¿Dónde estoy? ¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? Ese tipo de preguntas inundaron mi mente y también oscuridad… en cualquier dirección que miraba. ¿Alguna vez estuve en la luz? No puedo recordarlo… No puedo recordad nada, ¿Estoy vivo? O tal vez ¿Muerto?
-Estás vivo- escuche una delicada voz a lo lejos.
-¿Quién eres?- Me estremecí al escuchar la misma voz pero ahora venía de mí.
-Nuestra voz es la misma- El lugar comenzó a aclararse y pude distinguir a lo lejos una silueta de mujer desnuda.
-¿Por qué?- parece que ella puede leer mi mente.
-Tienes razón, Eve- de un segundo a otro la chica ya estaba frente a mí con una amable sonrisa.
-¿Eve? ¿Ese es mi nombre?- pregunte con cierta incertidumbre al no poder recordar ni siquiera mi propio nombre.
-Si, ese es tu nombre y quiero pedirte disculpas- la observe de arriba abajo durante unos segundos, su cabello color caramelo le llegaba a las caderas y sus ojos verde menta me hacían pensar que la había visto en algún lugar de una vida que no podía recordar.
-¿Pedirme disculpas? ¿Por qué?- Una ráfaga de viento hizo que un mechón de cabello se viniera a mi rostro, lo toque con delicadeza y era del mismo color que el de la chica, también era largo y sedoso.
-No solo nuestra voz es la misma, también nuestro cabello, ojos, boca, nariz, etcétera…- la muchacha miro mi parte íntima y prosiguió –la única diferencia es que tú eres hombre-.
-No puede ser… ¿Cómo es posible?- estaba tan asombrado que me costaba trabajo pensar con claridad.
-Nada es imposible, por cierto mi nombre es Rose, un gusto conocerte- se inclinó delicadamente y después me miro como si esperara que dijera algo.
-aaa…si…un gusto- rasque mi cabeza tratando de asimilar la poca información que tenía.
-Eres muy extraño, Eve- la chica miro hacia ambos lados, después de comprobar que no había nada o nadie, bueno eso creo, volvió a fijar su mirada en mi –Tienes que tener mucho cuidado, hay muchas persona que quieren hacerte daño, tanto adentro como afuera-.
-¿Qué quieres decir con eso?- sus ojos se pusieron en blanco pero tuvo la paciencia y también la decencia de no perder la cabeza.
-Por si no lo has notado esta es tu mente, aquí es adentro y el mundo real es afuera- volvió a mirar para ambos lados pero esta vez más nerviosa –Las personas de afuera borraron tus recuerdos y las de adentro tratan de tomar tu cuerpo y usarlo a su voluntad-.
-¡¿QU…?!- cubrió mi boca con su mano y se acercó a mi oído lentamente.
-No grites, maldita sea- parecía muy preocupada –tienes que despertar lo antes posible, no puedo protegerte por más tiempo… ellas están… aquí-.
En un santiamén terminamos rodeados por niñas y mujeres iguales, como si fueran clones, aunque su edad variaba. No me tomo tanto tiempo darme cuenta de que ellas eran las malas, tenía que despertar… pero… ¿Cómo?
-¡Rápido! ¡Despierta!- Rose gritaba mientras sacudía mis hombros.
-¡No sé cómo hacerlo!- una risa malvada se escuchó entre la multitud, sentía la cabeza a punto de explotar “despierta, despierta” por favor…
-Pregúntale a la primera persona que veas su nombre, si no se llama Arthur entonces debes correr lo más rápido que puedas, ¡No confiesa en nadie que diga ser tu familiar o conocerte bien!- acaricio mi cabello con ternura- Lo siento, no pude proteger tus recuerdos…
Todo se puso oscuro de nuevo, los ojos me pesaban demasiado, pero los abrí. Y al fin desperté…
La primera persona que vi al despertar fue una mujer de cabello negro y ojos azules, comenzó a llorar en cuento me vio y me abrazo con fuerza, como si quisiera romperme los huesos.
-¡Eve! ¡Eve! Estaba tan preocupada, ¿Te sientes bien?- su cuerpo era tan cálido que no me quería apartar, pero recordé lo que me dijo Rose y pregunte.
-¿Podría decirme su nombre? por favor- me observo con lastima como si ya supiera que no recordaba nada.
