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Shippuden por nero

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Notas del capitulo:

Hola volví, me ahorrare explicaciones de mi ausencia, la escribi y se me cerró la página y ya me da flojera...disfruten ^^

Estoy corriendo, lo hago para que mi cuerpo no lo maneje la ansiedad. Siento como las gotas de sudor caen y se deslizan bajo mi cuello, la sofocación empieza a matarme. Empiezo a sentirme mareado mientras veo pasar de largo y repetidamente las velas derretidas a media pared que dan una iluminación vaga y espantosa. La terrible sensación de no encontrarlo se sujeta de mis huesos, y me dan ganas de gritar su nombre de dolor, pero si lo hago, tal vez nos descubran y eso no sería bueno.

Yamato, Sakura y Sai están corriendo detrás de mí, solo puedo oír el ritmo de su respiración junto con la de sus pisadas, y llega un momento en cuando puedo observar sus sombras, buscando por doquier a nuestro compañero perdido. Abrimos constantemente algunas puertas que encontramos a lo largo de aquel laberinto bajo tierra, llamándolo entre susurros. Siento que ya llevamos horas haciendo lo mismo.

-Naruto- me llama Sakura detrás de mí, y dejo de escuchar el eco de sus pisadas. Me detengo y giro para verla, es cuando me doy cuenta de que estoy muy cansado, y mis piernas tiemblan por descanso.

-Esto no está funcionando, debemos intentar otra cosa-dijo Yamato en un susurro.

-Debemos separarnos- dijo Sai, viéndose tranquilo e imperturbable.

-¿Crees que sea buena idea?- Sakura era todo lo contrario a Sai, se veía más como yo. Supongo que ambos estábamos desesperados de encontrar a nuestro amigo.

-Sí, es mejor así, busquemos por separados y si alguien lo encuentra, entonces hacen una señal discreta ¿vale?- dijo Yamato, todos asintieron y corrieron pasando de mí, me quedé quieto por un instante, para recobrar mi respiración, y luego empecé a correr de nuevo.

-¿Sasuke?- llamaba cada vez que me encontraba con la puerta de una habitación, la abría ligeramente y rezaba para que se encontrara dentro, pero era otra apuñalada en el corazón cuando no era así.

En poco tiempo las velas que chorreaban la cera en el piso me hicieron marear de nuevo, y tuve que detenerme. Coloqué una mano en la pared roída por la cal, y respiré hondo. Cerré los ojos colocando una mano en mi pecho, recordé el momento cuando Sasuke dejó la villa, luego de nuestra pelea, estaba tan cegado por la tristeza y la rabia, que no pude detenerlo, me culpe tanto de su corrupción ajena. Luego empecé a recordar todo lo que quería recuperar, momentos de compañía y algunas risas de aventuras que teníamos como equipo, odiándonos y protegiéndonos de diferentes formas, fue cuando descubrí que lo necesitaba demasiado, quería volver a esos tiempos con todas mis fuerzas.

Levanté la mirada y vi a unos pocos pasos otra puerta, nada diferente de las demás, así que caminé hasta ella. Me quedé pensando delante de ella, rezando con los ojos cerrados. Luego la empujé un poco,  escuchando el horrible sonido del óxido crujiendo, y abrí los ojos.

Todo lo que pude ver fue mi sombra sobre el suelo del cuarto, tan oscura que casi me pierdo en ella. Suspiré y empecé a cerrar la puerta.

Antes de que pudiera si quiera empezar a irme, una mano sujetó mi muñeca, con los dedos congelados me apretó y me haló dentro de la habitación, apenas pude ahogar un grito, y la puerta se cerró de golpe.

Tuve miedo, por primera vez en mucho tiempo sentí que estaba aterrado, mis piernas temblaban de manera diferente y tenía los ojos fuertemente cerrados. No creía que podía ser tan débil luego de pensar en cosas de mi pasado, pero era lo único en lo que podía refugiarme. Sentí que los dedos congelados apretaron mi muñeca muy fuerte, y me mordí los labios por qué pensé que me la rompería.

-¿No vas a gritar?- me susurraron en el oído, una voz gruesa y carraspeada, que por alguna razón me quitó el miedo por completo, y me hizo aliviarme hasta el alma. Me haló de nuevo por la muñeca y me abrazó.

Dejé de temblar y me dejé abrazar, lo hacía tan fuerte que pude alivianarme hasta que lo único que me sostenía eran sus brazos. Abrí los ojos y mi vista tardó un momento en acostumbrarse a la iluminación donde ahora me encontraba. Sentí que volvía a apretarme con fuerza y me dio algo de dolor, pero menos físico que eso, era dolor de las veces que quería que él se consolara abrazándome de esa manera, y que nunca se atreviera.

Traté de levantar mis brazos para sostenerme de su cuello, pero apenas rocé su cabello me soltó, sosteniéndome de ambas muñecas esta vez. Me sorprendí y lo miré a los ojos, apenas pude notar que sus ojos estaban negros como lo habitual, y tenía una expresión enojada.

-¿No vas a llamar a tu equipo?- me dijo moviendo los labios rápidamente, de verdad que lo tenía muy cerca -¿No fue eso lo que acordaron si me encontraban?-

-Sí…yo debería llamarlos- le dije susurrando, olvidando que no necesitaba hacerlo.

-Hazlo entonces- me dijo aún más molesto. Luego de un momento negué con la cabeza. Él relajó su rostro y suspiró bajando la cabeza, pero sin aflojar sus manos alrededor de mis muñecas.

Se quedó en silencio por un rato largo y pude sentir como mi circulación palpitaba en mis manos, poniéndolas pesadas.

