El infalible tiempo, esta vez falló
Si algo es seguro, no importa que, el amanecer llegara, así pareciera que este día no tiene fin, aunque sufras y llores el día siguiente llegará. No es un pensamiento positivo precisamente, si piensas en que al tiempo no le importa tu dolor, es indiferente. Quizás por eso alguna vez le reconocieron como dios en otras culturas. Pero sin duda es algo a lo que temer.
Pero tampoco hay que porque ser tan pesimistas, en aquellos momentos para Sasuke no importaba el paso del tiempo, al menos ese día, pues su hijo al fin había llegado sano y salvo a la edad de un 1 año. Había tenido que cambiar muchos pensamientos de su personalidad, de su crianza para lograrlo pero ahí estaba con el pequeño Akira dando sus primeros pasos. Su hijo en verdad era un niño avanzado, ya balbuceaba algunas palabras por lo que su desarrollo le entusiasmaba. El entusiasmo… un sentimiento que despertaba todas partes de su cuerpo, pensó no volverlo a sentir.
Sí, era por su hijo, pero quizás también era porque no estaba ejerciendo sus deberes como ambu, pero no cualquier ambu: Después de todo el era el yin, el contraparte de yan, por lo tanto se encargaba de todo lo que la luz no alcanzaba. Cabeza del servicio secreto, eso era lo que le dio tanto dinero y limpió el nombre de sus ancestros estos 7 años. Naruto no lo sabía del todo y era mejor pues él se encargaba de la parte frontal, pero había muchos mercenarios. Esta “paz” había traído consigo olvidar mucho el código ninja. Ni que decir, en el país del hierro había muchos samurái que habían dejado silenciosamente sus puestos, igual en otras partes, pero todo era disfrazado en pro de la paz. Pero se olvidaban que las personas no se alimentaban de paz…
Había acordado con Naruto el regresar a Konoha cuando su hijo cumpliera los 5 años pero realmente se comenzaba a sentir muy cómodo en donde estaba. No tenía pesadillas de los miserables mercenarios que tenían la mal suerte de enfrentarse a él.
La razón para volverse paranoico cuando tocaron a Karin, fue porque estaba seguro que pasaría. Nunca quiso ser padre, ni marido pero cuando tuvo que hacerlo lo enfrentó con el rostro orgulloso. Ahora lo estaba mucho más.
No muchos lo sabían, pero él era una persona que le gustaba viajar, pero aquel pasatiempo podía ser sacrificable por su hijo y su seguridad. La aldea oculta entre la cascada no era muy grande, pero era de población cálida. Lo único malo quizás era su líder….
La celebración por el primer año de Akira fue celebrado en grande y no porque Sasuke quisiera, para él era suficiente con una celebración pequeña. Si fuera su cumpleaños no haría nada pero Naruto y Sakura le estuvieron insistiendo en que era vital para el niño sino quería terminar siendo un chico antisocial. Estuvo a punto de responderle a Naruto, pero debía aceptar que quería que su hijo fuera más amigable. Nunca lo diría abiertamente pero quisiera que fuera más como Naruto que como él mismo. Por supuesto deseaba que sacara todas sus habilidades Uchiha, pero en el carácter, para Naruto era fácil hacerse de aliados... la vida le ha abofeteado bastantes veces, mostrándole que un aliado puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte aunque nunca haya gradecido abiertamente a estos aliados.
Aceptó pues la celebración del cumpleaños de su hijo, pero nadie de su círculo cercano (como llamaría a Sakura, Naruto y Taka como amigos, menos como familia) , al menos no de momento, se esperó que el líder de la aldea prepara una celebración en su mansión para Akira, invitando a personas distinguidas de la aldea, las pocas personas, y los niños de la clase de Sasuke.
Lo más incomodo del día, pues a pesar de fastidiarle estar entre tantas persona, además de tener que ver a sus alumnos fuera de clases, fue la confrontación de Naruto al final de la celebración cuando ya todos estaba de vuelta en la casa-cabaña que había construido Taka junto con Sasuke. No entendía el porqué de sus palabras, pero francamente ya le dolía lo suficiente la cabeza como para intentar escucharlo. Había sentido a Naruto molesto durante todo el tiempo de la fiesta. Sin embargo, no había podido enterarse de más de lo que sentía este, pues bloqueaba su conexión. Entendía que era fastidioso intentar sociabilizar con personas extrañas, pero Sasuke sabía perfectamente cuando había que ser cordial, lo había hecho un par de veces para conseguir lo que quería; sin embargo, Naruto no parecía sí mismo. Se supone que aquí la reencarnación de Ashura y Hashirama, de la amistad y el clan del amor era Naruto, por lo tanto le pareció extraño que no hiciera amigos por aquí y por allá como siempre lo hacía. Aun con todo, terminó la discusión con un simple “déjame en paz” y se retiró a acompañar a su hijo a dormir, lo que le sorprendió fueron las siguientes palabras de su compañero.
“Ah... ahora tienes alguien más que te proteja ´tebayo”
Iba a golpearlo, no entendía a que venía aquel recelo
“¡Yo no necesito que alguien me proteja!
Las siguientes palabras le dolieron aunque no lo admitió en su momento. “¿A no? No podrías ser ni un padre decente sin mí o Sakura-chan. Por si no lo has olvidado quien te trajo aquí y te consiguió refugio fui yo…
Se calló abruptamente, seguramente dándose cuenta que aquellas palabras habían lastimado el orgullo del otro, pero era tarde, demasiado tarde, Sasuke no le respondió pero en la mirada de este era evidente que aquellas palabras le habían afectado. Como era usual, el azabache se calló lo que sentía y simplemente movió la mano como si le diera igual. Se marchó y no le volvió a hablar en todo el día siguiente.
