Mabel me prohibió acercarme a la biblioteca solo, más bien acercarme a su hermana, yo no quería verla pero era algo inevitable. Tengo que buscar el libro rojo que habla sobre mi origen, cuando terminaron las clases me dirigí inmediatamente hacia la biblioteca, no me importo lo que dijo Mabel, yo podía lidiar con Melissa, solo tenía que decirle que no me gustaba y todo estará bien.
Mientras caminaba sentí una mira a mis espaldas, Arthur, fue lo primero que pensé y no estaba equivocado, escondido atrás de un árbol estaba el moreno, ya me había acostumbrado a que siempre me estuviera siguiendo, sentía que me cuidaba.
-Arthur, deja de esconderte, si quieres hablarme solo acércate- le dije con un tono divertido.
-Soy tu guardaespaldas- menciono el chico con sus mejillas sonrojadas.
-jajajajajaja, ¿guardaespaldas? ¿Tu?- me burle de el de una manera tierna, no quería que se sintiera mal pero era demasiado divertido.
-Soy…fuerte…aunque no lo creas- respondió algo molesto. Mientras se acercaba a mí.
-Bueno, señor fuerte por favor acompáñeme a la biblioteca- le pedí con un tono formal y sarcástico, estar con Arthur era muy divertido y me gustaba molestarlo.
-Claro, seré tu guardaespaldas el día de hoy- dijo mientras hacia una reverencia como un caballero. Caminamos juntos hasta llegar a la biblioteca, Arthur veía a todos lados, estaba completamente inmerso en su papel de guardaespaldas.
Al entrar en la biblioteca pude ver a Melissa sentada en su escritorio con una pierna cruzada y una falda corta. Me miro con una gran sonrisa y corrió hacia mí con los brazos abiertos, quiere abrazarme. Antes de que llegara más cerca de mí, Arthur se puso en medio y empujo a Melissa con una sola mano, cayó al suelo y miro a Arthur con cara de odio.
-Vaya vaya, ahora tú te atreves a empujarme- dijo Melissa con una sonrisa burlona.
-No te atrevas a tocarlo con tus sucias manos- amenazo Arthur a la chica, estaba bastante sorprendido por su cambio de personalidad, se veía muy varonil.
-Mis manos están tan sucias como las tuyas, monstruo- menciono la chica mientras se paraba y apuntaba con el dedo al moreno. Arthur miro hacia abajo sin decir ni una palabra, estaba muy molesto, insulto a mi amigo ¿Cómo se atreve?
-Cállate Melissa, no insultes a Arthur, él no es así- le grite a la chica que me miro sorprendida, pero después de unos segundos se hecho a reír, me sentí muy avergonzado.
-Eve, tú no sabes nada, no tienes derecho a opinar- me dijo ella con un tono arrogante, como si ella supiera todo, pero en parte tenía razón yo no sé nada.
-Tienes razón yo no sé nada, pero Arthur es…una persona importante para mí- le dije sin pensarlo y me moría de la vergüenza.
-Wow, sí que eres muy tonto, pero tienes algo especial y por eso todos estos chicos están locos por ti-menciono con intriga.
-¿De que estas hablando?¿Algo especial?- pregunte muy confundido, Arthur le clavo una mirada asesina a Melissa y esta solo rio a carcajadas.
-No me mires así, no pienso terminar con su teatrito, bueno todavía no- enuncio con una sonrisa pícara y camino hacia la puerta –les dejo la biblioteca para ustedes solos, disfrútenla-.
-¿De qué habla?- le pregunte al moreno, pero este esquivaba mi mirada.
-No le hagas caso, está loca- dijo Arthur con una mirada triste y una leve sonrisa –ven a los que tenías que hacer, yo buscare algunos bocadillos-.
-Si…- el chico salió por la puerta dejándome solo en la gran biblioteca, me dirigí a los estantes para buscar el libro, pasaron 20 minutos y Arthur no volvía. Comenzaba a preocuparme, ¿Qué tal si le paso algo? Salí de la biblioteca para buscarlo, era muy tonto, es muy probable que lo haya atacado un animal o algo así.
Busque por todo el campus, me tomo 2 horas recorrer las instalaciones, estaba desesperado, cuando estuve a punto de llorar vi un chico alto, hablando con otro un poco más bajo. El alto era Arthur, estaba hablando con Mabel, me acerque lentamente parece que están hablando de algo importante.
-Tu hermana se está convirtiendo en una molestia- le dijo Arthur a Mabel muy molesto, tenía algo de razón su hermana era una molestia.
