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El regreso de Leeteuk por Karmilla46664

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Notas del fanfic:

Llevo toda la tarde trabajando en este one-shot sobre la vuelta del lider. Apenas quedan unos minutos para su salida y estoy de los nervios. Probablemente haya cosas que no concuerden con su salida real a como la describo en el fanfic, pero espero que me lo perdonéis.

Aaaaaaaah,Jungsoo is back

Notas del capitulo:

Soy un asco con los lemon, no me gusta escribirlos porque me siento incómoda de que la gente sepa lo pervert que soy xD Pero por ser mi OTP he intentado darlo todo.

Estaba de los nervios. Estaba histérico, alterado, nervioso, perturbado y demás sinónimos. Después de dos años volvería a reencontrarse con los chicos. Ya había llegado a sus oídos que sus amadas ELF le habían estado dando ánimos desde hacía días a través de Twitter. Además, una aglomeración de fans habían acampado desde la noche anterior esperando por su regreso. Había conseguido tener aquel día exclusivamente para él, sin necesidad de dar ruedas de prensa ni demás. El mánager había entendido que quería pasar un tiempo a solas con sus compañeros de Super Junior antes de regresar a la rutina, tener un tiempo de readaptación. Pero había una razón egoísta en todo aquello: por supuesto que quería ver a los chicos, estaba deseando de abrazarles y mimarles, pero había alguien a quien tenía especial interés en ver; Kim Youngwoon. Aquellos dos años separados habían sido una tortura pero también había servido para madurar y entender mejor sus sentimientos. Aún recordaba el día que se despidieron para marcharse al servicio militar: Kangin le había despedido con un frío abrazo. Y no podía reprocharle nada, él le conocía mejor que nadie y sabía que el menor no quería derrumbarse delante de él.

 Llevaban cuatro años saliendo, o al menos tenían lo más parecido a una relación que podían tener. En aquellos cuatro años habían tenido que separarse tras el ingreso del menor, tiempo en el que el líder trató de volcarse más en el grupo dado la pérdida de algunos miembros (Hangeng, Kibum y KangIn). Pero sus sentimientos habían estado intactos, esperando el regreso del menor y continuar con aquella relación.

Pero tenía miedo: aunque él se reservó al menor, temía que Youngwoon no le hubiese esperado. Y no se lo reprochaba, lo habían hablado y quedaron en que su relación se quedaría en pausa y que podría conocer a otras personas. Tenía miedo de que en esos dos años hubiese conocido a alguien. Él había permanecido en una especie de letargo, un standby en su vida laboral pero no en sus sentimientos; sin embargo, KangIn había seguido con su vida, trabajando duro, saliendo, y seguramente habría querido satisfacer sus necesidades más primarias con alguna chica.

Y justo por eso había insistido tanto al mánager para que le cediese ese día de tregua, porque necesitaba aclarar cuanto antes el estado de su relación. Aunque Hyukjae había sido su fiel confidente, poniéndole al tanto de los avances del grupo y de las batallas de los revoltosos miembros, era especialmente reacio a hablar de KangIn cuando le preguntaba. Entendía que estaba mal involucrarle en su relación pero no había tenido más medios. En las escasas ocasiones que había coincidido con Youngwoon durante aquellos dos años no habían tocado el tema sentimental: ambos sabían que hablar de aquello sería más doloroso que fingir que sólo eran dos compañeros hablando de las típicas cosas de trabajo.

Probablemente en pocas ocasiones se había sentido tan vulnerable como ahora: aún quería al menor, incluso más que antes, pero debía de enfrentarse a la realidad y quizás ya no fuese un sentimiento recíproco.

Cogió sus cosas que ya estaban empaquetadas encima de la litera donde dormía y se despidió de sus compañeros de servicio, quienes se habían convertido en un gran apoyo aquellos dos años. No se sentía preparado para afrontar la realidad, se sentía pequeño y torpe, pero debía ponerse la impoluta máscara de Leeteuk, el perfecto líder que todo lo puede. Había pasado tantos años bajo la máscara de ese personaje que él mismo había inventado que casi olvida su verdadero yo. Pero para eso estaba KangIn, para recordarle quien era Park Jungsoo, para ayudarle a cargar con el peso de Super Junior.

