Resumen Decimonoveno Drabble: Inexplicablemente se sentía atraído hacia ese hombre, de aspecto sereno pero que emanaba las emociones con su voz.
Universo: AU, donde Sanji es un cantante de rock de veinticinco años y Zoro un estudiante de preparatoria de dieciséis años quien acompaña a Luffy a uno de los conciertos del rubio.
Número de palabras: 1656
Comunidades: Reto diario
Número y Nombre del reto: Tabla de Conjuntos Numéricos, 10. Complejos
Categoría: PG-13
Notas de Naghi Tan: Buscar la canción Bones de The Killers, al parecer va a ser una serie de drabbles bien largos, porque no siento que vaya ni por la mitad, y un drabble debe de tener menos de dos mil palabras…
Una hora y media habían pasado y Zoro extrañamente no se sentía aburrido y abrumado, al contrario, se sentía sorprendido por las mejoras que la banda The Hiken había tenido a lo largo de esos cuatro años, la música era buena, ninguno había tenido un fallo y los sonidos no era chillantes y las mezclas estaban bien balanceadas. La voz era otra cuestión, parecía que el rubio llevaba el ritmo con tan solo moverse un poco, inclinarse e inclusive parecía mover sus pies al compás de la melodía.
Inexplicablemente se sentía atraído hacia ese hombre, de aspecto sereno pero que emanaba las emociones con su voz, debió a ver escuchado con más atención a Luffy cuando hablaba de aquel tipo, miró hacia el escenario, porque estaban cerca, tanto que casi podían sentirse parte de la banda, y observó a Ace quien le sonrió y saludó con la cabeza, Sanji estaba nuevamente entre el público y se impregnaba de los gritos de euforia de sus fans.
—¿No tienen miedo de que un fan le haga daño?—preguntó a Nami, que era la que estaba un poco más cerca de él.
—No, ellos tienen a los fans mejor portados que cualquier artista quisiera tener—su amiga le sonrió y le hizo señas de que se acerca a ella—, tengo una revista donde le entrevistaron y por esas respuestas sus fans le quieren mucho al igual que a todos los miembros de la banda. Cuando estemos en camino hacia la casa de ellos, te lo prestaré.
Zoro asintió y se volvió a colocar en su lugar, pensaba que esa canción era la última, más porque las luces se habían apagado, cuando estaba a punto de levantarse para marcharse —como casi todos los del público estaban haciendo, aunque algunos estaban sentados y expectantes—, un coro de voces le hizo dar un respingo.
“(Ven conmigo)
Eran las voces de Law, Ace, Marco y Kid, nunca los había escuchado tan sincronizados, una tonadita infantil y rítmica le siguió, y las luces se iban encendiendo poco a poco, Zoro casi se cae de su asiento cuando sintió que alguien se apoyaba en su brazo derecho y un escalofrío le recorrió toda su columna al ver que era el cantante quien sonreía y les saludaba mudamente. Lo vio sentarse y esperar al que el ritmo del bajo le invitase a cantar. Cuando sintió que se podría acostumbrar a la presencia del cantante, este se levantó y comenzó a pasearse entre los asientos de la zona VIP.
Tomemos un atajo
Vamos a mirar las estrellas
Tomemos un atajo en mí
Auto.
Hacia el océano,
Es sólo agua y arena,
Y en el océanos nos
Tomamos de la mano.
Los movimientos del rubio eran seductores, lentos y parecía que flotaba, la voz hacía sentir la tristeza de la canción, la invitación y la súplica, como si la canción fuera hecha para alguien que ya no mostraba interés hacia los sentimientos de su amante.
Pero realmente no me gustas.
Zoro tragó saliva cuando nuevamente se acercaba a la dirección de sus amigos y él, parecía que conocía a sus amigos, y se dio cuenta que quizás en las reuniones que Luffy hacia y siempre se negaba a ir, quizás ahí se conocieron.
Apologético y vestido en el
Mejor
Pero en un deslizamiento
Del latido, sin una respuesta
El trueno habla desde el cielo.
Y en la suciedad fría y
Mojada yo lloro.
Y en la suciedad fría y
Mojada yo lloro.
Un movimiento rápido y las manos del rubio que emulaban desesperación le hizo sentir que se creaba un nudo en su estómago, sentía aquel lamento, tanto que pudo ver que no solo era él el que sentía aquello, vio que Usopp se frotaba los brazos, Luffy quien era de personalidad extrovertida pudo mantenerse calmo, Nami apretaba los puños por algo que había captado en la letra y Chopper trataba de contener las lágrimas.
¿No quieres venir conmigo?
¿No quieres sentir mis
Huesos, sobre tus huesos?
Es sólo natural.
Una visión cinemática sobrevino
Como el sueño más santo,
¿Alguien está llamando?
Un ángel susurra mi nombre.
Vio como Ace se bajaba lentamente del escenario, seguido de Marco, quienes se separaban con direcciones diferentes, el pecoso iba hacia el público que estaba situado en medio, y Marco se fue hasta los fans de las gradas superiores.
—Tienen un micrófono enfrente de ellos—fue el jadeo que escuchó de algunas fans.
Pero el mensaje
Transmitido es el mismo:
(Espera hasta mañana
Estarás bien)
La combinación de las cinco voces respondiendo sus lamentos al cielo fue escalofriante, nunca había creído que en verdad se hubieran vuelto tan buenos.
