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INDISPENSABLE por limon18

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Notas del capitulo:

Shura aún no se da cuenta del mal que el mismo puede hacerse sin contar con el mal ageno. 

Mientras pasaba el tiempo, ya no veía más a todas esas personas que andaban el día de la fiesta excepto al dueño de aquel departamento que quiso besarlo, seguía limpiándole pero ya no le había visto, como si la tierra se lo hubiera tragado. Jamás imagino que alguien como él pudiera fijarse su persona, le daba mil vueltas al asunto, como para aclarar que era lo que realmente pasaba. Para su primer pago salió a comprar la hamburguesa más grande que pudo, y mientras regresaba al hotel la comía, pues no podía perder el tiempo en comer. Toma sus cosas para seguir limpiando, toma el elevador hasta llegar al piso indicado, entra al departamento y nota que todo está regado, todo tirado, comida y desperdicios por todos lados, hay música a todo volumen, suspira mientras termina el ultimo bocado de la hamburguesa y comienza a recoger, escucha unos pasos al levantar la vista, es el moreno de la otra vez, pero esta vez solamente lleva puesto unos bóxer, al verlo le cuesta tragar su propia saliva, Sigue limpiando como si no estuviera allí, pero siente como está a unos centímetros cerca de él. Aioros tiene encima unas copas de más, así que lo toma del brazo para halarlo y besarlo pero Shura lo repele…

-          Te deseo Shura… ¡ven acá!

El español sabe que lo único que quiere este muchacho millonario es aprovecharse de él, suspira hondo recoge sus cosas como puede y sale huyendo de allí, Aioros que no puede dar muchos pasos se sostiene contra la pared – no te vayas, solo te hare feliz, ¡maldición! – Shura sale de allí, no quiere saber nada. Vuelve esos pensamientos sobre Aioros, por que un chico como él, guapo, adinerado, pudiendo tener a cualquiera se fijaría en él, solamente que quiera jugar, baja la mirada mientras  Sostiene sus cosas se aleja, al caminar por el pasillo se encuentra a su amigo Mu, a este lo conoce cuando entro al hotel, desde entonces ese muchacho pelilia le ha demostrado una gran amistad, vecino de Aioros. Que no busca nada de él, y le ofrece su amistad sincera, no puede negar que el muchacho le agrada y no solamente por su sencillez, también por su rostro angelical muy diferente al del arquero, su amabilidad, su caminar agraciada. ¡Vaya que tenia lo suyo!

-          ¿Te pasa algo Shura, te ha cambiado el color del rostro (dice esto muy preocupado)

-          No me pasa nada. Simplemente estoy algo cansado (mientras coloca una de sus manos sobre su cabeza) lo mejor será que siga limpiando.

-          Nada de eso, ven y entra conmigo te daré un té delicioso. (lo toma de la mano mientras lo adentra a su departamento)

Shura acepta con un poco de incomodidad y mientras platican Mu prepara el té, el español se levanta para ayudarlo pero Mu no acepta la ayuda - no te preocupes, esta vez seré yo quien te sirva- El español siente su alma llenándose de una gran paz al lado de Mu, era como si estuviera en casa. Beben el té mientras hablan de cualquier cosa menos de lo que le paso a Shura momentos atrás.

-          Debo de irme o preguntaran por mi y pues no quiero que me despidan (le sonríe)

-          Está bien (recoge las tazas mientras las lleva a la cocina) pero promete que regresaras a charlar.

-          Eso está muy claro… ¿Te puedo hacer una pregunta Mu? Si no es mucha indiscreción.

-          Adelante Shura (toma las tazas y las comienza a lavar)

-          ¿Qué haces en estos departamentos? ¿es por alguno negocio o algo así?

-          Mmm… fíjate que si, mis padres tienen una cadena de joyería y pues deseaban que viniera a encargarme de la administración de estas. Así que, aquí estoy…

-          Bien… por ti, (mientras su mente procesa lo que acaba de escuchar)… nos vemos luego Mu (toma sus cosas y se va hacia donde están sus demás compañeros)

Mu cree que Shura es un sujeto con quien puede ser el mismo, sin restricciones, sin avisos sobre del cómo debe de comportarse, por esa misma razón era que le encantaba platicar cuando se encontraba cerca, además de iluminar su vida entre tanta soledad.

Al entrar ve a Saga hablando con su jefe, y luego escucha que de esa oficina lo llaman, así que entra con su vista hacia el suelo.

