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Hijo de shinobi por kaoryciel147

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Notas del capitulo:

Hola gente!! pues aqupi con una nueva actualización!1 espero les guste y me digan como creen que iran las cosas!! espero demroarme cada vez menos en las actu y esten pendientes que se vienen nuevas cosas para el fandome de naruto y knb!!

El paseo al olvido

La noche había llegado, sus pequeñas criaturas habían seguido a aquel hombre sospechoso toda la tarde, pero no habían podido ir más allá de al parecer un sótano. Sus ratones espías se disolvían en la tinta que fueron creados antes de poder ingresar al sótano de aquel mercado. Estaba seguro que era una barrera, pero que no habían podido penetrar. En conclusión había algo que valía la pena ser investigado ahí abajo.

Cuando quiso preguntar y plantearle ello,  Natsu no dio señal alguna de molestia solo le comento que no  se podía y que no había nada interesante de ver.

Pero Takeo se había tensado perceptiblemente, aquello solo podía significar que tenía que extender sus lazos con el joven. Seguramente podría ser su guía. Takeo también le observaba profundamente. Sin que Natsu lo notara, ambos se analizaban.

Aquello no  era común en un simple artista.

Takeo no le dio más información que un comentario a secas “No hay nada que un simple artista guste de ver”

Y el en respuesta solo contestó “Solo que no soy un simple artista”

 

 

 

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Viajar completamente solo le había ayudado a calmarse y tomarse el tiempo para analizar lo que había acontecido en aquella reunión. Sin duda fue bastante irritante, pero también le hizo aprender ciertas lecciones: Konoha no era un lugar seguro. Además de que ahora tenía la certeza de que  nunca volvería a ser su hogar ni tampoco sería uno para su hijo.

Sin embargo, un sentimiento le agobiaba. No quería admitirlo pero era uno relacionado a Naruto.

Estaba seguro que este tenía la certeza de hacerlo regresar, que ambos podrían vivir en Konoha, que podía crear la Konoha que ninguno de los sacrificados pudo.

Si bien era cierto que entendía todo lo que hizo su hermano y respetaba la decisión que tomó, Itachi mismo se había dado cuenta que había sido injusto y que quizá había otras posibilidades. Pero a estas alturas, Sasuke creía que ya no había nada que un Uchiha pudiera hacer. Admitía que quedaban personas de esa aldea que le importaban, pero preferiría salvarlas en vez de a la aldea de ser necesario. Lo malo es que estas aun luchaban por la aldea, por lo cual solo le quedaba dar su palabra de que si necesitaban su fuerza los ayudaría.

“Esto no va a resultar bien”

Desde que había empezado una especie de relación con Naruto, sentía que de ninguna manera podría resultar.

Se complementaban, se necesitaban pero a la vez se dañaban. No mentía a Naruto: cada una de sus actos, cada gesto o caricia que le había dado aquella noche eran profundamente verdaderas, pero su convicción estaba partida. No pensaba seguir a Naruto en su locura de hacer que Konoha entendiera su relación. Por mucho que la nueva generación sea más abierta, las cosas cambiaban si era él.

Su hijo tenía la posibilidad de crecer en un entorno mejor, incluso en Konoha pues los niños que habían permanecido durante la guerra y los que estaban naciendo crecerían con la historia cambiada. No con el nombre de los Uchiha sucio sino con uno respetado y glorificado, de eso se encargaba los nuevos maestros de la academia. Sin embargo, seguía sintiendo que Konoha era un lugar muy hostil para un Uchiha.

Eran ninjas y como tales eran armas. El vivir en este lugar pacifico le había ampliado la visión de que quizás no tendría por qué vivir de esa manera; quizás debería seguir viajando con su hijo en brazos. Quizás era momento de seguir aquel sentimiento que quería llevarlo a recorrer muchos lugares.

En el fondo de su corazón desearía que Naruto se fuese con él. Que los tres se marcharon a lugares lejanos donde podrían estar sin que nadie los señale, sin que los fantasmas del pasado los atormenten. Quería ser egoísta pero a la misma vez, el recuerdo de su hermano y los sueños de Naruto no le dejaban serlo. Ya había sido lo suficientemente egoísta con Naruto como para pedirle ello. No había forma en que se atreviera a pedirle que nunca más volviera a Konoha. No, no lo había. Y en esta situación a medias no podían seguir y menos con un niño en brazos. Lo ridículo era que tenía miedo a pesar de ser el segundo ninja más fuerte de la actualidad. ¿Cómo ello era posible? Bueno, había formas de hacer daño más fulminante que un golpe o más torturantes que la muerte. Después de todo aun recordaba en carne viva lo mucho que deseo que su hermano lo matara esa noche.

 

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 No entendía que había sucedido, bien sabía que no había manera que Sasuke gritara a los cuatro vientos que tenían una relación, pero confiaba en que aquella charla no influyera demasiado en su relación. Al parecer era mucho pedir pues la cambió totalmente.

No había podido acompañarlo. Kakashi-sensei les había aconsejado que no se atrevieran a pasar tiempo juntos con obviedad pues no todos se tomarían bien  el que tuvieran una relación de aquella manera y menos a unos meses de la muerte de Karin. Resultaría por demás escandaloso.

Por supuesto que sabía que no lo aceptarían tan fácilmente. De por sí, no habían aceptado sus gustos por los hombres de forma fácil. A algunos les sorprendió, a otros le asqueó pero no les importó pues era el gran héroe del mundo ninja. Otros pensaron y aun piensan que solo es una fase por la que pasan todos los jóvenes; que encontrara una chica y formara una familia adecuada. Claro que quería una familia y lo deseaba ya, pero ahora que tenía la posibilidad quería tener una con Sasuke ¿Quién más que él podría entender sus miedos e inseguridades a la hora de tener una? Sasuke sufrió mucho justo como él y ambos podían entender que debería darle a su hijo. Y con Akira , él quisiera darle todo su cariño como si fuese su sangre, pero había algo en la mirada de Sasuke que le retenía, que hacía que de cierta manera bloquee la idea de llamarle hijo.

Y en la última noche se lo había comentado más claramente “Akira tiene un padre y una madre y no voy a dejar que lo olvide”. Por supuesto que no quería tomar el lugar de Karin, pero podía ser un padre más. ¿Qué problema había? Él había tenido a Iruka y este había sido su padre literalmente, pues se había dedicado a él: su maestro Jiraiya fue otra figura paterna. Y creía que había crecido lo suficientemente bien, aun así cuando conoció a sus padres de sangre los amo sin dejar de amar a sus “padres adoptivos”. ¿Por qué Sasuke era tan reacio aceptarlo por completo? ¿Por qué le había aceptado de toda la manera física posible pero en su corazón no le aceptaba como su pareja y familia?

Entendía que se había demorado en darse cuenta, que siempre le negó ese afecto antes llamando “amistad” a lo que sentía por Sasuke. Pero en eso momentos no entendía el amor romántico para un hombre. Era Sasuke, y seguía siendo solo su Sasuke y que su vida había girado en torno a él, solo quería que esto fuera reciproco y estar a su lado de todas las maneras posibles.

 

Sus clones estaban dando vueltas alrededor de Sasuke pero ninguno se le acercaba, pues estos reflejaban su miedo de que Sasuke le dijera algo que no quería escuchar. Podía sentirlo, incluso solo con clones y estando estos a muchos kilometros del azabache, casi podía saber lo que hacía, lo que sentía y también podía saber lo que pensaba. Quizás era por eso que no quería acercarse, aunque por dentro quemara por estar a su lado y sostenerle en sus brazos, por estar tan cerca que sus pieles se confundieran. Ahí iba otra sensación que seguramente tenía que ver con que eran ying y yan, que quería reforzar ese lazo que se había formado entre ellos cuando se acostaron, fue tan mágico que quería sentirlo de nuevo. Pero estaba seguro que no iba pasar de nuevo aunque Sasuke también sintiese lo mismo. Por lo menos no era el momento.

 

—Naruto…deja de soñar y sígueme, el hokage tiene que hablar con nosotros sobre Sai y Sakura.

 

Shikamaru sabía lo que Sasuke y él tenían, después de todo era un genio de la percepción. No parecía nada feliz por ello.

Mientras caminaban lado a lado por las escalinatas, Shikamaru repentinamente paró.

—En verdad, como amigo quiero decirte que no me importa que tengas algo con Sasuke, que era obvio y se demoraron bastante en darse cuenta; pero como consejero del hokage debo decirte que debes pensarlo y que recuerdes cuál es tu misión principal, que balancees cual es lo más fuerte. Ya no tienes 15 años, no puedes simplemente ponerte en una misión e ir detrás de Sasuke. Al menos recuerda que otras personas dieron tu vida por ti y por tus ideales.

 Aquellas palabras le dejaron mudo, dando oportunidad a que Shikamru siguiera con esa fría expresión adelante.

