Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hijo de shinobi por kaoryciel147

[Reviews - 66]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, disculpen por demorar pero aquí la actualización dejememe saber sus opiniones y pronto nos estaremos viendo en otros fanfics!!!

La locura de la desesperación

 

Después de las dudas que les había plantado el visitar aquel pequeño caserío, Sai había decidido no dilatar más aquella prometida visita al mercado negro del País de la primavera. Era el momento ideal de acaparar todo lo que pudiera, por lo que sin permitir que alguien lo notase infiltraría a sus pequeños espías para que a la vez que él investigaba con sus nuevos “amigos”,  estos se entremezclaran investigando de forma sigilosa.

La tarde llegó, él ya estaba listo, esperando en la plaza donde se reunían la mayoría de artistas a exponer sus obras al pudiente público de la ciudad principal de este país.  Takeo y Natsu estaban ya listos también.  Cuando ellos llegaron, los tres se dispusieron a encaminarse. Sai solo les siguió después de regalarles una sonrisa bien ensayada.

Natsu, prácticamente iba de su brazo, la jovencita era bailarina de danzas típicas de la región. La había visto actuar en estos días y realmente le parecía fantástica. Ella se había apegado muy fácilmente a él. Al igual que Takeo, quien  era un escultor, fue él quien se acercó al verle llegar.

Sakura le había advertido que quizás ambos jóvenes tenían intereses románticos en él y ahí radicaba el porqué de su ayuda. Para Sai era una buena oportunidad, así que simplemente sería amable con ellos como hasta ahora lo había sido, esperando que estos respondieran de igual manera.

Naruto les había contactado por medio de Katsuya. Les había pedido que aceleraran la investigación pues tendrían que regresar pronto puesto que sus deberes con la aldea eran grandes y hasta ahora no habían encontrado algo que enlazara problemas directos para Konoha. Al menos no del todo explícitos.

Apuntó el hecho de que habían caminado hasta la zona de cocheros. El uso de caballos era algo nuevo tanto para Sai como para Sakura. En las aldeas no se estipulaba usar caballos, además de que no eran abundantes, sino que solo los más pudientes hacían uso de otras bestias o de otros seres humanos para su transporte. Los shinobis usaban más que nada su propia fuerza física. Quizás los samurái lo utilizaban pero no estaba del todo familiarizado con las costumbres de estos así que no podría asegurarlo.

Sin embargo, intentó no parecer tan novato al subirse a un coche jalado por caballos junto a sus compañeros.

El transporte los dejó a una hora del centro de la ciudad. Cada que pasaba la ciudad se hacía menos esplendorosa con sus casonas de diversos estilos. Había zonas en las que las mansiones se veían parecidas a las de la familia Hyuga, familia más pudiente de Konoha, otras a palacios de señores feudales, pero otras tenían estilos diferentes e incluso fusiones. Poco a poco estas casonas se convertían en centros agrícolas de grandes territorios. Pasando todo un caserío de estos, con personas de apariencia bien alimentadas, educas y limpias llegaron a una zona descampada cubierto de campos verdes y flores de diversos matices. Poco a poco en el camino comenzaban a aparecer otros coches iguales o personas a pies. El tan llamado mercado negro era más bien como una gran feria de productos. No había nada que indicase que fuese peligroso o dañino, todo lo contrario parecía un lugar lleno de vida.

—Seguro no era lo que pensabas- hablo Natsu aun tomada de su brazo— lo cierto es que nosotros también pensamos que era un lugar misterioso y lúgubre. Temimos por nuestras vidas la primera vez que vinimos, pero no te confundas de todas maneras aquí encontraras los mejores precios nunca antes vistos.

Sai les siguió sin responder ante las risas de sus compañeros. ¿Por qué se veían tan con vida, tan lleno de gente? Todo parecía ir demasiado bien en este lugar.

…………………………………………………………………………………………………………………………………………..

 

—Me estas apretando demasiado, idiota.

Desde hace aproximadamente una hora, el clon rubio que tenía en su espalda se le había pegado demasiado, tanto que estaba seguro que podría detallar los músculos del pecho de este. Al principio pensó que tenía una pesadilla, por lo que conteniendo su vergüenza le dejó apegarse aún más y apretar el abrazo. Sin embargo este se había vuelto demasiado fuerte, tanto que casi le quitaba el aliento.

No era que se quejara por un dolor, pero realmente quisiera conciliar de buena manera el sueño sin tener que sentir el brutal calor corporal del rubio. Parecía que dormía al lado de una tetera hirviente pues le había hecho sudar.

—Naruto, suéltame

Por culpa de este abrazo, Sasuke había tenido que soltar a su hijo para que no ese fastidiara por el calor o Naruto lo usara también de peluche.

—Necesito sentirte de esta manera, Sasuke... ¿Podría…?

A pesar de que le avergonzó ese tono tan necesitado de Naruto, no se dejó llevar. Pues a pesar que notaba que estaba deseando intimar había algo detrás de ello. Naruto no quería que lo hicieran, quería ahogar algo que lo inquietaba. No eran celos, pues estaba casi seguro que ahora que eran algo parecido a amantes, reaccionaría de otra manera respondiendo a sus celos. Tenía miedo, casi podía oler miedo en Naruto. Pero el miedo no era algo común en Naruto, este solo sentía miedo por muy pocas cosas.

Es cuando recordó cuales eran los deberes que debía cumplir el rubio la pasada tarde.

—Dímelo todo. ¡¿Tiene que ver conmigo no es así?!

—No es nada. Solo quiero que lo hagamos.

Usando su fuerza natural se logró librar de los brazos de Naruto. Acunó a su hijo en sus brazos, intentando que no despertara, pues parecía que tenía muy buenos sueños por la ligera sonrisa que adornaba su rostro. Llamó a Juugo y este apareció de inmediato, seguido de Suigetsu.

Aquella acción había sorprendido a Naruto y a la vez avergonzado, pues si así de fino y de buenos eran los sentidos de ellos dos era probable que supiesen que hicieron Sasuke y él la otra noche.

Ambos shinobis se retiraron con el bebé sin dedicar ni una mirada de más al rubio o a Sasuke. Simplemente cumplieron las órdenes mudas de este. Sin duda, eran un equipo bastante bien organizado.

El clon de Naruto quien aún estaba recostado en futon, se perdió en sus pensamientos, por lo que no vio venir el ataque de Sasuke, el cual le hizo caer contra el suelo. La mirada negra de este era bastante penetrante y amenazante como si volvieran a aquellas épocas de peleas.

—Ahora mismo vas a decirme que demonios sucedió. No me trates como si fuera una especie de inútil, frágil que no va soportar nada. ¿Tiene que ver conmigo no es así?

—Sasuke...

El rubio trato de no mostrar toda la preocupación que sentía en sus ojos pero al ver que el ceño del azabache se pronunciaba aún más supo que no lo estaba logrando. Así que intentó calmar a Sasuke primero, posando sus manos sobre los muslos de estos de forma casta sin ninguna intención más.

—No me trates como si no pudiera defenderme

Claro que no era así. No es que subestimara la fuerza mental de Sasuke o la física, era que solo se sentía decepcionado de la propia aldea que él mismo intentaba cambiar para darle a la nueva generación una mejor que la suya. Una aldea que no tuviera que producir ni crear odios ni inseguridades como creo en él y Sasuke. Una aldea en la que Akira pudiera crecer con una sonrisa.

—Está bien, te lo diré pero primero quítate de encima ´tebayo que si sigues ahí no respondo.

La mirada de ambos se dirigió a la entrepierna de Naruto; en respuesta el joven padre se separó rápidamente, sentándose al lado del otro.

Naruto se levantó, se puso al lado de Sasuke y observó su rostro.

El rostro de Sasuke se veía tan mejorado con respecto a hace meses. Y mucho más al regreso. No quería decir que en algún momento este haya dejado de ser atractivo, al contrario, sea como sea Sasuke era hermoso. Y parecía que en cualquier edad nunca parecía un simple mortal. Ahora que ya estaba más allá de los 20 seguía viéndose tan hermoso como siempre, con ese porte de noble y ese rostro tan fino. A lo que Naruto se refería era la expresión en su rostro. A ese ligero brillo que tenía todo ser vivo cuando se sentía como su naturaleza mandaba…”vivo”…Había unos rasgos en la línea de su boca y ojos que le hacía ver que de alguna manera disfrutaba de su vida actual. Ese ceño fruncido ya no era permanente. Ahora no solo tenía expresión de paz como cuando estaba con Karin, sino que parecía realmente sentirse bien y complacido. Quería pensar que era en parte porque su relación había cambiado.

—Naruto…deja de observarme y dime...maldición

El clon sonrió débilmente como no era nada común en el original. Por lo que Sasuke, se acercó sin que su orgullo se lo impidiera y posó sus manos en sus mejillas con cierta confianza.

—Dímelo

—Es solo que quisiera que estemos así para siempre.