Ahora, dos meses después se encontraba pensado en como contactarse con Naruto. Él no podía dejar la aldea de la cascada, Suigetsu y Juugo solo podían salir de esta de uno por vez, pues necesitaba que siempre uno de ellos vigilase de muy de cerca a su hijo mientras él cumplía su responsabilidad como maestro de taijutsu. No había podido averiguar mucho por su cuenta sobre los asesinos de Karin. Necesitaba venganza o justicia, para él era lo mismo. Pero para ello necesitaba recolectar información; aunque había más que eso, pues Sakura al ver que sus dos amigos se habían peleado, prometió mantenerlo informado de cualquier acontecimiento. Es más, había mandado una nota, informándole que le llevaría datos sobre el veneno usado en su difunta esposa.
La verdad es que necesitaba simplemente de la presencia de Naruto, Akira también, este estaba acostumbrado a verlo cada tres semanas como máximo de lapso de tiempo. SU “amigo” no parecía, aquello le comenzaba frustrar bastante. Era el tipo de persona controladora, por lo que cuando necesitaba de algo simplemente lo tomaba y ya. Naruto no le había escrito en dos meses y el tiempo, imparable, seguía….
………………
Se encontraba a un solo paso de dar la estocada final. Aún podía hacerlo, le quedaba suficiente fuerza para alzar una mano y empuñar cualquier kunai para terminar con todo y lograr el tan ansiado poder que le elevaría un escalón en su meta de derrotar a su hermano. Solo debía enterrar aquella arma en el pecho de su… ¿amigo? ¿Qué era aquel chico al que veía a unos metros de él? No entendía que eran. Solo sabía que parte de sí, con mucha seguridad, lo odiaba, le envidiaba, le repudiaba con toda su alama. Itachi le había preferido en su lugar; le había humillado frente a este y había intentado llevárselo ¿Por qué? “porque es especial” Su mente de niño de 12 años no podía concebir una idea sobre este más allá de los celos de hermano menor. Porque podría ser el genio de su generación, pero para el joven chiquillo que temblaba al compás del viento que comenzaba hacerse inclemente, solo era un pre adolescente queriendo ser observado por su hermano mayor. No importaba si el fin era darle muerte, al menos quería ser algo especial. ¿Por qué aquel inútil era más especial? Lo entendió en su pelea... entendía que había algo más a aquel poder increíble que tenía y que contra todo pronóstico había vencido.
Había vencido… podía cobrar su premio por hacerlo, aunque no usase sus poderes propios y echara manos de los que aquel sujeto de apariencia extraña le dio. No importaba... su fin no era sonreír al lado de un grupo de mocosos, su fin estaba escrito. El fin de los de su clan era extinguirse y morir en la soledad. Y para aquel momento ya no importaba.
Un fuerte dolor retumbando en su cuerpo, el cual le hizo doblarse de rodillas. Sus manos rápidamente le sirvieron para no caerse con todo su peso sobre su, ahora, ex compañero. Aun podía asesinarlo… aun podía siquiera estrangularlo. Era tan fácil y sencillo, solo necesitaba olvidar cada sonrisa que había sacado de sus labios, cada segundo entrenando a su lado, cada abrazo que este le había dado a la fuerza por molestarlo, cada insulto que se habían dado. Solo debía recordar el agudo dolor que sintió cuando…
“EL equipo 7” No sabía como clasificarlos, solo que estaba ahí con los ojos fijos en los del otro esperando. No tenía idea que esperaba, solo que su respiración se agitaba, que sus ojos luchaban por mantener su orgullo y no llorar, que algo de humanidad propia se quedaba en la herida que le había hecho al otro.
Sin quererlo, comenzaba a plantearse de nuevo ¿qué sentido tenido dejarle con vida? No eran amigos, al menos no el tipo de amigo que observa lejanamente en otros o que alguna vez observó en su familia. La referencia de amistad que tenía sobre su familia era la de su madre observando una imagen de su época de academia al lado de una niña pelirroja, la observaba con verdadera tristeza. La siguiente referencia que tenía era de su hermano y su primo Shisui... ellos era muy unidos, tal vez demasiado, aunque nunca llegó a comprender que tan profunda relación tenían. Le confundía, pues finalmente Itachi terminó asesinándolo. La última referencia era cuando observaba a los otros niños interactuar, pero ninguno era del todo parecido a lo que tenía con el rubio. ¿Entonces qué?
Estaba seguro que Kakashi buscaba ser un suplemento de padre-hermano mayor, aunque prefirió ni siquiera intentar verlo de aquella manera. Su padre y su hermano tenían nombre y rostro propio: nunca iba a dejar que alguien se apropie de aquella imagen, por muy necesitado de afecto que este. Sakura, era una niña molestosa, pero a veces se había sorprendido a sí mismo confiando en ella. Entonces quizás, era solo como una hermana menor fastidiosa, una que idolatra a su hermano mayor… quizás era eso lo que llevaba a Sakura a adorarlo tanto, pero a la vez esforzase por ellos y a él hacer una que otra acción por ella, hasta el punto de ayudar a Naruto a protegerla. “Naruto”... el sujeto que tenía debajo, el cual exhalaba débilmente, el cual había roto con algunas acciones unas emociones extrañas dentro de sí. Naruto, quien había hecho nacer sensaciones desconocidas, sensaciones humanas y sanciones chocantes. Odio…. Envidia... ¡Él un Uchiha envidiando a un crío desvalido de los barrios pobres de Konoha! Naruto no era nadie, pero tampoco era nada; no era su todo, pero era algo. Naruto solo podía ser “Naruto” sin más porque no entraba en ninguna clasificación, porque no confiaba en él, no tenía sus momentos de confianza como con Kakashi o Sakura pero también sabía que podía comprenderlo; que podrían llegar a completarse y ello no quiso dejar que sucediese... ¡No!... ¡claro que no! Debía huir antes de descubrir qué era Naruto.
