Escuchó un sonoro “Gracias” seguido del suave golpe de la puerta al cerrarse, haciendo que se llevara de manera mecánica la mano a los ojos restregándolos con violencia en un intento vano por eliminar el pesar que sentía sobre ellos debido a las horas de trabajo acumulado. El sonido lejano del reloj de pared hacía de un fondo levemente irritante mientras la pantalla que tenía en frente se iba apagando de manera gradual sumiéndolo en una suave oscuridad.
Escuchó como algo vibraba incesante sobre la mesa interrumpiendo su corto descanso. Sin querer abrir los ojos alargó una mano al tiempo que lanzaba un bufido buscando a tientas su móvil.
“¿Cómo está Haru? Hoy no podré llegar a casa, por favor cuida de ella. Le llamaré antes de que se vaya a dormir. Adiós”
Una sonrisa hizo curvar sus labios levemente al leer el dulce nombre de su hija aunque, al mismo tiempo, un suspiro escapó sin permiso al enterarse que debía cuidar de ella solo durante toda la tarde, como si la mañana no se le hubiese hecho lo suficientemente larga.
- Haru… ¡Haru!- de golpe se puso de pie tirando con violencia la silla hacia tras provocando una gran estruendo al chocar con una mesa botando parte de lo que tenía encima saliendo a toda velocidad por la puerta buscando la sala de ensayos donde la había dejado- ¡¿Cómo pude olvidarlo?! Que mal padre eres Sun-Woong- se comenzó a reprender mientras intentaba recordar cuál de todas era- luego de esto, un acuario solo para ella será lo mínimo para que me perdone- abrió una de las puertas sin pensar encontrando a los chicos del Team B bailando que se dieron vuelta asustados por la intromisión. Sin decir una palabra la volvió a cerrar pasándose la mano por el rostro.
Ser padre era más complicado de lo que podía imaginar o al menos siendo un artista como él, el trabajo se hacía más dificultoso. No era la primera vez que la traía a la YG pero si una de las primeras en que la dejaba sola con el tío Taeyang y oppa GDragon quienes se habían ofrecido amablemente- vale agregar que insistentemente- a cuidarla mientras él se dedicaba al arreglo de Eyes, Nose, Lips con Jeong. Siendo sincero, prefería que ella estuviese apretando cuanto botón se le atravesara a que estuviese alejada de él, pero debía terminar el trabajo rápido y le era difícil concentrarse de esa manera por lo que había cedido pensando que era lo mejor, además confiaba plenamente en el moreno ¡Qué gran error! Por poco la olvidaba ¿Hubiera podido llegar a casa sin ella? No quería ni pensar en eso, menos en que Hye se llegara a enterar de su descuido o no lo dejaría más a cargo de ella en lo que le quedaba de vida.
- ¡Haru!- gritó aliviado al ver a su hija entre los brazos de Taeyang
- Shhhh, está durmiendo- sonrió el rubio viendo cómo la pequeña se revolvía levemente por el ruido
Paró su marcha mirando con atención la respiración suave de la pelinegro. Se veía serena durmiendo con Taeyang haciendo de ambos una imagen realmente adorable. Sin duda podrían ser la portada de una revista, algo tenía ese par que hacía que su corazón dejase de latir con la misma frecuencia de siempre.
- ¿Hace mucho?- consultó intentando salir de su trance. Esa imagen quedaría guardada junto tantas otras.
- Lleva una media hora- contestó mirando hacia el reloj que adornaba la muralla vacía- Estaba esperando a su papá- rio leve mientras le quitaba uno de los cabellos de la frente- dijo que estaba preocupada, demorabas demasiado
- Tarde más de lo que tenía estimado- explicó sentándose a su lado para poder recibir a la pequeña en sus brazos- terminé tu cover
- Seguro que será un trabajo genial. Hyung es bueno en lo que hace
- Estuve hablando con Jeong y pensábamos en que al final cantaras el coro, pero en inglés al igual que toda la canción-comentó mirándolo de soslayo
- ¿De verdad?- su voz salió ilusionada a lo que respondió haciendo un leve sonido con la boca- Oh… y… ¿Cuándo grabaríamos?
- Mañana- hizo una breve pausa notando como los ojos de Haru se abrían lentamente extrañada de no ver al rubio sosteniéndola
- ¿Papá?
- ¿Descansaste pequeña?- rio leve dándole un beso sonoro a lo que solo frunció el ceño mirando hacia otro lado- Papá demoro mucho otra vez, ¿no?- le hizo un leve puchero escuchando como Bae reprimía una risa al verlo- Prometo comprarte un helado- ofreció con voz melosa picándole las mejillas
- ¿Irá el tío Taeyang también?
