Abrí los ojos mirando el ya conocido techo blanco del hospital de especialidades de Seúl, suspire con pesadez, había fallado nuevamente y esta vez dolía, nota mental, jamás volver a intentarlo con fuego.
Gire mi rostro hacia la ventana en un intento por ignorar la presencia de Onew en la habitación, sabía que si lo hacía no podría controlarlo y odiaba eso, odiaba no tener a las personas bajo mi control.
La ventana me dejaba ver la oscuridad pero también la luz, afuera comenzaba a amanecer y las estrellas poco a poco desaparecían.
-Key...
-Kibum, mi nombre ahora es Kibum.
-¿Cuanto seguiras con ese juego? -no conteste, y lo escuhe suspirar por un largo momento, Onew golpeo la pared -¿Por qué lo hiciste de nuevo? – Ignore su pregunta – ¿Por qué lo hiciste de nuevo? – pregunto con enojo.
-Lo mismo pregunto – dije secamente, esta vez girando mi rostro para poder verle frente a frente – no era más fácil dejarme morir.
Onew me miro de la misma forma que lo había hecho antes, una combinación de tristeza, lastima y furia, un paso hacia delante, un paso hacia atrás, eso era todo lo que hacía.
Comencé a reír, era una forma de escapar, confundirlo y escapar.
-Estoy bromeando, fue un accidente. – Mentí y él dudo.
-¿En que diablos estabas pensando? – la misma pregunta pero disfrazada de credulidad ante lo que había dicho, conocía a Onew como la palma de mi mano, y él me conocía como la suya.
-Lo siento.
-Lo siento no es suficiente ¿Qué pensaría tu hermano si te viera?
Esa era su arma utilizar a JongIn.
-No lo metas en esto, lo siento ¿Si? Fue un accidente – insistí esta vez era cierto... de alguna forma.
-No sé si creerte
Ese era el problema, Onew ya no creía mis mentiras aunque fueran reales y ese era un obstáculo para mi meta… morir en silencio.
-Lo siento, de verdad lo siento – mi boca se quedo abierta antes de seguir hablando cuando vi una cabeza asomándose en la puerta de la habitación… sonreí de lado al identificar quien era.
Mi hermano alguna vez me había dicho que nada te mataba más rápido que amar sin ser amado.
Él era mi mejor opción, era mi mejor mentira, Jonghyun, o quizá debería llamarlo por el nombre que le invente, Minho.
-Tan pronto como te den de alta, volverás a vivir conmigo.
-Onew sabes que no puedo hacer eso.
Hable rápidamente antes de que dijera más de lo que quería que Jonghyun supiera, como lo había hecho la noche anterior al confundirlo con mi hermano, al llamarlo por el verdadero nombre de JongIn, el que yo había robado, Kibum.
- tu sabes, la escuela, mi trabajo, la compañía – Onew se vio confundido, sabía exactamente que esas cosas no me importaban.
-Podemos seguir con clases privadas y ¿Trabajo? Por Dios, dinero tienes de sobra.
-¿Qué hay sobre vivir mi vida? – Onew que no había parado de caminar de aquí para allá en todo ese tiempo había parado justo al escuchar mi pregunta.
Él me había dicho eso entre lágrimas y casi como suplica la última vez que había decidido suicidarme, “Te dejare hacer lo que quieras, quieres seguir los pasos del diario de Kibum, JongIn como se llame, hazlo, vive tu vida o la suya pero por favor no lo vuelvas hacer” era así como estaba aquí en este momento, era esa la razón por la que Jonghyun estaba ahí escondido pensando que me había rescatado, pensando que yo no sabía quién era.
-Eres lo peor – sentí la victoria, lo había convencido, el control volvía a mis manos.
-JongIn me crio – ambos reímos, sin querer hacerlo.
-Sabes que no hay departamentos libres en esa zona ¿Qué piensas hacer? ¿Volver a ese departamento? Los del seguro han dicho que es pérdida total.
-Puede quedarse conmigo – Onew se giró y descubrió lo que yo hacía minutos había descubierto, la presencia de Kim Jonghyun.
-¿Tú? – Onew rápidamente se acercó a Jonhyun tomándolo por la bata – No vuelvas por aquí – dijo con todo el enojo que no podía descargar en mí.
Me levante lentamente, en mi papel de Kibum.
-Onew – dije con ternura le mire más desconcertado que momentos atrás por el cambio repentino de mi humor – él fue quien me salvo ¿No lo recuerdas? – las manos de Onew soltaron poco a poco la bata de Jonghyun quien le miro casi retándolo a volver a hacerlo.
-Kibum ¿Estas bien? – fue lo primero que pregunto Jonghyun al ser soltado.
-Estoy bien y ¿tú? – toque su mejilla y el retiro su rostro por inercia, eso era lo que me gustaba de él, pareciera que nunca aceptaría afecto de mi parte.
-Estoy bien – respondió.
-Acepto – mirar el mapa en su rostro fue suficiente para saber que no sabía de que hablaba – acepto ir a vivir contigo.
La última página del diario de mi hermano, justo al lado de una foto de Taemin decía
“Nada te mata más rápido que enamorarte de alguien que nunca te amara”
No sabía que tan cierto era eso… pero nada perdía intentándolo… enamorarme de Jonghyun.