En un reino muy lejano llamado Teiko , existía una gran torre en lo profundo del bosque en el cual vivía una bella princesa que fue encerrada desde pequeña ahí , cuando esta cumpliera los 15 años seria rescatada por uno de los valientes príncipes de aquel reino y el que saliera victorioso se casaría con la princesa y se convertiría en el rey de Teiko.
Al cumplir los 15 años los 5 valientes príncipes emprendieron su viaje para ir a salvarla y junto con ellos se encontraba una multitud de gente de todas las clases, esta se encargaría de ver que competían “limpiamente” y se asegurarían de nombrar justamente al ganador, además hay que aceptarlo a más de una persona le gustaría enterarse de un gran chisme como este. La prueba consistía en lo siguiente.
“La princesa que se haya encerrada en la gran torre posee una larga cabellera, ella estará de acuerdo en soltarla a los valientes príncipes que intentaran salvarla, el joven que logre llegar a la cima de la torre en donde se encuentra la habitación de la doncella será el que se convertirá en su nuevo marido y en el nuevo rey; una vez que un participante caiga no podrá volver a subir pues solo tienen una oportunidad”.
Toda la multitud se fue directo a la torre en el bosque estaban emocionados por saber quién sería aquel chico que salvaría a la princesa, en ese instante hicieron su entrada triunfal los 5 príncipes mientras que la princesa observaba atentamente a lo que sucedía en esos momentos. Al frente de todos caminaba con aires de grandeza y superioridad un pequeño pelirrojo con ojos bicolor, seguido de un gigante peli-morado con cara de flojera, luego estaba un chico peli-verde que caminaba mientras se ajustaba sus gafas, detrás de él venia un rubio carismático que saludaba a todas la chicas que gritaban su nombre y hasta el final venia un moreno peli-azul que parecía le pesaban los pies pues caminaba de mala gana y con flojera. La princesa que admiraba desde su ventana solo pudo rodar los ojos aburrida al ver a sus pretendientes y mejor dirigió su mirada hacia la multitud pues buscaba a cierto pelirrojo que había captado su atención hace mucho tiempo, no tardó mucho en encontrarlo pues era alto y su cabellera llamaba mucho la atención aquel chico se llamaba Kagami Taiga así es la princesa caprichosa solo quería que solo él y nadie más la salvara así que se las ingeniaría para deshacerse de los príncipes y kagami como le gustaba competir con ellos para ver quién era el mejor pues fácilmente accedería a escalar la torre, al fin y al cabo las reglas decían “el joven que logre llegar a la cima de la torre en donde se encuentra la habitación de la doncella será el que se convertirá en su nuevo marido y en el nuevo rey” así quepodría casarse con el pelirrojo legalmente.
El primero que decidió escalar la torre (aunque de hecho Akashi y los demás lo mandaron como conejillo de indias) fue nada más y nada menos que el príncipe Kise Ryouta.
-Oh princesa lanza tu hermosa cabellera para mi~-Decía alegremente el rubio, la princesa accedió y le aventó su cabello atado en una trenza para que pudiera escalar la torre-.
-Numero 2- Susurraba en voz baja la princesa-Ven aquí- El pequeño can seguía sus órdenes se le acerco y la peliazul le coloco una red con gusanos de tierra (a los cuales el príncipe les tenía un gran pavor) el objetivo de esto era tirárselos a éste para que callera y perdiera su única oportunidad de escalar la torre.
-Princesa, ¿Cómo te llamas?- Decía Kise mientras subía la torre
-Me llamo Kuroko Tetsuya- contestaba con un rostro inexpresivo la peliazul
-Es un hermoso nombre digno para alguien tan hermosa como tú-Decía poéticamente el rubio.
-No es así-susurro- yo no soy una chica- termino por decir, claro que también lo dijo en voz baja y fue inaudible para el príncipe que subía la torre.
Lo que en realidad sucedía aquí es que un kuroko Tetsuya aparentemente “La hermosa doncella encerrada en la torre” era en realidad un chico que en esos momentos se había vestido de chica para conseguir al amor de su vida que ahora estaba dentro de la multitud de espectadores.
-¡¡¡Kuroko-cchi!!!- Gritaba emocionado pues había encontrado una nueva forma de decirle- yo soy el príncipe Kise Ryouta y voy a salvarte y viviremos felices para siempre- Decía imaginando su futuro con la princesa.
Cuando kise estaba a unos metros de llegar kuroko dijo la señal, acto seguido para que el can se subiera en la ventana y le soltara la red de gusanos al rubio, esto hizo que callera y al momento del impacto la red se rompiera liberando así los gusanos encima del él.