Era una mañana brillante, el sol se reflejaba en sus brillantes pupilas. Un griterío histérico le envolvió trayéndolo a la realidad, a su realidad. Con paso firme caminó hacia la salida donde nueve miembros le miraban con los ojos acuosos. Sintió como se le formaba un nudo en la garganta cuando se paró a escasos centímetros de ellos. Lo que vino después fue una extraña mezcla de sensaciones, abrazos, lágrimas, palabras de ánimo por parte de los fans que les rodeaban. Quería decirles mil cosas, pero ya lo haría tranquilamente en casa. Saludó a los fans y agradeció encarecidamente su incondicional apoyo. Sus ojos brillaban de la emoción y su hoyuelo se marcaba gracias a esa imborrable sonrisa de su rostro.

Una vez acabado ese confuso momento en el que apenas era capaz de hilar dos frases de manera coherente, se subió en la furgoneta con los chicos, comenzando de nuevo una avalancha de sensaciones. A su derecha, Ryeowook lloraba en silencio; a su izquierda, Eunhyuk miraba la carretera con expresión sonriente. No pudo evitar el impulso de cogerle las manos a su dongsaeng, quién lo miró con una expresión de alegría y sorpresa por su repentino acto.

-Muchas gracias, Hyukjae, sabía que había sido una buena opción dejarte como líder-habló con orgullo- Has hecho un buen trabajo encargándote de estos niños grandes, has callado la boca a todos los que te subestimaron.

Aunque el bailarín había intentado reprimir las lágrimas, no pudo evitar emocionarse por las palabras del líder.

-He intentado estar a la altura de tus expectativas-dijo con la voz entrecortada por el llanto. La mano de Donghae apareció por detrás de sus asientos y le acarició el pelo cariñosamente- Siempre te tenía en mente e intentaba pensar en qué harías en mi situación.

Jungsoo también había dejado escapar alguna lagrimilla traicionera.

-Lo has hecho tan bien que estoy pensando en tomarme unas vacaciones en eso de ser líder y dejártelo a ti-bromeó, rompiendo el tenso ambiente del vehículo- Heenim, ¿cómo ha sido eso de ser el hyung?

-Ha sido el déspota que todos esperábamos que fuese-dijo medio en broma KangIn. El corazón del líder se aceleró al volver a escuchar esa musical voz bromeando y esos ojos de media luna.

-¿Quieres morir? Maldito mapache-se quejó entre risas el aludido.

-No ha sido tan malo como esperábamos, aunque eso no significa que nos hayamos librado de alguna que otra pataleta-le excusó Shindong.

-Me alegro que hayáis sido buenos todos. Kyu, ¿hay algo que deba saber?-preguntó con fingido enfado, haciendo reír a sus dongsaengs. Amaba esas risas, juntas eran casi armónicas.

-Nada que no haya quedado en una simple travesura-dijo mostrando sus dientes en una amplia sonrisa.

-Lo he estado vigilando, hyung-informó Sungmin- ha sido…bueno, ya sabes, ha sido él mismo.

-Te hemos echado de menos-dijo Siwon regalándole una de sus perfectas sonrisas.-Y por eso te tenemos una sorpresa en el piso.

Leeteuk sonrió emocionado por las molestias de sus dongsaengs.

-No hacía falta, chicos, de verdad-dijo con alegría, no podía ocultar su entusiasmo, le encantaban las sorpresas.

-No sé lo que estás pensando, pero no es nada de eso-dijo Heechul con una misteriosa sonrisa.

El líder se sorprendió, él esperaba una cena de Ryeowook, y mucho alcohol, ahora no sabía que pensar.

-Tranquilo, hyung, seguro que te encanta-le aseguró Ryeowook feliz.

Aparcaron en los aparcamientos de los pisos, y subieron por el ascensor. Leeteuk se sentía entusiasmado, hacía dos años que no había pisado aquel apartamento. Unas fuertes manos le taparon los ojos y en seguida supo de quién se trataba, podría reconocer ese aroma y esos dígitos en cualquier lugar. Sonrió para sí mismo al notar la cercanía de Youngwoon.

-Muy bien, ¿estás preparado?-le susurró en el oído izquierdo. Su aliento…después de tanto tiempo seguía excitándose con aquel ínfimo roce.

-Sí-contestó rápidamente, con la voz aguda causada por la emoción.