-Priscilla, sé que no me recuerdas, pero tú eres mi hijo ¿lo entiendes?- las palabras de Rose se escucharon en mi cabeza muy claras “no confíes en nadie”. Mire la habitación y alcance a ver dos puertas; una enfrente y la otra de lado izquierdo, tenía que correr.
-Tengo hambre- masculle mientras trataba de mover mis piernas, no se cuánto estuve en esta cama pero parece que más de una semana ya que mis piernas se sientes muy débiles y mis movimientos lentos.
-No te preocupes, te traeré un poco de sopa nutritiva para que te recuperes más rápido- me dio un beso en la frente y salió por la puerta de la izquierda, entonces la otra puerta probablemente sea el baño.
Me levante con mucho esfuerzo de la cama y con pasos lentos camine hacia la puerta, me detuve por unos segundos para tomar aire y por fin abrirla, para mi suerte no tenía seguro y tampoco había nadie afuera. Me sostuve de la pared para no perder el equilibrio, continúe mi camino por el largo pasillo, se escuchaban algunas voces a lo lejos pero parecían demasiado lejanas como para preocuparme.
-¡Alguien se ha infiltrado en el cuartel!- una voz de mujer bastante exaltada sonó por todo el pasillo, supuse que por medio de unas bocinas o algo así -¡Todos los miembros disponibles, diríjanse al sector K! ¡Quiero a los intrusos muertos!-.
-¿No se referirá a mí?- pasos apresurados se dirigían hacia a mí, un grupo de hombres armados vestidos de negro salió de la nada, pero pasaron delante de mi sin siquiera notar mi presencia –Creo que no soy yo-.
El pasillo no tenía fin y mis pies me dolían como el infierno, poco a poco mis rodillas dejaron de responderme y me deje caer al suelo para descansar un poco, ¿Dónde se supone que estoy? Dijeron algo de cuartel…
-¡Eve! ¿Dónde estás?- alguien me llamaba y preguntaba por mí, debido al tono supuse que no era la misma mujer, pero por alguna razón, esa voz… -¡Eve! ¿Estas por aquí?-.
-ahh…- “No confíes en nadie” me levante con lo que me quedaba de energía y trate de acelerar el paso pero fue inútil, pude sentir la presencia de alguien a mis espaldas, comencé a temblar imaginando el destino que tendría que vivir si no corría, pero también sabía que a menos que mi perseguidor fuera discapacitado o tal vez ciego, no tendría escapatoria.
-¡Eve!- el muchacho me abrazo por la espalda, sentí su respiración en mi nuca, sus largos y delgados brazos acariciando mi pecho, me quede sin habla y mi corazón latía como loco -¡Vamos! ¡Tenemos que escapar antes de que nos encuentren!-.
-Espera…- me di la vuelta y lo confronte, casi se me sale el alma del cuerpo al verlo directo a los ojos, piel morena, sus ojos verdes me hechizaron y me olvide de todo por unos segundos.
-No hay tiempo, cuando estés a salvo hablaremos de lo que quieras- tomo mi mano con delicadeza y comenzamos a correr, una corriente eléctrica comenzó a recorrer todo mi cuerpo, un sentimiento tan extraño, no puede soportarlo y me tropecé con mis propios pies.
-Oye- el moreno me miro extrañado, sin pensarlo dos veces me cargo con ambos brazos y corrió por el pasillo sin mirar atrás –No sé qué te hicieron pero te ves más delgado y parece que estas enfermo-.
-Disculpa… me puedes decir tu nombre- se detuvo de golpe con una expresión de sorpresa y furia a la vez-
-¿Mi nombre? Acaso…tu… - las palabras salían a duras penas de su boca, como si tuviera miedo de la respuesta -¿No sabes quién soy?-.
-No… parece que perdí la memoria- no parece, perdí mis recuerdos.
-Ja…- su expresión era muy mala, como si en cualquier momento fuera a romper en llanto.
-Alguien me dijo que no debo confiar en nadie, por eso pregunto tu nombre- a pesar de que ese chico era un completo extraño, me sentía tan seguro a su lado, no quería bajarme de sus brazos. El moreno suspiro…
-Arthur- soltó con cierto reproche.
-¿Quién?- no podía creerlo.
-¡Arthur! Ese es mi nombre- la única persona en la que puedo confiar… Arthur… ese nombre, por alguna razón lo conozco…