Sasuke no rechazo él intempestivo abrazó que el clon le dio. Sentía las enormes manos de Naruto acariciando su espalda; también la nariz de este inhalando el aroma de su cuello, sus labios repartiendo pequeños besos por su piel descubierta. Así como sus brazos apresarlo y apretarlo. Así que por ello era su miedo. No pudo evitarlo pero sonrió

¿Tanto le amaba Naruto?

La poca conciencia que tenía le dictaba que no se merecía tanto amor, pero no haciéndole caso correspondió el abrazo de Naruto con la misma fuerza.

— Dímelo. ¿Son los ancianos de nuevo no?

—Sí... Esas momias quieren que vuelvas a la aldea con Akira. Pero no tienes que hacerlo. No. Hay rumores de tu muerte y eso los intranquiliza.

— ¿Quieren tenerme a su disposición para usarme, para asustar a las otras aldeas?

— Tienen suficiente con que el héroe sea su paisano y la directora del hospital sea la mejor medinin de todo el mundo ninja.

Sasuke dibujó una débil sonrisa. Le molestaba todo lo que le contaba pero la forma de abrazarle del rubio, de refugiarse en su cuello y luego en su clavícula como la de un niño cuando tiene miedo, le regalaba un sentimiento cálido que por el momento no podía dejarle  enojarse ¿Cómo podría enojarse con Naruto?

—Para ellos nunca será suficiente, Naruto- dijo con un tono neutro— ¿Al fin notas que las demás aldeas no miran a  Konoha como su protector? Las demás aldeas te ven como alguien justo, pero últimamente has dado que hablar.

Después de aquellas palabras se separó un tanto del otro; solo para tomarle una oreja y jalonearse débilmente, su mirada negra reflejaba ciertamente un regaño.

—Y… cuando se refiere a mí siempre haces tonterías, Naruto. Nunca miras por ti mismo.

Aquel regañó mientras aún las manos del rubio se mantenían cerca de la cintura del otro,  hizo sonreír con veracidad al clon.

—Mi yo original me odia.

—Te odiará más.

Sasuke se separó solo para juntar sus labios contra los del clon mientras sus manos acariciaban con fuerza la espalda del otro y luego el pecho. No sabía que le pasaba pero a veces se sorprendía. Así como ahora que deseaba tocar con tanto ímpetu al otro.

El beso estuvo incluido de sensaciones, golpes constantes de lenguas y ligeros mordiscos les dejó satisfechos luego de unos buenos minutos. Era como una especie de  meditación. Después de demostrarse tremenda acción se sentían más relajados, más seguros.

—Iré, Naruto.

—No, no vas hacerlo. Y para que lo sepas, ahora me doy cuenta que he sido egoísta ´tebayo.

Ladeó un poco su cabeza pues quería una respuesta del rubio.

—Porque si bien lo hacía por ti, era porque te quería a mi lado. No lo hacía por Sakura ni por nadie. Lo hacía porque secretamente  e inconscientemente te quería así— le dio un apretón en sus caderas para luego sonreírle maliciosamente.

—No te entusiasmes mucho- le advirtió Sasuke con una mirada un poco más amenazante pero que denotaba un poco de picardía.

Y ambos rieron por la escena, aunque aún les avergonzaba un poco su nuevo trato no podían evitar hacerlo.

—Iré para callarle la boca a esos vejetes. Pero no me hagan nada si termino asesinándolos. Así dejaran a Sakura y Sai investigar. Mi instinto me dice que ellos van a  encontrar algo interesante. Orochimaru no advierte por nada.

—También siento que ellos deben seguir investigando, pero no quiero que vuelvas aun.

—Naruto, no vas construir mi mundo ideal en 5 años. Además no pienso volver. Pero voy a dejárselos claro.

La mirada amenazante y burlona de Sasuke antes le había parecido peligrosa pero ahora le causaba gracia; incluso a veces le calentaba bastante.

Después de saber lo que aquellos dos miembros del consejo habían sido capaz a Naruto le causaban una repulsión insoportable. Pero por acuerdo entre lo líderes de la aldea habían decidido no revelarlo ante todo el pueblo sino en consejo secreto y solo hacer público parte de la verdad de los Uchiha inculpando solo al viejo  danzo

— En verdad quisiera que volvieras a la aldea, pero sé que no es seguro, pero me molesta que ni siquiera dejen escuchar o que pongan atención al peligro que corres tú y Akira así como el peligro que puede haber para la aldea.

— Intentaré no matarlos, pero no te prometo nada.

Un nuevo beso se hizo presente entre ellos. Pero esta vez era calmado: Naruto tomaba cuidadosamente el labio inferior del otro para succionarlo y morderlo, mientras Sasuke entregaba sus labios y entreabría su boca tentando la paciencia del clon. Ni siquiera entendía que era lo que le llevaba a jugar así con Naruto ¿estaba su parte Indra jugándoles de nuevo? El pequeño dolor por la mordida de Naruto en su labio y el estremecimiento que sintió cuando este coló sus manos en su dejado de su ropa a la altura de su cintura le dijo que era él mismo solo que seducido por el calor que le transmitía Naruto con sus caricias.

El que Naruto le hiciera sentarse sobre sus piernas de una fácil cargada fue lo que le despabiló de las acaricias que recibía y daba.

—Pero no voy a  llevar a mi hijo- aclaró serio- No voy a arriesgarlo. Se quedara aquí con Juugo y Suigetsu con alguno de tus clones y uno mío.

—Sé que hacer clones no es tu especialidad, pondré un ejército para Akira si lo quieres, Sasuke. ¿Pero exactamente qué vas a decir al consejo? Sinceramente espero que el nuevo señor feudal sea menos convencional y nos deje disolverlo. Aunque se supone que somos aldeas independientes de este... ¡me desespera tanta política! No entiendo como Kakashi-sensei puede soportarlos tanto.

— Bueno, eres el protector de la alianza tu deber es otro. Es conectar a los pueblos entre sí.

—No estoy haciendo un muy buen trabajo.

—Es porque no te dejan hacerlo del todo  a tu modo.

— ¿De verdad lo crees?—le preguntó con ojos brillantes de emoción.

—A la gente le gusta los imbéciles como tú.  Deberías ser más tú mismo.

Y Naruto no supo si sentirse indignado o alabado. Era cierto, su cargo le pareció estupendo al principio. La verdad es que tuvo muy buen desempeño, pero conforme sus problemas personales se hacían más profundos y el escándalo sobre sus gustos se esparcía la alianza comenzaba verlo de diferente manera; a buscar sus consejos y sus mediaciones menos. Las aldeas desplazadas comenzaron a hacer sentir su malestar, también.

El pensar sobre aquello le había hecho olvidar que Sasuke estaba sentado sobre sus piernas, por lo que nuevamente se vio sorprendido por este cuando le tumbó al futon posándose sobre él.

—Tranquilo, no voy a matarlos… solo si no se lo merecen.

—Sasuke…

—Sabes que lo merecen ¿no es así?

La mirada seria de Sasuke le indicaba que debía apoyarlo.

Había pensado seriamente sobre ello. Realmente aquellos viejos estaban mal de la cabeza a pensamientos de Naruto. Pero sabía que hacerles algo no solucionaría nada. Menos en la situación que estaban

¿Cómo era posible que los dos shinobis más poderosos del mundo ninja tuvieran que cuidarse la espalda y proteger a sus seres queridos?

—Dobe, físicamente no pueden hacernos daño... lo sabes ¿no? Pero he aprendido que no todo se soluciona con la fuerza bruta. Aunque quiera no es así.

— ¿Qué insinúas?

—Nada en especial. Solo quiero que lo tengas presente. Y...que recuerdes lo que te dije alguna vez... “Vas a tener que elegir de nuevo”

—Sasuke. No hagas alguna tontería pro favor. Yo voy a protegerte. Protegerlos

— ¡Basta! Si quieres proteger a alguien protege a Sakura. Estas metiéndola en problemas con el consejo al mandarle a una misión. Ni siquiera tienes ese poder, deberías ser neutral por tu cargo de pacificador entre todas las aldeas. Pero me estas ayudando a desaparecer a alguien que estaba siendo observado por la ley.

Quiso replicarle, pero la mirada profunda de Sasuke no le dejó hacerlo. Había algo en aquella mirada que le pedía sinceramente que no dijera nada. Así que no dijo nada. Realmente cuando Sasuke hablaba mas de tres frases era algo preocupante; pero ahora solo pudo corresponder al beso lento que este le dio. Y de nuevo aquel sentimiento de querer estar así con Sasuke por siempre le lleno el pecho de calidez pero también de ansiedad por lo inesperado.

………………………………………………………………………………………………………………………………………………

Estaba realmente muy preocupado porque su alumno cometiera alguna tontería. Había dejado pasar todo un día. Quizás no debió dejar pasar tanto tiempo, pero realmente  todos sus problemas personales parecían agruparse para atormentarlo.

Después de todo, la noche en la que la reunión de los kages terminó, Obito le había abrazado inesperadamente. Al principio ambos habían estado tensos; sus cuerpos permanecían duros sin querer dejarse llevar, sin querer dejarse abandonar por el calor del otro.

