Hirohito.
Este Gatito tiene un olor peculiarmente delicioso, no se si relmente quiero quitarle la piel. Me gustaria saber cuales son sus poderes antes de darme a la tarea de desollarlo. El solo pensarlo hace que mi sangre hierva de excitación y placer... el imaginar sus gritos de dolor me produce un placer que jamas habia sentido ni siquiera por aquel inu que tanto tarde en matarlo.
- Misaki-kun... - Entro a la habitación donde lo tenía escondido, a el no queria tratarlo como a los demás, no lo encerraria en una jaula, quiero probar sus sangre antes de que se llene del estres que produce el dolor.
- ... - Me miro haciendose pequeño en un rincón donde parece que se sintió comodo.
- No te preocupes, yo prometo no hacerte daño. Ven conmigo - le di una sonrisa sincera, tratando de hacerla tierna. Aunque seguramente mis ojos podrian decir otra cosa. - Si te dan miedo mis cicatrices en el rostro, no te preocupes. Te contare mi historia.
Comence a relatarle desde el día del que tengo memoria. Yo tenía aproximadamente 7 años cuando vivia con mis padres. Viviamos en una isla donde convivian demonios y humanos por igual, mis padres eran la unica pareja de humanos que vivian ahí. Todos los mitad estian intentaban abusar de alguna manera de mi "Tu no deberias estar aquí, todos somos hibridos de humanos y demonios y tu eres demasiado normal."
Recuerdo incluso una ocación en la que varios mitad bestia, aquellos que no tenían a sus madres pues habían muerto en el parto para tenerlos ya que eran demasiado poderosos desde pequeños, esa ocación mis padres había tenido que ir fuera de la isla, pues eran los unicos que tenían permiso para salir de la isla al no tener ningun tipo de vinculación con los demonios, quede solo en aquella enorme chosa a la que reconoci como mi hogar por mucho tiempo. Esos niños si es que así se es puede llamar comenzaron a encender fuego por los alrededores de la casa, al intentar salir cuando las llamas empezaron a intimidarme cai al suelo y me clave una rama que sobresalia de las tablas del suelo, de ahí mi primer cicatriz. Comence a sentir mucho rencor hacía ellos.
No todos los que viviamos ahí eramos del todo malos. Algunos eran buenos, eran mitad sirena o pez, pero eran los más debiles. En ocaciones tenía que protegerlos de otros mas poderosos.
Retomando la historia, mis padres regresaron y me sacaron de la chosa. Estaba inconciente. El unico medico que había en toda la isla era un demonios completo que le tenía aun cierto rencor a los humanos por lo que tuvo que vivir antes de llegar a la isla.
Conforme fui creciendo fui notando que mis padres sufrian demasiado de dolencias de las que no se hablan. Poco a poco me di cuenta que mientras yo vivia un año entero ellos envejecian 5. Para cuando cumpli los 15 años me metia en demasiados problemas con otros hibridos. Siempre ganaba sin importar todo elpoder que tuvieran pues yo tenia ingenio.
A esa edad mis padres se atrevieron a explicar porque eramos los unicos humanos ahí. Tenía que haber por lo menos un protector de la isla. Tenía ser humano el protector para poder salr de la isla sin problemas pues había una especie de campo protector que impedia entrar y salir a los demonios y solo hasta que muriera el ultimo demonio.
Mi odio por ellos comenzaba a crecer conforme mi padre me instruia en como ser un buen guardian de la isla, sin embargo yo no podia verlos como iguales por que siempre había alguno que que demostrata su discriminación por los humanos.
Inegblemente mis padres murieron entonces mi plan por años se puso en marcha. Me impuse la misión de aniquilar a todos los demonios dentro y fuera de la isla. Empredi mi viaje aproximandamente a los 22 años, cuano nadie se lo esperaba. Aun recuerdo al ultimo demonio que murio dentro de la isla. Era solo yo cotra todos.