Casi sin pensar en sus acciones y dejándose llevar por un viejo recuerdo, subió un poco su rostro y sus labios tocaron débilmente los de Naruto, al mismo tiempo sus lágrimas de miles de emociones explotando, salían con ferocidad; terminó por atormentar sus labios con sus dientes, mientras echaba una última mirada al cuerpo que yacía debajo de toda aquella lluvia.
Un día como ese, en aquel mismo lugar sus caminos se habían separado en otras vidas, y en aquel momento en esta nueva vida volvían a separarse….
Sasuke se despertó intempestivamente, sintiendo su pulso golpear inclemente su cuerpo. Estaba a punto de ahogarse… su cuerpo estaba frío como si la humedad de aquel sueño se volviera realidad. Un vaso de agua siempre estaba su lado, por lo que lo tomo sin control, intentando no atorarse.
¿Aquello había sido un sueño o un recuerdo? Era lo que se preguntaba sin llegar a contestárselo. Lo que Sasuke no quería notar era que sabía claramente que no era un sueño en absoluto… era un recuerdo que había reprimido durante tantos años.
Se limitó a intentar tranquilizarse. Se cambio de yukata, pues la que portaba estaba humedecida por sudor frío; para luego dirigirse a la cuna de su hijo. Cuando examinó que todo en su pequeña cabaña estaba bien, regresó a su lecho para recostarse e intentar olvidar cada detalle y sensación del sueño.
No pudo volver a dormir de lleno. Sus sentidos ninja habían vuelto a dispararse, escuchando cada sonido proveniente de los alrededores. Se removía inquieto. Desde hace un mes que podía dormir casi tranquilo, aun manteniendo un sentido que lo despertara pronto, pero al fin y al cabo tranquilo y de largo. Sin embargo, ahora, aquel sueño sobre el día en que dejó Konoha no le dejaba en paz. Parpadeo repetidas veces y noto que sus ojos se habían dilatado lo suficiente como para detallar su techo a unos metros sobre él. Cerró sus ojos, pero sus oídos se dispararon más, al menos podía mantenerse calmó con el acompasado ritmo de respirar de su hijo. Mientras pudiera escucharlo podría estar relajado, al menos.
Un ruido sordo rompió con su atmosfera tranquila en tinieblas. En un par de segundos ya tenía la espada desenvainada al lado de la ventana, pues de ahí provino tal ruido. Él no sabía usar barreras como Karin, eso venía de la sangre Uzumaki.
Pudo finalmente entre tranquilizase y sentir un extraña ansiedad cuando descubrió que era Naruto quien había ingresado por su ventana. Quiso preguntarle de inmediato el motivo de estar aquí, pero finalmente se quedó quieto y envaino su espada de nuevo. Estaba seguro que era Naruto, nadie más podría tener una presencia tan “luminosa”, esa era la única palabra con la que podría describirlo.
—Pensé que con tus sentido me habrías sentido desde hace mucho ´tebayo
El rostro de Naruto a sombras le era bastante reconocible a él, quien estaba acostumbrado a la oscuridad. Sin embargo el rostro de su ex compañero en aquel momento le era un tanto desconocido. Quiso acercársele, pero de nuevo solo se quedó quieto, perturbado aún por el sueño de hace algunos días. “¡Es un sueño solamente!”, era ello lo que trataba de convencerse.
Toda respuesta y especulación mental finalizó cuando Naruto le abrazó; en vez de alejarlo supo que era lo que necesitaba para dejar de sentirse ansioso. ¿Por qué estuvo todo estos meses con un sentimiento amargo que no le dejaba en paz? Quizás era porque había vivido por años seguro, consiente o inconsciente, de que Naruto jamás le abandonaría. Aún cuando acabara con los sueños de este, hiriera a las personas que sí apoyaban al rubio, le hiriera y rechazara su amistad de mil maneras, aún con todo siempre supo que Naruto estaría de su lado. Ahora que tenía un hijo, su egoísmo no disminuía, pero el miedo se había duplicado. Pero... ¿Qué estaría dispuesto a hacer con tal que Naruto no le abandonara cuanto este finalmente se cansara de seguirle?
De repente como si el rubio buscara respuesta, bajó sus manos deslizándolas lentamente por su espalda hasta llegar un poco encima de su cadera. Su cuerpo se tensó de inmediato e intentó separarse. El otro debió notar aquel desagrado que se separó, dando dos pasos hacia atrás. Este Naruto era diferente al usual, al que siempre le sonreía, pues este tenía una mirada digna de ser temida. Y así con esa mirada que solo el había dedicado en momentos dónde realmente debía ser odiado, le preguntó lo que él mismo se preguntaba “¿qué estarías dispuesto a dar, Sasuke?”
Sin poder detallar más detrás de aquella incomoda pregunta se despertó de golpe. Otro sueño realmente extraño que hacía sentirse incómodo, malográndole la paz que había conseguido en aquel remoto lugar. Lo peor aún, es que estas pesadillas le sumían demasiado, alejándolo de la realidad, de que sus sentidos shinobi funcionaran correctamente, y de sobre todo cuidar correctamente a su hijo: justamente por ello era que o Juugo o Suigetsu siempre dormían en la misma habitación, solo que en un futon diferente, justo al lado de la cuna del niño.
— ¡Sasuke-kun! No puedo creer que ahora tengas el sueño tan pesado. Creo que la única vez que te vi dormir tanto fue cuando….
Sus sentidos al fin trataron de volver a la realidad y de prestar atención a la muchacha que le hablaba. Era Sakura, seguramente recién llegada.
— ¿Qué haces aquí?
La pelirosa entornó los ojos hizo un mohín de disgusto.
—Sasuke-kun, ¿estás realmente bien? Recuerda que te mande un mensaje…
Recordó entonces que la muchacha había descubierto una pista de los atacantes a su fallecida esposa.