Tan incómodo.

 Sabía que el pelinegro también lo sentía de esa manera ¿entonces por qué lo hacía? ¿Tan preocupado se mostraba  su rostro? Se preguntaba una y otra vez con un nudo en su garganta el peliblanco.

Justamente por ello quiso separarse, por lo que sujetó los brazos de su amigo para apartarlo, pero este en vez de soltarlo le apretó con más fuerza de la que pensaba que tenía.

En su estado Obito no parecía muy fuerte, pero aquel abrazo le decía lo contrario.

Quiso separarse pues no eran solo dos amigos que vergonzosamente se daban apoyo y cariño. No… porque estos sentimientos parecían querer estallar sin piedad. Y no podía permitirlo. Debía evitarlo.

 Pero luego hubo una sensación de querer dejarse reconfortarse por su amigo. Su cuerpo le pedía dejar caer su cabeza sobre el hombro que Obito le ofrecía tan amablemente. Quería olvidarse de los problemas que tenía como líder de la aldea, como maestro de Naruto y Sasuke. Obito era quien estaba enterado de todo, por lo que realmente quería simplemente aspirar su aroma tan fuerte, cerrar los ojos, dejarse ser débil por esa noche. No pensar en nada y consolarse, apropiarse del calor que el cuerpo de Obito despedía solo para él.

Justamente cuando sus brazos cayeron y dejaron de apartar a Obito, cuando sus ojos se habían entrecerrado, cuando todo su cuerpo agradeció el abrazo y cuando Obito comenzó a palmearle con suavidad la espalda fue que despertó, se asustó, se avergonzó y se sintió tan mezquino.

Se separó rápidamente de Obito sin siquiera mirarle a los ojos. Obito no contestó nada, no se molestó en ver que expresión tenía. Era obvio que no se había dejado llevar como él. No iba avergonzarse más a sí mismo, dejando que Obito sintiera su cuerpo contra el suyo, tan junto y encima escuchara y sintiera su agitado corazón contra el del otro.

No, definitivamente no iba permitirse llegar tan bajo. Si bien había un deseo que reconocía egoísta por mantenerlo vivo, no iba a seguir obligándole a corresponderle.

“¡Lo siento!”... fue lo único que pudo decir, solo para luego salir de su propia casa y marcharse a vagabundear por la aldea.

Este abrazo le había recordado y hecho tomar la decisión de proteger lo que más quería, pero también le había hecho ver y decidir por su vida personal.  Cómo podría ser el soporte de sus queridos alumnos si él mismo seguía siendo un montón de pedazos. No debía confundir a Obito. Debía tener claro que este amaba a Rin y siempre la amaría, pero quizás terminaría pudiendo aceptar actos como los besos anteriores si le seguía obligando; por eso mismo esta vez con voluntad firme iba a ser el pilar de sus alumnos y el pilar para ayudar a que su amigo se recupere en todos los aspectos y mire con sus propios ojos la transformación del mundo. Se sentía mejor.

Sentía que finalmente su espíritu decidido y serio volvía. Iba a enfocarse en lo que debía, en la misión que había tomado, volvería a ser aquella persona tan seria y confiable que parecía. Aunque para ello, tendría que buscar su propio pilar…

 

Había terminado durmiendo en la torre del Hokague. Ya que Obito había sido trasladado desde hace ya un buen tiempo a su casa, trataría de darle su espacio sin descuidarlo. Por lo que se pasaría verlo luego de solucionar el tema de la exigencia de regreso de Sasuke.

Por este día había decidido no hacer acto de presencia ante Obito, seguramente necesitaría también para pensar en lo que sentía.

Por ahora, ya teniendo un discurso preparado, no se dirigía a solucionar las cosas con su amigo, sino con su ex alumno. Lo más importante ahora era que sus alumnos no cometieran los mismos errores que ya habían cometido. Según tenía entendido, Naruto no había abandonado su casa, lo cual era preocupante sin lugar a dudas.-Dado su conocida obsesión por la protección de Sasuke-

Llegó a la ventana de su alumno e ingresó rápidamente. No sintió ninguna barrera de las que había aprendido de los pergaminos de los Uzumaki. Temió que se hubiese escapado sin que nadie lo notase para ir por Sasuke; sin embargo, le encontró comiendo ramen tranquilamente en su mesa personal con la televisión prendida. Bastante relajado, quizás sospechosamente falso.

—Naruto.

— ¡Sensei! Bienvenido. Está en su casa ¿ramen?

La mirada de su alumno era extraña. Parecía contener diferentes sentimientos que no podía descifrar del todo. Así que simplemente negó para luego tomar asiento a su lado.

— ¿Le parece raro que esté aquí?

Asintió en respuesta.

Viendo como Naruto parecía concentrarse en su ramen y aparentar mirar la televisión sacó su libro y paseo las hojas distraídamente. Aun así notó claramente un raído movimiento que indicaba que había creado una barrera. Aquella barrera era bastante difícil de notar. Nadie la conocía, solo la habían llegado a usar Naruto y Karin,  pues ellos encontraron el pergamino de la técnica entre los restos del templo Uzumaki, con ayuda de Orochimaru lograron leerlos. Claro, a cambio de que este se los quedara para examinarlos detalladamente.

—Ahora sí dime.

Naruto terminó su ramen y lo dejó de lado.

—Sasuke está viniendo.

Kakashi realmente no  se esperaba ello, menos que el rubio se lo dijera con felicidad en su voz.

—Explícamelo.- exigió

Naruto con bastante tranquilidad abrió otro bote de ramen que tenía al lado. Con cuidado dio el agradecimiento debido y se dispuso a sorber de sus fideos.

—Bueno, va venir pero sin Akira. A Akira lov a dejar con su equipo y con unos clones míos. Además que Sasuke viajará con el clon que dejé para que lo cuidase...ese maldito…

Con lo último se sorprendió pero luego de ver el rubor en las mejillas de su alumno entendió a que se refería. Le daba gracia que Naruto sintiese celos de sus propios clones, pero más le sorprendía que ambos chicos hayan alcanzado tal relación. Iba ser extraño verlos como algo más que amigos, pues Naruto era muy expresivo y creía que con una pareja querría mimos; sin embargo no veía a Sasuke de tal modo.

—La verdad pensé que te irías a verlo.

—Bueno, lo pensé. Pero me están vigilando ´tebayo

La verdad no había notado que lo hacían pero lo sospecho ante la actitud de Naruto al ingresar.

— ¡Moh! ¡Me subestiman! Como si no pudiera sentir que hay 5 shinobis del clan Hyuga que me investigan.

—Vaya, al parecer Hiashi se nos escapó de las manos.

—Pero es mejor que esté de parte de Konoha ese punto.´tebayo

Sabía que había un mensaje entre líneas y casi lograba entenderlo, pero prefirió no hacerlo ni acotar nada. Sino simplemente asentir, dándole su apoyo. Eso era lo que había decidido: Apoyaría a sus alumnos a pesar de tener el deber como Hokage de proteger la aldea. Tampoco es que la condenara, pero no pensaba sacrificar a ninguno de los chicos que cuidó de algún modo para ello. Intentaría descubrir el secreto de su maestro para intentar solucionar todo de la mejor manera posible.

— ¡Maldición! Cuando lo tenga entre mis manos voy a matarlo

— ¿A Sasuke?

Naruto rio nuevamente en su habitual manera, para luego dejar ver una sonrisa algo torcida y una mirada maliciosa. Bastante diferente las que siempre le veía. Era la de un hombre con deseos...

—No, a él se lo haré pagar de otra manera... una muy buena manera ´tebayo- cruzo su brazos, al mismo tiempo que hacía un puchero- Al que destruiré será a mi clon. ¡¿Cómo se atreve a besar tantas veces a Sasuke?!

Abrió los ojos sorprendió. Recién se enteraba hasta qué punto habían llegado sus alumnos. Le era increíble de imaginarlos besándose, aunque no le desagradaba, sino que le sorprendía. Aunque ahora que lo analizaba casi resultaba evidente.

—Bueno, pero es mejor que Sasuke bese a tu clon que a otro ¿no?

—Por supuesto, sí para eso lo deje

“Así que no era para cuidarlo” rio pensando en ello.

—Pero eso no quita que no sea yo. Maldito clon pervertido.

El maestro rio ante la expresión indignada de su alumno.

—Entonces ¿para cuándo estará llegando?

—Mañana mismo. Así que mande un mensaje de reunión al consejo.

—Bien, aunque te advierto que no les agradó suspender el consejo de líderes porque Sai ni Sakura se encontraban

—Si…si... si…No te preocupes, sensei, yo controlaré a Sasuke ¡Confía en mí!

Realmente era fácil dejarse llevar por la expresión segura de su alumno, pero el mismo se prepararía para tratar con Sasuke y los del consejo.