Y ahora lo notaba, Shikamaru había dejado de ser el vago total para convertirse en un ninja elite que calculaba cada paso que el hokage debía dar así como premeditaba todas sus acciones. Aun así se daba tiempo para pasarla con Ino y  Chouji, practicar y entrenar con ellos, volviéndolos con los años el equipo más sólido de Konoha. Tenían unos lazos irrompibles. Por ello mismo, los tres habían acordado mudamente jamás involucrar sentimientos carnales o románticos entre ellos. Los tres se amaban, se notaba a distancia, pero solo en el grado máximo de dar su vida por el otro si la misión lo requiere. Además de los tres ser maestro de la hija de su difunto maestro. Retribuyendo de esa manera lo que este buen hombre había hecho por ellos.

 

Este equipo había sido enviado en muchas misiones por solitud del propio Sasuke, así que podría decirse que tenían el respeto de alguien tan orgulloso como este. Además de que según se decía Shikamaru y Sasuke tenían buena disponibilidad  fusionando sus equipos en misiones de alto riesgo.

Y ahora que había leído los reportes del libro bingo que Sasuke portaba, se daba cuenta de que en muchas de esas misiones que para cualquiera serían suicidas ambos equipos habían trabajado bastante bien.

 

¿Por eso se lo decía? ¿Entendía a Sasuke? No, al menos Naruto podía estar seguro que era el único que había visto todas las facetas de Sasuke. Shikamaru solo conocía su faceta profesional, sola esa. O al menos espera que así fuera y su consejo no tuviera bases.

 

Llegaron  ante kakashi, quien tenía una mirada bastante melancólica lo cual le asustó  por lo que se acercó rápidamente ante él para exigirle que el dijera si algo les había sucedido a Sai o Sakura.

—No te preocupes, Naruto, no les ha pasado nada, solo te informó lo que Katsuya nos ha traído.

Era cierto, Sakura les había dejado a una pequeña Katsuya que les informaría cada paso que daban para asegurarse de que ambos estuvieran bien. Era increíble como su amiga podía mantener a la babosa aun después de semanas ya.

Naruto se enteró de todo lo que habían encontrado, de los lugares que habían visitado y como es que la aldea de la primavera parecía una ciudad sacada de esa crónicas que algunos extranjeros dejaban o algunos viajeros. Lo último que recibieron era sobre que Sai intentaría acercarse a un chico que había conocido que parecía tener información importante. Aquello le dio mala espina, por como contaba de su acercamientos podría ser que aquel muchacho tuviera un especial interés en Sai y ello podría resultar peligroso si le descubrían. No había nada más doloroso que sentirse usado y no había nada más peligroso que el rencor del despecho. Sobre todo cuando Sai era alguien que aún no comprendía del todo sus sentimientos por los demás.

Sakura, a través de katsuya, se mostró de acuerdo con el rubio por lo que prometió mantenerlos vigilados.

De alguna manera se sintió inquieto.

—Katsuya-san, infórmeles que les queda poco tiempo. El consejo ha decidido que los quiere de vuelta. Sakura hace falta en el hospital, Ino tiene misiones con su equipo y no puede hacerse cargo totalmente de este. Además, los equipos ambu están sin un líder, Sai también debe de regresar. Ya se ha corrido la voz en las otras aldeas e incluso hay chismorreos de que los ninja más fuertes de la aldea están desertando.

— ¡¿Qué?!

—Tranquilízate son solo comentarios

—Sensei, si usted les está tomando atención es porque tienen importancia.

—Bien, el consejo está preocupado. Independientemente de ello, también lo estoy. Sasuke no permaneció en la aldea ni un día. Tú no sientas bases en la aldea o esa imagen das. Y ahora que ya han pasado semanas del viaje de Sai y Sakura se comienza a especular. Me preocupan ustedes, pero también la aldea, debo hacerlo, es mi responsabilidad. Los demás ninja que salen de misión se ven afectados.

Quiso replicar pero no pudo. Él había arrastrado a Sai y Sakura a ello, y era cierto, no sentaba bases en la aldea. Durante este tiempo había reducido su tiempo de viaje para estar al tanto de cualquier cosa que pasara en la vida de Sasuke y Akira. Debía enfocarse más en su deber también. Shikamaru tenía razón: ya no tenía 15 años. De su mediación dependía que una guerra no se asomara y de que la aldea y los niños de la aldea pudieran tener un mejor futuro del que ellos tuvieron.

“No más huérfanos, no más niños con cargas como Sasuke” “Esto también es por Sasuke y Akira, si se vuelve seguro ellos volverán y permanecerán en la aldea. Sasuke tiene razón aun no es momento de revelar lo que tenemos”

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Los días pasaban sin parar, por un lado, en Konoha, el hokage acompañaba a los exámenes que Yamato se hacía para avanzar más con la posibilidad de que Obito volviese a caminar. Así podría sostenerse a sí mismo y podría quizás devolverle algo de vitalidad. Seguro nunca volvería a ser el niño tan alegre que fue, pero entendía perfectamente que fue egoísta en intentar mantenerlo de esa forma. Para alguien que fue un ninja el no poder moverse debía de ser traumatizante.

—Sabes que si logró hacer que camine, no podrá retenerlo más tiempo consigo. Tendrás que enfrentar al consejo de Konoha y al de guerra que aún no se ha disuelto del todo por haber  mantenido vivo al causante de la cuarta guerra.

Orochimaru le observaba con sus ojos rasgados, con esa mirada de científico que parecía poder leer tus miedos, a base de síntomas físicos.

—Más le vale quitarme la responsabilidad.—prosiguió.

— El consejo perdonó a alguien como usted y su alumno..

—Buena respuesta, Tenzou.

—No tiene derecho a llamarme así.

Orochimaru solo sonrió a su manera y se avocó en recoger las muestras sacadas solo para llevarlas a la mesa donde las analizaría.

Kakashi sabía que devolverle toda la movilidad a Obito significaba no poder mantenerlo oculto por más tiempo, pero aquello también le hacía preguntarse ¿Qué tan enfermo había estadado para haberlo querido mantener así? Orochimaru- debía aceptarlo- era un genio en medicina tan o más equiparable que Tsunade, además de que tenía la ventaja de que para este no existían los tabúes científicos, por lo cual pudo presionarle para encontrar una solución para hacerlo caminar desde hace años. Pero ahí estaban, viviendo de sentimientos a medias y confesiones no hechas ni rechazadas.

Seguramente su rostro había demostrado tal estado de preocupación por lo cual Yamato se le había cercado; y tan solo con esa mirada de seguridad, su mano presionado en su hombro pudo recomponer su rostro al serio y decidido con el que se enfrentaría prontamente al consejo y a todos. Sabía que al menos Sakura y Naruto le apoyarían, pero sentir la presencia de Yamato significaba mucho.

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Tenía a Takeo observándole de una manera bastante extraña. La mirada que le daba era profunda, llena de algo que Sai no entendía pero que sabía que había visto hacerla a alguien antes. Intento solo tenerla en cuenta, pero no se preocupó demasiado. Iba a proteger lo que Naruto quisiera así sea con su vida si era necesario. Para él, el equipo 7 había sido su oportunidad de seguir viviendo, de tener una meta real y de libertad; e iba defender lo que estos más amaban que era Konoha y Sasuke, aunque el hombre en cuestión no fuera de su agrado.

— ¿Me citaste por algo...que deseas?— Le preguntó directamente el muchacho frente suyo.

—Creo que lo sabes, así que te lo diré directamente. ¿Por qué hay ninjas importantes que no son de este país en el sótano del mercado negro? ¿Y porque todos parecen obviar ese hecho?

El joven sonrió de una manera bastante cínica. Arregló su cabello con una mano, y terminó acercándose al pelinegro.

—Y yo creo que tú también sabes, solo quieres comprobarlos con tus propios ojos. Y estas utilizando que me siento atraído por ti. Pero claro, si después de todo eres un ninja. Uno de tierras muy lejanas.

Sai siempre mantenía un rostro imperturbable, pero en ese momento analizaba todas las posibilidades de escape, pues aunque estaba dispuesto a dar su vida por sus amigos, no iba a desperdiciarla muriendo en aquel lugar sin haber transmitido ninguna información lo suficientemente útil.

—Tranquilízate, no voy a matarte. Ya te lo dije, me gustas, pero no soy ciego.

Con un sello rápido la tinta formo lianas fuertes que sujetaron el cuerpo de Takeo, quien solo sonrió divertido.

—Te diré que todos ustedes son iguales. Siempre que se sienten amenazados, los ninjas como ustedes simplemente actúan, usando sus fantásticos poderes. Pero nosotros, la gente común debemos vérnoslo de diferentes formas.

Siguió presionado su cuerpo con sus lianas, pero sin dejar que sus oídos se concentraran en algún sonido en especial.  Estaban en bosque cercano a la plaza, así que si tendría que callarlo debía ser rápido.

—No voy a gritar pidiendo ayuda. Y tú no vas a matarme porque me necesitas. Si Natsu no lo ha notado es porque ella si es una artista venida de otro pueblo. Me la encontré vagando y tuve piedad de ella. Pero ella, como otros, simplemente hacen oídos sordos y se ciega con respecto a lo que pasa en este pudiente país.

— ¿Qué exactamente pasa?

—No te lo diré, te lo enseñaré.