—Siento mucho que recién haya obtenido respuesta de los exámenes que le hicimos a Karin-san, pero fue difícil…realmente difícil
El rostro preocupado, el mohín de morderse el labio inferior y la mirada penetrante de Sakura le indicaron que los resultados habían sido sorprendentes.
—Creo que primero deberías vestirte correctamente, Sasuke-kun.
Y entonces notó que solo tenía puesta una yukata ligera y que está se corría por los hombros. La muchacha le observaba bastante sonrojada, se sintió incomodo pero no lo mostró. De repente una pregunta hizo presión en su cabeza.
— ¿Naruto?
La pregunta pareció poner incomoda a la doctora, pues esta balbuceaba, seguramente buscando una respuesta que no dejara mal a su amigo o que no le doliese al azabache. Aquello más bien le preocupó y molesto a partes iguales.
—Déjalo
—No... Es solo que sabes que hay problemas--- y bueno… la situación es que Kakashi está siendo un poco criticado... la situación debe apaciguarse. Además en la última cumbre parece que las cosas no marchan del todo bien. Hay personas que piensan que los biju debería ser vueltos a repartirse equitativamente como antes y obviamente Naruto no está de acuerdo.
—Sería un idiota si lo estuviera. Los biju siempre fueron de Konoha, pertenecieron a Madara y Hashirama ¿por qué demonios se los devolverían?
—Sabes que no es por eso que Naruto….
—Olvídalo... no me interesa de todos modos….
—Aunque tienes razón... un biju solo puede ser controlado por uno de ustedes, aunque de diferentes formas…
La sonrisa amigable de Sakura le fastidió sin entender porque. Se levantó del todo de su futon y se encaminó a su vestidor para ponerse decente. Su hijo ya era atendido por Juugo, quién increíblemente podía ser amable con los niños, al menos con Akira. Al niño le encantaba las aves que Juugo podía atraer.
Terminaba de leer el reporte que obligatoriamente debían entregarle todas las aldeas sobre los movimientos de estas. Ahora que Sasuke no estaba a su lado, encargándose de la otra parte de esa gran alianza, venía enterándose de ciertas cosas desagradables. ¿Por qué Sasuke le había ocultado que había recibido cantidad de ataques de mercenarios mientras que cumplía misiones de “limpieza”? Comenzaba a odiar que pareciera que Sasuke le tomaran de ingenuo. ¿Acaso pensaba que no podría soportar que la unión tuviera ciertos quiebres? Aunque claro, debía encontrar una solución, pues aunque haya habido una guerra, una gran guerra que se llevo muchas viadas preciadas para él, los señores feudales seguían exigiendo su cuota. Había muchas cosas que cuestionarse y era capaz de comprender a ciertas facciones radicales que incluso pedían que anulasen los derechos de los señores feudales. Sin embargo debía examinarse detenidamente si se podía realizar una total reestructuración del sistema. Le dolía la cabeza, su dolor no disminuía, con seguir leyendo, nunca fue su fuerte, pero era mejor que el trabajo administrativo que tenía su maestro.
Su casona estaba en lo que fue alguna vez los territorios del clan Uzumaki, había reconstruido uno que otro, pero se enfocó en el lugar donde había vivido su madre. También le fue cedida la herencia de su padre, así como el pequeño pero confortable apartamento donde vivieron sus padres una vez casados. Había tantas fotografías de estos y su tiempo en la academia.
—Naruto-sama ¿Por qué tan pensativo?
Keisuke le dejó un bandeja con te y una cacerola con un ramen que olía realmente bien. Sonrió apartando el papeleo que Sai, el ahora cabeza de Ambu, le había otorgado. Abrió sus brazos y Keisuke se depositó entre ellos sin mayor problema.
— ¿No me dejaras darles una mirada?- le preguntó pícaro.
En respuesta solo invocó a una de sus pequeños amigos sapos y este lo guardo.
—No me tienes confianza
— Lo siento’ tebayo... Es solo protocolo
—Por supuesto, no puedes confiar en un prostituto como yo.
Le acarició sus suaves hebras de cabello negras con cuidado y cariño.
— No es eso... solo que no quiero verlas por ahora. Me traes tranquilidad y no quiero amargarme de nuevo tebayo.
—Pero supongo que a tu querido, Sasuke, si se las mostrarías.
Había momentos en que este chico le reclamaba así con una sonrisa picara sobre Sasuke. Realmente no sabía si este jugaba o comenzaba a afectarle.
—Kesuke…
—Lo siento... No me importa mientras sea yo quien te traiga tranquilidad….aunque...
Justo cuando iba a besarse, el muchacho se separó.
—Tienes visita así que te espero en tu habitación
Realmente este chico debió ser shinobi, tenía buenos instintos…
Keisuke le dio un fugaz beso en los labios y se marchó a su habitación.
Era Gaara, su ahora mejor amigo, este sabía de su relación con Keisuke, no estaba del todo de acuerdo pero respetaba su decisión de sacar al chico de la casa de citas y llevarlo a vivir a su mansión alejada. Ocupaba tanto la mansión como el antiguo departamento de sus padres, a este iba cuando quería estar solo. Muchos pensarían que era una persona muy sociable, de hecho lo era, pero tenía momentos en los que necesitaba estar solo. Nadie podría concebir que Naruto, quien tragó la paz al mundo ninja pudiera tener aquellos aspectos no digno de la luz.
— Aquel chico ¿está contigo no es así?
Asintió mientras le servían algo de té a su amigo, además de un par de palillos con dangos para acompañar.
— ¿Cómo lo supiste?
Gaara sonrió débilmente.
— Por el aroma a jazmín que le obligas usar y sobre todo porque hay comida decente y que huele bien. Lo siento, Naruto, pero lo tuyo no es la cocina.
— Gaara... no tienes que ser tan cruel- le comento con un puchero.
