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Hijo de shinobi por kaoryciel147

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Notas del capitulo:

Hola!!! pues aquí trayendoles el nuevo capitulos, gracias por sus comentarios y animos, asi que aqui les traigo el nuevo capitulo para su disfrute y  bueno espero sus comentarios , dudas y cualquier apoyo...Vamosa ir desempovando regiones que antes nos habían mostrado en ovas o en peliculas de Naruto, sobretodo en las que apreció Sasuke. Debo decir que el mundo de Naruto es bastante amplio. Bueno, en este capi tambien ahondamos en la otra apreja yaoi del fic Obikaka porque sí aquí esta vivo o mas bien ayudaron a traerlo ala vida!!!!! Me deslocó y me hizo repensar un apr de cosas los nuevos capis del manga, peor buenoa darle simplemente, despues de todo es mi interpretación y no sé que hará Kishi con el final, quizás modifique algun par de coas de las pensadas tambien con vuestra ayuda..que tan moderna creen qeu sea Konoha??? osea todas aprecen tener uan esencia diferente no?? peor la kayoría responden a a una semi moderndiad antiguedad, según jugada del autor. Las actualizaciones, creo yo serán probables de jueves a domingo de cada semana o cads quince días, dependiedo, cualquier duda por mif acebook o twitter!!!!! 

Capitulo tres: Los tengo a ustedes

Fue solo un simple cuchillazo, un simple ataque cometido por un arma cualquiera, por un sujeto cualquiera, en un momento cualquiera. Karin caminaba con su hijo en brazos. Ya podía desenvolverse más que bien y su bebe parecía agradecerle el poder salir a pasear pues el pequeño sonreía y emitía ruiditos agradables que enorgullecían a la joven madre.  Sakura la acompañaba,  al igual que Suigetsu y el clon de Sasuke les seguía de cerca y con todo ello no sospecharon mínimamente un ataque de ese modo.

No fue un infiltración ni mucho menos un ataque frontal. Ni siquiera fue hecho por un adulto. Se dice que una mujer baja la guardia cuando ve a otra mujer; es cierto, completamente cierto, pero sobretodo una baja aún más la guardia cuando es una mujer embarazada. Uno piensa en estas como los seres más inofensivos del mundo. Sakura, Suigetsu y el clon de Sasuke simplemente olvidaron que la esencia más antigua de ser ninjas es el de infiltrarse, el de pasar desapercibidos. Sakura olvidó que una de sus lecciones básicas de niña fue cortar flores y saber hacer arreglos florales para hacerse pasar por una civil cualquiera. Suigetsu se porto amable con la muchacha con un vientre abultado, incluso le cargo las bolsas y esta sonrió, para luego esta se acercase al bebe de Karin. Sin embargo, algo advirtió Karin que nadie más lo hizo por lo que entregó su bebe a Sakura de inmediato. No fue en sí su sentido de oler el chakra sino su sentido de madre.

— Me gustaría que la esposa de uno de nuestro horrores revisara mi bebe.

Karin pareció nerviosa y confundida,  aquello alertó a Sakura y a todos su guardias, pero  fue tarde la mujer la acercó con una jaloneada y el delgado cuchillo casi como una simple punta embardunada por alguna toxina se enterró en el lugar en que Karin había albergado a su bebe. Las capas de kimono son engañosas, se puede guardar tantas cosas entre ellas y sus mangas. La muchacha no se preocupó por el bebe pues de inmediato se tele transportó dejando atrás aquella vestimenta de embarazada. Sakura ni siquiera pudo hacer algo por detenerla, simplemente se agachó con el bebe en brazos mientras Karin susurraba el nombre de su bebe. Sakura intentó curarla pero aquel veneno le resultaba desconocido, intentó movilizarla pero ella negó, sabía que su cuerpo estaba dejando el mundo de los vivos y dejaría huérfano a su preciado tesoro.

Fue solo dos segundos pero esos bastaron para que Karin pudiera ver al Sasuke real, a su lado con aquella expresión en su rostro, con lagrimas detenidas, era hasta bizarro ello, era increíble. Solo pudo sonreír por que al menos sabía que se llevaba el aprecio de Sasuke por darle un hijo. Él le tomo la mano y beso esta, antes de acercarse a sus labios y besarlos. Karin acercó a Naruto que estaba su lado y pidió

— Ahora son tuyos, protégelos.

Naruto supo que la pelirroja no solo era buena detectando chacras. Simplemente asintió ante tal pedido. Aun estaba un poco perdido. Algo en su interior reía maquiavélicamente, algo se regocijaba oscuramente, pero su lado de amor puro lloraba con Sasuke. Había un algo que le decía “ahora son tuyos” y había otro que le gritaba y reclamaba “siempre lo quisiste” y otro “nunca te corresponderá de todos modos” “la muerte de ella va a matarlo”

 

Sasuke no permitió que alguien más que él, Taka y Naruto estuviesen presentes en la ceremonia de despedida a Karin.

Nadie podía creer lo que sucedía, pero de pronto Sasuke pareció volver a la realidad y comenzar a gritar a Suigetsu; terminaron peleándose y con un par de confesiones fuera de lugar por parte de Suigetsu, el cual terminó marchándose del recinto. Karin Uchiha terminó siendo enterado en el panteón del clan como una legítima señora.

Sasuke tomó a su bebe de los brazos de Naruto sin verle a los ojos y se marchó del panteón, para dirigirse a su casa. No dejaba que nadie más cuidara de su hijo, solo él o Naruto. Si antes era paranoico ahora lo era el doble con su bebe que ajeno a todo lo sucedido, se sentía inquieto por el repentino estado de animo de todos; ante cualquier sobresalto lloraba, extrañando el calor que el cuerpo de su madre le daba.

