Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Papel fotográfico [HunHan] por SoolSan

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola ~ Les traigo éste fatidico HunHan, no es trágico, pero quizás un poco complicado.

Es mi primer fanfic sin Do KyungSoo como protagonista o/ jeje no saben cuanto amo a ese enano en mis fics =_= así que si hay dudas o algo no calza el cómo es LuHan o SeHun ya saben el por qué (?)

Espero que les guste y se den el tiempo de leerlo ^^ lo tengo pensado como un three shots :) y si la historia no da para responder las dudas lo alargaré uno más. Pero más allá de eso lo dudo.

 

Disfruten y espero sus comentarios :)

 

Notas del capitulo:

No mucho que aportar, espero disfruten el primer capítulo :) es un enrredo mental, pero ya vendran respuestas ~~  

1#Farolas a mitad del océano.

 

LuHan es fotografías pegadas en las paredes y luces titilantes a mitad del día. Todas bien agrupadas en la muralla blanca que da de frente con su cama, a su alrededor no hay más que muebles acomodados en los costados y ropa bien doblada tirada por los rincones.

La muralla es una mezcla perfecta de recuerdos difusos, sueños mal trechos que se esconden por debajo de sus muebles. Cosas que le gustan, o de la misma forma que odia. Colores que nunca más volverá a ver, de personas que ama y a la vez de personas que jamás reaparecerán en su vida. Dentro del desorden de fotografías, recortes y palabras de consuelo mal redactadas, envuelto con delicadeza entre tinta y papel fotográfico se encuentra LuHan. Es una especie de imagen inanimada oculta entre millones de emociones, escondido entre miles de flashes de media noche y montones de atardeceres solitarios.

Mientras observa por primera vez en el día su muro con fotografías y recae como siempre en el rincón dónde aparece él con sus amigos en la fiesta de cumpleaños de KyungSoo, donde  el cumpleañero se encuentra de cabecera de mesa y Jongin lo tiene amarrado del cuello posesivamente. Luego se pasa a la foto donde Yixing está durmiendo en los brazos de SuHo mientras que JongDae está haciendo una mueca de asco a sus espaldas.

Recorre los millones de paisajes coloridos que se encuentran revueltos entre miles de imágenes de sus amigos, hasta chocar con una foto que nunca había visto antes. Y eso no tiene sentido porque todas las fotos que están en su muralla las ha sacado él con su cámara, comprada en el mejor local de Gangnam con el dinero conseguido por el sudor de su frente, las ha pegado él meticulosamente semana tras semana manteniendo en sintonía su alma con sus memorias.  

LuHan frunce el ceño al ver como la imagen está colocada estratégicamente en el sector donde están sus mejores recuerdos, sus más alegres momentos. El papel esta puesto casi a propósito al lado de la foto de su familia y a un costado esta una foto de él cuando llego a Corea. Una foto mal hecha que hizo su primo que lo muestra lleno de maletas y con orejeras de conejo puestas.  Mientras quita con extrañeza  la imagen que él sabe que no pertenece a su colección, en el primer contacto con aquel frio papel, siente como su piel empieza a volverse más sensible y  como su mano, completamente temblorosa, casi se quema al contacto con la imagen. Observa detalladamente al hombre que sale en aquella fotografía, que está seguro que él no coloco, y siente como su garganta le comienza a picar.

A veces las cosas pueden que no tengan explicación, y puede que aquella imagen si la haya puesto LuHan un día que no se acuerda o estaba ebrio, o quizás hasta JongDae la coloco para molestarlo, como siempre. Quizás la imagen es hasta una señal para decirle algo, alguien que se quiera comunicar con él que entro a su alcoba y dejo aquella imagen para torturarlo.

Pero LuHan duda que alguien que esté interesado en él deje una fotografía mal tomada, con una clara figura masculina medianamente difusa, con un cielo oscuro y luces de neón distorsionadas de fondo ocultando su rostro. Gira el papel para ver si tiene alguna frase, fecha o números que le indiquen algo, pero se encuentra con el monocromático blanco que lo deja aún más confundido.  

Una fotografía sin un rostro es lo que  enloquece más a LuHan cuando siente como el viento ingresa por la ventana y provoca que sus imágenes hagan un pequeño baile contra la pared, en sintonía se mueven y hacen un canto. LuHan decide que la imagen, y nada de lo que ésta conlleva tiene sentido, así que la deja encima de su escritorio sin ninguna clase de sentimiento, agarra su cámara que está bien protegida en un bolso acolchado y sale de su alcoba.