Escuchó la puerta del departamento abrirse y caminó a ciegas siguiendo el ruido de las pisadas de sus amigos. Los dedos de Youngwoon se escurrieron delicadamente por su rostro, aunque él seguía con los ojos cerrados, sintiéndose desnudo ahora sin el tacto del menor.

-Ya puedes abrirlos-chilló frenético Heechul.

Abrió lentamente los ojos, dejando a la vista una expresión madura pero risueña, un pelo negro y unas piernas largas.

-Hola, hyong-dijo con ese gracioso acento suyo y esa voz tan suave que amansaría a cualquier fiera (véase Heechul)

Leeteuk parpadeó repetidas veces y miró boquiabierto hacia sus amigos como esperando que les confirmase que no se había vuelto loco y que realmente Hangeng estaba ahí, en el salón del departamento. Pero las sonrisas de sus amigos le bastaron para saber que realmente su viejo amigo estaba ahí, sonriéndole y esperando su merecido saludo. Se acercó a él y lo abrazó con exasperación, asegurándose que era de carne y hueso. Se había imaginado una suculenta cena y todo el alcohol que pudiesen consumir diez personas, pero jamás que volvería a ver al chino. La última vez que supo de él fue cuando su familia sufrió el accidente. Momentáneamente su felicidad se nubló, dejando paso a las lágrimas, aunque por suerte sus amigos pensaron que eran por la emoción del reencuentro.

Se sentaron todos alrededor de los sillones, ocupados por los mayores del grupo y comenzaron a beber soju y a comer un poco de los platillos que habían preparado Ryeowook, Sungmin y Hangeng. Aquello le hacía sentir como en casa. Echaba en falta la figura de Yesung, o sus niños de Super Junior M, aunque ya tendría tiempo de verles.

-Me he enterado de que has dado el salto a la gran pantalla, nada más y nada menos que Hollywood-alabó el líder, provocando el sonrojo de Hangeng.

-Apenas si son doce segundos…-comenzó a decir con timidez.

-Pero son los mejores doce segundos de la historia de Hollywood-afirmó con seriedad Heechul acabándose su copa con muecas de asco. El resto rió por el loco hyung.- Por cierto, esta noche dormirás en casa de KangIn, ¿no? Porque Hannie se quedará con nosotros y estaremos toda la noche celebrando y supongo que querrás descansar-dijo más como una orden que como una pregunta-Además, habíamos pensado en que se quedase a dormir en tu cuarto, no te importa, ¿verdad?

-Sí, hyung, seguro que prefieres la tranquilidad del piso de KangIn-corroboró Sungmin.

Aquello le había pillado tan de improviso que se había quedado sin palabras, parecía un pez boqueando. Sospechaba que sus amigos lo habían hecho a propósito, aunque no sabía si también había sido idea de Youngwoon o era más bien una emboscada para ambos.

-Por supuesto que va a venirse a mi piso, conociéndoos no le hubieseis dejado dormir y mañana tiene que empezar con su agenda-dijo el menor sin ni siquiera mirarle. No sabía si sentirse emocionado por pasar de nuevo una noche entera a su lado o nervioso por lo que eso pudiese significar.

Bebieron y charlaron durante todo el día, parecía que cada vez había más cosas que contarse. Leeteuk no podía borrar la sonrisa de su cara, les había echado de menos. De vez en cuando descubría a KangIn mirándole discretamente y él fingía no darse cuenta: en realidad amaba acaparar la atención del menor, y ver por el rabillo del ojo su expresión embobada.

-Deberíamos irnos o se nos hará tarde-le susurró Youngwoon en el oído. Sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo. Había estado deseando y temiendo a partes iguales aquel momento.

-Chicos, nosotros nos vamos-anunció sonriente-sed buenos, no hagáis mucho ruido o los vecinos se quejarán, cenad ligero y si ponéis el karaoke, dejad de jugar a una hora prudente.

Los miembros lo miraron maravillados, habían echado de menos sus consejos de omma y sus regaños cargados de calidez.

-Tranquilo, yo les cuidaré-dijo Heechul llevándose una mano a la frente.

-Ellos deberían de cuidarte a ti-bromeó KangIn- Anda, pasáoslo bien. Y no canses demasiado al chino-le susurró con picardía.

-Lo mismo digo-le contestó el hyung con una estruendosa risotada.

