De la puerta se escucharon golpes que pedían a gritos fuese abierta, los cuales al no recibir respuesta, aumentaban su intensidad.
-Shun, por favor ábreme.- el joven escucho aquella voz, la escucho lejana, y se le hacía conocida,pero se encontraba demasiado débil como para reconocerla.-Shun por favor tengo que hablar contigo.- escucho un golpe seco, como si algo o alguien hubiese caído al piso.
Al no escuchar respuesta decidió derribar la puerta de un solo golpe, lo que encontró le dejo perplejo.
-Shun, no, no porque?.- Su pequeño e inocente Shun se encontraba en el piso desangrandose por la muñecas,dejando un charco de sangre por debajo de el.
-Hy ..oga?- le dijo débilmente, sus fuerzas se iban poco a poco.
-Si, aquí estoy, no te preocupes por nada, no te dejare.- le dijo.
-Por fa...favor veté. June te ne...necesita-
-Shh, guarda tus fuerzas, yo llamare una ambulancia.- le dijo corriendo al teléfono, lo hizo rápidamente.
-No, no, por favor, te te dije que que estaría bien.- Hyoga corrió de una lado a otro, tomo una de las camisetas que encontró y la corto a la mitad para usarla como torniquete para detener el sangrado, cuando término, permaneció a su lado sujetando una de sus manos.
- Shun, porque, porque lo hiciste?.- le dijo llorando y acariciando su cabeza, miro aquellos hermosos ojos verdes, cuya luz se iba poco a poco, su blanca y calidad piel se tornaba fría y pálida, sus labios, aquellos labios de tono rosado ahora completamente blancos, le rompía profundamente el corazón ver como su vida se iba, y el no podía hacer nada.
- E era necesario, so sólo quería que ... Fueran felices.- le dijo alargando su mano para acariciar la mejilla del joven Rubio, pero cada vez su cuerpo le pesaba con más intensidad, Hyoga tomo aquella blanca mano y la beso. -La pre pregunta es por...porque estas aquí?.-
-Shun, yo... bueno., si te quedas conmigo te lo explicare- no sabía como decirlo, sobre todo en aquel momento.- Shun, por favor resiste, si tu te mueres yo me muero contigo.- le dijo,sin más abundantes lágrimas caían por sus mejillas, Shun sólo lo miro, cada vez le pesaban más los párpados.
-Te tengo mu mucho frío.- Hyoga tomo un cobertor de la cama, y se acercó al joven, lo envolvió en el cobertor abrazandolo con fuerza, Shun, le sonrió.- Hy Hyoga te a amo.- le dijo tratando de limpiar con su mano las lágrimas del joven rubio.
-Shun, yo...yo también te amo.-el joven acercó lentamente sus labios a los del joven moribundo, hasta terminar en un tierno beso. Por sus ojos corrieron también algunas lágrimas y esbozó una débil sonrisa.
-Hy...Hyoga, perdóname, pe...pero es muy tarde.- apretó su mano con fuerza un segundo para que después aquellos hermosos verdes ojos se cerraran,al instante su cuerpo perdió toda fuerza, aquella mano dejo de sostenerse por sí sola.
-Shun.?- no recibió respuesta. -Shun, por favor, por favor, quédate conmigo.- tomo al joven abrazándolo fuertemente.-Nooo, por favor, nooo, donde carajos esta esa maldita ambulancia.- decidió tomar aquel frágil cuerpo en brazos, para salir a la calle con el.
La ambulancia venía en camino, Hyoga la alcanzo con el cuerpo de Shun en brazos, cuando lo entrego a los paramédicos y subió con ellos para llegar al hospital, parecía que no hubiese mucho por hacer.
En el hospital lograron hacerle varias transfusiones de sangre, pero adicional a ello, encontraron que había ingerido antes de cortarse bastantes medicamentos lo cual lo había llevado a un estado de coma, que tanto podía durar un mes como toda la vida.
Hyoga informo de ello a Ikki, quien no pudo evitar culparse, llorar golpear lo que encontrarse a su alrededor, lo que fuera para calmar su dolor. Los demás caballeros también fueron informados, su dolor era semejante al de Ikki, la culpa los invadió por no estar para quien siempre estuvo, por no poder sanar el dolor de quien siempre los ayudo y arriesgó la vida por ellos.