Mientras prepara su desayuno saludable antes de irse a la facultad de fotografía de su universidad, lo cual incluye unos huevos revueltos con tocino y un litro de jugo de naranja, se da cuenta que en su refrigerador hay un papel pegado, un simple post-it amarillo con letras negras. Deja su plato en la mesa que se encuentra en el centro de la cocina y entrecierra sus ojos para leer el mensaje.

¿Quieres saber quién soy?

Parpadea confundido e intenta pensar en la última vez que salió a beber con sus amigos. Su mañana está siendo demasiado confusa y sin ninguna pizca de cordura. Para empezar una imagen de un hombre desconocido en su muralla y luego un mensaje bastante ligado con aquella fotografía. Aquello sólo tiene un significado en la mente de él: una noche alocada en Seúl.

LuHan arruga el papel y lo tira al tarro de la basura con astucia, cayendo perfectamente en el tarro, sonríe al ver su perfecta canasta y decide en terminar su desayuno.

Luego de que terminara su comida, agarró el bolso de su cámara y miró por última vez la alcoba de su primo. JongDae estaba semi desnudo encima de su cama y con un montón de hojas desparramadas en el piso, LuHan sonríe con la imagen y da un suspiro; larga noche de estudios.

Seúl en las mañanas es farolas encendidas y una ciudad desprotegida hundida en montones de grises. El verano está terminando y el olor a hojas secas inunda a LuHan mientras se sube a su autobús en dirección a la universidad. Observa a través de la ventana la ciudad cubierta de metal repleta de kilómetros y kilómetros de cemento, totalmente sobrepoblada por vehículos y gente apresurada, cuando a lo lejos, nota como un montón de pájaros van volando en una sola dirección. LuHan sonríe y pide internamente que el bus se detenga kpara poder sacar una foto a aquella panorámica.

El vehículo se detiene en el preciso momento en que LuHan sintió la necesidad de sacar su cámara y casi como un milagro alcanza a sacar la foto. Revisa sus fotografías guardadas en la memoria de su aparato, que por pereza no ha impreso, y se recuerda de la extraña fotografía de la mañana, empieza a retroceder imagen por imagen y como lo pensó, nada. Sólo imágenes de sus trabajos para la universidad, selcas de JongDae, una imagen de KyungSoo con JongIn dándose un beso debajo de la lluvia después de que se pelearan y otra de él con MinSeok.

LuHan da un suspiro al ver aquella última foto y decide apagar el aparato. Cuando al fin vuelve así mismo, se da cuenta que no está sólo en el bus, que ahora en el puesto colindante con su fila se encuentra otro joven, el cual va medio dormido en la silla y lleva una capucha negra cubriendo su cabello, pero no su rostro. No sabe por qué, pero ese día le saco una foto a ese hombre.   

 

*

 

Las semanas no son nada especiales para LuHan, los días no tienen mucho significado y para que mencionar las horas. La vida, su vida, está marcada por momentos, delimitadas por imágenes y destacadas en papel. En tinta con colores y olores que le recuerdan cada partícula de su vida. No sabe desde cuándo, pero así ha ido construyendo su vida;  en un manojo de fotografías pegadas con pegamento barato acompañado de millones de preguntas sin respuestas.

Es por eso que cuando esta tirado de espaldas en el pasto del patio de su facultad, se retuerce al pensar de dónde diablos salió esa imagen que no tiene ninguna conexión con sus recuerdos, nada que ver con él. Estira su mano con dirección al cielo que hoy está repleto de nubes, y LuHan lo graba a fuego en sus retinas, empieza a doblar sus dedos, sus articulaciones se contraen, sin ningún fin en verdad, sólo lo hace para saber a cuanta distancia esta él de esas pomposas nubes.  

 

– ¿Otra vez soñando despierto? –escucha a lo lejos mientras siente como el pasto le hace cosquillas en sus brazos.

 

– Sólo tomo un descanso –dice desinteresadamente mientras se levanta y se acomoda en el lugar, observa la sonrisa de su nuevo acompañante y decide devolvérsela – ¿Qué tal la clase? 

 

– Hmm –el chico de cabellos rubios se acomoda al lado de él y coloca las palmas de sus manos en el pasto, se echa para atrás, colocando todo su peso en sus brazos y planta la vista hacia el cielo –bien, nada fuera de lo común –sonríe y luego lo mira de reojo–Chen no vino hoy.

 

– Se quedó durmiendo –LuHan agarra su cámara y enfoca el rostro de MinSeok observando perdidamente hacía la facultad –anoche estudió toda la noche, le grite como diez veces y sólo conseguí un almohadón en la cabeza –la sonrisa de su acompañante aflora en su rostro y consigue que salga una pequeña risa. En ese momento aprieta el botón.