-          ¡SHURA! Este caballero dice que no limpiaste la habitación de su novio y encima de eso ni te apareces en un largo tiempo, puedo saber que ¿SUCEDIÓ?

-          Bueno, vera, yo entre y todo estaba tirado…

-          ¡Momento! (grita Saga) muchacho idiota, aunque todo este tirado, debes de limpiar, para eso te pagan, tu pereza hará que te despidan. (Se dirige al jefe de Shura) solo espero no volverlo a ver por aquí. (da media vuelta y se aleja de la oficina mientras maldice una y otra vez)

Shura esta atónito, ese sujeto sabe del porque no se quedo a limpiar, pero si lo dice nadie le creerá, más bien dirán que es un haragán y mientras lo piensa su jefe lo ve detenidamente.

-          Puedo saber que sucedió Shura (dice esto más calmado el señor algo viejo)

-          Bueno señor, yo llegue...

-          ¡silencio! No quiero seguir escuchándote. Ya no harás más la limpieza en los en los departamentos, solamente te dedicaras ayudar a la cocina y que quede claro que será para lavar los platos. ¿entendido?

-          ¡si señor! Me puedo retirar (el jefe le señala la puerta mientras Shura sale da allí muy enojado)

Su nuevo trabajo es apestoso, lo más horrible que ha hecho, odia lavar platos y ahora lo hace incansablemente. Pasan los días y el sigue con el mismo tedioso empleo, esa noche sale casi a las 10:pm se coloca su abrigo, un gorro de lana y sale, saluda a su compañero del mostrador, este se despide con la mano, pero luego lo llama.

-          ¡Espera Shura! Te han dejado esto por aquí…

El español regresa no muy convencido, pues no tiene ni idea de quien le podría dejar algo, se acerca a la recepción y su compañero le da una cajita con una pequeña moña. – gracias, ¿Quién la dejo? – el amigo le hace una mueca de no saber quién es, así que Shura sigue caminando, coloca el pequeño presente en su vieja mochila y sigue su camino.

Sale por la puerta principal del edificio, coloca sus manos dentro de las bolsas de su abrigo mientras siente como el frio le cala la piel, mientras camina escucha una voz que lo llama, voltea para ver de quien se trata, un automóvil grandísimo, sonríe y sigue caminando, pero el auto lo sigue y se coloca  junto a él, una de las ventanas baja y es Aioros.

-          ¡Shura! ¿Qué acaso eres sordo? Donde has estado que no te he visto.

Pero el Español sigue caminando, más bien camina un poco más rápido, tratando de dejar el carro, pero nuevamente es alcanzado, esta vez Aioros sale del carro, lo toma por la cintura por detrás dándole media vuelta para estar frente a frente.

-          ¿Por qué me huyes? No te entiendo. ¿te deseo? Y estoy seguro que tú me deseas.

-          ¡suélteme! Usted señor, tiene novio y por usted y su novio ahora lavo los platos del edificio. (termina de decirlo  mientras agacha la mirada)

Al escuchar esto Aioros no puede evitar soltar una carcajada y mientras se ríe, Shura se enoja más.

-          ¿Cuál es la risa? De que me perdí, que yo no me estoy riendo… (dice esto cruzándose de brazos)

-          Te diré algo Shura, ese sujeto que dice que es mi novio, no lo es, y no fue mi culpa que ahora laves platos pues fuiste tú quien no limpio. Hagamos algo, te invito a cenar esta noche y hablare al edificio para que puedas volver a limpiar mi habitación (mientras le toma la barbilla y besa su frente)

-          ¡está bien! pero nada de besos ni mucho menos piense en sexo.

-          (le sonríe) ¿A dónde quieres ir a comer Shura?

-          ¡Hamburguesas! Quiero comer hamburguesas.

Nuevamente Aioros se mata de la risa, al escuchar lo que dice el jovencito – reglas claras, ¿no? Mientras lo toma de la mano y lo adentra a su lujosa camioneta.

Llegan al restaurante de comida rápida que han encontrado, comprándole lo que él quiera comer, hablando de cualquier tontería, Aioros se dedica a escuchar como el chico se lamenta de todo, le causa un poco de gracia, pero lo escucha como mucha atención.  