Después de ello su conversación se dedicó a asuntos triviales. Normalmente quedaban en casa de Naruto con Keisuke presente para hablar cosas simples, pues los temas sobre el mundo ninja debían tratarlos en un lugar totalmente solo.
—Naruto, debemos hablar sobre la última cumbre shinobi.
La seriedad en las palabras de Gaara le hizo dar un simple asentimiento. Keisuke era solo su favorito, su amante, no era ninja ni guerrero, pero aun así no podía ventilar asuntos importantes frente a él. Por lo menos, no aún. Naruto entendía perfectamente la responsabilidad que llevaba en sus hombros, por lo que a pesar de todo Gaara respetaba su decisión de que tuviera al chico viviendo en su mansión, a pesar de los comentarios desatinados que ya ventilaban en Konoha y que poco a poco llegarían a otras regiones.
—Pero, Naruto, ¿estás seguro de arriesgarte por este chico? Es decir... entiendo si fuera algo serio…
—Aun no se en que acabará lo nuestra ´tebayo- hizo un ligero mohín con los labios- pero nadie tiene porque meterse en ello.
—Por supuesto, amigo, sabes que siempre contaras con mi apoyo y confianza.
Naruto sonrió con aquella sonrisa que siempre deslumbraba a todos.
—Es una lastimas que...
— ¿Qué sucede?
—Nada, solo pensaba que si se enterara, tu querido Sasuke, no le agradaría.
—Le da igual- resopló fastidiado- Me vio desnudo en un futon en la casa de citas y no le importo ni un poco.
Gaara parecía bastante escéptico. A veces parecía que el Kazekage podía ver través de cualquier fachada de las otras personas. Aunque no podía ser a la inversa, aunque claro Naruto era la excepción a la regla.
—Debes recordar que su máscara es mucho más compleja que la de otros, además Sasuke está en una situación que no puede pensar en los sentimientos a su alrededor.
El rostro que esbozó Naruto hizo que el pelirrojo soltara una sonrisa fina, típica de alguien que siempre se portaba con propiedad a pesar de estar con un buen amigo.
— No, Naruto, no estoy interesado en Sasuke. Es cierto que sin su rostro de psicópata es agraciado, debo admitirlo. Pero no todos somos masoquistas como tú. Me gustan las personas amables….- comentó lo último en un susurro.
Naruto, quien tenía su cabeza apoyada en su palma, simplemente se tensó un poco, para después resoplar. De repente todo se había vuelto incomodo para ambos amigos.
— ¿En verdad no es solo deseo frustrado por Sasuke?
— ¿Deseo frustrado?
—Eres mi amigo y respeto que ahora te gusten más los hombres que mujeres y todo... pero Sasuke… ¿no es solo que lo deseas físicamente? Has pasado por mucho por él. ¿No crees que pasaría si tú y él… ya sabes?
— ¿Si me acuesto con él tebayo?- preguntó pícaro el rubio por el sonrojo de su amigo. Naruto gracias a su maestro había adquirido un tono un poco directo- No es que me desagraden del todo las mujeres, si encontrara a alguien con quien comprenderme sea hombre o mujer es lo mismo. Por ejemplo con Sakura me comprendo pero ella se volvió más una hermana para ambos. Hinata…. Trate de corresponderle pero siempre me rondaba la cabeza Sasuke y ella no me complementa.
— ¿Sasuke sí? Está bien que sean el yin y yan pero es solo en poderes…. Lo siento.
— Créeme que me he preguntado qué me atrae de Sasuke... aun me pregunto. Físicamente es mucho. Es el primer hombre que me ha atraído ´tebayo. Sí quiero acostarme con él, pero no creo que eso sea todo.
Naruto no pudo contener la risa ante el rostro sonrojado de su amigo. El cual tosió buscando salvar un poco su orgullo. A este le impresionaba mucho lo apasionado que sonaba Naruto cuando describía lo que sentía por Sasuke.
— Creo que puedo comprender por qué es la fantasía de cada hombre que gusta de otros hombres... pero el carácter mata….- comento tosiendo un poco el pelirrojo, tratando de no parecer tan inexperto en aquellos temas pues sabía que Naruto necesitaba hablar de ello con alguien de su edad que lo comprendiera aunque sea un poco.
—No tienes idea…lo siento si esto te resulta incomodo ´tebayo- dijo cohibiéndose un poc.o
—No claro que no. No tengo mucha experiencia ni la busco por ahora. Pero no me espanta nada. Con el sannin de las serpientes “vivo” creo que no podemos espantarnos por nada.
—Sí ´tebayo. Todos merecen redención pero ese loco de las serpientes me da escalofríos.
— Y con mucha razón.
Sus temas se dirigieron en dirección a asuntos simples, comentarios sobre algunos de sus amigos y sobre todo a la extraña relación entre la hermana de Gaara y Shikamaru. Finalmente y con una que otra copa de sake, Gaara dio por finalizada su intromisión, pidiendo disculpas si había interrumpido su momento con su pareja. El rubio le aclaró que nunca era problema recibirlo. Realmente para Naruto era relajante recibir la visita de Gaara, sentía mucha confianza con este; además de que estaba seguro que este se esforzaba por entenderlo a completo.
Acordaron mandarse mensajes para quedar dónde verse en una semana para discutir ciertos temas relevantes ya no como Naruto y Gaara sino como Protector de la alianza y Kazekage.
El día había terminado, pero Naruto, a pesar de haber tenido una sesión magnifica de sexo no podía conciliar el sueño totalmente. La carga que caía sobre sus hombros era pesada y ahora no tenía con quien partirla. Había librado a Sasuke de aquella carga para que estuviese un poco más tranquilo. Realmente no sabía que la carga del yin era tan pesada. Había muchos problemas, personas inconformes, mercenarios dando vueltas. Las aldeas que no pertenecían a las cinco grandes comenzaban a desarrollarse, se murmura aquí y allá de propias alianzas. Las pequeñas aldeas observaban como arrogante a las otras grandes pues estas se habían definido como si su decisión fuera la del mundo. Las aldeas pequeñas y desconocidas aquí y allá, clanes aun desconocidos... lugares alejados… Sasuke se había enterado de muchas cosas, se había encargado de asesinar a los disidentes para resguardar la paz que gozaban más que nada los de Konoha y algunos sectores de las otras grandes. No estaba asustado, pero sí preocupado. No era tan fácil traer el equilibrio, mucho menos cuando él no estaba en equilibrio.