El camino en coche fue silencioso. De fondo sonaba “Love” de Musiq Souldchild, una canción que a Leeteuk le traía miles de recuerdos. La noche estaba cayendo y las luces de Seúl parecían diluirse con el rojizo del cielo. Podía revivir con increíble realismo las cenas en casa de KangIn; las veces que hicieron el amor en la alfombra del salón, siendo demasiado impacientes como para llegar a la habitación; recordaba aquella canción, la bailaron agarrados en la terraza del piso del menor una noche de verano, la primera vez que se besaron fue con esa canción. No sabía si Youngwoon lo había hecho adrede, pero sentía en su estómago mariposas y un hormigueo en los labios, como si lo hubiesen besado. Miró al menor, que conducía con expresión relajada, mirando al frente, golpeando con delicadeza los dedos sobre el volante al ritmo de la música. Estaba realmente irresistible: había bajado de peso, no llevaba maquillaje por lo que se le marcaban las graciosas pecas de su nariz y la barba de un par de días le daba un aspecto único a su rostro. Llevaba una camiseta blanca sin mangas, algo ancha por lo que se le notaba la clavícula y parte del pecho. No se dio cuenta de en qué momento se perdió en las marcadas líneas de la clavícula de su dongsaeng ni cuando su mirada se había convertido en casi acoso, provocando la risa del menor.

-¿Te gusta lo que ves?-le preguntó entre risas.

-Has adelgazado-esquivó la pregunta con torpeza.

-Me veo mejor, ¿no crees?-le preguntó sin apartar la mirada de la carretera.

-Estás…muy masculino-atinó a decir.

-Vaya, yo esperaba algo como “que sexy estás desde que has adelgazado” o “esos pantalones te hacen un buen culo”, aunque lo de masculino no está mal-reconoció, deleitándose con el bochorno de su hyung.

Leeteuk se perdió en las vistas que le ofrecía la ventanilla del coche. Miles de sentimientos renacían con fuerza en su pecho y no quería dejarlos salir hasta que no estuviese seguro de que nada había cambiado. Había una pregunta que llevaba todo el trayecto mordiéndose la lengua para no hacerla, pero al final cedió.

-Youngwoon, tú… ¿tú me has echado de menos?

No sabía si la expresión sorprendida de su dongsaeng era un mal comienzo.

-Claro, hyung-le dijo apartando la mirada por unos instantes de la carretera. Aquella respuesta no es la que esperaba. No es que fuese una negativa, era ese “hyung”: KangIn solo le llamaba así cuando había cámaras de por medio o incluso delante de los demás miembros, pero en la intimidad le llamaba Jungsoo. Aquello no era para nada un buen presagio. Viendo la expresión abatida del mayor, trató de añadir algo que arreglase aquello- ¿Cómo no te iba a echar de menos? Sabes que sin ti soy un desastre. Además, ya no tenía un hyung que me consintiese, me dejaste solo con Heechul, yo no me merezco eso-lloriqueó, sacándole una pequeña sonrisa- Estás más guapo cuando sonríes, Jungsoo.

El pecho del mayor volvió a latir con violencia tras escuchar su nombre salir de los labios del menor. Esos dos años había escuchado su nombre miles de veces, pero nunca sonaba tan perfecto como cuando lo decía él. Sabía que se estaba aferrando a un gesto estúpido, pero quería agarrarse a cualquier esperanza, por minúscula que fuera, de volver a estar con KangIn.

El resto del camino se había pasado en silencio, cosa que respetó el menor que suponía que el líder necesitaba intimidad. El eco del corcho retumbando en el salón del menor, le hizo darse cuenta de que estaba en el piso de KangIn, sentado en el sofá de cuero negro con una copa de champagne en la mano.

-Pensé en prepararte la cena pero creo que no es buena idea intoxicarte el día de tu salida del servicio militar-bromeó-Encargaré algo en el chino de abajo.

Leeteuk lo observó hablar por teléfono paseando por el salón. El menor tenía esa costumbre, no podía llamar estando quieto porque si no se ponía nervioso. Sonrió para sí mismo al ver que aún recordaba aquellos detalles que quizás solo él se fijase.

-No tenías que haberte molestado, demasiado con que me quedo aquí a dormir.