Unas semanas después,  Naruto veía como el azabache se consumía en una crisis sin precedentes, no pensó que la amara tanto. Lo veía dedicado a su hijo, pero descuidado consigo mismo; entrenando silencioso en su recito propio, cuando él cuidaba del niño. No aceptaba ni guardias  ni ningún tipo de escolta, desconfiaba de todos a su alrededor. No había querido siquiera que revisaran su hijo en el hospital. Y entonces sucedió lo que supuso iba a pasar.

— ¿Qué demonios pasa ’tebayo?

Juugo era quien cargaba a Akira, quien al ver a Naruto extendió sus brazos hacia él.

— Sasuke decidió irse de Konoha y estamos de acuerdo con él.

—Así es, vendimos todo lo que tenía para tener dinero. No sabía que tantas fueran sus posesiones.

 

Al pasar los días, Sasuke admitió de nuevo a Suigetsu junto a él, dándose cuenta que Suigetsu nunca le traicionaría y menos a  Akira que era hijo de la mujer que amo. Además necesitaba de ellos si quería echar a andar su plan sin que Naruto lo notara hasta el momento.

 

El rubio no dijo nada, simplemente dejó a Akira de nuevo en brazos de Juugo que moriría antes de que le pasase algo al niño.

— ¡No voy a permitir que te marches, Sasuke! No de nuevo... este es tu hogar y el de Akira.

No lo había notado pero ya no había nada en los aposentos de este.  Y Sasuke estaba vestido con una yukata azul marino un hakama del mismo tono sin ninguna distinción y de una tela bastante corriente, a diferencia de la ropa que usualmente portaba que resaltaba, en mente de Naruto, sus formas y su nívea piel. Sin responderle, Sasuke se poso encima un haori. Y ante la mirada sorprendida de Naruto, tomó unas tijeras y se dispuso a  cortarse sus mechones típicos.

Corrió a impedírselo, solo Kurama sabía cuántas veces  había soñado tocando aquellos dos mechones que siempre acariciaban el rostro de Sasuke, y cuantas veces había querido tocarlos.

— ¿Por qué intentas cambiar tu aspecto?¡

— Es algo bastante obvio,  dado las circunstancias.

En este tiempo el cabello de Sasuke había crecido un poco, así que este se lo amarró para detrás y recorto un poco sus mechones, sin dejar que él se lo impidiera.

— Voy a irme. Te dije que había pensado en retirarme y lo hago. No me necesitas para mantener el balance del mundo. No voy a causar ningún problema, puedo jurarlo y de hecho ya lo hice ante Kakashi, Sakura y Gaara. Y te lo juro ante ti.

—No lo necesito. Sé que no harías daño a  la aldea pero…

—No voy a permitirme otro descuido. Karin murió por ello y mi hijo no correrá la misma suerte.

—No necesitas hacerlo. Lo vamos a proteger...juntos...

—Naruto, realmente,  si algún día sucede algo,  si necesitas mi fuerza en batalla lucharé, pero por ahora me iré. Y espero cumplas tu promesa.

— Justamente por ello es que no voy a permitir que te marches.  Voy a proteger a Akira y a ti también. Sin tan solo…

 

El otro no contestó, se acomodó bien la capa y se amarró a cintura lo que debía ser bolsas llenas de monedas de oro.

— ¿Cómo piensas proteger a tu hijo solo?

— Esto es una venganza hacia mí. Es más que claro, esa fue una advertencia. Voy a desaparecer del mundo. Desde hoy dejaré de ser Sasuke Uchiha, seré cualquier otro y mi hijo de igual manera.

Sintió desesperarse al ver la mirada decidida del azabache. Sabía que en parte tenía razón, que la mejor idea era desaparecer del mundo. Si vivía como un aldeano o un hombre común escondido, sin llamar la tención, podría resultar. Pero su parte egoísta no le permitía dejarlo ir tan fácilmente.

— No voy a dejar que lo hagas. Te necesito y lo sabes…por alguna razón yo siento…

—Me explicó Kakashi que tu si sientes esa conexión entre nosotros. No existe Naruto, sí tenemos poderes complementarios pero solo es en la pelea, en la lucha. No quieras ver más allá de lo que no hay. Si habremos sido hermanos en otra vida…

—Pero tú eres mí...

— No soy nada tuyo ni tu nada mío. Tú no tienes nada ni nunca lo tuviste por eso no entiendes que es querer proteger y tener las ansias de asesinar y descuartizar a quien te lo quita. Una vez lo perdí todo pero no pienso pasar por ello de nuevo. Akira es todo para mi, ya perdí a su madre y me sentiré responsable por ello toda la vida, pero a Akira nadie va tocarlo, nadie.

El joven padre había madurado mucho tanto mentalmente como físicamente desde que supo que Karin estaba embarazada, por la última  afirmación y el destello de firmeza en su mirada le dejó claro que Sasuke nunca volvería a ser un jovenzuelo, que desde ahora parecía como si tuviera 30 años.

— No es cierto… no es que no tenga nada. Los tengo a ustedes.

 

El rostro enfurecido del azabache cambió a una entre sorpresa y escepticismo.

—Sasuke, tú y Akira son mi todo. Y así como tú no voy a permitir que les suceda algo.

—Naruto, te pedí que protegieras a Akira si me sucedía algo, pero tu tendrás algún día..

—No. Tú y él son mi todo y los voy a proteger.

— No digas estupideces.

— Muy tarde ‘tebayo. Además, Karin-san me dio el derecho a protegerlos. En su nombre y porque siempre cumplo mis promesas lo haré.

— No voy a quedarme- le advirtió seguros de su decisión.

— No voy a obligarte,  entiendo tu miedo. Yo también lo tengo. Te apoyo, creo que es mejor que al menos los primeros cinco años de su vida, Akira-chan permanezca oculto del mundo shinobi, junto contigo pero no cortes tus lazos con nosotros; al menos con las personas cercanas. Ni Sakura, ni Kakashi ni yo vamos a traicionarte. Nunca.