 

– ¡Hey! – dice enojado el chico mientras quita de sus manos la cámara –deberías dejar de hacer eso LuHan, estas robándote la intimidad de las personas.

 

– La intimidad no existe cuando deambulan por las calles –su voz suena algo triste, consigue que MinSeok lo mire de reojo nuevamente  y tuerce sus labios – nadie tiene intimidad Minnie.

 

– Esta linda –le devuelve el aparato en las manos y existe un pequeño rose entre sus dedos, el corazón de LuHan se contrae, y luego siente todo desplomarse –hoy pasare al departamento a ver Chen, ¿nos vamos juntos? 

 

– Claro.

 

– A las tres en la entrada. 

 

– ¿Quieres la foto?

 

– Imprímela y pégala en la pared LuHan.

 

– Está bien.

 

LuHan no odia a nadie, y pensar en hacerlo es macabro según él. Mientras está parado esperando en el pilar de la entrada a MinSeok para irse a su departamento, se da cuenta de que el hecho de que su primo y MinSeok estén saliendo no debería de por qué dolerle, en absoluto, él tendría que estar contento por su amado primo que lo mantiene en su hogar, en su país, y ha hecho su hospedaje tan agradable.

Pero uno nunca decide de quién enamorarse, ni en quien fijar su vista, menos en quien con sólo tocarte provoca que te marees y quieras lanzarte del noveno piso. Definitivamente él nunca quiso que la pareja de su primo fuera aquel.

Es una etapa medianamente superada, a medias porque aún se le detiene la respiración cuando los ve juntos, y a veces cree que mira un poco demasiado a MinSeok, pero al menos ya puede hablar con él de forma normal.

Al llegar al departamento, su primo esta tirado en el sofá del living con el portátil en su pecho tecleando como loco, al sentir la puerta cerrarse, Chen mira hacía la entrada y nota a aquellas dos personas mirarlo entretenidamente. Lleva puestos unos lente demasiado redondos y lo hacen parecer un abuelo, MinSeok se acerca a donde él y le planta un beso en los labios, haciendo que LuHan se pierda en millones de insultos mentales.

 

– Qué bueno que viniste Seokkie –JongDae se sienta en el sofá y deja el portátil a un lado –mañana es mi examen final y estoy demasiado estresado –hizo un puchero demasiado infantil.

 

– Por eso vine. LuHan me dijo que te quedaste durmiendo así que supuse algo como esto.

 

– Dame cariño.

 

– No hagan esas cosas –hizo una mueca de horror LuHan –que va, mejor me voy a mi alcoba –agarro una manzana que había en la mesa y se dirigió a su cuarto.

 

Lanzó su mochila encima de su cama y luego corrió las cortinas del ventanal, dejando ingresar un poco de sol a la habitación deja caer sus lamentos. Se dirige a su escritorio, coloca la manzana encima de la madera y se da cuenta que la imagen de la mañana no está. Levanta una ceja extrañado y retoma sus pasos a su muralla. Direcciona sus ojos a las imágenes  de siempre y nota que la imagen está pegada donde mismo la vio en la mañana. Una bocanada de aire se escapa de sus pulmones y antes de que el pánico lo domine sale corriendo hacia el salón principal.

 

– ¡JongDae! –grita intranquilo poniendo la imagen al frente de los ojos de su primo – ¿esta foto la colocaste tú? –el mencionado se la quita de las manos y analiza la imagen.

 

– No.

 

– ¿Estás seguro? Hoy en la mañana la deje en mi escritorio y apareció pegado en la muralla.

 

– Me desperté hace diez minutos Lulu, nunca había visto esa foto.

 

– No bromees por favor.

 

– Hoy no bromeo.   

 

LuHan regreso un poco tambaleante a su pieza e ignorando las miradas de extrañeza de su primo y su pareja cerro de un portazo la puerta. Saco un cartón que tenía escondido detrás de su ropero, y lo coloco arriba de su escritorio. Agarro una tachuela color rojo y colocó la fotografía, sin mucha delicadeza trazo líneas encima de un post-it y lo puso a un lado de la imagen.

 

¿Quién eres?

 

 

*

 

Lo sábados son imágenes en blanco y negro para LuHan, no porque sean tristes ni nada, sólo es porque esos días se junta con KyungSoo y JongIn, y ellos dos le recuerdan a la novelas antiguas; muy románticas y con una escala de negros, grises y blancos interminables. Así son ellos, con déficits, alegrías y penas interminables.