Sintió que un gran peso se quitaba al poder darse cuenta que su alumno había madurado, además que al aparecer esos dos habían solucionado algo de sus sentimientos por el otro, pero sobretodo que ambos se tenían el uno al otro. Siempre pensó que sin duda ambos no podrían estar completos si no estaban juntos aunque nunca quiso pensar que había deseo carnal o que pudiera llegar a haberlo. Sin embargo ello en parte le alegraba pero también le preocupaba, aun así confiaría en el fuerte lazo que tenían y que una relación fallida no lo destruiría. También se alegraba porque Sai y Sakura eran apoyo para ambos. Quería confiar  en que mientras sus alumnos incluidos Sai, Akira y el team Taka estuvieran unidos nada podría hacerlos caer. Al menos intentaría que así fuera porque estaba seguro de que eso traería y sería también perjudicial para Konoha. Sasuke era por quien Orochimaru y su aprendiz se mantenían bajo control después de todo.

………………………………………………………………………………………………………………………………………………

Se había despedido de su hijo, dejándolo en brazos de Suigetsu en compañía de Juugo quienes eran vigilados por una de sus más confiables serpientes, quien le mantendría informado de cada evento. Además muchos clones de Naruto estaban  esparcidos por la aldea. Cada clon tenía fuerza propia y podía llamar al poder del Kyubi por lo que esta vez no se quejaba de lo sobreprotector que podía ser el rubio; más bien le daba  seguridad que tuviera la mayor vigilancia posible.

Realmente no quería volver a Konoha, pero sabía que metería en problemas a Naruto. Además quería aclarar un par de cosas con esta.

Le parecía bastante irónico que fuera él mismo quien iba a ir hablar con el consejo; aunque mucho más le parecía que aun siendo él junto a Naruto quien había salvado al mundo, estos se vinieran con quejas dudas y estupidez. Sin embargo no quería meter en una encrucijada a Naruto, les daría el beneficio de la duda... aunque aún seguía pensando que el día de volver a decidir eventualmente llegaría.

Pero ahora, iba en busca de más protección para su hijo así como de dar aviso de su ausencia de la aldea y de la academia en la que enseñaba por un día al líder de la aldea.

Naruto no había querido dejarlo ir solo, alegando que también era su responsabilidad; sin embargo le dejó claro de forma seria y fría que era su deber.

Como ya se le hacía costumbre, Shibuki le trataba con una extrema gentileza, una bastante exasperante como no se le trata  a ninjas. Sin embargo aceptó sus atenciones de forma reservada con su fría apariencia de siempre.

Una vez sentado frente al líder comenzó:

—Debo ausentarme por unos días de la aldea,  a lo mucho serán dos.

— ¿Regresarás a Konoha? ¿Y el pequeño Akira?

— Justamente de ello quería hablarte. Akira se quedará aquí con mis amigos, espero que en verdad me demuestres que puedo confiar en ti. Que recuerdes que tienes el liderazgo de la aldea por nosotros.

Shibuki sonrió, en aquel hombre no sabía que esperar de esa sonrisa. Era real, pero no sabía que intenciones. El hecho de saber que lo deseaba y que con cada mirada se lo recordara le ponía incómodo. De por sí le era extraño que un hombre le mirara de aquella manera, a Naruto se lo aguantaba, pero aguantárselo a Shibuki estaba cobrando mucha de su paciencia.

—Sabes que no tienes que recordarme que les debo la valentía que tuve un día para  convertirme en el líder. Tu solo pídeme algo y si esta en mis manos lo tendrás. – Su mirada brillaba atenta a sus gestos- Supongo que Konoha quiere verificar tu lealtad. Quiero recordarte que eres bienvenido de quedarte cuanto tiempo desees, incluso toda la vida. Me harías un regalo inmenso si pensases en mi propuesta.

 —Shibuki...

—Lo siento, voy a respetar el duelo por tu esposa. Supongo que la amaste y que era una gran kunoichi  para que la escogieras como tu mujer y madre de tu hijo.

—No tengo por qué hablar de ello, pero sí lo era.

Supuso que la  presencia y la mirada decidida y firme fue muy convincente pues Shibuki entreabrió los labios, bastante sorprendido. Sin embargo, era cierto, a pesar de que no fue planeado de haberlo escogido. La única mujer que miraba como madre de sus hijos era a la difunta Karin.

Aparentemente el meter a Karin a la conversación había enfriado las ansias del líder, quien se limitó a tratarle con cortesía pero ya no sacando a colación sus gustos. A pesar que no tenía el poder de Naruto de conocer la naturaleza de las personas, los años de vida agitada le servían para mirar en los ojos de otra persona y saber si le mentían o no.

— ¿Usara el tsukuyomi conmigo?

— ¿Cómo lo sabes?

—No debe haber nadie en el mundo que no sepa que eres un Uchiha, que los Uchihas tienen el sharingan y que eres nada menos que el hermano de Uchiha Itachi quien era experto en las ilusiones.

— ¿Y supongo que también sabes que no fue él quien masacró el clan Uchiha?

—Por supuesto. Las noticias de tus viajes y tu historia a pesar de que me la quisieron ocultar la conozco. No somos una aldea guerrera pero no por eso metemos personas sin saber quiénes son en realidad. Sé quién eres, pero no soy un mal líder, nunca podría en riesgo mi hogar.

Por primera vez sintió que cierta aura amenazante salía de Shibuki hacia él. Quizás era una advertencia  era un “me gustas mucho, eres bienvenido, pero aleja los problemas de mi aldea”

—Créeme que no trataré problemas al lugar que le ha dado paz a mi hijo. Cumple tu palabra de protegerlo.

—Por supuesto

Sus manos se encontraron en un sello de pacto para terminarlo con una reverencia, un pacto de palabra, uno de honor, uno que solo podían hacer dos personas que confían en que les beneficia a ambos el acuerdo. Sasuke sabía que usaría este favor como muestra de halago más adelante, pero no importaba. Desconfiaba de Konoha, de sus segundas intenciones y no sería muy impensable que de alguna manera hayan seguido a Sakura cuando esta vino o a Naruto, aunque dudaba mucho que este no lo notara.

 Shibuki fue a su lado hacia la salida de la aldea para remover los sellos que mantenían totalmente segura su paraíso terrenal. Naruto ya estaba ahí esperándole con un ceño fruncido y unos labios que hacían un mohín de disgusto que intentaba pasar por desapercibido. Reiría si es que no hubiera tanta gente a su alrededor.

Cuando finalmente estuvieron fuera, Naruto no habló ni una palabra, supuso que aún seguía sumamente molesto por no haberle dejado acompañar; lo dejaría pasar hasta que se calmara. Lo que no vio Sasuke es que Shibuki le lanzó una mirada de superioridad a Naruto antes de que se marcharan.

Finalmente, luego de un gran camino por recorrer pararon para tomar agua. Con ayuda de la transportación de Naruto seguirían parte del camino más rápido. Este ya tenía marcado muchos puntos con kunai escondidos.

— ¿Qué te pasa, idiota?

— ¿Te pidió algo a cambio´tebayo?

— ¿Qué?

—Si te pidió que salieras con él por este favor ¡Teme! No intentes ocultármelo si lo hizo. Puedo buscarte otro lugar donde refugiarte si te está acosando demasiado. Tu…

— ¡Ya basta! No digas tonterías, Naruto

El pelinegro simplemente resopló hastiado de la obvia muestra de celos de Naruto. No le importaba demasiado, pero cuando cobraban tinte de reproche o preocupación le fastidiaba bastante.

—No es como si no pudiera defenderme. ¿Acaso te olvidas que soy el hombre más fuerte de este maldito mundo?

—Después de mí

—Como sea. Shibuki jamás podría obligarme a hacer algo que no quiera.

—Pero puede manipularte a hacerlo.

—Si quieres escuchar si me pidió que me acostara con él a cambio. No, no lo hizo. ¿Contento? Deja de fastidiarme y usa tu maldito poder de una vez. No soporto estar lejos ni depender de Shibuki la seguridad de Akira y de…Juugo y Suugetsu.

Ante los últimos nombrados, Naruto sintió sincera felicidad de que el bastardo de su pareja sintiera afecto y preocupación por otras personas, pero también un poco de celos. Sabía que era normal que se preocupara por protegerlos siendo evidente que era más fuerte que Suigetsu y Jugo; así como era lo mismo que para él Sai y Sakura eran importante y quisiera poder siempre protegerlos; aun sabiendo lo equiparable que eran esos sentimientos, no podía evitar sentir celos y desconfianza de la absoluta adoración de Juugo a Sasuke o de la extraña lealtad de Suigetsu. No que estos pudieran hacerle daño a Sasuke o Akira, al contrario le daba celos estar seguro que ellos dos eran completamente leales a Sasuke y Akira; además  que de alguna manera también querían o quizás amaban a Sasuke de diferentes maneras. Después de todo, si algo había aprendido, es que el amor tiene diferentes matices y tonalidades.