-¡¡¡¡Kyaaa!!!!!- Se escuchó un grito de al parecer una mujer joven, la voz era algo melodiosa pero chillona al mismo tiempo-.
Todos los espectadores y los príncipes voltearon a ver en todos los lados desesperados buscando a la damisela en peligro, pero no se llevaron más que una decepción al ver que kise era el que había gritado.
-¡¡¡¡KYAAAA QUITENMELAS QUITENMELAS WAAAAA!!!!- Seguía gritando eufórico el rubio mientras las lágrimas comenzaban a brotarle de los ojos-.
-Waaaah- Decía con flojera Aomine- Callen a kise es un escandaloso, no me deja dormir-. Después de esto se volvió a acurrucar en el árbol en el que estaba acostado para luego quedar dormido… no, más bien para caer en coma en menos de 5 segundos.
En ese momento Murasakibara se acercó a kise que se encontraba tirado en un charco de lodo con las lombrices.
-Kise-chin~ ¿Qué haces? ¿Acaso no piensas levantarte?~
-¡¡¡¡KYAAAA QUITAMELAS DE ENCIMA MURASAKIBARA-CHI!!!!- Decía aun haciendo su drama.
-Umm…- Meditaba el peli-morado- Toma – El más alto le acercó al rubio que aún seguía retorciéndose en el suelo su ultimo dulce que le quedaba en su bolsillo, no tomo mucho para que Murasakibara soltara una lagrima pues estaba haciendo mucho esfuerzo regalando algo muy preciado para él. Aquel momento era épicamente emotivo-.
-Murasakibara-chi…tu…me… ¿me lo das?- Lo miraba el rubio con una cara de sufrimiento de telenovela-.
-¡Ryouta! , ¡Atsushi! Déjense de estupideces- Interrumpió el momento Akashi con su gran cara de felicidad de siempre-.
-Pero Aka-Chin~- Protestaba El peli morado-.
-¡Waaa Akashi-chi, ayuda!- dijo aun llorando kise-.
-¡SILENCIO!- Dijo Akashi sacando sus tijeras y poniendo cara de psicópata, lo que hizo el que rubio instantáneamente dejara de llorar y que el peli-morado se alejara de éste.
-Patético-nanodayo – Decia el decidido peliverde ajustándose las gafas- Yo seré el siguiente en subir-.
Entonces el peliverde empezó a subir la torre con toda la seguridad del mundo, ya iba por la mitad cuando derrepente.
-Shin-chan, oye Shin-chan te estoy hablando.- Decia un pelinegro que colgaba de otra cuerda alado del chico de ojos verdes -.
-T… ¡TU BAKAO! ¡¿QUE HACES AQUÍ Y DE DONDE SACASTE ESA CUERDA?!- Decía molesto Midorima.
-Yo no te dejare subir para que me dejes y te vayas con esa- Dijo apuntando a kuroko que observaba atentamente a los dos chicos subir la torre-.
-¡Déjate de estupideces Takao!, no... Nosotros no somos nada y…¡ yo no pienso caer ni tampoco te dejare ganar!.- El peliverde seguía gritándole al otro chico pero ahora se podía notar un poco de rubor en sus mejillas, no cabía duda que el loco de Takao lo estaba avergonzando enfrente de todos.
-¡SHIN-CHAN!- Takao dijo su grito de guerra y pronto se abalanzo sobre Midorima para tratar de quitarle sus gafas, cosa que consiguió-.
-O… ¡OYE TAKAO! devuélveme mis lentes es peligroso, me voy a caer-.
-Umm… No, no quiero dártelos-Despues de haber dicho esto le saco la lengua al otro en señal de burla-.
Midorima ya sacado de quicio se abalanzó sobre Takao intentando conseguir sus gafas que ahora y a tenia puestas el pelinegro, las cosas salieron mal y los dos cayeron hacia el suelo.
-Uwaaah eso dolió Shin-chan-.
-Cállate Takao- Al fin había logrado recuperar sus gafas y se las puso, solo para ver la escena tan comprometedora en la que estaba pues había caído encima de Takao y sus rostros estaban muy pero muy cerca-.
-S… Shin-Chan… Eres un atrevido~-Dijo de forma juguetona el pelinegro.
-Qu… ¡¿QUEEEEEE?!¡NO, YO NO!...- Gritaba Midorima con el rostro completamente rojo, rápidamente se levantó y huyo del Takao-.
- Aaaa Shin-Chan ¿dónde vas? Ven para acá no me dejes.- Se fue Takao siguiendo al peliverde mientras hacia un puchero-.