KyungSoo es el mejor amigo de su primo junto con BaekHyun, se conocieron a los pocos días que llego de China y se hicieron muy cercanos, no demasiado porque JongIn odia que se metan con su novio, así que decidió no introducirse mucho en la cabeza del pequeño y monísimo amigo de Chen. Pero cuando están los tres está bien, se ríen bastante y a la pareja les gusta aportar creativamente en las fotografías de LuHan. Incluso una vez se ofrecieron amablemente a posar desnudos, él no halló problemas mayores en realizar la sesión de fotos, incluso fue excitante la invitación; nueva experiencia y buena temática; se imaginó escalas de grises enormes con cuerpos desnudos y simetrías exquisitas en contraste con las pieles de sus amigos. Pero conociéndolos, no sabía en qué cosa terminaría aquello. En realidad quería saber en que terminaría, pero mejor se guardó esa experiencia para cuando se titulé, mente amplía, no tantas hormonas, una sesión de fotos sin erecciones inapropiadas.

Sentados alrededor de una mesa en el café donde se juntan generalmente, LuHan agarra entre sus dedos la taza de té con lavanda que pide siempre cuando las cosas con respecto a MinSeok se ponen tormentosas. Ya saben, cuando mira a JongDae besar a su chico y luego tiene que fingir que no le interesa.  JongIn lo mira con extrañeza desde su puesto, ya que generalmente LuHan está hablando de sacar fotos, de viajar, de que vayan a Incheon junto con los chicos, y bueno, sin darle muchas vueltas, LuHan siempre está hablando. Pero hoy esta callado bebiendo su té y ni siquiera se da cuenta que KyungSoo tomo sin permiso su cámara.

 

Click.

 

– Hey –chilla LuHan mientras quita de las manos del aparato – ¿cuándo la sacaste?

 

– Cuando estabas mirando melancólicamente la ventana –se encogió de hombros KyungSoo –está linda, mírala, luces pensativo.

 

– Luzco deprimido –frunce el ceño LuHan, JongIn le pide permiso con los ojos para verla y él asiente. 

 

– Pareces perdido –sentencia, LuHan piensa que a veces JongIn habla muy sabiamente sin siquiera pensárselo – ¿Y está foto? –pregunta extrañado, KyungSoo pone su cabeza en el hombro de su novio y mira de la misma forma la pantalla.

 

– ¿Cuál? –LuHan se acerca, y mientras lo hace se coloca a pensar que no debe haber nada extraño en sus fotos.

 

Pero se equivoca. Sus ojos se agrandaron casi a toda su área y siente como el miedo se apodera de su cuerpo. Las manos le empezaron a temblar y casi perdió el aliento al ver la imagen.

El mismo hombre de la fotografía que ahora está pegada en aquel cartón, está en la memoria de su cámara, parado de espaldas en la orilla de una playa a mitad de la noche. LuHan sabe que es el mismo hombre porque su figura corporal es la misma, y además tiene una marca en su brazo.

 

– ¿Fuiste a la playa? –pregunta KyungSoo tomando su taza de café con los dedos mientras se acomoda de nuevo en el hombro de JongIn. 

 

– No.

 

– ¿Entonces?

 

– Y-yo no lo saque – tartamudea –digo, apenas conozco Seúl – bajo la mirada de incógnita de la pareja sobre él, agarra la cámara y la pone nerviosamente adentro de su bolso. Toma sus pocas pertenencias que se encuentran sobre la mesa y deja un billete encima –me disculpan, los veo mañana, sólo, me tengo que ir.

 

– ¡Espera LuHan! –y mientras KyungSoo grita su nombre, sale por la puerta del café y comienza a correr en dirección a su estudio de revelaciones.

 

El estudio se encuentra en la planta baja del apartamento de su primo. Sus tíos, o sea los padres de Chen, tienen mucho dinero, y como LuHan es el sobrino chino preferido, le amueblaron a la perfección la habitación desocupada.

Cuando ingresa al estudio y la luz roja neón inunda el lugar, miles de fotografías colgadas en cordeles hacen que su corazón de brincos de emoción y ahora ultimo de vértigo. Abre la cajonera donde se encuentran las últimas fotos reveladas y se da cuenta que en efecto, no hay nada raro. Revisa los rollos de su cámara análoga y se encuentra con la desdicha de que está cortada vulgarmente con un tijeretazo nada pulcro, las palmas de sus manos comenzaron a sudar y siente como el aire del lugar lo asfixia.

Conecta su cámara digital al computador y mientras espera que cargue, agarra su cámara análoga, su pequeño tesoro. La culpable de que LuHan no salga a ningún lado sin algún artefacto recolector de imágenes y de sueños rotos: una maquina recaudadora de tiempos pasados.