Con cierto gesto de disgusto, Sasuke se dejó tomar de la cadera por Naruto y comenzó el uso de la técnica del rayo amarillo de Konoha, la cual les acortó enormemente el camino, pero que no podían usar desde el comienzo por protección de la aldea oculta entre la cascada. Así que ahora sus cuerpos aparecían y desaprecian entre arbustos que los infiltraban en el gran bosque que atravesaban. Pronto estuvieron en el límite noroeste de la tierra de Fuego. Dejaron de usar la técnica y se dispusieron a ir usando el salto ninja lo más veloz posible. Sin darse cuenta sus miradas habían cruzado y sus pies comenzaban acelerar en busca de vencer al otro. Ambos rieron con confianza, pudiera que hay peleas, pudiera que ahora fueran amantes pero el que la sangre se les calentara por la competencia sería algo que no cambiaría nunca.

A través de los arboles podían vislumbrar las puertas de Konoha, así como toda la muralla externa solida construida en los últimos años de la manera más segura posible. Konoha había crecido para albergar a más ninjas y aldeanos, por lo que aprovechando su desconstrucción se decidió hacerla más grande para que dentro de muchos años pudiese llegar a albergar más personas. Eran la nación ninja con mayor población, y al mismo tiempo con una impactante historia de ninjas fuertes.

 

Para Sasuke ver las puertas rojas de la aldea siempre resultaba en una sensación de revuelo en su estómago. No sabía bien cómo interpretarlo. Y  aunque casi había pasado un año fuera, no sentía la más mínima nostalgia, solo una sensación contradictoria que buscaba no dar nombre por el bien de Naruto.

Tan ensimismado estaba en aquella sensación que no notó cuando Naruto paró solo para saltarle encima. Terminó estampado contra el tronco de uno de aquellos árboles que les permitían saltar sobre sus ramas. El bosque que anticipaba a Konoha era uno que albergaba los arboles más altos y de ramas gruesas y fuertes, por lo que ahora mismo a unos largos metros del suelo, sobre una rama estaba empotrado por el cuerpo del clon. No le preguntó nada pues sabía que era lo que quería con solo ver su mirada. Sucedió: un beso que se fue tan rápido como llegó pues una casi invisible ráfaga veloz se llevó al clon que lo había escoltado. En frente suyo un muy molesto y agitado Naruto estampaba contra el suelo a su propio clon con un rasengan en su mano que enterraba en el estómago del pobre clon. Pero Sasuke solo pudo sonreír de manera cínica.

— ¿Celoso de tu clon?

— Ya me las pagarás, Uchiha.

—Cuando quieras.

Ambos terminaron por esbozar la misma sonrisa que anticipaba muchas cosas placenteras. Pero oyendo el llamado de un Lee que venía apresurado, decidieron comportarse como los amigos que se suponía que eran.

………………………………………………………………………………………

El salón era iluminado tenuemente, casi dándole más intensidad al evento que se desarrollaría. No debería, pero todos en la sala sentían un evidente nerviosismo de cómo acabaría aquello. La última vez que se reunieron de aquella manera fue a los meses de acabada la cuarta guerra ninja.

No es que el consejo no se reuniera consecutivamente, pero el consejo más los líderes del clan así como los representantes de las más importantes instituciones de Konoha era otra cosa. Pero por sobre todo, lo que no se había repetido era la presencia de Sasuke Uchiha; a pesar de que después de sus viajes y durante estos se desenvolvió como espía, líder del equipo de espías y de reunión de información de Konoha y la alianza en general, fuera invitado constantemente. A pesar de que Sai era el sub líder, por tanto su subordinado, era él quien representaba a la institución en vez de Sasuke durante todas las reuniones que se habían dado desde el final de la guerra.

— ¿Cómo estás seguro que el muchacho llegara? Kakashi.

El consejo nunca llamaba a un Hokage por su título, sino simplemente por el nombre del clan al que pertenecía o su nombre de pila. Aquello solo podía mostrar lo que ellos deseaban: que aun el hokage agachaba la cabeza ante el consejo.

—Estoy seguro.

—Pues habrá heredado tus malos habitos, tu ex aprendiz. – sentenció Hiashi

El consejo estaba sentado detrás de su enorme mesa, las cuales tenían rollos de registros de información de todos los presentes por si hacía falta sacarlos a relucir. Un escribano estaba al lado de  ellos, sentado, preparado para tomar nota de lo que aconteciera.

Y es que Sasuke Uchiha a pesar de su antiguo cargo, su redención comprobada y ser el líder del casi extinto clan Uchiha nunca había participado. Pues para Sasuke era demasiado tentador el querer arrancarle la cabeza a aquellos dos ancianos.

—Puede que el señor Uchiha se sienta alguien importante pero debo recordarte que aquí todos los presentes tiene deberes que cumplir y los estamos retrasando.

Ninguno asintió o renegó de la oración.

La mayoría eran jóvenes, pues sus padres habían fallecido o simplemente habían decidido que ya era hora de dejar que la nueva generación se hiciese cargo. Aun así, todos se mantenían callados ante las palabras del consejo.

Pronto se escuchó el paso de dos ninjas. Ninguno ocultaba su chakra sino que parecían estar emanándolo de forma concienzuda. Los miembros del consejo torcieron su boca  y negaron, visiblemente ofendidos. Primero ingresó el pacificador de las aldeas; minutos después, Sasuke Uchiha,  quien observaba todo de forma bastante seria.

La escena que se desarrolló a continuación quedaría grabado en la memoria de todos y no por lo protocolar sino más bien porque los jóvenes líderes de aldea casi tuvieron que taparse sus bocas para no reírse ante la forma tan descarada pero de alguna manera refinada de sentarse tan despachadamente Sasuke. Simplemente observó el sillón en el centro de la sala y con su paso firme pero fino se dirigió al asiento y se dejó caer con elegancia solo para luego cruzar una pierna sobre la otra y recostar su espalda sobre esta; además de que con la mirada indicaba claramente que su tiempo era preciado. Si los miembros del consejo buscaron incomodar o poner nervioso por plantar una silla evidentemente para Sasuke en medio de la sala, solo lograron fastidiarse a sí mismos.

—Vemos que evidentemente  ambos sí estaban en contacto.

La anciana Koharu era sin duda la que más fastidiada estaba con la presencia del joven, pero también era evidente que era necesario ello.

—Simplemente vayamos a los hechos ¿Qué es lo que desean evidenciar de mí?

La falta de tacto y respeto a cualquier superior de Sasuke para con cualquiera fastidiaba muchas veces a los hombres de Konoha, aunque encantaba a las mujeres por extraños motivos; pero a estas alturas, su antiguos compañeros de academia lo encontraban algo divertido.

Para los ancianos fue ofensivo.

—Le pediríamos que controle su carácter.

Sasuke solo rodó los ojos. Mientras tanto el rubio era quien temía que Sasuke perdiera el control o que él mismo lo perdiera.

—Bien, joven Uchiha. La circunstancia es simple. Usted abandonó la aldea sin  consultar a nadie ¿obtuvo el permiso del hokage?

Todos sabían que el consejo sabía claramente que Sasuke había recibido la venia del rokudaime pero querían que lo soltase para tener un punto en contra del líder.

— Que yo sepa nunca volví a ser de la aldea. Se me concedió libertad total por parte del consejo de guerra, en aquellos  momentos, era un estatus superior a ustedes. Si decidí encargarme del trabajo sucio  por ustedes fue porque aquel consejo se deshizo y creí pertinente participar. Ni yo ni mi equipo pertenecemos a Konoha ni a ningún otro lugar.

La tensión subió en la sala, Naruto quiso explicar las palabras de Sasuke pero en el fondo sabía que era tarde; además que aquellas palabras le dolieron de alguna manera.

— Entonces, joven, usted no se siente atado a esta aldea ¿No pelearía por esta?

—Si es necesario lo haría y lo deje claro cuando me marché.

— ¿A quién?

El silencio se instauró.

—A mí´tebayo

La resolución firme de Naruto no pasó desapercibida pero tampoco sorprendió... después de todo se trataba de Sasuke.

—Joven Uzumaki , el mundo le debe la paz. Pero sabe que esa paz no durara mucho. Y aunque ustedes dos sean los shinobi más poderosos del actual mundo ninja, no creo que pudiera enfrentar indefinidamente un ejército tras otro. Solo velamos por la seguridad de Konoha. No queremos que nuestra gente piense que hay desunión de nuevo. Joven Uchiha, usted podría ganarse el afecto de las nuevas generaciones. Los aldeanos le tienen miedo pero también respeto. No incline la balanza hacia el miedo porque usted debe saber a lo que lleva ello.

Las palabras de Hiashi Hyuga sentenciaron al silencio nuevamente. Naruto esperó la contravenida de Sasuke pero este se mantuvo mudo con una mirada desafiante hacia el consejo... Había cosas que nunca cambiaban.

—Pedimos que viniese con su hijo pero no la ha hecho ¿Qué deberíamos pensar de ello?

El anciano del consejo fue quien tomó la palabra esta vez.

