La primera actividad del club es leer “El esclavo” un libro que habla sobre un chico que está en coma debido a un accidente de auto por beber en exceso, este hombre no puede saber lo que hay a su alrededor, solo escucha lo que las personas hablan. Es como estar ahí pero al mismo tiempo no estar. Así me siento yo, se muchas cosas sobre otras personas, pero no sé nada de mí y justo cuando creo encontrar algo sobre mí, podría ser una mentira, o en los que confió unos mentirosos.
-Te ves encantadora cuando te concentras, princesa- Dijo Frank haciéndome perder el hilo de mi lectura. Estaba sentado en el pasto, recargándome en un árbol y Frank sentado a un lado mío. De pronto rodeo mis hombros con su brazo.
-¿Qué haces?- pregunte mientras trataba de alejarme pero fue inútil, Frank es demasiado fuerte.
-Quiero estar más cerca de ti, princesa- contesto Frank con un tono seductor, ya me había acostumbrado a sus acercamientos, pero seguían molestándome.
-Trato de leer- dije con un tono cortante, pero ni así dejo de sonreír.
-Wow, sí que te gusta leer, no veo nada de interesante en esas cosas- opinó mientras señalaba el libro.
-Por falta de lectura eres un mujeriego- lo insulte mientras clavaba la mirada en mi libro.
-¿De qué hablas? ¿Con cuantas mujeres me has visto?- pregunto como si me reprochara.
-Con ninguna, pero lose- afirme, pero no podía mirarlo, fingí que leía el libro.
-Escúchame con atención Eve… mírame cuando te hablo- dijo mientras levantaba mi mentón delicadamente, nuestras miradas se cruzaron –Yo solo tengo ojos para ti-.
-ehh..ahh…- me levante inmediatamente, pero el brazo de Frank me jalo de nuevo a su lado, caí sobre su regazo, sabía que mi cara estaba roja. Jamás había estado tan cerca de alguien y menos de un hombre. Me abrazo de la cintura para que no pudiera levantarme –Soy un chico, no sé si lo has notado-.
-jajajajaja- rio a carcajadas mientras trataba de levantarme pero era inútil –por supuesto que sé que eres un chico, aunque no lo parece, mientras seas tú, no me importa ser gay-.
-¿Ga..y?- pregunte casi tartamudeando.
-Si- contesto como si fuera cualquier cosa.
-¿Siempre lo has sido?- pregunte mientras continuaba tratando de levantarme y escapar.
-Mmmm, desde que te conocí- susurro en mi oído, mi cuerpo se estremeció, era una sensación agradable, pero era gay, ¡GAY¡
-Por favor suéltame- le pedí amablemente y de inmediato me soltó, pensé que sería más difícil, pero solo con pedírselo lo hizo.
-Ahora ¿me odias?- pregunto mientras miraba hacia abajo, me sentí mal.
-No te odio, me agradas, pero me agradarías mas si dejaras de tocarme tan amigablemente- mencione tratando de animarlo un poco. Funcionó
-¿Entonces te gusto?- pregunto con una sonrisa pícara.
-Yo no dije eso- levante mi libro y camine hacia el lado contrario.
-Pero lo pensante, puedo verlo en tu cara- dijo mientras caminaba, siguiéndome el paso.
-Ni siquiera estás viendo mi cara- dije mientras caminaba más rápido, pero Frank me tomo de la muñeca y me jalo para voltear a verlo. Nuestras caras estaban a centímetro de distancia, pude morir de la vergüenza, sentí su respiración en mis labios, ¡Me va a besar! ¡Mi primer beso con un hombre! fue lo único que pude pensar.
Pero antes de que sucediera, sentí unas manos jalándome de los hombros y haciéndome caminar hacia atrás. Afortunadamente no hubo beso, pero Daniel estaba sujetando mis hombros y Frank tomaba mi mano derecha. Los dos se miraban con odio, jamás había visto esa expresión en ellos.
-Eres un tramposo Puscat, quedamos en nada de tacto innecesario- le dijo Daniel a Frank mientras me jalaba para soltar la mano del pelinegro.
-A la mierda esa maldita regla, ni siquiera está en el convenio- refuto Frank, me tomo aún más fuerte de la mano, empezó a doler mucho. ¿Convenio, regla? ¿De qué demonios hablan?
-No te hagas idiota, suéltalo antes de que te corte el brazo- Daniel amenazo a Frank, estaba tan asustado, ¿Por qué están peleando? ¿Por mí?
-Inténtalo- Frank provocando al pelirrojo con una sonrisa macabra. No sabía qué hacer.
Daniel me empujó hacia un lado, haciendo que callera al piso y me raspara el brazo, cosa que ha Frank no le agrado para nada. Cuando volví a verlos después de mirar mi brazo con un poco de sangre, cada uno tenía una espada con el mango de diferente color, la de Daniel era color anaranjado y la de Frank Morado.
Eso hizo que me asustara más, estaban a punto de pelear, por algo que no entendía, ¿Por qué tenían espadas? ¿Eran igual que Mabel? Muchas preguntas pasaron por mi cabeza pero ninguna respuesta congruente. He hice lo de siempre, llorar.