Su cámara de rollo, o su princesa como le dice cuando está solo, cosecha cosas impensables y pocas veces alguien que no sea su primo la ve, según LuHan el que toque a su princesa tendrá una catarsis de tan precioso armamento que tendrá entre sus dedos; manías y obsesiones que todos adquirimos a través del tiempo. Por eso cuando nota las posibilidades de que aquella primera foto haya sido tomada con su cámara está al límite de perder la cordura.

Cuando la imagen al fin se cargó en la pantalla, la observa detalladamente, hace un click y la manda a imprimir. El tipo que sale es esbelto, demasiado para su gusto, tiene piernas largas, se nota que está en su metro ochenta  y su cabellera rubia luce revuelta por el viento, como esta de espaldas no ve su rostro, pero se lo imagina. De una forma desquiciada se imagina a alguien en su cabeza, y sin ninguna explicación, nota un rostro triste.

LuHan agarra otra tachuela, y coloca la nueva imagen en paralelo con la anterior, su post-it ahora es de color verde chillón y las letras son más temblorosas.

¿Eres real?  

LuHan decide, a duras penas, que se está volviendo loco, que quizás necesita salir más o que de pasada tiene que dejar de pensar en fotografiar a la gente. Pero claro, ese pensamiento se va a la basura en un segundo. De hace algunos años que tiene esa manía de fotografiar a personas por la calle, o por donde camine en verdad, y si logra llamar su atención de seguro estará plasmado en su cámara.

Esas fotos no las imprime, las guarda en un archivo etiquetado como “personas” y se añejan en el computador, a veces cuando está deprimido las revisa y le sacan una que otra sonrisa.

Luego de la quinta revisión, se da cuenta que no hay rastros de ningún chico con las proporciones corporales que la del extraño de la foto, visceralmente encuentra la del muchacho que tomo el bus con él una mañana y la imprime, es una foto simple, pero logra llamarle lo suficiente la atención para hacerlo.

 

*

 

Las semanas pasan volando cuando las noches no son lo suficientemente largas, se condensan demasiado rápido y no dejan ningún rastro en las memorias. Se pierden y se difuminan en el espacio amallando cada pizca de tiempo mal gastado. Claro que en LuHan, siempre hay algo que recordar.

Ya está de vacaciones y eso conlleva que pase todo el día en el departamento con JongDae holgazaneando, de vez en cuando viene Yixing con SuHo y por supuesto, MinSeok viene casi día por medio. Mientras está tirado en su cama, mirando perdidamente el techo de su alcoba, un fugaz recuerdo hace que se le ericen los vellos del brazo, una imagen de él sentado en la orilla de la playa junto al hombre de la fotografía hace que pierda el equilibrio y se caiga de la cama.

Se levanta a horcajadas del suelo y se dirige a su escritorio, agarra entre sus dedos el cartón y se lanza a la cama nuevamente a observar las imágenes.

Sinceramente no hay nada de esto en su mente, quizás esa  imagen se la invento. LuHan se da media vuelta y mira fijamente la fotografía de la playa, nada surge ahora. Claro que él no conoce esa playa, en realidad nunca ha ido ni ha visto el mar de Corea, apenas si conoce la playa en China, y menos conoce a ese hombre. Lanza el cartón al suelo y se limita a cerrar los parpados para eliminar la tensión que ahora se acumula en sus hombros.

Un día lunes, Chen le dice que KyungSoo organizó una salida para ir a Busan por dos días, lo cual claro estaba invitado todo el grupo, LuHan le sonrió de medio lado y sólo dijo gracias.

El día Martes por la mañana LuHan se ve empujado por MinSeok y su primo al auto de SuHo, mientras colocan su maleta en la parte de atrás. Conduciendo se va JoonMyeon y como copiloto se va lay, por su puesto como su pareja. Atrás van MinSeok, Chen y él cantando canciones antiguas y un poco dramáticas.

Cuando llegan al fin a la cabaña, se fija que en el otro auto se encuentra KyungSoo con JongIn bajándose, y después, casi como una sombra, se baja alguien más. Un chico alto, de cabello rubio y muy delgado, LuHan lo mira de reojo  y se cuestiona el hecho de que quizás lo conoce.

 

–  Es mi primo –le dice KyungSoo tomándolo por el hombro –salió de su último año de preparatoria y se vino a quedar el verano conmigo y JongIn –le cuenta tranquilamente mientras ingresan a la cabaña.

