Resumen Quinceavo Drabble: Cuando el polvo se fue despejando, tanto Luffy como Zoro seguían igual, tosiendo por el polvo pero no les había pasado nada, el grito que dio Chopper fue el que los alertó.
Universo: One Piece, donde a Sanji lo vuelven un Pixie y la tripulación descubre un secreto de su parte, por su parte Zoro lo cuida por aquel secreto revelado.
Número de palabras: 1391
Comunidades: Reto diario
Número y Nombre del reto: Tabla de Primavera, 006. Atracción
Categoría: PG-13
“Cuando me desperté esta
Noche dije:
Voy a hacer que alguien me
Ame.
Voy a hacer que alguien me
Ame.
Y ahora sé, ahora sé que
Eres tú.
Afortunada, afortunada,
¡Eres tan afortunada!”
—Do you want to—Franz Ferdinand
Todos en el barco estaban alarmados, un anciano que creyó que ellos habían llegado a aquella Isla a causar dolor y desgracia los había enfrentado junto con los jóvenes isleños, por obvias razones lo mugiwara tuvieron que defenderse, más el anciano al ver que los piratas iban ganándoles uso su última estrategia, sacó de su bolsa del pantalón un puñado de polvo y se los lanzó al trio monstruoso.
Cuando el polvo se fue despejando, tanto Luffy como Zoro seguían igual, tosiendo por el polvo pero no les había pasado nada, a su alrededor no había nadie, los Isleños y el anciano habían desaparecido, el grito que dio Chopper fue el que les alertó de que algo malo había sucedido.
—¿Dónde está Sanji?—fue la pregunta del renito, al ver solo el montón de ropa donde se suponía que el cocinero debía de estar, los mugiwara se alarmaron, si nada les había pasado a su capitán y al segundo a bordo, ¿Por qué el cocinero no estaba?
Fue Robin la que descubrió lo que había sucedido, gracias a que ella se fijaba en los pequeños detalles y el ver que la ropa se removía ligeramente, ató los cabos sueltos.
—¿Cocinero-san?—preguntó, agachándose y mirando la ropa, todos los mugiwara que habían estado discutiendo el paradero de su nakama, guardaron silencio, ¿Por qué Robin hablaba con la ropa?
Fue Nami la segunda que se dio cuenta de la situación, y un chillido de sorpresa y ternura fue lo que salió de su boca, al ver que una pequeña cabecita se asomaba y veía a su alrededor aletargado.
—¿Cocinero?—fue Zoro el tercero en acercarse y ver por completo a Sanji, quien apenas medía diez centímetros y dos pares de alas de libélula salían de su espalda, no había cambiado mucho, solo el tamaño y las pequeñas orejas que parecían un poco puntiagudas, su figura era esbelta y si entornaba bien los ojos, podía ver que el cocinero estaba sonrojado ligeramente.
Muchas preguntas vinieron de repente, todas dirigidas a la arqueóloga, por ser la más sabía de la tripulación y aunque se pensase que ella no sabía la respuesta una sonrisa ligera daba a entender lo contrario.
—Les diré lo que pasó, pero en la cocina—Robin puso su mano enfrente de Sanji, quien la miró por un momento y rápidamente se cubrió con la corbata y subió en la palma de la mano de la mujer, parecía un poco encantado con que una de sus bellas damas le llevase de esa manera.
Todos siguieron a la arqueóloga, ansiosos por saber lo que le había ocurrido a su nakama, quien ahora se encontraba cubriéndose más y más con la corbata, Usopp quien sabía que el cocinero se cohibía demasiado al estar desnudo enfrente de tanta gente, se separó del grupo en busca de tela, agujas e hilos, él no sabía costurar, pero Sanji sí que sabía y apostaría que con la tela que le daría haría diminutos trajes o ropas que le vinieran bien a sus alas de libélula, las manos del cocinero eran muy hábiles a la hora de crear cosas.
Zoro arqueó la ceja de su ojo bueno ante la media vuelta abrupta que Usopp había dado, no le dio importancia y siguió el camino hacia la cocina del Sunny, quería burlarse de la situación del rubio, pero hasta él sabía que no era el momento de hacerlo, primero era necesario saber lo que le había ocurrido, ya luego si no era nada malo y se podría resolver con el tiempo, se burlaría de su suerte, que nunca creyó ver a Sanji convertido en una puta hada.