-          A propósito cual es su nombre

-          ¡Así¡ mi nombre es Aioros… Veo que tenías hambre. (dice esto mientras toma una servilleta y limpia restos de comida de sus labios)

-          Amo esta comida y pocas veces la puedo comer (le sonríe, mientras muerde el ultimo bocado)

-          Ahora dime Shura ¿estás saliendo con alguien? O ¿tienes algún pretendiente?

-          Por el momento no salgo con nadie (dice esto con la boca llena de comida, haciendo que Aioros sonría al verlo)

Verlo comer, sus facciones, su forma de hablar hacen que el arquero le guste cada día más, tiene como un conjunto de todo lo que quiere, sonríe mientras lo ve, le encantaría besarlo, hacerlo suyo, pero también tiene claro esta situación no será fácil. Terminan de comer, lo que hace que regresen al automóvil, - ¿Dónde tú vives, dime? – déjame en la parada de buses, no querrás saber donde vivo. -  ¿Claro que quiero saber? Te voy a dejar allí. Shura acepta y le indica la ubicación exacta de esa vieja casa. Al llegar, observa el rostro de Aioros, un rostro que no le dice nada, simplemente se detiene. – hasta mañana mi bello español – toma su mano para besarla, pero luego lo hala hacia él, lográndolo besar, sus manos se colocan en su cuello para tomarlo más seguro, Shura no se niega, solo se deja besar y lo besa, enredando sus brazos en el cuello del griego. En aquel auto tan grande podrían hacer lo quieran, pero Aioros suelta el beso.

-          Hasta mañana Shura, feliz noche mi bello español.

-          Buenas noches Aioros (mientras toma su vieja mochila y baja del automóvil)

Mientras camina hacia la casa vieja, suspira y sonríe, deberás que es lindo salir con Aioros, tenerlo junto a él, lo hizo sentirse el centro de atención suyo, esta súper feliz, pudo tener sexo esta noche pero Aioros lo respeto. Se recuesta sobre su cama, sin poder dormir. Luego por su mente pasa el pequeño presente de la recepción, se sienta sobre la orilla de su cama, abre la mochila y allí esta. Logra ver una pequeña nota, la toma mientras la lee.

Querido amigo, la última vez que nos vimos note que te hacía falta algo como esto, espero te guste. Att. Mu.

Abre sin pensar el presente y lo que observa es el reloj más lujoso que sus ojos han podido ver, parece bañado en oro, con algunas incrustaciones de piedras preciosas, grabado tras este tiene su nombre, su sonrisa se vuelve enorme, no puede creer lo que está viendo – gracias Mu – se repite una y otra vez lo mismo, mientras se coloca el reloj, es a su medida. Se vuelve a recostar sobre la cama acariciándose el reloj queda dormido.

Por la mañana se prepara café rápidamente, lo bebe y se va a trabajar, esta vez su jefe se le acerca. – No sé qué hiciste Shura, pero regresaras a trabajar a limpiar los departamentos – le da una palmada en la espalda mientras se va, el español esta que no cabe de la emoción, podrá ver a su amigo Mu nuevamente.

Llega al departamento de Mu, entrando, pero no lo encuentra, limpia lentamente esperando a que llegue pero no sucede, se va hacia el departamento vecino y tampoco encuentra al arquero, entra a la habitación y mientas tiende la cama acaricia las sabanas, suspira profundamente… abre el closeth y ve toda aquella ropa, mientras se deleita tocándola.

-          Veo que te gusta mi ropa Shura (dice esto el Arquero, mientras el español da un pequeño brinco asustado)

-          Me ha asustado, perdone usted, no lo vuelvo hacer. (se va retirando pero el arquero lo toma del brazo)

Lo abraza fuertemente, no pensé que estarías por aquí, menos en mi habitación (le susurra al oído) se separan del abrazo y mientras lo ve a los ojos lentamente se acerca a su boca y lo besa muy dulcemente, Shura cierra los ojos para sentirlo mejor, al abrirlos nuevamente lo ve allí parado frente a él, esta vez es él quien se abalanza sobre él arquero para besarlo más profundamente, fundiendo sus labios, permitiendo la entrada de su lengua a su boca, sintiendo esos fuertes brazos envolverlo, esas caricias que le da, suben a su espalda y bajan a sus muslos, apretándolos, al sentir esto suelta un leve gemido, esto hace que el arquero baje de su boca y bese, devore su cuello, llevando sus manos hacia la camisa del joven, desabrochando cada botón sintiendo su pecho delgado. Shura se aleja del arquero mientras vuelve abrochar los botones de su camisa. El arquero no puede dejar de pensar del porque rayos Shura es tan difícil, pero al mismo tiempo le da la pauta de sentirse afortunado por ello. Pues puede significar que el podría ser el primero en su vida.