 

– Ya veo –sonríe nervioso LuHan, y le estrecha la mano al sujeto –Me llamo LuHan, un placer. 

 

– Oh SeHun –el muchacho lo mira de pies a cabeza y sonríe –el placer es mío.

 

Sintió la fría mano del chico, ahora llamado SeHun, y su corazón se empezó a retorcer en su caja torácica, la sangre que fluye en sus venas aumentaron su velocidad y sus mejillas se sonrojaron, lo cual provoca que el muchacho le sonría nuevamente. 

 

– ¿Con quién voy a dormir? –pregunta desinteresadamente el joven mientras lanza su equipaje al sofá. LuHan lo observa de reojo, totalmente noqueado por la belleza de aquel chico, y nota cierta cicatriz en su brazo.

 

– Con Lulu –dice SuHo tranquilamente mientras le pasa las llaves en la mano –Todos estamos emparejados excepto él. A menos que quieras dormir con KyungSoo y JongIn. 

 

– Paso –dice con efusividad, haciendo reír a todo el grupo –prefiero dormir con un desconocido que entre medio de esos dos –SeHun le lanza una mirada seria y LuHan sólo fija sus ojos en su rostro que es pálido como la nieve – ¿Estas bien con eso? 

 

– Eh –parpadea –Claro.

 

– Bueno, como está todo listo, dejemos las cosas claras –KyungSoo saca una pizarra blanca de detrás de la lacena y la coloca en el centro de la cabaña, todos centran su atención en él, y JongIn sólo rueda los ojos –SuHo con lay se encargan del aseo, JongIn y yo la comida, Chen y MinSeok de las compras,  y ustedes –apunta a LuHan y a su primo –Encargados de ordenar las habitaciones y las camas.

 

– Pero.

 

– No se me ocurre que más pueden hacer.

 

– Holgazanes –susurra LuHan mientras todos le aplauden por el hecho de que no tendrán que hacer sus camas.

 

– Tengo hambre –gimoteo JongDae haciendo pucheros a MinSeok.

 

– ¡Ya! Vayan a hacer sus camas. JongIn ven, empecemos a preparar la comida.

 

Un poco aturdido, LuHan sigue la silueta de su nuevo compañero de dormitorio e ingresa al lugar; dos camas de una plaza están ubicadas en su debida distancia y existe sólo una mesa al medio con arriba una lámpara separándolas. Colocó el bolso de su cámara en aquella mesita y se puso a desempacar sus ropas encima de la cama.

El chico llamado SeHun se coloca los audífonos y empieza a ordenar su cama, sin siquiera prestarle atención coloca con delicadeza  las sábanas y el cubrecama mientras que LuHan lo mira al otro lado. Su perfil es demasiado familiar, casi siente demasiado peculiar su perfume, la marca en su brazo es la misma del hombre en su foto y eso no tiene sentido. Nunca ha visto al primo de KyungSoo, ni siquiera sabía que existiera.

Pero están esas fotos, ese cuerpo demasiado característico plasmado en la imagen que ahora está frente a él, y además existe esa sensación de vértigo que se está apoderando de él acumulándose en la boca de su estómago.

LuHan mueve su cabeza de lado a lado y niega la posibilidad de que sea el hombre de sus fotos. Se levanta y coloca sus poleras y jeans en una cajonera que encontró y se dispone a preparar su cama. De espaldas, sus cuerpos se rozan y LuHan aprieta su mandíbula cuando siente el cuerpo de su compañero por detrás, se apresura en colocar el cubrecama y sale disparado hacia la puerta. Cuando está a punto de huir, recuerda a su cámara, así que retrocede, toma el bolso y se pilla con los ojos de SeHun mirándolo directamente a la cara, LuHan traga y le sonríe nerviosamente, su compañero se saca un audífono del oído y penetras sus orbes de a poco.

 

– ¿Nos conocemos? –pregunta serio mientras se acomoda en la cama y coloca las palmas de sus manos sobre la superficie, sin dejar de mirar a LuHan de pie a cabeza.

 

– No lo creo – responde dudoso.

 

– Ah –quita la vista sobre él y redirige la mirada hacía el bolso que esta entre sus dedos – ¿Tomas fotografías?

 

– Si –afirma casi con normalidad –estudio fotografía. 

 

– ¿Alguna vez podría ver tus fotos? –el chico no muestra ninguna emoción cuando dice aquello, pero LuHan siente como sus latidos aumentan y se coloca cada vez más nervioso.

 

– Claro –se acomoda al lado de él muchacho y comienza a abrir el cartucho –Podrías ser mi modelo si quieres.

