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La cocina verde por Naghi Tan

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Notas del capitulo:

Resumen Vigésimo Octavo Drabble: Zoro aún estaba pensando en las palabras de aquel rubio, diciendo que los elfos eran unos seres egoístas, quería haber podido replicar ante lo que el humano le había dicho.

Universo: AU. Donde Zoro es un Rey elfo y Sanji es un humano que busca alimento para el pueblo donde vive.

Número de palabras: 1368

Comunidades: Minutitos

Número y Nombre del reto: Tabla Te… 006. Te detesto

Categoría: PG-13

Notas Naghi Tan: Dedicado a Luky Megune (RainInMyMind) quien me solicitó este drabble por medio de facebook, y que ahora yo los empujo lectores a decirme que es lo que quieren leer de este par, si no quieren que sepan que pidieron, pueden ir a mi Tumblr (naghitan punto tumblr punto com) y solicitarlo anónimamente. (Hay un poco de RoSan, sé que te gusta chica).

Parte 2 de 5

 

 

“Ali baba que estoy haciendo ¡Oh!

Trágame tierra, ábrete sésamo

Que en esta historia acabo siendo el malo yo

Ya me la coma o no.”

—Bambú—Miguel Bosé y Ricky Martin

 

 

 

 

 

 

 

Zoro aún estaba pensando en las palabras de aquel rubio, diciendo que los elfos eran unos seres egoístas, quería haber podido replicar ante lo que el humano le había dicho, pero el tono de voz del rubio le había advertido que había algo más para que estuviera seguro de sus palabras, era como si algo le hubiera pasado como para tener aquel trato hostil que había emanado.

—Ese hombre estaba muy molesto, Zoro—el reno salió de su escondite, acercándose al elfo—, pero no estaba mintiendo al decir que no regresaría, parecía que sabía lo territoriales que son los de tu raza.

El elfo asintió, acariciando el lomo del reno, aquel animal era tan inteligente que había desarrollado el habla desde que era pequeño, por eso Kuina lo había protegido y se lo había dado antes de morir, a los animales no les gustaba que hubiera seres diferentes en sus manadas.  

—No entiendo porque no creyó que fuera un elfo—suspiró cansado, y agradeció que el reno estuviera ahí, así podría llegar hacia el castillo donde vivía—, no soy muy diferente a ellos.

—Nunca se te ha engañado sobre tu verdadera naturaleza—el reno dejó que Zoro se subiera a él y procedió a caminar—, tu naturaleza no es la de un elfo normal, tú perteneces a los Elfos oscuros, seguramente no te creyó porque solo habrá visto a los elfos normales, sabes que tanto tu hermana como tu padre son de cabellos negros, pero de piel blanca, el color del cabello de los elfos puros es rubio o negro, nunca café o de otro color diferente, a menos que sean impuros.

—Se me había olvidado—admitió Zoro, mirando fijamente el camino que el animal recorría, por más que tratase el bosque se movía y se le hacía injusto que a Chopper no se le moviera el camino, si, su naturaleza era de otra índole, su raza era una guerrera, una de odio hacia los elfos de luz, que era así como se le conocían a los elfos con los que se había criado, y que les encantaba las luchas sangrientas y mostrar su fuerza, al contrario que los elfos de luz, los oscuros llegaban a ser morenos, temperamentales y el color de cabello variaba, su padre adoptivo lo había encontrado abandonado y le había tomado bajo su tutela, los demás se habían opuesto, pero Koshiro hacia oídos sordos hacia las opiniones de los demás, el pequeño elfo no tenía la culpa de pertenecer a una raza combativa.

A diferencia de sus hermanos, Zoro no usaba arcos y flechas, eso no le había llamado la atención, en su cintura tenía tres katana, una de ellas le pertenecía a su difunta hermana y las otras dos eran katanas normales, sin historia y valía.

—El humano tiene razón, en parte, de opinar de esa forma—una voz femenina resonó en la oscuridad del bosque y Chopper se detuvo bruscamente, frente a ellos, una mujer morena de cabellos negros estaba sonriendo, Zoro la reconoció enseguida, ella era Nico Robin, una elfo oscuro que había sido salvada por el padre de Zoro—, al parecer él en verdad necesita alimentar a su pueblo.

Zoro entrecerró los ojos al ver que la elfo tiraba de algo enorme, y se mostró incrédulo al ver una res muerta siendo arrastrada por Robin, aquella mujer nunca se había mostrado piadosa hacía un elfo, animal y mucho menos un ser humano.