Mientras tanto Aomine despertó de su estado de coma y tomo valor para subir la torre pues había escuchado rumores de que por ahí se aparecía un fantasma.
-Numero 2 – Llamaba kuroko y el perrito inmediatamente corría hacia su amo- Te pondré esto encima espero que no te enojes- L e coloco una sábana blanca a la cual le había hecho hoyos en los ojos para que su mascota pudiera ver a donde iba.- Se buen chico y asusta el príncipe que está subiendo-.
El perrito obedientemente bajo y paso a un lado de Aomine el cual apenas estaba comenzando a subir a la torre.
-¡¡¡AAAAAAAAAA!!!!- Grito el moreno y salto desde lo poco que había escalado de la torre e inconscientemente se aferró del rubio que estaba parado un lado suyo sacudiéndose el lodo después de que pasara el susto de su vida-.
-A... ¡¿AOMINE-CHI?!- Gritaba kise alarmado y algo confundido-.
-Aghh ¡QUE ASCO APESTAS KISE!-El moreno empujo al rubio por inercia y este callo en el mismo charco de lodo del que se había levantado anteriormente-.
-¡¡AOMINE-CHI!!- El rubio gritaba con lágrimas en los ojos pero en un instante su mirada cambio por una más seria y decidida así que jalo a Aomine del pie y lo tiro al charco con él, el moreno estaba a punto de reclamarle cuando vio que el “fantasma” se le volvió a acercar.
-¡¡¡AAAAAAAAA!!- Ambos gritaban al mismo tiempo, Kise por las lombrices y Aomine por el supuesto fantasma que quería jugar con él; Ahora se encontraban ambos abrazados en el charco de lodo llorando como niñas.
-JAJAJAJAJAJAJA AHOmine no podías ser más idiota JAJAJA.- Se reía un alto pelirrojo que amaba retar a los 5 príncipes (aunque él tampoco era muy inteligente que digamos)- Yo salvare a la princesa ya que ustedes no pueden yo los superare- Decía mientras una mirada decidida aparecía en su rostro-.
-Kagami, no cantes victoria antes de tiempo – Akashi le aconsejaba al otro pelirrojo mientras lo veía con su intimidante mirada bicolor- Yo nunca pierdo-Termino de a completar su sermón-. ¡Atsushi! Sube esa torre ahora mismo- Ordenaba al chico mientras señalaba el lugar con su dedo-.
-Como digas Aka-chi~- Contestaba Murasakibara con las mismas ganas de vivir que tenía siempre-.
Cuando Kuroko noto que el gigante de ojos violeta se aproximaba a subir, sacó su arma secreta que era nada más y nada menos que una bolsa de caramelos la cual planeaba utilizar para deshacerse de él. Murasakibara estaba a punto de llegar cuando Kuroko se acercó más y le aventó los dulces por la ventana, cosa que hizo que en menos de un abrir y cerrar de ojos el gigante peli morado haya saltado y después salido corriendo tras los dulces.
-Uno menos-Decía aliviado el peliazul aunque su cara no lo demostrara mucho.
-Oí, Akashi es tu turno date prisa para que te vea fracasar~-Kagami hablaba con un tono burlón, el chico de ojos bicolor ignoro esto y prosiguió a subir-.
Las cosas salían como lo había planeado el no perdería y menos en algo tan tonto como esto, ser el rey era la meta de Akashi y lo conseguiría, Kuroko a decir verdad deseaba con todo el corazón que la única forma que se le ocurrió de acabar con el pequeño pelirrojo funcionara-.
-Tetsuya, sé que lo estás esperando a él y seas un chico o una chica eso no me importa si eso me convierte en rey está bien-.Akashi se le quedo viendo a unos centímetros de llegar a la cima de la torre al parecer Kuroko ya había sido descubierto por el pellirrojo bueno “casi descubierto”
-Akashi-kun, no te dejare subir-. Después de esto saco unas tijeras muy parecidas a las de Akashi, más bien eran las de Akashi pues Numero 2 las había tomado de sus bolsillos cuando estaba distraído.
-Ese es un truco muy sucio Ohime-sama- Se le quedo viendo al peliazul directamente a los ojos mientras que este acercaba las tijeras a su cabello
-Adios, Akashi-Kun- Fue lo único que menciono kuroko antes de cortar su cabellera-.
-Aka-chiiin~, no te preocupes yo te atrapo- Murasakibara había regresado con los dulces en las manos se veía bastante feliz-.
Kagami se encontraba parado a lado del gigante, el pelirrojo estiro su mano tirando los dulces de los brazos de Murasakibara- Oops, me dio un calambre lo siento-. Se burló mientras veía como la cara del más alto palidecía.