 

El pelinegro dudó. Era cierto que necesitaba más información, pero tendría que liberarlo y al parecer el muchacho contaba con una percepción bastante buena ¿a pesar de los cuidados que había tomado cuanto más habría averiguado de su persona?

— ¡Sai, es suficiente, lo llevaremos ante el consejo!

Sakura cayó de los arboles perfectamente, como si no pesara y no tuviera esa fuerza brutal de la que hacía gala.

—No pueden arrestarme... ¿bajo qué cargo? Ni siquiera son de este país. No tiene pruebas fehacientes de que estoy atentando contra su aldea. Puedo ser un simple fanfarrón intentando impresionarlo.

Sakura mordió su labio inferior. No se vería nada bien si se llegaba a saber que llevaban a un inocente a ser cuestionado por el cuerpo de investigación, dado sus métodos sobretodo. Más si el chico realmente no era un shinobi.

— ¿Cómo puedes deducir cosas sobre nosotros?

—No leo mentes o algo parecido. Soy completamente un artista ordinario que ha caído rendido ante este chico. Solo eso…

—Sakura-san, creo que es mejor que le deje llevarme al sótano del mercado, quizás podamos investigar más.

—Pero tiene una barrera ¿Cómo un humano normal y corriente podría atravesarla?

El chico removió sus hombros como si estuviera cansado. Pasó el peso de su cuerpo de un pie a otro. Su apariencia relajada desesperaba a Sakura.

—No lo haré yo, pero como tengo asuntos pendientes ahí me dejaran entrar. Si llevo al bello Sai me dejaran hacerlo. Pero lamentablemente no podrás entrar tú.

Sakura mordió su labio inferior frustrada ¿Qué decisión debía de tomar?

—Sakura-san, déjame hacerlo.

La muchacha resopló sabiendo que la decisión estaba tomada.

—Está bien pero te mantendré vigilado. Tenlo por seguro

Lo último lo dijo con una mirada amenazante a Takeo; sin embargo el chico simplemente asintió con una expresión extraña en su rostro.

Definitivamente tendría que usar todos los métodos posibles para cuidar de Sai. No iba permitir que algo le pasase. No iba soportar perder a nadie más.

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—Volverás a caminar muy pronto.

Aquella noticia debería emocionarle. Y quizás lo hacía pero mataba cualquier emoción que en su rostro pudiera mostrar, al sentir claramente el chakra del sujeto que estudiaban para que él pudiera vivir. Su presencia le era realmente fastidiosa. Y eso le preocupaba... comenzaba a volver a sentir, pareciera que no solo su cuerpo físico comenzaba a cicatrizar sino que también su  yo emocional comenzaba a despertar: volvía a sentir todo lo que un vivo podía...ira... alegría…emoción…tristeza... celos…

 

—Vaya, al menos pensé que esta noticia lograría animarte.

La sonrisa que Kakashi le había regalado hace un momento era realmente... ¿dulce? Obito no sabía cómo describirla;  pero podría calificarla de esa manera, solo que temía seguir dando adjetivos a las expresiones de kakashi.

—Bueno, ya que no estás muy conversador me retiro. Sabes... hay bastantes problemas..

— ¿Estas con él?—preguntó Obito intempestivamente.

Lo sintió… al parecer sus poderes estaban también restaurándose por lo que podía sentir el chakra de los que estaban cerca. Pudo sentir claramente una turbación en el de Kakashi y en el del sujeto que estaba detrás de esa maldita puerta... ¿por qué tenía que perseguir a Kakashi hasta allí?

—Obito…

Abrió los ojos sorprendido, su mirada era tan fría... nunca le había dedicado una así. Bueno quizás solo cuando se atrevió a pisotear los sueños de Naruto. Ahí sintió el odio de Kakashi pero sobre todo su decepción, así como su fortaleza.

—No te concierne…

Diciéndole eso, pareció volver a su expresión normal. Ahora que lo notaba, Kakashi vestía como ninja, no con las ropas sueltas que usaba debajo de la capa de hokage.

— ¿Pasa algo haya afuera? Pareciera que estás listo para una pelea.

Quiso cambiar el tema de la conversación.

—No en realidad, pero hay que estar preparados. En fin, debo dejarte, solo quería anunciarte eso. Shizune vendrá a atenderte y a ayudarte a hacer ejercicio. Debes de  dejar de estar inmóvil en esa cama antes del trasplante... al menos eso sugirió Orochimaru. No te preocupes, no permitiré que haga alguna tontería, Shizune es una gran médico y estará atenta tambien.

 

Obito sintió claramente el chakra de ambos marchándose de la casa de kakashi, dejándolo solo.

Una mano la llevo a su pecho, una especie de mescla entre ira y soledad se instauró. ¿Cómo podía necesitar o desear algo que nunca había tenido? Solo algo que se le había presentado en sueños. Solo un futuro que era imposible por sus propias decisiones.

Aunque a pesar de ello, y a pesar de haber rechazado ello, extrañaba que Kakashi se sentara a leer en silencio a su lado… Pero ya no sucedía… esperaba que solo sea por los problemas que seguramente había allá afuera… pero en el fondo de sí sabía que había algo más.

¿Que debía de hacer una vez que pudiese caminar y levantarse de esa cama?

Quería ver el mundo, pero no solo…

Sí eso era lo que quería, ver el mundo con nuevos ojos y no como Madara le había enseñado, como el odio y la soledad lo había hecho. Aunque todos esos ánimos cayeron cuando se dio cuenta que seguía estando solo.

Y lo entendió, el recuerdo de Rin fue lo único que le servía de paliativo en aquel infierno que vivió porque era cierto si lo hubiera dejado de lado, hubiera vuelto con su maestro y Kakashi...quizás… el mundo sería como en sus sueños y él podría curar esa rabia y esa vacío, porque eran cosas que solo el amor podían curar... el amor de…

Prefirió no pensar más en ello…en que hubiera sido si hubiera permitido que el amor de Kakashi le curara. ¿Podría aun hacerlo?

Por momentos quería creer que podía darse esa oportunidad, pero no aquí… quería ver más allá de la muralla de Konoha. Lo necesitaba.

 

Horas más tarde, Shizune ingresó para ayudarle a  ejercitarse.

Primero que nada, le hacía sentarse para que moviera los músculos de su cuello. Luego los de sus brazos de diferentes formas. Conforme los movía sentía que la sangre se movía más aprisa… se sentía vivo.

Luego las piernas que eran totalmente movidas por la enfermera.

Nunca hablaba con ella. Sabía que antes había sido asistente de Tsunade y que ahora ayudaba a la alumna de esta, pero nada más. Y realmente no tenía curiosidad de si ella lo odiaba que seguramente era así, pero tenía que preguntarle cosas.

—Disculpa... ¿Qué clase de problemas hay? ¿Es sobre Sasuke?

—Porque le interesarían. Yo lo veía bastante alejado del mundo.

Quiso no responder pero por la mirada de ella supo que debía de dar una buena razón. Con justicia, ella no confiaba en decirle algo.

—Es porque quiero saber si algo le ha sucedido a Sasuke y su hijo, después de todo ambos son los últimos Uchiha.

La doctora le miró con atención. Con aquella mirada analítica disimula el seguro desagrado que le tenía.

—Hasta donde sé ellos están bien. Su linaje se preservará.

—Entiendo.

 

Era evidente que no obtendría ninguna palabra más de ella, así que se limitó a hacerle caso en los ejercicios físicos que necesitaba.

Cuando ella se marchó se sintió con mayor energía. Quizás si podría realmente ponerse sobre sus pies e incluso tener la fuerza para usar ninjutsu otra vez. ¿Pero se lo permitirían?

¿Qué era lo que realmente deseaba hacer cuando tuviera poder de nuevo?

Sabía que no sería fácil enfrentar al consejo. Y que quizás Kakashi sea relevado de su cargo. No le agradaba la idea….entonces, debería ir pensando que hacer cuando el momento llegara.

 

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Ya pensaba que era extraño que Shibuki no le estuviera persiguiendo. Ahí le tenía nuevamente detrás de él. Recriminándole que no se haya presentado ante él para hacerle presente que había llegado a la aldea.

—Estoy seguro, que te informaron que había regresado.

—Aun así creo que merezco un mínimo de respeto, joven Sasuke.

Tenía razón, debía admitirlo. Aquel hombre era, después de todo, líder de la aldea.

—Me gustas, pero no puedo permitir que los demás pobladores piensen que me tienes en tus manos…aunque sea cierto.

 Aquella descarada frase le incomodó demasiado. No dijo nada al respecto, pero su mirada pesada le afectaba.

— ¿En verdad estas en mis manos Shibuki?

—Por completo

El azabache rió, observó a los ojos a Shibuki comprobando así que efectivamente le observaba con una especie de deseo fuerte y contenido.

—Pues no deberías. Soy un extraño para ti.

—Yo también lo soy y me dejaste a cargo de tu familia.  Podemos conocernos. Quizás descubras que siempre quieres quedarte a mi lado. Tú y tu hijo siempre serán bien recibidos, pero si me aceptas tendrás el poder de esta aldea a tu disposición.

