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Depredadores por Naomiyaoi38

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Notas del fanfic:

Una historia que había publicado hace meses en wattpad y no sabía en qué categoría ponerla aquí :/ Pero bueeee.... En las categorías que usé se quedó :P

La fría luna iluminaba tenuemente la oscuridad del bosque. Dentro de éste, sombras danzaban mezclándose con los plateados rayos lunares. Los ecos y susurros de las misteriosas criaturas nocturnas se esparcían por el aire, como si fuera más bien una especie de melodía funesta.

Y entre todo esto; en el centro de un pequeño campamento, cuya fogata permanecía encendida con las llamas danzando sinuosamente, una figura masculina se erguía.

Ojos de brillo perturbado y piel muy blanca rayando en lo pálido. Su sonrisa se ensanchaba burlona y siniestramente. Reía con una musicalidad sumamente perturbadora que calaba fríamente en lo más profundo de los huesos, mientras balanceaba el filoso cuchillo en su mano.

Enterraba..., mutilaba... y la sangre brotaba de aquel par de cuerpos recién inertes ante sí.

Ah, el divino frenesí del asesinato. ¿Acaso podía existir algo más divertido para el gran Jeff The Killer?

No, esto era jodidamente divertido.

El líquido carmesí salpicaba de la difunta pareja de campistas. Oh, realmente una hermosa pareja inclusive en la muerte. ¿Acaso eso no era tan estúpida y asquerosamente romántico? Agh, el amor... le hacía tener ganas de vomitar... Puaj... Definitivamente se veían mejor muertos que vivos.

Contempló los cuerpos grotescamente mutilados sintiéndose eufórico y satisfecho. Su obra estaba lista. Diablos, definitivamente hacer esto era lo  mejor. Lástima que la diversión aquí ya se hubiera acabado. Pero quizás, si rondaba por algún otro lugar, podría encontrar otra perfecta víctima para jugar.

Oh, sí. La idea le encantaba.

De repente, el viento aulló y una extraña sensación le recorrió la espina dorsal poniéndole en alerta.

¿Qué era? ¿Qué pasaba? De repente se sentía como si estuviera siendo... ¿acechado? Ja, por favor. Después de todo, ¿quién osaría acecharle a él, un sanguinario depredador, jamás la presa? Pero entonces, ¿por qué la maldita sensación persistía?

Oh, diablos. Esto no le gustaba para nada.

Un sonido proveniente de un grupo de árboles le puso en alerta hacia ése lugar, fijó su vista allí y vio como alguien, o mejor dicho algo, aparecía entre el follaje.

Una figura alta y delgada vestida con un traje negro. Quizás estás características serían normales para un individuo de no ser por un detalle, en el lugar pálido lugar donde debería estar su rostro no había nada. No poseía ninguna cara y aquello le daba un aire espectral y fantasmagórico.

"Slenderman" pensó Jeff. Y es que a éste no le fue difícil reconocerle aunque jamás le había visto personalmente. Pero había escuchado suficiente rumores sobre su apariencia como para reconocerle.

Aquella cosa permanecía tan inmóvil, a unos metros de Jeff, cercana a los árboles y de una manera silenciosa que le helaría la sangre a cualquiera. Pero él no era cualquiera, era Jeff  The Killer, y aquella cosa era el cabrón que había interrumpido sus momentos de feliz diversión.

La sangre de asesino empezaba a hervir en sus venas, y eso no era un augurio de nada bueno. Porque, ¿has visto lo que pasa cuando dos asesinos..., dos depredadores mortales se encuentran?

Uhmm, de esto no iba a salir nada bueno. O quizá sí... Después de todo el azar es un ser caprichoso, ¿no?

Jeff mantuvo su vista fija en el recién llegado, con su rostro tornándose aún más molesto a cada segundo ante la repentina aparición de semejante personaje, y el hecho de que se mantuviera quieto y en completo silencio; además de que, aunque Slenderman no tenía rostro tenía la molesta y algo escalofriante sensación de que éste le estaba mirando fijamente.

¿Pero qué mierdas quería aquella cosa? ¿Pelea?

Pues entonces él con gusto se la daría y le enseñaría a aquella cosa a no interrumpir los momentos de "diversión" de los demás; o mejor dicho no interrumpirle a él.

- ¡¿Qué coño quieres?! ¡Lárgate! - gruñó amenazante.

Slenderman no le respondió ni hizo nada; cabreándole aún más. No soportaba que le ignorara.

"Maldita cosa"

Apretó la empuñadura del cuchillo en su mano con más fuerza. Tal parecía que ésta noche habría el enfrentamiento de dos depredadores asesinos. Oh, genial. Otra cosa que descuartizar. Porque no importaba que aquel fuera el "famoso" Slenderman, él lo convertiría en picadillo por cabrearle.

