La siguiente semana fue de extrema preparación para Hyoga, Saori le pidió extrema meditación, dado que le advirtió que lo único que podría bajar al inframundo seria su alma, su cuerpo al igual que el de Shun se quedaría en la Tierra en un estado de coma que le seria inducido por su médico familiar.
Pero no solo la meditación seria suficiente, haría falta también mas entrenamiento físico, pues a final de cuentas también debía de preparar a su cuerpo para atravesar un estado de inmovilidad total.
Nadie debía de enterarse de ello por lo cual el único guía que tuvo Hyoga durante todo este proceso era nada menos que Saori, ella se encargaba de prepararlo espiritualmente para enfrentarse a tal trance.
Sin mas tiempo que perder, siete días se consideraron más que suficiente para poder llevar a cabo sus planes, después de todo, no sabrían las complicaciones que podría presentar el cuerpo de Shun, por lo cual era mejor anticiparse.
El jueves por la mañana, la joven Diosa se encargó de citar en su despacho a su caballero para poder arreglar los últimos detalles.
-Quise citarte por última vez, para informarte de los últimos detalles y darte un panorama general de lo que podría pasar, y con que podrías encontrarte.-
- Gracias Saori.-
- Bien, para empezar, debo decirte que el hecho de que solo vaya tu alma no significa que no corras riesgos en caso de lesión.- al ver la cara de incomprensión del joven trato de explicarse mejor.- Con esto me refiero a que si por alguna causa te lastimas o eres víctima de una herida mortal, tu cuerpo lo resentirá, causando que en este mundo mueras y tu alma quede en el inframundo, en dado caso estarás condenado, y lo que trates de hacer por Shun, no le será de ayuda, porque serán iguales.-
- Comprendo, tendré cuidado en ello.-
- Por otro lado, te comente que Shun podría encontrarse en el Limbo, pero eso es solo una especulación mia, ya que ese es el lugar al que van las almas que aun esperan la muerte de su cuerpo en nuestro mundo, asi como de aquellos cuyas infracciones fueron menores, sin embargo considerando que Shun fue el huésped de Hades cabe la posibilidad de que el tratamiento que tuvieran con el haya sido diferente.-
-A que te refieres con esto?.-
- A que debes estar preparado con que esta misión se complique, debes estar listo para lo que sea, pero también debes ser cuidadoso, dado que los términos en los cuales firme acuerdo de paz con Hades son bastante frágiles, el no permitirá ningún tipo de agresión de mi parte.-
- Saori, por favor confía en mi, sere precavido, y no importa el sacrificio que tenga que hacer por Shun, estoy dispuesto a lo que sea.-
-Bien, confiare en ti Hyoga, se que haras lo correcto. Dejando esto aclarado, te comentare como será el procedimiento. Veras el Dr Takamura se encargara de provocarte un paro cardiaco, para después revivirte e inducirte al coma, por medio de diversos medicamentos , esto conlleva sus riesgos por lo cual debo también pedirte que trates de tardarte el menor tiempo posible, dado que no sabemos a ciencia cierta que efectos tendría en tu cuerpo si tenemos que mantenerte en ese estado por ejemplo uno o dos meses, no podemos darnos el lujo de experimentar. La intención de esto es que te acerques lo mas posible a la muerte, y esta es por decirlo es una manera controlada y segura de hacerlo por nuestra parte, por la tuya te encargaras de despertar el Arayashiki y llegar al inframundo. Una vez que haya logrado tu cometido deberás utilizar tu cosmos para poder comunicarte conmigo y saber el momento preciso de traerte de vuelta.-
-Bien, eso no tiene mayor complejidad.-
-En realidad no, sin embargo las implicaciones de todos estos procesos están por verse, no sabemos que tan bien tu cuerpo pueda responder a las medicaciones, o como enfrentara el paro cardiaco, las circunstancias por mas controladas que sean siempre tienen sus riesgos.-
-Saori, te lo he dicho ya, no me importan en absoluto los riesgos, ni el costo de todo ello, estoy dispuesto a hacer lo que sea.-
-Bien, entonces asi será.- contesto por ultimo la joven.
En lo alto de una torre se encontraba un joven presa de sus remordimientos y temores, frágil, desvalido, sin ilusiones ni esperanzas, bueno si en vida jamas las había tenido (al menos eso creía), porque habría de tenerlas ahora que su vida se había extinguido, no sabia bien como había llegado ahí, solo una verdad era inminente, sabia que estaba muerto, su verdugo se lo había dejado muy en claro la vez que había llegado a aquel siniestro lugar y lo peor de todo es que no había muerto por causas naturales ni heroicas como la mayoría de las personas que se encontraban en su situación. No, muy al contrario, el había cometido el peor de todos los pecados, comparable con el homicidio.
No habría salvación posible para él, ni oraciones ni plegarias lo librarían de su cruel destino, nada.
Si tan solo pudiese recordar que lo llevo a ello, que fue tan grave en su vida que lo llevara a tomar una decisión tan aborrecible, pero no, tampoco había esperanza de saberlo, al llegar a aquel lugar su memoria le había sido borrada como a todos los demás, sus recuerdos habían sido suprimidos con el único fin de que no pudiese usarlos como sostén en momentos de necesidad. Ahora lo único que le quedaba era esperar su castigo, el cual había sido postergado por causas desconocidas, sabía que llegaría, solo que no sabía cuándo, lo cual estaba por demás extraño.
Pero bueno las condiciones de su llegada desde el principio no habían sido las habituales, hasta podría llamarse que el trato que había tenido de alguna manera había sido preferencial, pues bien el alma del chico había sido apartada de las demás desde el principio, jamás se le aplico juicio alguno como a las demás, él había sido confinado a una alta, fría, obscura y solitaria torre, y solo escucho que se necesitaba la presencia del omnipotente Hades para proceder. No sabía cómo considerar aquello, no le quedaba más que esperar, en medio de la incertidumbre, el miedo y la soledad.
No tuvo que esperar más, la enorme puerta de madera se abrió de par en par, dejando ver una imponente, fuerte y amedrentadora figura, era el…
-Hyoga, solo relajate y deja en mis manos todo el proceso, solo concentrate en tu labor.- le dijo con voz grave pero calmada el doctor Takamura.-Bien, llego el momento, cuenta de 100 a 1 de manera regresiva.- dijo mientras tomaba su brazo para inyectarle de manera intravenosa una tras otra jeringa con el liquido mortal que detendría su corazón.
Durante aquellas breves fracciones de segundo solo una persona permaneció en su mente y corazón.-
-Shun.- fue el nombre que con debilidad salio de sus labios antes de que fuera declarado oficialmente muerto.