Aunque le incomodara, el azabache se sabía atrayente y que podía manipular los sentimientos y deseos de los demás… lo había comprobado miles de veces. Tanto con conocidos como con extraños. En las últimas misiones había utilizado su atractivo a su favor si era necesario para no tener que utilizar todo su poder. Quizás no tenía el mismo carisma que Naruto, pero su atractivo era un arma que estaba dispuesto a usar aun ahora, tanto como fue antes. No entendía del todo porque algunas personas llegaban a amarlo, pero sí había llegado a entender  porque les resultaba atractivo. Con términos así  de tangibles podía trabajar y volverlas armas tan útiles...

Sin embargo, aquel hombre no le parecía del todo en sus manos. No debía confiar en él.

Volvió a su seriedad habitual.

—Shibuki, te agradezco por haber protegido a mi familia…

Llamar familia a Suigetsu y Juugo le hizo formar un tic nervioso en su ceja. Pero debía admitir ya que eran parte de sí mismo.

—Pero creo que esta conversación quedó zanjada.

—Te equivocas.

La mirada de Shibuki era seria también lo cual le inquieto.

—Es cierto que me gustas, pero ya que no me  das oportunidad de conocerte, de conocernos, quiero que me informes para que fuiste citado en Konoha. He recibido información de a que te dedicabas después de la guerra. Créeme que estoy enterado de tus crímenes anteriores. Pero los que cometiste sirviendo nuevamente a Konoha me dejaron impresionado. Quiero saber que planea La Hoja y la alianza... si va perjudicar aladeas pequeñas como la mía.

Sasuke cruzó sus brazos sobre su pecho. Le daba la razón de que tenía derecho a estar advertido de si estaba en peligro. Pero no era como si fuera revelarle exactamente lo se había hablado.

—Ya que estas enterado de mis actos como servidor de la Hoja y antes de volver, te diré que solo se trataba de ello y del consejo metiéndose en mi vida personal. Konoha es la aldea más poblada, sabrás que es muy diferente el control que el hokage puede ejercer sobre la población... y es más difícil de hacer cambiar a las personas.

Shibuki miro hacia otro lado y asintió. Por un momento pudo ver al jovenzuelo que salvaron hace tantos años aun cuando Shibuki en esa época era un adolescente y ellos solo unos niños.

—Sí lo entiendo.

Su mirada era suave, casi parecía que iba rogarle algo con sinceridad. Se sintió un poco conmovido.

—Espero que tengas respeto por el lugar que te ha acogido a ti y a tu familia. Te repito que eres bienvenido a quedarte cuanto quieras a irte ya regresar si lo deseas. Pero quisiera que así como te hemos protegido tú también lo hagas si lo necesitamos. Y que tengas el mayor cuidado a la hora de salir e ingresar en esta aldea. No quiero poner en peligro a mi gente.

Observó su mirada y como tal sabía leer,  está la transmitía verdad. Shibuki le estaba pidiendo gratitud y protección de ser necesaria. 

El líder también estaba enterado, seguramente, de lo que se comenzaba a cocinar fuera y temía porque una guerra sacudiera todo lo que había podido construir en aquel alejado y hermoso lugar.

Un lugar pequeño,  tranquilo, pacífico, comerciante de mente abierta, era casi un pequeño paraíso. No merecía que las demás aldeas le hicieran daño o que con sus estúpidas guerras los involucraran.

—Sabes que mi gente no...

—Shibuki, pensaba hacerlo de igual forma.

— ¿Protegerías este lugar?

—Sí lo haré de ser necesario.

 

No lo hacía por Shibuki ni por la población que tan bien se había portado con ellos, sino porque Akira merecía un lugar como este. A pesar del llamado de viajar y viajar, le gustaría tener un lugar como este a donde su hijo, Suigetsu, Juugo y él tuvieran dónde regresar.

Shibuki volvía verse como aquel hombre engreído de siempre. Al parecer le había creído, de todas maneras lo era. No iba dejar que Konoha se atreviera a involucrar este lugar por haberlo acogido. Estaba harto de que Konoha intentara intervenir en su vida. Quizás era un buen comienzo para renacer el clan Uchiha. Aunque no había planeado hacerlo de este modo... ¿Por qué no?

Observó a su hijo dormir sobre su peluche y sonrió. Sin duda Akira sería un buen Uchiha.

 Shibuki se despidió como siempre halagándolo, pero esta vez simplemente rodó los ojos. Estaba cansado de pedirle que dejara de halagarle. No le hacía ningún mal y mientras más rápido se fuera era mejor.

Cuando Shibuki se marchó resopló. Estaba en la puerta que daba su patio, y sintió la presencia de uno de los clones de Naruto. En realidad la había sentido cercana en todo el momento de la conversación

—Dime qué demonios haces espiando.

El clon de Naruto se dejó caer de manera silenciosa ante él. Simplemente resopló sabiendo por la mirada que tenía que realmente Naruto estaba molesto.

Todos estos días, el rubio parecía  con miedo a acercársele pero esta vez parecía dispuesto a enfrentarle. Y a exigirle muchas cosas... su mirada casi rojiza se lo decía.

—Supongo que escuchaste todo así que no tengo porqué informarte algo.

Naruto se dejó caer encima de él rápidamente, usando mucha de su fuerza. Pues Sasuke ni siquiera lo vio venir, solo termino atrapado entre Naruto y el suelo de tatami.

—Estamos dentro de tu casa, aquí nadie puede vernos.

—No me importa...quítate

—Naruto…. ¿estas consiente? O de nuevo se te metió tu antecesor…

—Estoy consiente ´tebayo!

Sasuke resopló e intentó calmarse, queriendo entenderle. Al menos intentándolo con todas sus fuerzas.

— ¿Estas celoso?

—Sí y que... le acabas de dar mucha confianza a Shibuki. Yo fui quien pidió tu asilo aquí y ahora él te ofrece quedarte por siempre... y en tu rostro vi...

Sasuke se removió un poco, pero dejó que Naruto siguiera encima de él. Realmente no le fastidiaba demasiado tenerlo encima, pero ver su rostro lleno de temores y miedos guardados le sentaba mal.

—Naruto... solo viste en mi rostro la verdad. Estoy sopesando su propuesta de quedarme aquí a cambio de proteger su aldea, lo cual es lo lógico sin será el hogar de mi hijo.

Y oh no… ese era el rostro que Sasuke quería evitar ver en su mejor amigo.

—No pensabas contármelo— le recriminó.

—Sino pensara hacerlo note lo estaría contando ahora... has estado raro

—Tu eres el que me ha estado mirando raro todos estos días... quería acercarme ti… abrazarte y hacerte esas cosas…

La mirada enfebrecida de Naruto, así como su rostro sonrojado le incomodaba pero de diferente forma a la que hacía la de cualquier otra persona.

 

—Es solo que he estado pensando y analizando mi situación Naruto. Viendo lo que más me conviene.

— ¡No voy a dejar que te vayas de mi lado otra vez! Así que espero que calcules eso también… no pienso hacerlo... otra vez no…

—Naruto no...

—No digas alguna tontería más. Yo me voy a encargar de todo, vamos a salir adelante y voy a poder gritarle al mundo entero que me perteneces.

— ¡Óyeme!

Pero no pudo continuar, Naruto descargó todo su peso sobre su cuerpo, dejándolo totalmente aprisionado contra el suelo. Era vergonzoso. A pesar de estar en el patio trasero de su casa, estaban casi al aire libre. Pero eso no parecía importar a Naruto quien le devoraba el cuello a besos mordidos y succiones... Esta vez no iba poder controlar a Naruto  ni limitarlo; este había excedido el límite de soportar su pasión y ahora iba descargarla con todas sus fuerzas sobre el cuerpo que deseaba.

— ¡Naruto! Mi hijo está  a unos pasos...suéltame... dobe pervertido.

Naruto rió de esa forma que le erizaba los vellos de su cuerpo.

—No hables como si tampoco quisieras... serás frígido con el mundo pero conmigo no lo eres.

Aquello había sobrepasado cualquier cosa. Sasuke consiguió dar la vuelta. Observó con mucha cólera a Naruto, pero el rubor sobre sus mejillas descartaba verdadero peligro para este, quien solo sonrió mirando a Sasuke de forma tierna. Con unas de sus manos acarició la mejilla de este mientras la otra trepaba lentamente por su cadera izquierda.

Definitivamente a Naruto le encantaba la forma de vestir de Sasuke. La ropa tradicional de Konoha le asentaba tan bien, y el clan Uchiha tenía ese gusto por vestirse así. En especial Sasuke que heredo esas formas de vestir de Orochimaru.

El rubio hizo un sello con sus manos y un clon apareció parado al lado de la pareja. Este miro al clon que estaba debajo de las piernas de Sasuke con recelo y envidia. Pero aun así cumplió con tomar a Akira en sus brazos y llevárselo a su habitación.

—Ya no hay ninguna excusa ´teba

Sasuke se sonrojó e intentó escaparse de sus brazos, pero rápidamente deshizo el lazo del obi que llevaba, haciendo que el haori que le cubría el torso se abriera, revelandole su piel pálida.