En fin, con el tiempo me di cuenta que yo no podría salir de la isla porque tenia sangre de demonio por parte de algun de mis padres. Pero paso algo inesperado. La sacerdotiza de nombre kikyo rompio aquel campo po lo cual pude salir. empece a buscar a todos los demonios desconocidos pr muchos, aquellos debiles que tenía más posibilidad de procrear que los más fuertes. El ultimo al que quería matar era uno llamado Naraku pero no logre encontrarlo a tiempo. Cuando por fin lo localice ya habia muerto con todas sus partes.
Mi ultimo demonio fue un perro llamado Sesshomaru que murio protegiendo a una humana. Que desperdicio de poderes. Todo por una humana que terminaría muriendo por parte de mi espada.
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Misaki
Tuve que escuchar su historia completa desde el princiio a final, cada palabra que decia y anecdota que contaba hacía que sintiera más miedo hacía el pero una parte de mi comenzaba a sentir algo más. Una especie de enojo en su contra.
- Misaki.. - volvio a llamarme por mi nombre - Salgamos de aquí o no podras conocer mi mundo por completo.
- .... - agache la mirada y sentia miedo, sentia como mi cuerpo temblaba sin poder evitarlo.
- Vamos - extendio su mano hacia mi y me tomo de la parte trasera del cuello, me levanto con una fuerza enorme. - Te llevare a un lindo lugar antes de que oscurezca.
No me quedo de otra mas que seguirlo o más bien ser arrastrado por el. Me puso una especie de collar que me impedia moverme libremente.
- Te mostrare como funciona este collar - dijo mientras sonreia macabramente - sentado - una fuerza estraña me obligo a ponerme en una postura de cuclillas - Funciona bien... vamos.
Salimos de aquella enorme casa que si no fuera porque estuve dentro juraria que estaba deshabitada. Subimos a un coche. Mi energía comenzaba a bajarse mientras más cerca estaba de aquel hombre lleno de cicatrices.
- Por cierto, si sientes que algo esta raro, no tengas miendo. Es parte del collar el quitar cierta cantidad de energía para asegurar la efectividad del mismo.
Llegamos a una casa de te muy tradicional. Parecia que estabamos en una zona lejana de Shiyuku. No podia estar seguro de donde estabamos.
- Voy al baño - le dije intentando liberarme.
- Esta bien - Dijo sonriendo, acto que hizo que se erizara mi piel. - Marie por favor acompañalo, si hace algo raro cortale la cabeza - Dicho esto salio una chica vestiga con un kimono Rosa detras de mi y solo asintió.
Entramos al baño ambos, un pequeño cuarto con un baño tradicional japones (de los que son solamente como un hoyo en el piso).
- Podría no verme - le pedi apenado pues realmente tenía una cierta necesidad. Ella solo asintió con la cabeza y se volteo.
- Por favor no demore mucho, Hirohito-sama es muy poco paciente. - Dijo con una voz fria, casi muerta.
- Señorita.. - le hable nuevamente - Por favor dejeme ir - Le dije parandome delante de ella.
- Si ya termino por favor regresemos - dijo con aquella voz espeluznante. - Hirohito-sama no es paciente.
- Por favor - Dije suplicante...- Necesito irme.- Comenzo a caminar delante mio, rindiendome regresamos a la sala donde se encontraba Hirohito.
- Misaki vamonos ya. Marie gracias por todo. - Agradecio haciendo una reverencia y se levanto para encaminarse a la salida.
- Hasta pronto Hirohito-san . respondio la reverencia- Adios - me dijo a mi dedicandome una mirada triste. - Por favor cuidese.
Al salir del aquel lugar, volvimos a entrar al coche y comenamos a andar. Llegamos a una casa de geishas. Entramos como invitados especiales. Era un salón grande, había paroximadamente 12 mujeres, geishas, con kimonos muy elegantes, se movian tiernamente sobre la madera sin hacer casi ruido con sus pasos.
Fue un acto, que en otras circunstancias, me habria parecido hermoso.
- Misaki... - me llamo de nuevo. - Escoge una de ellas .- dijo señakando a 5 mujeres jovenes que por su expresión pensaría que las obligaría a algo. Se asustaron.
- No... - Dije casi inaudible pero parecia que ellas se tranquilizaron.