-Kagami Taiga, tiraste mis dulces… TE APLASTARE-. La cara de murasakibara se había ensombrecido parecía poseído, nadie absolutamente nadie maltrataba sus dulces, bueno tal vez solo Akashi pero vamos… es Akashi quien no le tiene miedo a ese enano de las tijeras que te mira con cara de loco psicópata-.
-HAAAA inténtalo-Retaba el pelirrojo-.
Murasakibara estaba a punto de masacrar a kagami cuando se escuchó un ¡CRAAAACK! – Oh… Se me olvido atrapar a Aka-chin, nee~ Aka-chin estas….¡¡¡ AKA-CHIIIN!!!!!- Dio un grito cuando se dio cuenta que Akashi estaba tirado en el suelo mientras veía pajaritos sobre su cabeza pero no era eso lo que le importaba, no señor , lo que en realidad le preocupaba es que cayó encima de sus dulces y ese sonido que había escuchado hace unos segundos había venido de ellos-¡¡¡ AKA-CHIN, QUITATE!!!- grito histérico mientras aventaba al pequeño pelirrojo lejos de sus dulces y rápidamente corrió a abrazarlos-.
-JAJAJAJAJAAJAJAA-Se reía Kagami como loco al ver tal escena- Bien es mi turno-Dijo mientras se dibujaba una sonrisa de seguridad en su rostro-.
Kuroko lo veía por la ventana, al fin el momento que estaba esperando había llegado.- ¡Kagami-kun, aquí tienes una cuerda para que subas!
Kagami empezó a subir la torre tranquilamente, cuando miro arriba vio aquellos hermosos ojos azules que lo observaban, casi automáticamente el pelirrojo se perdió en ellos y mientras seguía subiendo no podía despegar su mirada del peliazul, por su lado kuroko empezó a sonrojarse por la forma en que lo veía kagami pero de igual manera el pequeño ojiazul no podía separar su mirada de aquellos y hermosos ojos que brillaban como si fueran dos llamas de fuego. Mientras tanto los demás príncipes nada chismosos querían ver lo que ocurría ahí arriba pues el pelirrojo subía tranquilamente a diferencia de como cuando trataron de subir ellos.
-Eso no es justo - Se quejaba kise- ¿Por qué el sube sin dificultad?, parece como si a la princesa le gustara kagami porque cuando yo me acerque me alguien me tiro gusanos encima… aunque no estoy seguro si fue kuroko-chi - Decía el rubio con un puchero e inflando sus mejillas-.
-Yo no estoy tan mal- Decia entre sollozos murasakibara aún no se recuperaba por lo de sus dulces destrozados – Por lo menos me gane una bolsa de dulces, larga vida a kuro-chin~, el si es buena persona no como Akashi-. Miro fríamente al pelirrojo, es mas tanto era su enojo que dejo de llamarle “Aka-chin” iba enserio había herido al amor de su vida, no se lo perdonaría fácilmente-.
-Atsushi pensé que ya había quedado claro ese asunto-
-¡¡CALLA ASESINO DE DULCES!!-.
-¡Atushi! No hagas berrinchitos estúpidos-.
-¿Berrinchitos estúpidos?, ¿la vida de mis dulces es algo estúpido? Bien Akashi suficiente eso me dolió aquí- Dijo haciendo una seña con su dedo índice apuntando su corazón-.
-….- Akashi no respondió nada pues el peli-morado ya estaba muy alterado así que mejor decidió dejarlo por la paz antes de que él lo terminara avergonzando más enfrente de todos, además tenían que buscar una forma para subir a la torre y ver lo que hacían esos dos haya arriba.
Al tratar de buscar otra forma de subir, vieron que el “fantasma” se dirigía a otra parte de la torre en donde se encontraba una puerta, cuando los príncipes se acercaron a abrirla vieron que había escaleras las cuales se dirigían a la parte superior de la torre y no lo pensaron dos veces y salieron disparados para ir a ver lo que sucedía. Cuando llegaron vieron como kagami y kuroko se veian con cara de pende… perdidos pues parecía que el resto del mundo había desaparecido para ellos, pero también había algo raro en un rincón de la habitación obviamente tenía muebles y cosas de chicas pero el armario se movía extrañamente cosa que le puso los pelos de punta a Aomine pues podría ser un fantasma, Todos los chicos con cabello de arcoíris mandaron de conejillo de indias ( de nuevo) a Kise.
-kise ve a abrir el armario, sé que te mueres de curiosidad-nanodayo-.