—Conozco al humano, si es lo que quieres preguntar—la mujer pasó a su lado, arrastrando la res— y solo le tiene odio a los elfos de luz, es maravilloso que conozca a todas los seres fantásticos, ese hombre ha recorrido más lugares de los que tú, mi Rey, ha explorado.

—¿Qué sabes de él?—el elfo se bajó rápidamente del reno, pasando por alto el que Robin se mostrara, como siempre, irrespetuosa ante su presencia.

—Es de mala educación hablar de una persona en sus espaldas—la elfo sonrió—, él no pertenece a ningún lugar, es lo que te puedo decir, se queda por un tiempo en algún pueblo, para después marcharse al dejarlo en condiciones apropiadas, tiene dos aprendices, que creo que ya has visto quienes son.

—¿Por qué lo hace?—preguntó sorprendido, quería saber más del rubio, algo en su pecho le decía que debía saber más de él y sabía de cierta forma que sus instintos jamás erraban.

—Eso, mi Rey, debe de investigarlo—ella prosiguió su camino, y Zoro pudo ver que la seda negra con la que siempre iba vestida había cambiado de color, ahora era purpura—, pero debo decirle, que usted ya no me verá aquí más, me voy de viaje con él.

Y el elfo no pudo mostrarse más incrédulo, porque Robin le había informado aquello, ella no era de irse de viaje con cualquier persona, algo debía de tener ese humano para que Robin se fuera con él sin titubear y eso a Zoro le dio una ligera molestia, ¿Quién en verdad era ese tipo?

 

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.

 

El rubí brillaba intensamente y Sanji no pudo más que fruncir el ceño, su tiempo en esa aldea se estaba acabando y lo único que había podido hacer para ellos era dejar las tierras aradas y sembrar semillas de trigo y arroz, debía de aprovechar que el pueblo estaba cerca de un arroyo, uno que no tenía peces que cazar u otra especie que pudiera pescar, aquella afluente de agua había sido devastada de una manera radical.

Miró a Usopp y a Luffy, el par repartía la cena de ese día, y sabía que si les decía que debían marcharse, estos se pondrían tristes, porque en aquella aldea habían durado más de seis meses, pero el rubí ya estaba marcando que debían de irse, se frotó la sien y exhaló el humo del cigarro que se estaba fumando, estaba verdaderamente irritado por la situación, había ocasiones como esa, en las que los pueblos que visitaban no tenían oportunidad alguna para ser salvados y eso le frustraba.

Su molestia se había disparado al recordar al elfo que había conocido esa mañana, detestaba a esos seres, a los elfos de luz en específico, había sido una maldición por parte de uno de ellos por la que no se podía quedar en ninguna parte, a sus diecinueve años, él ya conocía más lugares de los que pudiera recordar, su vida era ajetreada, y su viaje había iniciado poco después de la muerte de su padre adoptivo, Zeff había sido un hombre que le había enseñado la importancia de alimentar a las personas, le había enseñado bastante, hasta que ese maldito elfo se había aparecido en su vida, un elfo que había matado para vengar a su padre, pero que las secuelas aún estaban latentes en su espalda, la naturaleza de los elfos de luz era una hipócrita, decían que cuidaban de la naturaleza y de los seres que la habitaban, pero se negaban a ayudar a los hambrientos, disfrutaban cuando escuchaban que un pueblo entero de humanos había sido devastado.

—Se nota que no estás de humor—Sanji se dio la vuelta para ver a la elfo oscura con la que había entablado una amistad un poco sombría, le sonrió y se percató de la res que ella llevaba.

—Mi preciosa Robin—el rubio tomó de la mano de la mujer la parte con la que podía arrastrar a aquel animal—, siempre tan oportuna.

—Me enteré de que dentro de poco tendrás que irte—la elfo le sonrió— y vine para que cumplieras tu promesa de llevarme contigo.

Sanji sonrió y se acercó a ella, aquella elfo era letal, lo supo cuando había tenido un encuentro abrupto con ella.

—Siempre cumplo, mi querida Robin.

La elfo dejó que la abrazara y presionó sus labios con los del rubio, él era demasiado intenso y su Rey quizás le quisiera para estar a su lado, pero mientras tanto, podría disfrutar de aquel rubio.           


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