-          ¿sucede algo? Que acaso soy muy feo… (mientras sonríe)

-          No…no… es eso, lo que sucede es que no me encontraran si estoy aquí y seguramente me despedirán. (sale de la habitación)

-          Que te despidan (sale tras él) yo estaré aquí para mantenerte si es necesario.

Shura solo sonríe mientras toma las cosas de limpieza y se va – hasta luego Aioros, te veo en otro momento – el arquero no queda conforme con lo que ha sucedido, el solo quería tenerlo entre sus brazos y ese estúpido trabajo que tiene no se lo permite – pronto, me querrá como quiero y todo será diferente – se decía para el mismo.

El español sale del departamento feliz, su sonrisa se podría ver kilómetros si quisiera. El arquero estaba loco por él, no podía creer lo sucedió, al llegar a los elevadores, espera a que llegue mientras por su mente pasan las imágenes, esas sensaciones que sintió, quisiera regresar y quedarse, pero sabe que no es posible, le encantaría sentir su piel sobre la de él, sus fuertes brazos envolviéndolo y su deliciosa boca por todo su ser, vuelve a ver la puerta del arquero mientras suelta un suspiro. Al abrirse la puerta del elevador sale Mu.

-          Hola Mu, ¿fui a tu departamento? Te lo deje todo bien ordenadito, apropósito muchas gracias por el presente (se acerca para abrazarlo fuertemente)

-          No es nada Shura, sabes que es un placer para mí…

Lo que ellos no habían notado era que el arquero había salido a su puerta, lo que ve lo sorprende, porque rayos su Shura esta abrazando a ese sujeto, de que presente habla, ¿acaso Shura sale con el vecino? Por esa misma razón el vecino le regala cosas o que está pasando. Toma un poco de valentía y llega a donde están esos dos.

-          ¿puedo saber qué rayos pasa aquí? ¿tu, Mu, te abrazas con el personal del edificio? (sin esperar respuesta) ¿Acaso este sujeto sale contigo Mu?

-          De que hablas Aioros, Shura no solo es personal del edificio, se ha convertido en un amigo y desde cuando tú miras con quien me topo.

-          Escucha Mu, es por tu bien, deja de hacer esas tonterías…

Shura no puede creer lo que escucha, toma sus cosas y sale corriendo de allí hacia las gradas de emergencias, que acaso gente como él no puede tener amigos. Aioros ve que se aleja, deja de hablar con Mu, para ir tras él español, logra alcanzarlo entre las gradas, tomándolo, pero Shura no se deja – basta Shura, deja hacerlo más difícil – pero el español sigue luchando – no me toques, crees poder decidir quién debe de hablarme y quien no, ¡suéltame! – pero es callado por los labios del arquero, que el español se niega a besar pero luego siente lo cálido que es, lo bien que se siente. Shura lo abraza mientras sus lágrimas se derraman sobre la camisa del arquero.

-          No es que no quiera que tengas amigos, pero al verte abrazando a Mu, sentí un coraje enorme y el solo escuchar que te regalo algo, me hizo enojar mas, entiende tu también… (mientras con su mano toma su cabeza. 

Mu no entiende que paso, así que muy despacio baja las gradas, sigue bajando y es cuando los ve, queda estupefacto, jamás creyó que la escena de allá arriba había sido de celos, es mucho para mi gusto, mientras vuelve a subir las escaleras sin que se percaten de su presencia.

El día transcurre rapidísimo y Shura quiere salir lo antes posible de allí, al salir del edificio está el automóvil de Aioros esperándolo, el español sonríe pero sigue caminando, tras él, el carro del arquero, que baja el vidrio para decirle – siempre me lo vas hacer así, deja que te vaya a dejar a tu casa – el español sonríe y para. Lo ve de reojo – está bien, que sea a mi casa – el arquero sonríe – al menos a que quieras comer algo – nota como la sonrisa del español se hace muy grande.

Cada noche es lo mismo, el automóvil esperándolo a una cuadra después del edificio, sabe que irán a cenar, a platicar, a enamorarse, pero no sabe aun si en verdad se estará enamorando o solo disfruta de Aioros.