De entré todos ellos, incluso por sobré Ikki, Hyoga era el más desconsolado a tal grado que en un arrebato de ira ante la pasividad de Saori; una tarde decidió ir a su mansión para exigirle algo que no le pareció tan descabellado, después de todo, una Diosa tendría control por sobré todo y por sobré todos.
-Hyoga, no podemos ni debemos intervenir en esto, por la manera en la que se dio se convierte en una situación muy delicada.-
-Saori, por favor, jamás en toda mi vida como caballero te pedí nada,NADA!, ahora esto es lo único que te he pedido y te pediré, por favor, ayúdame.- Saori miro con preocupación al afligido joven y le pidió que la siguiera a su despacho.
-Hyoga, por favor siéntate.- el joven lo hizo, ella tomo asiento en frente de el, teniendo como única separación un escritorio,lo miro sumamente preocupada.- Hyoga, tu lo amabas en verdad, cierto?.- el se sonrojó por lo directa que había sido, y ella se sintió un poco incómoda hablando de ello en ese momento, pero debía hacerlo.
-Hyoga, si no fuera necesario no te lo preguntaría.- el joven incómodo asintió con la cabeza.
-Bien, Hyoga recuerdas el Arayashiki?-
-Saori...
-veo que si, verás, cuando tuvimos aquella batalla en el inframundo, ustedes aprendieron algo invaluable, pero al mismo tiempo peligroso, escúchame atentamente porque lo que te diré a continuación es muy delicado y puede hacer enfurecer a más de un Dios.- Hyoga la miro con interés, acercando su sillón más al escritorio que los dividía .- Estas dispuesto a hacer lo que sea para estar con el?.-
-Saori, por Dios, que tipo de preguntas son estas? Claro que si, si el lo hizo por mi claro que yo también.-
Hyoga, la única manera en la que puedes recuperar a Shun de una manera efectiva, es despertando tu Arayashiki, e ir por el al inframundo, exactamente igual que en nuestra batalla con Hades. Seguramente se encontrará en alguna parte del limbo, perdido, dado que aún no muere, pero si lo hace caerá directo al círculo de los suicidas, sin tener posibilidad de redención, porque sin importar el motivo, el atento contra lo más sagrado del ser humano, que es su vida y eso ante los ojos de los Dioses es visto como una aberración.- Hyoga escucho aquello último con los nervios crispados, no podía concebir a un alma tan pura e inocente como la de Shun, en un lugar como ese, y la sola idea de que aquel acto fuera considerado una aberración le hizo sentirse culpable, por ser el causante.
Lo es para ti?.- pregunto enojado, al considerar siquiera que Saori hubiese dicho eso.
Hyoga, no me preguntes eso, el es mi caballero, para mi sigue siendo nuestro dulce e inocente Shun, ahora por favor concentrate en lo que te estoy diciendo.-
Lo siento Saori.-
Ahora escúchame, esto no será tan fácil probablemente los peligros que ahi encuentres sean graves y si bajas la guardia, el que muera podría ser tu, esto sin mencionar la furia de los Dioses que en caso de que tu objetivo sea alcanzado, será completamente contra ti, condenándote por la eternidad muy probablemente.- aquello ya no significaba nada para alguien que se sentía condenado desde el momento en que fue el causante de tal tragedia.
Pero si en caso de que lo saque de ahí y regresara a la vida, entonces cuando en verdad le llegue su hora, el deberá volver a ese horrible lugar?.-
Si su vida es de completa rectitud, y bondad no habrá necesidad de ello, re escribirías esta parte de su vida, dándole una segunda oportunidad, aún incluso a costa de la tuya.- Hyoga pensó, todo eso,y la verdad es que no le importaba lo que pudiera sucederle, sólo le importaba regresarle, cualquier precio le parecía pequeño a cambio de tenerlo de nuevo a su lado, de saber que estaría bien, que sería capaz de darle una oportunidad de ser feliz, la oportunidad que no tuvo de amar, todo aquello no tenía precio, incluso su vida, su alma eran pequeños tributos comparado con ello.
No me importa, lo haré aceptando el castigo que deba merecer por ello más tarde.- la joven lo miro preocupada, sabía cual sería el siguiente paso, el cual si no se ejecutaba de la manera indicada haría que perdiera a su caballero del Cisne.