 

No supo que impresión causaron sus palabras,  pero el ver la sonrisilla en el rostro de Sasuke después de tanto tiempo fue suficiente para hacer revolotear algo en su interior y sentir más poder que nunca corriendo por su cuerpo. Sí, estaba seguro, no permitiría que algo les sucediese. Porque si Sasuke había madurado en estos meses, con seguridad él también lo hacía y más desde la muerte de Karin. Él debía ser quien protegiera a ambos.

No necesitó palabras de confirmación: el rostro un poco aliviado  de Sasuke fue suficiente para saber que agradecía saber que alguien tan poderoso como él protegía a su hijo con la misma convicción que él mismo. Y así era, después de todo Akira era hijo de Sasuke.

“Así que queriendo ganarte, protegiéndolo a él y a su cachorro” Por supuesto Kurama no dejaba de recriminarle sus decisiones, pero era más por costumbre.

“Sabes bien que te romperá el estúpido corazón que tienes ¿no?” “Es un hombre, no una princesa, se esta aprovechando de ti. Aunque no sabe que te lo imaginas en tu cama gimiendo, sabe que te puede manipular y con un crio en brazos más”.

 

Akira-chan parecía nacido para la vida de shinobi pues dormitaba bastante bien en la faja que Sasuke traía amarrada a su cuerpo, donde lo tenía bien abrigado y protegido.

No quería escuchar las palabras de Kurama, aunque sabía que este no había vivido tantos siglos por nada; estaba seguro que quizás Sasuke buscaría otra mujer más adelante y él tendría que hacerse a un lado. Los gustos no pueden cambiarse, no podía hacer que Sasuke gustase de él de aquella manera si nunca le habían llamado la atención los hombres siquiera. Para Sasuke todo este discurso cursi acostumbrado del rubio era porque pensaba que lo quería como un hermano, sin nada a cambio y totalmente libre de egoísmo. La verdad es que en su fuero interno quisiera que se lo recompensase, aunque no lo diría.

Se acordó que Konoha seguiría con las investigaciones, tenían sospechas de algunos grupos inconformes, de algunas facciones, victimas, pero estaban seguros que ninguno podría actuar sin un líder nato. Era cierto que gracias a la alianza era más libre el tránsito entre una y otras personas entre las grandes aldeas, pero de todas maneras se llevaba un ligero registro, más que nada apuntarse con nombre y nacionalidad. A veces la “libertad”  sin fronteras no sonaba tan prometedora como al principio. Sasuke había pensado en escapar la madrugada siguiente, limpiando la memoria de los guardias y personas que lo vieran. Finalmente, habían concordado con Kakashi esparcir el rumor de suicidio o muerte en alguna misión posterior. Nadie se atrevería a cuestionar la credibilidad de Kakashi. Naruto no estaba muy de acuerdo en hacerlo pasar por muerto, pues le  parecía algo muy sombrío y hasta morboso. No quería ni siquiera imaginar la palabra muerte al lado del nombre del hombre que amaba, ni mucho menos de un niño inocente como Akira. Sin embargo, no sonaba mal el plan: todos en la aldea murmuraban que el último Uchiha estaba al borde la locura, así que sería creíble. Lo cuestionable era la parte de que tendrían que dar explicaciones al consejo interregional, al que se había organizado, ya que era conocido aquel lazo ying yang de ambos. Porque de hecho, aún había personas muy malagradecidas con el moreno.  Aunque a veces se preguntaba si no era que era demasiado positivo.

Esta vez escaparon usando la transportación de los sapos. Eran un grupo pequeño por lo cual era posible; este les dejo en el  límite de frontera de la tierra de fuego, aquel lugar que había sido espectador de sus peleas, de las peleas de los fundadores de Konoha, de sus antiguas reencarnaciones.

Se había decidido que se quedarían en el país de la cascada, más específicamente en la aldea oculta de la cascada; era el lugar idóneo pues era pequeño y podría ser vigilado por Naruto. Además el acceso al lugar era controlado y restringido gracias a la enorme cascada que se debía atravesar para llegar. Naruto era bien recibido al igual que  Sasuke por el favor de hace años le hicieron; felizmente no mucha información de Sasuke “portándose mal” les había llegado pues era un territorio desligado del mundo shinobi, o al menos así lo había decidido su actual líder Shibuki, quien descubrió su valentía gracias a Naruto. Estaba seguro que no serían negados de su ayuda. Primero pensaron en el país de las olas, pero actualmente era un país bastante comerciante por lo que era riesgoso si alguien reconocía a  Sasuke.

El viaje fue bastante largo, aunque gracias a ello Naruto tuvo el privilegio de observar a Sasuke en una faceta que nunca se la había ni pasado por la mente. El niño dejaba bastante agotado al azabache, por lo que gracias a la confianza que sentía podía observarlo dormir junto a él y el bebe. Le conmovía las palabras del azabache “solo ante ti”, se refería que solo se dejaba vulnerable porque confiaba en él. Por supuesto, nunca dejaría que alguien los lastimara.

 Después de hacer constantes paradas para el descanso y tornándose el camino mucho más largo, pues se trataba de evitar los pueblos muy poblados o las aldeas de mucho comercio, llegaron al enorme bosque que se abría ante ellos. Si la memoria no les fallaba, detrás de aquella cascada se encontraba la pequeña aldea, con la que Konoha, los anteriores kages, se habían comunicado cada cierto tiempo, vigilando que todo se mantuviera en orden, pues no podía olvidarse que un Akatsuki provenía de aquel lugar.

Estuvieron rodeados de guardias y una voz madura se escuchó en todo el bosque. Naruto se dejó ver y se anunció a sí mismo. Pasaron unos minutos y se escucharon bajar las armas, y una risa escucharse. Del río salió un hombre ya maduro unos 10 mayor que Sasuke y Naruto, de cabellos negros trenzados y caídos, con facciones bastante más concisas que las del jovencito de hace años. No por nada había podido proteger una aldea pequeña de cualquier intento de invasión, aunque un par de veces había pedido ayuda a Konoha, era un jefe prudente. Sus ojos negros los escanearon, pero se quedaron quietos en Sasuke por un tiempo que Naruto sintió que pasaba de lo tolerable. Así que sin más se acercó a Shibuki y le dio una reverencia para luego tenderle la mano. Shibuki se la devolvió con una sonrisa, para luego darse un buen abrazo amistoso.