-¿Por qué no me dejas en paz, Naruto?- me dijo levantando la cabeza de nuevo, pero tenía la voz tranquila -¿Por qué no dejas de buscarme e intentar llevarme de nuevo a la villa?-

Me le quedé viendo, tenía los ojos brillantes, era muy fácil para mí ver lo que sentía por ellos, no como antes, ahora podía creer que me había extrañado. Pero no era fácil para mí tener que contestar esas preguntas.

-¿Qué estás haciendo aquí?- me preguntó de nuevo, con la voz aún más gruesa, quería obligarme a decir algo que él tal vez no quería escuchar.

-Vine a que volvieras con nosotros, Sasuke- le respondí, sin dudar y firme.

Abrió la boca por un momento, como queriendo decir algo, pero luego desvió la mirada a un lado, sonriendo cínicamente.

-Yo sé…que es algo más egoísta-me dijo, esta vez su mirada era algo dura, por eso me decidí a fruncir el ceño, pero me moría de ganas de abrazarlo esta vez, pero sentí un calambre en los dedos.

-Me duele- le dije simulando estar algo enojado –Suéltame-

Pero hizo todo lo contrario, apretó más y me empujó contra una pared que no había visto hasta que lastimó mi espalda. Me quedé quieto sintiendo como se acercaba a mi cuello, pero no se movió más, solo respiraba agitadamente. Irremediablemente me estremecí por eso.

A pesar de que estaba en blanco, y solo esperaba a que Sasuke hiciera o dijera algo que me avergonzara, me concentré en lo que nos rodeaba. No había mucho en aquel cuarto, solo vi una puerta más, al lado de que abrí, imposible de ver en la manera que buscaba.

-Naruto, ¿Qué estás haciendo aquí?- me preguntó de nuevo, haciéndome cerrar los ojos de la sorpresa, pues me susurró tan cerca que sentí un mareo distinto. Él sabía que yo no estaba diciendo la profunda y terrible verdad que guardaba mi corazón y por nada lo diría, no quería hacerlo y esas condiciones, siendo obligado y maltratado.

-Soy tu amigo, y solo quiero que vuelvas a casa, no está bien que tengas estas aspiraciones tan crueles- le dije, parte de la verdad.

-¿Crees que soy cruel?- me preguntó deslizando los labios por mi mejilla, lo cual me puso muy nervioso.

-No creo que lo seas, es solo que tratar de vengarte de Itachi usando ayuda de un asesino como Orochimaru es algo…-

-¿Qué tienen que ver Itachi u Orochimaru entre nosotros? ¿Eh?- preguntó sin dejarme terminar, suspirando de nuevo, dejando caer su cara entre mi cuello, tocando mi piel con su boca, su frente y sus pestañas.

-¿Q-que quieres decir?- pregunté.

-Engañas a todos, Naruto- me dijo casi sin moverse –Diciendo que me buscas hasta el cansancio porque fui tu primer amigo y quieres que no esté huyendo de un futuro supuestamente perfecto que me espera en la villa ¿De qué se trata? ¿De verdad estás arriesgando tu vida por algo en que no debes meterte, involucrando a tu nuevo equipo, por mí? ¿Un desastre sin familia y con un hermano homicida?-

Me quedé callado, escuchando sus preguntas, por un momento quise llorar, no quería decírselo, pero aquello que decía me hacía pensar en quien de verdad era yo.

-¿No te has dado cuenta de que todos en casa han seguido sus vidas? ¿Qué ya pasan de mí? Date cuenta y mira que el único que insiste en necesitarme… eres tú-

-No es verdad- susurré dejando que mis ganas de llorar desgarraran mi garganta –Sakura también…-

-Dime- dijo soltando mis muñecas, aliviándome un poco, pero volvió a aturdirme cuando sujetó mi cadera con la misma fuerza, y rozando los dientes en mi cuello –Dime la verdad-

-No quiero- le dije sintiendo como ya algunas lágrimas salían de mis ojos, no sabía dónde colocar mis manos que ya estaban libres, así que solo las coloqué sobre sus hombros.

-Después de tantos años, y luego de dejar de ser unos niños, pensé que te sería más fácil decírmelo- dijo tranquilo, tanto que no me preocupe de que mi vida estuviera a punto de quebrarse en sus manos.

Levantó la cabeza por un instante, gracias a la sombra que ahora caía sobre nosotros no pude darme cuenta de que se iba acercando, fue tarde para cuando lo sentí suspirar contra mi boca.

-Mm- me sorprendió. Sentí sus labios moverse contra los míos de manera suave, no sabía qué hacer con mi respiración, así que solo cerré los ojos a esperar que terminara. Cuando se alejó pude abrir mi boca para tomar un golpe de aire, pero no me esperaba de nuevo que me besara.

Esta vez fue raro, aún más que la primera por qué más que sorpresivo fue muy incómodo. Como tenía mi boca abierta, el no perdió tiempo en meter su lengua. Casi perdía el equilibrio cuando la rozó con la mía, haciéndome perder el poquito de aire que había logrado recuperar.

-Nn…- me besaba despacio, y me sujetaba con más fuerza cuando movía su lengua sobre la mía, desesperándose, llegando a temblar un poco. Se sentía tan suave, pero a veces un poco rudo si no podía tener el control. Yo no buscaba tener el control de eso, pero supongo que se dejaba llevar demasiado para luego echarme la culpa. De vez en cuando me dejaba respirar alejándose un poco de mi boca, pero luego lo volvía a hacer, estremeciéndome por el camino.

No estaba pensando en empujarlo, quería tenerlo cerca, y aunque hubiese pensado en esta situación miles de veces, no lo quería de esa forma, entre sus caprichos por quedarse, y los míos por llevarlo de vuelta.

 

 

Notas finales:

proximo cap, mañana

 

gracias por leer o//o


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