Robin colocó con cuidado a Sanji en medio de la mesa e hizo aparecer varias manos que iban hasta la biblioteca del Sunny y segundos después traían un libro rojo que fue depositado enfrente de la arqueóloga, Usopp entró corriendo y puso enfrente de Sanji un poco de tela de colores diversos, agujas de diferentes tamaños, hilos y una navaja pequeña.
—Aquí tienes Sanji—le dijo, todos vieron que Sanji decía algo, pero no lo pudieron escuchar, el narigón se acercó más y colocó su oreja cerca del cocinero—, de nada—dijo con una sonrisa el tirador.
Mientras Robin procedía a buscar las páginas de algo que quería explicarles, Sanji aun cubierto con la corbata, analizaba las telas, parecía que no se daba cuenta de que sus alas se movían a diferente ritmo dependiendo del color que observaba. Parecía que el verde era su favorito, al ver como las alas se movían demasiado rápido, fue el turno de Brook para hablar.
—Me parece que Sanji-san deja caer un poco de polvo de sus alas—y era cierto, entre más movía las alas, más polvo dejaba caer, pero era uno muy fino, que la briza del aire podía mover con solo un ligero soplo.
—¿Qué le ocurre a Sanji?—preguntó Luffy, ladeando su cabeza e inquieto por su nakama, que con ese tamaño no parecía que pudiera prepararle sus sagrados alimentos, esperaba que eso se fuera rápidamente.
—Al parecer—Robin alzó la mirada del libro que estaba leyendo y sonrió a sus nakama—, el polvo que les echó el anciano era un tipo de magia creado por alguien, quiero creer que él lo hizo, es un tipo de magia que el Nuevo Mundo presenta en diferentes Islas, y al parecer Sanji salió afectado por una sola razón que el espadachín y Luffy no tenían.
—¿Qué razón?—Franky quien miraba divertido como Sanji dejaba lo que estaba haciendo y palidecía ante las palabras de la arqueóloga.
—Nuestro cocinero es virgen—fue lo que dijo la arqueóloga, causando que las alas de Sanji se pusieran rojas al igual que su rostro.
La tripulación no sabía que decir, no sabían si estar sorprendidos por la castidad del cocinero o por la descubierta vida sexual del espadachín y Luffy.
—No me lo creo—se rio Usopp, después de salir del shock—, debe de ser que afecta al revés, porque no veo a Luffy teniendo sexo.
—Hancock fue la que me dijo que era divertido—Luffy dijo con una sonrisa—, pero la verdad no me llama la atención, si, se siente verdaderamente bien, pero no es como la carne.
La respuesta del porqué Luffy no era casto ya había sido resuelta, solo quedaba Zoro, pero este se había cruzado de brazos y los miraba con el ceño fruncido, no diría nada.
El espadachín estaba sorprendido ante la razón por la que no se vieron afectados, había descubierto que el cocinero no había tenido relaciones con nadie y eso le sorprendió, porque en su interior él había pensado que Sanji era promiscuo.
—De todos, yo pensaba que Sanji-san era el que tenía más experiencia con las mujeres—admitió Brook—, esto es un shock para mí.
Vieron como el cocinero señalaba a Usopp y este se acercó y dejó caer su cabeza alado del cocinero, parecía que lo iba a usar de portavoz.
—“El hecho que yo coquetease con las mujeres no significa que debía de llevármelas a la cama, hijos de puta”—el narigón imitó la voz de Sanji—“No soy capaz de manchar la delicada piel de ellas, es asqueroso pensar ensuciarlas de esa manera”
Bueno, ya sabían por qué Sanji era virgen.
—El problema es ¿Cómo regresar a cocinero-kun a la normalidad?—Robin sonrió—Porque aquí dice que solo hay una forma de revertirlo y es enseñándole los placeres de la carne.
No había manera de que alguien pudiese hacer que el cocinero volviera a la normalidad, porque con su tamaño era imposible.
—Lo bueno es—siguió hablando la arqueóloga— que no ha perdido su fuerza, pero si lo queremos escuchar, tendrá que aprender a volar y acercarse a nuestros oídos para comunicarse o escribir en una hoja de papel, hay que decidir quién será su porta voz o su ayudante en la cocina.
Zoro frunció el ceño, como segundo a bordo era su responsabilidad cuidar de sus nakama, así que vio correcto decir que él lo haría, aunque la verdadera razón fuera otra.
Continuará…
Editado por amor al Fandom, igual hubo algo que no fue señalado, agradecimientos a DiZereon por habérmelo señalado.