—Me llegó una nota de tu Hokage de que vendrían por un asunto de emergencia. No somos muchos pero si necesitan nuestra ayuda sabes que puedes contar con nosotros sí o sí.

— Podríamos ingresar a tu aldea, por favor ‘tebayo

—Por supuesto... entonces son es ningún tipo de invasión...

—No para nada, es más bien un favor personal del Hokage y mío.

Su mirada se giró levemente hacia Sasuke dándole a entender que él era parte de aquel favor. Shibuki sonrió de lado

—No me digas que es tu novia y tu hijo.

Sasuke iba totalmente cubierto, solo dejando ver sus mechones cubiertos y parte de su rostro, pero era claro que traía un infante en brazos

El rubio se sonrojó ante las palabras de su antiguo amigo, pero debió controlarse porque estaba seguro que respondería con tartamudeos,.

—No, Shibuki,... no es mi pareja…

No pudo evitarlo pero su voz salió con un poco de pesadumbre.

—Pues a mi me parece que sí.

—No, además él es Sasuke ¿Te acuerdas? El otro chico de nuestra misión.

—Claro que sí, aunque siempre pensé que se veía muy… el tiempo no le ha cambiado en ese aspecto. —  Dijo con una sonrisa, sintiéndose un poco intimidado por la a mirada profunda y fría del joven padre.

—Bueno, te contaré con más detalle una vez adentro. Necesitamos protección para su hijo.

Al parecer Shibuki entendió que la situación era seria y preocupante para los presentes por lo que sus facciones se endurecieron.  De un grito llamó a su escolta  a rodearlos para protegerlos por si había algún enemigo cerca. Gracias a la técnica del propio líder ingresaron a través de la cascada y lograron ingresar a la aldea. Esta mantenía aquel ambiente natural, animoso y ahora  se tornaba cálido. Todos los presentes les saludaron con respeto a cada paso que daban para dirigirse a lo que era el templo del líder. Respondían al saludo todos los acompañantes, incluso Sasuke.

 Finalmente llegaron a estancias cerradas del líder.  Este mandó a que sus guardias esperaran afuera a excepción mano derecha. Sasuke mandó a Juugo y Suigetsu afuera en respuesta a la buena voluntad del líder;  Naruto sonrió por su prudencia. Serían amigos, pero respetos guardaban respetos

—Bien soy todo oído. Explíquenme cual es la situación. Tienen entendido que nosotros nos hemos mantenido neutrales ante todo conflicto bélico entre las grandes naciones: no queremos salir dañados, pero si un hermano necesita nuestra expresa ayuda…

—La verdad es que la necesitamos…´tebayo

Naruto no observó el rostro en ningún momento de Sasuke mientras contaba objetivamente los sucesos de la guerra y finalmente el acontecer del padre y el niño. Terminó finalmente con el plan de huida después de relatarle la muerte de Karin.

—Vaya, lamento mucho, señor Uchiha, la muerte de su esposa.

Sasuke solo respondió con una levísima inclinación de cabeza, manteniéndose al margen y dejando que Naruto se encargara de aquella cuestión, no quería perder el control; además sabía del poder de convencimiento  y de agradar que poseyera el rubio. Naruto se sintió orgulloso de que confiase en él.

—No te preocupes, si es darle refugio tendrá un lugar seguro aquí. Ocultaremos de donde viene, quien es, su pasado y será un aldeano más. Puede dedicarse  a alguna labor extra. Aunque…

Ambos presentes observaron el semblante del líder para intentar presagiar algún engaño.

—Solo que me gustaría que el joven Uchiha aceptara enseñar taijutsu, solo eso, a los más pequeños. No a los más grandes o que muestre sus otros dones, solo taijutsu. Nos hace falta un buen maestro para formar a los más jóvenes. Aunque hayamos decidido dedicarnos a otros labores y misiones ninja menores, no significa que debamos estar totalmente desprotegidos.

Naruto giró su rostro hacia Sasuke que ahora tomaba la manita de su hijo con cuidado, mientras la apretaba, respondió.

—Acepto

—Bien, a cambio, tu guardia personal, porque al parecer aquellos dos lo son, pueden ayudarte a esa tarea.  Pueden dedicarse cualquier otra labor, pesca, comercio. No somos grandes comerciantes pero estamos orgullosos de las plantas, peces únicos que nos dan el pan de cada día. Si quieres pueden quedarse en mi casa mientras construyen la propia.

Aceptaron el trato, aunque a Naruto no le agradaba mucho la idea de Sasuke viviendo con alguien más, pero no había problema porque no pensaba que Shibuki tuviera esos gustos, e incluso si los tuviese el mensaje de Sasuke con una ex mujer fallecida era claro o esperaba que lo fuera.

 

Junto con Juugo y Suigetsu fueron llevados hasta la casona rustica donde vivía el líder de la aldea. Una habitación bastante amplia le fue otorgada a Sasuke. El dueño explico que creía que era bueno que el padre y el bebe tuvieran un espacio amplio, aunque sin duda no le agradó la enorme sonrisa que le dedicó al azabache aunque este no prestara mayor atención a esos detalles y simplemente agradeciera formalmente. El dueño había incluso separado dos habitaciones para Juugo y Suigetsu, pero estos argumentaron que al menos por ahora no se separarían de Sasuke ni  del niño por lo que  les venía bien dormir a su lado; para ambos con dos futones era más que suficiente. Apoyó firmemente la idea pues no quería dejar a Sasuke solo en una habitación con el bebe. Confiaba en la palabra de Shibuki de darles protección pero había algo diferente en su mirada hacia Sasuke… aquello le desagradaba; en cambio cofiaba plenamente en Juugo y Suigetsu.