Finalmente la mirada de adoración de Naruto calmó cualquier inquietud e hipnotizo al azabache. Quien con suma vergüenza dejó que este diera vuelta, quedando nuevamente debajo de Naruto.

—Voy a matarte por esto…

—Si… claro...

Sasuke quería taparse los oídos porque estaba seguro que en muy poco tiempo iba a comenzar a gemir sin poder controlarse; además de que no quería oír los jadeos de Naruto así como el sonido húmedo que hacía su lengua al pasar por su piel, al succionar sus pezones…

Entre abrió un ojo y observó la mirada húmeda de Naruto. No solo le miraba con adoración sino con esa fuerza que le aseguraba que nada ni nadie podrían dañarle. Se sentía tan patético por sentirse derretir y dejarse llevar en aquella ciega confianza que Naruto le daba. Era como el sol en su máximo esplendor, cegándole, intimidándole, dejándole anonadado.

—Pero solo puedo ser ese tipo de sol cuando estás tú… supongo que es como el verdadero sol... Solo puede brillar así para su Luna. Su favorita, la que más ama y la que siente tan cerca y lejos a la vez.

Quiso decirle algo... del porque le estaba leyendo la mente pero ya no importaba. Extrañamente cuando estaban tan juntos sus conciencias se mezclaban.

Pero admitió  que Naruto era realmente el sol. Y él era el satélite que protegía una parte del sol, lo que él sol no llegaba a ver. Naruto era el sol de todos, así como el sol protegía todo un sistema, y daba vida sobre la tierra, Naruto era la esperanza de todos inclusos los seres más oscuros… No podría alejar a Naruto de sus protegidos…aunque quisiera hacerlo... la luna protegía una parte de los seguidores del sol pero la verdad es que quisiera su brillo solo para ella.

— ¡Ahh!

Sus manos  corrieron a su boca, pero no pudo evitar que de esta salieran sonidos indecentes.

Naruto pasaba su lengua por la línea del medio de su pecho, delineándola con esta hasta el ombligo donde metió en este su lengua, succiono un poco.

—Vas arrancarme la piel, idiota.

—No lo creo... hoy me siento demasiado ansioso por ti.

— ¡Cállate!

Sus besos eran sublimes, debía admitirlo internamente. Ahora Naruto le besaba y estaba seguro que nadie podría besarle con tanta entrega pero a la vez con tanto deseo de robarle el aliento y el alma. Seguro que si quisiera lo lograría. Hoy se sentía especialmente necesitado y entregado a Naruto... no entendía bien porque. ¿Sería el tiempo?

No sentía el frio de su patio. El cielo se teñía de matices anaranjados por el atardecer, pero el solo hervía por las caricias del rubio. Y ahora lo notaba, eran como el atardecer, justo estaban en una posición parecida... justo en uno de los momentos en que el sol y la luna estaban juntos en el firmamento.

Sasuke quería burlarse de sí mismo por observar el atardecer mientras Naruto le acariciaba con brusquedad. ¿En qué demonios lo estaba convirtiendo Naruto?

En el próximo beso hizo lo que la luna haría… dejar abajo al sol para emerger en la oscuridad: Sasuke quedó sobre Naruto quien le veía sorprendido, este le toco en las caderas sin saber si debía dar vuelta una vez más.

—Ni siquiera vayas a mencionarlo.

Y el rubio no entendió hasta que el mismo azabache bajó su cabeza para juntar sus labios en un contacto demandante.

—Espero que entiendas que eres mío Naruto, tu voluntad me pertenece.

—Lo hago.

Aquella declaración emocionó a Sasuke aunque no mostro mucho cambio. Este simplemente ayudó a Naruto a quitarse la playera que llevaba; así  como la camisa de red. Paseó sus manos por ahí, deleitando a Naruto quien cerró los ojos para sentir las caricias del otro.

Sasuke cerró los ojos también, quiso olvidar a todo... tenía que hacerlo sino quería dejar plantado a Naruto. Y no quería hacerlo, quería sentirse envuelto por su calor, pero también quería demostrarle tomando la iniciativa que no había dudas conforme a lo que sentía. Era algo contradictorio pues no quería aferrarse más a Naruto pero a la vez quería demostrarle que lo extraño que tenían era sincero… quería quitarle cualquier duda a Naruto de que nunca podría hacer algo así con otro hombre, al menos no deseándolo de verdad, tampoco con alguna mujer.

Tomo las manos de Naruto y las llevo a su espalda, este no desaprovechó y sin dudar acarició la espalda blanca con anhelo.

Mientras tanto, Sasuke bajaba sus labios, besando suavemente toda la piel bronceada del pecho de Naruto, acariciando con cierta tosquedad sus músculos. Naruto rió, pues los sedosos cabellos de Sasuke le hacían cosquillas pero sobre todo estaba emocionado de que este tomara tal iniciativa.

Naruto se asombró más cuando su azabache le abrió los pantalones y le ayudo a quitárselos. Realmente estaba sorprendido, pero también estaba feliz.

—Espera ´tebayo

Sus miradas se cruzaron y ambos se sintieron bajo un genjutsu. Siempre se sentían así cuando empezaban a intimar o al menos así había sido la primera vez que lo hicieron y esta. Quizás era porque aún no estaban acostumbrados.

Naruto empezó a bajarle el hakama a Sasuke... los nervios empezaron a carcomerle. De nuevo le parecía increíble que Sasuke se deja desnudar por él, que le dejase acariciarle y tocar su cuerpo con sus manos, lengua… Sasuke le tenía absoluta confianza lo cual encendía su amor. Sentía un sentimiento quemarle, por lo que tomó su rostro con fuerza pero delicadeza a la vez... era increíble que el tosco de Naruto pudiera tocar algo con cuidado y firmeza al mismo tiempo, para besarle lentamente. Fue un beso en el que ambos dejaron notar sus sentimientos, en el que ambos se entregaron por completo. Sasuke acariciaba las hebras rubias, mientras Naruto acariciaba sus mejillas y sus mechones largos, saboreando el poder juguetear con la lengua del azabache mientras sentía la suavidad del cabello negro de su amante.

Pronto Naruto bajó una de sus manos por detrás. Con esta mano acarició su espalda, hasta llegar al trasero del moreno. Sasuke trató de no darle importancia pero no pudo evitar dar un respingo cuando Naruto le apretó una nalga. Sintió el impulso de alejarlo pero se controló. Entendía que Naruto necesitaba esto e iba dejarle llegar hasta el final... Aunque también lo necesitaba.

En esos momentos por su cabeza no pasaba pelear por quien iba arriba, simplemente se dejaba llevar por lo que su cuerpo le exigía, por lo que su cuerpo quería sentir. No necesitaba controlar a Naruto físicamente pues esas miradas, esa forma de desearlo le confirmaba que verdaderamente el rubio estaba en sus manos, lo cual alababa su orgullo y le hacía sentir un gran calorcillo por todo su cuerpo: uno que no tenía nada que ver porque estuviera siendo estimulado por tres dedos en su interior o su apasionado beso.

Los gemidos de Sasuke eran inevitables de contener así como los jadeos del rubio. Ambos intentaban acallarlos con besos peor estos terminaban haciendo un coro aún más escandaloso.

—Sasuke... te necesito tanto… no vas a volver a irte ¿entiendes? Nunca. Tú y Akira son mi familia... son míos.

No pudo negarle algo a aquella mirada que exigía sumisión. Solo pudo dejar que Naruto le recostase, le abriera las piernas y se posicionara entre ellas. No quería ni pensar en lo evidente pasivo que se mostraba. Ya no importaba realmente, después de todo estaba cediendo, no es que Naruto en verdad pudiera doblegarlo… o eso quería pensar su razón.

—Naruto

Alzo sus brazos y los enrolló en la nuca del otro, recibió el beso de este, su pecho contra su cuerpo y su miembro en su interior, sus piernas también abrazaron al otro. Y  así ambos habían vuelto a unirse. Las embestidas empezaron  por lo que  Sasuke perdió total control de su cuerpo; este solo se movía según su necesidad, mientras de sus labios solo salían sonidos en los que invocaba el nombre del otro una y otra vez, por cada embestida que recibía.

Se apoyó en sus antebrazos y Naruto entendió el mensaje. Sujetó a Sasuke de las caderas y se impulsó hacia atrás, ambos terminaron envolviéndose entre brazos y piernas, sentados. Naruto tomo a Sasuke de su trasero y le impulsó, mientras sus labios buscaron el cuello de este para marcarlo a besos y succiones. Sasuke se aferró con fuerza y su cabeza que había sido girada a un lado se acomodó en el hombro de Naruto intentando tomar algo de oxigeno mientras sus uñas se enterraban en la espalda del otro

La primera vez que lo habían hecho pensó que el aturdimiento durante el sexo era por el alcohol ahora notaba que no tenía nada que ver, que realmente era el calor, el aroma y la fuerza de Naruto la que le aturdían por completo. Y que era eso justamente lo que necesitaba. Que Naruto le tomara con dedicación, con fuerza, que lo apretara contra su cuerpo en un abrazo casi mortal.