Decidió que finalmente debía hablar con Sasuke, además él cumplía sus palabras, era padrino de Akira y debía velar por él también. No había sido correcto enviar sola a Sakura, sabiendo como se pondría Sasuke cuando se enterase de lo que habían descubierto.
Sabía que no tenía derecho a reclamarle a Sasuke porque no hiciese nada cuando otro hombre le estaba cortejando. Suponía que este no entendía que también podía llamar la atención de otros hombres poderosos. Sabía que este podría defenderse a la perfección de Shibuki, pero no había podido evitar molestarse porque le cortejara tan descaradamente.
Era lo suficientemente maduro para saber que no solo sentía ganas de follarse a Sasuke, que no solo era una fantasía el someterlo o algo parecido; pero debía de recuperar su equilibrio emocional, más si no tenía a Sasuke para encargarse de la otra mitad de cargar con la dichosa paz. Sai hacía un buen trabajo de ambu, pero siempre le consultaba cada paso. En parte era bueno estar enterado de todo, pero por otra parte era cansado.
Contagiándose de las rítmicas respiraciones de Keisuke, quien dormía en sus brazos bien envueltos, se dejó vencer por el sueño. No confiaba absolutamente en Keisuke o en que alguien no quisiera hacerle daño, pero tenía un amigo en su interior en quién sí confiaba completamente. Kurama le despertaría si algo malo pasase.
Sakura y Sasuke se mantenían sentados en el suelo de la habitación, mientras ella al parecer buscaba las palabras para explicarle lo hallado. El pelinegro se mordía el labio inferior un poco impaciente por escuchar. Finalmente la chica decidió sacar un pergamino de entre sus pertenencias, para empezar su explicación.
—La razón por la que demoramos demasiado en saber que clase veneno tenía el arma con el que atacaron a Karin-san es porque no es un veneno usado en ninguna de las grandes naciones ninja.
El pelinegro se mantuvo callado ante las palabras de su compañera, dándole a entender que continuase con lo contado. Ella era la que se mostraba más ansiosa.
—Bien… es solo que es un veneno extraño... Mucho, es decir, ni tú ni Naruto pudieron hacer algo por salvarla y creo que yo tampoco de tener el tiempo. Los venenos más dañinos y más rápidos no actúan tan rápido. Y de una u otra manera hubiese podido encontrarle un antídoto, pero de este no he podido hacerlo. Sus componentes son extraños. Claro hay sustancias naturales en él, pero algunas no se encuentran en ninguna de estas regiones, se producen solo por pedido expreso en pequeñas aldeas pero... otros son componentes ...como decirlo…
—Solo habla
—Es que no existe un término para calificarlo... pero diría ¿avanzados? ¿Evolucionados?
— ¿Qué quieres decir con eso?
—Que son muy derivados de componentes naturales... Es decir... nunca se han producido en la historia ninja. Hemos pedido ayuda de Orochimaru quien ha viajado por muchos lugares y tratándose de ti, decidió ayudarme. Lo conoce, nunca lo ha utilizado pues sus métodos siempre fueron más torturadores. Solo lo vio una vez y tampoco ha podidos sintetizarlo. Parece que viene de una aldea avanzada. Podría ser que de la aldea oculta entre la nieve.
Las palabras sobre el nombre de aquella aldea traían un torrente de recuerdos a Sasuke. Durante su estadía en el equipo 7, sus aventuras lo habían llevado a muchos lugares por misiones muy raras, extremadamente algunas. Una de ellas fue salvar a aquella princesa de la aldea entre la nieve, era un lugar antes de que Naruto la ayudase bastante inhóspito, pero debía admitir que extraño, por el hecho de que existían “cosas” que nunca habían visto en otros lugares, ni siquiera en sus viajes con Orochimaru y posterior con Taka.
— Antes de iniciar a investigar los mercados negros de ese lugar quisimos informártelo, Sasuke-kun...
Un puño rompió el débil ademan de Sakura por acercarse a su compañero para averiguar en qué estado se encontraba. Las facciones del azache estaban contrariadas, asombradas y ensombrecidas. La frustración podría ser un sentimiento que rondara por su cuerpo. Sakura entendía el porqué.
— Orochimaru va a ayudarnos… sabes tú y Naruto se parecen mucho…
— ¿En qué?
—En que ambos atraen a cada tipo de persona…
—No me compares con...
— ¡Exacto, Sakura-chan, no nos compares! Orochimaru es un tipo extraño
La muchacha en vez de sentirse cálida por la presencia de las dos personas que más quería, se sintió gélida por la mirada molesta que ambos se dedicaban. Pero pronto se repuso, intentando sacar carácter y arreglar la situación entre ambos.
—Pensé que no vendrías, Naruto.
—Tenía que... Solo que Sakura-chan se me adelanto para contarte lo último.
—Pudiste traerla contigo, idiota y evitarle que corriera
—Sasuke-kun- comentó la sorprendida por el comentario
—Ahora eres considerado…
— ¡Ya basta!