“Estas celoso” “Tienes miedo que le haga propuestas indecentes y que tu hembra acepte” Kurama siempre le venía con palabras que nunca se las esperaba, pero que siempre terminaban perturbándolo de una u otra manera. “No es una hembra para empezar”. Kurama parecía meditarlo “Mira como protege a su crío es como una pantera con sus cachorro y seguro gime como una en celo...” “Cállate, Kurama”. El zorro simplemente se limitó a reírse cínicamente del sonrojo que portaba su Jinchuriky: realmente le era divertido fastidiarlo con la persona que gustaba. “Pero hay algo que no es broma...él es tu ying…” No entendió del todo aquellas palabras en aquel momento, por lo que se limitó a tratar de no desconcentrarse en los últimos arreglos que se hacía respecto a los nuevos “aldeanos”.

Había llegado el momento de marcharse por unos meses y dejar a Sasuke solo: no podía distanciarse de sus propias labores o sospecharían. Dejaría que alguna que otra chismosearía sobre suicidio o huida se regara por todo el país del fuego.

Algunos días habían pasado y se encontraba a solas con Sasuke, se suponía que se despediría de este pero la verdad era que cualquier palabra sería una mentira, lo que realmente quería era tomar sus cabellos y enredarlos entre sus dedos para luego olerlos y dejarse llevar por su aroma.

Lo que le sorprendió y saco de su burbuja personal, fue la repentina inclinación de Sasuke y en pobre “gracias” que dejó escapar de sus labios. Se limitó a sonreír sonrojado y a decir que no era para tanto.

Después de unos minutos de silencio le pidió que se cuidara y protegiera al bebe; le prometió que algunos sapos suyos siempre estarían disponibles para comunicarse, además estarían secretamente vigilando de que todo marchara bien. Aun el azabache no tenía vivienda propia, por lo que Juugo y Suigetsu se esforzaban por construir una. En consecuencia,  tendría que dejar a su azabache viviendo en la casona del líder.

Ambos amigos no se dijeron más, por lo que el rubio decidió que era momento de marcharse. Ambos salieron de la casona, luego se encaminaron a la salida de la aldea. Antes de cruzar, toco a Sasuke y dejó su marca de chacra para usar el jutsu de tele transportación, también dejó la marca en el bebe; así se sentiría más tranquilo.

 

 

Algunas semanas habían pasado desde que Naruto lo había dejado en aquella aldea. Realmente nunca se había sentido tan estresado y a punto de suplicar ayuda como en estas últimas semanas. No entendía como debía entender a su hijo: Para el joven ninja el tratar con niños era cosa de mujeres, porque seguro y estaba implantado en sus genes, ya que  ahora mismo estaba siendo un desastre con su propio bebe y con los niños que debía entrenar. A ello se aunaba la sensación de soledad que a  ratos le asaltaba pero que acallaba a fuerza de voluntad. Sin embargo tocó límite y entendió que debía pedir ayuda pues no quería lastimar a su hijo por una rabieta del pequeño pidiendo algo que él no podía darle.

Un mensaje mandó a través de una de sus serpientes a Naruto, aquel amigo que lo quería como un hermano; suponía que para Naruto los sentimientos que no pudo dar hacia una madre,  un padre o  hermano los había condenado  hacia él; aunque lo negara, lo agradecía.

Le respondió bastante raída, por lo que se temió una negativa pero fue todo lo contrario: Ni por asomo le había pedido que se apareciera. Solo le había pedido si podía enviarle alguien de confianza, mujer, para ayudarle con el niño. Aun no confiaba en las mujeres ni en la población en general de la aldea donde se hospedaba.

Aun con todos los deberes que debía tener y con la misión que él le había encargado, quien estaba detrás de todo esto, su autonombrado mejor amigo se apareció a los dos días de enviado el mensaje, tan sonriente como siempre. Aunque no se apreció solo sino que Sakura estaba su lado, por primera vez en mucho tiempo agradeció sinceramente en lo profundo de sí la presencia de ese par.

—No tenían que aparecerse.

—Vamos, teme, quien más de confianza que nosotros dos.

Después del golpe en su hombre de saludo, Sakura se acercó y le saludo con palabras, buscando a su alrededor. Les indicó pasar a la casi cabaña que ya tenían. No había durado demasiado en la casona del líder: no se sentía bien dependiendo de otras personas y menos viviendo en un lugar que no era el suyo. Agradeció cuando el lugar  que reparaban era ya habitable para un bebe como Akira.

— Que tan tiránico estas siendo con Juugo y Suigetsu como para que este lugar este bastante bien acabado.

—Dinero…. Tengo dinero es solo eso.

Fue una sorpresa bastante grande para ambos visitantes cuando el azabache les mostró a su bebe y como este jugaba con las serpientes de su padre. Les explicó que estaban bastante domadas, pero aún así su aspecto debía espantar a cualquier niño, pero hablando del hijo de Sasuke,  Naruto y Sakura solo pudieron reír, esperando que quizás el niño saliera tan “tenebroso y oscuro” como su padre.

— ¿Qué es lo que quieres que te explique, Sasuke-kun?

Nunca se imaginó: él pidiendo ayuda a Sakura Haruno, aquella mujer que lo había acosado desde que ingresó  a la academia; a quien había despreciado por tantos años, humillándola de miles de maneras, intentando utilizarla y usarla de medio para hacerle daño a Naruto. Y después de haberle gritado que era una inútil en la guerra, ahora se encontraba frente a ella, con su “querido” amigo de testigo quien parecía no poder contener la risa, teniendo que pedirle ayuda. Se regañó mentalmente por demorarse tanto…

—Solo no sé cómo tratar a Akira. Pareciera como sí… no lo sé de repente llora y no puedo tranquilizarlo. Solo esto— señalo a las serpientes- le distrae.