— Que no tiene nada que ver. Mi vida privada no les importa ni concierne. Ya tiene mi palabra que proteger Konoha. Además ustedes no tomaran ninguna importancia a hacer justicia a mi esposa, y n me importa, yo me hare cargo. Más bien les hago un favor al irme.

— Eso mismo. —Interrumpió Shikamaru las miradas desafiantes de Hiashi y Sasuke— No concluyeron las investigaciones sobre la muerte de Karin ...- Shikamaru giro su mirada hacia Sasuke y hacia Naruto- Uzumaki de Uchiha, por lo que di mi visto bueno a que Sasuke Uchiha se marchara con su hijo, pues solo atraía peligro para Konoha. De hecho aún es un misterio el arma letal con la que mataron a una Uzumaki, una mujer con la dinastía de los Uzumaki que no mueren fácilmente.

Las palabras de Shikmaru a esta alturas de época tenían gran peso por sobre muchos incluso sobre los gestores finales de la paz. Era considerado un genio estratega,  una persona fría y cuerda que era capaz de dar opiniones adecuadas en cualquier tipo de situación.

— ¿Admite que a usted le pareció prudente que Uchiha se marchara con su equipo y su hijo?

Shikamaru asintió con respeto.

— Tiene un punto en ello. Pero eso no disculpa que el consejo no haya sido informado..

—Si me disculpa, señor Homura. En ese momento la burocracia era un caos y todavía no había sido redefinido el consejo. Se pensab en su revocación de hecho. Yo tome la responsabilidad sobre el plan que se gestó para que Sasuke se marchara. Aun tomo la responsabilidad y consultándolo con mi consejero Shikamaru Nara y el protector  de la Paz Naruto Uzumaki así como el actual líder ambu y de las fuerzas de inteligencia Sai y la doctora Haruno concluimos que era lo más prudente tanto para Sasuke, para su hijo y para la aldea. Tenemos que descartar que sea una venganza personal y no solo una trata para hacer daño a la aldea.

Todos admiraron que Kakashi pudiese hablar sin dar un paso atras haciéndose cargo de toda la responsabilidad.

— En eso tienes razón Kakashi- respondió Hyuga con una sonrisa- entendemos que fue lo mejor pero ya ha transcurrido un año y al parecer no encuentran pruebas sobre la muerte de la difunta señora Uchiha. Lo más prudente, creemos, es que Sasuke Uchiha regrese con su hijo. En la aldea estará seguro. Además...

—Mi hijo no volverá a esta aldea.

— Joven Uchiha. Hay rumores sobre el nacimiento y gestación de su hijo. Espero que le sea evidente que no será un niño cualquiera. Usted y yo entendemos y creo que el protector de la paz también.

Naruto observó atentamente a Hiashi

— Su madre era una Uzumaki y usted es uno de los más poderosos Uchiha que ha existido. Es evidente que tiene una sangre fuerte.

—Además hay rumores sobre sí la escogió por gusto o porque quería tener un heredero fuerte.

Un golpe resonó en la sala sorprendiendo que terminado la guerra de miradas entre Sasuke y el consejo. Naruto era quien no aguantó mas la ofensa hacia las personas que amaba.

—No creo que le importe como  o porque nació Akira-chan

—Naruto...

—Joven Uzumaki, con usted también queremos hablar. Hay ciertos rumores sobre sus gustos y el hecho que su amistad con el joven Uchiha sea tan estrecha se presta a ser malinterpretada.

Aquellas palabras congelaron ambos jóvenes por unos segundos pero con una mirada que se dirigieron mutuamente se tranquilizaron.

— ¿Esta insinuando que seduje a Karin para que fuera la madre de mi hijo y que ahora intentó aprovecharme de los gustos del idiota este a mi conveniencia?- a pesar de su obvio fastidio Sasuke estaba bastante tranquilo en apariencia.

— Sí.

Aquello sorprendió al pelinegro: no esperaba que fueran tan directo.

— Usted no tiene una buena reputación. No ha hecho mucho por labrarse una buena. Si bien la mujer que fue su esposa era fuerte y seguramente digna de ser una Uchiha era una foránea, una desconocida foránea de la cual no hay registro. Usted ha movido sus influencias para meter a su equipo de foráneos e incluso a dos traidores Orochimaru y Kabuto. Y ahora el protector de la paz esta extrañamente empeñado en protegerlo.

— ¡Ya basta!- Kakashi interrumpió- No voy a permitir que insulten a un alum...

Sasuke le paró con una señal.

— Solo les diré que a ustedes no le importa con quien decidí casarme. Karin era digna para ser mi mujer y punto. No tengo porque decirles más de ello.

—Pero tenemos entendido que la señorita Haruno, una extraordinaria guerrera y mujer, estaba interesado en usted.

—No diré nada más al respecto.

La mirada de Sasuke era una sentencia. No diría más sobre sus asuntos amorosos, sobre su intimidad o sobre su hijo y eso era algo que los tres ancianos entendieron.

—Lo entendemos joven Uchiha- sentenció Hiashi- debe ser doloroso hablar de la mujer que amo. Pero entienda nuestra preocupación,  su hijo puede heredar unos poderes que pueden ser peligrosos incluso para sí mismo. Además creemos que debería reforzar los lazos con Konoha. No es suficiente su amistad con el pacificador... de hecho debido a lo escandaloso que ha resultado su gustos… quizás le convenga darle otra madre a su hijo…

Sasuke no dijo nada al respecto dando a entender que si seguían metiéndose con su vida personal no respondería.

— ¡A ustedes no les importa que tenga yo con quien..! ´tebayo y que dejasen en paz a Sasuke…

El azabache  suspiró... si seguían ese ritmo Naruto no soportaría más, estaba seguro por lo apretado que tenía sus puños que estaba punto de explotar. Y si naruto soltaba que eran apreja la situación sería peor. Estaba seguro que para el consejo, un Uchiha siempre sería un peligro y un traidor. Una cosa es que aceptaran que su precioso protector de la paz tuviese gustos raros, pero que los tenga hacia alguien de dudosa reputación como un  Uchiha les asustaría más. Porque eso eran para Sasuke, unos tontos viejos que se creían poderosos, pero que en realidad temblaban de miedo a lo desconocido.

— No tengo los gustos de mi compañero. Los respeto pero no los comparto. Naruto y yo solo somos como hermanos.Soy un ninja y tengo un hijo. Y como crio a mi hijo es mi problema. Ustedes no han hecho nada por mí ni por mi clan. Simplemente deberían dejar de aparentar, sé que me quisieran bajo cinco metros de tierra... no tengo más que responder a ustedes. Solo no se metan en mi camino y contaran con mi fuerza cuando sea necesario.

Se paró antes de que alguien pudiese decir algo.

Con la misma clase y elegancia que heredó de su clan salió de la estancia a pasos largos. De ahí se perdió de la vista de todos .

……………………………………………………………………

Ambos cuerpos permanecían observando en silencio, lado a lado sin tocarse ni un dedo. Solo estaban perdidos en su pensamientos y en sus divagaciones, puesto que todo lo anterior les había dejado con mucho en la cabeza, con tanto que dar vueltas, analizar sobre su alrededor y sobre sí mismos.

— ¿Qué llegaste a sentir por Karin?

—No tengo porque decírtelo.

El puño de Naruto se cerró fuertemente.

Lo juraba, entendía perfectamente porque Sasuke había negado de lo que tenían. Claro que lo hacía, pero todo esa palabrería le había dejado inquieto.

—Quisiera gritarlo ´tebayo.

Sasuke no respondió ni agregó nada. Mañana mismo partirían en la madrugada. Kakashi les había pedido que era prudencial que Naruto permaneciera en la aldea y que Sasuke viajara sin la compañía siquiera de los clones de este.

—Quisiera decirle a todos que eres mío.

De nuevo no escucho replica, solo el suave respirar de Sasuke.

Hoy no dormirían con seguridad.

—Es injusto que no pueda hacerlo. Tú y Akira son mi familia.

El azabache cerró sus ojos, se mordió el labio inferior y quiso arder en llamas a toda esa maldita aldea desagradecida.

—Sabes que no es posible. Y, Naruto, si hay algo en lo que tiene razón es que en mi hijo necesita una madre.

Aquellas palabras hicieron que Naruto se sentara y terminará sobre Sasuke, tomándole de las muñecas contra el futon. Los ojos del rubio estaban en llamas, el pelinegro sabía que esto pasaría por lo que ningún gesto en su rostro cambió.

— ¿Piensas buscarte una nueva esposa´tebayo?

EL azabache deshizo el fuerte agarre del otro y le apartó un poco.

—No. Solo que desde ahora le enseñaré quien es su madre. Recordará a Karin y reconocerá su imagen. No quiero que crezca con una imagen equivocada: yo soy su padre, soy hombre, soy quien remplaza a su madre porque ella no está pero debe saber que tuvo una y creerá que la quise.