Y llegó, el clímax  que le llevaba a algún lugar de su inconciencia. En el que no pudo evitar morder a Naruto en su hombro para evitar gritar demasiado. Sus cuerpos se apretaron contra sí  y finalmente sintió a Naruto llenarle.

Naruto se dejó caer hacía atrás. Así que esta vez fue él quien quedo sobre el pecho de Naruto aun envuelto por sus brazos, con sus piernas abiertas a cada lado de las caderas del rubio. Quiso levantarse pero no tenía fuerzas en ese momento. Sin desearlo, se dejó caer dormido sobre el pecho amplio de Naruto. Recién en ese momento  notó que lo tenía bastante duro  y formado, con músculos que resaltaban bastante. Y que era evidente que el rubio era más grueso y musculoso que él mismo. No le importó, de alguna manera se sintió bien que ahora fuera el único en ver así a Naruto. ¿Quién diría que alguien podría ver al crio más hiperactivo totalmente recostado en el piso débil y cansado? Sasuke sonrió antes de quedarse dormido sobre Naruto. Quien al notarlo sonrió, observando sus hermosas facciones. Acarició sus cabellos y lo acurrucó más contra él.

No sabía que pasaría mañana o la semana siguiente, solo estaba seguro que no dejaría ir a Sasuke de nuevo. Todo lo que habían sufrido y se habían herido quedaba en el pasado, hoy había decidido su prioridad, aunque claro, jamás abandonaría  los suyos. Sasuke y Akira eran especiales. Y no iba permitir que le arrebataran su familia o que esta se viera sacrificada; así como una vez su padre decidió él también lo hacía y no dejaría que las personas que quería... no solo Sasuke y Akira sufrirán daño.

Usó  su tele transportación y ambos dormitaron sobre el futon de Sasuke, aun como habían terminado en el primer piso.

 A la mañana siguiente fueron despertados por el sobresalto de Naruto, lo que causó que el azabache despertara igualmente.

— ¿Qué sucede?

Naruto solo resopló. Al parecer no era nada grave;  Naruto, aun así, se paró rápidamente, sacó dos yukatas del armario del azabache y le lanzó una a este. Quien le miro en pregunta. Pero antes de que Naruto le respondiera pudo leerlo desde su mente. Ni siquiera se asombró de ello, solo tomo la yukata y se la puso lo mejor que pudo.

A los segundos, Suigetsu abría la puerta seguido de un Juugo que cargaba a Akira. Quien al verlos quería saltar hacia ellos.

— ¡Sabía que tenías algo sucio con este rubio!

— ¿Y?

—Suigetsu, no digas alguna tontería- juugo quiso intervenir

— ¿Cómo puedes ser tan descarado?

— ¿Acaso te importa con quien me revuelco?

— ¡No digas tonterías! Pero no puedo creer que te revuelques con él cuando Karin solo lleva un año y pocos meses de muerta. Estoy seguro que llevas con este desde hace un buen tiempo.

Sasuke se paró, sintió que algo descendía de entre sus piernas pero presionó lo suficiente como para que nada lo avergonzara más.

Sin embargo Naruto se puso delante de él enfrentando la mirada enfurecida de Suigetsu.

—No voy a permitirte que juzgues a Sasuke. Tú sabes bien qué tipo de relación llevaban él y Karin-san. Yo la respeto

— ¿Follandote a su marido?

—Pensé que ya lo sabías. —Interrumpió Sasuke.

—Lo sabía, pero quería hacerme el estúpido. Realmente no tengo nada en contra de que dos hombres se revuelquen…me da igual e incluso me parece divertido e interesante. Hemos visto de todo con Orochimaru, nada puede asustarnos. Pero…—Parar sorpresa de los presentes el rostro de Suigetsu dibujó un gesto triste, su voz se había apagado, parecía estar conteniendo diferentes emociones dentro suyo— no puedo creer que no respetes la memoria de Karin. Ella fue tu esposa, la señora Uchiha, y la mujer que te dio a Akira.

—Y la mujer que tú amaste ¿no es así Suigetsu?

Sasuke podía ser bastante cruel y esa mirada burlona era la muestra de ello.

—Pero fue mi esposa... y Akira es mi hijo. No te metas en mis asuntos.

— ¡Sasuke!

Ante el grito de reprensión de Naruto, Sasuke recuperó un poco la compostura. Realmente le fastidiaba  verse avergonzado. Sin embargo, sabía que Suigetsu merecía ser escuchado y darle una respuesta. Seguramente para él había sido tan difícil o más perder a Karin.

—Tienes razón. Yo en verdad quería Karin pero no tuve el valor para decirle algo... era muy orgulloso ¿Cómo una mujer como ella podía gustarme? Pero no te seguía por ella... eso te lo puedo asegurar. Tenía mis objetivos y lamentablemente terminaste ganándote mi respeto y lastima por todo lo que pasaba

—No quiero tu lastima Suigetsu…

—Sasuke-san, cálmese.

El azabache observó a Juugo. Se dijo a sí mismo que debía de controlarse. No quería hacerles daño ni a Juugo ni a Suigetsu pero claramente le estaba tomando toda su paciencia de por vida. No amo a Karin pero tampoco es que le agradara oír cuanto amo a su difunta esposa.

—No, Sasuke, ya no tienes mi lastima, quizás otro tipo de sentimientos…—murmuro finalmente- Pero no puedo... sé que no la amaste pero un mínimo de respeto…

A diferencia de lo alterado que estaba al principio parecía que había encontrado la verdad dentro suyo y esas últimas palabras eran una súplica... un “té entiendo, pero me duele”.

Finalmente el peliblanco giró hacia Akira, observó sus cabellos rojizos iguales a los de la mujer que amo y suspiró. Hubiera querido que ese niño fuera suyo.

 

—También es tuyo... Suigetsu...- La voz que salió de los labios del ex vengador fue un murmullo tan suave que si no fuera por el silencio hubiera parecido como el sonido del viento.

Todos los presentes estaban sorprendidos por las palabras de Sasuke. Este evitaba la mirada de cualquiera, se sentía avergonzado pero creyó que era conveniente ser sincero, mostrar un poco de debilidad ante esos dos no era tan malo.

—Lo has protegido con tu vida y lo seguirás haciendo...también es tuyo…. —Murmuró nuevamente mirando hacia otro lado. La sinceridad le era dañina al parecer pues su corazón estaba un poco acelerado.

— ¡Sasuke!- exclamó sorprendido Suigetsu ¿puedo abrazarte?

Y de nuevo ahí estaba el rostro sonriente en Suigetsu. Parecía que finalmente era algo así lo que quería escuchar. O al menos esa frase le hacía sentir mejor. El pelinegro se sorprendió agradecido de que su compañero mostrase su vivacidad de nuevo.

—No, ni te atrevas, acercárteme Suigetsu ¿no que me tenías asco?

Suigetsu sonrió con una sinceridad que era un poco difícil de ver, pues era una sin exageraciones, solo mostraba lo que sentía ni más ni menos.

—La verdad es que si me enfurecí de que ya estas con otro cuando ella lleva poco muerta, pero… ella te amaba y quería verte feliz… ella realmente te amaba, Sasuke.

—Lo sé

—Pero sé que la respetaste en vida y que ibas a estar con ella.

Sasuke asintió.

—Solo que aún me va costar verte con este idiota. Karin te quería feliz ¿pero tenía que ser con él? Digo… si ibas volverte la mama de Akira pudiste elegirme a mi o a Juugo como papa y...

Finalmente Suigetsu volvía con sus comentarios bromistas. Sasuke se sentía avergonzado nuevamente por el término de “mama” pero a la vez se sintió aliviado de que el peliblanco le aceptase a su manera.

 

—Óyeme.... maldito boca de tiburón

— ¡Lárguense todos de mi habitación!- interrumpió el azabache la queja del rubio. Ya que todo parecía volver a la normalidad, le urgía estar solo por lo que tenía que cruzar un par de palabras a solas con el peliblanco.

Juugo puso en brazos de Suigetsu a Akira y con la mirada le pidió a Naruto que los dejara solos. Este no quería. Sasuke estaba semi desnudo… ¿Cómo iba a dejarlo solo con Suigetsu? Pero la mirada de Sasuke le indicaba que era lo que quería.

Salió y cerró la puerta pero se quedó atento a cualquier cosa que sucediera.

—Suigetsu... ¿vas a seguir protegiendo a Akira?

Suigetsu rio nuevamente, se acercó a Sasuke y le tendió a Akira, este tomo a su hijo con nerviosismo pero con cariño. Sin darse cuenta le había dedicado una sonrisa al pequeño, respondida por este de la misma manera. Al darse cuenta de lo que hacía le dirigió una mirada amenazante  a Suigetsu.

— ¿Cómo siquiera puedes dudar? Eres un líder muy desconfiado y cruel, Sasuke.

— ¿Ósea que ya me consideras tu líder?

— ¿Más menos?