—Sasuke-kun, sabes que hay muchas razones por  las que un niño puede llorar, eso te lo explique desde que nació, pero...

—Karin era quien cuidaba del niño, yo solo los protegía a ambos.

 

Si bien había trasnochado mucho junto a Karin, era ella quien finalmente lo atendía, él se limitaba por primera vez en su vida a acatar lo que ella dijera que necesitaba y traérselo. Su padre siempre  estuvo alejado a de su crianza, tenía la imagen de que el padre era el proveedor y protector de la madre y los niños. Aunque si traía a colación a su hermano esa imagen de varón se quebraba bastante, pero no tenía suficiente memoria para recordar como su hermano lo atendía. Porque sí, el había contado algunas veces que Itachi se quedaba cuidándolo, atendiéndolo, le alimentaba, le hacía dormir y le cambiaba.

— ¿Cómo has sobrevivido estas semanas?

No tenía idea de cómo: su hijo, lloraba, y él solo se limitaba a intentar ver lo que necesitaba.

—Tenemos mucho trabajo por delante, Sasuke-kun.

Por lo menos todos los años de ellos acosándolo había servido para no tener que hablar y que lo entendieran. Se limitó a asentir.

Sakura se acercó a Akira, pero las serpientes se pusieron en contra, Sasuke les ordenó alejarse y ella pudo cargar al niño. Akira parecía buscar algo familiar y al parecer lo encontró, aunque le jaloneo bastante los cabellos en el camino. Sakura en verdad parecía una mujer de paciencia… Ello se preguntaba o si quizá ¿era algo innato en las mujeres?

Cuando se dispuso a retirar, Sakura le frenó con unas palabras y una sonrisa.

—No, Sasuke-kun. No he venido a hacerme cargo de Akira-chan, sino a ayudarte a que tú te hagas cargo.

 Y debió recordarse que iba a ayudarlo y no debía lanzarle algún comentario ofensivo.

 

Una semana el joven padre se la paso entre clase de cómo tratar a su hijo. No entendía cómo es que debía reconocer el llanto de cada necesidad de su bebe.

Su “maestra” se lo explicaba con paciencia, pero a ella le preocupaba mucho más que  no entendiera que por sobre cualquier explicación debía estar la firmeza, el lazo, el amor hacia el niño. Un par de discusiones se dieron, intentando ser controladas pro Naruto, quien se había dignado a  quedarse para observar la evolución de su amigo como padre. Sin embargo y fue algo que los tres entendieron  era que los tres tenían caracteres explosivos, solo que en diferentes grados y en diferentes momentos, lo que no ayudaba mucho y solo conseguía llantos de Akira.

— ¡Basta los dos!- grito Sakura.

Ninguno sabía cómo, pero Naruto y Sasuke habían terminado llegando a los golpes… palabras ofensivas por aquí…palabras ofensivas por allá… y el resultado una Sakura intentando separarlos: un padre con moretones en su pálido rostro y un Naruto bastante cabreado y a punto de plantarle el tercer moretón en el rostro de su amor frustrado.

—Sasuke, si me permites, voy a dar una vuelta con Akira, mientras ambos se tranquilizan.

El aludido asintió, no sin antes llamar a Juugo y Suigetsu a que la escoltaran. En aquellos momentos solo sentía ganas de quemar todos con Amaterasu. No podía dar la imagen cariñosa y tierna  que su hijo requería, ello le frustraba aún más. Pero cuando lo intentaba le daba vergüenza, se sentía un poco humillado y sentía que estaba fallando como shinobi y hombre. Aquello era confuso. Suponía que era por su clan y sus enseñanzas tan estrictas ¿por qué se había quedado ello y no la ambivalencia entre dulce y fuerte de su hermano? Sabía que un hombre podía ser ambos, pero no podía lograrlo en ambos.  La vergüenza de verse como una mujer le fastidiaba.  Ya le habían confundido como una, demasiadas veces, cuando era más joven, así que ello le fastidiaba aún más.

— ¿Por qué te molestaste ´tebayo?- le preguntó agitado su compañero

— ¿Todavía preguntas, imbécil?

—Solo te dije que te veías bien con Akira-chan

—Dijiste que m veía bien como una madre ¿acaso crees que parezco mujer? No lo soy… soy un hombre y estoy cansado de esto… Yo solo debería tener que protegerlos... falle como hombre, como marido… como padre…. Soy... solo déjame  solo ahora...

Y en vez de ello, Naruto se acercó a él a grandes zancadas, para luego empujarlo contra la pared. Ambos estaban usando solo fuerza y taijutsu, pues  si se atrevían a usar algo más podrían destruir la aldea entera. Quiso devolverle el golpe, pero debía reconocer que Naruto era ligeramente más fuerte en fuerza bruta.

—No voy a dejarte solo para que te lamas las heridas…. Sí,  fallaste, como marido desde el comienzo. Sí le fallaste a Karin por no pode protegerla. Has fallado cien mil veces como hermano, hijo, amigo... mejor ni decirlo…. Pero aquí estamos no Sakura y yo vinimos solo para ayudarte y tú te portas como el peor patán del mundo con ella y conmigo ´tebayop … si tan solo…

Pareció guardarse algo. Después le vio sacudirse, respirar hondo,  dar un par de saltitos y luego jalonearse un poco los cabellos. Sonrió un poco pues le daba gracia la forma en que el rubio buscaba tranquilizar su humor. Aunque luego borró la sonrisa porque notó que aquel acto también le había bajado el mal humor bastante. Su rostro, en consecuencia, volvió a ser inmutable, esperando las palabras del rubio.

— No voy a dejar que te andes lamentado por ahí. Karin no te odiaba, te amaba y te encomendó cuidar de su hijo. A mí también, así que no voy dejar que te rindes, teme odioso. ¿Y que si te ves maternal? ¿Acaso piensas absurdamente que las mujeres son inferiores a nosotros? No es nada natural, simplemente es que Sakura-chan es doctora y Karin... bueno era su hijo y tu hijo, lo amaba y daba todo... ¿Alguna vez le preguntaste si estaba nerviosa cuando le dio su primer baño?

