-¡Mamá! ¡Mamá! ¡Mamá! ¡Por favor! ¡Por favor!
El llanto retumbo en toda la habitación, no, en todo el hospital.Los ojos de ese niño estaban empapados y llenaban el lugar con todas sus lágrimas..
El sol se había escondido y la luna no pensaba en aparecer ese día. No había nada que iluminara aquel adiós.
Ahora, él está en el departamento heredado de su madre.
Solo.
El ambiente en el que estaba situado era pequeño pero acogedor, con un baño bastante diminuto pero útil, un cuarto confortable y una cocina más grande que todo del mismo.
Él está sentado en el medio del departamento, mirando fijamente arriba, hacia el techo. Su mirada cada vez se perdía en ese techo que parecía que se hacía más y más grande.
Un grito desgarrador se podía escuchar en ese solitario lugar.
Un par de lágrimas limpian el piso. Ambas, sin darse el lujo de parar.
Para él, su vida era triste. Todos los días se podían oir llantos y sollozos de aquel chico. Entre su voz triste y desgarrador se podían entender varias palabras.
‘Mamá’... ‘por qué’... ‘tengo miedo’... ‘no soporto la soledad’... ‘por favor, vuelve’... ‘mamá...’ ‘no puedo más’...
Así fueron todos los días, todo era repetitivo. Iba de lo mismo a peor hasta que el inicio clases.
Éste chico, se levantó de su cama. No parecía que estaba feliz de que comenzaran las clases. Empezó a preparar sus útiles y salió de su departamento. Antes de cerrar la puerta se dió vuelta, para poder saludar a alguien al quien nunca llegará a ver de vuelta. Sus pasos ligeros se volvieron pesados y así se dirigió al colegio.
Había llegado a la Preparatoria Ing Park. Se podían oir voces y murmullos de otros alumnos.
Varias voces de mujeres y hombre se podían escuchar en el pasillo, así como
-Hola, ¿Cómo has estado?
-Wow ¡Qué lindo look!
-Te extrañe amiga.
-¡Hey!¡Bro!
Pasando por aquel muro de murmullos, el chico se dirigió a su salón con pasos mucho más lentos que de lo normal.
-¿Kim Hyun Joon?-dice la profesora.
-Presente.
- ¿Min Hye?
-Presente
-¿Kim Jongdae?
El silencio predominaba en el salón.
-¿Kim Jongdae? – repite la profesora.
-Ausente- responde un alumno que se ubicaba en el centro del aula. Era Jongdae
-¡¿Kim Jong Dae?!
-Ausente- repite el alumno.
-¡Jong Dae! Ausente, dice la profesora.
Se escuchan risas en el aula.
-¿Byun Baek Hyun!- La profesora sigue con la lista - ¡¿Byun Baek Hyun?!- parecía ya muy cansada de repetir nombre de alumnos que no conocía.
Después de una leve pausa la puerta del salón se abré y una cara bastante simpática se mete al aula.
-Hola, ¿es la clase 3? –dice con la voz algo temblorosa.
-Sí. ¿Y usted…por casualidad es…?- le pregunta con suma curiosidad.
-Park Chanyeol- responde el chico con una sonrisa amigable.
Sin darse cuenta, se choca con el chico que estaba detrás de él. El chico cabizbajo no dijo nada y entro rápidamente al aula sin darle tiempo de que Chanyeol pudiera decirle algo.
La profesora lo invitó pasar y le presenta un asiento, en lo cuál se ubicaba justo con el chico con el que acababa de chocar. Cuando lo vé, se da cuenta que sus ojos reflejaban tristeza. Tenía la mirada perdida.
En eso, la profesora vuelve a repetir:
-¿Byun Baek Hyun? ¡BAEK HYUN!
-¡Hey!- le dice Chanyeol a su compañero de banco mientras le da un suave codazo.
- Presente- dice Baekhyun de una manera muy desganada.
-Bueno, ahora empecemos la clase…
Y así pasaron los minutos y horas hasta que sonó la campana.
Todos los alumnos de la preparatoria se dirigieron alegremente hacia la entrada del institudo para poder volver a sus casas o pasar el tiempo con sus amigos a las que no veían desde el inicio de las vacaciones.
-¡Oye! ¡Espera!- dice Chanyeol sujetándolo del brazo a BaekHyun.
El otro sorprendido se da la vuelta.
-¿Eres Baekhyun, verdad? -dice Chanyeol.
Baekhyun, sin responder, sacude la cabeza afirmando.
-Soy Chanyeol. Te quería pedir unas disculpas por empujarte. No era mi intención. Lo siento.
El otro no responde.
-¿Estás bien?- pregunta Chanyeol algo preocupado.
-Sí - responde Baekhyun mirando hacia el piso.
-¿Realmente estás bien?- le vuelve a preguntar Chanyeol con la misma cara de antes.
Baekhyun da media vuelta, dejando la pregunta al aire y sigue caminando.
-¡Espera! ¡Espera! – Chanyeol le grita e intenta alcanzarlo. Cuando lo logra, lo agarra del brazo de nuevo. Baekhyun, con una estatura más baja, suelta del brazo y sigue caminando sin importar la intención del chico.
-Por favor, no me sigas. Estoy bien.- le dice al darse cuenta que Chanyeol no se iba a dar por vencido.
Él, al ver su cara llena de tristeza y su tierna cara con un puchero en la boca, sonríe.
Al final, ambos van a la par caminando. Chanyeol no le quita la vista de encima con una gran sonrisa mientras siguen el mismo camino. Baekhyun está incomodo y trata de evitar mirarlo. El semáforo está en rojo para ellos. Chanyeol intenta tomarle de la mano, pero Baekhyun se adelanta y cruza la calle, perdiéndolo de vista.
Baekhyun, sigue su camino hasta que llega a su casa. Su mirada seguía perdida. Saca las llaves, entra y cierra con fuerza la puerta de su habitación. Estaba harto de algo que no podía entenderse.
Deja tirado todas las cosas y se hecha en la cama boca abajo, muy cansado.
Poco a poco, parecía que sus ojos se volvían más pesados, hasta que termina cerrándolas y así derramar intrusas gotas mojando la cama sin darse cuenta. El sueño lo había apoderado.
-¿Má?- él, no lo podía creer.
-Hola, mi niño. ¿Cómo has estado? – una voz suave acariciaba su cara.
-¿Mamá?- repite, sin poder entender la situación.
-No temas. Acércate. – dice ella, mientras estira su brazo hacia él, intentando abrazarlo.
-¡Ma! – Baekhyun, sin dudar, la abraza y llorisquea fuerte mientras le caen lágrimas sin cesar.