-Sabes que no puedo hacer nada, ella es tan fuerte como yo o talvez más- menciono el rubio con la mirada hacia abajo –últimamente ha estado comiendo mucho-.
-¿Cuántos al día?- pregunto el moreno con cara de angustia.
-Cuatro, se los ha comido enteros, hasta la carne- respondió Mabel con una cara de preocupación.
-Eso es demasiado, se está convirtiendo en más monstruo de lo que ya es- enuncio Arthur mientras inhalaba fuertemente como si estuviera oliendo algo –Eve…?-.
Miro hacia el arbusto en donde estaba escondido, me descubrieron, estoy espiándolos se molestaran conmigo, pero ¿Qué era todo eso de lo que hablaban? No es momento para eso, tengo que escapar. Mire hacia arriba y ahí estaba Arthur mirándome sorprendido.
-¿Estabas escuchando?- pregunto el moreno con una mirada penetrante.
-Yo…no…acabo de llegar, pero no quería interrumpirlos- dije con un poco de tartamudeos, fue lo primero que pensé.
-Ya veo, no vuelvas a hacer esto- enuncio Arthur con una pequeña sonrisa.
-Es de mala educación escuchar las pláticas ajenas- interrumpió Mabel algo molesto.
-Yo no escuche nada, solo pasaba por aquí- dije con seguridad.
-No me gustan las personas que se meten en lo que no les importa- enuncio el rubio mientras me miraba con desilusión, pero tenía razón no debía meterme en eso, después de todo son sus problemas familiares, soy tan estúpido.
-Perdón…- solté un pequeño sollozo y una lagrima bajaba por mi mejilla y a esta le siguieron muchas más, estaba tan triste, Mabel estaba molesto y también Arthur. No quiero que me odien, estos chicos se han convertido en mi familia desde que llegue al internado, ya que mi madre murió y mi padre desapareció.
-Fernsby, vete- le dijo el moreno a Mabel mientras me abrazaba con ternura y delicadeza, pude escuchar su corazón latir como loco, mire de reojo al rubio y este tenía cara de demonio, completamente molesto.
Sin decir nada, Mabel dio media vuelta y se alejó de nosotros, algo dentro de mí me decía que corriera atrás de él, pero por otra parte quería seguir abrazado a Arthur, me sentía tan calmado en sus brazos, como cuando recibía un abrazo de mi madre.
-Evs , no llores, aun que te ves más lindo llorando…pero no quiero verte triste- susurro el moreno mientras me apretaba a su cuerpo, no pude evitar soltar una pequeña risa, Arthur me hacía sentir mejor, me hacía feliz.
-Arthur ¿Siempre estarás para mí, cuando este triste?- pregunte sin pensarlo mucho. Un silencio inundo la atmosfera, no debí preguntar eso, él no es mi familia solo somos compañeros, yo fui el único que creí que teníamos algo especial.
-Cuando estés triste, cuando estés feliz –respiro profundamente- siempre estaré a tu lado…¿Qué soy yo para ti?-.
-Una persona muy especial…un amigo muy especial- respondí luego de pensarlo un poco, si tuviera que elegir que quiero de Arthur, sería su amistad, que estuviera conmigo para siempre, como un mejor amigo, al que le puedo contar todo lo que me pase.
-¿Solo un amigo?- pregunto mientras se apartaba lentamente del abrazo.
-¿Serias mi mejor amigo?- lo mire y su cara estaba triste pero aun así sonreía suavemente.
-Yo me convertiré en lo que tú quieras, siempre estaremos juntos Eve- tomo mi mano como si estuviéramos haciendo un pacto.
-¿Se puede estar para siempre con alguien?- pregunte mientras apretaba su mano.
-No lo sé ¿Vamos a descubrirlo?- apretó mi mano aún más fuerte y sonrió de oreja a oreja.
-Si…- caminamos hasta llegar a los dormitorios tomados de la mano, me sentía tan bien, no estaba para nada nervioso, era un sentimiento de relajación, como si todo estuviera bien mientras este junto a este chico.
Pero sin querer vino a mi mente la imagen de Mabel enojado, ¿Qué siento por Mabel? Definitivamente es algo diferente a lo de Arthur, cuando Mabel me toca o me abraza mi corazón late muy rápido y me dan ganas de sentirlo más profundo. No sé si podamos ser amigos, ¿Seremos solo compañero de cuarto? No quiero eso.
Cada día tenía más dudas de mis sentimientos y también de lo que debería hacer.
Talvez debería preguntarle a Arthur…