—Suigetsu, yo respete a Karin y ella fue la mejor mujer que pudo darme un hijo. Sabes cómo sucedieron las cosas entre ella y yo…

—Es extraño que des explicaciones. Por lo cual te cedo a ti y al rubio la cortesía de la duda, pero de vez en cuando les mirare mal si están por ahí demostrando su legendario amor en medio del patio

Sasuke se sonrojó... ¿desde cuándo estos dos los habían visto?

—Y no te preocupes, Sasuke... sí quise a Karin pero…

Su mirada intensa y juguetona le asustó un poco, pero, luego esta cambió a una tierna… era extraño ver a Suigetsu mirar algo con ternura y alegría. Pero era obvio si era el hijo de la mujer que amo.

—Este pequeñín también es mío así que tú y yo somos sus papas y Naruto y Juugo los padrastros o tíos...

— ¡Suigetsu! Ahora si lárgate... ya entendiste

—Si…si sé que tu amor con ese es legendario y todo, pero lo que sí espero es que sigamos siendo Taka y que por sobretodo y cualquiera este Akira.

—Es así. Seguimos siendo taka y al parecer no podré deshacerme de ustedes tan fácilmente – resopló

—No, no podrás

Sasuke sonrió divertido y sintiéndose un poco reconfortado. La verdad no hubiera querido tener que enfrentar el repudio en Suigetsu. No es que realmente pudiera hacerle algo, pero lo aceptaba... los estimaba y su opinión era importante... habían vivido tanto juntos más de lo que había vivido con Naruto o el equipo 7. Ellos nunca lo juzgaron, y no quería que lo hicieran.

—Bueno es obvio que tú eres el sumiso y la mama así que porque no soy yo el papa... te acuerdas esa vez cuando fuimos al país de las olas y un mercader pensó que eras un chico de compañía … se lo contare a Akira cuando crezca ...ahí pero si están bonito como tú no permitiré que…

—Suigetsu… suéltame de una maldita vez

Suigetsu mientras hablaba se había ido acercando a Sasuke hasta pasarle un brazo por los hombros de forma amistosa.

En ese momento, Naruto abrió la puerta, y observó a Suigetsu con los ojos de Kurama.

—es mío…

—Yo lo vi primero

—Fui yo…

Parecía que una nueva disputa se hacía camino entre los dos sujetos que más le irritaban.

—Lárguense los dos... necesito un maldito baño.

—Pero…

El azabache les dirigió su mirada más autoritaria. Dio un beso a su hijo que dormitaba y se lo entregó a a Suigetsu quien se sorprendió, mientras que Naruto observaba molesto.

—Porque confió en ti, idiota.

Suigetsu sonrió y se llevó a Akira de la habitación de su padre. Naruto le siguió de cerca. Juugo se quedó esperando las órdenes de Sasuke

—Juugo cuida de esos tres... Suigetsu y Naruto son un par de idiotas y con Akira son muy posesivos.

—Por supuesto.

Diciendo ello y confiando plenamente en Naruto Suigetsu y Juugo, se alistó para tomar un baño largo. Había quedado con los músculos agarrotados después de lo de ayer.

Cuando finalmente estuvo listo su baño se sumergió todo lo que pudo y se dejó descansar.

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Sai caminaba detrás de Takeo y un hombre al que ese muchacho le había escrito. Claro la nota había sido revisada por el mismo Sai. Aquel hombre que les guía por el mercado negro era de aspecto robusto,  no tan alto, barbudo, sin duda en una pelea normal sería bastante difícil de tumbar, pero no detectaba señal alguna de chacra. Katsuya tampoco. Sakura le mantenía vigilado a través de su babosa, que estaba entre las ropas de Sai, siendo tan pequeña no podría ser detectada o al menos eso esperaban. Sakura se había negado rotundamente a dejarlo ir sin poder mantenerlo vigilado.

De vez en cuando, Takeo giraba levemente su cabeza hacia Sai dedicándole una mirada que cualquiera diría era descarada, pero que Sai simplemente dejaba pasar, manteniéndose alerta a cualquier peligro.

 Al fin llegaron a aquella zona en la que sus espías de tinta no habían podido ingresar. El hombre recito algo bajo y de repente la barrera tembló por lo que pudieron ingresar.

Un largo pasadizo de escaleras abajo les recibió. Comenzaron a caminar, paso a paso. Pronto comenzaron a  escuchar voces y el tradicional ruido que una multitud entre vendedores y compradores.

Sus ojos finalmente pudieron llegar al final. Era una estancia alumbraba a electricidad pero que mantenía un tinte de misterio, pues  todo se veía limpio, se parecía mucho a los pisos superiores. Lo único diferente era que las personas ahí acordaban, regateaban precios de armas y objetos que nunca había visto. Además de sustancias que no alcanzaba a entender que eran. Unas parecían medicinas, otras no tanto. Pero lo que más le sorprendió es que también se comerciaban personas. Aquello le dejó tan impresionado que estuvo a punto de dar pasos hacia tras, pero Takeo le tomó del brazo y le detuvo de alejarse.

“No seas tonto, te descubrirán” “Además no me digas que siendo shinobi nunca has visto algo igual”.

No podía negarlo, como ambu había desbaratado organizaciones como esta, pero la forma en que vendían, como si fuera un arma más era un tanto extraña… era lo mismo pero verlo en un estado tan natural resultaba chocante.

Takeo jalo su brazo por todo el recorrido. Se había presentado ante el hombre como un comerciante e intermediario en busca de medicinas a más bajo precio para una aldea pequeña.

Parecía que realmente el fin de la guerra había hecho florecer negocios como este, según le había dicho Takeo.

Paso por el costado de un grupo de mercenarios que ponían en venta sus servicios... sintió sus chakras… muchos eran ninjas. No podía saber con exactitud de donde eran. ¿Por qué parecía que había más mercenarios que antes?

Finalmente llegaron ante algún conocido del hombre robusto que los guiaba. Un anciano calvo les atendió. Este les  hablo en una lengua que a cualquiera sería extraña pero que él conocía. Era una que había aprendido en su entrenamiento como ambu raíz que las organizaciones criminales usaban para el comercio, que los ambu raíz de Konoha habían logrado descifrar y aprender a base de muchos hermanos caídos. Pero que ahora se pasaba de generación en generación

“Dice que quiere medicinas para una aldea pequeña, por su color de piel y sus movimientos yo creo que se trata de un lugar no tan pobre...quizás una de las que han sido desplazadas en comercio por las 5 grandes... enséñale las más básicas y quizás le interese los venenos”

El anciano le hablo en la lengua normal pero sin dejar de usar un tono que delataba su cuidado y que le analizaba plenitud. Extrañamente cada vez que no se le venía algo rápido a la mente, Takeo relajaba el ambiente y hablaba por él, apoyándolo. Le enseño un catálogo de medicinas con las que Konoha contaba ampliamente ¿acaso habían aldeas que en verdad venían hasta estos lugares a buscarlas a precio menor? Pero si estaba seguro que Sakura o Shizune podían secretarlas… y entendió que la situación alrededor de las 5 naciones estaba empeorando. ¿Sería que las otras cuatro naciones estaban monopolizando y empobreciendo a las más pequeñas?

 Takeo intervino dando a denotar que estaban interesados en especie de venenos “Ustedes saben, siendo una aldea necesitamos defendernos de alguna manera”. El anciano sonrió, Takeo mostraba un rostro que Sai no le había conocido cuando este se había acercado a él como una artista a otro.

Y revisó en busca del veneno que quizá habría matado a la esposa del Uchiha. Pero no lo encontró seguramente no sería algo tan barato ni fácil de pedir.

—La verdad es que nos han dado un dato…. Quiero un veneno especial que no deje rastro. Soy conocedor de estos y descubrirían el acto rápidamente.

—Entonces no creo que sea para defensa.

Sai intento copiar lo mejor que podía la expresión de Sasuke enfadado que usaba para amedrentar a quienes se le oponían durante las misiones.

—No le incumbe para que exactamente la usemos ¿no es verdad?

—Bueno… tanto como que  nos incumba, no, pero necesitamos datos de que en que cantidad la quiere y en que dosis... tenemos venenos que con solo entrar un poco a la vía intravenosa está asegurado el trabajo…pero usted dirá de cuanto dispone.

Vio hacia Takeo pidiendo muda ayuda. Se sintió un poco impotente por ello.

—Viejo, solo dinos si tienes un veneno que no sea fácil de detectar. Este cliente aquí presente es confiable, sabes que yo no traigo a cualquiera.

El anciano giró su mirada hacia el hombre robusto guía y asintió. Abrió la puerta del negocio y les invitó a seguirlo. Caminaron hacia la parte trasera de la tienda donde había cajas de productos muy bien colocadas y ordenadas. A un lado había un escritorio con cajones. De uno de estos saco una caja robusta de madera gruesa. La abrió y la mostró. En ella había múltiples frasquitos con líquidos de diferentes colores.

—Todas esta cajas que ven contiene sustancias, pero que ni combinadas podrían hacer tanto daño como alguna de estas.

Ambos jóvenes abrieron los ojos impresionadas por las palabras del hombre.

—No voy a darles exactamente una descripción de cada una, díganme exactamente para que la quieren y se las daré, les aseguro que cualquier trabajo esta garantizado con un poco de estas.