 

Una pequeña y casi inocua carcajada escapa de los labios de SeHun y él cree que va a morir de los nervios ahí mismos. LuHan no es un casanova ni nada, ni siquiera sabe por qué le propuso que fuera su modelo, es sólo que éste sujeto lo engatusa de una forma extraña con su mirada de indiferencia total, y eso sí que no tiene sentido.

Luego de que se miraran por algunos segundos de reojo en un silencio no del todo incomodo, más bien, abrumador e intrigante,  KyungSoo grita desde el comedor que la comida está hecha, SeHun es el primero en levantarse y luego le ofrece una mano para que se levante también. El contacto con su piel es demasiado conocido, podría decir que lo reconocería sin si quiera verlo; sus dedos delgados, sus nudillos ásperos, todo es demasiado peculiar.

Mientras están almorzando, LuHan esta embobado mirando por el ventanal que da a la cocina, existe una vista hermosa entre la gloria y lo increíble; el cielo está despejado, es celeste y demasiado paradisiaco, a lo lejos, llegando al horizonte, se ve el mar moviéndose con delicia de arriba hacia abajo, pintando cada movimiento con sus colores. El olor a mar inunda el lugar y el viento ingresa por el pequeño espacio que hay entre el vidrio y el marco.

Un almuerzo casi perfecto es acompañado de risas, buenas conversaciones y montones de recuerdos difusos ocultos en  arena de mar. Respaldados de sueño y millones de estrellas incontables, así son los recuerdos, infinitos.

La noche cae demasiado rápido, ni siquiera se dan cuenta cuando ya el cielo pasó a ser negro y sólo se puede escuchar las olas chocar contra la arena rasposa. Nadie va a la playa porque están demasiados cansados y queda aún todo un día para ir a divertirse.

LuHan se queda bajo una manta y acompañado de su fiel amiga sentado en la terraza hasta casi llegar a la media noche. Cubierto por la luz de la luna y embriagado por el olor del mar y su sonido, compases de música celestial lo hacen perderse en millones de constelaciones y mundos paralelos, lo hacen creer en un mundo perfecto y en que la belleza que está observando hoy nunca desaparecerá.

Se encuentra pegado mirando hacía las olas que chocan a la perfección contra la arena, cuando siente como alguien lo observa parado desde el ventanal. Se da media vuelta y no sabe desde cuándo, pero SeHun lo está mirando detenidamente desde atrás, LuHan acerca una silla hacia su cuerpo y le sonríe haciéndole señas para que se siente junto a él.

 

– ¿En qué pensabas? –le pregunta SeHun con demasiado interés mientras se acomoda en la silla y coloca sus manos dentro de los bolsillos de su pollerón.

 

– En el infinito.

 

– Eso suena demasiado triste. 

 

– No lo es –arquea sus labios en algo parecido a una sonrisa, pero no logra completarse –La vida es un infinito, un sinfín de recuerdos tallados en madera.

 

– No me gusta recordar –SeHun empieza a jugar con sus pies en la arena que inunda la terraza y luego mira a LuHan, que aún está perdido en el oleaje.

 

– Recordar es vivir en una mentira –LuHan lo mira a los ojos y saca su cámara, enfoca el paisaje de olas, y saca una foto –Los recuerdos, nunca son la verdad.

 

– ¿Y tus fotografías lo son? 

 

– La mayoría de las veces –se encoge de hombros y observa el rostro de su acompañante brillar a la luz de la luna –los recuerdos que guardamos en la mente son imágenes adornadas, pintadas y arregladas por nuestro miedo a sufrir, a recordar cosas tristes. Uno nunca recuerda las cosas como fueron. Nos engañamos y pintamos las cosas color de rosa, cuando quizá si quiera nos importaba –saca otra foto y luego se enfoca en los ojos de SeHun – Yo plasmo recuerdos reales.

 

SeHun fija su mirada en el mar que los acompaña y de alguna forma se percata de como LuHan lo mira de lejos, siente sus dedos temblar y no se le ocurre ninguna forma de responder.

 

– ¿Cuál es tú historia? –pregunta LuHan mientras se acurruca bajo la manta y lo mira con el rostro de medio lado.

 

– ¿Disculpa? 

 

– Un niño de diecinueve años no se viene donde su primo a Seúl por casi dos meses por nada –sonríe ladinamente y se fija en cada rasgo del hombre que tiene al lado. Si no fuera porque lame sus labios de forma tan impulsiva y de repente hace muecas infantiles, LuHan pensaría que luce mucho mayor.