-Waaa que ¿yo porque?-.
-Ryouta, te ordeno que vayas a abrir ese armario-.
-Pe… pero Akashi-chi… -Antes de que pudiera decir algo Akashi lo fulmino con la mirada- Ya… ya voy.-
Kise se acercó al armario y lo abrió- ¡WAAAAAA! ¡Ay una chica aquí! –Gritaba kise sorprendido-.
-Gracias chicos por ayudarme- Decía una bella joven con una larga cabellera rosa-.
-¡¿QUIEN DEMONIOS ERES TU Y QUE HACIAS AHÍ ENCERRADA?! – Gritaron todos al mismo tiempo… bueno todos menos Akashi porque pues… hay que guardar la compostura en todo momento, Además ya se lo esperaba había algo raro con la princesa Kuroko pues ya había descubierto que era un chico así que las cosas no cuadraban del todo.
-Tetsu-Kun es malo – Dijo haciendo un puchero la chica – Él es un impostor yo soy la verdadera princesa él era mi sirviente atractivo y lindo pero por alguna razón se vistió como yo-.
-¡¡¡QUEEEEEEEEE!!!!- Volvieron a gritar todos al unísono -.
-Kuroko… ¿Eso es cierto? –Decía Kagami con un poco de decepción-.
-Sí, pero de otra manera Kagami-Kun tu no… te fijarías en mi –En el rostro del chico al fin se podía notar una expresión pero esa era de tristeza cosa que noto el pelirrojo-.
-No estoy enojado por lo que hiciste, eres lindo y estoy seguro de que eres un buena persona, has robado completamente mi atención- Se empezó a hincar enfrente de Kuroko- ¿Querrías ser mi princesa?- Termino de decir con una sonrisa en el rostro-.
-Kagami-kun a veces dices cosas vergonzosas, además soy un chico-.
-O… oye-El pelirrojo decía entre cortado mientras su rostro empezaba a tomar el mismo color que su cabello-.
-Sí, está bien – Contesto el peliazul con una tierna sonrisa en su rostro-.
Mientras esos dos andaban en su momento mágico rodeados de corazones nubes rosas y arcoíris, los otros chicos seguían con el asunto de la princesa que había salido del armario (literalmente).
-Bien chicos ahora que ya saben que yo Momoi Satsuki soy la princesa ¿quién quiere casarse conmigo?
-No compartiré mis dulces con Momo-chin~, bueno los pedazos que quedan gracias al señor Akashi Seuujirou- Decía Murasakibara abrazando y protegiendo sus dulces mientras miraba con rencor a Akashi (Aun no superaba lo que había pasado)-.
-Yo, ¿casarme contigo? Ni en tus sueños Satsuki para eso mejo me caso con Kise – Decía el moreno sin ganas pero con un tono un poco insinuante-.
-¡¡¡Aomine-chi!!!-Gritaba Kise bastante sonrojado y avergonzado-.
-Gahg idiota era broma ¿no me digas que te lo creíste?- Giro los ojos aburrido Aomine-.
De repente entro a la habitación Takao nadie sabía cómo había llegado pareciera como si lo hubieran invocado.
-¡Ni lo pienses!... ¡Deja a Shin-chan en paz él es mío!-.
-¡Waaah Bakao! ¡¿Qué haces aquí??! – Empezó a gritar histérico Midorima y tenía más de una vena saltada en el rostro-.
-¡Shin-chan es mío! –Decia mientras se colgaba del brazo del peliverde y le sacaba la lengua a la chica que asombrada veía tal “escenita”, después de haber reclamado su territorio Takao fue jalando poco a poco a Midorima hacia la puerta donde se encontraban la escaleras-.
-¡AAAAAAA! S… ¡SUELTAME!-. Gritaba el ahora tomate, pues el ojiverde no podía estar más rojo – ¡¡OIGAN NO SE QUEDEN AHÍ PARADOS AYUDENME!! –Perdió las esperanzas al ver que todos estaban perdidos en su mundo- ¡Akashi, di algo!
-Perdimos a Shintarou, fue una buena persona- Decía indiferente el chico de ojos bicolor-.
-Oí no... ¡¡AKASHI!!! –Los gritos del chico resonaban por toda la habitación hasta que se fueron dejando de escuchar poco a poco a media que más se alejaba (se lo raptaban)-.
Aprovechando el caos Kuroko y Kagami decidieron irse de todas formas los 4 príncipes que quedaban y la princesa tenían mucho de qué hablar y arreglar quien se casaría con ella, aunque los más probable era que los príncipes se casaran entre ellos y dejaran solterona a la princesa.