Mu que va caminando por el pasillo encuentra a Saga fuera de la puerta del arquero, trata de no verle y llegar a los elevadores pero la voz de ese hombre lo detiene.

-          ¡hey, tu! ¿acaso has visto al dueño de este departamento?

-          Para nada, no lo he visto, con permiso. (sigue caminando)

-          Para que lo sepas, soy su novio, si el regresa y lo ves, dile que estuve por aquí.

-          ¿Por qué no lo llama?

-          Porque no me contesta, bueno, de verlo tengo… iré contigo al elevador (mientras camina junto a él y esperan juntos)

-          ¿Cuál es tu nombre?

-          ¡Mu! (mientras hace una pauta para preguntar) ¿Cuál es el suyo?

-          ¡Saga! mucho gusto (mientras extiende su mano) debes de conocerme, pues soy actor, salgo en algunas películas ¿ya me has reconocido?

-          Creo que sí, mucho gusto (mientras se adentra al elevador, esperando a que este llegue rápido y no tener que escuchar a Saga más tiempo)

Esa noche en especial, Aioros lleva a Shura a un conocido restaurante, donde sus amigos lo esperan.

-          Pero allí me reconocerán tus amigos y dirán que soy el que limpia en el edificio, me niego a ir (mientras se cruza de brazos)

-          No digas tonterías, nadie te conoce.

-          Y tu como lo sabes, acaso les has preguntado

-          No, ya lo veras (mientras lo toma de la barbilla y lo besa)

Al entrar al restaurante van a la mesa y alrededor los amigos de Aioros, su hermano con su bello novio, al pelirrojo y ese sujeto que lo acompaña, vaya que nuevamente queda hipnotizado con su belleza.

-          Buenas noches chicos, quiero que conozcan a Shura, mi novio.

Y es Aioria quien se sorprende más que el resto – ¿tu novio dijiste? – Así es, hay algún problema – para nada mi querido hermano – se levanta para darle un fuerte abrazo – bienvenido a nuestro círculo de amigos.

Milo se levanta para darle un fuerte apretón de manos mientras Camus solo lo mira para decir - ¿Qué acaso este tipo no es quien trabaja de limpiar el edificio donde tu vives Aioros? – (dice esto mientras sonríe levantando una de sus cejas) mientras Milo lo ve con una mirada casi fulminante. -  Recuerdo haberte visto la otra noche jovencito (mientras sigue sonriendo sarcásticamente) - 

El arquero esta estupefacto, como es posible que Camus haya sabido algo así – claro que no es el, Shura trabajo conmigo, imposible ser quien limpia mi edificio. Una vez en tu vida deberías de callar esa bocota tuya, tal y como lo hacías antes.

-          Lo lamento, me confundí, seguramente lo confundí. ( se disculpa el pelirrojo, termina de hablar con su hermoso acento francés, haciendo que Shura lo admire aun mas)

Mientras la cena se va dando, Camus no dice una sola palabra, solo se limita a escuchar, sabe muy bien que ese chico es el que recogía lo platos, no podría olvidar esa mirada, debe de aceptar que parece un salvaje entre la sociedad y que eso lo hace más atractivo, pues Milo no se le parece en nada. Lo ve muy detenidamente mientras trata de no sonreír por lo que ve.  Sabe también que es un simple empleado disfrazado, pero no puede negar que le arranca mas de algún suspiro al verlo, nota la mano de Milo sobre su pierna, suspira profundamente mientras la aparta, robando la mirada del escorpión.

-          Con permiso, voy al sanitario (se levanta Camus de la mesa mientras se retira, haciendo que Milo lo siga con la mirada, se mete un trozo de carne a la boca en lo que lo ve alejarse)

-          No puedo creer la insolencia de Camus con nosotros Milo ¿Qué rayos le pasa?

-          Eso mismo quisiera saber yo también Aioros, en veces me sorprende su actitud pesada, perdónalo, por favor, sé que no es su intención lastimar a las personas. Menos a ti y a tu novio, en verdad espero que lo disculpen. (dice esto muy apenado)

Aioria ríe, ríe como loco, - sabes que pasa Milo, solo dale lo quiere, dale buen sexo y con eso se calmara – Shaka lo ve muy molesto – no amorcito, no te enojes – mientras el resto se ríe de las tonterías del gato. El español toma la mano del arquero – voy al sanitario Aioros – mientras el arquero le sonríe y sigue platicando con el resto de sus amigos.