-Vamos, ya sabes que no aguantas el alcohol, quizás con el estómago lleno seas capaz de beberte, hmmm, dos copas-bromeó el menor, provocando la risa del líder.

-No seas idiota, no soy tan malo bebiendo-se quejó entre risas.

-Pero, ¿Qué dices, tú te has visto? Si ya tienes esa cara de bobo que se te pone cuando bebes.

“Y cuando te miro también se me pone esa cara, tonto Youngwoon”, pensó agradeciendo que el menor achacase su rubor al alcohol.

Cenaron y hablaron de cosas triviales, evitando el tema sentimientos, una vez más. Pero el mayor no podía dejarlo pasar, no por más tiempo, así que rompió la incomodidad.

-¿Has conocido a alguien?-dijo llevándose la copa a la boca pero sin dejar de sostenerle la mirada.

-Hay una chica…Si tú la vieses…Tiene tatuajes, el pelo corto y viste con un estilo bohemio. Las fan enloquecieron cuando subí a Instagram unas fotos con ella. Seguro que te caería bien-dijo con una sonrisa que, a los ojos del mayor, era estúpida.

-¿Estáis saliendo?

Youngwoon pareció pensarlo.

-No exactamente, nos estamos conociendo.

-Vamos, que ya te la has tirado-dijo Leeteuk terminándose la copa con gesto frustrado.

KangIn lo miró sorprendido para mudar su expresión a una de abatimiento.

-Jungsoo, dijimos que daríamos un parón en nuestra relación, que podía conocer a otras personas…

-Y ya veo que tiempo te faltó para sustituirme.-probablemente sin todo el alcohol que había consumido a lo largo del día no hubiese tenido el valor de hablarle con tanta claridad, pero estaba molesto y no iba a molestarse en ocultarlo.

-No seas injusto, ella es la chica de mis sueños, es perfecta para mí. Dijimos que…

-Ya sé lo que dijimos-le cortó con desprecio- pero si acepté fue porque pensé que no conocerías a nadie-aquella franqueza le pilló desprevenido al menor- ¿Tanto te costaba esperarme? Porque que yo sepa te esperé y te fui fiel cuando la cagaste e ingresaste en el servicio militar.

KangIn se levantó y comenzó a dar vueltas sobre sí mismo.

-No pensé que te lo tomarías así-se sinceró-Pensé que era obvio que lo nuestro algún día terminaría, que nos casaríamos y tendríamos hijos, y estamos en la edad de hacer esas cosas. Por fin conozco a una mujer estupenda con la que no me importaría casarme, no me hagas elegir, te lo suplico.

-No te estoy pidiendo que elijas, Youngwoon, yo no soy el segundo plato de nadie.-“Tenía que haberme preparado para esto”, se reprochaba a sí mismo el mayor, que también se había levantado.-Será mejor que me vaya, de todas formas Hangeng dormirá con Heechul…

-Espera-le cogió del brazo impidiendo que avanzase hasta la puerta-No me hagas elegir porque ella tendrá todas las de perder.-el mayor abrió sorprendido los ojos, aunque no se giró a mirarle-Pensé que sería capaz de olvidarte si conocía a alguien, que sería menos doloroso no tenerte a mi lado ni despertar con tu aroma en mis sábanas. Pensé que conocería a alguien, pasaríamos un buen rato y que luego todo terminaría cuando volvieras. Pero realmente ella y yo no somos nada, tienes que creerme, Jungsoo, tienes que creerme-murmuró, soltando el agarre.

-Si sientes lo mismo que yo-dijo sin girarse- ¿podrías besarme la frente?

KangIn entendió en seguida que aquella frase era la del mini drama que grabaron. Leeteuk giró sobre sus talones, quedando frente al menor con los ojos empañados. Este se aproximó con cautela, tomó el delicado rostro del mayor entre sus manos y depositó un beso en su pálida frente.

-Yo nunca he dejado de sentir lo mismo, Jungsoo-dijo con la voz trémula.