—Lo hizo bastante bien…

—Por supuesto, pero estoy seguro que estaba muerta de nervios, mas con un marido con cara de estreñido como tú. Un perfeccionista total pero que ahora no sabe como amantar a su hijo.

Sasuke se levantó, quitando los brazos que le impedían moverse. No diría nada al respecto. Claro que no podía concluir que las mujeres eran inferiores. No tenía una buena imagen de la mujer en general, pero poniendo de lado que la única sannin mujer vivió más que los otros y que además la diosa Kaguya les dio tanto trabajo: No podía concluir ello. Aun a todo ello, había algo que sabía no podía igualar  aúnan mujer y menso a una madre...

—No lo entiendes, inútil.  El niño busca algo suave en lo que refugiarse. Las mujeres son suaves, sus cuerpos lo son... sus rostros pueden volverse dulces... ahora entiendo las palabras de mi padre cuando se me escapo de niño que no me importaban las mujeres.

El otro se sentó en el suelo frente a él. Sasuke suspiró cansino, pero imitó la acción, apoyó su mejilla en su mano, recostándose en ella, lo suficiente para relajarse un poco.

—Me dijo que a pesar que pueda odiarlas son necesarias y más si quieres formar una familia. Ahora sé que no es tanto así... pero no logro quitarme esa idea, de que Akira busca una mujer, una imagen de madre y estoy seguro que siempre la buscara.

— ¿Así como tú o yo ´tebayo?

No respondió a ello. Sabía que el rubio había crecido sin imagen materna o paterna, así que quizás por ello era tan abierto a pensar que dos hombres podían reflejar esa idea en un niño. A veces pensaba que su hijo siendo un niño, sin influencia social, buscaba a una madre por reflejo e instinto.

Cuando su madre y padre murieron, nunca busco un reemplazo, después de todo, tenía claro la imagen de sus padres.  Naruto no los conoció hasta los 16 años.

—Teme, es un honor escucharte, pero, realmente necesitas dejar esas ideas de lado si quieres ser un buen padre. Si ya le fallaste a Karin como marido, no le falles como padre de su hijo.

—Odio decirlo pero tienes razón.

Un abrazo intempestivo le sorprendió, como costumbre, Naruto le valió poco el respeto que siempre exigía de conservar la distancia  y le envolvió en un abrazo de hombros. Se dejó sin demasiadas ganas de otro pleito: su hijo le mantenía despierto en las noches, por lo que sus fuerzas estaban bastante drenadas.

Bien, realmente no entendía como terminó en esta posición... ¿Desde cuándo Sakura poseía tal poder de convencimiento?

Bueno, aquel cuestionamiento era relativo. El joven padre se preguntaba ello, pero más bien era que su hijo era quien tenía tal poder de convencimiento gracias a  su llanto. Y si había algo que odiase Sasuke era oír llorar a su hijo. Y lo enternecedor es que ni el mismo joven entendía aquello de sí mismo.   No es que fuera aburrido escuchar llorar a su hijo, como muchos antiguos padres; sino que desataba una corriente de preocupación y ansiedad por saber que le sucedía al niño. 

 

Aquel acostumbrado llanto nocturno del niño que siempre se manifestaba cuando Sasuke lo dejaba en su cuna para que durmiese, fue dado fin con un simple consejo de Sakura, que en el momento no dudo en ponerlo en práctica. Era el tan famado consejo de tener al bebe piel con piel. Le daba al bebe una cercanía única, la más cercana posible. Al sentirlo de aquella manera era un único momento en que los lazos se reformaban para hacerse más fuerte. Al fin parecía que el pequeño había encontrado la postura ideal para dormirse y para calmar su búsqueda de calor, un calor que había perdido para siempre. Aun así parecía bastante agradecido de poder dormir con su padre, en su pecho duro, pero sintiendo su piel tersa junto a la suya, su calor natural, la seguridad de uno de sus brazos y el latir de corazón de este. Era diferente, seguramente, para el niño al cuerpo de su madre, pero el instinto le mandaba a aferrarse a este nuevo calor y esta nueva forma de comodidad y seguridad. Sasuke solo pudo suspirar agradecido de haber encontrado una forma de tranquilizarlo; sin darse cuenta el cansancio llegaba como un golpe a su cabeza y cuerpo.

—Duerme, Sasuke-kun.

Apenas escuchó aquellas palabras y una puerta cerrarse.

— ¿Naruto?

—Aquí estoy. Teme. No te preocupes, puedes dormir, tienes un rostro espantoso

—Me las vas pagar…

—Claro… claro… duérmete. Sabes que vamos a cuidarlos.

Le pareció tan vergonzoso aquellas palabras en ese tiempo, pero aunque nunca se lo planteo  a totalidad, esas palabras fueron suficientes para relajarse, para poner una mano sobre su bebe y quedarse por completo dormido, en medio de aquel futon especial, con almohadones alrededor para que su hijo no sufriera algún golpe. Felizmente era de las personas que no cambiaban de posición, por lo que estaba seguro de no moverse, de su bebe podría dormir plácidamente, ahí acurrucado entre su pecho y las cobijas. Lo último que recordó de aquella noche es una mano callosa acariciar su frente y sus cabellos. En mucho tiempo, no supo si había sido un sueño o realidad. Se convenció siempre de lo primero, pero aquella tierna caricia le conmovió bastante, sintió como si fuera un niño de nuevo.