—Los precios, viejo... antes que nada.

—Chico, los precios solo se los digo cuando me digan para que exactamente lo quieren.

Takeo observó a Sai quien entrecerró los ojos, pensativo. No podía describir exactamente lo que había asesinado a Karin o quizás supondrían que todo esto era una farsa.

—     Quiero algo lo suficientemente fuerte para asesinar a alguien poderoso.

El viejo sonrió malévolamente

—No me digas que es una venganza de amores o venganza de poder ¿es contra un kage?

—No tiene por qué decirte más, viejo, estas muy curioso.  Con ninguno de los que te traigo preguntas tanto. Solo dale lo que pide.

—Y con ninguno de tus clientes. Takeo, lo proteges tanto ¿estás interesado en este?

Takeo pareció retroceder en su actitud, por lo que dejó de sonreír y se mostró serio.

—Sabes que a mi acuden primeramente en busca de consejos.

—Takeo, te aconsejo que no te involucres demasiado en las venganzas de tus clientes.

—Dígame cual haría efecto en una persona de sangre resistente.

El anciano señalo un líquido transparente en aquel cofre.

—Mientras no quieras asesinar al kazekage o a cualquiera de los héroes- menciono con burla- hará efecto. Te lo aseguro a vencido a personas de sangre importante.

—Su nombre

—No tienes por qué saberlo. Confía en mí y en Takeo

— ¿Qué garantía tengo que funcionara?

—Absoluta….

— ¿Y si solo es agua y regreso y han desaparecido?

—No te preocupes….

Y lo sintió: alguien se le venía encima. Jalo a Takeo y se fue hacia un lado evitando que una navaja con algo cayendo de ella le atravesara y posiblemente le matara.

—Takeo… tus ojos brillan demasiado. Has caído con este joven ¿o que tan importante es para que abandones todo aquí?

Takeo no contestó. Sai no iba a esperar a que contestara, lo jaloneo para salir corriendo de ahí, pero aquel hombre no iba a dejarlos ir tan fácilmente. Otros hombres iguales o más robustos que el anterior le persiguieron.

Sin darse cuenta, en todo el camino no soltaba a Takeo. Solo lo notó cuando se dio cuenta que no habría otra solución más que usar sus poderes. Llamo a un ave de tinta e hizo subir a Takeo junto a él, sobre el ave,  intentando atravesar toda la multitud. Estaba acabado como espía ene se lugar.  A pesar que no usaba su apariencia completamente igual a la verdadera. Sus poderes estaban siendo evidenciados.

Estaban cerca de alcanzarlos pues no era un lugar muy alto como para tomar esa ventaja. Mientras el ave de tinta avanzaba, intentaba defenderse con su kunai e invocar otros animales que detuvieran a los que  se les venían encima. Takeo hacía lo suyo defendiéndose con un arma que había escondido entre sus ropas. Hacía tiempo que Sai no sentía tanta adrenalina de sentirse acorralado de esa manera.

Intentaba no asesinar a nadie, pues no quería repetir alguna de las últimas masacres que había tenido que presenciar junto a otros ambu.

Sin esperarlo,  la tierra comenzó a temblar fuertemente. Aquello asustó a todos incluso a sus perseguidores, quienes incluso comenzaron a desesperarse por buscar una salida. Aprovechó el pánico y comenzó a salir de ahí a toda velocidad.

Al parecer la barrera había sido retirada para que todos pudieran huir de movimiento telúrico que se hacía cada vez más fuerte y peligroso. En los rostros de todos observaba la certeza de que morirían. No era para menos pues los techos de los pequeños puestos caían, dañando y golpeando a algunos. Incluso el viejo que no dejaba de perseguirlo, cayó, seguramente doblándose la pierna. No quiso pensar en ello.

Observóa su lado y el cuchillo que Takeo cargaba estaba totalmente cubierto de sangre así como unas chispas de aquel líquido vital estaban sobre su rostro. Y en su mirada se encontró a sí mismo hace muchos años.

Volvió su atención a su ave.  Usando más de su chacra aumento la velocidad, pasando por sobre las cabezas de todos quienes ya rezando por su vida se habían puesto de rodillas. Otros se arrastraban buscando poder llegar a la puerta pues al parecer había varias pero todos siempre permanecían selladas con una barrera que ahora estaba liberada.

Sintió el aire a su alrededor, pero no era puro muchos olores, no solo corporales le impregnaban el olfato, dañándoselo.

— ¡No respires! Por el movimiento muchas sustancias raras se deben de haber soltado.

Hizo caso a Takeo, e intento cubrirse la nariz con su bufanda. Los cabellos de ambos se movían al lado opuesto de ellos, Y finalmente vieron la luz a las puertas.

El ave no paro cuando salió del sótano del mercado negro sino que salió disparada hacia donde Sai recordaba estaba las enormes puertas de salida.

Ahí todo estaba desocupado... obviamente tenían más posibilidades de escapar y aun así veía con indiferencia como algunos se habían desmayado o caído por la desesperación.

Salió de lugar y el ave emprendió el alto vuelo. Fueron hacia las cercanas colinas donde Sakura debía de estar. Estaba seguro que ella era la causante de tremendo temblor.

Y lo era, no paro de hacerlo hasta que supo que Sai ya estaba en el cielo seguro.

Cuando llegó, ella no pudo evitar lanzarse a sus brazos y apretarlo contra sí con una fuerza que no debería usar en un compañero.

—Sakura...

Ella se separó respirando tranquilizándose, sabía que ha había podido salvar a Sai.

—Lo trajiste

El tono de la muchacha a Sai le pareció bastante agresivo.

—Nos estuvo ayudando y lo iban a matar pues lo descubrieron

— ¿Cómo sabemos que él no está detrás de todo y que eso no fue una farsa y los previno?

—No podemos estar seguros...

—No, lo llevaremos a Konoha y dirá todo lo que debe de decir ante Ibiki y si es necesario ante él.

La sonrisa de Sakura era bastante maliciosa, pero Takeo no se perturbaba, le respondía la mirada con fiereza.

Sai invocó a sus lianas y estas envolvieron a Takeo pues era riesgoso dejarlo moverse, en ello Sakura tenía razón. Takeo le observó con una mirada nada agradecida.

Sakura les informó que ya se había contactado con Kakashi y Naruto, que el rubio pronto mandaría uno de sus clones a recogerlos en el puerto, pero que debían de empezar a moverse y salir de la aldea de la primavera. Lo malo era que estaban seguros que no habían descubierto todo.

—Sai…

Sai se acercó a Takeo y este le tendió algo que había protegido entre sus ropas. Era una de las botellitas.

—Espero sea la que buscas.

Sai quiso agradecérselo, pero ante la mirada amenazante de Sakura solo hizo un asentimiento. Convocó a un ave más grande y subió a Takeo amarrado y tanto Sakura como él también. El vuelo inció a toda velocidad, sobre volando a gran altura la aldea de la primavera. Vieron por última vez el castillo donde debería estar la princesa, pero a la que ya no podrían recurrir.

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Sasuke sintió el chacra de Naruto venir, pero simplemente suspiró tranquilo: de nada servía evitar que hiciera justamente lo que hizo…darle un abrazo por  detrás.

Lo malo de ello, era que Naruto aprovechaba, para acariciarle todo el vientre y pecho, además de enterrar su nariz sobre sus cabellos y apretarlo fuertemente hasta que el mismo Sasuke se separaba yo le jalaba de la oreja pro pasársele la mano en aquellos tocamientos.

— ¡Duele, Sasu!

—E insistes en llamarme así

Se separaron, pero Naruto le tomo nuevamente de la cintura para besarle y solo porque sabía que era el Naruto real el dejó hacerlo.

— ¿Porque lo hiciste con un clon mío?

Sasuke quiso reírse al ver esa expresión de niñato malcriado que Naruto puso al reclamarle pro haberle sido infiel

—Naruto es un clon tuyo. Es como si lo hubiera hecho contigo... lo estaba haciendo contigo

— ¡No es lo mismo! ¿Sabes lo frustrante que es saber que lo están haciendo y que yo solo pueda recibir información?

Sasuke supuso que si estuvieran al revés él también se pondría celoso. Nadie podía estar con Naruto, ni siquiera un clon suyo. Sin embargo no se lo diría.

—Carece de importancia... para mi eras tú y punto

—Pero...

— ¿Te han dejado venir hasta aquí solo por ello?

Dudaba mucho que después de las advertencias de Kakashi, Naruto viniera en persona solo para reclamarle algo así. Claro, para Naruto era importante pero Kakashi no se lo permitiría.

— ¿Tiene que ver con el caso de Karin verdad?

Era fácil leerle peor extrañamente cada vez que lo hacían le era aún más fácil.

— ¿Encontraron algo o alguien?

—Alguien... hay alguien que nos puede dar información, además que parece que Sai y Sakura-chan encontraron y trajeron el veneno…

Naruto solo pudo ver la pared siendo rota por el puño de Sasuke. Sin duda había sacado lo peor del azabache.

 

Notas finales:

Nos vemos!!!!


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