenía razón, conocía bien ese sentimiento de abandono, quizás yo era el más adecuado para la tarea.
-no diga eso oyakata sama! -
Negó con la cabeza - no, es verdad, en estos momentos yo mismo me encuentro demasiado afectado por la noticia, no estoy en condiciones para ayudar a alguien más, lamento hacer que cargues con una responsabilidad tan grande siendo tan pequeño-
-de ninguna forma! Lo haré con gusto -
Posó su mano en mi cabeza y revolvió mi cabello, me dedico una sonrisa
-eres un buen niño Sasuke-
A partir de ese día me convertí en su guardia personal, hacíamos todo juntos desde bañarnos hasta dormir. Supuso que era la mejor forma de aliviar su soledad, sin embargo durante varios días no hubo ningún progreso. No encontraba la oportunidad ni la forma de llegar al tema sin parecer frío.
Comía poco y no tenía ganas de jugar, en ocasiones miraba por la ventana y se quedaba allí solo, parecía que esperaba ansiosamente la llegada de alguien, de alguna manera no me sorprendía, para el sus padres lo eran todo y que un día desaparecieran sin dejar rastro... Bueno, debía ser muy doloroso.
Yo estaba acostumbrado, digo, los veía poco, pero sin embargo sabía que estaban bien, hablaba con ellos todos los días, quizás por ello no podía ponerme en su lugar, comencé a pensar que había hecho mal en haber aceptado tal responsabilidad.
De vez en cuando, cuando tenía tiempo libre oyakata sama pasaba a jugar, nos llevaba a comer fuera o a tiendas de juguetes, cualquier lugar que pudiese sacarlo de la realidad aunque fuese por unos momentos, pero seguía siendo inútil.
-oye Sasuke...- después de varias semanas por primera vez el inicio la conversación
-que sucede sanada san? -
-no sabes... Cuando mis padres van a volver?- sus palabras me cortaron la respiración, no sabía que responder, quien sabría en un momento así?
-sanada san... Acaso tu no ya sabes...-
-takeda-san me dijo que ellos nunca iban a volver pero yo no lo creo, ellos siempre regresan así que si los espero un poco más...- no podía seguir escuchando eso, la razón por la que danna permanecía en ese estado es porque aún no había aceptado la realidad, podía ser duro pero, para terminar con esto, entonces yo...
-oyakata sama no estaba mintiendo, ellos no van a volver - tendría que acabar con sus esperanzas
-eso no es verdad... - su rostro hizo una mueca, parecía que lloraría en cualquier momento- estas mintiendo! Ellos van a -
-nunca lo harán!- levanté la voz- ellos no van a regresar jamas- había evitado hablar de esa forma, no quería ser cruel con el, pero si era por su bien, me convertiría en el villano.
-mientes! Mientes! Estas mintiendo! Ya no te quiero! Tonto!- salió corriendo de la habitación y por primera ocasión lo vi derramar lágrimas, su frágil cuerpo tropezaba a cada momento, corrí detrás de el para tratar de tranquilizarlo. Sus palabras me habían herido pero lo que más me lastimaba era que lo había hecho llorar. Quería disculparme con el, "ya no te quiero" esa frase me perforaba el corazón, pasara lo que pasara no quería que me odiara.
Entre sus tantos tropiezos término chocando contra oyakata sama.
-eh? Yukimura?- del impacto cayo al suelo, con el rostro aún rojo de tanto llorar.
-hic...hmm- al mirarlo en tal condición oyakata sama entro en pánico
-ya, ya! Esta bien, no paso nada!- trataba de consolarlo
El llanto le impedía hablar - sa...Sasuke bwaaa-
-Sasuke?- me miro - que le hiciste Sasuke?-grito , lucía bastante molesto
-yo...- tenía miedo, era la primera vez veía de esa manera a oyakata sama, no podía explicarle la situación.
-el... El dijo que...- sollozaba - mis papás no van a volver - desato en llanto
No podía mirarlo a los ojos, pensaba que había hecho lo correcto, pero no creí que fuese tan difícil, haberlo hecho llorar de esa manera seguramente me traería priblemas con oyakata sama.
-...es verdad- dijo oyakata sama con voz sería, casi cortante y a la vez fría. La mirada de yukimura se clavó en el, lucía aterrado, quería huir, de esa fría y dura realidad, se disponía a correr de nuevo pero fue detenido. Oyakata sama sujeto su brazo y lo atrajo hacia sí mismo. Le dio un fuerte y caluroso abrazo.