 

– Mi madre –hace una pausa e intercambia oxígeno en sus pulmones para luego mirar directo a la luna –Mi madre se casó de nuevo –se conectan por milésimas de segundo en una mirada y ambos se sonrojan, pero SeHun está demasiado inmerso en sus memorias para notar como LuHan perdió la respiración –el tipo no está mal, es un buen hombre. El problema es mi padre, si no está discutiendo con ella de que es una puta, me llama a mí para terminar hablando de ella. Ya soporte mucho sus problemas.

 

– ¿No volverás?

 

– Postule a la universidad de acá, mis cosas llegan en un mes más. 

 

– Vaya, que valiente.

 

– O que cobarde. 

 

– No. Si fueras cobarde no hubieras  escapado nunca de los problemas de tus padres y te pudrirías en cosas que no te incumben.

 

– ¿Te han dicho que hablas como un deprimido?

 

– La mitad del tiempo – suelta una pequeña risita y mira por última vez los finos labios de SeHun – ¿Quieres ir a la playa?

 

SeHun se queda mirando el rostro a contra luz de su compañero y asiente con la cabeza. Ambos se levantan y crean un camino en dirección hacia el mar aligerando sus pasos, colocan el peso de sus cuerpos sobre la arena a medias, para no hundirse en ella, y van mirando las marcas de sus zapatos en el suelo.

LuHan se mueve de arriba para abajo sus manos sobre sus brazos, porque dejo la manta encima de la silla para tomar su cámara y se le olvido por completo que estaba sólo con su polera mangas cortas. Una especie de vapor blanco sale de sus labios cada vez que se acercan más al mar y una leve ventisca corre cerca de la orilla. Cuando ya las estrellas son lo único que ilumina el lugar acompañado del sonido de las olas, LuHan decide sentarse, junta sus rodillas y se queda mirando a SeHun que juega entretenido con la arena de sus pies.

El mayor lanza una carcajada cuando ve como SeHun casi se cae al suelo y palidece cuando sus ojos se conectan, se observan y secuestran todo el aire que LuHan está conteniendo en sus pulmones. El menor se acerca donde él y comienza a bajar el cierre de su pollerón, no se quitan la mirada en ningún momento, y de repente lanza encima de su cara su delgado y único abrigo.

 

– Está helando.

 

– Quédatela tú –estira su mano y la deja extendida para que SeHun se la vuelva a colocar, pero lo ignora y se dirige de nuevo a la orilla. 

 

LuHan obedeció sin mucho problema y se colocó la prenda, sintió de frentón la fragancia de SeHun inundar su cuerpo y su calidez recorre de apoco su piel, no puede evitar oler las mangas  que le quedan largas, y se le dibuja una sonrisa. Fija nuevamente su vista al frente y nota como SeHun está parado dándole la espalda, con sus brazos descubiertos, su figura es muy delgada, demasiado para su gusto, sus piernas son largas y su cabello rubio se revuelve por la brisa. Traga y siente una punzada en el pecho, recorre por sus venas la enfermiza necesidad de retratar esa imagen, existe algo inexplicable, pero una chispa emana de sus ojos al ver esa imagen, y lo hace.

Luego de ver el flash reflejarse en el agua, SeHun se da media vuelta y mira fijamente a su acompañante, mientras se hunden en algo raramente agradable, el menor se coloca al frente de LuHan y le ofrece una mano para que se levante.

 

– Volvamos antes de que KyungSoo hyung nos mate –sonríe. LuHan asiente y cree que si vuelve a ver esa sonrisa no podrá volver a respirar nunca más en la vida.           

Luego de esa noche nada vale mucho la pena de recordar, es decir, LuHan tiene miles de fotos y anécdotas de ese viaje, pero  aquella fotografía es la que se lleva el premio. Es la misma imagen que un día estuvo en su memoria de su cámara, tres semanas atrás para ser exactos, y que está pegada en un delgado cartón ahora al frente suyo.

LuHan retrato una imagen que ya había impreso hace tres semanas atrás el día de ayer.

Su cartón ya tiene dos respuestas resueltas, y centenares de preguntas nuevas: Es SeHun y es real.  Ahora la interrogante es una y LuHan no puede dormir desde hace horas por aquella pregunta. La mañana ha llegado abruptamente y él no ha pegado un ojo, bueno, si ha dormido, pero las imágenes de él y SeHun en la playa lo invaden, haciéndolo despertarse de golpe y con sudor frio recorriendo su cuerpo. 

 

 

 

 

Notas finales:

¿Y? lo dejó ahí y me lanzó al vacío =_= o me merezco un Dodo con orejitas de gato :3 ? 

Lo escribí cuando estaba un poco melancólica ... XD 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).