—Sasuke…

—Sabes bien que lo que tenemos no va a crecer más allá de esto. Tu creciste sin la imagen de una familia pero cuando la  conociste… la amaste... tus padres se amaban ¿no?

Naruto asintió aun presionado fuertemente su cuerpo contra el de su amante.

—Yo... no lo sé… pero Akira tendrá esa imagen.

— ¡Dímelo!

—Es como lo dije, Naruto, no la ame pero... si hubiera tenido que escoger de igual forma la hubiese escogido.

— ¿Cómo fue que concebiste a Akira?

Ambos se miraban con los ojos en el otro sin rendirse o retirar la mirada.

—No tienes que saberlo

—Quiero saberlo.

Sasuke pestañeo varias veces, y fue quien finalmente retiró la mirada del otro. 

Sus pensamientos se sumieron en una ola de recuerdos entre agrios y dulces. Naruto nunca había visto lo que él sí. Nunca había apagado una vida sin justificación. Nunca había visto de cerca, en vivo y en directo huérfanos de guerra. Y ahora después de la guerra no había sido la diferencia.

Naruto tenía una labia hermosa, perfecta, capaz de cautivar el corazón más oscuro. Sin embargo el corazón del rubio nunca se había ensuciado con la crudeza de matar sangre fría.

 Ni Sakura lo había hecho. Kakashi era quien seguro mejor le entendería, pero estaba tan roto que no podía acercársele sin correr el riesgo de que los pedazos que le componían no volvieran a unirse.

Con Orochimaru aprendió tantas coas, todas útiles. Nunca pensó que en verdad sería un buen maestro. Después de todo fue el maestro que lo guío en el camino de la oscuridad. Como sobrevivir, como aprovecharse, como disfrutarlo incluso. Porque vivir odiando la oscuridad pero teniendo que practicarla todos los días era algo que te autodestruía.

Taka era su equipo fiel hasta ahora. Ni siquiera entendía bien porque le seguían, porque Karin le amaba. Él no podía amarlos a ninguno... porque todos ellos estaban tan en la oscuridad como el mismo. Su alma estaba tan oscura que necesitaba del calor tibio y brillante del sol.

Sin embargo, el cariño de Taka fue quienes le hicieron sobrevivir en ese mundo, quienes les hicieron conservar un poco de cordura.

Nunca supo porque los buscó, si bien sus poderes eran necesarios, siempre los quiso a ellos, a cada uno, irremplazable. E incluso se sorprendió a si mismo salvándolos, utilizando hasta el grado máximo de poder por salvarlos. Y Karin estaba dentro de ellos. Aunque no lo reconociera, había despertado el control total sobre el amaterasu por salvarla hace ya tanto tiempo.

No la amaba, pero seguramente la quiso.

Sin embargo, a pesar de ese cariño y que de decidirlo la hubiese escogido para ser su esposa. No pensaba hacerlo. No quería traer a nadie al mundo y el matrimonio era para ello después de todo.

Pero aquel día... ese especial día se encontraba bastante fuera de este mundo. Su mente no dejaba de divagar sobre la muerte de su hermano. A pesar de su reconciliación, no dejaba de reprocharse internamente. Los fantasmas iban y venían, nunca les dejarían en paz.  Además de ello, estaba fuera de la aldea. Normalmente ese día se sentaba en la piedra de los héroes a observar el nombre  de su hermano en medio de tantos otros nombres. Dolía, era el único sentimiento que en verdad le dolía inaguantablemente. Pero aquella vez estaba bastante lejos de Konoha. Cercano a un pequeño pueblo que quería revelarse ante la autoridad de las naciones ninja. Naruto no sabía de ello, pues  él era la opción racional, de convencer  por las buenas; sino Sasuke, como la luna,  trabajaba en la oscuridad y aplacaba la ira de las personas de otra manera. No quería hacerlo, en parte ya estaba cansado de todo ello ¿Por qué obligar a una población a ser parte? Era cierto que les traía mejora económica, pero seguramente no era lo que querían, sino seguir como siempre ¿y acaso no estaban en su derecho? ¿No podía un pueblo rechazar la modernidad de los otros?

Deseaba tanto irse lejos, nunca volver a Konoha, ni a la civilización ninja; pero Naruto, estaba seguro que ese hombre volvería buscarlo y no quería causarle más problemas después de tantos ya causados.

Sin embargo, aquella noche esos pobres sujetos liderados por algún estúpido líder les emboscaron. Como si pudieran emboscar a Sasuke Uchiha ¿Qué no les había llegado la noticia que era un asesino? ¿De que no tenía piedad?

Aparentemente no era así.

Cuando terminaron, sus ojos habían permanecido sin siquiera abrirse, sus espada estaba roja carmesí como el cabello de su compañera. Su ropa estaba echa una revuelta de barro per más que nada de aquel líquido vital…de jóvenes ...de niños…de todos los que intentaron atacarle.

Quiso vomitar, maldijo a la aldea en silencio ¿nunca le dejarían descansar en paz? ¿Por qué tenía que quedarse por Naruto? ¿Qué le daría Naruto? Nada… su amistad no era lo suficientemente fuerte.

Aquel di había decidido importarle poco lo que Naruto pensase. No había nadie excepto él que pudiera detenerlo ¿Qué lo repudiarían? ¿Y qué? Eso era ajusto lo que quería. ¿Qué se lo prohibirían? Tenía suficiente con la mirada de los aldeanos, con la mirada del raikage amenazadora… repudiable.

En ese momento no se había dado cuenta que la lluvia había empezado a caer y que tanto Juugo como Suigetsu habían ido a sus carpas propias. Sí, armaban su campamento cerca del sendero porque realmente nadie podía vencerlos.

Sus manos aún permanecían sucias, igual que su espada. Karin se acercó temblorosa a él, le tomo de las manos y quiso llevárselo al riachuelo más cercano para lavarle. “Sasuke bastardo, será un semidiós pero tienes que limpiarte”. Y el solo sonrió dejándose arrastra, una mueca que hizo que la muchacha se sorprendiese y se preocupase. Como no si al mismo tiempo que sonreía unas pesadas lágrimas caían de sus ojos ¡¿estaba llorando?! La respuesta era sí.

Su mente estaba como ebria. Estaba ebria en verdad. Después del baño, con ayuda de la pelirroja, ambos entraron a su tienda. Karin le secaba el cabello con tanto cuidado que muy dentro de sí se sintió conmovido ¿por qué ella le miraba sonrojada y decidida a cuidarle? No entendía del todo a las personas que le amaban. No entendía a Sakura ni a Kakashi ni a Naruto ni a karin  ni a taka ni siquiera a Orochimaru pero muy dentro de sí se lo agradecía cada uno de ellos.

Cuando la chía hizo ademan de levantarse para irse, la detuvo de la muñeca y ambos se quedaron quietos sin mirarse.

“Sasuke, no es tu culpa”

No quería escuchar ello, solo quería el silencio pero no la soltaba.

En ese momento se sentía tan humano, tan estúpidamente débil. Tan necesitado de alguien que no se reconocía.

¡¿Qué me ata aquí”?

No lo había notado pero esa pregunta interna había sido hecha en voz alta casi con desesperación. Sus ojos permanecían vacíos.

“Quisiera ser yo la persona que te ate a la vida Sasuke y... que me regalaras tu sonrisa...pero… supongo que es para otro”

No entendió pero no le importó demasiado. Cuando ella le dio un beso se quedó quieto. Y así permaneció en todo momento: cerrando los ojos, esperando que en verdad lograse atarlo a este mundo. Porque el amor de ninguno de sus compañeros era suficiente y tampoco el aroma medias amistad del rubio. Desde ese momento era algo que encontraba incompleto. Naruto quería a todo el mundo, y todos lo amaban ¿Qué era esa supuesta amistad hacia él?  ¿Así Shikamaru fuera el que se hubiera marchado lo hubiese perseguido? Seguramente sí porque así era Naruto.  En ese momento lo sintió así.

—Déjame dormir.

Cerró sus ojos sin darle importancia a la forma en que  Naruto le tenía apresado contra el futon. Por ello mismo la furia del rubio creció llevándolo a voltearlo y empotrarlo de cara al suelo.

— ¡Óyeme!

—Solo deja que lo haga así...

La voz de Naruto sonó tan necesitada que por un momento quiso dejarse llevar, pero saber que se encontraba en la aldea, de solo recordar ello cualquier gana de ser amable o cariñoso y corresponder a sus atenciones murió, llenándole, irónicamente, de un vacío extraño.

—No digas tonterías... sabes que en unas horas me iré de Konoha.

Se apartó y esta vez Naruto no le sujetó sino que simplemente le dejó ir: Ambos, finalmente, cerraron los ojos  con las espaldas tocándose a penas.

Ninguno sabía si ese gesto era una mediana disculpa o era que a pesar de su discusión querían seguir sintiéndose un poco.

………………………………………………………………………………………………………………………………………..

Aunque probablemente se había preparado para ver lo peor, quizás no para ver lo mejor. El lugar que recorrían  por aquel piso era singular, pero no era nada fuera de lo normal.