-ellos no van a volver, pero eso no significa que estés solo - yukimura trataba de contener las lágrimas - ellos siempre estarán contigo aún si no los puedes ver -
Lloraba pidiendo poder ver a sus papás, poder abrazarlo, decirles cuanto los extrañaba. Me pregunto durante cuanto tiempo suprimió semejante tristeza?
Pataleo durante unos minutos, tratando de liberar parte de su carga, oyakata sama recibió todos sus golpes sin soltarlo hasta que finalmente se tranquilizó.
-escucha yukimura, quizás yo no pueda convertirme en tus padres, ni tengo la intención de reemplazarlos, yo también los quería mucho, eran parte de mi familia, y por lo tanto tu también eres parte de ella, claro, si tu quieres-
Se quedo en silencio, tratando de procesar la información.
-familia... Aún tengo una familia?- decía con voz baja y entrecortada
-por supuesto! Yo, Sasuke y todos en este lugar somos tu familia-
-de verdad? Ya no... Tengo que estar - sollozaba- solo?-
-no, nunca lo estarás - le dije acercándome a ellos
-Sasuke...- me miro y comenzó a limpiarse los ojos- yo, lamento lo que te dije-
-esta bien, yo no quería ser tan duro contigo, lo lamento -
-esta bien, después de todo somos familia no?-
-hm!- asentí, sus labios se movieron casi por instinto, y una sonrisa se materializó en ellos.
Verlo sonreír nuevamente me hizo olvidar todo lo malo hasta ese momento. Quería que esa sonrisa permaneciera en su rostro para siempre.
-Sasuke, a partir de ahora quiero que te hagas cargó oficialmente de yukimura-
-eh? A que se refiere? No lo he estado haciendo ya? -
-hasta ahora solo habías sido su compañero de juego, pero quisiera que fueses algo más cercano, un guarda espaldas para ser preciso-
-espere, eh? Porque tan de repente? -
-lo he meditado durante un tiempo, y he decidido que yukimura sea mi heredero, y quiero que seas tu quien cuide de el hasta que ese día llegue-
-pero señor... Realmente lo cree necesario?-
Dejo salir un suspiro - aún si el luce perfectamente ahora, yukimura sigue muy afectado por la pérdida de sus padres, para el, principalmente tu y yo nos hemos convertido en su familia, temo que un día mi salud empeore y deje este mundo antes de lo pensado-
-no diga eso mi señor! Usted posee una vitalidad increíble! Hahaha- dije en tono de broma, tratando de quitar seriedad a sus palabras
-escucha Sasuke, esto no es un juego, puede que el día llegue y yo deba irme, de ser así no podría estar tranquilo pensando en yukimura, aún si posee una gran fuerza de voluntad otro golpe así podría hacerlo perder su camino, por ello espero que tu estés allí, para guiarlo-
-entiendo- conteste sin réplica, sabía que oyakata sama era una persona sería cuando la ocasión lo requería, y si esta era una petición de su parte, la cumpliría sin dudar.
Sin embargo las cosas cambiaron, el paso del tiempo y nuestra interacción juntos nos volvió más cercanos, llegue a preocuparme por danna por mi mismo, había olvidado que era una orden de mi señor y comencé a hacerlo por voluntad propia.
-sanada-san? No crees que estas siendo muy formal conmigo? Sasuke-
-entonces sanada chan?-
Hizo un puchero - llámame por mi nombre-
-n..no puedo hacerlo tan de repente... Mmm... Que tal si lo llamo yukimura sama? -
-sigue siendo muy formal, solo llámame por mi nombre, no hay problema-
-pero eso podría meterme en problemas con el resto del clan...- pensé un momento -ya se! Que tal danna? -
-danna?-
-si ya sabe, una forma de decir jefe, es respetuoso pero a la vez no es tan formal, que le parece?-
-no estoy muy seguro... Pero si tu crees que esta bien, entonces lo acepto-
-entonces esta decidido! a partir de ahora será yukimura danna-
El no me veía como su protector o un sirviente, me trataba como un igual, un amigo, la persona más cercana a el, se abrió por completo a mi y me contaba todo sobre sí mismo, sus sueños y pensamientos, era un niño muy honesto y con un gran sentido de justicia, aunque fuese vergonzoso que lo dijera como su guardián, en muchas ocasiones me defendió cuando tuve problemas con otros niños e incluso cuando cometía errores y era regañado por miembros del clan, el se culpaba a sí mismo para protegerme. Antes de darme cuenta ya no había marcha atrás. Mis sentimientos por el ya no correspondían a los de un guarda espaldas por su amo o a los de un hermano, y fue entonces cuando todo comenzó a salir mal.
A veces desearía regresar a aquellos tiempos cuando éramos niños y detener el tiempo, antes de que todo esto pasara...