El grito de ella logró separarlos momentáneamente. Después de ellos, los tres se encontraban sentados en silencio, hasta que Sakura decidió que era momento de dejarlos solos y que discutieran. Lo hizo pero no sin antes recordarle que no podía destruir la vivienda que les había sido concesionada ni mucho menos destruir alguna parte de aquella sencilla aldea. Decidieron salir a caminar para enfriarse antes de comenzar a hablar. Extrañamente se había instalado una tensión que desembocaba en violencia cada que se encontraban. Le asustaba, pues nada bueno podía salir de ellos dos peleando, no ahora que todo el sistema estaba pasando por una contradicción y una separación entre ellos podría desembocar en algo fatal a estas alturas de su poder. Teóricamente, no había seres más poderosos que ambos.
Terminaron en una loma cerca a la cascada; a lo lejos podía observar que alguno que otro guardia de Shibuki estaba rondando a su alrededor, seguramente aun no confiaban en que no les iban a hacer daño. Tal vez debió ir a saludar a Shibuki antes de ir directamente a la vivienda de Sasuke.
—Naruto…
—Solo quería decir que... lo acepto, no tenía que hacerte una escena por tu relación con Shibuki.
El azabache enarcó una ceja, para luego soplar violentamente.
—No sé a qué viene esto. Y no tengo ningún tipo de “relación” con Shibuki.
A los ojos de Sasuke, el rubio parecía prepararse para decir algo incómodo, pero no lograba descifrar cual era el tema que quería tocar.
—Quizás no te hayas dado cuenta, pero Shibuki te esta cortejando…
Un brillo de asombro lleno los ojos del azabache.
— ¿Cortejando?
— Por supuesto….
Y ahora era Sasuke quien parecía decidido a traer un tema incomodo pero necesario, Naruto solo esperaba que no fueran sus evidentes sentimientos.
—Puede que parezca que no lo noto, pero siempre lo hago.
Aquellas palabras confundieron al rubio, quien quería retirarse lo más pronto posible, entendía por dónde iban las cosas y realmente no quería enfrentarle por ahora.
— Te…- Sasuke tragó fuerte— ¿Gusto?
Por alguna razón aquella enardeció al jinchuriky, quien no se midió y alzo la voz todo lo que pudo:
— ¿Crees que porque siento una atracción por los hombres tendrías que gustarme?
Aquellas palabras las sintió a golpe en el estomago. El joven padre se sentía avergonzado en lo más profundo de su ser, solo que mantenía una compostura perfecta.
— Como sea... si no es así...bien. ¿Entonces porque fue tu escena aquella noche?
—Solo… solo... bien… si te gusta Shibuki pues...
—Naruto ¿realmente piensas que saldría con alguien a unos meses de muerta mi esposa? Karin recién ha muerto y es la madre de mi hijo, una persona irreparable para Akira. No voy a desconcentrarme por tonterías. Si te preocupa por cualquier razón que Shibuki se...- Sasuke resopló entre avergonzado y fastidiado— como sea, no me gustan los hombres….ni las mujeres en estos momentos... lo único que quiero es proteger a Akira, descubrir quien asesino a Karin. Eso es todo.
La respiración agitada, delataba el esfuerzo que tuvo que hacer Sasuke para soltar tantas palabras en tan poco tiempo.
De alguna forma aquellas palabras tranquilizaron al rubio, dándole una seguridad extraña, ambigua.
— Pero realmente está interesado en ti.
— ¿Y qué?
Al haber dicho este, Sasuke se giró, dándole la espalda. Por la mente de este pasaban las palabras del rubio y algo que quería regresar a su mente, algo de sus tantos recuerdos reprimidos entre buenos y malos; no permitió que nada lo alterase más. Pero realmente había una pequeña chispa que se guardaba, saber que Shibuki tenía sentimientos hacia él, podría usarlo en algún futuro, claro midiendo bien el peligro. Bien claro le quedaba que los sentimientos de amor siempre tienen dos caras.
Dieron el tema por zanjado al menos de momento. Ambos comenzaron a caminar lado a lado en silencio por la pequeña loma, sin usar sus poderes ninja, terminaron sentados en lo alto, casi al lado de la gran cascada. De alguna forma aquel silencio ya no era incomodo sino todo lo contrario, era bastante pacifico. Sin embargo, ambos sabían que aparte de la situación que los llevo a discutir había temas espinosos sobre el mundo ninja del que habían hablar.
— ¿Por qué siempre me subestimas, Sasuke?
Era una pregunta nada fácil de responder, pero debía ser respondida. La carga que antes era partida en ambas partes ahora solo era sostenida por Naruto. Sabía que su ingenuidad había sido dejada atrás con la guerra, pero era casi instintivo en pensar que darse cuenta de los verdaderos colores de la paz le sentaría a traición.
— ¡Kakashi-sempai!
Siempre le era increíble ver la sonrisa de aquel hombre, su menor, aunque ahora era vergonzante que fuera más alto y fornido que él. Gracias a Yamato y el estudio de sus células y de cómo estas reaccionaban a las células Hashirama, Orochimaru había podido encontrar un equilibrio para Obito, aunque por el momento no le diera la vitalidad que antes tenía. Se negaba a dejarle morir, por lo que estaba enormemente agradecido a Tenzou por vencer sus propios temores y dejarse estudiar por Orochimaru solo para ayudar a un amigo.
Sabía que Yamato sospechaba lo que se hacía aunque no preguntara de más; iba a llegar el momento en que se entera que era lo que pasaba, que era exactamente lo que se hacía con su sangre, pero por ahora no era el momento.
Por otra parte, Orochimaru estaba más que colaborativo... los laboratorios y el estudio eran su vitalidad, por ahora colaboraba por petición de Sasuke, pero siempre estaban atentos ante cualquier inconveniente. Parecía que para Orochimaru era más inconveniente estar de parte de ellos y bajo su protección, pues las otras aldeas lo cazarían sin tregua si abandonaba Konoha nuevamente. Era mejor permanecer en Konoha y hacer lo que mejor hacía... experimentar.
— Solo dime Kakashi...
—Eso no es posible…ya que no me dejas llamarte como Hokague al menos…
—Bien, gracias de nuevo.