El líder se abalanzó a los labios del menor, devorándolos con impaciencia, enroscando su lengua con la del otro. Sus besos sabían salados a causa de las lágrimas, pero poco le importaba. Quería dejarse caer en el abismo de su cintura, aunque solo fuese por una noche y luego se quedase con ella. Al menos se merecía una despedida digna. Sus brazos estaban alrededor del cuello del menor, quien lo abrazaba por la cintura, empujándole hasta el dormitorio. Se deseaban, habían estado anhelándose durante dos fatigosos años. No sabían cuanto tiempo llevaban besándose, si segundos o minutos, pero parecía no hacerles falta el aire, solo la boca ajena. Se dejaron caer en la cama, quitándose con rapidez la ropa, intercalando pequeños besos y mordiscos. Kangin lo atrajo por la cintura hacia sí, acariciando su espalda hasta acabar metiendo las manos debajo de los slips del mayor para poder manosear a sus anchas ese pequeño trasero. Leeteuk paseaba sus manos por el pecho del otro mientras sentía las caricias del menor en su entrepierna. Jugueteó con las tetillas del menor mientras se besaban con desesperación y bajó para lamerle aquellos pezones con la punta de la lengua, sacando pequeños suspiros al otro. Kangin se quitó los bóxers y se acarició mirando al mayor que le apartó la mano y comenzó a chupársela con excitación. Le encantaba sentir el miembro del menor en su boca, ver la cara de placer que ponía cuando lo hacía como a él le gustaba… Necesitaba sentirlo, lamer aquel falo sin ningún tapujo. No era momento de andarse con miramientos, demasiado tiempo deseándose como para alargar la espera. Se la metió por completo en la boca, subiendo y bajando lentamente mientras le acariciaba los testículos. El menor le miraba mientras jadeaba con la voz ronca por la excitación.

-Me gustaba más cuando llevabas el pelo largo-dijo acariciándole la cabeza- para poder agarrarlo mientras me la chupabas…

-Entonces me lo dejaré crecer-dijo dándole una firma lamida con la punta de la lengua por toda la extensión.

Se la metía entera en la boca mientras que KangIn movía las caderas intentando profundizar aún más. Aquella sensación de poder al ver al menor a su merced le calentaba demasiado. Con la mano derecha le masturbaba la base mientras dibujaba círculos en la punta, sacándole sonoros suspiros. Como pudo se quitó sus bóxers, quedando en las mismas condiciones. Se la sacó de la boca y comenzó a chuparle solo la punta, enloqueciendo al menor que daba estocadas exigiendo más contacto. Sintió unos dedos juguetear en su entrada y quiso desfallecer. No sabía cómo había aguantado dos años sin hacerlo, dos años sin la sensación de vacío en el estómago cada vez que el menor le tocaba ahí. Aquellos dedos hincándose en su trasero lo calentaban tanto que le ponía más empeño a la tarea. Youngwoon se incorporó, quedando de rodillas en la cama: Leeteuk captó la indirecta por lo que se puso de pie en el suelo y acercó la cabeza del menor hasta su pene, llevando él el ritmo con la mano, agarrándole del pelo con fuerza. Quería ver a KangIn sumiso, quería decirle con gestos que él no era uno más al que se tiraba cuando se le antojaba. Penetraba con brusquedad la cavidad bucal del menor, quien parecía no disgustarle la actitud del mayor.

-Líder dentro y fuera de la cama, siempre teniendo todo bajo control-dijo con voz entrecortada.

Leeteuk le sonrió de medio lado, volviendo a forzarle para que siguiese chupándosela.

-Ya sabes hmm, como soy-calló para dejar escapar un suspiro-muero si no tengo el control de todo.

-De todo no-dijo el menor soltándose de su agarre y tirándolo a la cama. El líder cayó boca abajo, quedando su trasero a disposición del menor, que poco tardó en clavar su lengua en él. Lamía con ganas, penetrándole con la lengua, disfrutando de los temblores en las piernas de su hyung y de cada gemido desesperado que escapaba de su garganta. Con ayuda de las manos, le separaba los muslos para poder profundizar con su músculo. A Jungsoo le encantaba el contraste de la tibia lengua del menor con la áspera barba que acariciaba su entrada. Pronto intentó marcar el ritmo, moviendo la cintura para desfallecer de placer con la lengua del menor. Se giró para verle y KangIn le dedicó una arrogante mirada sin dejar de darle placer.

-Déjame chupártela-jadeó el líder. Youngwoon obedeció dándose la vuelta para poder seguir con su tarea mientras el mayor le lamía por la extensión. Sin duda alguna, aquella postura era la favorita de ambos y parecía que se seguían compenetrando a la perfección.