- Lo vas a disfrutar te lo prometo. - dijo acercandose a mi casi recargandose en mi. - Es más, ¿Quien es la más joven de ustedes? - Dijo mirandolas y nuevamente sus ojos mostraron un miedo irremediable. - Tu - Dijo señalado a una chica que parecia, por su estatura, no tener más de 14 años. - Si tu, eres la indicada. Mariko por favor... - Dijo dirigiendose a la mayor de todas, seguramente la dueña de la casa.
- Si Hirohito-sama - dijo - Miku-chan, vamos... - La chica casi rompia el llanto delante de nosotros.
Pasaron si bien 15 minutos antes de que regresara solo la mayor y me diera una copa llena de un liquido rojizo.
- Por favor. - Dijo al tiempo que se alejaba.
- Misaki, quiero que lo tomer todo de un solo trago, es vino de la mejor calidad. - Sonrio de manera abobinable, como si se divirtiera. - Mariko-chan, sabía usted que secuestre a este chico de las garras de un perro. Es un tierno gatito que estaba a punto de ser deborado por un perro.
- Gracias por librarnos de otro más Hirohito-sama - Dijo haciendo una reverencia completa. - Sin usted quien sabe que hubiera sido de nosotros.
- No lo mate - sonrio nuevamente.- Lo dejare sufrir sin su novio... - Casi me da un beso en la mejilla sino fuera porque me quite. - mal chico, ahora bebe - me dijo al tiempo que ponia la copa en mis labios.
- ...- Di una mirada a todas las chicas que estaban a nuestro alrededor. A pesar del maquillaje podia ver su rostro de desagrado.
- Entonces... ¿por qué?... - pregunto la mujer. - Ella era...
- Bueno, como saber de que es capaz un gato jajajajaja - rio de manera macabra, sadica.
- ... - empino la copa más en mi boca obligandome a beber de ella, Di un largo sorbo a aquella bebida que no sabia a nada que hubiera provado antes, era espesa, pero tenia un sabor entre dulce y amarga.
- Termino. Vamonos. Muchas gracias por todo Mariko-chan. - Dijo levntandoe y dando una reverencia. - DEspues vendre por alguien más- dijo guiñando el ojo .
Admito que me senti mareado y más debil que nunca. Ni siqueir ame di cuenta en que momento entramos en el coche ni mucho menos en que momento llegamos a una especie de almacen.
- Este sera tu nuevo hogar mi pequeño gatito. - Dijo acariciando mi cabeza - Encierralo con su hermano. - Ordeno y salio del lugar.
- Se un buen gatito.. - Un hombre salio de la nada y me tomo del brazo, casi inconcientemente lo segui.
- hermano... - dije casi para mi mismo. - hemano.... - volvi a repetir hasta caer en cuenta de donde estabamos.
Era un almacen enorme, eran metros y metros de jaulas. En toda las jaulas colgaban pieles de animales exoticos, o eso me parecia. Caminando llegamos a una enorme jaula.
- Misaki.. -escuche la voz de mi hermano lejana a pesar de que estaba a un lado de el - Misaki ¿ qué haces aquí? - se escuchaba tan lejano. Podia sentir como mi cuerpo era sacudido y mi hermano me hablaba para despues ver todo oscuro y caer al suelo.
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Hirohito.
La verdad es que me empalaga el olor de es gato, al principio se me hacía muy bien, pero ahora lo siento desagradable. Me lamentare un poco porque hice matar a una chica para darle un buen vino con su sangre pero son los precios que deben pagar los pocos demonios que he dejado vivir, aunque no sera por mucho.
La vida es tan corta, ese gato me lleno de energía gracias al collar que le puse pude absorber su energía y parte de su juventud, aunque muy poco.
Estoy encaminandome a casa cuando siento el olor de un perro cerca.
- Maldición jajajajaja - Parece que este gatito me traera una buena experiencia. Ojala este perro no sea tan debil como el ultimo. Siento como hierve mi sangre y mis entrañas de la emocion que me preoduce el imaginar a ambos destazados.
Continuara.