Pero esto ha ido a los
Perros en mi mente.
Siempre los oigo cuando la
Muerte.
De la noche viene llamando
Para salvarme e esta pelea,
Pero nunca pueden
Cambiar para mal este bien.
Si bien todo el concierto estaba cargado de adrenalina, con esta canción parecía ser que querían a apaciguar a los fans, Zoro quería saber más del mayor, el aura de el rubio tenía un aire de anhelo, como si buscase algo o a alguien.
¿No quieres venir conmigo?
¿No quieres sentir mis
Huesos, sobre tus huesos?
Es sólo natural.
¿No quieres nadar conmigo?
¿No quieres sentir mi piel
Sobre tu piel?
Es solo natural.
—Es como si pidiera que alguien le sienta—susurró Nami, quien al igual que él, parecía atenta a la letra de la canción y se dejaba llevar por las emociones, pero a diferencia de Zoro, esta estaba al borde de las lágrimas—, y saber que esta canción la escribió hace no menos de una semana.
¿Era nueva? No podía creer que en una semana haya podido darle forma, por lo poco que sabía del mundo de la música, las canciones resientes se tendrían que ir para otro álbum, más al parecer se habían saltado las normas.
—Esta canción quizás la suban después del concierto—Luffy se incorporó a la conversación—, siempre que Sanji saca una canción de esa forma es la primera que se vende y aumenta las compras de los discos, creo que es mercadotecnia o como dice Torao, siempre que van a ser una gira Sanji se pone en sus días sensibles.
(Nunca tuve un amante)
Nunca tuve un amante
(Nunca tuve alma)
Nunca tuve alma.
(Nunca tuve buenos tiempos)
Nunca tuve buenos tiempos,
(Nunca tuve oro)
Nunca tuve oro.
Sanji ya estaba nuevamente sobre el escenario, y estaba alado de Law, quien nunca desvió la mirada que tenía sobre el cantante.
¿No quieres venir conmigo?
¿No quieres sentir mis
Huesos, sobre tus huesos?
Es sólo natural.
¿No quieres nadar conmigo?
¿No quieres sentir mi piel
Sobre tu piel?
Es solo natural.
¿No quieres venir conmigo?
¿No quieres sentir mis
Huesos, sobre tus huesos?
Es sólo natural.
Podía decir, pero no lo admitiría, que The Hikens habían logrado añadir a un seguidor más, porque no se veía como un groupie, pero al menos compraría los álbumes anteriores y este que saldría.
Ven a nadar conmigo
¿No quieres sentir tu piel
Sobre mi piel?
Es sólo natural.
.
.
.
El concierto había terminado y Zoro y los demás habían sido invitados a quedarse para marcharse con el grupo de músicos, estaban sentados tras bambalinas esperándolos para poder irse, cuando un eco de risas les hizo voltear a ver hacia la dirección de los camerinos, uno a uno iban saliendo los mayores, Ace parecía muy feliz al verlos sentados y muy quietos.
Zoro no lograba ver al rubio, quizás no había salido o se había marchado, sintió decepción al pensar en eso, pero no debía de sentirse mal, algunos cantantes eran divas al sentirse idolatrados.
—Me he preguntado durante todo el jodido concierto ¿Quién es este joven con uniforme de preparatoria?—el chico se levantó rápidamente al sentir que unos labios se habían colocado en su oreja izquierda y le había movido sus tres pendientes—Mi nombre es Sanji, cabeza de musgo.
—No debes asustarlo—Kid se carcajeó al ver la reacción de Zoro—, es uno de los amigos de Luffy, nunca supiste de él porque al bastardo no le gusta la música indie.
—¡Oh!—Sanji que se había colocado un cigarro en la boca lo miró atentamente—, debo sumergirte a este mundo de música sicodélica y de sentimientos que varían y que te pueden llevar a un lugar colorido.
—No lo lleves con Iva-ya—se burló Law—, con esas palabras me hiciste pensar en él.
—Y no me has dicho tú nombre—Sanji le sonrió juguetonamente—, a menos que quieras que te llame cabeza de musgo…
—Soy Zoro—gruñó el menor, sintiendo que Usopp daba un respingo por el tono de voz con la que había dicho su nombre, por el amor de Dios, aunque no creyese en él, ese tipo era solo un hombre—, cejas de Diana.
Y el silencio se hizo, el rubio frunció el ceño y le miró molesto, Zoro se felicitó al haberle hecho rabiar, aunque muy dentro se lamentaba, porque si lo trataba de esa forma, seguramente nunca aspiraría a algo con él.
—Vamos a tú casa, Ace—ordenó el vocalista.
El menor no sabía si había hecho algo mal, hasta que la mano de Marco se puso en su hombro y le sonrió con pereza.
—Nunca nadie lo había tratado como su igual cuando se presentaba—explicó con un susurro—, ni nosotros lo habíamos tratado así, no te preocupes, le gustaste.
Zoro solo pudo ver a Luffy guindando de la espalda del vocalista, el olor a cigarro fue algo que sabía se acostumbraría demasiado rápido.
—¡Canta la canción del mar!—las risas de todos resonó en el pasillo al escuchar la respuesta del rubio.
—Ni de coña, que te lo cante Ace, que fue el imbécil que te hizo escucharla.
Claro que se acostumbraría, pero primero, necesitaba saber por qué el rubio se mostraba melancólico.
Continuará…