-No aguanto más, Jungsoo, quiero metértela o me correré en tu boca-dijo apartándose rápidamente y colocándose detrás del mayor, que quedó a cuatro patas. Le acarició el trasero con su miembro, desquiciando al líder.

-Métemelo ya-casi gritó al sentir el miembro del menor invadir su culo. Jadeó extasiado por aquella sensación que ya casi había olvidado.

Le embestía con violencia, quería correrse pronto en la estrechez de su hyung, quien suspiró como loco cuando comenzó a masturbarlo al ritmo de las embestidas. Dejó caer su pecho en la espalda de este y comenzó a lamerle la oreja.

-Voy a hacer que aaaah te corras hmmm como nunca-le susurró entre gemidos.

Sabía lo mucho que encendía al líder que le dijese cosas guarras mientras se lo hacía.

-Vamos aaaaaaaah, vamos a cambiarnos-jadeó Jungsoo que se posicionó con maestría encima del menor, auto penetrándose con el pene de KangIn, quien soltó un ruidoso gemido.

Sentía las piernas de su hyung temblar, por lo que estaría cerca de correrse. Se incorporó para besarle aprovechando para cogerle por la cintura y ponerse de pie, con Leeteuk montado en su miembro, cabalgándole. Las estocadas de KangIn cuando volvió a ponerlo en la cama, eran lentas, ya cansado del esfuerzo que tanto llevaban sin hacer. El mayor se masturbaba con los ojos cerrados, gimiendo el nombre de Youngwoon.

-Hmm, déjame aaaah que me corra en tu vientre-le pidió. Jungsoo estaba tan excitado que accedería a cualquier cosa, y eso era algo que solían hacer. KangIn decía que era para marcarle y que ningún otro pudiese tocarle, a él simplemente le excitaba. Dejó que se corriese sobre su vientre y él se corrió en su mano, dejando escapar un gemido que debieron escucharlo todos los vecinos.

Se dejaron caer en la cama, exhaustos por el ejercicio físico. Normalmente ese era el momento en que se daban mimos y se decían cosas bonitas, pero ahora no sabía cómo comportarse. El llanto compungido de KangIn le trajo a la realidad. Se incorporó para abrazarle y dejó que se desahogase, sintiendo las lágrimas del menor humedecer su cuello.

-Te he echado tanto de menos-apenas podía articular palabra, lloró como llevaba tiempo sin hacerlo.-Mirase donde mirase tenía cientos de recuerdos contigo. No me culpes por haber intentado camuflar el dolor de tu lejanía con otros labios.

-No te culpo-mintió para consolarle-Sólo que ahora no sé que somos, y yo esperaba seguir contigo al salir del servicio militar…No llores, Youngwoon, sabes que me duele verte así.

-No sé qué hacer, te juro que no sé qué hacer-se quejó entre lágrimas- tengo a la chica de mis sueños pero no me llena ni la mitad de lo que lo haces tú. Jungsoo, tú me complementas como nadie lo ha hecho, siempre me has entendido y apoyado. Pero, siendo realistas, somos idols y no sabemos por cuanto tiempo podremos seguir con esto.

El mayor le acarició el pelo.

-Ahora no es momento de pensar en esas cosas. Estamos juntos y quiero aprovechar cada segundo contigo, pero no viéndote llorar. No pensé que nos vería en esta situación pero era de esperar. Hoy estamos juntos, mañana será un nuevo día.

 

Y besó al menor, porque no quería pensar que podría perderle, en lo amarga que había sido su vuelta a la realidad. Quería saborear sus labios por si no volvía a tenerlos sobre su boca. Aquel no era el recibimiento que había esperado, y el pecho le dolía de tanto retener las lágrimas, pero debía ser fuerte y entregarse a él como si fuese la última vez.

Notas finales:

A escasos minutos de que el lider salga, y yo que me quería dar este capricho xD

*La canción que sonaba en el coche es una canción que se pone KangIn para conducir.

*Las faltas de ortografía y demás incoherencias son cosa mía, no lo he revisado o.O

*Me ha quedado muy amorfo, demasiadas horas escribiendo y perdiendo el hilo de la trama.

*Hangeng aparece.porque hace unas horas cogio un avion de China a Corea,y deje volar mi imaginacion.

*Por dios, que el lider está de vuelta (se retuerce en su cama)

Os quiero


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