Dio una breve reverencia, pero aparentemente fue suficiente para hacer sonreír a Yamato. Aun así eso no impidió que luego su rostro se volcara serio.
— No quiero entremeterme, pero ¿Por qué Orochimaru estudia conjuntamente poderes oculares?
No pudo contestar ante eso. Debían ser estudiados puesto que podría existir un rechazo entre sangre Senju y Uchiha o podría desembocar en algo no conocido, nada estaba dicho, cada cuerpo era diferente.
— Te lo contaré todo, Tenzou, pero debes esperar y por favor sigo ayudando
Seguramente era sorprendente para cualquiera ver a Kakashi Hatake pedir algo tan necesitado. Por supuesto Yamato no se negó, e incluso pidió disculpas por preguntar. El lazo entre ellos y la confianza era muy fuerte. Su amistad había sobrevivido a complicados acontecimientos, e incluso por salvar Kakashi al antiguo Kinoe, casi logra que los dos pilares de Konoha se enfrentaran.
Quedaron en paz, claro, no sin antes una invitación a reunirse con los otras sobrevivientes de su generación: Yamato no había sido muy sociable con otros jounin, no así con gente de Ambu; sin embargo, en esto últimos años había formado complicidad con los otros personas de su edad… aquellos a los que una vez fueron compañeros que ahora incluso apoyaban su noción de liberar aquel tabú del amor entre personas del mismo sexo.
“Yo creo, sempai, que uno no puede evitar amar, y por tanto tampoco puede evitar querer formar una familia con esta” Aquellas palabras habían salido de la boca de Yamato cuando le planteo su idea. Le habían dado valor, en aquel momento.
Quizás era porque Tenzou había sido del deseo oculto de algunos y algunas ambu en sus tiempos de juventud antes que desarrollara toda esa musculatura y sus facciones se endurecieran.
Cuando ingresó a la habitación que había sido destinada para Obito, le encontró leyendo apaciblemente aquel primer libro que escribió Jiraiya, tenía en el rostro una sonrisa tranquila. Nunca podría volver a ser el Obito alegre y confianzudo de hace años, pero esta personalidad madura le resultaba atrayente. Quizás todo lo que fuera Obito le resultara atrayente.
Como era costumbre, se quitó la capa de Hokage para sentirse más cómodo, se acercó a él para darle el único contacto que Obito permitía: un beso en los labios; sin embargo, esta vez le reusó. Aquello nunca había sucedido desde que le confesó sus sentimientos, por lo cual se sintió rechazado a totalidad por primera vez.
— No es lo que piensas. Solo creo que en verdad desperdicias tu vida conmigo. Aquel niño, a quien engañas para mantenerme con vida, él está lleno de oportunidades a pesar de todo lo que pasó. ¿No es grandioso en como son de parecidos? Ambos pudieron adaptarse a poderes legendarios que en un principio no eran suyos.
Nunca lo había visto de aquella manera, pero tampoco es que tuviera mucha relevancia.
—Yamato es un amigo, uno de los mejores- aclaró sin saber bien que debía aclarar.
— Dices que tu alumno no enfrenta la realidad. Criticaste por años a Naruto por ello y aun ahora, pero tú tampoco me dejas ir. Es mi hora, Kakashi. Tu destino está aquí con esos mocosos que aun necesitan guía en sus vidas de adultos. Y tienes a ese chico que haría lo que fuera por ti... es joven y fuerte, puedes romper los tabú que quieras con él… y si no es él... estoy seguro que si hay hombres de nuestra generación que tiene tus gustos y estarían dispuestos formar una familia contigo….
Las palabras soltadas con tantas fuerza fueron dichas tratando de ocultar un sentimientos muy diferente al interpretado por el ahora hokague. Obito trataba de mostrar algunos sentimientos que no eran, pero se sintió como un libro abierto cuando soltó aquellas palabras, solo esperaba que Kakashi no las entendiera. Él mismo se sorprendió de escucharlas salir de su boca, no podía creer que después de todo algo en sí mismo estuviese cambiando.
—Siento por haberte obligado a tener que aguantar mi presencia. Pensé que con el tiempo…. —Kakashi se poso su capa de nuevo. Este lugar y sentarse al lado de Obito en silencio le daba paz, pero ahora le traía un dolor de cabeza junto con muchos remordimientos encima— Solo creo que Rin quisiera que vivieras sea como sea…
Obito prefirió otorgar veracidad a la ignorancia de Kakashi, pues ni el mismo sabía que era lo que empezaba sentir. El que calla, otorga y él otorgo la veracidad de que nunca dejaría ir en su memoria Rin, aun cuando ella solo era un agradable recuerdo que le hacía sonreír de su yo del pasado, una compañera perdida y su primera ilusión. ¿Entonces no debía ser que solo fuera una ilusión para Kakashi? Quizás sería mejor dejar que este lo averigüe y él mismo también.
Porque el infalible tiempo falló para algunos de una y para otros de otra. Para algunos, en vez de enterrar recuerdos y remordimientos estos saltaban a la luz cada dos por tres que bajasen la guardia, para otros en vez de hacer que con la edad ciertas pasiones dejaran de existir estas parecían florecer con mayor brío que de adolescentes.
Y porque el tiempo tampoco acalla gritos de venganza, muy lejos de ahí en varias zonas se seguía hablando y contando cuantas personas había asesinado Sasuke Uchiha en todo su repertorio de vida, porque no siempre se puede superar la muerte de un padre, hermano, esposo..etc… Y la tecnología no siempre está en buenas manos o en manos responsables.
Un hombre era quien sentado, aunque evidentemente impaciente, escuchaba la explicación de los nuevos productos, de aquellos traídos desde lugares que ellos solo podían imaginar. Pero que importado, todo era por un bien mayor, por hacer el trabajo que el tiempo no podía hacer: cerrar ciclos de vida.