 

Esa noche fue especial para alguien más, sin duda para Naruto. Aunque el amanecer llegó tan rápido y repentino. No había dormido en toda la noche. Y no era porque fuera ese tipo de persona, todo lo contrario, era alguien quien amaba dormir. Pero amaba más  a alguien al parecer. Se había quedado en guardia toda la noche, cumpliendo su palabra fielmente. Su único consuelo fue el acariciar la cabeza de Sasuke, poder enterrar  sus dedos en su cabellera bien cuidada, tocar con sus yemas dos de las mejillas pálidas del padre, tocar sus labios que estaba un poco resecos y ver con admiración como era hasta autoexigente al dormir, pues ni un movimiento de querer girarse había dado. Sus brazos seguían ahí alrededor del cuerpo del bebe, firme, protector; su pecho subía y bajaba con respiraciones calmadas para no perturbar el buen sueño de Akira sobre su pecho.  Sin duda sabía que Sasuke daba todo de sí para no defraudar a su hijo.

Las dudas de Sasuke, sus miedos y vergüenzas también le preocupaban. Era un poco más superado que el azabache en ese aspecto, pero también tenía sus recelos.

 

En Konoha

— ¡Ya basta!

El actual hokage fue escogido con sabiduría, totalmente muy bien planeado después de aquel terrible guerra que quedaría grabado en los recuerdos internacionales de la historia y de esta generación de adultos. Contarían estas historias a los nuevos gennin. Hoy había nuevas leyendas, nuevos mitos, personajes destinados a que madres y padres invocasen en nombre de que terminen su comida y se conviertan en tan fuertes como estos. Hatake Kakashi había recibido  la tradición del tercero, al ser sucesor de este en línea de maestros. Todos pensaban que si bien no había shinobi más fuerte que Naruto en las cinco grandes naciones, Kakashi podría ser un buen líder por su inteligencia. Además el shinobi más fuerte tenía que procurar la paz entre todas las naciones y que esta respetase los acuerdos que se concretaban en cada concilio. ¿Los señores feudales? Ellos seguían pacientemente en sus palacios, viviendo de sus pensiones… las aldeas y regiones eran prácticamente independientes. Solo respetaban señores feudales por tradición y por  religión.

Aun con todas las virtudes que sus alumnos, los ancianos del consejo que parecían vivían eternamente, los antiguos hokagues que se despidieron de ellos, Kakashi Hatake había usado la medicina prohibida para traer de vuelta a Obito. Sin embargo, vivía atormentado pues este no se lo agradecía, no era feliz. Al fin Obito pudo haber descansado en paz, al fin pudo alcanzar a Rin, o más podría haberlo logrado. Kakashi aceptaba que estaba siendo egoísta, pero estaba cansado de todo el sufrimiento que había vivido.  ¿Cómo se burlaba de su alumno rubio? Kakashi nadaba entre la cordura y la demencia a cada segundo que visitaba a su amigo de infancia. Por más que vivieran en la misma casona y que Obito no pudiera moverse, no estaban todo el tiempo  juntos. Solo Shizune y Sakura eran las únicas del equipo médico enteradas a totalidad y quien se encargaba por disfraz las nuevas incursiones medicas y sus avances como suyos por pedido de Obito, quien quería que su vida innecesariamente alargada sirviese de algo.

Las discusiones continuaban a pesar de los años, Obito  no era un edo tensei, pero su cuerpo realmente no era tan suyo. Orochimaru había servido de mucha ayuda  a Kakashi, irónico pues se llevó a su alumno.

Odió sentir que le arrebataban otra vez en su vida, Sasuke era el niño con el que se identificaba pero nunca pudo ha caer mucho, a pesar de saber y conocer por la oscuridad que pasaba nunca pudo hacer nada para ayudarla solo “asumir la responsabilidad”. Orochimaru, para bien o para mal, había encontrado un fin a la vida de Sasuke, un camino para que este siguiera, además había sido de ayuda a este muchas veces, por lo menos más de las que seguro él había sido. Y aquello ya no importaba, porque Sasuke era un adulto hecho y derecho, mientras él estaba discutiendo con aquel hombre que le reclamaba su aun existencia.

— Voy a tener que morir tarde o temprano, Kakashi.

—Dije que te callaras

Su voz salió bastante apagada, delatando que aquella conversación no volvería quedar estancada en el mismo punto.

No puedes obligar a que alguien te mire de la forma en la que tú quieres, por más que la vida de esta persona depende totalmente de ti. No importa que hagas.

El nuevo hokage, como ya era costumbre, abandona la habitación de Obito sin darle tiempo a que este respondiera o intentara su discurso.

Sí se habían besado un par de beses, anquen siendo estrictos debería decir que era Kakashi juntando sus labios contra los de Obito en un contacto sencillo. El Uchiha simplemente no gastaba la poca energía que tenía tratando de  empujarlo, eso era muy de niños. Todo lo que había vivido le había hecho madurar, calmarse y aceptar silencioso los sentimientos de su compañero a pesar que no los compartiera.

 

 

 

 

Notas finales:

Pues chcias y chicos!!! la aldea detrás de la cascada existe en el mundo de Naruto. Es aquel lugar donde existía un agua de la valentía y ayudaron al líder principe del lugar e encontar su propia valentía, Shibuki era el nombre de ese principe que se quedó con el liderazgo de la aldea, me aprece bastante agraciado y bonito en aquella epoca, peor definitivamente es mayor que Naruto y Sasuke asi que apa esta epoca dbe ser un hombre maduro, aqui me lo pensé como que con razgos más varoniles.

La muerte de Karin me dolió pero estaba pensada desde el comienzo, además es el desencadenate para varias cosas; con tanta protección de Sasuke y lso amigos de Sasuke pues me pareció que algo como esto tan simple, como volviendo a los orgienes de lo qeu se supone son ninjas, espias, no heroes con grandes pdoeres, sino sigilosos, pues me apreció correcta y ironica este tipo de muerte. Pues bien aqui vimos un poco delcaos emcional de Sasuke con respectoa a no saber como atender a su hijo, pues es un chico que en mucho tiempo no tuvo el cariño de sus padrs y familia, vivió dolido, así que em apreció natural su confución.. que les parece? Nos estamos leyendo!!!!


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