Shura camina hacia el sanitario, sabe que lo encontrara allí, eso es lo que quiere, lo desea, lo idolatra, simplemente para el es perfecto. Al entrar lo encuentra, frente al espejo del lavabo. Es la criatura más bella que conoce, su cabello rojo como fuego, su piel blanca, sus labios rosáceos, su delicado perfume lo estremece.

-          Podemos hablar Camus (mientras se coloca tras él, sin dejar ver su rostro por el espejo)

-          No tengo nada que hablar, estoy seguro que es usted quien limpia el edificio de Aioros. A mi no me puede engañar.

-           No te gustaría que te contara bien que sucede (al escuchar el francés esto da media vuelta, pero la da tan rápido que se topa en el chico, retrocediendo topándose con el lavabo)

-          ¿Qué quiere decir Shura?

El pelinegro lo consigue, captar su atención, quiere tomarlo y besar esos labios preciosos, pero se abstiene, acaricia el rostro suave del francés, mientras este le retira la mano bruscamente.  – No me toque siquiera, saber que porquerizas toca y quiere venir aquí a tocarme – Shura sonríe, por tanta hostilidad por parte del pelirrojo. – Perdóneme Camus, pero no puedo mas – el francés no sabe de qué rayos habla. El español lo hala fuertemente hacia el por la cintura para besarlo, pero el pelirrojo no será fácil, pues rápidamente es empujado. Shura se abalanza sobre el pegándolo al lavabo, besándolo, Camus no se deja más, lo separa de inmediato.

-          Es usted un ¡estúpido! no crea que esto quedara así, les diré a todos, les diré que quiso abusar de mi.

-          Mire Camus, no me diga que no le gusto (mientras se acerca a él, tomándolo de las muñecas) ¡no lo niegue!

-          ¡no sea ridículo! Jamás me gustaría un beso de un sirviente, ¡nunca!

Pero Shura lo toma fuertemente de las muñecas y lo acerca, mientras le susurra – es usted la criatura más linda que he visto en mi vida – Camus mira por un lado para no verle el rostro, pues el español tiene un rostro entre salvaje, varonil y muy sexy. El español se vuelve acercar para besarlo sintiendo los dulces labios de ese francés engreído, abusivo, mal educado, siente ese deleite que nadie se lo ha dado nunca. Pero Camus se logra soltar – no me vuelva a tocar ¡JAMAS! Sale del baño. Shura sonríe, la felicidad que le ha causado esta estúpida cena ha sido lo más maravilloso que ha vivido. En su estomago se revolotean miles de mariposas, ya ni hablar puede de la emoción, sabe que haya fuera seguramente ya todo mundo sabe lo que paso, pero no le importa.

Sale del sanitario con una gran sonrisa, se sienta junto al arquero esperando el que dirán, pero nota que nadie sabe nada, mira directamente a Camus, mientras este le devuelve la mirada, para luego mirar su copa de vino, Shura simplemente lo ha logrado, logro que el pelirrojo no digiera nada, pues quiera o no, lo ha disfrutado. Desde aquella noche noto su mirada sobre él y sabe muy bien que tiene más de alguna oportunidad, una oportunidad de estar a su lado, esa necesidad de verlo no puede controlarla, no puede dejar de admirar tanta belleza, siente celos, uno celos muy profundos al verlo al lado del escorpión, ese sujeto tiene mucha suerte se dice muy profundo. Escucha la voz de Milo, lo que hace que salga de sus pensamientos.

-          ¡bueno chicos! Creo que ya nos vamos, Camus no se siente muy bien (se levantan de la mesa, despidiéndose de todos, el pelirrojo solamente les da una sonrisa falsa, toma de la mano a Milo y se van)

El resto hace lo mismo, Aioros va muy contento, pues Shura va conociendo a sus amigos y a su hermano. Suben al auto mientras conduce.

-          ¿Qué te parecieron mis amigos Shura? (pero el español mira hacia la ventana, perdido en sus pensamientos, al verlo ido, coloca su mano sobre la pierna del pelinegro)

-          (Shura lo voltea a ver) fue la mejor cena que he tenido en mi vida, gracias Aioros, no sabes cuanta felicidad me ha causado esta noche.

-          Me alegro Shura. (sigue manejando hacia su departamento, esta noche dormirán juntos)

Notas finales:

como siempre espero les haya gustado°


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