- Así que no hablas... - siseó amenazadoramente - Entonces veamos si puedes gritar... - una sonrisa psicópata se ensanchó en su rostro mientras empuñaba el cuchillo alzándolo.

Pero, cuando se disponía a arremeter contra aquel maldito, éste finalmente hizo su primer movimiento. Lentamente los tentáculos de Slenderman se fueron extendiendo, acercándose veloz y zigzagueantemente a Jeff.

Jeff gruñó, dirigiéndole una mirada iracunda a Slenderman.

Jeff esquivó aquellos malditos tentáculos, a la par que cortó algunos. Se abalanzó con furia hacia donde estaba Slenderman, pero, por desgracia, no se dio cuenta de la serie de tentáculos que apareció sorpresivamente a su espalda, los cuales le rodearon, atrapándole asfixiantemente; arrastrándole contra el tronco de un árbol, donde se estrelló con fuerza.

La dura corteza del árbol se clavó fuertemente en su espalda, sintiendo como las astillas de madera se le incrustaban, haciéndole emitir un breve gruñido de dolor.

Los tentáculos le envolvieron con más firmeza, haciéndole prácticamente imposible mover un sólo músculo de su cuerpo, mientras que Slenderman se iba acercando hacia donde estaba él; allí contra el árbol, con lentitud y ésa aura malignamente espectral que despedía.

¿Qué? ¿Acaso aquella cosa  con cuerpo de fideo y un maldito complejo de pulpo iba a acabar con él; el gran Jeff  The Killer? Mierda. Ah, no. Las cosas no podían terminar de aquella manera tan malditamente patetica.

Se intentaba remover, sintiendo todos los músculos de su cuerpo con la tensión de la ira asesina en ellos, viendo como ahora Slenderman llegaba frente a él, manteniendo ése silencio y ésa calma que le cabreó a él desde el principio.

Slenderman se detuvo, quedando frente a frente con él; quien se mantenía suspendido a unos centímetros del suelo gracias a los tentáculos que le sujetaban.

Un nuevo par de tentáculos se irguió amenazadoramente frente a él, y justo cuando creyó que aquella cosa le atacaría dolorosamente con ellos, sucedió lo contrario.

Aquellos tentáculos fueron acercándose a él, introduciéndose por debajo de su playera, deslizándose lentamente sobre su piel en un suave roce.

Jeff abrió los ojos desmesurablemente, sintiéndose desconcertado y horrorizado.

"¡¿Pero qué mierda le pasa a éste bastardo?!"

Los tentáculos rozando su piel, llegando hasta sus pezones, en donde éstos comenzaron s juguetear con uno de ellos, haciéndole sentir una extraña e incipiente electricidad.

- Cabrón... - gruño jadeando por la presión de los tentáculos en su cuerpo. Sin embargo, no pudo seguir hablando, ya que una de éstas extensiones del cuerpo de Slenderman se posicionó alrededor de su boca como si fuera una mordaza, impidiéndole el habla, logrando que sólo emitiera gruñidos y siseos furiosos, al comprender que aquella cosa al parecer no planeaba eliminarle sino al parecer algo muchísimo peor a su parecer.

Oh, no. Mierda. No, no, no. Primero muerto. ¡Joder!

Por qué le tenía que pasar esto a él.¡¿Es que acaso no le podía tocar un ente asesino normal?! Bueno, no es que él tampoco fuera muy normal que digamos pero ¡joder!

Un tentáculo rozó su hombría por encima de la tela del pantalón, haciéndole sentir un escalofrío y un leve gemido ahogado. Aquella extensión de Slenderman reptó hasta introducirse dentro de su pantalón, empezando a acariciar su virilidad, rodeándola y comenzando a bombearla con parsimonia.

Los ojos de Jeff permanecían inmensamente abiertos, empezando a jadear suave y ahogadamente mientras que en su cuerpo un extraño calor iba recorriéndole, estremeciéndose ante el toque de aquel bastardo, aún en contra de lo que le decía su mente. Pero al parecer su cuerpo pensaba otra cosa.

¡¿Pero qué mierda pasaba por la cabeza de aquel maldito?! No, peor aún. ¡¿Qué coño le pasaba a su cuerpo, con ese calor extendiéndose poco a poco por su ser?! ¡Diablos! Empezaba a sentirse confundido, furioso y muy, muy acalorado.

La sorpresa le inundó cuando los tentáculos de Slenderman de un tirón le arrancaron los pantalones. ¡Maldito bicho con complejo de pulpo! ¿Pero qué mierda? ¡¿Iba a violarle?! ¡No podía ser cierto! Él era un asesino. No una presa a la que aquel bastardo pusiera hacerle sus anomalías. Iba a matarle. Definitivamente iba a matarle.

Pero Jeff no pudo seguir pensando sobre ideas de venganza porque en ése momento la punta de uno de los tentáculos empezó a rozar la grieta de sus glúteos logrando que tuviera un ligero temblor y gimiera.