Daniel levanto su espada para atacar a Frank, tenían miradas atemorizantes, el otro también levanto su espada, las armas chocaron haciendo un sonido aterrador, Daniel era más fuerte, podía notarlo por sus movimientos, pero Frank lo esquivaba de una manera increíble, además tenía una sonrisa en el rostro como si tuviera todo bajo control.
Así siguieron por un rato, hasta que Daniel logro hacerle un rasguño al hombro de Frank, lo que hizo que le saliera un poco de sangre, esto iba a terminar mal si no hacía algo, pero ¿Qué puedo hacer?
Inhale y Exhale unas 20 veces antes de poder decir algo, pero tenía que pararlos, además Frank parecía escucharme si le hablaba educadamente.
-¡Deténganse!- grite a los cuatro vientos, jamás había gritado tan alto, me sorprendí a mí mismo, pero lo que más me sorprendió fue que se detuvieron. Se quedaron congelados –Dejen de pelear-.
Los dos me miraron con asombro y también algo de culpa. Pero sus miradas se centraron en mi brazo que escurría sangre por la herida que me dejo la caída. Frank miro a Daniel, tratando de hablar con los ojos y el pelirrojo solo asintió. Frank corrió alejándose de nosotros, como si estuviera huyendo de algo.
-¿Qué le pasa? ¿Por qué se fue?- le pregunte al chico que seguía mirando mi herida, con cara de culpa, cubrí el raspón con mis manos –No es nada, estoy bien-.
Daniel se acercó lentamente a mi como si tuviera miedo de algo, me tomo de los hombros y me abrazo, mi cara estaba siendo aplastada por su pecho, fue un abrazo de los que te dejan sin respiración, pero también sentí su cuerpo temblar.
-Perdóname, yo no quiero hacerte daño, pero siempre terminas siendo dañado por mi culpa- susurro en mi oído, mi corazón empezó a latir muy rápido, pero me sentía mal por él, siempre me trata mal y me insulta, no entiendo este lado de él.
-Solo fue un rasguño, no te preocupes- le dije mientras me alejaba de su pecho y le sonreía amablemente. Sus mejillas se sonrojaron un poco.
-Vamos a la enfermería, para curarte eso- dijo mientras me tomaba de la mano y me llevaba casi arrastrando a la enfermería, no teníamos por qué ir, era solo un rasguño, pero se sentía culpable porque en parte fue su culpa.
Llegando a la enfermería note que la enfermera no estaba y que ya estaba oscureciendo. Daniel encendió la luz, mientras buscaba algo en los cajones.
-Oye, siéntate en la camilla, mientras busco el botiquín, también quítate el saco y la playera- me ordeno mientras seguía hurgando los cajones. ¿Que haga qué? Me debo quitar la playera, pero entonces me va a ver semi ¡desnudo! Ni siquiera en frente de Mabel me había quitado la ropa, siempre voy al baño a cambiarme y cuando me baño salgo ya cambiado. No quiero que me vea, pero no puedo negarme, ya estamos en la enfermería.
Me quite el saco lentamente, estaba rota la parte del codo y un poco más arriba también, la camisa de botones estaba igual, tenían manchas de sangre que serían difíciles de lavar, tendré que comprar un uniforme nuevo, ¿Pero con qué dinero?
-Todavía no te la puedes quitar- menciono Daniel algo molesto y con el botiquín en la mano –bueno yo te ayudo-.
-ehh..ehh- antes de que pudiera decir algo sus manos ya estaban desabrochando mi playera, botón por botón, me quito la camisa y la tire al suelo, mi pecho, abdomen, vientre, estaban totalmente expuestos, mi cara estaba roja y me sentía cada vez más nervioso.
Daniel tomo el algodón con algo de alcohol y empezó a limpiar suavemente la herida, como si no quisiera volver a hacerme daño.
-Tienes una piel muy blanca y suave como la seda- me elogio mientras tocaba mi brazo de manera extraña, no pude evitar sonrojarme aún más y que mi corazón latiera desesperadamente. No dije nada, solo mire a ese chico pelirrojo que estaba enfrente de mí, sus frías manos estaban tocando mi brazo con ternura, sus ojos clavados en mi herida, después se pasearon por todo mi pecho expuesto y lo toco. Su fría mano estaba sobre mi pecho, me sentía desfallecer, una sensación de electricidad paso por todo mi cuerpo –tu corazón está latiendo muy rápido-.
-¿Ya terminaste?- trate de cambiar el tema, pero él no apartaba su mano de mi pecho y eso me estaba volviendo loco, puso una venda en el rasguño y se parto inmediatamente. Pude respirar cómodamente al fin.
-Toma, no pienses salir sin camisa o alguien te atacara, porque eres muy sexy- dijo mientras me lanzaba su camisa, antes de que se fuera pude ver su cuerpo sin camisa. Tenía el abdomen marcado, pecho ejercitados y su espalda era muy ancha. Me dieron escalofríos, porque me fijaba en eso, cada vez esto se pone más raro.
¿Y si me gustan los hombre? Eso explicaría muchas cosas. Pero no eso no es posible, yo no soy gay. Si fuera gay me odiaría a mi mismo.
No…..o si…