Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La cocina verde por Naghi Tan

[Reviews - 42]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Resumen Cuadragésimo drabble: Sin embargo, Lucci sonrió y negó con la cabeza, no se dejaría provocar, al parecer no era del tipo de personas que perdían el control de su mente.

Universo: AU. Donde Zoro es un luchador famoso y Sanji un actor de renombre.

Número de palabras: 1137                   

Comunidades: Minutitos                             

Número y Nombre del reto: 021. Respirar

Categoría: R

Notas Naghi Tan: Este drabble no sé si continuarle, soy de mente activa y no paro… para la próxima termino los drabbles inconclusos. Advertencia: ¡MENCIÓN DE Lucci  x Sanji! Repito: Lucci x Sanji

“Lo resisto todo, soy increíble

Y uso las frases que quiero,

Llego tarde hasta en auto

Y no soy de cursilerías del amor.”

Do ya thing— Gorillaz

 

Zoro suspiró, odiaba las ruedas de prensas, siempre eran lo mismo, preguntas de si había alguien en su vida, de cuando sería su próxima pelea, de cómo lograba mantener su cuerpo en forma, palabras que se aburría de escuchar y que desde luego se abstenía de responder, porque ¿Qué respondería? No había nadie en su vida, se la pasaba entrenando todo el día para mantener su título de campeón y no había momento para romances aburridos. Su próxima pelea sería con Rob Lucci, y era obvio, porque por eso estaba ahí, dando su reto a las cámaras, porque si no lo hacía Lucci nuevamente se negaría, había tratado de retarle en privado, pero siempre respondía que no, dándole como excusa que era todavía un novato y que no estaba a su altura. Eso le ponía furico, que tuviera diecinueve años y hubiera debutado recientemente en las luchas de box no era motivo suficiente para negarse.

Una serie de murmullos de sorpresa y del clickeo de las cámaras fotográficas hizo que se fijara en un par de personas que iban a su dirección, Lucci había aparecido en la rueda de prensa junto a él un rubio de piel pálida con gafas naranjas y vestido de traje le sostenía la mano. Zoro evitó reírse, Blackleg Sanji era la pareja de Lucci, había leído por alguna parte que ellos dos llevaban más de dos años de relación, que Sanji era un actor de películas de alto prestigio y qué quizás eso más la “belleza” que le caracterizaba había llamado la atención del violento luchador, Sanji apenas contaba con diecinueve años y ya tenía el mundo en sus manos.

—Creí haberme negado varias veces, señor Roronoa— Lucci habló calmadamente, soltando la mano del rubio lentamente y cruzando los brazos enfrente del pecho, el hombre era dueño de unas cejas particulares, no tan extravagantes como las de Sanji, pero si intimidantes, parecía un tigre acechando a su presa, pero en ese momento no parecía interesado en él.

—Y yo no acepto un no— Zoro ladeó la cabeza y vio como Sanji procedía a sentarse, buen chico, hacerse a un lado mientras los profesionales hablaban—, veo que lo tienes controlado— lo señaló con la cabeza, no pudo evitar burlarse, a él no le agradaban los actores, menos los de porte enclenque.

Sin embargo, Lucci sonrió y negó con la cabeza, no se dejaría provocar, al parecer no era del tipo de personas que perdían el control de su mente cuando alguien insultaba a una persona cercana a él.

—Puedo negarme ante tu reto— Lucci habló secamente, acomodándose el traje que llevaba puesto y sacudiéndose el polvo imaginario, Zoro pensó que era un maldito arrogante—, no soy el campeón de pesos pesados por nada, y no temo a que me llamen cobarde por negarme, pero, haré una excepción.

Vio como el actor mostraba una sonrisa y sacaba un cigarro para encenderlo y fumar de el —porque eso se hacía con los cigarros—, y se sacaba las gafas, mostrando solo un ojo de color azul intenso, el brillo de los focos del lugar junto con las luces de las cámaras fotográficas le hacían verse más intenso. Zoro sacudió la cabeza levemente, dándose cuenta de su leve distracción, el maldito rubio era una jodida distracción.

—Es sabio de ti —arqueó una de sus cejas y no pudo contener sus palabras—, tu novio no te reconocerá al terminar la pelea, es más, te haré un favor y te darás cuenta que solo está contigo por tu dinero y fama y no por lo que en verdad eres.

Una ráfaga de aire movió sus verdes y cortos cabellos, para sentir dolor en la boca del estómago, se sorprendió al ver al rubio justo enfrente de él, ¿En qué momento se había movido de su lugar? ¿Y con qué cojones le había golpeado? Antes de caer al suelo vio a Sanji bajando una de sus piernas, el actor tenía las manos en los bolsillos de su pantalón, el bastardo no había usado sus manos.

—Lucci— la voz era fría y llena de furia contenida—, no vale la pena luchar contra él, es un miserable con aires de grandeza, se ve de lejos que cree que el mundo estará lamiendo las suelas de sus ridículas botas solo por el simple hecho de ser un novato y un posible “buen” luchador. Sus ojos muestran la bestia que lleva dentro.

Zoro se levantó rápidamente, él no tenía por qué decir aquellas palabras, el rubio no sabía el esfuerzo que tuvo que hacer para llegar a ese lugar y obtener rápidamente la atención de los patrocinadores, quería romperle el rostro y que el rubio no tuviera próximo trabajo por lo desfigurado que estaría.

—Por eso mismo— Lucci sonrió depredadoramente, colocando una mano en el hombro de su pareja—, debe de aprender cuál es su lugar —miró a las cámaras y ladeó la cabeza, como si no se hubiera dado cuenta de que estaban ahí todo ese tiempo—, te doy un mes para prepararte, Roronoa, un mes y te destrozaré rápidamente, tanto que nadie sabrá de ti. 

 

.

 

.

 

.

 

Sanji estaba maldiciendo en voz alta al otro luchador, Lucci simplemente cerró los ojos mientras la limusina se movía por las calles de New York, su pareja era temperamental y un gilipollas cuando se lo proponía, pero nadie lo insultaba, Sanji había estado con él desde que había iniciado su carrera de boxeo, cuando Sanji todavía era un crío y le apoyaba entre las sombras.

Contrario a lo que la mayoría de la gente pensaba, Lucci le quería por estar con él a pesar de sus arranques continuos de ira y sus golpes constantes al menor, si Sanji le había tolerado durante más de diez años, entonces se hacía merecedor de un lugar en la vida del luchador.

Y Zoro iba a pagar, porque el novato no sabía lo que Sanji tuvo que hacer para llegar a estar a la altura en la que estaba, porque no sabía el hambre que pasó solo para asegurarse que Lucci no pasara lo mismo, a pesar de que Lucci era notablemente mayor que el rubio.

Siguió escuchando los insultos de su pareja, pero supo leer entre líneas su molestia, Sanji se sentía tan mal, el maldito novato le había golpeado en una constante crítica que le hacía daño y muy profundamente, Lucci no creía en las ilusiones, pero Sanji era una en su constante vida y no quería que fuera borrado. Roronoa Zoro iba a sufrir las consecuencias de sus palabras.

Porque su aire había sido herido y él lo necesitaba para respirar.

 

¿Continuará?… 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).