Se suponía que era el mercado negro pero se veía completamente normal. Había una pileta al medio con escaleras, alrededor había diversos puestos y personas de todo el mundo.

Siguió observando, modificando constantemente sus gestos para que Natsu que estaba pegada  a él no se diera cuenta de sus cambios de humor y su preocupación por no encontrar nada.

Sin embargo, no pudo ocultar un sobresalto que tuvo cuando uno de sus ratones observó algo. O más bien a alguien, era un ninja, estaba seguro. Uno que debía ser muy bueno pues casi pasaba desapercibido como una persona más.

Como ex ambu de raíz había aprendido a leer el lenguaje corporal y una de sus lecciones era reconocer el cargo de las personas sin importar como fueran vestidas. Y aquel hombre que llevaba una túnica de lejanos lugares tenía el porte de un miembro elite, tan seguro, tan barbilla arriba. ¿Por qué? Incluso sentía que era alguien del servicio de inteligencia de la alianza. No había más ninjas que tuvieran ese orgullo. Los ninjas de las pequeñas comunidades se sentían abandonadas pro lo que esa forma de caminar solo podía pertenecer a alguien de las 5 naciones.

Tuvo que dejar de prestar atención pues Natsu le llamaba, había llegado al puesto de materiales y debía seguir con la actuación.

……………………………………………………………………………………………………………………………………………

Kakashi estaba mucho más alterado de lo que usualmente estaba. Estaba muy preocupado por sus alumnos. Y sabía que no debía, pero al menos en su casa podría dejar ir esas preocupaciones en forma de pasos rápidos.

Usualmente era una persona calmada y fría, pero en este caso temía que toda la confianza- la poca que habían logrado obtener- se fuera al traste frente al evidente confrontamiento de Sasuke contra el consejo.

Suponía que el consejo intentaría tener en sus manos a Sasuke, pero realmente no pensó que Hiashi se aliaría tanto a ellos. Aunque realmente era lo que esperaba y en el fondo sabía que era lo correcto.

Observó a Obito que le seguía con la mirada y resopló…Quizás era bueno que Hiashi volviera a ser tan inflexible, después de todo él siendo hokague y Naruto estaban totalmente superados por sus temas personales cuando deberían poner la paz por sobre todo. Y en su caso personal, debería poner a la aldea por encima;  no a sus sentimientos por Obito y por sus alumnos por sobre esta. Su maestro puso la paz y a la aldea por sobre su propia familia, por sobre su amor con Kushina, por sobre un inocente. Aunque, aceptaba que se seguiría portando egoísta porque también sabía que ni Minato ni ninguno de los sacrificados consiguió algo más. ¿Estaba bien haber escogido poner a sus alumnos por sobre todo? No importaba si era correcto o no, seguiría por ese camino.

—Kakashi, no venías a verme por días y ahora estas en un estado irreconocible..¿qué ha sucedido? ¿Es sobre Sasuke?

Asintió.

—Supongo que no soporto a los del consejo.

—No, no lo hizo.

— ¿Lo defendiste?

—Si

—Lo suponía- dijo con una suave sonrisa- Es tu alumno favorito a pesar de todo.

—Gozabas sabiéndolo. ¿Acaso obtenías una satisfacción adicional cuando me restregabas que volvía a escoger el camino oscuro a volver a la aldea?

—Camino oscuro… es una forma de decirlo.

— ¿Obtenías mayor satisfacción quitándome más de la que ya no tenía?

—Sasuke se fue por su cuenta.

—Dímelo.

— ¿Qué pasó exactamente?

Kakashi cruzó sus brazos por sobre su pecho. Con aquel rostro frío, con aquella mirada que advertía que en esos momentos era una amenaza. Estaba bastante alterado y enfurecido, pero también en su mirada denotaba que estaba preocupado.

—Les he advertido a eso dos que tengan cuidado con lo que se demuestran, pero de igual manera ambos son imprudentes a su manera. Debo proteger a la aldea, debo velar por su seguridad por sobre todo. Pero pensé que podría hacerlo sin tener que obligar nadie... sin embargo hay presión externa y cada vez siento que mi razonamiento se nubla. Si no fuera porque Shikamaru me recuerda cada vez cuales son mis deberes…

—Con solo verte me doy cuenta que no estás en tus cabales. Kakashi, Konoha y tus alumnos necesitan de tu yo  frío. Si vuelves a ese estado podrás seguir, podrás llevar ambas responsabilidades. Y... quería preguntarte algo.

Kakashi sintió que un poco del peso sobre sus hombres bajó, por lo que se acercó un poco. Su rostro ya no mostraba amenaza sino la preocupación que lo embargaba.

— ¿Tengo algo que ver en que hayas decidido asumir el cargo de Hokage?

El peliblanco no quiso responder.

Sin embargo, Obito no necesito que se lo respondieron, era evidente cual era la respuesta ello. Mordió su labio inferior, sintiéndose bastante aturdido por los sentimientos de su amigo. De alguna manera le aterraba confirmar que había influenciado tanto. No sabía si sentirse amado o que sentir.

Estos sentimientos eran confusos. Apreciaba a kakashi, mucho, pero cuando comenzaba a sentir algo de un matiz diferente no sabía si debía decirlo o si eso le haría más daño.

Como cuando le abrazo. Sintió un extraño cosquilleo por todo su cuerpo. Quiso pensar que era porque hace mucho que no mostraba cariño físicamente. Incluso no entendía como era que debía apoyarle, solo pensó que quizá el contacto físico ayudaría, pero cuando el cuerpo de su amigo se relajó en sus brazos se sintió confuso.

Lo había notado. Kakashi a veces se veía tan indefenso, frágil... Pero no como Rin, pues Kakashi tenía la complexión de un ninja fuerte, era más de un matiz emocional. Lo cual  le hacía sentir ganas de calmarlo, de verlo tranquilo ¿pero que tanto podía hacer estando como estaba?

—No importa. No me importa lo que pienses, Obito. El porqué lo haya decidido , todo ... no tiene que ver contigo. Tu solo debes preocuparte por vivir...

— ¡Pero no hay razón alguna por la que quiera hacerlo!

El grito calló las explicaciones que Kakashi quisiera darle. Todas y cada uno de los discursos que había pensado para animar a Obito se esfumaron.

—Es cierto, pero te pido que también me ayudes a afrontar lo que es guiar a esos chicos. Tú debes entender bien a Naruto y Sasuke... aunque…

— ¿Kakashi?

La expresión en su rostro era de tanta tristeza que Obito quiso de alguna manera borrar lo que había gritado que ni siquiera sabía porque… entonces... ¿tenía una razón para vivir?

—Digan lo que digan has sido mi ejemplo.

Obito solo pudo quedarse callado. En ese momento por la expresión de kakashi tan natural, tan sincera pensó que tal vez que le regalaba una ligera sonrisa, le regalaba un adiós. No le ibaa abandonar, pero era un adiós de alguna manera.

—Obito, no puedo ser la razón de tu vida. Al menos no con todo lo que ha pasado pero quisiera que lo encontrases y te ayudaré a hacerlo, así como quisiera que me ayudaras a entenderlos, a ayudarlos. Orochimaru dice que quizás pronto puedas volver a caminar.

Simplemente asintió no sabiendo que más decir, no queriendo lastimarlo de nuevo.

¿Debería alegrarse por volver a caminar? No sabía que debía sentir…

¿Qué se podría sentir ante una persona que vivió por tu recuerdo? Entendía y en parte le avergonzaba y- alegraba muy en el fondo- haber sido la razón por la que Kakashi haya cambiado, e incluso que por su recuerdo se haya mantenido vivo. Pero también era abrumador. Era un tipo de sentimiento al que no podía hacerle frente aun.

Su mirada giró hacia el peliblanco que aún le sonreía, para luego avisarle que saldría . Cuando este se giró solo pudo descubrir que quería pronto volver a caminar aunque no sabía exactamente el porqué.

 

Kakashi caminaba por los alrededores, terminó llegando al puente del lago más grande de Konoha. A unos metros pudo notar que había alguien apoyado. Justo  a quien quería ver. Quizás era egoísta, pero cuando Yamato le sonrió al verlo solo pudo responder con una sonrisa que Yamato no pudo ver por su máscara, pero que pudo imaginar por la mirada de kakashi. Aunque también pudo notar que había un destello de dolor, desesperación y miedo.

—Los protegeremos, sempai…

A pesar de que lo dijo en voz baja, kakashi pudo escucharlo perfectamente por el silencio que reinaba en el lugar. Esas palabras le regalaron una verdadera paz a kakashi, pues no eran dichas para afuera. Yamato también había cuidado de Naruto y había encariñado de este. Además era quizás uno de los que aún vivos le conocía mejor. Solo pudo sentirse acompañado y…

Yamato le abrazó con  tanto respeto y cautela que no pudo negarse a quedarse quieto y sentir su apoyo verdadero.

 

 

Notas finales:

Nos vemos pronto!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).