- ¿Quieres que le invite un helado?- los cabellos le saltaron suave al asentir por lo que se puso de pie arreglándose mientras le daba una mirada al rubio- ¿Vamos?
- Quiero uno de chocolate ¿De qué sabor te gusta?- preguntó tierna tomándole la mano al bailarín para llevarlo más rápido.
Un poco más aliviado por recuperar la sonrisa de su pequeña se dedicó a observarlos unos pasos más atrás. Haru era su viva imagen sin embargo el verlos así tan animados conversando le hacía formarse la idea de Bae como papá.
Cuando lo conoció fue un poco extraño aunque, siendo sincero consigo mismo, todo hasta ese momento había sido extraño. Parecía un chico algo tímido cuando el CEO cerró la puerta dejándolos a ambos en la misma sala para grabar, pero apenas colocó la música este se animó cantando con toda su alma. Quizá ese era el motivo porque su nombre fuese Sol; no solo él se iluminaba, todo el lugar parecía irradiar luz cuando él estaba allí.
Incluso él.
A su lado una calidez única se apoderaba de su pecho, se sentía tan bien, la misma calidez que sentía al despertar con Haru saltándole encima.
Cuanto había cambiado desde que lo había conocido…
Algo en ese chico de los cabellos rubios lo atontaba aunque por mucho tiempo no quiso admitirlo. Él era hombre casado y ahora tenía a Haru, sin duda la personita que más amaba en el mundo. De su vida ella era lo único real.
Hye era su amiga y su compañera además de ser su esposa, sin embargo sabía que no la amaba aunque eso no era un secreto.
El matrimonio con ella había sido casi un trato. No podía mentir, la quería, la adoraba e incluso en muchos aspectos la admiraba. Era una gran mujer y una excelente madre, pero no podía amarla.
No podía evitar presentarla como la madre de Haru, no le nacía llamarla de manera más cariñosa como muchas parejas lo hacen, lo que sentía por ella no crecía más allá de un inmenso cariño pero ambos habían aceptado el trato y no iba a ser él quien lo rompiera.
Era una interminable tortura.
Sin embargo Bae… Young Bae le provocaba todas esas cosas que te dicen cuando pequeños que debes sentir. Las mariposas en el estómago, ese hormigueo, el pequeño nerviosismo el deseo de saber cómo esta y lo peor de todo a su parecer era ese conformismo por verle aunque fuese de lejos. Saber que estaba allí era suficiente.
- ¿De qué comerás, Blo?- escuchó la voz de Bae sacarlo de sus pensamientos sintiendo como este sonreía amplio frente suyo
- ¿Qué cosa?
- Chocolate- pidió Haru tirando de la playera del rubio
- Vamos a comprar uno mientras papá piensa de que quiere- rio el cantante acercándose al puesto con la menor de la mano
El sentir eso por el moreno era egoísta, con aquel sentimiento muchos eran perjudicados incluyéndose. Además Taeyang seguía prendido a su primer amor lo que hacía que todo se complicara aún más.
“¿Cómo mover las piezas sin romper el tablero?”
Antes, no mucho antes, pensaba que aquella calidez era un cariño paternal hacia el moreno. Pero los sentimientos crecen y creía entender exactamente que era aquello.
- Creo que quiero uno de durazno- pidió acercándose al par- ¿Me das un poco?- le pidió cariñoso a Haru poniéndose en cuclillas para darle una pequeña lamida
- Está rico, ¿Verdad papi?- sonrió complacida corriendo hacia una banca
- Tu helado, Blo
- Gracias- le dio una mirada notando como él también tenía su helado en la mano mientras recibía el suyo.
De alguna manera, si tan solo lo lograba ver a diario se sentía bien.
Quizá solo lo debía dejar las cosas así y ya.
- Entonces… ¿Tienes mañana libre para grabar?- preguntó casual sentándose en la banca junto al par.
- ¿Podemos jugar luego ahí?- interrumpió la peli negro apegándose a su cuerpo mientras apuntaba a los juegos
- Solo si papá no tiene que volver a la agencia a seguir trabajando- extrañado miró al rubio notando como este lo miraba como cachorro para que cediera
- ¿Papi?
- Claro que si, Haru. He terminado por hoy- sonrió ladeado.
Quizá, solo quizá lograra deshacerse de ese sentimiento y quedar libre.