Cuando la punta de aquella extensión se fue adentrando en él un quejido de dolor e incomodidad brotó de su parte, observando como Slenderman permanecía a escasos centímetros de su rostro, y para su ligera sorpresa éste emitió una especie de ronroneo complacido, como si estuviese disfrutando con lo que le estaba haciendo a él. Maldito. Ya le pagaría esta humillación.

Tembló cuando la sensación de dolor empezó a hacerse más leve, siendo remplazada poco a poco por un cosquilleo eléctrico, cada vez que aquellaextensión rozaba con insistencia un punto en su interior desconocido por él hasta el momento. Mierda. Aquello empezaba a sentirse ¿bien? ¡Rayos! Por primera vez y sin saber porqué comenzó a desear más de ésa sensación.

Aquel punto era rozado una y otra vez, a la vez que, y por primera vez las frías manos de Slenderman le tocaron, deslizándose por debajo de su playera, jugueteando con sus pezones de una forma que ahora emitía gemidos sin poder controlarlos aunque quisiera.

Inesperadamente los tentáculos alrededor de su boca retiraron su agarre, permitiéndole finalmente hablar.

- Maldito... Te mata...

Pero Jeff no tuvo oportunidad de seguir hablando, ya que sorpresivamente y con algo de brusquedad los tentáculos le voltearon, dejándole ésta vez empotrado de cara contra el árbol, con su mejilla y su pecho chocando contra la dura corteza.

Jeff gruño y cuando se disponía a proferir una de insultos y maldiciones en contra del contrario, fue acallado por la repentina y algo brusca intromisión de algo grueso y caliente que le empaló, haciéndole sentir como su interior ardía dolorosamente. Y Jeff por desgracia ya se imaginaba que era aquello.

- Bastardo... - siseó con un quejido de dolor mientras que extrañamente Slenderman permanecía quieto detrás de él - Te mato...

Sus protestas fueron acalladas cuando Slenderman empezó a moverse finalmente, de una manera lenta pero profunda. Aquello dolía, ardía; pero cuando las estocadas fueron volviéndose más fuertes dieron con aquel punto dentro de él que le hizo vibrar.

El dolor iba disminuyendo poco a poco, y en su lugar un intenso placer que recorría cada fibra de su ser y sonoros gemidos brotaban de su garganta. ¡¿Cómo era posible que estuviera disfrutando con lo que le estaba haciendo aquel cabrón?! Debería estar insultándole para que parara, amenazándole, pensando en una cruel y dolorosa forma de venganza. Pero la verdad era que en ésos instantes no quería que parara, y más en ésos instantes que las embestidas ibanvolviéndose más fuertes y frenéticas. Y en el momento en el cual una de las frías manos de Slender serpenteó hasta su miembro, bombeándolo al compás de las estocadas, aquel placer jamás sentido estalló en él, corriéndose en la mano del contrario y sintiendo como tras una cortas estocadas más por parte de Slender, su interior se llenó de una cálida y espesa sustancia mientras éste decía por primera vez una palabra ante él: "mío" en una voz algo espectral pero tan posesiva que le estremeció.

La respiración de Jeff era irregular y el sopor del placer aún le cubría. Estaba cansado, algo dolorido, pero por sobre todo confundido. Y aunque aún sentía deseos de matar a ese cabrón, los últimos espasmos del orgasmo que empezaban a abandonarle le hacían sentir sumamente desconcertado sobre lo que acababa de ocurrir.

Mierda. Aquella cosa le había forzado, pero ¿por qué el éxtasis que sintió fue casi comparable al que se instalaba dentro de él cada vez que asesinaba?

Slenderman salió finalmente de él, y los tentáculos de éste le depositaron sobre el suelo de espaldas a Slender con una delicadeza no tenida antes, lo cual le sorprendió pero también le enfureció. ¿Ahora empezaba a tratarle así después de toda la brusquedad interior? Tsk, definitivamente odiaba a ésa maldita cosa.

Una fría mano le rozo los cabellos con suavidad, pero para cuando se volteó algo sorprendido y bastante enfadado, Slender ya había desaparecido. Ni un sólo rastro de él en la oscuridad del bosque.

Jeff gruñó, intentando levantarse. Slender era un maldito bastardo. La próxima vez que lo viera nada evitaría que acabara con éste, lenta y dolorosamente. Sí, eso es lo que haría. Porque aquella cosa lo había cazado y humillado como una estúpida presa. Y él jamás había sido la presa, él siempre era el depredador. Aunque, una parte de él, muy en el fondo, al recordar aquel extasiante placer que le acababa de recorrer pensó que quizá después de todo no estuvo tan mal ser la presa, así fuera por una sola vez. Pero sólo por esta vez, ¿no?

 

 

 

 

Notas finales:

Sayonara


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